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A todos, quiero darles la bienvenida a mi humilde blog, el cual está dedicado a mi vida, al animé, a los videojuegos, y especialmente, a EXA_PICO. Aquí podrán ver las traducciones de letras de canciones que he hecho, y en el dado caso que no tenga la traducción que buscan, por favor vayan al foro Ar tonelico: A Reyvateil's Melody, ya que allí están todas las traducciones que podrían necesitar, junto con una gran cantidad de información sobre el mundo de EXA_PICO y sus conlangs.

¡Espero que se la pasen bien leyendo este blog!

Everyone, welcome to my humble blog, dedicated to my life, anime, videogames, and especially, to EXA_PICO. Here you all can see the translations for song lyrics I have done thus far, and if I don't have the translations you're looking for, please go to the Ar tonelico: A Reyvateil's Melody forum, since in both of these there are all of the translations you may need, together with a great quantity of information about EXA_PICO's world and its conlangs.
I hope you all have a good time reading this blog!


lunes, 15 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 8

Capítulo 8:

Un Día de Diversión

(Opening: I Am)

A la mañana siguiente, después de desayunar, todo el grupo fue a las tiendas de artículos de playa para comprar algunas cosas para su pequeño día de relax. Claro está, que Gerardo y Gabriela ya no seguían vistiendo los kimonos: ahora Gerardo vestía una camisa y un pantalón azul que había traído en su equipaje, mientras que Gabriela llevaba la blusa blanca con la falda rosa que había llevado puestas la noche que llegaron por primera vez a ese mundo. En cuanto a Inuyasha, tuvo que llevar una gorra de nuevo.

Sin embargo, Gerardo y Gabriela fueron un momento hasta el Árbol Sagrado para verlo antes de partir.

- "Whoa, así que este es el Árbol Sagrado..." - dijo Gerardo maravillado mientras lo miraba y tocaba su tronco.

- "Es mucho más bonito de verdad..." - dijo Gabriela imitando a su hermano.

- "El lugar dónde todo comenzó... Y que está tan lleno de memorias..." - dijo Gerardo recordando todos los eventos que habían tenido lugar a su lado: el comienzo de las aventuras, los engaños de Naraku, la forma en la que el árbol ayudó a Kagome e Inuyasha en la batalla con Menomaru; y el papel importante que tuvo cuando Inuyasha le dijo a Kagome que iba a irse con Kikyou...

- "¿Qué hacen ustedes dos?" - preguntó Inuyasha mirando a ambos.

- "Solamente estamos admirando el árbol que fue el comienzo de todo..." - dijo Gerardo sin apartar la vista del árbol.

- "¡Será mejor que se pongan en camino, que ya nos vamos!" - dijo Kagome pasando al lado de ellos.

- "¡Espéranos!" - le gritaron los dos.

Caminaron un rato por la ciudad hasta que llegaron al centro comercial, y al poco rato, ya estaban comprando.

- "¡Este día si que va a ser memorable!" - dijo Gerardo mientras agarraba una bolsa y metía allí unas cuantas botellas de protector solar.

- "Sí, pero... ¿Por qué compras tanto protector?" - preguntó Kagome.

- "Porque detesto quemarme cuando voy a la playa, así que siempre me pongo un montón" - dijo Gerardo mientras su rostro se volvía amargo por un de segundos, pero luego lo cambió a una sonrisa - "También estoy llevando para los demás" -

- "Ah, está bien. Por mi parte, me iré a probar los trajes de baño" - dijo Kagome alegremente.

- "¿No tienes ya uno?" - preguntó Gerardo confundido.

- "Sí, pero bueno... Sabrás porque cuando hayamos vuelto a la Era Sengoku" - dijo Kagome mientras sonreía de forma enigmática.

- 'De seguro todos los trajes de baño para las chicas van a ser enterizos, por culpa de cierto monje' - pensó Gerardo mientras negaba con la cabeza.

- "¡Keh! ¡No entiendo para que llevan tantas cosas sólo para bañarse en ese montón de agua salada!" - dijo Inuyasha resoplando.

- "Hehe, ¡es que necesitamos prepararnos para ir a la playa! ¡Cálmate y disfruta un poco!" - dijo Gabriela entre risitas. Inuyasha sólo suspiró por respuesta.

Después de un rato, salieron cargando varias cosas: unas cuantas sombrillas y unas sillas, y algunas bolsas que contenían toallas y trajes de baño, los cuales metieron en sus Dragtemn para no seguir cargándolos, aunque intentaron ser tan discretos como les fue posible para hacerlo. Sin embargo, a Gabriela y a Gerardo les pareció muy raro que Kagome hubiera comprado tres trajes de baño para niña y dos para niño, pues sobraba uno en ambos casos.

- "Por cierto, ¿está bien que tengamos un exceso de dos trajes de baño aquí?" - preguntó Gerardo mientras dejaban la tienda.

- "Sí, no te preocupes por ello. Es para algo que Inuyasha y yo tenemos planeado desde ayer" - dijo Kagome con una sonrisa.

- "Keh..." - dijo Inuyasha sin mucha energía. Ambos hermanos se miraron el uno al otro confundidos, pero decidieron no preguntar más al respecto. Entonces dejaron el centro comercial, aunque Gerardo tuvo que llevarse a Gabriela a rastras en varias ocasiones, ya que empezó a tener antojos de querer comprarse otras cosas y no tenían mucho dinero para estar gastándoselo en ello.

- "¿Podemos irnos de una vez?" - preguntó Inuyasha impaciente cuando hubieron vuelto a la casa de Kagome.

- "¡Sí, sólo déjame ir a buscar mi equipaje!" - dijo Kagome distraídamente.

- "¿Y no lo cargabas en tu Dragtenm?" - preguntó Gabriela extrañada.

- "¡Ups! ¡Sí, pero tengo que arreglarlo!" - dijo Kagome un tanto aturullada mientras cruzaba la sala corriendo y subía las escaleras para ir a su habitación.

- "Bueno, al menos eso nos da oportunidad de cambiarnos de ropa" - dijo Gerardo suspirando.

Cuando Kagome hubo terminado de arreglar su equipaje; y Gerardo y Gabriela se hubieron puesto los kimonos de nuevo, se despidieron de la familia de Kagome.

- "Trata de no ponerte mucho en peligro allá afuera, ¿de acuerdo?" - le dijo su madre.

- "¡Está bien, mamá! ¡No lo haré!" - dijo Kagome sonriendo.

- "¿Volverán?" - le preguntó Souta a Inuyasha y a los dos hermanos.

- "Claro. Cuando Kagome vuelva, nosotros vendremos también" - dijo Gerardo con una sonrisa.

- "Sí. Necesitamos tenerle un ojo puesto todo el tiempo" - dijo Inuyasha sonriendo.

- "¿No será más bien que no quieres dejarla sola?" - preguntó Gabriela en tono travieso.

- "¿¡Qué!?" - dijo Inuyasha espantado, lo que hizo reír a todos.

Luego fueron hasta el cobertizo del pozo y saltaron dentro.

- "Parece que tendré que llevarte en mi espalda de nuevo, Kagome" - dijo Inuyasha en cuanto salieron del pozo.

- "Y nosotros nos iremos por el aire de nuevo" - dijo Gerardo mientras él y Gabriela se ponían sus armaduras de dragón de nuevo. Después de que Kagome se hubo subido a la espalda de Inuyasha y ambos hermanos estuvieron listos, se pusieron en camino. Después de unos minutos, habían llegado al sitio donde habían montado el campamento el día anterior.

- "¡Qué bien, ya volvieron! ¡Kagome!" - dijo Shippou desbordándose de alegría mientras se acercaba a saludarlos y se subía al hombro de Kagome luego de que ella estuvo en el suelo de nuevo y ambos hermanos hubieron cancelado sus transformaciones.

- "¡Kagome-sama! ¡Gaby-chan! ¡Inuyasha! ¡Gerar-nii!" - los saludó Rin alegremente.

- "¡Hola Shippou!" - lo saludó Kagome para luego mirar a los demás, los cuales estaban intercambiando saludos entre sí - "¡Hola chicos! ¿No ha habido nada nuevo desde que nos fuimos ayer?" -

- "Para nada, Kagome. No hemos encontrado más youkai ni nada parecido desde ayer" - dijo Sango extrañada por eso.

- "¡Keh! ¡Esos monstruos son un montón de cobardes!" - dijo Inuyasha resoplando.

- "O será que algo más los está espantando..." - dijo Sesshomaru con su voz inexpresiva.

- "¡Ah, claro! ¡La presencia del poderoso youkai amo de las tierras del oeste!" - dijo Inuyasha en tono de sarcasmo.

- "O tal vez haya sido el olor de tu repugnante sangre humana..." - dijo Sesshomaru desenfundando a Tokijin, mientras Inuyasha desenfundaba a Tessaiga. Pero cuando parecía que iban a comenzar a pelear...

- "¡Basta los dos!" - gritó Gerardo poniéndose entre ambos - "¡Inuyasha, no deberías dejarte provocar tan fácilmente! Y tú, Sesshomaru, ¿ has olvidado las condiciones que puse para que pudieras viajar a nuestro lado?" -

Y dicho eso, ambos hermanos se quedaron en calma y envainaron sus espadas, aunque siguieron arrojándose miradas asesinas. Kagome se sorprendió de que Gerardo tuviera tanto valor como para interponerse entre ambos.

- "¿Y dónde está cara de rana?" - preguntó Gabriela al notar que Jaken no estaba con ellos.

- "Si con eso te refieres a Jaken, le ordené que fuera a buscar comida..." - le respondió Sesshomaru desagradablemente.

- "Bueno, ¿estamos listos para seguir nuestro camino?" - preguntó Miroku, el cual sorprendentemente había estado muy callado durante toda la conversación.

- "Creo que sí" - dijo Kagome mirando a Inuyasha y suspirando - "Sólo que antes hay una última cosa que debemos hacer, ya que la playa está tan cerca..."

Luego, Kagome sacó su mochila de su Dragtenm y de allí sacó una botella llena de un líquido rosa claro brillante.

- "Creo que es hora de que nuestros nuevos amigos conozcan a Miko e Inuyasha" - dijo Kagome sosteniendo la botella con fuerza en su mano y mirando a Gerardo y Gabriela.

- "¿Quiénes son ellos?" - preguntó Gabriela; ya que la frase les sonó un tanto extraño a ella y a Gerardo.

- "¿Y no conocimos ya a Inuyasha? Quiero decir, está aquí con nosotros" - dijo Gerardo confundido.

- "Verán muy pronto... ¿Inuyasha, vienes?" - preguntó Kagome, ante lo cual Inuyasha solo asintió - "Bueno, Miroku-sama, Sango-chan... ¿Pueden acompañarnos?" -

Sango y Miroku ya sabían que haría Kagome cuando vieron la botella, así que simplemente la siguieron a ella y a Inuyasha mientras se adentraban en el bosque.

- "Me pregunto qué van a hacer allí..." - dijo Gabriela confundida.

-" Ya verán en un momento..." - dijo Shippou misteriosamente; y poco después vieron un destello de luz blanca.

-" ¿¡Qué fue eso?" - preguntó Gerardo.

Sin embargo, no ocurrió nada de importancia y al poco rato, Sango regresó llevando en sus brazos a una niña bastante parecida a Rin, vestida con un kosode a cuadros anaranjados y rojos adornado con esferas blancas y que llevaba el pelo arreglado de modo parecido a Kikyou, sostenido por un lazo blanco. Miroku la siguió poco después cargando a un niño de pelo plateado con orejas de perro y vestido con un kimono rojo, llevando a Tessaiga con todo y su funda atada a su cintura. Ambos parecían estar inconscientes. Gerardo y Gabriela se quedaron boquiabiertos al verlos.

- "¿¡Esos niños son Kagome e Inuyasha!?" - dijo Gerardo sorprendido cuando Sango y Miroku se sentaron y les explicaron todo, dejando a Kagome y a Inuyasha durmiendo en la hierba.

- "Sí, pero en el caso de Kagome, ella es Miko ahora y deberán llamarla por ese nombre hasta que se ponga su medallón de memoria o vuelva a la normalidad..." - dijo Sango con una mirada seria en los ojos.

- "¿Qué pasará si no lo hacemos?" - preguntó Gabriela tercamente.

- "Si la llaman por su verdadero nombre, o dicen o les muestran algo que active sus memorias, se volverán locos. Ese es el efecto de sellado de memoria que el agua trae consigo" - explicó Miroku, el cual tenía la marca roja de la palma de una mano en la cara. Ambos hermanos suspiraron a sabiendas de lo que había intentado hacer, pero decidieron ignorarlo y escuchar la explicación.

- "¿Y la volvieron a beber? Vaya que son necios..." - dijo Gerardo miraba a ambos niños dormir.

- "Bueno, tuvieron una pequeña pelea por eso poco antes de que ustedes llegaran aquí por primera vez, sobre que les gustaría repetir esos días que pasaron así; y creo que este les pareció el mejor momento..." - dijo Sango con una sonrisa mientras miraba a Inuyasha y a Kagome: ambos estaban respirando suavemente y tenían una sonrisa en los labios, como si hubieran deseado eso desde hace tiempo.

- "Bueno, me llevaré aparte a Inuyasha, que necesitamos explicarle algunas cosas importantes" - dijo Miroku cuando ya daban señales de que iban a despertarse.

- "De acuerdo, pero... ¿Qué haremos con Kagome y su equipaje?" - preguntó Gerardo.

- "Pueden distraerla haciendo que juegue con tu hermana o con Rin. En cuanto a su mochila, podrías guardársela en tu artefacto" - sugirió Sango.

- "Está bien" - dijo Gerardo cuando ya Miroku y Sango se habían llevado a Inuyasha de vuelta al bosque. Gabriela fue a llamar a Rin para que les hiciera compañía mientras Gerardo metía en su Dragtenm la mochila de Kagome.

- "¿Así que Kagome-sama se convirtió en Miko-chan de nuevo?" - preguntó Rin en cuanto la vio durmiendo en la hierba.

- "Sí, así es" - dijo Gerardo.

- "¡Y ahora que no está Inuyasha, no habrá quien estropee nuestra diversión!" - dijo Shippou mientras daba saltos alegremente.

- "Bueno, no olvides que tiene un sustituto" - dijo Gabriela riendo mientras señalaba a su hermano, el cual ya había puesto una cara de repugnancia que parecía más bien propia de Inuyasha.

- "Uy, sí... Ya entendí..." - dijo Shippou temeroso.

Kagome, o mejor dicho, Miko despertó en ese momento y empezó a mirar a su alrededor. Estaba algo asustada y se fijó en las únicas personas que podía reconocer.

- "¡Rin! ¡Shippou! ¿Dónde estamos? ¿Y quiénes son esas personas?" - dijo alterada mientras miraba a Gerardo y Gabriela.

- "¡Miko, cálmate! Estamos en el medio de un nuevo viaje, ¡y esas personas son nuestros nuevos amigos!" - le explicó Shippou con una sonrisa.

Luego, Gerardo se adelantó.

- "¿Eres Miko?" - le preguntó con un tono duro que recordaba más bien al de Inuyasha, haciendo que ella le asintiera asustada. Pero luego Gerardo simplemente le dedicó una sonrisa tranquilizadora - "Es un placer conocerte. Mi nombre es Gerardo; y ella es mi hermana, Gaby" -

- "¡Hola!" - la saludó Gabriela con una sonrisa.

- "¡Hola, es un placer!" - dijo ella con una sonrisa - "Pero, ¿por qué sus nombres son tan raros?" -

- "Porque ellos son extranjeros" - explicó Shippou como si supiera todo sobre ellos.

- "¡Oh! ¿Y qué es esta cosa brillante que tengo en mi muñeca?" - preguntó Miko mirando el Dragtemn que llevaba en su muñeca y viendo su reflejo en su pantalla de cristal.

- "Es un regalo de parte nuestra. ¡Es un artefacto mágico que te permite hablar con las personas que están lejos de ti y guardar cosas dentro!" - dijo Gabriela alegremente mientras levantaba su muñeca - "Y mira, ¡nosotros también los tenemos!" -

- "¡Es un regalo muy útil entonces, y además es muy bonito!" - dijo Miko sonriendo mientras los notaba en las muñecas de ambos hermanos y en la de Shippou - "Y... ¡Whoa! ¿También llevo tabi puestos ahora? ¿De dónde salieron?" -

- "Hehe, ¡es un regalo de parte de todos nosotros!" - dijo Shippou sonriendo - "Como has sido tan buena niña y te has vuelto tan buena siendo una miko, ¡decidimos comprarlos para ti! Los necesitarás cuando empieces a usar el atuendo de miko, ¿no?" -

- "Hehe, ¡es verdad! ¡Gracias!" - dijo Miko entre risitas para luego cerrar sus ojos y poner sus manos detrás de sí. Gerardo y Gabriela aprovecharon la oportunidad para mirarse el uno al otro con cejas levantadas antes de que Miko volviese a abrir los ojos e inclinase su cabeza a un lado - "Y hablando de todos, ¿dónde están Inuyasha, Houshi-sama y Sango-nee?" -

- "Están más adentro en el bosque. Dijeron que necesitaban hablar de algo importante..." - dijo Shippou seriamente.

Mientras tanto, Miroku y Sango estaban explicándole a Inuyasha sobre Rin, Sesshomaru y sobre sus nuevos amigos. Cuando terminaron con la explicación, Inuyasha estaba un tanto confundido, pero también tenía una sensación de que ya sabía sobre eso. Luego, regresaron con los demás.

- "¡Volvimos!" - anunció Sango cuando ella, Miroku e Inuyasha habían vuelto. Gerardo estaba sentado en la hierba observando a Rin, Miko, Shippou y Gabriela jugando mientras mantenía una mano sobre el mango de su espada por si pasaba cualquier cosa.

- "¿Ellos son nuestros nuevos amigos?" - preguntó Inuyasha tímidamente.

- "Sí: el que lleva el kimono azul es Gerardo, la niña que lleva el kimono blanco es Gabriela, la hermana menor de Gerardo y la que se parece a Miko es Rin" - explicó Sango alegremente. Luego, Inuyasha se acercó a Gerardo para verlo mejor. No sabía porque, pero le daba una sensación extraña, como si se pareciera a alguien a quien él conocía pero que había olvidado.

- "Ehh... Disculpa..." - empezó Inuyasha.

- "¿Sí? Tú debes ser Inuyasha... Y por lo que puedo ver, eres un hanyou..." - dijo Gerardo en un tono que recordaba más bien al de Sesshomaru. Inuyasha mostró una cara de tristeza y temor cuando escuchó la palabra 'hanyou' de los labios de Gerardo, pensando que terminaría rechazándolo. Pero Gerardo simplemente le sonrió y le puso una mano sobre el hombro: le daba lástima ver al pequeño hanyou tan triste y con apariencia de haber estado solo durante mucho tiempo - "No te preocupes: no me importa si eres humano, hanyou o youkai, ¡para mi todos valen por igual! Al menos mientras no intenten aniquilarme" -

Esto alegró mucho a Inuyasha, ya que significaba que había hecho otro amigo.

- "¡Ah, Inuyasha! ¡Por aquí!" - dijo Miko para llamarlo mientras todos corrían hacia él.

- "¡Miko! ¡Juguemos juntos!" - dijo Inuyasha alegremente al verla.

- "Está bien, pero..." - Miko se giró para mirar a Gabriela y a Gerardo.

- "¿Hmm? ¿Qué pasa, Miko?" - preguntó Gabriela algo preocupada.

- "Es sólo que siento una presencia extraña viniendo de ustedes..." - dijo Miko al notar el aura azul que emanaba de Gerardo, al igual que el aura blanca y plateada que emanaba de Gabriela.

- "Y... ambos huelen como si su sangre fuera humana, pero a la vez no lo fuera..." - dijo Inuyasha olfateando en dirección a ellos.

- "Se los explicaremos después. ¿Por qué no van a jugar ahora?" - preguntó Gerardo con una sonrisa.

- "¡Sí! ¡Y quiero mostrarles algo que vi en el bosque más adentro en el bosque! ¡Sigánme!" - dijo Inuyasha mientras él y los demás corrían hacia el bosque.

- "¡Oigan! ¡Esperen!" - gritó Gerardo cuando ya se alejaban - "Oh bueno. Iré tras ellos para asegurarme de que no les pase nada" -

- "Pero Inuyasha puede defenderse a sí mismo, ¿así que por qué no los dejas tranquilos?" - preguntó Miroku despreocupadamente.

- "¡Houshi-sama, no podemos dejarlos solos! ¿Y si Naraku los ataca?" - lo regañó Sango.

- "La exterminadora está en lo cierto..." - dijo Sesshomaru acercándose a ellos, que hasta el momento solo se había limitado a observar desde lejos - "Si esa basura de pseudo-hanyou viene aquí, ninguno de ellos podrá defenderse..." -

- "Vaya, primera vez que veo a Sesshomaru preocupado por alguien más..." - dijo Gerardo sorprendido.

- "Sólo me interesa lo que le pase a Rin..." - dijo Sesshomaru.

- "Pero de acuerdo, iré a vigilarlos" - dijo Gerardo mientras se adentraba corría para adentrarse el bosque. Al poco rato, los escuchó riendo; y cuando entró al lugar de donde provenían las risas, se encontró en un amplio y hermoso claro. El lugar todavía estaba cubierto por unas pocas ramas de árboles a través de las cuales se filtraban los rayos del sol, alrededor estaban volando varias mariposas, se escuchaba el canto de los pájaros y el suelo de hierba del claro estaba recubierto de flores de todos los colores.

(BGM: Shikon no Tama wo Motomete (segunda mitad) – Kaoru Wada)

Gerardo simplemente se sentó en el borde del claro para observarlos mientras jugaban. Era una vista realmente adorable: los niños jugando en grupo, ya fuera las traes, al escondite o tomándose de las manos y formando un círculo, persiguiendo a las mariposas y riendo.

Al poco rato llegaron los demás, incluido Sesshomaru; y también decidieron sentarse a verlos por un rato. Entonces...

- "Deberíamos llamarlos para el almuerzo" - le sugirió Sango a Gerardo.

- "De acuerdo. ¡Todos, es hora de comer! ¡Iremos después a la playa!" - los llamó Gerardo.

Los niños giraron para encararlos y corrieron hacia ellos. En ese momento...

- "Uff... Sesshomaru... sama... le he traído la comida que me pidió..." - dijo Jaken mientras aparecía desde un lado del claro arrastrando a un enorme jabalí. Todos estaban impresionados de que hubiera podido con esa carga.

- "¡Wow, Jaken-sama! ¿De verdad pudo cargar ese enorme jabalí hasta aquí usted solo?" -preguntó Rin impresionada, pero no recibió respuesta: Jaken se había desmayado por el cansancio.

- "Dejemos que la rana descanse mientras comemos" - dijo Inuyasha mientras lo punzaba con su dedo.

Luego de que asaron al jabalí y sacaron algunos onigiri, comenzaron a comer. Cuando hubieron terminado, prosiguieron su camino hasta la playa, lo cual emocionó a todos los niños, ya que ninguno de ellos, excepto Gabriela, habían ido antes a una. Pero cuando iban a partir, Gerardo se quedó inmóvil mientras presionaba los botones de su Dragtenm y tocaba partes de su pantalla, lo cual hizo que todos lo mirasen.

- "¿Qué haces, Gerar-nii?" preguntó Inuyasha, haciendo que Gerardo se resbalase y cayese de espaldas de la impresión.

- "¿¡Q-Q-Q-Qué!? ¿¡Me acabas de llamar lo que creo que me llamaste!?" - preguntó Gerardo.

- "¡Sí, porque eres tan bueno conmigo como Sango-nee!" - dijo Inuyasha sonriendo, lo que los dejo a todos asombrados. Incluso Sesshomaru puso una cara de sorpresa que bajo circumstancias normales solo usaría si se reencontrase con su padre. Sin embargo, Miko no estaba entre ellos: en su lugar, ella también tenía una gran sonrisa en su rostro.

- "¡También eres así conmigo, así que te llamaré así también, Gerar-nii!" - dijo ella alegremente, lo cual enfureció a Gabriela.

- "Pero soy su única hermana, ¿¡entendido!?" - dijo ella irritada y avergonzada.

- "Hehe, está bien. Sabemos que realmente lo amas y no queremos quitártelo" - dijo Miko con una sonrisa, lo cual hizo que Gabriela se ruborizase y suspirase.

- "De cualquier modo... Sólo estaba configurando un puntero a este lugar, de modo que que podamos volver aquí cuando queramos" - dijo en cuanto se recuperó de la impresión. Su Dragtenm entonces brilló en azul y mientras una notificación de "¡Puntero Registrado!" aparecía en su pantalla - "Ya está listo. Cuando quieran volver aquí, solo díganmelo" -

- "¿Este aparato también puede llevarte de un lado a otro?" - preguntó Sango mientras miraba su propio Dragtemn.

- "Sí, puede transportarte instantáneamente a cualquier lugar al que ya hayas ido, siempre y cuando le hayas registrado un puntero primero" - dijo Gerardo orgullosamente.

- "Ah, me gustaría escuchar la explicación sobre como se hace" - dijo Miroku mirando su propio Dragtenm con interés. Sin embargo, comenzó a reírse nerviosamente al ver la mirada asesina que Sango le estaba lanzando.

Así que continuaron caminando hasta que dejaron el bosque atrás y llegaron a la playa. De inmediato los niños se alegraron en cuanto vieron la arena y el mar resplandeciendo bajo la luz del sol. Quisieron meterse al agua de inmediato, pero Gerardo los detuvo.

- "¡Esperen un momento! ¡No pueden meterse a bañar en el mar con la ropa puesta; y tampoco deberían hacerlo sin nada encima!" - dijo él espantado.

- "Y entonces, ¿qué hacemos?" - preguntó Miko un tanto confundida.

- "¡Tenemos que ponernos nuestros trajes de baño!" - dijo Gabriela emocionada - "Tenemos unos aquí, ¿no? ¿Gerar?" -

- "Sí, sólo denme un momento..." - dijo Gerardo mientras sacaba la mochila de Miko de su Dragtenm.

- "¡Esas son mis cosas!" - dijo Miko algo alterada.

- "Sí, pero Sango me pidió que te las guardara" - dijo Gerardo mientras revisaba sus bolsillos exteriores y extraía las botellas de protector solar y los trajes de baño - "Hmm, hay tres para las niñas, dos para los niños y hay tres para nosotros los mayores..." -

Luego comenzaron a repartirse los trajes de baño, de los cuales los de las chicas eran todos enterizos, tal y como Gerardo había vaticinado, los cuales tenían el siguiente aspecto: a Miko le tocó uno que tenía los mismos colores de su kosode pero como manchas en vez de un patrón a cuadros; a Gabriela le tocó uno verde decorado con peces rosados; a Rin, uno rojo y verde; y a Sango, uno blanco y rosado que tenía el mismo patrón de su kosode.

Por otra parte, los de los chicos eran tipo bóxer y tenían el siguiente aspecto: el de Inuyasha era completamente rojo, el de Miroku era verde y blanco, el de Shippou era amarillo y naranja; y el de Gerardo era completamente azul.

Luego se turnaron para cambiarse dentro del bosque del que habían salido; y aunque Miroku trató de ir espiar a las chicas, lo que consiguió fue un buen golpe en la cabeza con el pomo de la espada de Gerardo por ser un pervertido y por darle un mal ejemplo a Inuyasha y a Shippou.

Una vez que todos estuvieron listos, estuvieron un poco escépticos sobre el protector solar y su funcionamineto, pero al final Gerardo y Gabriela los convencieron para que se lo pusieran. Sacaron también las sillas, sombrillas y toallas de los Dragtenms de Miko, Gabriela y Gerardo para completar el paquete, lo cual también sorprendió a Miko, mientras que Gerardo guardó sus gafas en los bolsillos interiores de su kimono.

Luego comenzaron a disfrutar del sol y del mar mientras que Sesshomaru y Jaken sólo se recostaron contra la sombra de los árboles del borde del bosque.

- "A los humanos y hanyous les gusta tanto desperdiciar su tiempo..." - dijo Sesshomaru molesto.

Mientras tanto, los demás estaban chapoteando en la parte menos profunda del agua.

- "¡Gerar-nii, ten esto!" - dijo Inuyasha mientras le salpicaba agua a Gerardo.

- "Ah, con que esas tenemos~" - dijo Gerardo riendo mientras daba una palmada con sus manos y todos los demás jugaban con el agua. Mientras Inuyasha se reía, recibió un buen chorro de agua en la cara por el descuido. Después de que se quitó el agua de la cara con las manos, empezó a escupir en el mar la poca cantidad de agua que le había entrado a la boca.

- "¡Puag! ¡Está salada! Y creo que me tragué una buena parte..." - dijo el haciendo una mueca de desagrado.

- "¡No te preocupes! ¡Un poco de agua salada no mata a nadie!" - dijo Gerardo riéndose con los demás.

- "Gerar... ¡Creo que te pasaste un poco!" - dijo Gabriela alegremente mientras le arrojaba agua.

- "¿Ah, sí? ¡Pues ten esto!" - dijo Gerardo mientras sacaba una pequeña masa de agua del mar y se la dejaba caer sobre la cabeza de Gabriela mientras ambos reían.

Continuaron echándose agua por un buen rato, hasta que les dio hambre y decidieron descansar un poco bajo las sombrillas. Sacaron la comida que tenían preparada en la mochila de Miko y empezaron a comer.

- "Por cierto, ¿cómo es que puedes hacer eso con el agua, Gerar-nii?" preguntó Inuyasha, haciendo que Gerardo se avergonzara de nuevo y Gabriela se pusiera celosa.

- "Bueno... es que yo tengo el poder de manipular todos los tipos de agua que encuentre, así como la que yo puedo crear de la humedad en el aire..." - explicó Gerardo con una sonrisa.

- "¡Y yo puedo controlar la luz!" - dijo Gabriela soltando un destello de luz que cegó a todos.

- "¿¡Era necesario que presumieras de ese modo!?" - preguntó Gerardo furioso mientras se frotaban los ojos para intentar recuperar la vista. Aún veía todo borroso.

- "¡Perdón! Y por cierto... ¡ABAJO!" - dijo Gabriela enojada; y de inmediato Gerardo e Inuyasha terminaron comiendo arena.

- "Pero, ¿por qué les pasa eso cada vez que Gaby-nee o yo decimos esa palabra...?" - dijo Miko algo asustada cuando vio el efecto de los rosarios. Gabriela se ruborizó cuando escuchó como Miko le llamaba hermana mayor.

- "Es porque estos rosarios tienen un hechizo que reacciona siempre que tú o Gaby dicen 'Abajo'... Y nos hace hacer esto..." - dijo Gerardo molesto luego de que lograron ponerse en pie de nuevo y el se hubo sentado cruzado de piernas y brazos, similar a Inuyasha en su forma normal.

- "Ah, por eso fue que se cayó en esa ocasión..." - dijo Miko recordando de pronto lo que había pasado cuando se preparaban para cantar en el festival.

- "Pero... ¿por qué me llamaste Gaby-nee, Miko? Si tenemos la misma edad..." - dijo Gabriela algo avergonzada.

- "Hehe, es que me parecías una gentil hermana mayor" - dijo Miko sonriendo - "Y como eres la hermana menor de Gerar-nii, sólo sentí que debía" -

- "Ya veo..." - dijo Gabriela avergonzada, pero muy complacida por el hecho de que ahora tenía una hermana pequeña... en cierto modo.

- "¡Bueno, es hora de ir a nadar de nuevo!" - dijo Inuyasha interrumpiendo la conversación, pero Gerardo lo detuvo.

- "¡Hey, espera! ¡Debes esperar por lo menos media hora después de comer, o te puede dar un calambre!" - dijo mientras estiraba una mano frente a él.

- "¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Vaya!" - dijo Inuyasha mientras se sentaba de nuevo, luego se fijó en la espada de Gerardo, la cual estaba al lado de una de las sillas - "¿Esa espada tiene algo de especial, Gerar-nii? Puedo sentir un gran poder en ella..." -

- "Ah, ¿te refieres a mi Ryuuga? ¡Es mi espada, forjada con un tesoro personal mío, un colmillo, escamas y garras del Dios Dragón del Agua; y polvo de los cristales elementales!" - dijo Gerardo orgulloso mientras la tomaba y la sacaba de su funda.

- "¡Vaya, es impresionante! ¡Pero no es mejor que mi Tessaiga!" - dijo Inuyasha igualmente orgulloso de su espada.

- "¡Si, he oído que está hecha con un colmillo de tu padre, que absorbe las habilidades de los enemigos que aniquilas con ella y que además tiene grandes poderes!" - dijo Gerardo emocionado.

- "Y siempre la he querido tener en mis manos..." - dijo Sesshomaru, haciendo que todos lo miraran.

- "Puede que él sea mi hermano, pero es muy desagradable... No puedo darle jamás mi espada, es el único recuerdo que me queda de mi padre..." - dijo Inuyasha tristemente. Sesshomaru le arrojó una mirada asesina.

- "Y también el kimono de lana de ratas de fuego..." - le dijo Gerardo palmeándole el hombro.

- "¿No era un regalo de mi madre?" - preguntó Inuyasha.

- "Si, pero ella lo recibió de las manos de tu padre... err, es lo que me han contado" - dijo Gerardo nerviosamente.

- 'No puedo decirle a ellos dos como supe eso. No quiero arriesgarme a que se vuelvan locos...' - pensó él algo asustado; y luego se animó - "Hey, ¿qué les parece si vamos a jugar con la pelota o con la arena mientras esperamos a que podamos entrar al agua de nuevo?" -

- "¡Sí!" - dijeron todos.

- "¡Aaah! ¡Houshi-sama!" - gritó Sango, haciendo que todos menos Miko, Inuyasha y Rin suspiraran exasperados. Luego Sango empezó a abofetear a Miroku con todas sus fuerzas hasta que lo dejó noqueado en la arena.

- "¡Te lo mereces, monje libidinoso!" - dijo Gerardo mientras él, Shippo y Gabriela estallaban de risa.

- "¿Qué pasó ahora?" - preguntó Inuyasha confundido.

- "Parece que le tocó el trasero a Sango y además jaló la parte inferior de su traje de baño" - dijo Shippou mientras los miraba.

- "¿Y es eso malo?" - preguntó Inuyasha mientras Miko y Rin también lo miraban confundidas. Gabriela sólo suspiró con exasperación mientras Gerardo caminaba hasta él.

- "Inuyasha... Eso es algo que nunca debes hacerle a una dama" - dijo Gerardo en tono serio - "Claro está, a menos que quieras enfurecer a las chicas y terminar como Miroku, o peor" -

- "Ah, entiendo. Nunca haré eso" - dijo Inuyasha con una sonrisa.

- "En cuanto a nosotros, nunca debemos permitir que un chico nos haga eso" - dijo Gabriela a las otras dos niñas - "Tenemos que proteger nuestra dignidad, ¿cierto?" -

Tanto Miko como Rin sonrieron y asintieron.

- "¡Bien dicho!" - gritó Sango mientras se alejaba de Miroku tanto como podía. Pisoteaba la arena con cada paso que daba, dejando huellas profundas en ella.

- "Dejando de lado esa serie de eventos desafortunados, ¿podemos regresar a lo que íbamos a hacer?" - preguntó Gerardo con una sonrisa. Los niños estuvieron de acuerdo con la idea, así que regresó a la mochila de Miko y sacó los juguetes de playa que habían traído consigo. Se pasaron la siguiente media hora construyendo castillos de arena y viendo como las olas se los llevaban.

- "Esos castillos tienen una forma bastante rara..."- dijo Inuyasha al ver como Gerardo y Gabriela habían hecho un castillo estilo europeo bastante simple.

- "Si, pero tienen algo que los hace verse bastante bonitos" - dijo Miko con una sonrisa.

- "Bueno, recuerden que las princesas y similares solían vivir en castillos como este en el lado del mundo del que venimos hace mucho tiempo" - dijo Gerardo, básicamente igualando a América y Europa en la frase a pesar de que eso no era cierto.

- "De seguro se acostumbrarán a ellos si los ven con más frecuencia" - se rió Gabriela.

- "¡Yo también quiero aprender a hacerlos, Gaby-nee!" - dijo Rin.

Continuaron haciéndolos por un rato más y luego se pusieron a jugar voleibol de playa después de que Gabriela, Gerardo y Shippou les explicaron como se jugaba.

- "Hehe, ¿qué les parece? ¡También sé como se juega!" - dijo Shippou orgullosamente.

- "¡Eres tan listo, Shippou!" - dijo Rin.

- "Pero él también es bastante grosero, ¿sabías?" - dijo Miko. Aún no había olvidado lo que le hizo a Inuyasha.

- "¡Vamos, Miko! ¡Ya me disculpé por eso!" - dijo Shippou asustado.

- "Es verdad. Incluso la acepté y todo" - dijo Inuyasha encogiéndose de hombros.

- "Lo sé... Es solo que había algo raro sobre esa disculpa..." - dijo Miko pensativamente.

- 'Y que mal que no puedo comentar sobre el hecho de que le está quitando el crédito de aprender sobre el juego a Kagome' - pensó Gerardo algo irritado.

Para terminar la discusión antes de que empeorase, Gabriela y él los dividieron a todos en dos equipos: uno de chicos y otro de chicas. El juego terminó con las chicas derrotando a los chicos tres a dos, aunque esto fue porque al final Gabriela hizo algo de trampa soltando un destello de luz que cegó a los chicos, imposibilitando que pudieran devolverles el saque.

- "Hey, ¡no es justo! ¡No puedes usar tus poderes para esto!" - dijo Inuyasha enfadado.

- "¡Cierto! ¡Yo tampoco usé mis poderes sobre el agua, así que eso es una falta!" - dijo Gerardo irritado.

- "¡Como sea! ¡El hecho es que nosotras ganamos y ustedes perdieron!" - dijo Gabriela riéndose.

- "Gaby-nee, eso fue cruel..." - dijo Miko algo entristecida.

- "¡Tramposa!" - dijo Shippou.

- "¡Cuando volvamos a casa, voy a...!" - dijo Gerardo, pero fue interrumpido antes de que hubiese podido terminar su amenaza.

- "¡ABAJO!" - dijo Gabriela; y así Inuyasha y Gerardo terminaron comiendo arena de nuevo.

- "¡No tenías que hacer eso...!" - dijo Miko enfadada con ella.

- "Si; y tampoco fue justo que hicieras eso con la luz... Estoy tan decepcionada..." - dijo Rin.

- "Es verdad... está bien..." - dijo Gabriela suspirando mientras comenzaba a mirar entristecida al suelo: le dolió la forma en que Shippou, Miko y Rin la estaban mirando y decidió que estaba actuando mal. Luego los miró a los ojos - "No lo volveré a hacer... lo siento..." -

- "Al menos trata de no tirarnos al suelo de nuevo..." - dijo Inuyasha desde el lugar en el que estaba tirado en la arena.

- "Estoy de acuerdo..." - dijo Gerardo.

Después de esto, decidieron ponerse otra dosis de protector solar antes de regresar al agua. Continuaron nadando y chapoteando hasta que empezó a oscurecer, así que fueron a unas aguas termales que tenían cerca en el bosque para sacarse la sal y la arena del cuerpo.

- "¡Vaya, si a esto no se le puede llamar un día de diversión, no sé cómo lo diremos!" - dijo Gerardo animadamente cuando entraron a uno de los manantiales de agua termal junto con Inuyasha, Miroku y Shippou. Las chicas se estaban bañando en otro manantial que estaba oculto tras algunos árboles y arbustos.

- "Estoy completamente de acuerdo, Gerardo-kun" dijo Miroku mientras trataba de salirse del onsen cubierto únicamente por una toalla e iba hacia los arbustos que llevaba al manantial donde estaban las chicas.

- "Yo no haría eso si fuera tu, Miroku..." - dijo Shippou con una cara de poca impresión.

- "¿Por qué dices eso, Shippou?" - preguntó Inuyasha, pero de inmediato recibió su respuesta. Sango había oído a Shippou y a Miroku, y tan pronto como éste último hubo entrado en los arbustos, fue golpeado entre ceja y ceja por un gran tronco que ella había lanzado, haciendo que cayese de espaldas de nuevo en el agua antes de que hubiese podido ver nada.

- "¡Pervertido! ¡Pedófilo! ¡Vuelva a intentar eso y ya verá!" - gritó la voz furiosa de Sango desde el otro lado.

- "¡Te lo advertí, Miroku!" - dijo Shippou mientras él, Gerardo e Inuyasha se desternillaban de risa. También se escuchaba que todas las chicas, menos Sango, estaban riéndose.

- "¡Recibiste tu justo merecido! ¡Deberías cambiar esa conducta tuya!" - dijo Gerardo riéndose.

- "¡Estoy de acuerdo, Gerar-nii!" - dijo Inuyasha también riéndose.

- "¡A callar los tres!" - dijo Miroku molesto y avergonzado mientras se salía del manantial para secarse y vestirse. Todavía tenía una marca circular roja en la parte superior de su frente.

- "¡Y qué raro que no nos salió con su mala excusa de que es culpa de su mano maldita!" - dijo Shippou.

- "Sí, pero es porque tiene otro tipo de maldición: ¡su actitud!" - dijo Gerardo, y las risas aumentaron en fuerza.

Después de un rato, decidieron salirse. Luego de haberse secado y vestido, empezaron a preparar la cena, la cual consistió en estofado preparado por Sango.

- "¡Eso sí que le estuvo bien empleado, Sango!" - dijo Gerardo con una sonrisa.

- "¡No quiero seguir hablando de eso!" - le dijo Sango muy molesta.

- "De acuerdo, como gustes" - dijo Gerardo algo asustado. Fue obvio que seguir con el tema sería mala idea, así que decidieron dejarlo de lado y esperar a que la cena estuviese lista. Todos se sirvieron un poco y luego de que todos dejaron sus cuencos vacíos por lo deliciosa que había resultado, decidieron irse a dormir.

Pero no sospechaban que Naraku los estaba observando a través del espejo de Kanna y sus Saimyoushou desde su escondite, ubicado en un lugar desconocido.

- "Mañana será el día perfecto para llevar a cabo mi plan..." - dijo mientras se reía de forma enfermiza.

- "Espero que tu plan resulte, Naraku..." - dijo una voz siniestra detrás de Naraku.

- "Tenebross... deberías saber que es muy fácil atraer a las moscas a mi telaraña" - respondió Naraku de forma hipócrita.

- "Tal vez, pero esa chica es de gran importancia para nosotros... Si logramos corromper sus poderes sagrados, podríamos usarla para nuestro beneficio, empezando por oscurecer la Perla de Shikon y traer más corrupción al cristal donde está encerrada mi esencia. No podemos permitirnos fallar" - dijo Tenebross con una voz maligna.

- "Ten paciencia, muy pronto la tendremos aquí..." - dijo Naraku mientras ambos empezaban a reírse malevólamente.

- 'Algo de ese tal Tenebross no me gusta nada... Y no puedo ir a alertar al grupo de Inuyasha o a Sesshomaru sin que me descubran...' - pensó Kagura mientras los espiaba oculta desde atrás de una pared.

- "¿Que estás tramando, Kagura?" - preguntó Hakudoushi con una sonrisa malévola.

- "N-nada..." - dijo Kagura mientras hacía esfuerzos para tratar de mantener su mente en blanco, de modo que Hakudoushi no pudiera leerla.

- "Recuerda que si traicionas a Naraku... Perderás la vida..." - dijo Hakudoushi burlándose de ella.

- "Eso... lo sé... muy bien..." - dijo Kagura con amargura.

La mañana siguiente amaneció muy calmada, de modo que los únicos sonidos que podían oírse cuando despertaron era el canto de los pájaros. Los niños decidieron jugar al escondite mientras los demás preparaban el desayuno.

- "Tal parece que se están divirtiendo mucho" - dijo Sango mientras los miraba.

- "Sí; y así por lo menos tenemos tranquilidad para preparar el desayuno" - dijo Gerardo mientras sacaba lo que iban a comer de la mochila de Miko. Luego añadió con una sonrisa irónica - "Aunque a esto díficilmente se le pueda llamar preparar el desayuno" -

- "¿No han terminado aún con su pequeño día de diversión?" - los interrumpió Sesshomaru, el cual tenía una mirada bastante amarga en sus ojos.

- "Sí, nos pondremos en camino después de desayunar" - dijo Miroku.

El desayuno consistió en unos cuantos sándwiches que habían preparado el día anterior antes de venir a la Era Sengoku. Después, Sango sacó los medallones de memoria de Inuyasha y Miko y se los entregó a los niños.

- "Pónganselos. Tienen que llevarlos puestos para lo que vamos a hacer ahora..." - les dijo autoritariamente. Ambos tomaron sus medallones y se los pusieron. Los ojos de ambos titilaron por un momento; y después...

- "Ya saben lo que dicen... Todo lo bueno llega a su fin..." - dijo Miko tristemente pero con un tono que sonaba más maduro.

- "¿Kagome? ¿Eres tú?" - preguntó Gerardo extrañado. Aunque su apariencia no había cambiado mucho, algo sobre su mirada y expresiones le daban un aspecto más maduro comparado a las más infantiles que tenía mientras era Miko.

- "Sí, vuelvo a ser yo misma mientras llevo el medallón," - dijo Kagome con un pequeña sonrisa.

- "Lo misma va para mí" - dijo Inuyasha, cuya expresión se había vuelto más tensa y había perdido el aire relajado que tenía hasta hacía un momento.

- "De cualquier modo, debo regresar a mi forma normal ahora..." - dijo Kagome mientras iba hasta su mochila y sacaba un uniforme y la botella de agua azul - "No se preocupen, no tarderé mucho" -

- "Pero, ¿no debería ir alguien contigo? Quiero decir... como Sango, en caso de que el psicópata de Naraku pueda estar planeando algo..." - dijo Gerardo angustiado mientras añadía eso última para que no pensasen que tenía otras intenciones.

- "No te preocupes, estaré bien" - dijo Kagome sonriendo, y llevando consigo el uniforme y la botella, se adentró un poco más en el bosque.

- "Espero que de verdad no pase nada mientras ella está allí..." dijo Inuyasha preocupado. Todavía estaba en su forma de niño; y no quería regresar a la normalidad hasta que Kagome lo hubiera hecho. Sin embargo, sería mentira decir que los demás no estaban preocupados, ya que tenían sus rostros llenos de aprensión, pero decidieron respetar los deseos de Kagome y esperarla.

Unos momentos más tarde, Kagome ya había regresado a su forma normal y se había puesto su uniforme. Cuando se estaba terminando de preparar para volver con los demás, algo la agarró por la espalda y se la llevó.

- "¡AAAAHHH!" - gritó ella aterrada.

- "¡Kagome!" - gritó Inuyasha mientras se ponía de pie de inmediato.

- "¿¡Qué ocurre!?" - dijo Gerardo preocupado al ver la repentina reacción de Inuyasha mientras los demás se preparaban para lo que sea que estuviese pasando.

- "Acabo de escuchar a Kagome gritando... ¡Y puedo sentir el asqueroso olor de Naraku cerca!" - dijo Inuyasha mientras salía corriendo.

- "¡Espéranos!" - dijo Sango mientras lo seguían.

(Fin del Capítulo)


(Ending: Fukai Mori)

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