Capítulo 2:
El Renacimiento de un Amor
(Opening: I Am)
A la mañana siguiente, ambos estaban practicando con sus armas de nuevo...
- "¡Allá va!" - gritó Miko mientras disparaba una flecha, pero se la flecha se cayó en frente del blanco que estaba usando para practicar. Ella y Kaede estaban en un pequeño prado afuera de la aldea y cerca de un bosque.
- "¡No de nuevo!" – dijo ella muy decepcionada.
- "Debes aprender a sostener y apuntar mejor tus flechas" – suspiró Kaede al ver cuanto le estaba costando entender los fundamentos básicos de la arquería – "La verdad no me importaría tanto si al menos pudieras sacar una Flecha Purificadora..." -
- "Está bien. Lo intentaré otra vez" - dijo mientras se preparaba para lanzar otra flecha. En cuanto la soltó, la flecha se cubrió de un aura azul brillante; haciendo que Miko se cayera al suelo por la impresión, fallando de nuevo.
- "Kaede-obaasan, ¿viste lo que hice?" - preguntó Miko entusiasmada.
- "Si, veo que estás mejorando rápidamente." - la felicitó Kaede mientras la ayudaba a levantarse de nuevo - "Sigue así y te aseguro que lo dominarás en poco tiempo." -
- "¡Sí, gracias!" - lo dijo inclinándose ante ella, luego se preparó para lanzar otra flecha - "Lo intentaré una última vez." -
Disparó otra flecha; y para su sorpresa, ésta vez no sólo se cubrió de un aura azul, sino que también se clavó en el centro del blanco.
- "¡Sí! ¡Al fin lo logré!" - dijo Miko mientras saltaba de felicidad.
- "¡Muy bien, pequeña! ¡Espléndido!" - le dijo Kaede sonriendo mientras le ponía una mano en el hombro - "Ahora puedes ir a jugar, que ya terminamos por hoy." -
- "¡Sí, muchas gracias!" – Miko se inclinó ante ella y se fue corriendo.
Mientras tanto, Inuyasha estaba entrenando con Totosai en un bosque cercano.
- "Recuerda, Tessaiga sólo se transforma si siente que la quieres usar para proteger a alguien" - le decía Totosai a Inuyasha mientras el pequeño hanyou agitaba la espada con fuerza, pero sin obtener resultados.
- "¡Trato de concentrarme en esa idea, pero no lo consigo!" - le replicó frustrado.
- "Muchacho tonto, sólo agita la espada una vez más y veamos lo que haces" - le dijo Totosai con voz cansina.
- "Bien, aquí voy" - y luego agitó la espada, la cual cambió a su verdadera forma.
- "¡Al fin lo logré!" - dijo Inuyasha lleno de felicidad, pero la espada se destransformó de inmediato.
- "¡Argh!" – rugió mientras agitaba la espada con furia. En esta ocasión si se transformó y se quedó en su verdadera forma.
- "¡Por fin lo conseguí!" - dijo Inuyasha, luego empezó a saltar de felicidad, para luego quedarse viendo la magnífica espada que tenía en su mano.
- "¡Vaya, no me esperaba que fuera tan grande, y además, tan ligera!" - mientras la sostenía en alto para examinarla con cuidado.
- 'Vaya que es fuerte, aún como un niño puede cargar la espada en su verdadera forma' - pensó Totosai asustado. Luego, se dirigió a Inuyasha con una sonrisa en el rostro:
- "Je, te felicito, pero no creas que ya has terminado. Ahora practicaremos el Kaze no Kizu" -
- "¿Y cómo lo hago?" - le preguntó Inuyasha extrañado.
- "¿Ves las ondas azules que rodean a la espada?" - le preguntó Totosai para que se fijara en ellas - "Sólo concentra tu energía en la espada mientras te concentras en ellas y agítala" -
- "De acuerdo..." - dijo Inuyasha mientras cerraba los ojos y se concentraba en su espada.
- "¡Kaze no Kizu!" - gritó mientras agitaba la espada con fuerza contra el suelo. Del punto donde hizo contacto se generaron tres ondas de energía, las cuales se dispersaron y destruyeron los árboles con los que estaban practicando.
- "¡No puedo creerlo, lo logré!" - exclamó Inuyasha sorprendido.
- "¡Excelente! ¡Veo que tienes un talento natural para esto! Ahora ve a descansar, que continuaremos mañana" - le dijo Totosai.
- "¡Sí!" - dijo Inuyasha mientras se inclinaba ante él para luego irse corriendo a la aldea.
Inuyasha y a Miko acordaron que se encontrarían frente al río de la aldea y debajo de un árbol en cuanto sus entrenamientos hubiesen terminado. Ya para entonces se habían convertido de nuevo en grandes amigos; y de hecho, podría decirse que incluso se llevaban mejor que antes.
- "¿Cómo te fue practicando con la espada?" - le preguntó Miko después de que se encontraron y se sentaron. Algunos aldeanos pasaron cerca de ellos mientras regresaban de sus labores en los campo y saludaron a ambos niños con una sonrisa, lo cual ellos devolvieron antes de volver a su conversación.
- "¡Me fue muy bien, por fin logré hacer el Kaze no Kizu y transformar a Tessaiga a su verdadera forma!" - le contó Inuyasha emocionado.
- "¡Wow! ¡Felicidades! ¡Has logrado mucho en estos dos días que llevamos entrenando!" – le dijo Miko.
- "¡Sí, gracias!" – dijo Inuyasha radiante de felicidad – "¿Y cómo te fue con Kaede-obaasan?" -
- "Me tocó practicar con el arco; y además de que logré golpear un blanco con una flecha... ¡También logré hacer una Flecha Purificadora!"- le dijo Miko muy feliz, pero luego empezó a toser.
- "¡Bien hecho!" - le dijo Inuyasha sonriendo, pero luego su sonrisa se desvaneció para dar paso a una cara de preocupación cuando vio a Miko tosiendo – "Por cierto, ¿te sientes bien? Estás algo pálida" -
- "Si estoy bien, sólo estoy un poco cansada. - le dijo Miko sonriendo, pero luego volvió a toser.
- "Deberías ir a dormir un poco entonces" - sugirió Inuyasha algo preocupado - "Además, esa tos no parece una buena señal" -
- "Sí, gracias. No te preocupes" - le dijo Miko mientras se ponía en pie y se iba caminando a la cabaña de Kaede. Inuyasha la siguió con la mirada.
Mientras tanto, Miroku y Sango estaban observando la escena desde detrás de un arbusto cercano.
- "Vaya, perdieron sus recuerdos, pero aún no han olvidado lo que sienten el uno por el otro" - dijo Miroku asombrado.
- "Es increíble como el corazón puede guardar los sentimientos más importantes de una persona de esa forma" - dijo Sango impresionada.
- "Sí, Sango..." - dijo Miroku en un tono profundo, aunque lo hizo solo en un intento fallido de ocultar que estaba metiendo la mano donde no debía adrede.
- "¡Aah! ¿¡Cómo se atreve!?" – gritó Sango mientras le propinaba una buena bofetada a Miroku en la cara.
- "Lo siento, Sango" - dijo seriamente. Sin embargo, luego añadió pensativamente - "¿Miko no se veía un poco extraña?" -
Eso pareció calmar a Sango, porque empezó a preocuparse por si Miko se encontraba bien.
- "Ahora que lo dice, Houshi-sama, tiene razón. Inuyasha notó algo raro en ella también" – dijo mientras miraba hacia el suelo por un momento. Luego encaró a Miroku de nuevo – "¿No deberíamos ir a verla?" -
- "Sí, será mejor que la revisemos" - respondió mientras se ponían en camino hacía donde estaba ella.
Pero cuando fueron a ver a Miko la encontraron recostada en su futon, jadeando para respirar; y además...
- "¡Tienes una fiebre muy alta!" - dijo Sango después de que le puso una mano en la frente. Le
colocó un trapo empapado en agua fría en la frente - "¿Por qué no le avisaste a nadie?" -
- "Lo siento, no quería preocuparlos; Houshi-sama, Sango-nee" - se disculpó Miko con una voz muy triste mientras los ojos empezaban a llenársele de lágrimas. Tanto ella como Inuyasha habían tomado la costumbre de llamarla así por como los cuidaba, aún si no estaban emparentados.
- "No importa… Pero asegúrate de decirnos cuando no te sientas bien, ¿de acuerdo?" – dijo Sango para que Miko no se preocupara y suavemente le acarició la cara, lo cual la hizo sonreír aliviada a pesar de que se sentía tan mal. Sango le limpió las lágrimas para luego ir hasta donde Kaede guardaba sus hierbas y empezaba a revolver entre ellas para intentar hallar un modo de ayudarla. Sin embargo, terminó solo suspirando decepcionada – "Parece que no tenemos hierbas medicinales que nos vayan a servir de mucho en este momento…" -
- "Lástima que no podamos... Ya sabes, Sango" - dijo Miroku misteriosamente.
- "¿De qué hablan?" - preguntó Miko extrañada; y luego empezó a toser.
Sango comprendió que se refería a mandar a Miko de vuelta a su época.
- "Sobre nada en especial..." – sentenció Sango molesta para luego clavarle una mirada de rabia a Miroku. Se volteó de nuevo hacia Miko, suspiró y empezó a revisar las medicinas que estaban en la mochila, pero tuvo los mismos resultados que cuando revisó las hierbas - "Bueno, no creo que ninguna de estas medicinas vayan a servirnos para esto. No hay ninguna para el resfriado" -
Y mientras decía esas palabras, llegó Inuyasha corriendo y visiblemente alarmado.
- "¡Inuyasha!" - dijeron Miroku y Sango sorprendidos.
- "¿Dónde... Dónde está Miko?" - preguntó jadeando.
- "Está aquí, parece que tiene un resfriado" - le dijo Miroku en tono grave.
- "Tonta, ¿por qué no me dijiste nada?" - dijo Inuyasha enfurecido cuando vio el estado en el que se encontraba Miko.
- "Perdóname… es que te veías tan feliz… que no quise estropearlo" - dijo entristecida; y empezó a toser de nuevo.
Inuyasha sólo se limitó a suspirar. Trató de calmarse un poco para no alterar más a Miko y dijo entristecido:
- "No importa, sé cómo hacer una medicina para eso gracias a mi madre, pero no creo que pueda conseguir los ingredientes. No podría con los monstruos que habitan en esos lugares yo solo" -
- "Sango debería ir contigo. Como es exterminadora podría ayudarte" - dijo Miroku mientras ponía una cara de sabihondo.
- "Tal vez, Houshi-sama; pero sería mejor que usted vaya con Inuyasha" - le gruñó Sango mientras le dedicaba una cara horrible.
- "¡Dense prisa! ¡Necesito ir a buscarlos rápido o Miko podría ponerse peor!" - dijo Inuyasha ya desesperado mientras veía a Miko postrada en el futon.
- "¡Bien, yo iré contigo!" - dijo Miroku decepcionado - "¡Sango, por favor cuida bien de Miko y de Shippou!" -
- "¡Está bien!" - dijo Sango mientras los observaba salir corriendo de la cabaña.
- "Inuyasha…" – dijo Miko asombrada, pero luego mostró una pequeña sonrisa al ver cuanto se preocupaban por ella. Tosió de nuevo un poco; y luego se recostó de lado para intentar dormir un rato. Sango se quedó vigilándola y preparada para cambiarle el trapo cuando el agua se hubiese calentado.
Por otra parte, Shippou se había quedado escondido detrás de una ventana y estuvo observando todo lo que había pasado adentro.
- '¡Perfecto! ¡Ahora que esos dos no están, es mi oportunidad de ganarme el corazón de Kagome!' - pensó mientras se bajaba de la ventana.
Mientras tanto...
Inuyasha y Miroku estaban batallando contra toda clase de monstruos en muchos lugares mientras buscaban los ingredientes que necesitaban para prepararle la medicina a Miko. Tuvieron que pasar por una playa, un lago en lo profundo de las montañas; entre otros lugares; y fueron montados en Kirara para que les tomase el menor tiempo posible. Inuyasha estaba impresionado por como peleaba Miroku, aunque el también intentó hacerse útil con su Sankontessou y la Tessaiga; aún si no podía recordar bien como pelear. Decidió no utilizar el Kaze no Kizu porque esto habría destruido las vísceras de los monstruos que él necesitaba.
Y en la aldea...
Shippou se había pasado la tarde recogiendo flores de los prados y bosques cercanos para hacerle una corona de flores a Miko, la cual iba de camino a entregársela en ese momento.
- "Espero que a ella le guste este regalo" - se dijo Shippou mientras sacaba una corona de flores blancas y rosadas del bolsillo interior de su kosode y entraba a la cabaña de Kaede.
- "¿Cómo sigue Miko?" – preguntó él alegremente, aunque tratando de aparentar preocupación por ella.
- "Está descansando ahora; y ya la fiebre le bajó un poco, pero no la despiertes hasta que Inuyasha y Houshi-sama regresen, ¿de acuerdo?" - le dijo Sango amablemente mientras le mostraba como Miko estaba durmiendo a pesar del trabajo que le estaba costando para respirar, pero luego su cara de preocupación fue remplazada por una cara de suspicacia cuando vio la corona de flores que Shippou llevaba en sus manos - "¿Y que traes ahí?"
- "¿Qué?" - se percató de lo que Sango estaba viendo y escondió la corona tras la espalda - "¡Uh! ¡Nada! ¡Nada!" -
- "Hmmm... Bueno entonces ve a jugar. Miko necesita descansar para recuperarse" - le dijo Sango repentinamente severa.
- "S-s-sí, S-Sango" - le dijo asustado. Se volteó como para salir de la cabaña, pero en realidad no pudo hacer más que cerrar sus manos en puños y apretar los dientes para luego pensar irritado - '¡Rayos, no pude hacer nada!' -
Y en ese momento, Inuyasha y Miroku entraron corriendo y lo arrollaron. Shippou quedó mareado al lado de uno de los muros de la cabaña.
- "¡Volvimos! ¡Necesito que pongamos a hervir estas cosas!" - dijo Inuyasha mientras le mostraba a Sango los ingredientes de la medicina: había regresado cargando toda clase de vísceras de monstruos en sacos; y algunos cangrejos y peces.
- "¡Sí, está bien! ¡Cálmense!" - dijo Sango sorprendida.
Se dedicaron a la tarea de cortar cada uno de los ingredientes de la medicina en pedazos y los pusieron a hervir durante un rato. Al final, pusieron la infusión resultante en un plato hondo. Así que cuando estuvo lista, Sango miró a Inuyasha con una sonrisa y le pasó el plato con la medicina:
- "Bueno, ve ahora y despiértala para que la beba" –
- "E-esta… bien…" – dijo Inuyasha ruborizándose. Miko parecía haber sentido esto, porque empezó a moverse y abrió levemente los ojos en cuanto él se acercó.
- "Miko, ¿estás despierta?" - le preguntó Inuyasha gentilmente al ver esto.
- "Sí..." - le respondió con una voz que delataba lo mal que se sentía.
- "Que bien. Bueno, ten, bebe esto" - le dijo Inuyasha mientras le pasaba el plato con la mezcla. Miko lo recibió y se sentó en el futon para poder beberlo.
- "¿Qué es?" - le preguntó a Inuyasha extrañada; y luego lo olió - "¡Ugh, huele horrible!" -
- "¡Entre peor huele y sabe, más efectivo es! ¡Sólo bébelo todo y para mañana estarás como nueva!" - le aseguró Inuyasha sonriente.
- "Está bien, si es tan efectivo como dices, trataré de aguantar el mal sabor" - dijo mientras le sonreía a Inuyasha; y se bebió toda la mezcla con la nariz tapada con los dedos. En cuanto terminó, puso inmediatamente una cara de repugnancia
- "¡Puag! ¡Sabe asqueroso!" –
Inuyasha sólo sonrió al ver su cara; y le puso una mano en uno de sus hombros mientras con la otra tomaba el plato y lo ponía en el piso.
- "Bueno, mejor regresa a dormir, que con eso será suficiente para que te cures" - le dijo Inuyasha para darle apoyo y luego se volteó hacia Sango - "Sango-nee, ¿vas a cuidar a Miko esta noche?" -
Sango tuvo una idea en ese momento y le sonrió amablemente a Inuyasha:
- "Inuyasha, ¿por qué no intentas cuidarla tú en está ocasión?" -
Inuyasha se ruborizó y se puso a pensarlo por un rato. Luego, le dijo a Sango con la cara viendo hacia el suelo con algo de pena…
- "Bueno... Creo que no sería mala idea" -
- "Muy bien, entonces te dejaremos a cargo del cuidado de Miko, ¿de acuerdo?" - le dijo Sango.
- "Está bien" - respondió Inuyasha.
Después de que cenaron y se fueron a dormir, Inuyasha se pasó la noche despertándose a cada rato para revisar que Miko estuviera bien. En una de esas veces...
- "Inuyasha, ¿estás despierto?" - le preguntó Miko con cautela mientras se sentaba en el futon.
- "Sí, no podía dormir," - le respondió Inuyasha tratando de asegurarle que no pasaba nada - "¿por qué preguntas?" -
- "Es que..." – Miko se sonrojó y juntó sus manos sobre sus rodillas – "Quería agradecerte que quisieras cuidarme" -
- "¡No te preocupes por eso! ¡Sólo quédate tranquila para que puedas curarte!" - le dijo Inuyasha mientras también se sonrojaba.
- "Sí. Quiero ir afuera y que juguemos juntos mañana de nuevo" - dijo Miko; y ambos volvieron a dormirse.
A la mañana siguiente, Inuyasha fue el primero en levantarse. Notó que los demás ya habían salido y se quedó vigilando a Miko con preocupación, a pesar de que ahora ella estaba respirando normalmente y tenía una sonrisa en el rostro: parecía estar teniendo un sueño muy agradable. Luego de un rato, ella también despertó...
- "¡Ah, me siento muy bien!" - dijo mientras se levantaba y se estiraba - "¡Gracias, Inuyasha! ¡Tu medicina sí que es muy efectiva!" -
- "Así es, mi madre me enseñó cómo prepararla" - respondió Inuyasha mientras le sonreía.
- "Debe ser una gran persona" - comentó Miko sentándose a su lado. Sin embargo, esto hizo que el rostro de Inuyasha se ensombreciera…
- "Lo era..." -
- "¿Qué… quieres decir?" - le preguntó Miko un tanto desconcertada, pero ya intuyendo de que se trataba.
- "Murió hace varios años..." - le respondió Inuyasha mientras su cara mostraba que quería llorar, pero se estaba conteniendo.
- "¿Huh?" – Miko se espantó, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y de inmediato se arrodilló ante él a modo de disculpa. Esto era lo último que ella hubiese querido ocasionar – "¡Por favor, perdóname! ¡No tenía intenciones de hacerte sentir así!" -
- "No te preocupes... Eso fue hace mucho tiempo..." - dijo Inuyasha con una voz muy leve mientras miraba hacia el piso.
Miko se quedó en silencio junto a él por un rato, tratando de pensar que haría; y a la final le preguntó:
- "Eh... bueno... ¿No quieres que salgamos a jugar?" -
- "¡Claro que sí!" - le respondió Inuyasha alegre de nuevo; y ambos salieron corriendo.
Una vez afuera, se encontraron con Shippou bajo el mismo árbol debajo del cual ellos dos se habían sentado el día anterior.
- "¡Hola, Shippou!" - lo saludó Miko alegremente.
- "Miko... Quisiera entregarte esto..." - le dijo Shippou tímidamente y luego le entregó la corona de flores.
El rostro de Miko se iluminó en cuanto vio la corona, la cual tomó de las manos de Shippou con los dedos temblorosos.
- "¡Es hermosa! ¡Gracias, Shippou!" - le dijo para luego ponerse la corona en la cabeza.
- "¡Se te ve muy bien!" - le dijo Shippou.
- "¡Gracias!" - le dijo Miko con una gran sonrisa. Sin embargo, esto hizo que los celos de Inuyasha explotaran...
- "¡Oye, zorro, no te atrevas a intentar nada con Miko!" - le gritó a Shippou furioso.
Y para empeorar las cosas, esto a cambio hizo que a Shippou se le saliera todo el odio que le tenía a Inuyasha por los golpes que le daba antes...
- "¡Tú no eres nadie para hablarle de esa forma a un youkai de verdad, hanyou insignificante y estúpido!" - le gritó Shippou.
Esto dejó a Miko y a Inuyasha en shock. Sin embargo, fue indudablemente un golpe bajo para Inuyasha, el cual puso una cara extraña, como entre tristeza y furia; y se fue corriendo. Shippou contempló satisfecho lo que había hecho, pero eso le terminó saliendo caro...
- "¡Inuyasha!" - gritó Miko tratando de detenerlo en vano; y luego se volteó furiosa hacia Shippou - "¿¡Cómo pudiste decirle algo como eso!?" -
- "Yo... Este... yo..." - balbuceó Shippou, pues no podía ni hablar de lo asustado que estaba.
Miko estaba tan furiosa que si hubiera sido por culpa de Inuyasha y estuvieran en su condición normal, seguramente le habría dicho 'Abajo' hasta el cansancio.
- "¡Cállate! ¡No escucharé tus excusas; y no quiero verte más en toda mi vida!" - le gritó a Shippou mientras se quitaba la corona de flores y se la arrojaba - "¡Inuyasha, espera!" -
Y se fue corriendo tras Inuyasha, dejando a Shippou impresionado y entristecido.
- "¡Qué... Qué... Aaah!" - empezó a llorar - "¡Arruine otro amor! ¡Primero Mizuki; y ahora Kagome!" -
Luego empezó a golpearse en la cabeza con las dos manos mientras gritaba: - "¡Soy un tonto!"-
Luego salieron de un matorral cercano las manos de Miroku y Sango; atraparon a Shippou y lo halaron para adentro. Cuando Shippou se dio cuenta de lo que estaba pasando, vio que Miroku y Sango lo estaban mirando de forma aterradora.
- "¿Q-q-qué están haciendo?" - les preguntó Shippou asustado.
- "Lo sentimos, Shippou, pero no podemos permitir que interfieras en nuestros planes" - le dijo Sango.
- "Así es, mantente alejado de Kagome y de Inuyasha ó... ya verás" - dijo Miroku mientras le ponía una mueca misteriosa.
- "¿Y que planean hacer?" - les preguntó aterrado.
- "Lo averiguarás esta noche" - le respondió Sango con el mismo tono misterioso de Miroku.
Mientras tanto, Miko seguía corriendo tras Inuyasha, tratando de detenerlo para tranquilizarlo y hablar con él.
- "¡Inuyasha, espérame!" - le gritó Miko desesperada.
- "Por favor... Déjame estar solo..." - le dijo Inuyasha con la voz quebrada.
- "¡No puedo!" - le respondió Miko, que también estaba al borde de las lágrimas - "¡Puede que Shippou sea un tonto, pero nosotros no pensamos así de ti!" -
Y entonces, Inuyasha chocó de frente contra alguien, haciendo que él se cayera para atrás por lo rápido que iba; y lo primero que hizo fue preguntar:
- "¿Quién me golpeó?" -
- "¿Te encuentras bien?" - le preguntó Miko preocupada mientras se detenía a su lado.
- "Así que ustedes son los nuevos, ¿verdad?" - les preguntó la persona con quién Inuyasha había chocado: era una niña un poco más alta que ellos dos, llevaba un kosode amarillo y su cabello era azul oscuro; y lo tenía peinado en forma de una cola. Lo más notorio era que tenía orejas puntiagudas.
- "Hmm... ¿Tú eres?" - le preguntó Miko dubitativa.
- "Soy Asagi, una de los niños que provenimos de la Isla Hourai" - se presentó la niña poniendo su mano sobre su pecho.
- "¡Ah, sí! ¡Kaede-sama nos habló de ustedes!" - exclamó Miko, recordando que Kaede les había comentado sobre ellos durante el entrenamiento de hace dos días: un grupo de niños hanyou que había venido a vivir aquí desde una tierra lejana y que ellos probablemente conocerían pronto.
Por su parte, Inuyasha estaba viendo a Asagi fijamente; y se fijó en sus orejas:
- "¿Y tú también eres... una... una..." - le intentó preguntar porque la voz no le salía.
- "Sí, soy una hanyou. Todos los niños de ese lugar lo somos. Y no pensé que hubiera gente que nos aceptara fuera de la isla" - respondió Asagi alegremente.
- "Había oído hablar antes de ese lugar, ¿no es donde los youkai, humanos y hanyou podían vivir juntos y en paz?" – le preguntó Inuyasha pensativamente.
- "Así era, hasta el día en que unos youkai que se hacían llamar los Shitoushin aparecieron y mataron a todos los que vivían allí, dejando vivos únicamente a los hanyou para usarlos como sacrificio y extraer sus energías. Pronto iba a ser mi turno, pero en el último momento, unos viajeros vinieron, derrotaron a los Shitoushin y nos salvaron. Hemos estado viviendo desde aquí desde entonces" - relató Asagi con orgullo.
- "Ese relato me suena familiar, pero no sé porque razón... si nunca lo había escuchado antes…" - dijo Miko pensativamente, como si fuera que hubiese olvidado algo muy importante.
- "¿Me podrían decir sus nombres, por favor?" - les preguntó Asagi amablemente.
- "Eh, sí disculpa... Mi nombre es Miko" - respondió Miko un poco avergonzada mientras hacía la inclinación.
- "Yo soy Inuyasha" – dijo él inclinándose también.
En cuanto escuchó sus nombres, Asagi comprobó que lo que le dijo Kaede sobre lo que les había pasado a Kagome e Inuyasha era cierto. Ya ella había empezado a tener sospechas cuando vio a Inuyasha por primera vez en su condición actual.
- 'Lo que me dijo Kaede-sama es cierto... Será mejor que piense con cuidado lo que digo' - pensó Asagi; y luego decidió proseguir con lo que iba a decirles, que era la razón por la que los había ido a buscar en primer lugar - "Bueno, ésta noche habrá un festival; y nosotros vamos a cantar una canción tradicional de nuestra isla y bueno... me preguntaba si les gustaría cantar con nosotros" -
Tanto Miko como Inuyasha se quedaron impresionados de que les ofreciera algo así, tanto que no podían creerlo:
- "¿Qué?" -
- "¿Hablas en serio?" -
- "¡Sí! Entonces que me dicen, ¿aceptan?" - les preguntó Asagi de nuevo.
- "¡Pues claro!" - le respondieron ambos con una gran sonrisa.
- "Por cierto, ¿dónde están los demás niños?" - preguntó Miko al notar que Asagi estaba sola.
- "Ellos vienen para acá en este momento" – dijo ella alegremente; y cuando los vio acercarse - "Ah, ¡allá están!" -
Llegaron los otros cinco niños de la isla: Ai, Moegi, Roku, Dai y Shion.
- "¡Onee-chan!" - gritó Ai cuando estuvo cerca de Asagi.
- "Hola, chicos," - los saludó Asagi - "¿ya está todo listo para esta noche?" -
- "Sí, nee-chan" - le respondió Roku; y luego se percató de la presencia de Inuyasha y de Miko - "Ellos dos son..." -
- "Sí, ellos son los nuevos: Inuyasha y Miko. Ellos se van unir a nuestra canción" - le respondió Asagi mientras ellos dos se inclinaban con una sonrisa para presentarse.
- "Es un gusto conocerlos" – dijeron ambos a coro.
- "Jiji, para nosotros también… Inuyasha-oniichan y Ka…" – empezó Ai riéndose, pero al ver como Asagi se asustó detrás de Miko cuando comenzó a decir el nombre, se corrigió a ultimo segundo nerviosamente – "…Umm, Miko-oneechan" –
- "Hmm, ¿qué sucede, Ai-chan?" – le preguntó Miko preocupada al ver esto. Asagi solo suspiró aliviada a sus espaldas.
- "No es nada, es solo que me recuerdas a otra persona" – dijo Ai sonrojándose mientras les sonreía.
- "Es la más pequeña de nosotros, así que hay veces que se confunde un poco" – explicó Moegi mientras sonreía tímidamente.
- "Bueno, no es ningún problema" – dijo Inuyasha mientras le acariciaba la cabeza a Ai. Ella solo sonrió complacida a cambio.
- 'Bueno, al menos ese perrucho necio no podrá seguir golpeándonos' - pensó Dai al ver como se estaban comportando, luego dijo en voz alta - "Bueno, ¿no deberíamos ir a ensayar?" -
- "Sí, sobre todo porque ellos dos deben aprender la letra de la canción" - dijo Moegi refiriéndose a Inuyasha y Miko.
- "¿Creen que lo haremos bien?" - preguntó Shion algo asustado.
- "Vamos, Shion, no seas tan pesimista" - lo animó Asagi poniéndole una mano en el hombro.
- "¡Seguro que lo haremos bien!" - dijo Ai alegremente.
- "¡Entonces, adelante!" - dijo Miko con entusiasmo; y todos empezaron a ponerse en marcha, excepto Inuyasha y por eso ella fue a verlo.
- "¿Te sucede algo?" - le preguntó.
- "Es que es la primera vez que voy a cantar en frente de alguien; y..." - respondió Inuyasha mientras miraba hacia el suelo temblando - "me da un poco de miedo" -
- "No te preocupes, si has podido exterminar monstruos grandes, también podrás cantar una canción" - le dijo Miko mientras lo tomaba de una mano.
Se pusieron en camino; y después de un rato de caminar en silencio, llegaron a donde tendría lugar el acto principal del festival, una tarima de piedra frente a un lago que se encontraba detrás de la aldea.
Miko estaba impresionada porque nunca había visto un lago tan grande en su vida.
- "¡Vaya, que gran lago hay allá abajo!" -
Debido a eso, el collar de Inuyasha brilló y él se cayó con fuerza contra el piso.
- "Ugh, ¿¡que rayos fue eso!?" - dijo Inuyasha enfadado cuando se logró poner en pie.
- "¿Te encuentras bien?" - le preguntó Miko preocupada, mientras ponía sus manos frente a su boca en señal de espanto.
- "Sí, pero sentí que algo en este collar me jaló con fuerza contra el piso cuando dijiste esa palabra" - le respondió desconcertado.
Miko sólo se limitó a devolverle la mirada de desconcierto.
- "¿Que palabra? ¿Quieres decir…Abajo?" – dijo, lo cual hizo que Inuyasha se volviese a caer con fuerza contra el piso.
Miko se aterró por eso.
- "¡Uy! ¡Perdóname, no sabía que el que yo dijera eso te haría daño!" – dijo Miko mientras corría hacia él para ayudarlo a levantarse y le daba un abrazo, ya que se sentía muy culpable.
- "Está bien, no te preocupes. Sólo procura no volver a decirla en frente de mí" - le respondió Inuyasha mientras le devolvía el abrazo.
- "¿Ya dejaron de jugar ustedes dos?" - les preguntó Asagi algo molesta. Ellos dos solo se disculparon por esto avergonzados.
Luego empezaron a ensayar; Asagi, Inuyasha, Miko y Ai eran los cantantes, mientras los demás tocaban instrumentos: Dai tocaba la flauta, Moegi tocaba el arpa y Roku y Shion tocaban cítaras.
Al final del ensayo...
- "Lo estamos haciendo bastante bien, pero... Miko, debes terminar de aprenderte la letra; y tú, Inuyasha, debes subir un poco más la voz para que te escuchemos bien" - les dijo Asagi con severidad.
- "Si, está bien" - respondió Inuyasha, quién todavía tenía un pequeño caso de pánico escénico.
- "Haré lo que pueda" - dijo Miko tratando de memorizarse bien la letra.
Empezaron a ensayar de nuevo; y esta vez lo hicieron mucho mejor, por lo cual, Asagi estaba más que satisfecha.
- "¡Bueno, creo que esta vez sí lo hemos hecho bien! ¡Si lo volvemos a hacer esta noche así, seguro que será todo perfecto!" – dijo alegremente.
- "¡Qué bien!" - dijo Miko aplaudiendo con felicidad.
- "¡Excelente!" - dijo Inuyasha cerrando un puño.
- "Onee-chan, ¿ya terminamos?" - le preguntó Ai a Asagi con una sonrisa.
- "Sí, podemos descansar hasta que sea la hora del gran momento" - le respondió su hermana mientras iba hacia ella y le acariciaba la cabeza.
- "¡Qué bien!" - dijo Miko alegremente. Sin embargo, luego la acometió un pensamiento repentino y se acercó a Asagi - "Oye, Asagi-chan... Quiero preguntarte algo" -
- "¿Qué cosa, Miko-chan?" - inquirió Asagi amablemente.
- "¿Que significa esta canción para ustedes? Es muy hermosa, pero también se oye muy triste, en especial por lo que dice la letra…" - le dijo Miko con preocupación.
Asagi sólo se limitó a quedarse viendo el cielo con una triste sonrisa antes de responderle - "Ésta canción es un rezo; y la letra es un poema muy antiguo de nuestra isla. Significa que nuestros padres se sacrificaban para convertirse en una luz de protección para nosotros" -
- "Ya veo. Lamento mucho si te hice sentir mal con mi pregunta" - dijo Miko mientras se entristecía su rostro.
- "Descuida" – le sonrió Asagi amablemente para mostrarle que no había problema – "De todas maneras nuestra isla ya no existe; y nuestros padres nos seguirán protegiendo sin importar donde estemos" -
Inuyasha había estado escuchando toda la conversación; y decidió hacer algo para animarlos:
- "¿Les parece si vamos a jugar? Tenemos una pelota en casa de Kaede-obaasan" –
Todos los demás respondieron "¡Sí!"; así que fueron a buscar la pelota y se pasaron la tarde jugando, aunque Miko notó que Inuyasha parecía intranquilo por algún motivo. Pero no lo averiguaron sino hasta que cayó la noche...
- "¡Rayos! ¡No quiero salir así!" - dijo Inuyasha después de que anocheció, pues era noche de luna nueva y él ya tenía su apariencia humana.
- "¿Que le ocurrió a tus orejas y a tu cabello?" - le preguntó Miko impresionada. Ésta era la primera vez que veía a Inuyasha en su forma humana y así él parecía una persona completamente diferente. De hecho, no habría sabido que era él si no hubiese visto la transformación con sus propios ojos.
- "Es por la condición de hanyou. Cada cierto tiempo los hanyou perdemos nuestros poderes y nos volvemos humanos normales por un rato" - explicó Asagi con seriedad.
- "¿Y que lo causa en ti, Inuyasha?" - le preguntó Miko con interés.
Inuyasha no quería decirlo, porque no creía que fuera prudente que se supiera su secreto, pero al final decidió decírselos para mostrarle a Miko que confiaba en ella.
- "Las... noches de luna nueva…" -
- "¿¡Y por qué no nos dijiste eso antes!? ¡Podríamos haber buscado una forma de dejar el festival para mañana!" - le dijo Miko enojada porque esto podría echar por tierra todo lo que habían hecho durante la tarde.
- "No quise arruinar todo lo que ustedes habían hecho" - dijo Inuyasha a modo de disculpa.
- "¡No importa eso ahora! ¡Perderemos nuestra oportunidad de cantar si no salimos ya!" - exclamó Asagi alarmada.
- "Ni modo… Tendré que salir así..." - dijo Inuyasha poniéndose en pie avergonzado y molesto.
Mientras tanto, Miroku y Sango estaban conversando en el festival que estaban teniendo en la aldea.
- "¿Cómo cree usted que estarán?" - le preguntó Sango dubitativa.
- "Bueno, estuve escuchándolos ensayar y suenan muy bien" - dijo Miroku mientras le sonreía.
- "¿Quiere decir que es probable que nuestro plan tenga éxito?" - le preguntó Sango emocionada.
- "Sí, primero vayamos a escucharlos y luego veamos lo que ocurre" - dijo Miroku; y ambos se pusieron en camino hasta el punto en donde estaba la tarima. Toda la aldea ya se encontraba reunida en este lugar; y allí se reunieron con Shippou.
- "Ah, ¡me estaba cansando de esperarlos! ¡No podemos disfrutar de esto los tres si no estamos todos!" - les dijo alegremente el kitsune.
- "¿Cómo crees que nos perderíamos el acto estelar de Kagome e Inuyasha?" - le preguntó Miroku mientras se reía.
- "¿Eso significa que esto era su gran plan?" - les preguntó Shippou suspicazmente.
- "Nada de eso, sólo es una parte de nuestro plan" - le dijo Sango misteriosamente.
- "¿¡Qué!? ¿¡Quieren decir que hay más!?" - dijo Shippou asustado.
- "Sí, sólo espera y verás" - le dijo Miroku con un tono de voz que daba a imaginar que lo sabría muy pronto.
- "¡Silencio, que ya comienzan!" – dijo Sango, pero sus ojos se dilataron de la impresión al ver a Inuyasha – "¡Y miren, Inuyasha está en su forma humana!" -
- "¡Es verdad!" - exclamó Shippou con los ojos y la boca abiertos al máximo.
- "Es por la luna nueva de esta noche" - dijo Miroku mientras miraba hacia el cielo - "Me sorprende que haya querido salir en público así" -
- "¡Silencio!" - le dijeron Shippou y Sango, porque ya estaban empezando a sonar los instrumentos; y luego Inuyasha, Miko, Asagi y Ai empezaron a cantar.
(Canción: Tamaokuri no Uta – Fumiko Orikasa)
Mi padre decía que la mano de un demonio existía para protegerme;
Mi madre decía que la mano de un humano existía para criarme;
Al juntar las manos, abrimos la puerta y nos entregamos a las flamas;
Y así nos convertiremos en una luz, para que por favor los protejan...
Cuando terminaron de cantar y los instrumentos dejaron de oírse, toda la multitud les dedicó un gran aplauso.
- "¡Gracias!" - les dijo Asagi a la multitud mientras hacía una inclinación. Luego se volteó hacia Miko e Inuyasha - "Bueno, repetiremos la canción, pero… ¿les importaría ir a esa orilla del lago y quedarse escuchando?" –
Dijo esto último mientras señalaba hacia una orilla ubicada a la izquierda de la tarima.
- "No, pero... ¿Por qué?" - le preguntó Miko extrañada.
- "Ya fue suficiente para ustedes. Prefiero que solamente nos escuchen ahora, ¿de acuerdo?" - les dijo Asagi con una sonrisa.
- "Está bien" - respondió Inuyasha encogiéndose de hombros, mientras Miko solo asentía.
Ambos bajaron de la tarima y fueron a sentarse en el sitio que Asagi les había indicado.
- "¡Sango, ahora!" - le dijo Miroku cuando vio a Miko e Inuyasha yendo hacia la orilla del lago.
- "¡Sí!" - dijo Sango mientras sacaban los binoculares y la antena que les trajo Miko, luego se escondieron en un lugar donde no podían verlos y se quedaron observando y escuchando a Miko e Inuyasha. Shippou se encaramó en el hombro de Sango para saber que estaba pasando.
- "¿Qué te parece? ¿No es un bella canción?" - le preguntó Miko con gentileza.
- "Sí... Y me recuerda mucho a mi madre" - le respondió Inuyasha con melancolía.
- "¿Es por lo de que esos niños son como tú y por lo que decía la letra?" - le preguntó Miko con interés.
- "Sí... Lo que decía sobre qué "Y así nos convertiremos en una luz, para que por favor los protejan"..." - dijo Inuyasha viendo hacia el cielo.
- "Ya veo..." - dijo Miko mirando hacia el suelo. En ese mismo instante los demás dejaron de cantar y tocar, dando a entender que su parte en el festival - "Es una lástima que no durara más" -
- "Sí..." - dijo Inuyasha. Luego Miko miró hacia arriba; y se alegró mucho…
- "¡Mira, el cielo de esta noche está muy hermoso!" – se levantó y señaló hacia el cielo – "¡Está todo lleno de estrellas! ¿Quieres verlas conmigo?" –
Inuyasha no tuvo problemas con esto, así que ambos se recostaron el uno al lado del otro y se pusieron a mirarlas. El cielo estaba repleto de estrellas y se podía ver perfectamente la sombra de la Vía Láctea detrás de ellas.
- "Es muy hermoso... Hace tiempo que no me sentía tan bien" - dijo Inuyasha placenteramente.
- "¿Quieres decir que te sientes bien al hacer esto en mi compañía? Me hace muy... feliz el saberlo…" - dijo Miko mientras se ruborizaba.
- "Me alegra saberlo a mí también…" - dijo Inuyasha mirando al suelo. Miko se recostó sobre su hombro, haciendo que él se sonrojara.
- "¿Quieres que hagamos una promesa?" - le preguntó Miko suavemente.
- "¿Qué clase de promesa?" - le preguntó Inuyasha un tanto impresionado.
- "Que sin importar lo que pase… Sin importar si recupero mi memoria… Quiero que nunca nos separaremos mientras vivamos..." - le explicó Miko mientras miraba al suelo con una sonrisa - "Entonces… ¿Lo prometes?" -
Inuyasha ya estaba tan rojo que parecía un tomate con insolación; y cuando vio la cara de Miko, vio que le sería imposible decirle que no. Además, él también estaba pensando en decirle algo similar: en protegerla por el resto de sus días, sin importar lo que pasase desde ese momento en adelante.
- "Bueno... Sí... Lo prometo. Y también prometo… que te protegeré siempre…" – dijo él mientras la miraba a los ojos.
- "Gracias" - le dijo Miko con una gran sonrisa mientras se ruborizaba y cerraba los ojos. Los dos se separaron un poco y se quedaron acostados sobre la hierba, uno al lado del otro, observando las estrellas, aunque se tomaron de las manos desde ese momento.
Mientras, Sango y Miroku estaban celebrando desde donde estaban ocultos.
- "¡Lo logramos! ¡Se hicieron una promesa!" - exclamó Sango dando un salto de alegría.
- "¡Nuestro plan tuvo éxito! ¡Ahora estamos a mano con ellos!" - dijo Miroku alzando el puño en señal de victoria, como si hubiese ganado una pelea o algo así.
- "¿Así que ese era su brillante plan? ¿Juntarlos de nuevo?" - dijo Shippou con los brazos cruzados, con una actitud de molestia que recordaba más bien a la de Inuyasha a su edad normal.
- "Sí, así es Shippou" - dijo Miroku tranquilamente.
- 'Son unos tontos' - pensó Shippou; y luego se percató de algo que Miroku y Sango no habían notado aún - "¿¡Huh!? ¡Miren! ¡Están perdiéndose de algo!" -
En ese momento se dieron cuenta de que Miko e Inuyasha se habían levantado y se estaban acercando cada vez más. Como solo había un par de binoculares, Sango y Miroku empezaron a pelearse por ver quien vería la escena resultante, así Shippou uso su truco de convertirse en objetos para volverse en un segundo par de binoculares que Sango tomó y uso. Luego, todos contuvieron la respiración cuando vieron lo que pasó a continuación: desde la imagen reflejada en clara superficie del lago, se vio que Inuyasha y Miko se besaron, cubiertos por las mangas del haori de Inuyasha, del mismo modo que Inuyasha y Kikyou lo hicieron hace mucho tiempo...
No es exactamente igual a como sale en la historia, pero se entiende. Creditos a Edy Scotti por esta hermosa ilustracion. |
A la mañana siguiente, les tocó un despertar muy agitado, pero con una sorpresa muy agradable...
- "¡Vamos, despierten!" - les dijo Miroku enérgicamente.
- "Uh... ¿Qué ocurre?" - preguntó Miko con cara de sueño.
- "Tengo sueño…" – dijo Inuyasha mientras perezosamente se frotaba los ojos.
- "¡Descubrimos una manera de restaurar sus memorias!" - exclamó Sango alegremente.
Al oír eso, Miko se despertó por completo y se alegró mucho:
- "¿¡En serio!?" – dijo mientras se levantaba de su futon.
- "¡Sí! ¡Un viajero nos contó un rumor sobre una cueva en las montañas al este de la aldea; y sobre que allí se encuentran dos medallones que tienen el poder de regresarle la memoria a quienes la han perdido! ¿Quieren venir a buscarlos con nosotros?" - les preguntó Sango con entusiasmo.
- "¡Sí! ¡Vamos!" - respondieron ambos.
Y empezaron a hacer los preparativos. Inuyasha cargaba a Tessaiga en su funda y atada a su cintura, mientras que Miko cargaba un arco pequeño y un carcaj lleno de flechas en la espalda. Al ver que con su pequeño cuerpo no podría llevar ese peso, Sango decidió cargar la mochila de Miko en su lugar. Antes de partir, fueron a despedirse de Totosai y de Kaede.
- "Bueno, lamento no poderte entrenar más, Miko, pero con las habilidades que tienes ya debería ser suficiente para que puedas defenderte" - le dijo Kaede mientras sonreía para tratar de darle ánimos.
- "Y tú también Inuyasha, con que sólo manejes el Kaze no Kizu ningún monstruo podrá interponerse en tu camino" – le dijo Totosai con seriedad.
- "Ahora, vayan y tengan mucha suerte. Espero que cuando nos volvamos a ver ya hayas recuperado tus recuerdos" - le dijo Kaede a Miko.
- "¡Si, gracias, Kaede-obaasan!" - le dijo Miko alegremente mientras se inclinaba ante ella.
- "Yo también le doy las gracias, Totosai-sensei" - le agradeció Inuyasha mientras se inclinaba ante él.
- "Sí, sí, ahora ve con cuidado" - le dijo Totosai; aunque luego pensó lleno de pesar - 'Lástima que este trato que me da desaparecerá en cuanto vuelva su memoria" -
- "¡Vuelvan pronto!" - les dijo Ai alegremente.
- "¡Cuídense!" - les dijo Asagi para darles.
- "¡Espero que ningún monstruo se los coma!" - les dijo Dai a modo de burla.
- "¡Sí! - se despidió Roku del mismo modo que su hermano.
- "¡Espero que consigan su objetivo!" - les deseó Moegi con una sonrisa.
- "¡Hagan su mejor esfuerzo!" - se despidió Shion animadamente.
- "¡Gracias! ¡Nos vemos después!" - se despidió Miko sonriendo, muy agradecida de que les estuviesen dando tanto apoyo.
- "¡Bueno, entonces, sin importar los peligros y los obstáculos en el camino, vayamos a buscar esos medallones!" – dijo Miroku animadamente cuando se pusieron en camino.
- 'Aunque a mí no me gusta la idea, porque ya Kagome no va querer jugar conmigo e Inuyasha me va a dar de golpes de nuevo' - pensó Shippou con desagrado.
Y partieron en un nuevo viaje en busca de un modo de devolverle la memoria a Miko y a Inuyasha.
{Fin del Episodio}
{Ending: Fukai Mori}