Capítulo 13:
Las Lágrimas de Kikyou
(Opening: One Day, One Dream)
(BGM: Underworld Eldy Rue – Chikayo Fukuda)
- "¡Whoa! ¡Esto es igual a la cueva de los manantiales!" - dijo Sango mientras miraba a los muros de cristal azul.
- "¡Es realmente bonito!" - dijo Kagome emocionada.
Todos estaban tan maravillados al ver la belleza de la cueva combinado con el suave fulgor que emitían los muros de cristal a pesar de la ausencia de luz del exterior. Sin embargo, esto les hacía díficil la tarea de seguir a Takurou sin perderse en los túneles que formaban la cueva.
- "¡Yo pensaba que el Templo del Dragón era una belleza, pero esta cueva lo supera miles de veces!" - dijo Gerardo mirando a su alrededor, el cual era el que se perdía más fácilmente al distraerse con los muros de cristal.
- "¡Quisiera poder llevarme algunos de estos a casa!" – dijo Gabriela con los ojos brillantes.
- "¡Yo también!" – exclamó Kagome.
- "¡Mejor no se queden mirando mucho si no quieren perderse!" - les gritó Inuyasha mientras jalaba a Kagome del brazo y seguían avanzando con los demás.
- "¡Oigan, no nos dejen atrás!" - dijo Gerardo enfadado.
- "¡Espérennos!" – gritó Gabriela irritada mientras apuraban el paso para no quedarse atrás.
Continuaron siguiendo a Takurou por el serpenteante camino de la cueva, tratando de no distraerse demasiado con los cristales de la cueva. Esta tarea sólo se les hizo más díficil conforme avanzaban, ya que habían empezado a variar en color y aparte de azules, también eran verdes, rosados, púrpuras y de toda la gama de colores imaginables.
(Fin BGM)
(BGM: Crystal Palace – Dennis Martin)
Al final, la cueva dejó de ser un pasaje estrecho y se abrió en forma de un gran domo. Las paredes de la estancia tenían pedestales alrededor, cada uno de los cuales tenía sobre sí un cristal de diferente color, los cuales brillaban con más fuerza que cualquier otra joya que hubieran visto hasta ese entonces. Al fondo se encontraba un pequeño río que cual salía de la estancia a través de un gran agujero en la pared; y en el centro se encontraba la atracción principal de todo el lugar: un gran cristal azul flotando sobre un altar circular de cristal blanco. Dentro del cristal, se encontraba una esfera azul que tenía marcas con forma de gotas de agua esparcidas por toda su extensión.
- "Esta cueva es realmente espectacular" - dijo Miroku sin aliento - "Es imposible que la naturaleza sola haya hecho algo así" -
- "Podríamos decir lo mismo de la cueva de los manantiales" - dijo Inuyasha - "Ambos lugares se parecen bastante" -
- "Ese cristal…" - dijo Gerardo mientras lo observaba fijamente.
- "¿Qué tiene de especial?" - preguntó Inuyasha cruzándose de brazos.
- "Ese cristal… ¡Es el Cristal Elemental del Agua!" - exclamó Gerardo con ojos del tamaño de platos soperos - "¡Ese cristal es el origen de mis poderes; y el punto de origen de toda el agua que corre por Dragonia!" -
- "¿¡QUUUUEEEÉ!?" - exclamaron todos menos Takurou y Kikyou.
- "Es verdad" - dijo Takurou mientras suspiraba - "Cuando la aldea fue edificada en este lugar hace alrededor de 70 años, un dragón azul se apareció ante nosotros y nos dijo que siempre tendríamos paz y prosperidad mientras este cristal estuviera a salvo. Nosotros llamamos a ese dragón Suijinryuu-sama" -
- "Eso explica porque tienen una estatua de un dragón en el interior de su templo" - dijo Kikyou mientras observaba el cristal y a Gerardo con interés.
- "Nosotros lo conocemos como Iadlast-sama; y él fue quién me otorgó a mí el poder sobre el agua" - dijo Gerardo mientras sacaba su cristal de dragón del interior de sus ropas y lo levantaba en alto - "Lay... hydragyuu, sos, hydrast eiralme, himiarea paf crillial tast layhallialia ika! ¡Oh, Iadlast, pido tu permiso para ingresar a tus sagrados dominios!" -
(BGM: Garden of God – Yasunori Mitsuda)
- "Joven portador del poder del agua, tú y tus amigos son bienvenidos en mis recintos" - dijo una voz conocida. Todos se preguntaron de dónde provenía la voz; y antes de que pudieran precisar cuál era su punto de origen, una explosión de agua surgió del cristal e Iadlast apareció de ella.
- "¡Iadlast-sama!" - dijeron todos a la vez menos Gerardo, Takurou y Gabriela.
- "¡Lord Iadlast!" - dijeron ambos hermanos.
- "¡Suijinryuu-sama!" - dijo Takurou al mismo tiempo que los demás.
Nadie se imaginaba que Iadlast fuera a aparecer en un lugar como este, a pesar de que el Cristal Elemental del Agua estuviera allí.
- "Iadlast-sama" - dijo Miroku arrodillándose junto a los demás - "No esperábamos estar ante su presencia en este remoto lugar…" -
- "Este lugar es mi Layhallialia, o Recinto Sagrado" - explicó Iadlast - "Y debo permanecer aquí para evitar que el mal contamine el Cristal del Agua" -
- "¿Eso significa que todos los Dioses Dragón también tienen un Recinto Sagrado y están custodiando un cristal elemental?" - preguntó Sango.
- "Así es, joven exterminadora" - respondió Iadlast - "También deseo decirles esto: ¿ven esa esfera que se encuentra adentro del cristal?" -
Todos se fijaron en la esfera azul con marcas de agua que estaba adentro del cristal.
- "Esa esfera es la que realmente le da el carácter especial a este cristal…" - dijo Iadlast con una sonrisa - "Ya que se trata del Núcleo Elemental del Agua" -
- "¿Y qué significa eso exactamente?" - preguntó Kikyou intrigada.
- "Significa que no es de importancia si el cristal es destruido, ya que su función es simplemente servir de protección al Núcleo" - dijo Iadlast cerrando los ojos - "Sin embargo, si el Núcleo es destruido, yo desapareceré, al igual que toda el agua y líquidos que existen en Dragonia…" -
- "Sabiendo esto, no sería raro que Tenebross estuviera cazando este lugar…" - dijo Gerardo mientras su expresión se volvía tensa.
- "Creo que ahora es mi turno de hacerles una pregunta… ¿Qué razón los hizo venir hasta aquí?" - preguntó Iadlast con un tono gentil mientras abría los ojos de nuevo.
- "Hemos venido por un cristal que podamos usar para el medallón de memoria de Kagome" - explicó Inuyasha flexionando ambos brazos y cerrando ambas manos en puños.
- "Hmm, recuerdo que esa niña fue una de las personas que tomaron nuestra prueba hace algunos días. Bien, permítanme ver qué puedo hacer por ella…" - dijo Iadlast, y luego de examinar a Kagome y su medallón por un momento, levitó hacia los pedestales coronados por cristales que estaban esparcidos por la galería.
Examinó los cristales uno por uno, pero aparentemente, ninguno de ellos parecía tener lo que necesitaba a juzgar por las reacciones que podían ver de Iadlast. Finalmente, se acercó al cristal más oscuro de la galería, y en cuanto lo tocó con su nariz, comenzó a brillar en verde: era una esmeralda.
- "Si, esta es" - dijo Iadlast mientras la tomaba suavemente con una de sus patas delanteras y se la llevaba a Gerardo - "Esta esmeralda les servirá para sus propósitos. Sin embargo, deben esperar a que la ilumine la luz del sol. Eso la activará y permitirá que cumpla la función que debería tener" -
- "Entendido, ¡y muchas gracias!" - dijo Gerardo inclinándose ante el para luego guardar la esmeralda en su Dragtemn.
- "¡Entonces solo tenemos que esperar hasta mañana y Kagome volverá a la normalidad!" - dijo Inuyasha mientras saltaba de alegría, emoción que todos estaban compartiendo en ese momento. Kagome aún no entendía que estaba pasando, pero aún así se alegró al ver como todos le tenían tanto aprecio.
(Fin BGM)
- "¡Pero primero veamos si sobreviven a esta noche!" - dijo una voz que aparentemente provenía de la nada, lo cual los congeló a todos cuando se disponían a irse.
- "¿¡Quién dijo eso!?" - preguntó Miroku de inmediato, mirando en todas direcciones. Un chorro de agua oscura salió del río que provenía del cristal y se materializó en forma de un demonio: parecía ser un hombre pulpo, el cual llevaba una armadura azul oscuro y portaba una gran lanza.
- "¡Insui!" - dijo Iadlast indignado - "¿¡Cómo te atreves a profanar estos sagrados territorios!?" -
- "No tengo ningún interés en pelear contigo o con tus lacayos, Iadlast" - dijo Insui mientras se reía maliciosamente de la deidad - "Sólo vine a destruir el Núcleo y a llevarme a esa niña" -
- "¡Ni creas que te permitiremos eso!" - dijo Gerardo mientras él y los demás desenfundaban sus armas.
- "Yo también les ayudaré en lo que pueda" - dijo Iadlast levitando sobre ellos.
- "Como el sacerdote de más alto rango en Ryuusei, esto también es mi responsabilidad" - dijo Takurou con una mirada seria mientras se colocaba al lado de Gerardo.
- "Que divertido. Veamos que tienen para ofrecer entonces…" - dijo Insui haciendo como si la sola idea de una batalla lo aburriera.
- "¡Ya veremos si te sigues creyendo la gran cosa ! ¡KAZE NO KIZU!" - gritó Inuyasha mientras agitaba su espada para lanzar las ondas de energía, pero no sirvió de gran cosa porque Insui se volvió agua, esperó a que pasara la onda y se solidificó de nuevo.
- "Tsk, tsk, tsk. ¿Es eso lo mejor que puedes hacer, niño perro?" - dijo Insui meneando un dedo a modo de burla mientras negaba con la cabeza. Inuyasha estalló en cólera.
- "¡NO ME LLAMES ASÍ!" - gritó mientras iba hacia Insui agitando a Tessaiga como un loco, pero Insui sólo se liquidizaba cada vez que intentaba conectarle un mandoble.
- "¡Eres muy lento!" - dijo y luego lo propinó un puñetazo en la cara con tanta fuerza que lo mandó volando de vuelta con los demás.
- "¡Maldito bastardo! ¡Me las pagarás!" - dijo mientras se ponía en pie a la vez que se sobaba el sitio donde lo había golpeado.
- "¡ABAJO!" - gritó Gabriela. Esto hizo que tanto Inuyasha como Gerardo cayesen de bruces al suelo; y por poco no se cortaron a sí mismos con sus propias espadas.
- "¿¡Por qué demonios hiciste eso!? ¡Casi nos matas!" - gritaron ambos al mismo tiempo y con tanta fuerza que toda la galería tembló. Los demás, incluso Iadlast e Insui, se les quedaron viendo con una gran gota encima cada uno; y los tres no pudieron hacer más que ponerse de un rojo brillante.
- "¡Si terminaron con sus estupideces, es hora de que los haga papilla! Olpla siat, yallal hydrast toi, sos koulltam yst shadlial tastssaks ika! Black Water!" - gritó Insui mientras les lanzaba una ola de agua negra.
Gerardo invocó su armadura de dragón y de inmediato dio una palmada:
- "Olpla siat, lay hydrast toi, protasec sos fias ika! Tidal Current!" - dijo mientras movía sus manos hacia el frente, lanzando una ola de agua igual de grande que la de Insui, aunque ambas palidecían en comparación con el Tsunami que había empleado en ocasiones anteriores. Ambas olas se anularon entre sí cuando hicieron contacto.
- "Seiryuu, no debes atacarlo con ataques elementales de Agua" - le dijo Iadlast. La mayor parte del grupo inicialmente mostró miradas de asombro al escuchar como Iadlast llamaba a Gerardo por su alias, pero al recordar quién era, el asombro desapareció de sus mentes.
- "¿Esa cosa puede absorber mis ataques y curarse con ellos?" - preguntó Gerardo sintiendo como el alma se le caía a los pies, lo cual significa que iba a resultar inútil en esta batalla.
- "Solamente los ataques elementales de Agua, como el Tsunami o el Water Saber. Sin embargo, ataques no-elementales como los mandobles normales de espada, la Dragon Wave e incluso algunos ataques combinados si pueden dañarlo" - explicó Iadlast con una sonrisa - "Así que no pienses que eres un inútil" -
- "¡Sólo destrocémoslo de una vez!" - gritó Inuyasha - "¡Kaze no Kizu!" -
- "¡Entendido! Watsa ya, hydrast xyaza cezet paewat ika, yst hakisa tastsaks ika! Water's Wound!" - gritó Gerardo mientras ambos lanzaban sus ondas de energía, la cuales se fusionaron de nuevo en un vórtice verde claro.
- "Destruction Vortex!" - gritaron ambos al mismo tiempo mientras el vórtice se dirigía hacia Insui, el cual no se liquidizó a tiempo para evitarlo.
- "¡Y no nos dejen fuera a nosotros!" - dijo Miroku mientras él y Takurou le arrojaban varias ofudas a Insui y Sango le lanzaba una bola de gas venenoso.
- "Esto… no acabará… conmigo" - dijo Insui jadeando luego de los múltiples impactos que había recibido.
- "No parece ser tan díficil para ser un demonio elemental…" - dijo Gerardo. Sin embargo, antes de que pudieran reaccionar, Insui se liquidizó y rodeó el cristal en su forma acuosa.
- "Por confiados, ¡van morir todos ustedes!" - dijo él mientras el cristal y el Núcleo que contenía empezaban a atenuarse.
- "¿¡Qué está haciendo esa cosa!?" - preguntó Kikyou teniendo un terrible presentimiento respecto a las acciones del demonio.
- "¡Esta curándose al absorber el poder del Núcleo y a la vez está intentando corromperlo!" - dijo Iadlast espantado mientras intentaba atacarlo con sus garras para apartarlo del cristal, pero ni siquiera él podía dañarlo mientras Insui estaba en su forma líquida.
- "¿¡No puedes obligarlo a tomar forma sólida o algo!?" - preguntó Inuyasha irritado.
- "Desafortunadamente, su esencia es una forma distorsionada de la que yo domino. Por tanto, ¡no puedo manipular su naturaleza!" - dijo Iadlast angustiado.
- "¡Kazaana!" - gritó Miroku mientras trataba de absorber a Insui, pero se había fijado de tal forma al cristal que ni siquiera el jalón de la maldición de Miroku podía separarlo. Iadlast tuvo que mantenerse pegado al techo de la caverna con sus garras hasta que Miroku desistió de sus intentos de absorberlo. Luego, continuó tratando de atacarlo.
- "¡Iadlast-sama, apártese!" - le gritó Kikyou mientras dos Flechas Sagradas: una lanzada por ella y otra lanzada por Kaede, volaban por los aires y golpeaban en el cristal. Esto hizo que el cristal y el Núcleo comenzasen a brillar más intensamente y la luz que liberaron obligó a Insui a separarse.
- "¡Malditas mikos! No pude corromper el Núcleo, ¡pero al menos logré absorber suficiente energía para recuperarme y destruirlos a todos!" - dijo mientras se liquidizaba y se dirigía hacia Gabriela a toda velocidad.
- "¡Yumeko, haz algo antes de que te ataque!" - dijo Gerardo volando hacia ella tan rápido como le era posible para intentar protegerla, pero no llegaría a tiempo: Insui era mucho más veloz.
- "Ist wasriats oschmere illyusea kiabze pawatz zosph, phaph myya zosph phiaphz cai... Illyusea Pawatz! ¡Dragoon!" - gritó Gabriela cuando Insui estaba por llegar a ella. Empezó a brillar en luz blanca, se encerró en una esfera también blanca; y cuando emergió de ella, llevaba su armadura de dragón blanca y a su arco le habían aparecido diamantes cerca de los culatines y el resto de la flecha.
- "¡No pensé que esta mocosa también pudiera utilizar sus poderes!" - dijo Insui mientras ponía algo de distancia entre sí y ella, atemorizado de la luz que ella estaba emitiendo - "Pero no importa: ¡ella es el eslabón más débil de su grupo!" -
- "¿¡A quién llamas débil!?" - preguntó Gabriela furiosa mientras cargaba una flecha en su arco, la cual empezó a brillar con una luz plateada tan pronto como empezó a tensar la cuerda para dispararla - "Watsa ya briyauik seleila, lusellsya sossaks, yst gaivz pawat sos royawfle ika, soif protasec sos fias ika! Fullmoon Arrow!" -
La flecha impactó directamente a Insui y la magia que contenía lo obligó a tomar de nuevo su forma sólida.
- "¡Maldita! ¡Así que eres elemental de la Luna!" - dijo Insui furioso mientras apretaba sus colmillos.
- "Ah, ¡ya veo! ¡Como la luna puede controlar las mareas, también puede ejercer cierto control sobre las criaturas elementales de Agua!" - dijo Gerardo con una sonrisa en su rostro - "¡Yumeko, es hora de una técnica cuádruple!" -
- "¿Pero cuál?" - dijo Gabriela con una expresión de desconcierto igual a la que todos los demás reflejaban en sus rostros.
- "¡Lanza una Light Arrow a mi espada al mismo tiempo que Kikyou y Kaede lanzan una Flecha Sagrada cada una!" - dijo Gerardo mientras empezaba a recitar el hechizo para su Water Saber.
- "¡De acuerdo!" - respondió ella mientras comenzaba a cargar su próxima flecha con energía.
- "¿No es eso un poco riesgoso, onee-sama?" - preguntó Kaede mientras se alistaba.
- "Si tienes confianza en él, todo saldrá bien" - dijo Kikyou sonriendo extrañamente mientras preparaba una Flecha Sagrada - "Que estoy segura de que así es como han triunfado en las batallas en las que han participado" -
- "¡AHORA!" - gritó Gerardo mientras su espada comenzaba a brillar en azul.
Las tres flechas se dispararon al mismo tiempo, volando por los aires cubiertas de energía blanca y púrpura, y cuando golpearon la hoja de la Ryuuga, la espada empezó a brillar en un azul platinado.
- "¡Hallowed Saber!" - gritó mientras corría hacia Insui y lo golpeaba con la Ryuuga energizada. Insui terminó gravemente herido, pero aparentemente los efectos de la Fullmoon Arrow de Gabriela ya habían expirado, ya que trató de escaparse tomando forma líquida de nuevo.
- "¡Kaede! ¡Dispárale la flecha de hielo!" - dijo Miroku cuando lo acometió una repentina corriente de inspiración - "¡Si no estoy equivocado, esa flecha debería congelarlo!" -
Kaede sólo asintió, y mientras sacaba la flecha azul claro de su carcaj y se preparaba para dispararle, recitó las palabras que estaban escritas en ella: -"Ist cielba clyezet iadlicae ilical thafz ical!"-
Tan pronto como la flecha tocó a Insui, lo convirtió en una masa de hielo sólido.
- "Hehe, me alegro que Miroku hubiese recordado la flecha, y que hubieses confiado en mi lo suficiente para recitar lo que las letras grabadas en ella decían aunque no supieras que era un hechizo similar a los que nosotros empleamos" - dijo Gerardo con una sonrisa de satisfacción.
- "Y veo que a esto es a lo que te referías cuando dijiste que "congelaría en el acto cualquier problema", ¿eh?" - dijo Kaede entre risitas.
- "¡Hablaremos después! ¡Ahora, acabemóslo!" - gritó Inuyasha mientras corría con la Tessaiga en alto para golpear a Insui. Miroku, Sango y Gerardo también fueron y empezaron a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
- "¡No podemos destruirlo! ¡Este hielo está demasiado duro!" - dijo Sango mientras seguían golpeando el hielo, el cual no se había agrietado siquiera a pesar de la fuerza con la que estaba golpeándolo.
- "¡Maldición! ¡No esperaba que esta masa terminase resultando tan sólida!" - dijo Gerardo irritado - "No debí haberle puesto tanto poder al hechizo de la flecha..." -
- "Aunque lograsen quebrar ese hielo, no sería suficiente para acabar con Insui, así que les otorgaré esto…" - dijo Iadlast y de inmediato empezó a cantar - "Zyacc alttyaok zosph, Iadlast, quarlart dea iadlast, jila oalmia zosph yiliab gull iadlast, gyalaz zosph pawatz zosph narrazil cai" -
Luego dio un aletazo en dirección a ellos, y la corriente de aire resultante hizo que sus armas comenzasen a resplandecer en un azul brillante.
- "He encantado sus armas con mi poder, pero me aseguré de no poner mi energía elemental en ellas para que no lo curen. ¡Ahora, expúlsenlo de este terreno sagrado!" - dijo Iadlast enérgicamente.
De inmediato reanudaron el ataque, y esta vez sus golpes si lograron abrir agujeros y grietas en el hielo. Esto finalmente culminó cuando Gerardo e Inuyasha saltaron y golpearon al congelado Insui con sus espadas desde arriba al mismo tiempo. La fuerza del ataque fue tal que completamente quebró la masa de hielo.
- "Finalmente, hemos ganado" - dijo Gerardo mientras él y Gabriela anulaban sus transformaciones y se sentaban jadeando en el suelo.
- "Si, al fin lo hemos derrotado" - dijo Miroku muy suavemente mientras sonreía. Todos comenzaron a celebrar su victoria de inmediato. Sin embargo, no se dieron cuenta de que una esfera de agua negra se arrastraba por el suelo y se acercaba a Kagome…
- "¡AAAAHHHHH!" - gritó ella asustada.
- "¡Kagome!" - gritaron todos mientras corrían hacia ella. Kagome estaba ahora envuelta en una burbuja de agua negra y parecía estarse asfixiando.
- "Aún si muero, ¡por lo menos me llevaré a la niña de los poderes sagrados conmigo!" - dijo Insui. Aunque no podían ver más su cara, podían escuchar su voz claramente.
- "¡Suéltala, maldito esperpento!" - grito Inuyasha furioso.
- "¿Y cómo planeas obligarme a hacer eso?" - preguntó Insui burlonamente - "Si tratan de atacarme, podrían terminar matándome... ¡Pero no me hago responsable de lo que le pase a ella!" -
- "¡Eres un maldito cobarde!" - dijo Gerardo enfurecido ante el demonio recurriendo a un acto tan sucio y bajo - "¡De todas formas no puedes matarla! ¡Tenebross la necesita viva para extraer sus poderes!" -
- "Coff… Coff… ¿Por qué siempre me están llamando la niña de los poderes sagrados?" - preguntó Kagome irritada, pero con gran esfuerzo porque Insui la estaba constriñendo, dificultándole más la respiración con cada segundo - "Y Seiryuu-nii tiene razón: escuche que esos monstruos me necesitan viva para sacar eso de mí, ¡y no podrán si muero!" -
- "¡Ambos están tristemente equivocados! ¡Si mueres, podré extraer los poderes de tu cadáver mucho más fácilmente y se los enviaré a Lord Tenebross antes de dejar este mundo!" - dijo Insui con una voz demente - "¡Mwahahahaha!" -
- "¡Maldita sea...!" - dijo Inuyasha mirándolo con furia.
Todos estaban de manos atadas; furiosos y frustrados por no poder hacer nada para salvar a Kagome. Ni siquiera Iadlast podía hacer algo para ayudarlos, y aunque estaba enviándole oxígeno a Kagome para mantenerla con vida por algo más de tiempo mientras intentaban hallar una solución, Kagome empezaba a desmayarse por la falta de aire y su visión comenzaba a oscurecerse.
- "¿Es… este... mi fin…?" - pensó tristemente mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, pensando que jamás volvería a ver a su familia. Pero entonces, empezó a surgir una luz brillante de enmedio de la oscuridad. Comenzó como sólo una pequeña esfera, pero entonces comenzó a crecer hasta que tomó la forma de una joven: era la misma Kagome pero en su verdadera edad.
- "¿Quién... eres?" - preguntó la pequeña.
- "Sería muy complicado explicártelo por ahora. Te enterarás cuando pase el tiempo necesario" - le respondió la Kagome mayor mientras le sonreía.
- "No creo que vaya a vivir lo suficiente para descubrirlo... *sollozo*" - dijo la pequeña Kagome mientras empezaba a llorar - "Ese monstruo está a punto de matarme... *sollozo* y mis amigos no pueden hacer nada para ayudarme..." -
- "Solo debes confiar en ellos, así como tener más confianza en ti misma. Tú también tienes un poder especial durmiendo dentro de ti, ¿recuerdas? Sólo debes encontrar la forma de dejarlo salir" - le dijo la Kagome mayor mientras comenzaba a desvanecerse.
- "¿Pero cómo lo hago?" - preguntó la pequeña Kagome.
- "¡Sé que lo descubrirás por ti misma!" - le dijo la Kagome mayor mientras la iluminaba un estallido de luz y se desvanecía en una lluvia de polvo brillante.
Kagome entonces despertó y regresó a la realidad: ella aún estaba asfixiándose dentro de la repugnante agua negra en que se había convertido Insui y sus amigos y compañeros seguían mirándola con preocupación, impotentes ante la situación.
- "Suél… tame" - dijo Kagome suave, pero claramente.
- "¿Qué dijiste, mocosa?" - preguntó Insui, pensando que había oído mal lo que ella dijo.
- "¡He dicho… que me sueltes!" - gritó Kagome.
- "¡Oh, qué miedo! ¡Si quieres que te suelte, tendrás que destruirme; y eso es imposible para una bebita que ni siquiera puede usar sus poderes!" - dijo Insui burlándose de su víctima y riendo. Pero su risa llegó a su final cuando el cuerpo de Kagome empezó a brillar con una intensa luz blanca.
- "¡Kagome está liberando su poder espiritual!" - dijo Kikyou mientras abría sus ojos al máximo de la sorpresa - "¡Nunca hubiese esperado que ella fuese capaz de liberar una cantidad de energía tan grande en esa forma de una niña de cinco años!" -
- "Onee-sama, ¿es posible que alguien pueda tener tanto poder como tú?" - preguntó Kaede sorprendida ante las palabras de Kikyou.
- "Sus poderes están al mismo nivel que los míos, pero los tenía bloqueados al igual que sus memorias" - dijo Kikyou apretando los dientes.
Todos empezaron a acercarse a Kagome e Insui, el cual estaba inmovilizado. Aunque aún estaba en su forma acuosa, podían escuchar sus gemidos de terror por lo que Kagome estaba haciendo.
- "Este es su final" - sentenció Iadlast mientras cerraba sus ojos solemnemente - "Puedo sentir el poder que Kagome está por desatar, y en ese estado debilitado, Insui no podrá resistir un choque de energía tan poderoso" -
- "Por última vez… ¡SUÉLTAMEEEE!" - gritó Kagome mientras liberaba una explosión de luz tan fuerte que Insui se vaporizó y dejó de existir por completo mientras gritaba de terror. Kagome cayó al suelo de pie, pero se desmayó a los pocos segundos, aunque Inuyasha se las arregló para atraparla antes de que tocara el suelo.
Al instante siguiente, un pequeño trozo de cristal negro cayó a su lado: era el Fragmento de Sombras que Insui cargaba consigo, así que Gabriela se apresuró y lo guardó en la Bolsa de Luz que cargaba.
- "Por lo visto el kosode que Orimi le entregó sirvió bien para desbloquear sus poderes" - dijo Gerardo mientras miraba a Kagome y le acariciaba las mejillas suavemente. Luego escucharon algunas pisadas acercándose a ellos, pero sólo se trataba de Sesshomaru.
- "Si viniste buscando una pelea, llegas tarde, querido hermano" - le dijo Inuyasha burlonamente - "Ya hemos vencido al demonio que Tenebross envió esta vez" -
- "Cállate, Inuyasha" - replicó Sesshomaru. Aunque su expresión era la misma de siempre, su voz reveló que estaba enfadado, lo cual hizo reír a todos.
- "Bueno, deberíamos marcharnos. Ya no tenemos asuntos pendientes aquí" - dijo Gerardo con una sonrisa.
(BGM: Kaze no Teema – Kouchirou Kameyama)
- "Esperen un momento, Seiryuu, Yumeko" - les dijo Iadlast mientras levitaba frente a ellos - "Ambos han demostrado sus cualidades como dragoons; y por ello, es hora de que les otorgue más de nuestro poder" -
Luego, hizo aparecer un par de medallones delante de él y los dejó flotando en el aire frente a cada uno de los hermanos: uno era azul con el símbolo del Agua y el otro era blanco con los símbolos de la Luz y la Luna. Ambos medallones llevaban una pequeña llave de su mismo color dentro del símbolo del elemento; y por detrás, tenían un cerrojo.
- "Estos medallones son para desbloquear el nivel siguiente del poder de dragón, ¿correcto?" - preguntó Gerardo mientras él y su hermana tomaban su medallón respectivo.
- "Si. Y creo que no necesito explicarles cómo usarlos, ya que ambos lo saben muy bien" - dijo Iadlast mientras comenzaba a desvanecerse - "Bueno, es tiempo de que salgan. Me despido y les deseo buena suerte en sus viajes" -
El suelo de la cueva empezó a brillar intensamente con una luz azul mientras un emblema de dragón hecho de esa misma luz aparecía debajo de ellos. La luz se volvió tan brillante que los cegó y sintieron que eran arrastrados suavemente hacia arriba para luego bajar suavemente. Cuando la luz se atenuó lo suficiente como para que pudieran ver donde estaban de nuevo, se encontraron aún dentro de la cueva pero cerca de la salida.
- "Tal parece Iadlast-sama nos teletransportó a la entrada de la cueva" - dijo Takurou lleno de asombro - "Por favor discúlpenme, debo relatarles todo lo sucedido a los demás sacerdotes" -
Luego comenzó a caminar en dirección a la salida, pero se detuvo cuando apenas había dado unos pasos.
- "¿Qué pasó?" - dijo Kagome. Ya se había despertado y estaba moviéndose hacia arriba y abajo, como estuviese intentando decirle a Inuyasha que quería estar en el suelo.
- "Kagome, ¿estás bien?" - le preguntó Inuyasha mientras la ponía en el suelo.
- "Sí, Inuyasha-nii" - dijo para después dejar salir un gran bostezo - "Pero estoy muy cansada y tengo sueño..." -
- "Y nosotros también" - dijo Gerardo estirándose mientras Gabriela bostezaba - "La batalla con Insui fue muy agotadora..." -
- "¿Pero que pudo haber sucedido para que Takurou-sama se detuviese en ese lugar?" - preguntó Sango. Los demás también tenían curiosidad al respecto, y luego de mirarse las caras, caminaron hacia la salida. El motivo se hizo evidente cuando se acercaron lo suficiente.
- "Kouga, ¿por qué eres tan terco con lo de buscar a Kagome?" - gemía la voz de una chica, que sonaba familiar - "¿No entiendes que yo te amo más?" -
- "¡Ayame, ya déjame en paz!" - contestó la voz de Kouga - "¡Solo quiero ver si Kagome está a salvo, ya que su olor cambió de nuevo!" -
- "Creo que ya puedo hacerme una idea de porque es la discusión…" - dijo Gerardo con una mirada desagradable en sus ojos, ya que le tenía cierta antipatía a Kouga. Luego caminó hasta que estuvo delante de ellos.
- "Oh vaya, Kouga, el gran jefe de los lobos nos complace con su presencia" - dijo Gerardo sarcásticamente.
- "No me gusta tu tono de voz. ¿Y quién diablos eres?" - preguntó Kouga irritado.
- "Es un nuevo compañero nuestro Kouga, su nombre es Seiryuu" - dijo Sango - "Y nos ha ayudado mucho" -
- "Hmph, tiene un aire similar al bestia aquél. Y hablando de él, ¿adónde se fue ahora?'" - preguntó antes de comenzar a olfatear el aire - "Huelo su repugnante olor cerca de aquí, pero también se siente un poco diferente" -
- "¿Me buscabas, lobo sarnoso?" - preguntó Inuyasha arrogantemente mientras salía de detrás de los demás.
- "¿¡Qué…!?" - dijo Kouga sorprendido, pero luego empezó a reírse con tanta fuerza que parecía que se iba a asfixiar - "No… puedo… creer que… seas… tan… ¡ESTÚPIDO! ¿¡Han pasado dos semanas desde eso y aún no regresas a la normalidad!? ¡Eres patético!" -
- "¿¡A quién llamas estúpido, idiota!?" - gritó Inuyasha furioso. Obviamente no le hacía ninguna gracia la situación - "¡Te haré pedazos!" -
Gerardo inicialmente consideró inmiscuirse en esto, pero pensó que sería mejor que Inuyasha lo arreglara sólo y decidió que intervendría solo si era realmente necesario.
- "¡Si, claro! ¡Y aún así sigues siendo un mocoso!" - dijo Kouga burlándose y riéndose de él - "¡No puedo creer que aún no hayas encontrado la cura!" -
- "Aah..." - suspiró triste y solitariamente Ayame - "Kouga sigue siendo tan molesto como siempre, por no decir que actúa tan infantil que la forma de niño de Inuyasha le quedaría mejor a él, la verdad" -
- "Hola, Ayame" - dijo Miroku casualmente - "¿Que han estado haciendo desde la última vez que nos vimos?" -
- "Explorando la región en busca de Naraku, pero últimamente se ha hecho más difícil encontrar pistas de su paradero" - respondió Ayame con una sonrisa - "Pero... ¿no estaban buscando la cura para ellos dos?" -
- "Sí; y la habíamos encontrado" - respondió Sango - "Pero… Naraku lo arruinó todo cuando le puso una maldición a Kagome hace unos días y…" -
- "¿Kagome?" - la interrumpió Kouga emocionado - "¿Y dónde está ella?" -
- "Está por aquí, pero no creo que te reconozca" - respondió Shippou mostrándole a las dos niñas tras él. Kouga corrió hacia ellas.
- "Kagome, todavía sabes quién soy, ¿verdad?" - le preguntó a Gabriela mientras le sostenía las manos. Gabriela solo se irritó, soltó sus manos de la presa de Kouga, sacó su arco y lo usó para propinarle un buen golpe en la cabeza.
- "¿¡Eres estúpido o tu olfato ya no sirve!?" - preguntó enfadada para luego señalar a Kagome mientras Kouga se sujetaba la cabeza con ambas manos por el dolor - "¡Ella es Kagome!" -
- "Me encargaré de ti después" - le dijo Kouga en un tono amenazante para luego girarse en dirección a Kagome. Gabriela sólo le sacó la lengua - "¿Kagome, eres tú? ¿Aún me recuerdas?" -
- "Err... Lo siento, onii-san…" - dijo Kagome tímidamente - "Pero no sé quién es usted..." -
Kouga se quedó paralizado de la impresión.
- "De… verdad… ¿no sabes quién soy?" - preguntó de nuevo.
- "No, no tengo idea" - respondió Kagome algo asustada. Como respuesta, Kouga se quedó con un grito mudo en la boca, como si se hubiese quedado petrificado.
- "¡Jejejeje! ¡Eso le enseñará a dejar de ser una molestia por un rato!" - dijo Gerardo partiéndose de risa al igual que los demás al observar la expresión de Kouga.
- "Bueno, haríamos bien en irnos a dormir" - dijo Miroku después de que las risas cesaron para luego girarse en dirección a la aldea - "Mañana nos espera un largo viaje" -
- "Estoy de acuerdo, Houshi-sama" - dijo Sango tras un pequeño bostezo mientras ella y los demás lo seguían.
- "Esperen un momento" - dijo Kouga apresuradamente. Al parecer, ya se había recuperado de su pequeño shock.
- "¿Y ahora qué quieres?" - preguntó Shippou algo molesto.
- "¡Cállate enano!" - respondió Kouga - "Los acompañaré hasta que Kagome vuelva a ser ella misma, pero no see confundan: lo hago por Kagome, no por ustedes" -
- "¡Y yo me quedaré también para asegurarme que él no haga nada malo!" - dijo Ayame sonriendo traviesamente.
- "¿Siempre tienes que molestarme, Ayame?" - preguntó Kouga molesto.
- "¡Es un placer para mí!" - respondió Ayame sonriente.
- "Haz lo que quieras, lobo de pacotilla" - dijo Gerardo mientras seguía de camino hacia la cabaña de Jousui con Gabriela, a la vez que los demás se dirigían a las cabañas en las que iban a dormir y Sesshomaru salía de nuevo de la aldea.
Sin embargo, antes de que se hubiesen ido a dormir…
- "Takurou-sama, discúlpeme. Deseo preguntarle algo que me ha dado curiosidad desde que nos enteramos de la existencia de este lugar" - le dijo Miroku mientras se acercaba a él.
- "¿Qué sucede, Houshi-san?" - le preguntó Takurou algo intrigado.
- "¿Por qué esta aldea tiene Ryuusei como su nombre?" - preguntó Miroku con una expresión interesada.
(BGM: Hajimete no Riku – Kouchirou Kameyama)
- "Por favor mire hacia arriba" - dijo Takurou mientras le sonreía a él y a los demás. Hicieron como se les dijo y se encontraron con la agradable sorpresa de que no solo el cielo estaba cuajado de estrellas y la Vía Láctea era perfectamente visible: también habían multitud de estrellas fugaces y cometas cruzando el negro firmamento, formando una vista tan espectacular como hermosa.
- "Creo que esto lo explica todo, ¿no es así?" - le preguntó Takurou amablemente - "Nuestra aldea tiene este nombre porque en este lugar, pueden verse estrellas fugaces con mucha más frecuencia que en otros lugares" -
- "Es hermoso…" - dijo Gabriela con una sonrisa.
- "Qué bonito..." - dijeron Kagome y Rin. Continuaron observando la hermosa vista por un rato más antes de irse a dormir.
A la mañana siguiente, comieron el desayuno y se prepararon para irse de vuelta a la Aldea de Kaede. Los niños de Ryuusei se volvieron a encontrar con ellos frente a las puertas de la aldea.
- "Bueno, ya es hora de irnos" - dijo Gerardo con una sonrisa en el rostro.
- "¿Volverán a visitarnos algún día?" - preguntó Akiko mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
- "Por supuesto. Nos aseguraremos de regresar aquí algún día, así que por favor, espérennos, ¿de acuerdo?" - dijo Gerardo mientras se arrodillaba y abrazaba a Akiko, la cual le abrazó de vuelta. Jousui luego le chocó los cinco. Gabriela luego abrazó también a Akiko.
Todos los niños comenzaron a despedirse de los demás miembros del grupo, y con sonrisas que mostraban la esperanza de volverse a ver, así como la tristeza de tener que despedirse, continuaron mirándolos mientras salían por las puertas de la aldea.
- "Bien, creo que ya es hora" - dijo Inuyasha mientras Sesshomaru y Jaken se acercaban a ellos - "Gerardo, dame la esmeralda que nos dio Iadlast ayer" -
- "Entendido. Aquí tienes" - le dijo Gerardo asintiendo mientras sacaba la esmeralda de su Dragtemn y se la entregaba.
- "¿No era Seiryuu el nombre de este tipo?" - preguntó Kouga confundido mientras Inuyasha tomaba la esmeralda y la ponía bajo un rayo de sol de los que se filtraban entre las ramas de los árboles.
- "Es sólo un alias. Su verdadero nombre es Gerardo, y el de su hermana es Gabriela" - explicó Sango mientras continuaban observando como, tras unos segundos, la esmeralda empezó a brillar con un poco más de fuerza, indicando que ya estaba lista para cumplir sus funciones.
- "Kagome, entenderás todo lo que está pasando muy pronto" - dijo Inuyasha con una sonrisa mientras le colocaba la esmeralda en el agujero vacío del medallón que Kagome llevaba alrededor de su cuello, mientras ella sonreía. Luego de que Inuyasha hubo terminado y se hubo separado de Kagome, el medallón comenzó a brillar, al igual que Kagome, y cuando la luz se apagó, ella estaba sonriendo con los ojos cerrados.
- "Así que, ¿has vuelto a ser tu misma?" - le preguntó Shippou mientras jugueteaba con sus dedos.
- "Podrías decir que sí, Shippou" - respondió Kagome entre risitas. Aunque su voz sonaba tan infantil y aguda como siempre, su forma de hablar mostraba más madurez que en días previos.
- "Bueno, entonces… ¿te parece bien si intentamos algo para asegurarnos de que el medallón funciona correctamente? ¿Podrías nombrarnos a todos?" - le preguntó Gerardo.
- "Con gusto" - dijo Kagome con una sonrisa mientras comenzaba a señalar a todos y decir sus nombres correctamente, hasta que al final… - "Y mis dos amigos más recientes son Seiryuu, cuyo verdadero nombre es Gerardo; y Yumeko, ¡cuyo verdadero nombre es Gabriela!" -
- "¡Es definitivo! Kagome… ¡bienvenida de vuelta!" - exclamó Gerardo mientras él y todos los demás corrieron hacia ella y la abrazaron. Los únicos que no se unieron a esto fueron Sesshomaru, Jaken, Kaede y Kikyou.
- "¡No! ¡Vamos!" - decía Kagome entre risas - "¡Ya es suficiente!" -
- "Lo sentimos, es que sentíamos que habíamos estado mucho tiempo sin verte" - dijo Sango luego de que se separaron un poco de ella.
- "La verdad es que traté de salir varias veces, pero la maldición que me puso Naraku me dejó prisionera dentro de mi propia mente" - dijo Kagome entristecida - "Sólo pude ayudarlos en la batalla con Insui porque en ese momento, como estaba en peligro de muerte, el sello sobre mí se debilitó lo suficiente para que pudiera usar mis poderes... Lamento haberles causado todos estos problemas..." -
- "No le des importancia. Lo que que importa aquí es que estás de vuelta" - dijo Miroku mientras le daba palmadas en el hombro.
- "Es cierto. Como tus amigos, iríamos hasta los confines del mundo para ayudarte" - dijo Gerardo con una sonrisa.
- "¡Y fue muy divertido jugar contigo!" - dijo Rin sonriendo; y Gabriela asintió con una sonrisa para confirmarlo.
- "Y se vería muy mal que estuviera con una niña que ni me recordara" - dijo Kouga, pero su comentario fue completamente ignorado por todos los demás.
- "Chicos… gracias" - dijo Kagome con los ojos llorosos por la emoción.
- "Kagome…" - empezó a decir Inuyasha.
- "Inuyasha…" - dijo Kagome. Ambos no hicieron más que pararse en frente del otro y mirarse directamente a los ojos. No podían decir nada, pero no hacían falta palabras en ese momento. Comenzaron a acercarse, y cuando estaban a solo unos milímetros el uno del otro…
- "¡Oh… vamos! ¡Ya déjense de cursilerías!" - dijo Kouga mientras se ponía entre ellos, interrumpiendo la escena. Kikyou se había girado para no continuar viendo la escenita antes de que Kouga hubiese entrado.
- "¡Bien hecho, idiota!" - dijo Gabriela molesta dándole de nuevo un golpe en la cabeza con el arco. Koga cayó al piso y empezó a sobarse en el sitio donde lo había golpeado - "¡Gracias por arruinar una bonita escena!" -
- "Y lástima que no traje mi cámara..." - dijo Gerardo amargado, sin saber que los Dragtemn tenían funciones que les permiten actuar como cámaras fotográficas y de video.
- "Como sea. Toda esa basura llamada emociones humanas no es más que una molestia" - dijo Sesshomaru mirando hacia arriba.
- "Como si nos fuéramos a creer eso" - dijo Inuyasha con una cara que mostraba que no estaba nada impresionado.
- "¿Podemos dejar de discutir y continuar nuestro camino?" - preguntó Kagome, que ya se había puesto roja de la vergüenza.
No hubo más que decir, así que solo deshicieron todo el trecho que habían andado los dos días anteriores. El descenso de la montaña y la primera mitad del viaje por las llanuras fueron fáciles comparados con la subida, ya que Miroku, Sango, Shippou y Kagome estaban montados sobre Kirara; Sesshomaru volaba por su propia cuenta; Rin, Kaede, Kikyou y Jaken iban sobre Ah-Un, Kouga, Ayame e Inuyasha iban corriendo; y Gerardo y Gabriela estaban sacando ventaja de las alas de sus armaduras e iban volando.
- "Por cierto, Kagome" - preguntó Sango - "Dejando de lado que eres una niña de cinco años pero con tus memorias de vuelta, ¿hay alguna otra cosa diferente de lo normal?" -
- "Déjame pensar..." - dijo Kagome mientras cerraba sus ojos por un momento - "No, nada. Mi mente parece estar funcionando del modo que debería, y también puedo sentir la presencia de Miko aún durmiendo dentro de mí" -
- "Hmm, parece que la maldición que te pusieron no le afectó" - dijo Miroku mientras asentía - "Es también un alivio saber eso" -
- "Sí" - dijo Kagome - "Sé que debería preocuparme más por mí misma, pero aún así... En cierto modo, me alegra que fuí la única a la que afectó la maldición" -
- "¿Te has encariñado con tu especie de personalidad alterna?" - preguntó Gerardo mientras volaba un poco más cerca de ella.
- "Podrías decir eso, Gerardo-kun" - sonrió Kagome - "Podríamos decir que pienso en ella como si fuese una especie de hermana menor para mí, como tu ves a Gaby-chan" -
- "¡Eso es genial!" - sonrió Gabriela - "Pero... ¿no te hace sentir sola el saber que nunca podrás hablar con ella o compartir tiempo con ella de ningún modo?" -
- "Sí, eso es cierto..." - dijo Kagome bajando la mirada - "Desearía que pudiésemos estar juntas, pero no parece que pueda hacer más por ella que dejarla salir para que pueda jugar cada tanto..." -
- "De cualquier modo, deberías sólo preocuparte por tí misma, Kagome" - dijo Inuyasha - "Tendrás tiempo para preocuparte por Miko luego" -
- "¿No consideras a tu forma de niño un hermano menor también, Inuyasha?" - preguntó Gabriela entre risitas.
- "¡Hnng...! ¡No responderé eso!" - gruñó Inuyasha mientras se ruborizaba y corría con más rapidez hacia adelante.
- "Realmente le es díficil ser honesto consigo mismo, ¿eh?" - dijo Sango mientras los otros lo seguían aún sorprendidos por su reacción.
Un poco después de que se las arreglaron para alcanzar a Inuyasha y dejado que su vergüenza se evaporase, Kouga decidió comentar sobre los recién llegados del grupo...
- "¿Y qué hay con esas ridículas armaduras?" - preguntó Kouga cuando estaban llegando a los límites del bosque que estaba después de las llanuras, donde habían decidido parar un momento para descansar.
- "Ah, ¿así que ridículas…?" - dijo Gerardo calmadamente, pero se notaba en su voz que estaba furioso, ya que sonaba más parecida a un gruñido de dragón que a su voz habitual. Dio una palmada - "Ya veremos eso…" -
Un pilar de agua brotó de donde Kouga había puesto el pie, poniéndolo a volar hasta que cayó de cabeza al suelo con un ruido sordo.
- "¿Qué fue eso?" - preguntó Kagome mirando a Gerardo de reojo.
- "¿Qué?" - dijo Gerardo con una voz falsamente inocente mientras se encogía de hombros cuando notó la mirada de Kagome. Kagome solo suspiró como respuesta mientras Ayame iba a revisar si Kouga estaba lastimado.
- "Rayos, ¿de dónde salió ese montón de agua?" - dijo mientras se rascaba la cabeza. De heridas sólo tuvo un par de moretones.
- "¡Creo que ya sabes con quién te metiste, lobo tonto!" - dijo Inuyasha comportándose aterradoramente similar a Shippou: tenía una sonrisa burlona, los ojos cerrados y había puesto sus manos en sus caderas.
- "¿Eh? ¿Y esa pose, Inuyasha?" - le preguntó Shippou dividido entre la preocupación y la burla - "¿El ser un niño por tanto tiempo te empezó a afectar el cerebro?" -
Inuyasha primero no entendió lo que le había dicho Shippou, pero cuando se dio cuenta de su cambio de actitud un momento después, se quedó horrorizado.
- "¡Ahahahaha!" - se rió Kouga - "¡Ahora ese bestia está empezando a actuar como el niño que es en realidad!" -
Esto empezó otra pelea entre ambos... Kagome desistió de intentar calmarlos después de un rato y le pidió a Gerardo que sacara su mochila para tomar un pequeño refrigerio. Gerardo simplemente asintió y canceló su transformación, al igual que Gabriela, para ahorrar energías.
Al poco rato, Kagome y Sango comenzaron a preparar la comida mientras Ayame y Rin las observaban. Los demás estaban sentados sobre un mantel a cuadros esperando la comida mientras que Inuyasha y Kouga seguían con su pequeña pelea, en cambio que Kikyou, a petición de Gabriela, les estaba enseñando tanto a ella como a Kaede algunos de los puntos básicos sobre arquería y sobre el manejo de poder espiritual. Aunque no es que lo último fuese a resultarle muy útil a Gabriela.
- "Por cierto, he tenido curiosidad sobre algo desde que obtuvieron sus poderes" - dijo Miroku después de un rato de ver a Inuyasha y Kouga peleando. Sesshomaru también estaba viendo esto y lo estaba disfrutando debido a que lo estaba tomando como confirmación de los pensamientos que tenía sobre su hermano.
- "Hmmm. ¿Qué cosa?" - dijo Gerardo intrigado mientras le pasaba a Sango algunas de las frutas de la mochila de Kagome.
- "¿Por qué es que sus poderes no pueden permanecer activos por mucho tiempo en batalla, mientras que cuando viajamos o estamos en calma duran hasta que ustedes los anulan?" - preguntó Miroku con una mano sobre su barbilla.
- "La verdad, todos nos hemos preguntado lo mismo" - dijo Sango mientras sacaba un cuchillo de la mochila y lo usaba para comenzar a cortar las frutas. Todos estaban mirándo a ambos hermanos con interés de nuevo.
- "Bueno, es que las batallas nos exigen mucha más energía porque estamos bajo más presión, por no decir el tener que usarla también para hechizos y técnicas," - explicó Gerardo - "Mientras que cuando estamos viajando, solo nos limitamos a volar…" -
- "Así que básicamente, gastan más energía cuando están en una situación peligrosa que cuando están en calma. Tiene sentido para mí" - dijo Kagome después de que hubieron sacado algo de agua para hervir algunas de las verduras que habían recibido de los habitantes de Ryuusei como regalo de despedida.
Pero luego, escucharon unos pasos amortiguados por la hierba. Esto finalmente le puso fin a la pelea de Inuyasha y Kouga, y del mismo modo, Kikyou, Kaede y Gabriela tuvieron que interrumpir la pequeña lección que estaban teniendo. Ahora miraban atentamente en dirección al lugar de donde habían creído escuchar las pisadas.
- "No hagan ruido" - dijo Inuyasha gruñendo al poco rato - "No sabemos que podrá ser" -
- "Mientras no sea otra de las horribles cosas de Tenebross…" - dijo Gabriela viéndose tensa.
- "¿Quién es ese?" - preguntó Kouga confundido - "¿Acaso ya no persigues a Naraku, bestia?" -
- "¡Ya cállate!" - dijo Inuyasha tratando de controlar su furia. Empezó a olfatear el aire; y al poco rato…
- "No es un youkai, pero huele mucho a tela fina y a perfume..." - dijo Inuyasha con la cara retorcida como si el olor le resultase desagradable.
- "¿Huele mucho a perfume?" - preguntó Gerardo - "Me pregunto si será una princesa o algo así…" -
Al poco rato salió de los arbustos un chico que por su apariencia tendría la misma edad de Gerardo. Sin embargo, no podía ser más diferente de él: llevaba un kimono verde oscuro con diversos emblemas bordados en el pecho y los hombros, tenía un largo y sedoso cabello negro atado en una gran cola de caballo y llevaba una katana enfundada y atada al lado derecho de su cintura. Llevaba zori y tabi, pero tenía una expresión un tanto desagradable en el rostro y estaba de pie con una postura un tanto arrogante.
- "Buenos… días…" - dijo Gerardo mirando al recién llegado de asombro en asombro: ya había visto pinturas de nobles del Japón feudal antes, pero ver a uno en persona ya era otra cosa.
- "Buenos días" - contestó el joven haciéndole escrutinio con los ojos a Gerardo, Gabriela y al resto del grupo.
- "Err… disculpe. Estamos en medio de un viaje y paramos un momento para comer. Me pregunto si querría acompañarnos…" - dijo Gerardo sólo para ser cortés, ya que aunque no quería parecer irrespestuoso, el chico le daba un mal presentimiento.
- "Y esa comida, ¿la trajeron de sus palacios, o la obtuvieron de alguna aldea?" - preguntó el joven con una mirada un tanto antipática.
- "Un tanto de las dos" - contestó Gabriela siguiéndole el juego, aunque entrecerró los ojos poco después de dar esa respuesta. El joven solo se acercó, pero no se molestó en quitarse el calzado o en sentarse en el mantel con los demás.
- "Disculpe, ¿cuál es su nombre?" - le preguntó Gerardo.
- "¿Yo? Soy Tahara Ookami" - le contestó el joven en un tono presuntuoso - "Y ustedes son…" -
- "Mizuboshi Seiryuu y Mizuboshi Yumeko" - dijo Gerardo, teniendo la sensación de que sería mejor que usasen los alias de nuevo.
- "Que interesante. ¿Y quiénes son esas personas?" - les preguntó Ookami viendo a Inuyasha y a los demás con desprecio, y aunque Gerardo notó esto de inmediato, comenzó a hacer esfuerzos para no estallar - "¿Son sus siervos?" -
- "¡Nada de eso!" - dijo Gabriela en un tono ofendido - "¡Ellos son nuestros amigos!" -
- "Qué patético…" - dijo para luego soltar una risa estruendosa - "¡Ahahaha! ¿Y se hacen llamar nobles teniendo amigos como estos? ¿Campesinos y youkais?" -
Todos comenzaron a enfadarse. La sangre de Gerardo empezó a hervir de inmediato, pero antes de que pudiera hacer algo…
- "Sin embargo, también hay mikos, sacerdotes y exterminadores por aquí. Preferiría que no se refiriese a nosotros de una forma tan horrible" - le dijo Kagome con la voz tranquila y tratando de sonar tan educada como le fuese posible, pero tenía la cara crispada por el enojo.
- "¡Cierra la boca, niña campesina!" - le espetó Ookami odiosamente mientras la abofeteaba con el dorso de la mano - "Siempre he pensado que aquellos que se relacionan con la gente de clase baja, con extranjeros o con miembros del clero de poco nivel no merecen estar entre nosotros" -
- "¿¡Y tú que se supone que te crees!?" - le dijo Inuyasha también harto mientras tomaba del hombro a Kagome para que no cayera al suelo. Ella aún estaba sobándose la mejilla en la que fue abofeteada - "¡Mi madre fue una princesa y jamás me educó de esa manera tan estúpida! -
- "Oh, ¿un niño hanyou?" - se burló Ookami. Luego le dió un golpe en el estómago, haciendo a Inuyasha escupir saliva y que cayese de rodillas al suelo, sujetándose el lugar donde lo había golpeado - "Esto es lo que te mereces. Tu madre debió estar desesperada para haberse casado con un perro tonto, como creo que lo habría sido tu padre" -
Sesshomaru estaba tratando de controlarse para no romper el trato que había hecho con Gerardo, aunque sus ojos se habían vuelto rojos: no le faltaban ganas de ir y cortarle la cabeza a Ookami. Kikyou y Kaede también tenían sus rostros llenos de ira...
- "¡El ser un noble no significa actuar como un pedazo de escoria, Tahara!" - le gritó Gerardo. Esta fue la primera vez que llamó a Ookami por nombre, pero ya estaba tan enfurecido que ni siquiera se molestaba en usar los honoríficos - '¡Primero muerto que usar honoríficos con un pedazo de mierda como este!' -
- "¡Qué tonto!" - dijo Ookami mirando al cielo dementemente - "Nosotros, los nobles… ¡Somos similares a los dioses! ¡Nosotros ponemos a trabajar a los campesinos, obtenemos todas nuestras riquezas y lujos a costa de ellos; y matamos a aquellos que ya no nos sirven! ¡Los que no son nobles no son más que simples herramientas desechables!" -
Todos quedaron como si una onda de choque les hubiera pasado por encima. Ookami se divirtió por un momento con las caras de espanto que habían puesto, pero para su desgracia el primero que se recuperó fue Gerardo. Ya había tenido suficiente… su cara estaba llena de furia, tanto que ahora parecía una persona completamente diferente... Luego caminó hasta Ookami, y cuando lo tuvo frente a él, le dio un puñetazo tan fuerte en la cara que lo tiró al suelo y lo hizo escupir sangre.
- "¿Q-q-q-q-qué acabas de hacer?" - dijo Ookami mientras se ponía en pie aparatosamente, espantado de que alguien se hubiese atrevido a golpeado así.
- "Te di lo que te merecías…" - dijo Gerardo. De nuevo, estaba tan furioso que su voz sonaba más bien similar al gruñido de un dragón.
- "Y-y-ya verás… ¡Te mataré por esta ofensa!" - dijo desenfundando su espada.
- "Ya veremos eso..." - dijo Gerardo mientras sacaba a Ryuuga. Ookami se asustó cuando vio la empuñadura de la espada: más específicamente sus decoraciones basadas en dragones. Guardó su espada mientras temblaba.
- "No… no… te mataré… hoy..." - dijo mientras temblaba.
- "¿Y qué harás entonces?" - lo desafió Gerardo - "Y antes de que tengas la rídicula idea de mandarnos a hacer el seppuku, te recuerdo que no soy un siervo tuyo, y mis amigos están bajo mi protección y la de mi hermana" -
- "Volveré y te mataré. ¡Los mataré a todos la próxima vez!" - dijo Ookami mientras se daba la vuelta y salía corriendo.
- "Inuyasha, dale un empujón a ese bastardo" - le dijo Gerardo en voz baja. Inuyasha ya se había recuperado algo del golpe, pero aún estaba furioso por ello y por el modo en que había abofeteado a Kagome, así que ni siquiera asintió por respuesta.
Desenfundó su Tessaiga y la agitó para hacer salir un chorro de viento, el cual agarró a Ookami y lo hizo volar hasta que se estrelló de cabeza contra una roca que estaba aproximadamente a dos metros de donde había estado. Se dio la vuelta, se espantó aún más al ver la enorme espada de Inuyasha y empezó a correr más rápidamente, dando alaridos de terror.
- "Maldita imitación de un noble" - dijo Gerardo mientras se sentaba de nuevo. Todavía estaba lo bastante molesto como para echar vapor, pero su furia comenzó a disminuir poco a poco. Fue hasta Kagome e Inuyasha y comenzó a usar su canción Healing Water para borrar las marcas de los golpes que habían recibido.
- "Gerardo-kun…" - lo llamó Sango con cautela - "¿Te encuentras bien?" -
- "Si… estoy bien…" - dijo Gerardo dando un resoplido. Su voz empezaba a recuperar su timbre normal.
Luego, todos empezaron a comer bajo un silencio bastante incómodo, hasta que…
- "Bueno, ¿que fue toda esa actuación?" - dijo Kouga mirando a Gerardo con desagrado.
- "¡De actuación nada!" - estalló Gerardo ante la acusación: de inmediato se puso de pie y extendió sus brazos por completo mientras le gritaba a Kouga - "¡Todo eso lo dije muy en serio! ¡No soporto a aquellos que se creen superiores a los demás, o se creen dioses, o que son tan arrogantes y prepotentes que creen que son el centro del universo!" -
- "No te preocupes" - le dijo Kagome mientras lo tomaba de un brazo - "Recuerda que en nuestra era ese tipo de personas son muy impopulares… y gracias por defendernos…" -
- "No… no hay problema…" - dijo Gerardo poniéndose rojo. Ya su furia se había disipado por completo y comenzó a mirar a Kagome con preocupación - "Por cierto, ¿no deberías regresar a tu forma normal?" -
- "Eh… sí, ¡solo denme un momento!" - dijo Kagome mientras sacaba un uniforme y el frasco de agua envejecedora de su mochila.
- "Esta vez iré contigo. No podemos arriesgarnos a perderte de nuevo" - dijo Sango sonriendo. Kagome sonrió mientras asentía por respuesta, y ambas se levantaron y fueron a unos arbustos cercanos. Hubo un destello de luz blanca; y a los pocos instantes, Kagome y Sango regresaron. Kagome llevaba puesto su uniforme escolar y cargaba la ropa que había llevado en su forma de niña doblada en sus brazos. La guardó en su mochila luego de que hubieron vuelto.
- "Ahora es mi turno" - dijo Inuyasha emocionado. El sólo bebió el agua en ese mismo lugar y al instante siguiente volvió a ser el mismo de siempre.
- "Keh, ¿viste eso, lobo tonto?" - le dijo a Kouga - "¡No soy tan estúpido como pensabas!" -
- "¡Te equivocas, eres aún más estúpido de lo que pensé!" - le dijo Kouga para retarlo - "¡Pudiste regresar a la normalidad en cualquier momento, pero no lo hiciste!" -
- "¡Lo hice solo para que Kagome no se asustara, descerebrado!" - le respondió mientras saltaba hacia él.
- "¡Abajo!" - dijo Kagome. Se escucharon dos cuerpos azotarse contra el suelo, así como dos "Maldición..." dichos al mismo tiempo.
- "Eso es algo que no extrañaba de ti…" - le dijo Inuyasha débilmente.
- "Igual aquí..." - dijo Gerardo.
- "Perdonen, pero no creo que este sea un buen momento para pelearse…" - les dijo Kagome con algo de tristeza mientras Kouga sólo pestañeaba ante la escena.
Luego se giró para ver a Kikyou y a Kaede, la segunda mirándola algo asustada. Ninguna de las dos había dicho una palabra desde que las lecciones que Kikyou les estaba dando a Kaede y a Gabriela habían sido interrumpidas.
- "¿Ocurre algo malo?" - les preguntó Kagome con preocupación.
- "A mí no, pero Kaede…" - le dijo Kikyou mientras se giraba en dirección a su hermana.
- "¿Esa es tu verdadera apariencia?" - le preguntó Kaede con los ojos abiertos hasta el máximo.
- "Ehm… Sí, así soy en realidad" - le dijo Kagome algo abochornada - "No solo me sellaron la memoria, también me hicieron diez años más joven…" -
- "Te pareces mucho a mi hermana; y ahora que tus poderes ya no están sellados, diría que se equiparan perfectamente a los de ella" - dijo Kaede sorprendida, pero luego agachó la mirada - "Pero no entiendo... Las cosas de repente se ven tan distintas de como son siempre... Y mi hermana no parece tan llena de vida como antes…" -
- "Querida hermana, eso es por…" - le empezó a decir Kikyou. Las demás hicieron gestos para tratar de disuadirla de que le dijera a Kaede sobre como eran las cosas ahora, pero no pudieron hacer nada - "…porque ya no soy de este mundo…" -
Sopló una brisa helada a través de la explanada en la que estaban mientras el cielo se cubría de nubes oscuras.
(BGM: Hyuu no Kanashimi – Kow Ohtani)
- "¿Qué…? ¿Cómo…? ¿Qué quieres decir con eso, onee-sama?" - le preguntó Kaede temblando de terror.
- "Kikyou... Por favor, para..." - le suplicó Inuyasha. Él era el primero que estaba en contra de guardar secretos, pero pensó que algo de esta naturaleza sería demasiado díficil de soportar para Kaede. Los demás se asombraron al ver la dura frialdad con la que estaba tratando a su hermana, como si la muerte realmente le hubiese arrebatado la mayoría de sus emociones. Pero Kikyou solo continuó impasible, ignorando completamente las palabras de Inuyasha.
- "Yo morí hace 50 años, llevándome conmigo la Perla de Shikon a la otra vida y dejando a Inuyasha sellado en el Goshinboku" - dijo Kikyou tomando aire antes de proseguir su narración, vacía y carente de emociones al igual que su mirada - "Hasta hace poco, cuando Kagome llegó aquí a través del Pozo Devorador de Huesos, liberó a Inuyasha e hizo reaparecer la Perla, para después romperla en cientos de fragmentos. Poco después, una bruja me resucitó usando barro y huesos, junto con algunas almas extraídas de Kagome, para usarme como su sirviente. Sin embargo, su plan falló porque no tomó en cuenta mi fuerza de voluntad" -
- "Entonces… ¿Por qué no he… envejecido ni un poco desde ese día… onee-sama?" - le preguntó Kaede tan aterrada que ya estaba llorando. Los demás no podían hacer más que observar, y Kagome solo pudo poner sus manos sobre los hombros de Kaede para intentar consolarla. Ninguno de ellos podía siquiera imaginar cuan mal ella se estaba sintiendo al escuchar esta revelación.
- "¡Has vuelto a ser tan inocente que no te has dado cuenta!" - le dijo Kikyou mientras la señalaba - "¡No tienes en realidad diez años, sino sesenta! ¡La única razón por la que no recuerdas nada de eso y por la que eres una niña de nuevo es debido a una de las maldiciones de Naraku! ¡Esa apariencia que tienes ahora no es más que una mera ilusión!" -
- "No… no puede ser… ¡NOOO!" - gritó Kaede mientras se agarraba la cabeza con las manos. Parecía que iba a enloquecer a causa de esto, hasta que se desmayó en los brazos de Kagome, con los ojos llenos de lágrimas.
- "Kikyou, ¿¡por qué tuviste que hacer algo tan cruel como esto!?" - le dijo Gerardo lleno de furia - "¡Nadie sería capaz de soportar una revelación como esa!" -
- "Ella debía saber la verdad, por muy dura y cruel que fuera. Es lo mejor para ella…" - les dijo Kikyou dándose la vuelta - "Ahora que Kagome ha vuelto a ustedes y Kaede sabe la verdad, no puedo seguir con ustedes" -
(BGM: Mune no Himeta Omoi – Kaoru Wada)
- "¿Te vas a marchar?" - le preguntó Inuyasha en un tono de voz triste.
- "Perdóname, Inuyasha... pero es cierto: los vivos y los muertos no pueden permanecer juntos" - le dijo Kikyou mientras se elevaba en el aire con sus Shinidamachuu, y cuando se giró de nuevo para verlos a todos una última vez antes de partir, todos vieron con mucha claridad que estaba llorando y su tono frío de voz estaba quebrándose como un cristal - "Solo permaneceré en este mundo para ayudarte en tu batalla con Naraku... Y por favor, no mueras hasta que hayas cumplido tus metas... No soportaría verte en la otra vida lamentándote por haber dejado algo pendiente... Y por favor... dile a Kaede... que lamento mucho todo esto…" -
A los pocos instantes, se alejó tanto que desapareció de sus ojos.
(Fin del Capítulo)
(Ending: Every Heart - BoA)
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