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A todos, quiero darles la bienvenida a mi humilde blog, el cual está dedicado a mi vida, al animé, a los videojuegos, y especialmente, a EXA_PICO. Aquí podrán ver las traducciones de letras de canciones que he hecho, y en el dado caso que no tenga la traducción que buscan, por favor vayan al foro Ar tonelico: A Reyvateil's Melody, ya que allí están todas las traducciones que podrían necesitar, junto con una gran cantidad de información sobre el mundo de EXA_PICO y sus conlangs.

¡Espero que se la pasen bien leyendo este blog!

Everyone, welcome to my humble blog, dedicated to my life, anime, videogames, and especially, to EXA_PICO. Here you all can see the translations for song lyrics I have done thus far, and if I don't have the translations you're looking for, please go to the Ar tonelico: A Reyvateil's Melody forum, since in both of these there are all of the translations you may need, together with a great quantity of information about EXA_PICO's world and its conlangs.
I hope you all have a good time reading this blog!


martes, 16 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 9

Capítulo 9:

La Nueva Trampa de Naraku


(Opening: Owaranai Yume)

Naraku tenía a Kagome prisionera con sus tentáculos de forma tal que ella no podía moverse ni escapar.

- "¡Naraku! ¿¡Qué planeas hacer conmigo!?" - preguntó Kagome furiosa.

- "Simplemente ya he aguantado suficientes de tus intromisiones, tus poderes de purificación ya me han resultado una piedra en el zapato por mucho tiempo, así que es hora de deshacerme de ti..." - dijo Naraku en una voz baja pero deleitada, la cual acompañaba con una sonrisa psicópatica.

- "¿¡Y crees que dejaré que me mates tan fácilmente!? ¡Estás loco!" - gritó Kagome mientras enfocaba su energía y soltaba un destello de luz azul desde su cuerpo. Sin embargo, esto no pareció afectar a Naraku en lo más mínimo.

- "Tu poder espiritual es inútil ante mí... Y ahora, muere..." - dijo Naraku mientras volvía dos de sus tentáculos en agujas y se los clavaba en la espalda y en su brazo derecho. Kagome empezó a sentir algo entraba a su cuerpo y notó que se trataba de un líquido rosado oscuro cuando lo vió goteando por su brazo. Pero luego su vista se nubló y todo a su alrededor se desvaneció en un remolino de colores apagados.

- "No... puede ser... Inuyasha... todos.. quién sea... por favor... ayúdenme..." - fue lo último en lo que Kagome pudo pensar antes de que su consciencia se desvaneciese. Sin embargo, también tuvo unos vagos deseos de querer tener flores bonitas en sus manos.

Mientras tanto, los grupos de Inuyasha y Sesshomaru estaban buscando por todo el bosque algún rastro de Naraku y Kagome, pero hasta ahora no habían podido sentir su energía demoníaca e Inuyasha no pudo hallar el olor de ninguno de los dos. El único rastro que hallaron de ella fue su medallón de memoria tirado en la hierba cerca del lugar donde Naraku la raptó.

- "¡Maldito fuyouheki!" - dijo Inuyasha furioso después de dos horas de búsqueda inútil.

- "Ahora que no podemos sentir su energía demoníaca, será mucho más difícil encontrarlo..." - dijo Miroku, sabiendo que el fuyouheki: la piedra mágica que tenía el poder de ocultar el poder demoníaco de los youkai, era la causa de su actual predicamento.

- "¡Y tampoco podemos localizarla con los Dragtenms porque algo esta interfiriendo con las señales del de Kagome!" - dijo Gerardo irritado al ver como únicamente el Dragtemn de Kagome estaba ausente del radar del mapa holográfico de su Dragtemn.

- "Ehh... ¿No deberíamos descansar un poco?" - preguntó Shippou mientras jadeaba de cansancio.

- "¿¡Qué acaso estás loco!? ¡Kagome podría terminar muerta si nos demoramos más en encontrarla!" - gritó Inuyasha mientras seguia buscando, hasta que se dio de frente con una barrera.

- "Bueno, a esto si se le puede llamar suerte" - dijo Gerardo ajustándose las gafas mientras observaba la barrera, la cual era del clásico color morado oscuro de Naraku.

- "¡Keh! ¡Me desharé de ella ahora!" - dijo Inuyasha mientras sacaba a Tessaiga y la transformaba en su forma enrojecida - "¡Rómpete, maldita barrera!" -

De inmediato, agitó la espada al frente y soltó un rayo que se estrelló contra la barrera, la cual se hizo pedazos como si fuera un vidrio al que se le arroja una piedra cuando hizo contacto. Pero a todos se les cayó el alma a los pies cuando vieron que detrás estaba otra barrera del mismo color.

- "¡Esto ya es patético! ¿Naraku no sabe hacer otra cosa? ¡Estoy harta que siempre salga con los mismos trucos sucios!" - preguntó Gabriela rabiosa, y por sus caras de molestia, era obvio que Gerardo e Inuyasha compartían el sentimiento.

Inuyasha solo resopló y transformó a Tessaiga en su forma cristalina.

- "¡Kongosouha!" -

Agitó la espada y lanzó un aluvión de diamantes que perforaron y destruyeron la segunda barrera. Sin embargo, detrás estaba otra barrera más, pero ésta era de un gris muy oscuro: lo suficiente para parecer negro...

- "¿De dónde rayos Naraku sacó ese color?" - preguntó Sango preocupada.

- "No lo sé, pero esta vez yo seré quien la destruya" - dijo Gerardo mientras desenfundaba a Ryuuga y le ponía una mano encima.

- "Alt tok nulast tast maha ika" - recitó él, y tan pronto como terminó, la hoja de la espada comenzó a brillar suavemente de azul.

- "¿Tú espada también puede destruir barreras?" - preguntó Miroku intrigado mientras todos lo miraban asombrados.

- "Sí, pero sería mejor decir que sirve más para remover cualquier clase de hechizos de refuerzo que para solo remover barreras. Diría que la Tessaiga de Inuyasha hace un mejor trabajo en esa parte" - dijo Gerardo mientras miraba a Miroku para luego girarse hacia la barrera - "¡Dragon Dispel!" -

Agitó a Ryuuga con fuerza, haciéndola disparar un rayo azul que golpeó la barrera y la destruyó. Sin embargo, detrás se reveló una barrera más; y esta dejó en shock a todos: era azul y rosa.

- "¿Qué rayos? ¿Acaso Naraku está manipulando a Kagome o algo para sus barreras?" - preguntó Inuyasha mientras hacia todo lo que podía para no explotar de rabia.

- "Tal parece que sí..." - dijo Miroku mientras la miraba con preocupación - "De otro modo, ¿qué razón habría para que la barrera tuviese los mismos colores que las auras de Kagome-sama?" -

- "¡Bueno, solo tendremos que destruirla entonces!" - dijo Gerardo mientras ejecutaba de nuevo su magia Dragon Dispel, pero no tuvo efecto alguno en la barrera. Lo mismo ocurrió cuando Inuyasha probó la Tessaiga Roja y el Kongosouha: la barrera parecía ser impenetrable.

Mientras tanto, detrás de la barrera y en el escondite de Naraku...

- "Niña... niña... despierta, tenemos muchas cosas que hacer" - dijo la voz de Naraku.

La niña abrió los ojos, bastante asustada porque estaba en un lugar muy extraño y con gente muy rara para ella. Eran Naraku, Kagura, Hakudoushi y Kanna.

- "¿Nos dirías tu nombre, por favor?" - le preguntó Naraku amablemente el cual había ocultado sus tentáculos y cerrado el ojo en su armadura de hueso - "¿O de dónde provienes?" -

- "Mi nombre es... Kagome" - contestó la niña poniéndose de pie y fijándose en sí misma: llevaba puesto un largo kimono negro, el cual no tenía decoraciones de ningún tipo, llevaba un aparato parecido a un reloj en su muñeca y andaba descalza - "Pero no puedo recordar nada más..." -

- 'Perfecto... mi plan está saliendo como lo esperaba... Esto será tan fácil...' - pensó Naraku malévolamente.

- "¿Cómo... cómo llegué aquí?" - preguntó Kagome mientras ponía sus manos delante de sí asustada.

- "Mis hijos y yo te encontramos tirada en el camino y te recogimos" - respondió Naraku de nuevo con su falsa voz dulce - "No te preocupes, no te haremos daño..." -

- "¡Vaya, muchas gracias a todos!" - dijo Kagome alegremente, pero igual aquella gente le continuaba pareciendo muy extraña, en especial por la extraña armadura de hueso que llevaba Naraku y la mirada vacía de Kanna.

- "¡Oh, que descortés soy! Yo soy Naraku, y mis hijos son Kagura, Hakudoushi y Kanna..." - dijo mientras los mostraba a todos.

- '¡Maldito Naraku! ¡No solo me hace parte de otro de sus sucios planes, sino que también tiene el atrevimiento de decir que soy hija suya!' - pensó Kagura enfadada.

- "¡Es un placer conocerlos!" dijo Kagome tratando de inclinarse ante ellos, pero se resbaló y cayó al piso de madera - "¡Ugh, este piso está muy duro!" -

- "No te preocupes..." - dijo Naraku cambiando el suelo de madera del recinto por un montón de flores - "Ahora el suelo no estará duro nunca más..." -

- "¡Gracias! Y Kagura-nee, ¿me podrías prestar tu abanico? ¡Es muy bonito!" - dijo Kagome entre risas.

- "¿Qué?" - dijo Kagura espantada y sintiéndose insultada, pero se calló en respuesta a la mirada de Naraku. Le decía con ella: - "Haz lo que la mocosa quiera o morirás" -

- "Como quieras..." - dijo Kagura con irritación mientras se lo entregaba a Kagome. Kagome jugó un poco con él, tratando de imitar a una maiko, pero al final se aburrió y se lo devolvió a Kagura.

- "¿Kanna, Hakudoushi... quieren jugar?" - preguntó Kagome.

- "Sí, claro. Vamos a jugar a Preparativos para el Ritual de las Sombras'" - dijo Hakudoushi con una sonrisa malévola.

- "¿Y cómo se juega? Yo nunca había oído de ese juego..." - dijo Kagome preocupada, pero también sintió algo que le decía que no era buena idea hacer eso.

- "Lo verás muy pronto. Pero solo seremos tú y yo, ya que Kanna debe ayudar a mi padre..." - dijo Hakudoushi mientras la llevaba a rastras a otra sala.

- "Kanna... Muéstrame que están haciendo Inuyasha y su grupo de tontos..." - dijo Naraku tan pronto como Kagome había salido del cuarto. Kanna obedientemente se acercó y proyectó en su espejo lo que estaba ocurriendo afuera: estaban haciendo lo que podían para destruir la barrera, pero sin resultados - "Mwahahaha... Esos tarados no podrán destruir jamás esa barrera: está creada con mis poderes, los poderes de sombras de Tenebross y los poderes que le extraje a Kagome..." -

Mientras tanto, afuera...

- "Hey, ¿y por qué no combinamos nuestras técnicas de nuevo?" - sugirió Inuyasha con emoción - "¡Así sí podremos destruirla de seguro!" -

- "¡Adelante, entonces!" - dijo Gerardo. Ambos ejecutaron sus técnicas a la vez...

- "¡Dispelling Blast!" - gritaron ambos mientras un remolino púrpura emergía de sus espadas y se estrellaba contra la barrera. Sin embargo, en vez de destruirla, meramente la hizo desaparecer, abriéndoles camino a un viejo y dilapidado templo abandonado.

- "¡Listo! ¡Vayamos a rescatar a Kagome!" - dijo Inuyasha. Corrieron para adentrarse en la zona que estaba protegida por la barrera y entraron al templo.

- 'Maldición, esos tontos destruyeron la barrera... y aún necesitamos más tiempo para llevar a cabo el ritual...' - pensó Naraku cuando vio lo que ocurría a través del espejo.

- "¿Hakudoushi, que ocurre afuera?" - preguntó Kagome asustada cuando escucharon el estruendo del Dispelling Blast chocando contra la barrera.

- "Solamente debe ser una tormenta..." - dijo Hakudoushi tranquilamente, como si tratara de apartar los pensamientos de Kagome de lo que ocurría afuera.

- "¡NARAKU!" - gritó Inuyasha tan pronto como entraron al recinto - "He venido por Kagome... ¡Y POR TU CABEZA!" -

- "Lo siento, Inuyasha, pero me temo que ahora no tengo tiempo para ti y tus torpes amigos... En especial para tu forma de mocoso insignificante" - dijo Naraku calmada y burlonamente.

- '¿Que querrán esas personas conmigo? ¿Acaso querrán hacerme daño?' - pensó Kagome asustada mientras observaba a los recién llegados luego de que escuchó a Inuyasha gritar su nombre.

- "¡Habla de una vez! ¿¡Que planeas hacer con Kagome!" - dijo Gerardo enfadado mientras le apuntaba con su espada.

- "Huhuhu... ¿así que tú eres el elegido por los dragones?" - dijo Naraku burlándose.

- "¡Sí, lo soy! ¡Y deberías practicar esa risa malévola, hombre-mono! ¡Es la más patética que oído en mi vida!" - dijo Gerardo para burlarse de él mientras mostraba una mueca presumida en su cara.

- "¿Oh? ¿Te importaría mostrarme como se hace entonces?" - preguntó Naraku irritado.

- "¡Con gusto! ¡Gaby, dame la linterna!" - dijo Gerardo, pero Gabriela le pasó una vara de madera entre risitas - "¡Dije linterna, no vara!" -

Luego encendió la linterna y se iluminó la cara, para después empezar a reírse como un demente. Cuando terminó, todos se le quedaron viendo como si vieran a un psicópata.

- "Bueno, bueno, dejmos los juegos de lado. ¿¡Qué vas hacerle a Kagome!? ¿¡Acaso vas a...!?" - dijo Gerardo, pero se cortó a media frase.

- "¿Oh, te diste cuenta? Tienes razón: voy a corromper sus poderes para manchar la Perla de Shikon y el Cristal de Sombras con la maldad más pura que puedan imaginarse..." - dijo Naraku entre brotes de risa enfermiza.

- "¡Ni creas que te permitiremos eso!" - gritó Gabriela mientras preparaba una flecha en su arco - "Ikuyu poak, lay lusya wiras sos couyuu, yst sosse royawfle hakaisa tast ika. Light Arrow!" -

Disparó una flecha envuelta en luz blanca; pero Naraku la esquivó en el último segundo.

- "Así que ese es el poder de la Luz... kukuku, más bien parece una mala copia del poder de Kikyou..." - dijo burlándose de ella.

- "¿¡Cómo te atreves!?" - dijo Gerardo furioso.

- "¡No soy una mala copia de nadie! Ikuyu poak, lay lusya iarae sos, yst pitzneal kyus ika! ~ Brilliant Ray!" - dijo Gabriela furiosa mientras le disparaba un rayo de luz blanca desde sus manos. Este si le impactó a Naraku, destrozándole su brazo izquierdo.

- "Hmm, muy poderosa para alguien tan joven..." - dijo Naraku pensativamente.

- "¿Así que eso no te hizo nada? ¡Hiraikotsu!" - gritó Sango mientras le lanzaba su bumerang, pero esta vez el ataque no funcionó porque Naraku se encerró en su barrera.

- "¡Mierda! ¿¡Por qué ese bastardo tuvo que acordarse de su estúpida barrera ahora!?" - gritó Inuyasha furioso mientras cristalizaba a Tessaiga.

- '¿Naraku-sama quiere hacerme algo malo? ¿Y estas personas vinieron a salvarme?' - pensó Kagome asustada y confundida desde el sitio en el que observaba la batalla.

- "Es hora de llevar a cabo el ritual..." - dijo Hakudoushi mientras tomaba a Kagome del brazo y la jalaba para que se pusiera sobre un círculo mágico que estaba dibujado en el piso.

- "¡No quiero! ¡No! ¡Suéltame!" - gritó Kagome mientras trataba de resistirse a los jalones.

- "¡Kagome! ¡Voy por ti!" - gritó Inuyasha en cuanto escuchó la voz de Kagome, así que se olvidó de Naraku por un momento y fue corriendo al lugar de donde procedía su voz.

- "¡Vuelve aquí, hanyou del demonio!" - gritó Naraku con furia al darse cuenta de que su plan estaba en peligro. Trató de detener a Inuyasha, pero Miroku, Sango, Gabriela y Gerardo le cortaron o incapacitaron sus tentáculos antes de que hiciese nada.

- "¡Mira quién habla! ¡No te permitiremos que lo detengas!" - dijo Miroku mientras le cortaba otro de sus tentáculos con su shakujou.

- "Es cierto; y ahora te enseñaremos que no puedes subestimar a ninguno de nosotros. ¡Y te mostraremos que nosotros usuarios de la magia Seirei no somos copias de nadie!" - dijo Gerardo mientras hacía los preparativos para transformarse - "Ist Wasriats, Oschmere Iadlast Kiabze Pawatz Zosph, Phaph Myya Zosph Phiaphz Ical! Iadlast Pawatz! ¡Dragoon!" -

Hubo un destello de luz blanca; y cuando se apagó, allí estaba Gerardo portando de nuevo su armadura de dragón azul.

- "¿Ese es el Poder del Dragón?" - musitó Naraku espantado, pero recibió un buen corte por detrás debido a que bajó la guardia.

- "Así es, Naraku, ese el poder que incluso yo, Sesshomaru, no puedo permitirme subestimar..." - dijo Sesshomaru mientras salía de las sombras detrás de Naraku, con Tokijin desenfundada. Luego caminó delante de él y se giró para encararlo.

- "Buen ataque sorpresa, pero ¿qué hay de Rin y Jaken?" - le preguntó Gerardo, preocupado.

- "Les ordené que nos esperaran afuera..." - dijo Sesshomaru con los ojos fijos en Naraku.

- "¡Estás acabado, Naraku, somos más que tú; y además tenemos habilidades mejores que las tuyas!" - dijo Shippou lleno de confianza: parecía que este iba a ser el final de su eterna batalla.

- "No lo creo..." - dijo una voz siniestra detrás de Naraku. Esta voz era tan fría, tan tenebrosa, que a todos les dio un buen escalofrío tan pronto como la oyeron.

- "¿¡Quién anda allí!?" - preguntó Miroku asustado.

Mientras tanto, Inuyasha estaba peleando con Hakudoushi para rescatar a Kagome.

- "¡Déjala en paz, infeliz!" - dijo Inuyasha mientras lo acuchillaba dos veces.

- "Lo siento, no puedo. Necesitamos sus poderes para acabar con ustedes..." - dijo Hakudoushi entre risas malévolas.

- "¿¡Y crees que permitiré que unas basuras como tú lo hagan!? ¡Sólo sobre mi cadáver! ¡Kongosouha!" - gritó Inuyasha mientras soltaba ráfagas de diamante que atravesaron el cuerpo de Hakudoushi y lo hirieron gravemente.

- "No puedo seguir peleando... Haré que pagues por esto la próxima vez..." - dijo mientras se encerraba en una barrera y se teletransportaba a otro sitio.

- "Bien, hemos terminado aquí... Kagome, ¿te...?" - Inuyasha no pudo terminar la frase, ya que cuando se giró para ver a Kagome, lo que vio fue a una niña aún más pequeña que Kagome en su forma de niña vestida con un kimono negro. Como había estado detrás de él todo ese tiempo y él había estado tan concentrado en la batalla, no la había notado.

- "¿Qué… qué… quieres de mí?" - preguntó ella asustada mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

- "¿Qué ocurre contigo? ¡Vine a salvarte de las garras de Naraku!" - dijo Inuyasha espantado al ver su reacción.

- "¿Y cómo sé que no me harás daño? ¡Ni siquiera eres humano: eres un monstruo, un niño monstruo!" - dijo Kagome encogiéndose de miedo en el rincón donde estaba de la sala. Inuyasha estaba espantado y herido por escuchar esas palabras de quién pensó jamás las diría. Pero entonces notó algo extraño...

- "Espera un momento... la Kagome que conozco jamás me diría esas cosas porque sabe cuanto odio oírlas... ¿No tienes tus recuerdos o algo así?" - preguntó Inuyasha mientras caminaba hacia ella cautelosamente.

- "No, sólo puedo recordar mi nombre..." - dijo Kagome mirando hacia el piso.

- "Será mejor que vengas conmigo entonces, seguro que podrás recordarlo todo en cuanto volvamos con nuestros amigos..." - dijo Inuyasha pensando que el medallón de memoria que ella había dejado en su mochila sería la solución.

- "Nuestros... ¿amigos...?" - dijo Kagome confundida. Pero Inuyasha la tomó de la mano, y después de hacerla ponerse en pie, empezó a guiarla hacia el exterior.

- 'Por alguna razón... Me siento a salvo cuando estoy con él... Creo que puedo confiar en él...' - pensó Kagome luego de que Inuyasha le tomó la mano. Ya no le tenía miedo.

Por otro lado, Miroku, Sango y los demás estaban temblando de miedo, ya que la voz que habían escuchado salió de un espejo con bordes negros que estaba colgado de una pared. Este espejo tenía un Fragmento de Sombras incrustado en su parte más alta y sólo reflejaba oscuridad inicialmente, pero entonces la silueta de un dragón negro apareció en él, la cual tenía dos ojos de un color rojo sangre brillando malignamente en su rostro.

- "¡N-n-no puede ser! ¡E-e-ese es T-t-t-tenebross!" - gritó Gerardo mientras temblaba y Gabriela se abrazaba a él. Nunca antes habían estado tan asustados en sus vidas.

- "Ah, veo que el nuevo elegido me conoce bien..." - dijo Tenebross disfrutando el ver a Gerardo tan aterrorizado.

- "El... D-d-dragón de S-s-sombras..." - dijo Gabriela tan asustada como su hermano.

- "¡Son patéticos, si se asustan tanto con mi sola presencia, no podrán jamás contra mí cuando recupere todo mi poder!" - dijo Tenebross riéndose como un lunático.

- "¡Pero no podrás recuperar tu fuerza con ese único Fragmento de Sombras que tienes allí!" - dijo Sango valientemente, lo cual le devolvió el valor a ambos hermanos y a los demás. Gabriela se transformó también en Dragoon; y todos se alistaron para la batalla.

- "¡No permitiremos que se salgan con la suya! ¡Rescataremos a Kagome y les patearemos el trasero a ambos!" - dijo Gerardo mientras los apuntaba con su espada.

- "Ya veremos que pueden hacer. Veo que hablan mucho, pero no veo que hagan nada..." - dijo Tenebross entre risas.

- "Ah, ¿sí?" - dijo Gabriela mientras le pasaba una mano encima a su arco - "Olpla siat, lay lusya, iarae sos... cezet ulkiarea ika, yst gaivz saraigal sos!" -

Al decir esto el arco empezó a brillar en blanco y tomó la forma de una espada de luz blanca.

- "¡Gaby, espera! ¡No seas imprudente!" - gritó Gerardo, pero era demasiado tarde: Gabriela voló hacia Naraku a todo velocidad para atacarlo con la espada, pero cuando estaba a punto de golpearlo, una fuerte ráfaga de viento salió de detrás de él y la hizo estrellarse contra la pared. Gritó de dolor mientras caía al piso inconsciente, anulándole la transformación. Del mismo modo, la espada de luz que llevaba en sus manos dejó de brillar y regresó a ser un arco.

- "¡Gaby!" - gritó Gerardo mientras corría a su lado y la examinaba - "Gracias al cielo... Quedó noqueada pero no tiene heridas serias..." -

Sin embargo, esto sólo los enfureció a todos.

- "¡Escoria!" - dijo Miroku agarrando su shakujou con fuerza.

- "¿¡Cómo te atreves a lastimar a una niña de ese modo!?" - gritó Sango furiosa mientras intentaba atacar a Naraku a quemarropa con su búmeran, pero él la esquivó.

- "Tratando de atacarme de nuevo, ¿eh? Aunque ni siquiera fui quien lanzó esa ráfaga..." - dijo Naraku mientras se apartaba, revelando que Kagura estaba detrás de él. Obviamente ella era quien había lanzado ese viento, pero su rostro mostraba una gran amargura y se estaba mordiendo los labios, como si no hubiera querido hacer eso.

- "Por cierto, mi estimada Sango... ¿no extrañas a tu querido hermano?" - preguntó Naraku burlonamente.

- "¡Maldito...!" - dijo Sango furibunda.

- "¡No te atrevas a meter a Kohaku en esto, basura!" - dijo Gerardo furioso mientras se levantaba de al lado de Gabriela y se giraba para encarar a los villanos.

- "Gerardo-kun..." - dijo Sango sorprendida.

"¡Ya estoy harto! ¡Ya vi demasiado sobre como los has hecho sufrir a todos! A Inuyasha, Kikyou, Sango, Miroku, Kohaku, Kagome; y a tanta gente inocente... He sentido ese sufrimiento como si fuera mío... ¡Y nunca voy perdonarte por haber matado y torturado a tantos! Y además hiciste lo peor que podías haber hecho en mi presencia: ¡lastimar a mi hermana!" - todos se quedaron en shock después de que Gerardo terminó de pronunciar esas palabras, pero Naraku y Tenebross solo se limitaron a reírse de él, lo cual lo enfureció más aún - "¡Es hora de borrarlos de la faz de este mundo" -

- "¿Y qué planeas hacer, tonto presuntuoso?" - preguntó Tenebross mientras se reía.

- "¡ESTO! Ist Ipoulk, ah... Leiya Iadlast, Clyezet Pawatz Ical, Oli Halkeiza Myallade Ical!" - dio una palmada con las manos e hizo de nuevo los movimientos de cuando estaba entrenando con Inuyasha para crear una muralla de agua que luego lanzó a Naraku y Tenebross - "¡TSUNAMI!" -

No pudieron escapar debido al gran tamaño de la olas, así que recibieron una gran cantidad de daño.

- "Maldición... es fuerte... mejor nos retiramos por ahora..." - dijo Naraku mientras se encerraba a sí mismo, al espejo de Tenebross, a Kanna y a Kagura en una nueva barrera y hacia volar por los aires el techo del recinto para irse levitando.

- "¿Que sucede aquí?" - preguntó Inuyasha cuando notó que Naraku estaba huyendo. Esto le hizo soltar a Kagome, la cual simplemente se quedó mirando lo que ocurría.

- "Naraku se está escapando..." - dijo Miroku amargamente.

- "¡Ya sé! ¿¡Y que creen que están haciendo!? ¡Deténganlo!" - gritó Inuyasha mientras le arrojaba el Kongosouha de nuevo, pero las lanzas no lograron darle debido a la distancia.

- "Creo que ahora es mi turno..." - dijo Gerardo después de que curó a su hermana y la dejó recostada de la pared - "Lo haré sufrir horriblemente, para ver si también le gusta..." -

Luego despegó a toda velocidad para perseguir a Naraku.

- "¿¡Que rayos...!?" - dijo Naraku exasperado.

- "No te escaparás de mí, maldito... ¡Tsunami! ¡TSUNAMI!" - dijo Gerardo mientras le arrojaba dos grandes olas, pero falló y Naraku logró huir. - "¡Mierda...!" -

- "¡Nos volveremos a ver pronto, tonto!" - gritó Naraku mientras se reía - "¡Kagome, me aseguraré de robar y corromper tus poderes, así que más te vale alistarte para ello! ¡Mwahahaha!" -

Gerardo regresó al piso del templo cerca de los demás, pero tan pronto como sus pies tocaron tierra, se desmayó y se le anuló la transformación. Miroku lo atrapó para evitar que cayese al piso.

- "¡Maldición, se nos escapó de nuevo!" - gritó Inuyasha furioso mientras enfundaba a Tessaiga - "¡Con lo mucho que quería hacerle pagar por lo que le hizo a Kagome!" -

- "¿Cómo está Gerardo-kun, Houshi-sama?" - le preguntó Sango a Miroku después de que terminaron de examinarlo.

- "Se encuentra bien. Sólo perdió el conocimiento" - le respondió aliviado.

- "Y por cierto, Inuyasha, ¿qué ocurrió con Kagome?" - le preguntó Sango.

- "Ella está por allá, pero..." - respondió Inuyasha mientras señalaba hacia la esquina donde ella se había ocultado.

- "¿Kagome, estás bien?" - dijo Sango mientras corría a verla junto con Miroku y Shippou, pero se llevaron una gran disgusto cuando la vieron en su estado actual, por no decir que además estaba acurrucada en el suelo y temblando de miedo.

- "Kagome, ¿cómo no te hiciste mayor cuando tomaste el agua?" - le preguntó Shippou confundido.

- "No sé de qué me hablas... ¿Ustedes son amigos del niño con orejas de perro?" - preguntó Kagome entrecortadamente.

- "¿No nos recuerdas?" - le preguntó Miroku precupado.

Kagome simplemente negó con la cabeza.

- "No se molesten en hacer esto. Kagome no recuerda nada aparte de su nombre..." - dijo Inuyasha mientras se les acercaba con una cara de tristeza.

- "Así que esa mujer ahora te teme... Que interesante..." - dijo Sesshomaru con una sonrisa sádica: parecía estar disfrutando el sufrimiento que esto le causaba a su hermano menor.

- "Bueno, nosotros somos amigos de Inuyasha y..." - comenzó Shippou.

- "¿Y no me harán daño? Porque ese hombre dijo lo mismo y me enteré que quería hacerme cosas malas..." - lo interrumpió Kagome con los ojos llenos de lágrimas.

- "¡Claro que no! ¡Nosotros somos tus amigos; y jamás te haríamos daño!" - exclamó Shippou.

- "Bueno, será mejor que vayamos afuera, para que puedas recuperar tu memoria..." - dijo Miroku mientras se adelantaba hacia la salida - "Yo llevaré a la pequeña Gabriela y..." -

- "Houshi-sama, usted se encargará de Gerardo-kun. Yo llevaré a Gaby-chan" - dijo Sango mientras le lanzaba una mirada asesina.

- "¡Uh... gran idea, Sango!" - dijo Miroku riendo nerviosamente mientras levantaba a Gerardo y se lo llevaba en hombros hacia afuera. Luego lo siguió Sango cargando a Gabriela de caballito, después salió Shippou y por último, salió Inuyasha llevando a Kagome de la mano.

- "Um... ¿Adónde iremos?" - les preguntó Kagome después de un rato.

- "Lo sabrás cuando hayamos llegado..." - dijo Inuyasha misteriosamente.

Al poco rato, Gerardo y Gabriela empezaron a moverse y finalmente despertaron.

- "Nos podrían bajar, ¿por favor?" - preguntó Gerardo un poco molesto.

Tan pronto como los bajaron, ellos se pusieron en pie por sí mismos y se quedaron viendo la situación. Estaban en ese momento en el borde del bosque.

- "¿Y Kagome?" - preguntó Gerardo.

- "Está allí, al lado de Inuyasha..." - dijo Shippou señalándola con la cabeza.

- "Qué raro... se ven más pequeña que antes... ¿no se había tomado el agua envejecedora?" - preguntó Gabriela confundida después de que ambos se habían quedado parpadeando varias veces como reacción al ver la niña pequeña que ella era ahora.

- "Parece que no, pero averiguaremos que pasó en realidad si le restauramos su memoria" - dijo Miroku - "Gerardo-kun, ¿podrías?" -

- "No hace falta que lo pidas" - dijo Gerardo con una sonrisa mientras sacaba la mochila de Kagome de su Dragtemn. Sango luego miró dentro hasta que halló el medallón plateado y se lo dió a Inuyasha.

- "Kagome, ponte esto" - le dijo Inuyasha tratando de ponérselo, pero Kagome lo esquivó.

- "¿Para qué es eso?" - preguntó Kagome con sospecha.

- "Es para que recuperes tus recuerdos, ¿o es que no quieres saber quién eres en realidad?" - le dijo Inuyasha un poco triste. Kagome entonces se acercó y dejó que Inuyasha le pusiera el medallón. Enseguida, los ojos de Kagome empezaron a titilar, pero a diferencia de ocasiones anteriores, el medallón comenzó a soltar descargas eléctricas y chispas; mientras que Kagome se sujetaba la cabeza como si estuviese sufriendo de una migraña.

- "¿¡Debería pasar esto!?" - le preguntó Gerardo a Miroku con una mirada de preocupación, la cual todos compartían.

- "¡No, en ninguna de las ocasiones que le pusimos el medallón le ocurrió esto!" - dijo Miroku. Lluego se oyó una pequeña explosión, y después de mirar alrededor en busca de su fuente, notaron que el zafiro que el medallón de Kagome llevaba incrustado había desaparecido mientras que a sus pies ahora estaban varios trozos que parecían haber provenido de una joya azul.

- "Me pregunto... ¿Importará mucho que ese zafiro haya explotado...?" - preguntó Gerardo algo preocupado, pero la respuesta a su pregunta vino por sí sola: Kagome estaba mirando alrededor como una niña perdida en busca de sus padres.

- "¿Dónde estoy? ¿Dónde están mami y papi?" - preguntó al poco rato mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.

- "Oh, oh... Parece que no recuperó todos sus recuerdos..." - dijo Gabriela mordiéndose el labio.

- "Kagome..." - le dijo Inuyasha mientras se sentaba enfrente de ella - "¿Estás bien?" -

- "¿C-como sabes mi nombre?" - le preguntó Kagome asustada.

- "¡No me digas que no nos recuerdas de nuevo!" - le dijo Inuyasha molesto mientras le daba un puñetazo al suelo. Esto hizo que Kagome se acurrucase de miedo.

- "No sé... quienes son ustedes... solo recuerdo que estaba en mi casa, me fui a tomar una siesta y desperté aquí..." - dijo Kagome asustada.

- "Parece que tenemos otro problema entre manos..." - dijo Miroku cruzándose de brazos.

- "Kagome, ¿que edad tienes?" - le preguntó Shippou, lo cual hizo a los demás darse cuenta de que debieron preguntarle eso desde el comienzo. Kagome sólo levantó una mano cerrada por respuesta.

- "¿¡Tiene cinco años ahora!? ¿Pero cómo!? ¿¡No se supone que tenía ocho cuando Naraku la secuestró!?" - gritó Inuyasha enfadado.

- "Parece que Naraku hizo algo que la volvió aún más joven, y tal vez esa fue la causa de que el zafiro que llevaba su medallón se rompiera..." - dijo Sango pensativamente.

- "Y ese zafiro es lo que hace posible la restauración de sus memorias..." - dijo Gerardo conectando ideas - "Bueno, ¿creen que deberíamos usar el agua envejecedora y hacerla que regrese a su verdadera edad?" -

- "No... Creo que sólo empeoraríamos las cosas..." - dijo Inuyasha, ya más calmado y pensando en la situación con más detenimiento - "¿Que creen que pasaría si regresara a su edad normal pero teniendo todavía la mente de una niña de cinco años?" -

Eso hizo que todos descartaran esa alternativa de inmediato y empezasen a intentar pensar en otro plan. Sin embargo...

- "*sollozo*... *hipo*... ¡Quiero ir a casa!" - gritó Kagome mientras comenzaba a llorar.

- "Oh, ¡rayos! ¡Como si no hubiese sido suficiente el lidiar con Gaby cada vez que se ponía así!" - dijo Gerardo exasperado mientras Gabriela y Sango corrían hacia ella.

- "Ya, ya, Kagome. Calma. ¡Muy pronto verás a tu familia de nuevo!" - le dijo Sango mientras la cargaba e intentaba calmarla.

- "¿En... serio…?" - preguntó Kagome entre sollozos.

- "¡Sí! ¡Nunca te mentiríamos!" - dijo Gabriela con una sonrisa.

- "¡En serio! Gerardo-kun, ¿alguna idea sobre que podríamos hacer por ella?" - preguntó Sango mientras le acariciaba la cabeza.

- "Hmm, estoy pensando que lo mejor que podríamos hacer por ella es llevarla de vuelta a casa" - dijo él pensativamente.

- "Estoy de acuerdo. Este no es lugar para niñas tan pequeñas como ella" - dijo Inuyasha cruzado de brazos y preparándose para partir.

- "Oh, ¿Inuyasha? ¿Planeas huir como un cobarde?" - le preguntó Sesshomaru, quien acababa de llegar seguido por Jaken, Rin y Ah-Un.

- "¡Nada de eso! ¡Solamente voy a llevar a Kagome a casa!" - dijo Inuyasha mientras se la subía a su espalda.

- "¡Hehe, esto parece divertido!" - dijo Kagome riendo.

- "¿Kagome-sama está bien?" - preguntó Rin bajándose de Ah-Un.

- "Sí, pero no creo que le puedas seguir llamando 'sama'..." - le dijo Gabriela mientras caminaba a su lado para ir a verla. Rin se llevó una pequeña sorpresa al ver a Kagome aún más joven de lo que la había visto alguna vez.

- "¡Ah, entonces ahora es Kagome-chan!" dijo Rin alegremente.

- "¡Sí, soy Kagome!" - respondió ella con alegría - "¿Y tú eres...?" -

- "¡Soy Rin!" - diijo Rin con una sonrisa - "¡Es un placer conocerte!" -

- "¡De verdad quiero jugar contigo, Rin-nee!" - dijo Kagome emocionada.

- "Pero eso tendrá que esperar a otro momento" - dijo Gerardo con una voz algo severa.

- "Boo..." - dijo Kagome un poco triste.

- "Hehe, está bien. ¡Te esperaré aquí!" - dijo Rin con una sonrisa.

- "De acuerdo Gaby, ¿estamos listos para irnos con Inuyasha?" - preguntó Gerardo mientras se alistaban para partir.

- "¿Y para qué van a seguirme?" - preguntó Inuyasha suspicazmente.

- "Solo por si necesitas ayuda con Kagome: los niños pequeños pueden ser muy problemáticos, y recuerda que nosotros también podemos cruzar el portal del pozo" - dijo Gerardo.

- "¡Y yo quiero jugar con ella! ¡Solo espero que no termines 'abajo' de nosotros!" - dijo Gabriela entre risas, lo cual hizo que Gerardo e Inuyasha terminasen mordiendo el polvo de nuevo. Esto fue particularmente doloroso para Inuyasha debido a que aún llevaba a Kagome en su espalda. En cuanto se recuperaron, se despidieron de los demás, Gerardo y Gabriela se pusieron sus armaduras y comenzaron a andar el camino hacia el pozo.

(Fin del Capítulo)

(Ending: Dearest)

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