Los Manantiales Misteriosos
Agradecimientos a Queen Cactus/Saine por esta portada. |
Capítulo 1:
El Youkai Legendario
Pero antes...
Decidieron parar en la aldea de Kaede, ya que Kagome había tenido que regresar a su época para buscar provisiones para el viaje y a presentar un par de exámenes. Esto le había suscitado una gran discusión con Inuyasha...
- "Por última vez, tengo que regresar a mi época para presentar esos exámenes, ¡sino voy a reprobar el año!" - dijo Kagome, que ya estaba de muy mal humor - "Además, seguro que te gustaría un poco más de esa comida que siempre traigo, ¿verdad?" -
- "Keh, no me importa, pues ya estoy harto de que siempre tengas que regresar a tu época por tonterías como esas, ¡sobre todo porque Naraku podría ir a tu época por el fragmento!" - respondió el hanyou con una cara de enojo terrible.
- '¿¡Como puede ser tan necio!?' - pensó Kagome, luego dijo - "Inuyasha..." -
Inuyasha se asustó, porque ya sabía perfectamente lo que le esperaba.
- "¡ABAJO!" - terminó Kagome
Entonces el rosario que estaba en el cuello de Inuyasha brilló; e inmediatamente después, Inuyasha cayó de cara y con fuerza contra el suelo.
- "Bueno, Kagome, ¡regresa pronto! ¡Que tengas buena suerte!" - le dijo Sango a su amiga.
- "Si, te estaremos esperando" - añadió Miroku con un gesto de despedida.
- "¡No te olvides de traerme esos dulces que me gustan!" - le dijo Shippou entusiasmado.
- "¡No te preocupes, lo haré! ¡Nos vemos!" - dijo Kagome alegremente, luego caminó hasta el pozo y saltó dentro.
- "Uy, esa Kagome," - dijo Inuyasha molesto mientras se ponía en pie - "¡algún día me las pagará! -
Después de despedirse de Kagome, el grupo llegó hasta la aldea de Kaede para descansar; y la anciana Kaede fue hasta ellos para saludarlos.
- "Ah, hola chicos, tenía mucho tiempo que no los veía" - les dijo cuando llegó hasta ellos.
- "Buenos días, Kaede-sama" - la saludó Sango - "¿Cómo ha estado usted?" -
- "Muy bien, gracias" - le dijo Kaede - "Bueno, necesito hablar de algo importante con ustedes."
- "¿De qué se trata, Kaede-sama?" - le preguntó Miroku seriamente.
- "Bueno, Houshi-sama, es que he oído que hay un youkai en un valle que se encuentra al oeste de la aldea; y que devora a todos los que pasan por allí." - le explicó al grupo, evidentemente preocupada de que un youkai estuviera tan cerca de la aldea.
- "Si ya entendí, lo que necesitas de nosotros es que derrotemos a ese youkai, ¿no es así, anciana?" - le preguntó Inuyasha de una forma un tanto grosera - "Eso solo sería un desperdicio de nuestro tiempo" -
- "Bueno, así es," - le respondió Kaede con toda tranquilidad - "pero he oído que ese youkai es tan resistente que ni las flechas de mi hermana podrían hacerle daño; y creo que tu espada mucho menos" -
- "¡Maldición! ¿¡Estás diciendo que mis poderes son inútiles contra esa cosa!?" - replicó Inuyasha de lo más molesto. Los demás también mostraron su preocupación al saber que ni alguien tan poderosa como Kikyou ni una espada con poderes tan sorprendentes como la Tessaiga podría siquiera hacerle un rasguño a tal monstruo.
- "No si tú y Kagome unen sus fuerzas," - le respondió Kaede, indiferente a la ausencia de modales de Inuyasha. Notó que Kagome no estaba con ellos y añadió - "Y por cierto, ¿dónde está ella ahora?" -
- "Regresó a su época. Dijo que necesitaba hacer algunas cosas pendientes, pero que regresaría en unos cuantos días" - respondió Sango.
- "Muy bien, entonces prepárense para cuando ella regrese, si deciden hacer esa tarea" - les dijo Kaede mientras se alejaba.
- "¡Claro que lo aceptamos, anciana!" - le gritó Inuyasha.
Tres días después...
Kagome aún no había vuelto de su época e Inuyasha ya estaba impaciente. El grupo estaba reunido alrededor del pozo, con Inuyasha sentado de brazos y piernas cruzados; y tamborileando sus dedos sobre sus brazos.
- "Arghh... ¡Kagome ya se demoró demasiado!" - dijo mientras se ponía en pie - "¡Iré por ella!" -
- "Espera Inuyasha," - le dijo Sango - "¡si vas ahora es probable que se moleste contigo!" -
- "Si lo que quieres es enfurecer a Kagome-sama, ve, adelante" - añadió Miroku
- "Como me hacen enfadar..." - dijo con la cara llena de rabia, luego fue hasta el pozo y saltó dentro.
- "Es un tonto" - dijo Shippou después de que Inuyasha se fue.
Mientras tanto, en la época de Kagome...
Kagome estaba charlando tranquilamente con sus amigas en la escuela, después de las clases.
- "¿Cómo creen que les fue, chicas?" - les preguntó Kagome.
- "¡Yo creo que salí muy bien, pues estuve estudiando mucho antes de los exámenes!" - le respondió Yuka mientras daba una palmada entusiasmada.
- "¿Y tú, Ayumi?" -
- "¡Estoy segura de que también salí muy bien!" - le respondió a su amiga.
- "Bueno, yo igual;" - dijo Eri - "¿y tú Kagome?" -
- "Yo diría que por lo menos aprobé el año..." - dijo mientras ponía una cara de vergüenza.
- "Bueno, al menos eso es algo" - le dijo Eri mientras le daba palmadas en un hombro.
- "Si, sobre todo después de que estuviste casi todo el año enferma" - añadió Yuka
- "Bueno, sí..." - dijo Kagome, luego pensó con decaimiento - 'Que vergüenza' -
- "Vas a celebrar el fin de año en tu casa, ¿verdad?" - le preguntó Yuka para tratar e animarla.
- "Así es;" - le respondió un poco más alegre" - "¿y ustedes?" -
- "También," - le respondió Eri - "¿les parece bien si nos reunimos la semana próxima, antes de la fiesta de fin de año de la escuela?" –
- "¡Sí! - respondieron todas las demás al unísono.
- "Bueno, nos vemos después, que... Inuyasha quiere verme" - dijo Kagome mientras se ruborizaba.
- "¿Te refieres a tu novio?" - le preguntó Ayumi; y después que Kagome asintió, le dijo:
- "Bueno que tengas suerte con él" –
- "Gracias" – respondió Kagome con una triste sonrisa.
Y después de que Kagome se fue, Ayumi les hizo una advertencia a las otras dos chicas:
- "Y esta vez no se atrevan a espiarlos, ¿de acuerdo?" -
- "Bien" - respondió Yuka abatida.
- "No hay problema" - respondió Eri con la misma expresión que Yuka.
Cuando Kagome llegó a su casa y abrió la puerta, notó que había algo raro porque todas las luces estaban apagadas.
- "¡Ya llegué!" - anunció, mientras pensaba sobre cuán raro era que todo estuviera a oscuras.
- "Onee-san" dijo Souta, como si ocurriera algo malo.
- "¿Que ocurre, Souta…?" - le preguntó Kagome preocupada, pero luego...
- "¡Sorpresa!" - le dijo Sota mientras saltaba y se encendían las luces de las casa; y luego, toda la familia Higurashi salió de la sala para recibirla en la entrada...
- "¡Feliz fin de año!" - le desearon a Kagome, mientras la conducían hasta el comedor.
- "¿Cómo te fue en los exámenes?" - le preguntó su madre, la señora Higurashi, tan pronto como se hubieron sentado a la mesa.
- "¡Creo que me fue muy bien!" - le respondió Kagome con una gran sonrisa. Se sentía más confiada al respecto en compañía de su familia.
- "¡Vaya, bien hecho, onee-san!" - le dijo Souta con alegría.
- "Te felicito hija, veo que te has dedicado a estudiar, aún en tus viajes" - le dijo la señora Higurashi, luego se levantó de la mesa mientras decía - "¡Te he preparado esto como recompensa por tu gran esfuerzo!" -
Fue hasta la cocina; y cuando salió, llevaba un enorme pastel entre los brazos: era un pastel de fresa y crema de dos pisos.
- "¡Wow, gracias!" - dijo Kagome impresionada al ver el tamaño del pastel - "¡Estoy segura de que a los chicos les encantará!" -
- "Se ve muy bien" - dijo el abuelo de Kagome echándole un vistazo al pastel.
Empezaron a comerse un pedazo del pastel; y cuando ya estaban terminando el primer pedazo, Inuyasha entró al comedor.
- "Hola" – saludó como quien no quiere la cosa.
- "¿Inuyasha?" - dijo Kagome, que ya estaba por caerse de la impresión por su súbita aparición - "¿Qué haces aquí?" -
- "Vine a ver qué hacías," - le respondió; y luego se fijó en el pastel y en el hecho de que todos se lo estaban comiendo - "¿Qué es esa cosa de aspecto extraño? ¿Se puede comer?" -
- "Es un pastel; y es un tipo de dulce muy delicioso" - le contestó Kagome. Luego cortó y le pasó un pedazo - "¿No quieres probarlo?"
- "Veamos entonces..." - dijo Inuyasha aceptándolo de forma desconfiada. Olisqueo el trozo y le dio una pequeña mordida. Empezó a temblar - "Es... Es... ¡Delicioso!" -
Luego tomó el pedazo completo del plato y se lo comió de un solo bocado.
- "¡Dame otro pedazo!" - dijo Inuyasha emocionado - "¡Sólo un pedazo más!" -
- "¡Espera!" - dijo Kagome alarmada tratando de tranquilizarlo - "¡Necesitamos guardarle a los demás!" -
Luego, Inuyasha se echó para atrás y estaba a punto de saltar hacia lo que quedaba del pastel para comérselo, cuando...
- "¡Abajo!" - dijo Kagome, haciendo que Inuyasha se cayera contra el piso cuando estaba empezando su salto.
- "¡Ugh!" - dijo Inuyasha mientras se levantaba - "¿¡Por qué hiciste eso!?" -
- "¡Lo siento!" - se disculpó Kagome - "Pero es que si no te tranquilizaba no le ibas a dejar ni un pedazo a los demás; y aparte, habrías embarrado todo el comedor con el pastel" -
- "¡Maldición!" - dijo Inuyasha haciendo un gesto de desagrado con la cara, pero entonces recordó a que había venido. Abrió mucho los ojos y... - "¡Ah! Se me olvidaba, Kaede quiere que vayamos a eliminar a un youkai" -
- "Uh, bueno..." - comenzó Kagome – "Es cierto que iba a volver en este momento... ¡Lo siento! ¡Se me olvidó!" –
Lo dijo mientras agitaba su mano de modo despreocupado.
- "No tienes idea de cuánto me desagrada ese modo tan poco cordial que tienes para disculparte" - dijo Inuyasha cruzando los brazos y entrecerrando los ojos enojado - "Bueno, ¿vienes o no?" -
- "Bueno, yo..." - comenzó Kagome; y luego se volteó hacia su madre - "Mamá..." -
- "No te preocupes por nosotros y ve," - le dijo su madre en un tono tranquilizador - "Creo que ya tienes todo preparado para partir, ¿verdad?" -
- "Si; y volveré tan pronto como pueda." - dijo mientras tomaba su mochila, la cual estaba al lado de la puerta del comedor y se la colocaba en los hombros. Luego dejó el comedor con Inuyasha a su lado - "¡Gracias por el pastel!" -
Fueron hasta el pozo, volvieron a la era Sengoku y se encontraron con los demás en la aldea de Kaede. Poco después, decidieron sentarse a comer en un prado cercano entre dos bosques y Kagome les sirvió lo que quedó del pastel como postre.
Después de que terminaron, Kagome les preguntó:
- "Bueno; ¿y que les pareció el pastel?" -
- "¡Es lo más rico que he probado en mi vida!" - dijo Shippou mientras saltaba de gusto – "¡Gracias!" -
- "Es verdad, es muy bueno." - añadió Sango.
- "Es el manjar más dulce que he tenido el privilegio de probar" - dijo Miroku mientras ponía una cara de éxtasis.
- "Y por otra parte, también traje otro par de cosas que creí que nos podrían ser útiles" - dijo Kagome mientras iba hacia su mochila y sacaba de ella un par de binoculares y una antena conectada a unos audífonos.
- "¿Qué son esas cosas?" - preguntó Sango, mientras ella y los demás observaban los objetos con gran interés.
- "Estos son binoculares, permiten ver desde lejos; y esto otro es un artefacto para escuchar a grandes distancias" - dijo Kagome; y después se puso a explicarles cómo se usaban. Cuando terminó, llegó Kaede para buscarlos.
- "Y bien, ¿ya están listos?" - les preguntó a todos.
- "Si, ¿dónde se encuentra el valle?" - preguntó Kagome.
- "En ese lugar al oeste de la aldea." dijo señalando en dirección hacia un pequeño valle que estaba algo alejado de la aldea - "Les deseo mucha suerte, espero que vuelvan pronto" -
Luego se pusieron en camino hasta el valle; aunque no pasó nada digno de mención de camino hacia él. Cuando por fin llegaron al valle, el cual estaba lleno de charcos de agua y tenía una gran cueva al final...
- "Así que este es el lugar donde habita ese youkai" - dijo Miroku observando el lugar con interés.
- "Hah, Parece que ese supuesto youkai poderoso sólo es una basura" - gruñó Inuyasha con los brazos cruzados.
- "Esperen, creo que sé de qué clase de youkai se trata" - dijo de repente Sango, quien ya llevaba puesto su traje de batalla.
- "¿Hablas en serio?" - le preguntó Kagome impresionada.
- "Si, mi padre me dijo una vez que este legendario youkai, Goukira, protegía la entrada a una cueva donde se encontraba un gran secreto" - explicó Sango con un tono de voz misterioso.
- "¿Qué clase de secreto será?" - se preguntó Miroku mientras ponía su mano en su barbilla.
- "No lo sé, lo que sí sé es que Goukira no puede ser vencido por un humano, un hanyou, un youkai o una sacerdotisa por sí solos" - respondió Sango con una voz llena de tensión.
- "Entonces, ¿¡que se supone que hagamos!?" - dijo Inuyasha sacando a Tessaiga de su funda, dado que una gigantesca tortuga cubierta de un aura oscura, con ojos rojos, cuyo caparazón estaba hecho de cristal y cuya piel estaba cubierta de escamas de dragón oscuras había salido de la cueva. Era Goukira.
- "¡Insolentes!" - bramó el inmenso youkai - "¿¡Han venido a tratar de robar mi secreto!?" -
- "¡Sólo hemos venido a acabar contigo!" - le gritó Inuyasha, mientras los demás se alistaban para la batalla.
- "Esto será divertido. ¡Solo intenten dañarme, si es que pueden!" - los retó Goukira.
Enseguida, Inuyasha empezó a probar sus ataques, empezando por el Kaze no Kizu, el cual ni siquiera rasguñó la gruesa piel de Goukira.
- "Hehehe, ¿eso es todo lo que tienes, hanyou inútil? - se burló el youkai - "¡Toma esto!" -
De inmediato, le arrojó una bola de energía negra a Inuyasha, pero Inuyasha solo sonrió mientras el ataque se le acercaba.
- "¡Eres un idiota!" - le gritó al tiempo que levantaba su espada - "Bakuryuuha!" -
Inuyasha agitó su espada contra el ataque, haciendo que el Kaze no Kizu se mezclara con la bola de energía para crear un remolino azul claro que arrolló a Goukira, pero no le hizo nada de daño.
- "Maldición, el Bakuryuuha no le hizo nada, solo me queda un ataque..." - dijo Inuyasha entre dientes mientras hacía que su espada se cubriese de cristal - "Kongousouha!" -
Luego agitó su espada con fuerza, haciendo que un aluvión de diamantes saliera de la espada contra Goukira, pero tampoco le logró hacer nada.
- "He..he...he...," - se empezó a reír el youkai estruendosamente - "¿eso es todo lo que puedes hacer contra mí?" -
- "¡Toma esto!" - gritó Kagome mientras levantaba su arco.
Enseguida le lanzó una flecha cubierta de un aura púrpura, seguida de una cubierta de un aura azul, pero ninguna le hizo daño a Goukira.
- "¡Una miko!" - dijo Goukira - "¡Serás un buen bocadillo para cuando acabe con todos ustedes!" -
Mientras, Miroku observaba impotente la batalla en la cual sus amigos estaban participando: Sango lanzando su boomerang y tratando de acuchillar al monstruo con su wakizashi para luego apartarse en el aire montada en el lomo de Kirara, mientras que Inuyasha repetía sus técnicas y Kagome disparaba sus flechas, pero nada de esto le hizo daño alguno a su oponente.
- "No puedo hacer nada," - se lamentó mirando su mano maldita - "es demasiado grande como para absorberlo con mi Kazaana…" -
- "¡Hiraikotsu!" - gritó Sango mientras le lanzaba su bumerang a Goukira desde el aire, pero no le hizo el menor daño. Y para empeorar las cosas, Shippou empezó a gritar como si se hubiese vuelto loco.
- "¡Aaah! ¡Vamos a morir!" -
- "¡No digas tonterías!" - le gruñó Inuyasha; para luego voltearse hacia el youkai de nuevo - "¡No se rindan! ¡Lo venceremos a como dé lugar!" -
Luego, el youkai los encaró y puso una cara muy desagradable.
- "¡Ya me cansé de este juego de niños!" - dijo; y luego empezó a cargar energía en su boca - "¡Mueran!" -
Entonces la energía tomó la forma de una gran esfera y luego Goukira la lanzó. Inuyasha ya estaba muy preocupado porque no sabía qué hacer para contrarrestar un ataque tan poderoso, pero entonces le llegó una idea a la mente.
- "¡Ya sé!" - dijo mientras se volteaba hacia Kagome, - "Kagome, ¿recuerdas como derrotamos a los Shitoushin?" -
Kagome lo miró extrañada al comienzo, pero luego cayó en la cuenta sobre que le estaba hablando.
- "¡Ah! ¿Quieres que usemos esa mezcla de técnicas?" –
- "¡Exacto!" - le respondió Inuyasha para luego alistarse - "¡Hagámoslo!" -
- "De acuerdo," - dijo y preparó su arco - "¡allá va!" -
Luego lanzó una flecha, la cual se cubrió de un aura púrpura.
- "¡Ahora!" - gritó Inuyasha mientras cristalizaba su espada y la agitaba.
Al hacerlo se creó un Bakuryuuhaa cristalizado a partir de la gran bola de energía; y en el aire, el remolino cristalizado y la flecha se mezclaron, formando una poderosa onda de luz que arrolló al youkai. Esto fue lo que finalmente resultó efectivo.
- "¡Nooo!" - gritó Goukira sufriendo de un dolor horrible mientras el poderoso ataque empezaba a destruirlo pieza por pieza - "¿Como pude ser vencido por un hanyou inútil y unos humanos?" -
- "¡Porque el inútil eres tú!" - le respondió Inuyasha a modo de burla.
- "¡Aaaaaggghhhh!" - gritó el youkai mientras se desintegraba en medio del remolino. Después de unos instantes, no había quedado nada de él.
- "¡Heh, lo logramos!" - dijo Inuyasha, y él y los demás se pusieron a celebrar a su modo... Excepto por Miroku, el cual se quedó mirando hacia la cueva con una cara de preocupación.
- "¿Ocurre algo, Houshi-sama?" - le preguntó Sango al notarlo.
- "Siento algo sospechoso dentro de esa cueva" - le respondió Miroku con una voz misteriosa.
- "¿Algo sospechoso?" - inquirió Kagome.
- "¿Cómo qué, exactamente?" - le preguntó Shippou a Miroku, pero el sólo se limitó a cerrar los ojos antes de decir abatido:
- "No estoy seguro" - y suspiró.
- "No puede ser otro youkai," - dijo Inuyasha mientras olfateaba el aire - "no percibo ningún olor excepto por humedad y agua viniendo de ese lugar" -
- "¿Vamos a investigar?" - preguntó Sango; y después de que todos asintieron, entraron a la cueva.
La cueva era muy extraña, porque parecía que la piedra era de la que estaba hecha era de un azul cristalino; y adentro estaban dos manantiales, con una especie de pila de piedra debajo de cada uno para contener el agua, cada una de las cuales estaba flanqueada por estatuas de dragones. Sobre cada manantial estaba una inscripción en un lenguaje que ninguno de ellos podía leer, ya que no era japonés ni ningún otro lenguaje que ninguno de ellos hubiera visto antes: se veían como un entramado de símbolos extraños. El agua del manantial de la izquierda despedía un brillo rosado claro; y el manantial de la derecha un brillo azul oscuro.
- "Hay algo que no me gusta nada sobre este lugar..." - dijo Sango mientras miraba en todas direcciones.
- "Estoy de acuerdo, mi querida Sango," - dijo Miroku detrás de ella - "aunque esta situación es muy apropiada para darte un masaje para que te relajes..." -
Miroku empezó a acariciarle el trasero; e inmediatamente después, se escuchó una fuerte bofetada resonando por toda la cueva.
- "¿¡Cómo se atreve a hacer eso en este momento!?" - le gritó Sango furiosa - "¿¡Y quién le dijo que los masajes se hacían en ese lugar!?" -
- "Perdón es que no lo pude evitar." - dijo Miroku mientras se reía nerviosamente, con una marca rojo brillante de la mano de Sango en su cara. Luego notó que Kagome estaba un poco rara.
- "Hm, Kagome-sama, ¿qué está haciendo?" - le preguntó dubitativo.
Luego, Sango y Miroku se voltearon hacia Inuyasha y Kagome; y notaron que sus ojos tenían algo extraño... ya no brillaban, como si estuvieran bajo hipnosis o algo. Luego, Inuyasha y Kagome empezaron a caminar hacia el manantial de agua rosada.
- "Kagome, Inuyasha, ¿¡qué hacen!?" - les preguntó Sango preocupada - "¡No debemos acercarnos a esos manantiales sin saber que son!" -
- "Tengo... sed..." - le respondió Kagome con una voz distante y débil.
- "Necesito... agua..." - dijo Inuyasha con el mismo tono de voz que Kagome
- "¡Oigan, deténganse!" - les gritó Shippou
Sin embargo, Inuyasha y Kagome hicieron como si no hubieran escuchado nada de lo que les decían; y se acercaron al manantial izquierdo como si estuvieran bajo un trance. Los demás forcejearon con ellos para tratar de detenerlos, pero fue en vano, porque Kagome e Inuyasha los repelieron como si estuvieran rodeados por una barrera… Y cuando estuvieron lo bastante cerca del manantial, tomaron un poco de agua de la pila con sus manos y la bebieron.
- "¿¡Que creen que hacen!?" - les preguntó Shippou angustiado.
- "¡Parece que están siendo controlados por algo o alguien!" - dijo Sango mientras los miraba. En ese instante, Kagome e Inuyasha cerraron sus ojos y cayeron inconscientes al suelo de la cueva.
- "Mejor llevémoslos a la aldea, no parecen estar bien" - sugirió Miroku después de que examinaron sus cuerpos inconscientes. Parecían haber caído en un sueño profundo, pero estaban respirando agitadamente.
- "De acuerdo. Allá podrán recuperarse mejor" - añadió Sango
- "Bien, entonces yo cargaré a Kagome-sama" - dijo Miroku con una cara de entusiasmo.
- "No, será mejor que yo me encargue de Kagome" - le resopló Sango con una mirada asesina - "Usted encárguese de Inuyasha"
Miroku no pudo hacer más que aceptar mientras reía nerviosamente. Sin embargo, mientras iban de camino hacia la aldea, ocurrió algo inesperado, algo que ninguno se imaginó que sucedería y que cambiaría el curso de sus aventuras...
Sango había sentido algo extraño en Kagome mientras la cargaba hacia la aldea y entonces...
- "Houshi-sama... ¿No siente algo raro?" - le preguntó a Miroku
- "¿A qué te refieres, Sango?" - le preguntó el monje un tanto desconcertado.
- "No estoy segura, pero siento a Kagome cada vez más ligera..." - le respondió Sango.
- "Bueno, con Inuyasha me pasa lo mismo, cada vez pesa menos..." - empezó a decir Miroku, pero entonces Shippou lo interrumpió gritando, mientras se quedaba inmóvil, mirando horrorizado a las espaldas de Miroku y Sango.
- "Shippou, ¿qué ocurre? ¿Hay algún youkai cerca?" - dijo Sango mirando alerta en todas direcciones.
- "No, es que... Es..." - Shippou trató de hablar, pero parecía que su voz no quería salirle.
- "¡Habla de una vez, Shippou!" - le dijo Miroku ya impaciente.
- "Es que... ¡Ellos se están encogiendo!" - gritó al fin mientras señalaba hacia Inuyasha y Kagome.
- "¿¡Qué!? ¡No puede ser!" - dijo Sango mientras se bajaba a Kagome de la espalda para examinarla; y se llevó una gran y desagradable sorpresa...
- "¡Es imposible! No sé cómo, pero Kagome se encogió... ¡Ahora parece una niña!" - dijo Sango mientras trataba de entender que había sucedido.
- "¿¡Qué!?" - dijo Miroku mientras se bajaba a Inuyasha de la espalda y ve que le ocurrió lo mismo, solo que con una pequeña diferencia...
- "Ambos parecen haber vuelto a ser niños, pero ¿por qué habrá ocurrido esto?" - dijo Miroku; y de repente, notó algo - "¡Y además mira esto, la ropa de Kagome-sama ahora le queda muy grande, pero a Inuyasha la suya le sigue quedando perfecta!" -
Lo dijo porque a Kagome apenas se le podía ver la cara, la cual ahora era más redondeada y de apariencia infantil, en medio del bulto de telas que antes era su ropa. Sus manos y brazos quedaron ocultos por las mangas de la blusa de su uniforme y sus pies y piernas tapados por su falda; y en ese momento notaron que sus zapatos y calcetines están el suelo detrás de ellos, al igual que su mochila, arco y el carcaj con las flechas.
- "Debe ser porque bebieron el agua de ese extraño manantial;" - dijo Sango empezando a entender lo que había ocurrido - "y en lo que se refiere a la ropa, a Inuyasha le sigue quedando bien porque su atuendo se ajusta al cuerpo de su propietario por magia. Después de todo, su kimono está hecho con lana de las Ratas de Fuego y se ha manchado con su sangre muchas veces" -
- "¿Crees que deberíamos despertarlos?" - le preguntó Miroku mientras los miraba.
- "No, mejor llevémoslos primero a la aldea y veremos cómo están en cuanto hayan recuperado la conciencia" - decidió Sango. Luego recogieron las cosas de Kagome y siguieron su rumbo hasta la aldea.
Cuando llegaron a la aldea, atrajeron algunas miradas curiosas de los aldeanos, pero los ignoraron y fueron directamente a la cabaña de Kaede. Como Kaede estaba en casa, le explicaron lo que había pasado después de haber acostado a Inuyasha y Kagome en dos futon separados y dejarles dormir. Cuando por fin terminaron...
- "¿Pero cómo les ocurrió esto a ellos?" - les preguntó Kaede extrañada.
- "Creemos que les pasó esto por culpa del agua de ese extraño manantial" - le respondió Sango.
- "¿De qué manantial hablas?" - le preguntó Kaede nuevamente. Parecía temerosa de algo.
- "Del manantial que estaba en la cueva que custodiaba ese youkai" - respondió Miroku.
- "Hmmm... Es posible que eso sea, pues había muchos rumores sobre manantiales que tienen el poder de controlar la edad de las personas, una sirviendo para rejuvenecer y la otra teniendo efectos que no conozco. Si embargo, nadie las había buscado antes por el youkai que las custodiaba y porque supuestamente tiene otros efectos que no son muy agradables" - explicó Kaede pensativamente. Parecía que la respuesta de Miroku había confirmado sus sospechas.
- "¿De qué efectos estamos hablando?" - preguntó Shippou preocupado.
- "No lo sé," - respondió con abatimiento y suspiró antes de continuar - "creo que lo averiguaremos cuando ellos despierten." -
- "Ellos dos parecían estar bajo el control de alguien cuando bebieron esa agua..." - empezó Miroku, pero Kaede levantó la mano para que parara.
- "Sí, al parecer, el agua rejuvenecedora ejerce un efecto de control mental sobre aquellos que tienen un alto nivel de poder espiritual o poseen una mezcla de sangre de los humanos y los hanyou en sus venas" - les dijo Kaede.
- "¿Y no deberíamos cambiarle la ropa a Kagome?" - inquirió Sango mientras miraba a su amiga, la cual ahora tenía una expresión neutra y respiraba lentamente - "Pues si sigue vestida con ropas que son tan grandes para ella cuando despierte, de seguro le va a dar un ataque." -
- "Hmm, bueno... Creo tengo algo por aquí que le servirá bien" - dijo Kaede mientras iba a la parte de atrás de la cabaña a buscar.
Después de un rato, regresó cargando doblados en sus brazos un kosode a cuadros naranjas y rojos adornados con círculos blancos y un obi azul oscuro; y se los entregó a Sango.
- "Que los chicos esperen afuera mientras le cambiamos la ropa, sobre todo usted, Houshi-sama" - dijo Sango mientras le arrojaba una mirada de enfado a Miroku.
Shippou y Miroku salieron de la casa y se quedaron esperando. Inuyasha, claro está, no contaba porque todavía estaba inconsciente.
- "Vaya, esto sí que es una situación extraña y molesta, porque ahora además de buscar a Naraku tendremos que hacer de niñeros..." - se quejó Miroku mientras se apoyaba de una de las paredes de la cabaña.
- "Ejem, Ejem" - carraspeó Shippou molesto.
- "Sin ofenderte, Shippou." - dijo Miroku mientras le mostraba una sonrisa nerviosa.
- '¡Esto es genial! ¡Ahora que los tres somos niños, Inuyasha no podrá seguir golpeándome, y Kagome podrá jugar conmigo en cualquier momento! ¡Esto será interesante!' - pensó Shippou mientras miraba hacia el cielo con una cara llena de felicidad. Luego empezó a fantasear con Kagome jugando con él tranquilamente sobre un campo de hierba; y él mismo molestando a Inuyasha hasta el punto en que lo hacía llorar.
Al imaginarse eso, Shippou empezó a bailar mientras gritaba - "¡Oh, sí! ¡Oh, sí!", lo cual hizo que Miroku se quedase viéndolo como si estuviera viendo a un loco.
- "¡Houshi-sama, Shippou!" - los llamó la voz de Sango después de un rato - "¡Ya terminamos! ¡Pasen!" -
- "¡Finalmente!" - dijo Miroku mientras entraba a la cabaña.
- "Veamos cómo quedó Kagome…" - dijo Shippou mientras reía.
Cuando entraron, vieron que Inuyasha estaba igual a como estaba cuando salieron. Kagome, por otra parte, estaba todavía inconsciente pero ya estaba vestida con el kosode que Kaede les había mostrado antes; el cual le llegaba hasta los tobillos y las mangas le llegaban hasta las muñecas. Su uniforme estaba doblado sobre su mochila, excepto por el pañuelo rojo de su blusa. Lo único extraño era el hecho de que Kagome tenía el pelo peinado como Kikyou, con la pequeña diferencia de que lo tenía atado con una cinta roja.
- "Se nos ocurrió cambiarle el peinado y decidimos usar el pañuelo de su ropa para atárselo" – dijo Sango cuando vio la expresión que Miroku y Shippou pusieron al ver el cambio en el aspecto de Kagome.
- "¿Qué opinan?" - les preguntó Kaede amablemente.
- "Se ve linda" - dijo Shippou mirando a Kagome, quién ya estaba empezando a moverse.
- "Miren, ¡parece que ya está despertando!" - dijo Sango; y los demás se acercaron a verla. Aunque se quedaron mirándola más de la cuenta, porque notaron que Kagome ahora se veía casi idéntica a Rin, exceptuando por la forma de los ojos y el peinado.
Al poco rato, Kagome abrió los ojos y se incorporó, quedándose sentada en el futon. Sin embargo, lejos de estar aliviada o mostrar señas de reconocer donde estaba, se quedó mirándolos a todos con una expresión de total confusión.
- "¿Te encuentras bien?" - le preguntó Kaede preocupada cuando vio la forma en la que los estaba mirando.
- "Disculpe, señora... ¿quién es usted y dónde estoy?" - le preguntó Kagome confusa.
- "¿Cómo?" - dijo Sango, que no podía dar crédito a sus oídos por lo que acababa de oír.
- "Le pregunté quién era. No sé quiénes son ustedes; y tampoco sé quién soy" - dijo Kagome mirando a Sango un tanto extrañada.
- "¿Quieres decir que no recuerdas nada?" - le preguntó Miroku espantado.
- "No, no recuerdo absolutamente nada" - respondió Kagome con una expresión confundida.
- "Espera, tu nombre es..." - empezó a decirle Sango pero Kaede pareció haber entendido algo en ese instante: la interrumpió y le gesticuló a ella, a Shippou y a Miroku que se acercasen para susurrarles algo.
- "¡Esperen! Creo que este es uno de los efectos del agua: que quien la bebe pierde su memoria; y si tratas de hacer que esa persona recuerde esas memorias, ¡lo único que conseguirás es que pierda la razón! ¡Tampoco puedes recordarle su verdadero nombre si lo olvidó!" - explicó Kaede apresuradamente.
- "Eh, bueno..." - Sango tuvo que pensar rápido para que no pareciera sospechoso - "Tu nombre es... Miko; y ésta es Kaede-sama. Tú vives en esta aldea y Kaede-sama es tu tutora. En este momento estamos en su casa" -
- "Bueno..." – Kaede inhaló profundamente antes de continuar – "¿Miko, te encuentras bien?" -
- "Sí, creo que no me ocurre nada" - respondió Miko (Kagome) con una sonrisa después de haber escuchado esa explicación. Sin embargo, luego señaló a sus cosas y su vieja ropa - "¿Y que son esas cosas de allí?" -
- "Estaban a tu lado cuando te encontramos a ti" - dijo Miroku amablemente.
- "¿Y de dónde salió éste fragmento de la Perla de Shikon?" - preguntó Miko mientras señalaba hacia el fragmento que ella cargaba en un frasco atado a su cuello.
- "¿Sabes sobre la Perla y sobre que se rompió?" - le preguntó Kaede con interés.
- "Sí, sé sobre esa joya que puede cumplir los deseos de los humanos y fortalecer a los youkai" – respondió extrañada, pensando que era raro que le preguntaran eso. Y luego...
- "Por cierto, ¿quién es ese niño de allí? Se ve muy extraño" - preguntó Miko; y cuando los demás vieron hacia donde ella señalaba, se percataron de que se refería a Inuyasha.
- "Eh, bueno... Él es..." - dijo Sango tratando de pensar en algo; y para su suerte, Inuyasha se despertó con la misma reacción de Miko.
- "¿Dónde estoy; y quiénes son ustedes? Lo último que recuerdo es que estaba huyendo de unos youkai…" - dijo Inuyasha asustado poco después de que se despertó.
- "¿Sabes quién eres?" - le preguntó Kaede.
- "Sí, mi nombre es Inuyasha..." - respondió él con una voz muy leve; y luego les preguntó angustiado - "¿No me harán daño, o me echarán de su aldea?" -
- "En otras palabras, sabes quién eres, pero no sabes quiénes somos" – dijo Sango pensativamente, pero al notar como se veía de asustado, lo miró amablemente - "No te preocupes, no te haremos daño" -
- "Así es, nosotros te encontramos a ti y a esa niña de allí inconscientes en el camino a esta aldea y los trajimos hasta aquí." - dijo Miroku mientras señalaba hacia Miko.
- "¿Entonces no les importa que yo sea un hanyou?" - les preguntó Inuyasha aún angustiado.
- "No, claro que no." - le respondió Sango mientras le sonreía - "Lo que nos importa es que estés bien y a salvo" -
- "Muy bien… Lamento la pregunta… es que ningún humano me había tratado antes así..." - dijo Inuyasha un más poco calmado; y luego se percató del rosario que llevaba en el cuello.
- "Por cierto... ¿qué es esta cosa?" - preguntó mirando el rosario con recelo mientras lo halaba un poco para mostrárselo a los demás.
- "No te preocupes por eso, sólo es un adorno" - le dijo Kaede tratando de hacer que se olvidara de eso. No tuvo corazón para decirle que era un utensilio para controlar su comportamiento.
- "¿Y qué es esta espada que tengo aquí?" - preguntó mientras miraba hacia la funda de Tessaiga, la cual estaba sobre el futon y justo a su lado.
- "Es un regalo que te dejó tu padre. Se llama Tessaiga; y en algún momento sabrás como usarla correctamente" - le respondió Kaede mientras le sonreía.
El oír eso pareció haber afectado mucho a Inuyasha, porque se entusiasmó mucho.
- "¿¡Mi padre!?" - gritó mientras sacaba la espada de su funda, pero al ver cómo era cuando no estaba en uso, se quedó muy decepcionado - "¡Pero vamos, sólo es una vieja espada oxidada!" -
- "Pero úsala cuando vayas a proteger a alguien y te llevarás una muy agradable sorpresa" - le dijo Kaede en un tono que le sugería que debía ser paciente.
- "Ah, ¡bueno!" - replicó Inuyasha mientras se ponía en pie y dejaba la espada envainada al lado de la mochila de Miko. Sin embargo, cuando regresó a su futon para sentarse de nuevo, las miradas de Miko y de él se cruzaron, haciendo que ambos se sonrojaran.
- 'Esa niña me parece familiar… ¿pero por qué me siento así?' - pensó Inuyasha nervioso.
- 'Ese chico me parece conocido, pero parece que no me conoce… ¿que será esto que siento?' - pensó Miko confundida pero emocionada.
Y se quedaron así por un par de segundos, hasta que ambos rompieron el contacto visual y se quedaron viendo el suelo; y después de un rato, Miko levantó la cara con una sonrisa avergonzada.
- "Ehm… ¿Podrían decirnos sus nombres, por favor?" - les preguntó a los demás para tratar de sacar un tema.
- "Bueno, yo soy Miroku, pero pueden decirme Houshi-sama" - dijo Miroku dándose aires de importancia.
- "¿¡Qué cree que está haciendo, Houshi-sama!?" - le susurró Sango enfadada.
- "Sólo quiero que me den un poco más de respeto por aquí, Sango" - respondió Miroku también entre susurros.
- "Y yo soy Shippou, el Gran Kitsune" - dijo Shippou, demostrando su eterna falta de modestia.
- "¡Aw, eres tan adorable!" - dijo Miko mientras salía corriendo para abrazarlo.
- 'Aaahh... No quiero que esto termine...' - pensó Shippou extasiado mientras Miko lo sujetaba.
- '¡Voy a matar a ese zorro! Un momento, ¿por qué estoy sintiendo celos?'- pensó Inuyasha con rabia y al mismo tiempo, extrañado por esos sentimientos.
- "¡Ejem, ejem!" - carraspeó Sango, haciendo que todos se voltearan a verla - "Bueno yo soy Sango, última sobreviviente del clan de exterminadores de youkai" -
Ese último comentario hizo que Inuyasha se espantara, no le gustaba nada la idea de que hubiera una exterminadora cerca de él. Corrió a esconderse detrás de las cosas de Miko en la parte de atrás de la cabaña.
- "¿¡Exterminadora de youkai!?" -
- "Cálmate, ya dije que no te haríamos daño." - le dijo Sango con amabilidad para tratar de calmarlo.
- "Hmmm... ¿Y qué hacen ustedes?" - les preguntó Miko, muy interesada en saber que hacia un grupo tan dispar como ellos estando juntos.
- "Bueno, nos dedicábamos a reunir los fragmentos de la Perla de Shikon; y en nuestros viajes los encontramos a ustedes" - respondió Miroku.
- "Ya veo... ¿Y no hay nada entre ustedes dos?" - les preguntó Miko entre risitas, haciendo que Sango y Miroku se sonrojaran violentamente.
- "¡No, claro que no!" - dijo Miroku avergonzado.
- "¡No, sólo somos amigos!" - dijo Sango con el mismo tono de vergüenza que Miroku.
- "¡Ejem! Ejem!" - los interrumpió Kaede: se le había ocurrido una idea en ese momento - "Bueno, creo que ya fue suficiente plática" –
Luego miró a Inuyasha y Miko; y les dijo:
- "Si quieren pueden salir a jugar, que más tarde ambos empezarán a recibir lecciones, ¿de acuerdo?" -
- "¡Sí!" - respondieron los dos al unísono.
- "¿Qué clase de entrenamiento será?" - preguntó Inuyasha mientras miraba a Miko sonriente.
- "Lo sabrán pronto" - le respondió Kaede con una sonrisa.
- "¿Qué quieres jugar?" - le preguntó Miko a Inuyasha.
- "¡Al escondite!" - le respondió Inuyasha.
- "¡Vamos!" - le dijo Miko; y ambos salieron corriendo mientras reían. Desafortunadamente, Kaede no tenía calzado del tamaño apropiado para Miko, de modo que ella tendría que andar descalza por los momentos.
- "Tendremos que dejarlos así por ahora. De todos modos, Kagome ahora parece una niña normal de esta época" - dijo Sango después de un rato de silencio.
- "Sí, estoy de acuerdo, pero no podemos dejarlos así para siempre. Primero tendremos que buscar un modo de restaurar sus memorias… y hablando de eso," - dijo Miroku - "¿cómo es que a Kagome se le borró toda su memoria, mientras que a Inuyasha sólo se le borró hasta cierto punto?" -
- "Debe ser que a los hanyou no les afecta el agua tanto como a los humanos en cuanto al borrado de recuerdos" - respondió Kaede encogiéndose de hombros.
- "Aunque me sorprende mucho el cambio en la personalidad de Inuyasha... No me imaginaba que de niño él fuera así..." – dijo Sango pensativamente.
- "Sí es verdad..." - añadió Kaede, pero no pudo continuar porque Shippou la interrumpió.
- "¡Ejem, ejem!" -
- "¿Ocurre algo, Shippou?" - le preguntó Miroku amablemente.
- "¡No, es que solamente quería avisarles que iré a jugar con ellos!" - respondió Shippou mientras se levantaba sonriendo.
- "Está bien. ¡Y recuerda que Kagome ahora se llama Miko!" - le dijo Sango cuando ya se alejaba.
- "¡Sí, ya sé!" - y salió corriendo con toda la felicidad del mundo.
- "Bueno, yo enseñaré a Miko de nuevo como usar sus poderes, a manejar el arco y flechas; y a reconocer y usar las hierbas medicinales más tarde; pero, necesitaremos a alguien que pueda entrenar a Inuyasha" - señaló Kaede cuando notó que no había nadie que se encargara de eso.
- "¡De eso me encargo yo!" - dijo una voz que parecía que salía de la nada, y todos se sobresaltaron.
En seguida, se supo quién era el propietario de la voz, porque una pulga salió del pelaje de Kirara y empezó a chupar la sangre de la cara de Miroku, para al final terminar aplastada por él.
- "Myouga-jii, ¿qué hace usted aquí?" - le preguntó Sango.
- "Bueno, me enteré de que seguirían viajando y me escondí en Kirara" - respondió Myouga tranquilamente desde la mano de Miroku después de recuperarse de su aplastada - "Como iba diciendo, yo puedo traer a Totosai para que entrene a Inuyasha-sama, pues ya estoy al tanto de lo que les pasó a Kagome y a él" - agregó en tono de sabihondo.
- "¿Está seguro de poder hacerlo?" - le preguntó Miroku con la desconfianza desbordándose de su voz y mirada: Myouga era famoso por no ser muy confiable en situaciones como ésta; y estas sospechas que todos tenían para con la pulga solo se intensificaron dada la condición actual de Inuyasha como un niño indefenso.
- "¡Claro que sí, para mañana ya estará aquí entrenándolo!" - respondió Myoga enfadado al ver que no confiaban en él.
Luego, se fue saltando hacia Kirara.
- "¡Volveré mañana!" - dijo Myoga después de que Kirara se transformó. Dejaron la cabaña y los pocos segundos, escucharon los sonidos que indicaban que Kirara había levantado el vuelo: un suave rugido seguido por el sonido de sus patas desapareciendo por completo.
- "Muy bien, entonces mañana será que empiece a entrenar a Miko también. Sin embargo, debemos tener cuidado con los lugares hacia los que vayan, en especial el pozo y el Goshinboku. Si se acercasen a cualquiera de ambos, sería terrible ya que el pozo los enviaría a la época de Miko y haría que los perdiéramos para siempre; y el Goshinboku haría enloquecer a ambos por las muchas memorias importantes que tiene para ellos" – les advirtió Kaede – "De hecho, será mejor que no los dejemos siquiera salir de la aldea sin nuestra supervisión" -
- "De todos modos, parece que Miko sólo puede recordar las cosas de esta época" - dijo Miroku encogiéndose de hombros.
- "Así es, sino sería imposible que supiera sobre la Perla o los poderes que tiene" - dijo Kaede seriamente.
- "Y creo que también tenemos que vigilar a Shippou, pues con la costumbre que tiene de enamorarse de las niñas de todas las aldeas que hemos visitado podría terminar causando un desastre" – dijo Sango molesta. Luego, miró a Miroku como si quisiera matarlo, dado que indudablemente era por su culpa que Shippou había adquirido esa costumbre, lo cual también lo pensaban los demás en el grupo.
Miroku sólo cerró sus ojos, puso su mano en su barbilla, y como si el asunto no le concerniera, dijo:
- "Ah, por eso es que estaba tan feliz cuando salimos mientras cambiaban a Miko de ropa. Muy bien, yo me encargaré de Shippou." - luego se volteó hacia Sango - "¿Sango, podrías ir a vigilar a Miko y a Inuyasha?" -
- "Por supuesto, Houshi-sama. Creo que sería buena idea que usemos las cosas para ver y oír desde lejos que trajo Kago... es decir, Miko" - dijo Sango. Miroku asintió, así que tomaron los binoculares y la antena y salieron de la cabaña.
Después de que salieron, Kaede sólo suspiró y dijo:
- "Esto será una experiencia muy extraña y agotadora..." -
{Fin del Capítulo}