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A todos, quiero darles la bienvenida a mi humilde blog, el cual está dedicado a mi vida, al animé, a los videojuegos, y especialmente, a EXA_PICO. Aquí podrán ver las traducciones de letras de canciones que he hecho, y en el dado caso que no tenga la traducción que buscan, por favor vayan al foro Ar tonelico: A Reyvateil's Melody, ya que allí están todas las traducciones que podrían necesitar, junto con una gran cantidad de información sobre el mundo de EXA_PICO y sus conlangs.

¡Espero que se la pasen bien leyendo este blog!

Everyone, welcome to my humble blog, dedicated to my life, anime, videogames, and especially, to EXA_PICO. Here you all can see the translations for song lyrics I have done thus far, and if I don't have the translations you're looking for, please go to the Ar tonelico: A Reyvateil's Melody forum, since in both of these there are all of the translations you may need, together with a great quantity of information about EXA_PICO's world and its conlangs.
I hope you all have a good time reading this blog!


viernes, 26 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 19

Capítulo 19:

Revelaciones

(Opening: Still Time)

Poco después de que Kouin hubo terminado de darles tratamiento con su magia, la mayor parte del grupo tuvo sus ojos de vuelta a su estado normal y empezaron a parpadear, confundidos por el repentino cambio de oscuridad casi absoluta a la luz filtrada por la puerta y las ventanas del recinto abandonado.

Gerardo de inmediato abrazó a Gabriela, la cual se apartó de él con una expresión aterrada. Sango y Miroku se abrazaron el uno al otro murmurando algunas cosas incomprensibles justo antes de que Shippou se les abalanzase chillando encima. Miko se acercó a Yasha, pero Yasha solo se apartó de ella y de los demás con temor. Sin embargo, cuando notaron quien estaba con ellos, de inmediato dejaron sus reacciones iniciales y desenvainaron sus armas.

- "¡Tú!" – gritó Gerardo mientras se acercaba a Kouin con Ryuuga desenvainada y Fuuinryuu en su mano izquierda – "¿¡Qué haces aquí!?" –

- "Hmm, me esperaba una reacción menos agresiva," – suspiró Kouin – "Al fin y al cabo, soy quien acaba de salvar sus vidas" –

- "¿¡Qué!?" – gritaron todos espantados.

- "Así es, yo fui quien los rescató de ese horrible espejo" – dijo mientras señalaba hacia los restos del Espejo de las Tiniblas, el cual ahora se había roto por completo. Todos se le quedaron viendo con la boca abierta.

- "Entonces, ¿qué fue todo eso que vimos mientras estuvimos dentro?" – preguntó Miroku mientras revisaba que su Kazaana aún estuviera como antes; y asombrado de verse a sí mismo y a los demás a salvo.

Los demás reaccionaron de forma parecida, mientras que Yasha miraba confundido a los otros: no parecían tan malos en comparación a como habían actuado dentro del espejo, y Miko se examinaba a sí misma y notaba que su apariencia y su ropa habían vuelto a sus aspectos usuales.

- "Todo lo que vieron, oyeron, tocaron y sintieron dentro de ese lugar fue una mera ilusión" – explicó Kouin mirando al espejo con tristeza mientras los demás se miraban entre sí con cierta vergüenza – "Ese artefacto es conocido como el Espejo de las Tinieblas; y después de atrapar a sus víctimas, las azota implacablemente con sus peores pesadillas y temores hasta el punto en que destruye completamente sus espíritus y sus mentes. Y no hay posibilidad de escape: el espejo también es capaz de percibir las esperanzas de aquellos a quienes tiene atrapados y transmutarlas en más desesperación" –

- "Pero entonces… ¿Cómo nos sacaste de allí; y por qué?" – preguntó Miko cerrando una mano en un puño y posándolo sobre su pecho. Creía que Kouin no podía ser tan malo, pero aún no confiaba en él del todo.

- "Por ahora no creo que sea prudente explicarlo, pequeña," – dijo Kouin mientras se agachaba para que sus rostros estuvieran a la misma altura; y luego se volteaba a mirar a Kagome e Inuyasha – "Desafortunadamente, parece que dos de sus amigos quedaron en muy malas condiciones por haber pasado por esto" -

En efecto, Kagome e Inuyasha aún seguían en el estado en el que todos estaban cuando habían sido sacados del espejo por Kouin, a pesar de que él ya había usado la misma magia que había aplicado a los demás para sacarlos de eso. Al parecer no había surtido ningún efecto, ya que ellos seguían temblando mientras las joyas de sus medallones titilaban de forma extraña.

- "¿Qué les sucede?" – preguntó Gabriela mientras ella y los demás corrían a examinarlos. Shippou y Sango trataron de mover sus manos frente a sus ojos y llamarmlos, pero no sirvió de nada: no hubo ninguna reacción.

- "Parece que sus mentes están al borde del colapso" – explicó Kouin tristemente – "Ellos ya estaban en una situación delicada porque todavía no han terminado de acostumbrarse a tener solo una mitad de sus respectivas almas y me temo que esto ha causado un grave daño a sus mentes. Esto esta más allá de mis habilidades de sanación…" –

- Oh no…" – dijo Sango mordiéndose el labio – "¿Y no podemos hacer nada por ellos?" –

- "Probablemente, los medallones también sean la clave en esto…" – dijo Miroku señalando a las gemas de los medallones, las cuales continuaban titilando.

- "Pero, ¿cómo?" – preguntó Yasha, que había estado muy callado desde que habían salido del espejo – "Regresar a ellos ahora no servirá de nada, y ya estamos separados de ellos…" –

- "Aún hay una función que no hemos probado…" – dijo Gerardo mirando los medallones. Los demás se dieron cuenta de a qué se refería cuando recordaron que posiciones tenían.

- "¿Tendremos que sellar sus memorias?" – preguntó Miko volteándose en dirección a Kouin cuando cayó en cuenta de que tendrían que hacer para salvarlos.

- "Eso me temo," – dijo Kouin levantándose y mirando al grupo con seriedad – "El sellado de memoria actúa como un mecanismo de preservación para evitar que sus mentes se destruyan por haber recibido un shock intolerable; así que será necesario que los dejen así por al menos un día para que puedan recuperarse" –

- "No quería que algo como esto pasara…" – dijo Yasha negando con la cabeza mientras su mirada caía hasta el piso, ya que se sentía culpable por la broma que había dicho cuando se habían encontrado con Kaede unas horas antes. Miko le puso una mano en el hombro y le sonrió.

- "No es culpa tuya. No sabíamos que Tenebross tuviera por ahí una trampa tan horrible" - dijo ella con una voz tranquilizadora.

- "Bueno, creo que realmente no tenemos otra alternativa…" – dijo Miroku caminando hacia Inuyasha, pero Shippou saltó a su hombro y lo detuvo.

- "Miroku, ¿no deberíamos dejarles a Yasha y Miko que hagan esto?" – le preguntó mientras les dedicaba un gesto con la cabeza – "A final de cuentas, ellos son los más cercanos a Kagome e Inuyasha, si tú me entiendes" –

- "Está bien, lo haremos nosotros" – dijo Yasha mientras se acercaba a Inuyasha y sujetaba la aguja de rubí de su medallón con su mano – "Nii-san, por favor, recúperate pronto…" –

- "Onee-san… por favor… no me dejes de nuevo…" – dijo Miko mientras miraba la expresión ausente de Kagome con una gran tristeza.

Luego ella y Yasha se miraron a los ojos, se asintieron el uno al otro; y cambiaron la posición de los medallones de sus contrapartes a "Sellado". Al instante siguiente, Inuyasha y Kagome cerraron los ojos y cayeron inconscientes en los brazos de sus contrapartes más jóvenes. Las joyas de los medallones dejaron de titilar y empezaron a llenarse de luz, como si tuvieran una especie de medidor dentro.

- "Muy bien, con esto será suficiente," – les dijo Kouin – "Será buena idea que busquen un lugar para permitirles que descansen. También debo decirles que mientras sus memorias permanezcan selladas, lo cual será hasta que las joyas de sus medallones se hayan llenado de luz, deberán tratarlos del mismo modo que a una persona que bebió el Agua del Reinicio" –

- "Adivino: porque si no enloquecerán ya que sus memorias reales están 'desconectadas', a falta de una mejor manera de decirlo" – dijo Gerardo mientras los miraba.

- "Exacto. Sin embargo, ya verán por ustedes mismos que sucederá cuando despierten" – dijo Kouin misteriosamente – "Y si les parece bien, quisiera acompañarlos de ahora en adelante"

- "¿Eh?" – preguntó Gabriela retrocediendo con la sorpresa impresa en el rostro mientras Miroku cargaba a Inuyasha sobre su espalda y Sango hacia los mismo con Kagome – "¿Y eso?" –

- "Lo mismo nos estamos preguntando todos aquí" – dijo Yasha mientras lo miraba con una ceja levantada – "¿Por qué razón vas a unirte a nosotros si eres un sirviente de Tenebross?" –

- "Tengo mis propias razones, las cuales explicaré tan pronto como sus amigos se hayan recuperado" – dijo Kouin con firmeza – "Lamento esto, pero no me gusta repetir las explicaciones y quisiera decirlas una sola vez" –

- "Al menos no parece que quiera tendernos una trampa ni nada" – dijo Miko mientras miraba a Kouin con sus manos entrelazadas detrás de sí misma mientras los demás guardaban sus armas.

- "En ese caso, de acuerdo, puedes venir" – le dijo Gerardo con los brazos cruzados después de que había regresado a Ryuuga y Fuuinryuu a su obi – "Pero tendremos que eliminarte si intentas cualquier cosa rara. ¿Queda eso claro?" –

- "Entendido" – asintió Kouin – "Al fin y al cabo, no puedo pedirles que confíen en mí después de lo que hice durante nuestro primer encuentro" –

- "Aunque es gracias a eso que estamos aquí ahora, Kouin-san" – le sonrió Miko. Kouin parpadeó un par de veces sorprendido, y luego le devolvió la sonrisa.

Salieron del templo y retomaron la senda hasta la aldea. Cuando al fin llegaron, fueron hasta la cabaña de Kaede y dejaron a Inuyasha y a Kagome recostados en dos futon separados mientras esperaban a que reaccionaran. Por su parte, Kaede estaba en las afueras de la aldea recolectando hierbas medicinales, de modo que no se encontraron con ella.

- "Esto me recuerda a cuando trajimos a Kagome y a Inuyasha aquí después de que bebieron el Agua del Reinicio por primera vez" – dijo Sango con cierta nostalgia en su voz.

- "Cierto, es muy similar a lo que sucedió esa vez," – dijo Miroku pensativamente – "Aunque en ese entonces no nos habíamos conseguido un nuevos aliados ni imaginabamos que eso fuese a traer tantas novedades a nuestro mundo" –

- "Igual es extraño que haya pasado algo como eso de nuevo" – dijo Yasha de brazos cruzados.

En ese momento, Kagome e Inuyasha comenzaron a reaccionar y se levantaron al mismo tiempo. Sin embargo, lejos de tener la reacción que tuvieron cuando se despertaron por primera vez después de haber bebido el agua, solo se incorporaron y les sonrieron a los demás.

- "Hola, Sango-nee, Houshi-sama" – dijo Kagome alegremente mientras ella e Inuyasha soltaba pequeños bostezos y se estiraban. Parecía que ella e Inuyasha simplemente se hubiesen despertado de una pequeña siesta.

- "¿Te encuentras bien?" – le preguntó Miroku con una cara de preocupación.

- "Por supuesto, ¿por qué no lo estaría?" – dijo Kagome.

- "Onee-san, estaba muy preocupada por ti…" – le dijo Miko mientras caminaba hacia ella y le mostraba una pequeña sonrisa de alivio.

- "¿Huh? Miko, ¿por qué me dices así?" – dijo Kagome ladeando la cabeza – "Si somos gemelas…" –

- "¿Qué?" – dijo Yasha con extrañeza al oír eso, mientras que Miko se quedó con la boca abierta y no pudo responder. Los demás se miraron los unos a los otros confundidos y espantados.

- "Yasha, ¿sucede algo?" – dijo Inuyasha mientras se levantaba e iba hacia él – "¡No me dirás que te distrajiste y te diste un golpe en la cabeza o algo, hermanito!" –

Todos continuaron mirándose los unos a los otros confundidos mientras Kouin reía en silencio.

- "Pero vamos, ¿qué les sucede a todos ustedes hoy?" – preguntó Kagome con voz entretenido. Luego soltó unas risitas, pensando estaban intentando jugares una broma – "¡Hasta Gerar-nii y Gaby-nee están actuando raro!" –

- "¿¡Qué!?" – dijeron Gerardo y Gabriela al unísono, pensando que la situación sólo se ponía más rara con cada minuto que pasaba.

- "Keh, ni modo. Mejor dejamos que sigan con su broma, Kagome" – le dijo Inuyasha dando un resoplido – "¡Vámonos a jugar de una vez, antes de que Kaede-obaasan vuelva y nos ponga a entrenar de nuevo!" –

- "Miko, Yasha…" – dijo Kagome mientras se volteaba hacia ellos con una gran sonrisa en el rostro – "¿Quieren venir con nosotros?" –

Miko y Yasha se miraron el uno al otro sin saber que hacer; y en ese momento Miroku decidió intervenir:

- "Ellos irán en un momento" – les dijo amablemente – "Por ahora, necesitamos decirles algo importante. Después podrán salir a jugar con ustedes" –

- "¡De acuerdo!" – sonrieron ambos; y después de que Kagome se hubo puesto sus zouri, salieron corriendo de la cabaña.

- "Muy bien, Kouin" – dijo Gerardo después de que se hubieron alejado lo suficiente como para que no pudieran oírlos – "¿Podrías explicarnos que sucedió aquí?" –

- "Fue tan extraño… parecía en parte que tuvieran sus memorias y en parte como si no las tuvieran…" – dijo Gabriela extrañada.

- "Es algo parecido" – explicó Kouin – "Cuando usan la función de sellado del medallón, este crea un grupo básico de recuerdos basados en la identidad y personalidad de esa persona; además de crearles un pequeño trasfondo e historia personal para ahorrarles los problemas a sus cuidadores de tener que inventar una" –

- "En otras palabras…" – empezó Miko con una mano sobre su boca, pero Yasha le puso una mano en el hombro:

- "Será mejor que se los preguntemos directamente luego" – le dijo mientras le sonreía – "No creo que sea bueno que saquemos conjeturas y actuemos diferente de como ellos esperan que seamos" –

Miko sólo sonrió y asintió por respuesta.

- "Y hablando de eso," – empezó Sango mientras les sonreía – "¿Porque no van a jugar con ellos?" –

- "¿Huh?" – se extrañaron ambos al oír eso.

- "Sango tiene razón" – dijo Miroku mientras asentía – "Hasta ahora han tenido que actuar más como adultos que como niños debido a todas las batallas y peligros que hemos vivido hasta ahora. No está demás que jueguen hasta que ellos dos se recuperen, en especial después de los horrores que acabamos de atestiguar" –

- "Gerar, ¿está bien si voy a jugar también con ellos?" – dijo Gabriela rebosante de alegría.

- "Por mi perfecto" – le dijo Gerardo mientras le acariciaba suavemente la cabeza – "Además, como también has luchado tan duro, te lo mereces, hermanita" –

- "Y yo también" – canturreó Shippou mientras salía tras Kagome e Inuyasha. Pensaba para sus adentros que esto le daba una segunda oportunidad con Kagome; y no la iba a echar a perder de nuevo.

- "Nosotros usaremos la tarde para descansar y le diremos a Kaede-sama sobre todo esto para ponerla al corriente" – dijo Sango mientras dejaba sus armas en un rincón de la cabaña.

- "Yo creo que me quedaré aquí a conversar con Kouin, que hay algunas cosas que quiero preguntarle" – dijo Gerardo mientras se sentaba de nuevo – "Del mismo modo, Gaby... Quiero que me sirvas de ojos y oídos mientras estás allá afuera para asegurarnos de que no pase nada malo" –

- "¡Muy bien!" – dijo Gabriela canturreando mientras ella, Miko y Yasha salían de la cabaña.

Al poco rato se encontraron con Kagome e Inuyasha, los cuales al parecer se habían quedado esperándolos bajo un árbol cerca del río.

- "Que extraño…" – dijo Miko observando el árbol mientras se acercaban – "Este es el mismo árbol bajo el que solíamos encontrarnos antes" –

- "Es cierto…" – dijo Yasha con extrañeza – "Parece que este lugar se ha vuelto muy importante para nosotros cuatro" –

En cuanto los vieron, Inuyasha y Kagome los saludaron y corrieron a recibirlos:

- "¡Miko, Yasha, Gaby-nee!" – dijo Kagome tan pronto como estuvieron cerca de ellos – "¡Por fin! ¡Pensábamos que no iban a venir nunca!" –

- "Keh, ¿y qué fue eso que Houshi-sama quería decirles?" – preguntó Inuyasha cruzándose de brazos – "Que eso nos hizo perder mucho tiempo" –

- "¡Sí! ¡Miroku es todo un especialista en hacernos perder el tiempo!" – refunfuñó Shippou.

- "Solamente algunas cosas respecto al entrenamiento que nos van a dar" – dijo Yasha rápidamente para evitar que sospecharan algo.

- "Sí… Kaede-obaasan nos va a dar lecciones de arquería más tarde a Kagome y a mí…" – dijo Miko entrelazando sus manos enfrente de sí – "Mientras que Yasha e Inuyasha tendrán algunos ejercicios de esgrima y Gaby-nee nos contará algunas historias de sus viajes con Gerar-nii" –

- "Jiji, espero que les gusten cuando las escuchen" – dijo Gabriela sonriendo, pensando que no sería muy difícil que alterara un poco el recuento de sus aventuras recientes para contárselas como historias – "Bueno, ¿vamos a jugar ahora o qué?" –

- "¡Sí!" – dijeron mientras salían corriendo hacía una explanada cercana. Una vez allí, Miko sacó una pelota del Dragtemn que compartía con Kagome y se la lanzó a Yasha.

- "Por cierto, Kagome-chan," – le dijo Gabriela mientras continuaban jugando a pasarse la pelota – "¿Puedes contarme como llegaron hasta aquí? Se me han olvidado algunas cosas" –

- "¿Huh?" – dijo Kagome ladeando la cabeza mientras recibía la pelota de las manos de Yasha y se la lanzaba a Miko – "Está bien, aunque Miko también podría contártelo, Gabry-nee" –

- "Hehe, creo que sería mejor que lo cuentes tú…" – dijo Miko mientras pensaba para sus adentros que realmente no sabía que clase de memorias tendría Kagome ahora: el vínculo que ambas usaban para compartir recuerdos estaba cerrado en ese momento, al igual que el de Yasha con Inuyasha. Luego le lanzó la pelota a Gabriela.

- "Oh… está bien" – dijo Kagome mientras tomaba aliento – "Miko y yo somos hermanas gemelas y ambas nacimos en una tierra más o menos apartada de aquí. Hace unos meses, nuestros familiares nos enviaron aquí con nuestra tutora, Kaede-obaasan, para que aprendiésemos como ser mikos, y aquí fue donde los conocimos a todos ustedes: a Houshi-sama, a Sango-nee, a Shippou, a Yasha, a Inuyasha, a Gerar-nii y a ti, Gaby-nee" –

- "Con nosotros fue similar," – dijo Inuyasha mientras atrapaba la pelota que Gabriela le acababa de lanzar y se la lanzaba a Kagome con una sonrisa – "Después de que murió nuestra madre, Yasha y yo deambulamos por mucho tiempo, huyendo de humanos y youkai, hasta que conseguimos este lugar en donde Kaede-obaasan nos dió un hogar aquí. Ella y Totosai-sensei han sido amigos por mucho tiempo, así que ellos nos entregaron las espadas de nuestro padre y aquí también hicimos nuestros primeros amigos humanos" –

- "Hehe, si que hemos pasado por mucho, ¿no, Inuyasha?" – preguntó Yasha algo sorprendido por las historias que los medallones habían hecho para ellos.

- "Sí, así es, Yasha" – le dijo Inuyasha sonriente – "Pero al menos me alegra que tengamos amigos y gente que cuide de nosotros ahora" –

- "Extraño un poco a mi familia, ¡pero me alegro que aquí tengamos amigos tan buenos como ustedes!" – sonrió Kagome.

- "Yo también, onee… digo, Kagome" – se corrigió Miko al último segundo. Todavía no había logrado perder la costumbre de llamar 'Onee-san' a Kagome.

- "Por cierto, Kagome," – dijo Shippou repentinamente fingiendo timidez luego de que habían parado de jugar por un rato para descansar – "Tengo un regalo para ti" –

- "Espero que no sea una corona de flores, Shippou" – le recriminó Miko. En efecto, eso era lo que Shippou tenía preparado para darle.

- "Vamos, Miko, no seas tan dura con él" – le dijo Kagome con voz tranquilizadora – "Sé que en una ocasión se portó mal con Yasha e Inuyasha, pero está arrepentido por eso" –

- "¡Sí si!" – exclamó Shippou al ver como Kagome lo estaba defendiendo – "¡De verdad estoy muy arrepentido por eso que dije!" –

- "De acuerdo" – suspiró Miko con cierta exasperación al ver como Kagome aceptaba la corona de flores y se la ponía en la cabeza.

- "¡Se te ve muy bien!" – le dijo Shippou, a lo que Inuyasha asintió.

- "Si… te ves más guapa…" – dijo mientras la cara se le ponía roja.

- "¡Gracias!" – dijo mientras iba y le daba un abrazo a ambos. Yasha, Miko y Gabriela se quedaron todos con la boca abierta al ver esto.

- "Pero Shippou" – le dijo Kagome después de que se habían separado y continuaban el juego – "Seguimos siendo solo amigos. No quiero que malentiendas las cosas" –

- "Ugh…" – gruñó Shippou mientras sentía como el suelo a su alrededor se hundía – "Está bien, entiendo…" –

Los demás solo se rieron al ver como se amargaba y poco después decidieron continuar jugando. Kagome se quitó la corona de flores y la guardó en el Dragtemn que llevaba Miko para que no se dañara. Al rato siguiente, Gabriela se aburrió de que solo estuviesen pasándose la pelota, así que les mostró como jugar voleibol:

- "Es así," – dijo mientras arrojaba la pelota sobre su cabeza y la golpeaba en dirección a Miko con las puntas de sus dedos – "Luego la golpean los que estén del otro lado; y quien logre hacerla golpear en el lado del otro equipo sin que ellos puedan devolverla gana un punto" –

- "¡Suena muy divertido, Gaby-nee!" – dijo Kagome mientras Miko la golpeaba en dirección a Yasha – "¡Esos juegos que inventan en el sitio de donde vienes son cosas que nunca antes había visto!" -

- 'En realidad sí los conoce, pero no lo recuerda' – pensó Miko mientras se reía para sus adentros – 'Hehe, creo que los demás pensaban eso mismo de mí antes de que nuestro vínculo se formase' –

Se pusieron a jugar de modo que Gabriela, Miko y Kagome formaron equipo, mientras que Shippou, Yasha e Inuyasha estaban del otro lado.

- "Entonces, Gaby-nee" – dijo Inuyasha mientras le devolvía un saque a Kagome – "¿Cómo han sido sus últimos viajes? ¿Qué cosas han visto? ¿Qué criaturas malvadas han vencido?" –

- "Jiji, bueno," – dijo mientras empezaba a rememorar algunos de los acontecimientos recientes y comenzaba a relatarlos con una sonrisa – "Entre otras cosas entramos a un volcán, derrotamos a un monstruo hecho de fuego e hicimos que una pareja que no paraba de pelearse se casase" –

- "¡Wow! ¡Increíble!" – dijo Kagome mientras hacía rebotar la pelota en dirección a Miko y ella la lanzaba en dirección a los otros tres – "¿Y consiguieron algo más de las cosas que estaban buscando? ¿Los Fragmentos Oscuros o algo así?" –

- "Kagome, se llaman Fragmentos de Sombras" – dijo Miko extrañada ante el hecho de que Kagome hubiese recordado mal el nombre – "Y si supuestamente consiguieron muchos y están muy cerca de completar el cristal" –

- "¡Felicidades!" – le dijo Inuyasha mientras que Yasha le pasaba la pelota para que él la lanzara de vuelta hacia Kagome y Miko – "¡Sí que han hecho mucho!" –

- "Jiji, quisiera que así fuese, pero aún nos falta mucho para poder terminar con esto" – dijo Gabriela con cierta humildad.

- "Y aún tienen que pelear con Tenebross, ¿verdad?" – preguntó Yasha, algo más aliviado porque aparentemente no tendrían mantener todas las conversaciones en secreto para evitar que algo malo les sucediese a Kagome e Inuyasha.

- "Sí, pero como es tan cobarde, no creo que sea tarea fácil hallarlo…" – dijo Gabriela poniendo una cara seria.

- "¿Por qué dices eso?" – dijo Inuyasha, pero pagó caro su momento de distracción porque no pudo devolver el lanzamiento que Gabriela acababa de hacer – "¡Rayos!" –

- "Muy bien, ¡un punto para nosotras!" – anunció Gabriela alegremente – "Y eso lo dije porque así es. Ya tenemos rato buscándolo y solo apareció un par de veces ante Gerar y yo" –

- "Y probablemente cueste aún más trabajo localizarlo ahora…" – dijo Yasha pensativamente mientras todos volvían a arreglarse para continuar con el juego.

- "No seas tan pesimista, Yasha" – le dijo Kagome desde el otro lado del prado que estaban usando como campo de juego – "Estoy segura de que podrán hacerlo, del mismo modo que Houshi-sama y Sango-nee siguen con su búsqueda de la Perla de Shikon…" –

- "¿Aunque no te parece un poco extraño que te hayan dejado ese fragmento a ti, Kagome?" – preguntó Inuyasha algo desconcertado mientras Shippou lanzaba el siguiente saque.

- "No mucho," – dijo ella encogiéndose de hombros mientras Miko recibía el saque y se preparaba para devolverlo – "De todos modos es un recuerdo que me trajeron de sus viajes; y si sucede algo, podemos encargarnos nosotros mismos" –

- "En otras palabras, ¿ya saben pelear bien entonces?" – se sorprendió Gabriela al escuchar esas palabras.

- "No tanto como quisiéramos," – contestó Inuyasha mientras Kagome recibía el lanzamiento de Yasha – "Pero al menos podemos defendernos de youkai débiles" –

- 'Hablando de sorpresas…' – pensó Yasha extrañado mientras Inuyasha le respondía al lanzamiento de Kagome – 'Aunque diría que Miko y yo ya sabemos pelear bastante bien…' –

- "Solo será cuestión de que sigamos practicando," – dijo Miko alegremente mientras respondía al lanzamiento de Yasha – "De cualquier modo, sólo relajémonos y juguemos hoy. ¡Dejemos de preocuparnos por entrenar, pelear y todo eso!" –

- "¡En eso tienes mucha razón, Miko!" – le dijo Gabriela con una sonrisa, aunque terminó sonando bastante similar a su hermano. Al momento siguiente, Inuyasha respondió al lanzamiento y terminó anotándose un tanto para él y para Yasha.

Continuaron jugando y riendo un rato más; y el juego terminó cuando los chicos hubieron anotado tres puntos, con las chicas quedando con dos. Las chicas les dieron las felicitaciones por su victoria; y después de haber tomado un pequeño refrigerio que Miko y Gabriela sacaron de sus Dragtemn, decidieron empezar a jugar a las escondidas.

Por otra parte, Gerardo y Kouin estaban enfrascados en una conversación que comparaba la estructura del universo de Dragonia con el de la Tierra.

- "Y como puedes ver, nuestro universo es conformado por la dualidad de ondas y partículas emitidos por Kiockse, o el Núcleo del Caos" – explicó Kouin mientras le mostraba un diagrama hecho con líneas luminosas – "Esas ondas y partículas se formaron por primera vez en lo que conocemos como la Canción del Origen; y su flujo por el universo dicta el ritmo de las melodías de todo lo que existe en el universo, lo cual nosotros llamamos la Gran Melodía" –

- "Hmm, ya veo" – asintió Gerardo con una sonrisa – "El universo de Dragonia tiene un gran toque musical, dada la terminología que utilizan" –

- "Así es" – sonrió Kouin – "Los Dragonianos le dan gran importancia en su sociedad a la música y al canto, dado que es su forma más poderosa de utilizar magia; y es lo que los conecta directamente con el mundo y sus Voluntades creadoras" -

- "Entiendo. En cambio, mi universo es mucho más técnico: su origen fue una explosión llamada el Big Bang; y todas las explicaciones son directas sin ninguna clase de matiz poético o metafórico. Y por lo que veo, esas partículas y ondas son también lo que forma el planeta de Dragonia, ¿correcto?" –

- "Si, pero solo una parte de la infinidad de tipos de ondas y partículas creadas por Kiockse" – explicó Kouin – "En total, solo 18 tipos de dichas ondas y partículas existen en Dragonia: seis que le dan origen a los elementos y las Voluntades que los controlan, tres que no tienen voluntad propia pero son controlados por las voluntades de los seis anteriores, tres que provienen de entes externos, uno que es otorgado por Kiockse como unión de todos los anteriores; dos que son creados por la misma fuerza que Tenebross y yo; y tres que permean todo el universo y son conocidos como los Elementos de la Creación" –

- "En otras palabras, cada elemento tiene una onda o partícula correspondiente" – comentó Gerardo – "Pero, ¿si el Núcleo del Caos es el que crea y mantiene todo, que es lo que crea y mantiene la "inexistencia"?" -

- "Ese seria el Núcleo de la Nada" – dijo Kouin con amargura – "Y no puedo decirte su nombre por ahora, ya que es parte de lo que voy a explicar cuando tus amigos recuperen sus recuerdos" –

- "Esta bien, entiendo" – dijo Gerardo – "Y regresando a la conversación previa... bueno, mi universo tiene una cantidad teóricamente infinita de partículas y ondas de toda clase de longitudes y frecuencias, pero no están organizadas del mismo modo que el universo Dragoniano. Más bien, reciben nombres dependiendo del tamaño que tengan, de su polaridad eléctrica y su función en el contexto del microcosmos. Por cierto, ¿que diferencias hay en cuanto a poder o eficacia cuando los Dragonianos recitan los hechizos o los hilan en una canción?" –

- "Es bastante simple," - explicó Kouin - "Cuando se recita, el poder de un hechizo es regular si se usa el Dragoniano Común. En cambio, cuando se recita usando Dragoniano Ceremonial, el poder se multiplica por diez debido a que ese idioma permite enviar ondas de sentimientos más densas y además permite comunicarse directamente con los Núcleos sin que ellos tengan que reinterpretar esas emociones de otro idioma o dialecto. Y si a eso le añades usar canciones para ejecutar los hechizos, el poder se triplica debido a que las melodías y patrones rítmicos permiten transmitir más emociones en un instante que el sólo decir las palabras sin ninguna clase de acompañamiento. Otra diferencia es la velocidad: cantar resulta más complicado porque debes crear la canción y la letra para ello; y el Dragoniano Ceremonial es más complicado y lento de pronunciar que el Dragoniano Común" -

- "Hmm, entiendo. Ese mundo y todo lo que tienen en el sí que es interesante" - dijo Gerardo entusiasmado.

- "La ciencia de tu mundo suena muy interesante también" – se rio Kouin – "Supongo que te suena aburrida porque ya estas acostumbrado a ella" –

- "Algo así" – se rio Gerardo – "No seré un especialista en física ni mecánica cuántica; y le tendré terror a los números, pero el funcionamiento de mi universo siempre ha sido un punto de gran interés para mí; y por eso lo he estudiado desde que era pequeño, leyendo libros de todo tipo" –

- "Hehe, realmente tienes madera de Investigador y de Erudito" – dijo Kouin mientras hacía desaparecer las luces que había dibujado – "De hecho, si vivieras en Dragonia, no me sorprendería nada que ya hubieses recibido una beca de parte de la familia real para estudiar una de esas carreras" –

- "Adivino, ¿una consiste en investigación teórica mientras que la otra pone esas teorías en práctica?" – preguntó Gerardo. Kouin le asintió – "Hmm, realmente suena como algo a lo que me gustaría dedicarme" –

- "Hehe, realmente eres similar a una persona de ese mundo" – dijo Kouin con cierta nostalgia – "Aunque éramos enemigos, de vez en cuando solíamos encontrarnos para intercambiar información e investigaciones" –

- "Me imagino que eran enemigos por el hecho de que eres aliado de Tenebross. Pero, ¿no usaban esas ocasiones para tratar de sacarse información mutuamente?" – preguntó Gerardo extrañado.

- "No, ya que hicimos una tregua para eso y acordamos no atacarnos ni espiarnos mutuamente durante dichas reuniones" – dijo Kouin con seriedad – "Además, ambos usábamos hechizos especiales para que ni los demonios de Tenebross ni sus amigos usasen trucos de espionaje ni nada similar" –

- "Pero ¿por qué no usas nada de eso aquí?" – preguntó Gerardo extrañado – "Ya que siempre he tenido la desagradable sensación de que nos vigilan" –

- "Eso se debe a que ese hechizo no funciona en este mundo debido a interferencia de ondas" – dijo Kouin con amargura – "Además, Naraku usa un tipo de espionaje cuyos principios aún no entiendo por completo y por eso no he podido desarrollar un método eficaz para impedirlo" –

- "Hmm, creo que te refieres al espejo que Kanna lleva encima" – dijo Gerardo pensativamente – "¿Y que sucedió con esa persona?" –

- "…Está muerto…" – dijo Kouin con tristeza – "Desgraciadamente, cayó en una trampa que le puso Tenebross y esto causó que se corrompiera a si mismo con el poder de las Sombras. Debido a esto, terminó matando a sus propios amigos, novia y hermana; y cuando recuperó la cordura y vio la atrocidad que había sido forzado a cometer, no pudo soportar el dolor y se apuñaló a si mismo con su espada… Y yo tuve el horror de ver todo eso porque Tenebross se lo mostró a todos sus monstruos mientras se jactaba de su victoria…" –

- "Santo Dios… que horror…" – dijo Gerardo mirando al suelo, horrorizado de haber escuchado eso.

- "Lo sé… realmente fue horrible…" – dijo Kouin con tristeza – "Se que éramos enemigos y estábamos destinados a matarnos el uno al otro en algún momento, pero no deseaba que las cosas terminasen así…" –

- "Muertes horribles y crueles son pasarse de la raya, ¿no es así?" – preguntó Gerardo.

- "Exactamente. Si tengo que eliminar a alguien, prefiero hacerlo de un modo rápido y que no les cause mucho sufrimiento" – dijo Kouin. Gerardo notó que ambos parecían compartir el mismo código moral – "Ver sufrir a mis víctimas sólo hace las cosas mucho peores. Y la cara que él tenía cuando se suicidó es algo que aún me causa pesadillas… de hecho, me provoca ganas de llorar por la tristeza y horror cada vez que la recuerdo…" –

Se cubrió el rostro con las manos…

- "Al menos ya has cambiado de bando; y vas a ayudarnos a evitar que más incidentes horribles como ese se repitan" – le dijo Gerardo poniéndole una mano en el hombro – "Mientras esté en nuestro poder, haremos todo lo que sea posible para detener a Tenebross. Eso lo juro por mi vida" -

Mientras tanto, Tenebross estaba hecho toda una fiera: había destruido las pocas decoraciones que habían alrededor y se había puesto agresivo hasta tal punto que Naraku tuvo que encerrarse en su barrera para no recibir daños de todos los golpes y ataques que estaba soltando a lo loco.

- "¡MALDITO KOUIN!" – gritó como un desaforado – "¿¡CÓMO PUDISTE TRAICIONARME ASÍ!? ¿¡CÓMO!?" –

- "Hmm, por lo que veo el que una de tus criaturas te haya traicionado te afectó profundamente" – se burló Naraku – "Si alguna de las mías lo hubiese hecho, ya la hubiese exterminado por su desobediencia" -

- "¡NO ERA CUALQUIER CRIATURA!" – gritó Tenebross soltando un odio indescriptible con cada sílaba – "¡ESE MALDITO TRAIDOR, TANTO QUE HICE POR ÉL! ¿¡Y ASÍ ME PAGA!?" –

- "Hmph, no me digas que no tienes poder sobre él" – se burló Naraku de nuevo.

Tenebross le lanzó un gran rayo de sombras desde su espejo, el cual no llegó a hacer contacto con Naraku debido a la barrera. El mismo Tenebross ya sabía que esto pasaría, pero necesitaba algo para descargar su rabia.

- "Deberías controlar ese temperamento tuyo" – se rió Naraku – "A este paso vas a terminar matándote a ti mismo" –

- "¡Cierra esa mugrienta boca tuya!" – rugió Tenebross – "Y respecto a lo que preguntaste, no. Él es el único de mis demonios sobre el que no tengo control de ninguna clase, pero ya ajustaré cuentas con él cuando nos volvamos a encontrar" –

- "En ese caso, mejor nos movemos" – sugirió Naraku – "Seguramente ese traidor ya les estará dando la ubicación de nuestro escondite" –

- "Eres un cobarde imbécil" – le dijo Tenebross – "Los esperaremos aquí y les plantaremos cara. Quiero exterminarlos personalmente…" –

- "Como gustes, pero es muy probable que termines lamentando esa decisión después" – dijo Naraku con una sonrisa contrahecha.

Algunas horas más tarde, cuando ya estaba atardeciendo, Kagome, Inuyasha, Miko, Yasha, Shippou y Gabriela ya se habían cansado de jugar y decidieron regresar a la cabaña de Kaede con los otros. Una vez allí se sorprendieron de ver a Gerardo practicando con su espada y a Kouin observando el sol poniente con cierta melancolía.

- "¡Gerar!" – le djo Gabriela a su hermano mientras corrían hacia él – "¡Hemos vuelto!" –

- "¡Ah, bienvenidos de vuelta!" – dijo mientras dejaba su práctica de esgrima y guardaba su espada y escudo – "¿Cómo la pasaron hoy?" –

- "¡Muy bien!" – contestó Kagome – "¡Gaby-nee nos enseñó un juego llamado voleibol y nos contó sobre el último viaje que hicieron!" –

- "¡Sí!" – dijo Inuyasha emocionado – "¡De como entraron a ese volcán y derrotaron a un monstruo de fuego en una cueva llena de lava, calor y cosas así!" –

- "Ehehe, sí, pero fue muy duro…" – respondió él algo avergonzado – "Si no fuera por Miroku y Sango, seguramente no habríamos podido hacerlo" –

- "Hehe, cierto" – dijo Yasha riéndose de la expresión azorada de Gerardo – "De todas formas, creo que Kaede-obaasan ya habrá vuelto, así que deberíamos ir a saludarla" –

Los demás estuvieron de acuerdo y entraron en la cabaña en tropel. Una vez allí, los recibieron Miroku, Sango y Kaede.

- "¡Hola a todos!" – los recibió Kaede – "¿Pasaron una tarde agradable?" –

- "¡Si, y mucho!" – dijo Kagome alegremente – "Aunque me pareció extraño que no fueras a buscarnos para entrenar, Kaede-obaasan" –

- "Decidí que era mejor que ustedes pasaran un día divirtiéndose, para variar" – dijo mientras se reía – "De cualquier modo, dentro de un rato comenzaremos a preparar la cena" –

- "Bueno, ¿qué hacemos mientras tanto?" – preguntó Yasha – "No creo que haya mucho que podamos hacer ahora que está oscureciendo" –

- "¿¡Bromeas, Yasha!?" – preguntó Miko – "Al menos podríamos ir a ver el atardecer y la aparición de las primeras estrellas" –

- "Realmente no tenemos nada mejor que hacer por ahora" – dijo Inuyasha cruzando los brazos – "¡Así que vayamos!" –

- "Pero antes de eso, ¿no quieren que les cuente una historia?" – preguntó Gerardo, recordando que tenía ese asunto pendiente desde su viaje a Ryuusei. Aunque también pensó: – 'Lástima que ni Rin ni Kikyou se encuentren aquí para oírla' –

- "¡Yay! ¡Sí!" – dijo Kagome emocionada por saber que clase de historia les contaría.

- "Pero me pregunto que clase de historia irás a contarnos" – dijo Inuyasha acercándose a él – "Gaby-nee ya nos dijo sobre su último viaje" –

- "Oh, lo sé. Pero hay otra historia que quiero contarles, ya que es del lugar del que venimos" – le sonrió a Inuyasha y luego les guiñó el ojo a los demás.

- "Será interesante escucharla entonces" – dijo Kaede comprendiendo que significaba aquel gesto.

- "¡Bueno, vamos a oírla entonces!" – dijo Yasha mientras él y los demás niños se sentaban frente a él.

- "De acuerdo, déjenme comenzarla" – dijo Gerardo para luego aclarar su garganta – "Hace mucho, mucho tiempo, en una tierra lejana en la que las hadas habitaban los bosques y los dragones volaban por los cielos, había un pequeño reino" -

- "Este reino era gobernado por una gentil y hermosa reina; y un fuerte y sabio rey. Sin embargo, los días de paz de los que gozaban pronto llegaron a su final cuando un gran y maligno demonio de hielo apareció y cubrió con su gélido manto a todo el reino. Los caballeros y guerreros más fuertes y valientes del reino pelearon con toda su fuerza durante muchos días y noches, pero al final nada pudieron hacer contra esta maligna amenaza" -

- "Sin embargo, cuando todo parecía perdido, un gran y hermoso dragón dorado descendió de los cielos y enfrentó al demonio. Ambos pelearon durante muchos días y muchas noches, hasta que al final, el demonio fue vencido; y el reino salvado. Sin embargo, el dragón desapareció poco después; y descubrieron que la reina había caído en un profundo sueño del que nadie pudo hacerla despertar" -

- "El rey cayó en una profunda tristeza por esto y tuvo que criar a su pequeño hijo, el príncipe, el cual era apenas un bebé cuando el demonio apareció, haciéndole creer que su madre había muerto poco después de que él había nacido. Así pasaron los años; y el reino regresó a su antigua paz. Varios años después, cuando llegó el décimo cumpleaños del príncipe, el descubrió a su padre, el rey, yendo a una torre prohibida durante la noche; y lleno de curiosidad, decidió seguirlo" -

- "Una vez allí, vio por primera vez a su madre, aún sumida en su interminable sueño; pero antes de que su padre pudiera explicarle lo que pasaba, el castillo fue atacado por un malvado hechicero que había venido a robar la corona del rey. El hechicero puso a dormir al rey con su magia; y aunque el príncipe luchó todo lo que pudo, no pudo hacer nada para evitarlo" -

- "A la mañana siguiente, el príncipe partió hacia el castillo del hechicero para recuperar la corona; y en el camino se le unieron una pequeña bruja que vivía en un bosque cercano; y un valiente caballero que vestía una armadura blanca. Juntos lograron derrotar al malvado hechicero y a sus sirvientes; y recuperar la corona" -

- "Poco después, el rey le explicó todo sobre lo que le había pasado a su madre diez años antes y le dijo que le daba permiso de buscar un modo de revivir a su madre. Así que el príncipe, junto a sus amigos, comenzaron un largo viaje que los llevó a profundas cuevas, a una isla desierta, a una ciudad que flotaba en los cielos; e incluso al mismo mundo de los muertos para recuperar el alma de su madre. El malvado hechicero también decidió ayudarlos, conmovido por esta noble misión; y les prestó toda su ayuda, a pesar de que seguía odiando al príncipe y a su padre" -

- "Sin embargo, estos intentos de liberar el alma de la reina terminaron trayendo al demonio de hielo de vuelta a la vida, por lo cual, después de mucho llorar en arrepentimiento; el príncipe recuperó su valor; y con la ayuda de sus amigos se aventuró a las heladas tierras del norte, descubriendo que su madre era en realidad el dragón que había salvado al reino hacía diez años; revelando sus propios poderes ocultos; y derrotando al demonio de hielo de una vez por todas. Tras estas duras batallas, el príncipe y su madre se abrazaron por primera vez; todo el reino festejó el regreso de su reina; y regresó la paz y harmonía. El fin" –

Tan pronto como Gerardo terminó de relatar la historia, la cual había estado acompañada por cambios de tono de voz, gestos con las manos y alteraciones de todo tipo en las expresiones de su cara, todos los allí presentes le dieron un aplauso.

- "¡Fue una historia muy bonita, Gerar-nii!" – dijo Kagome.

- "¡Ya tenía tiempo queriendo escuchar otra de tus historias!" – dijo Inuyasha.

- "¡No era broma cuando dijeron que era como un cuento de hadas!" – dijo Yasha.

- "¡Conque esa era la historia que querías contar entonces!" – dijo Shippou.

- "¡Estuvo muy buena!" – dijo Miko – "¡He querido escuchar un cuento de hadas como ese desde que vinimos aquí!" –

- "Sí, aunque las historias que nos contaban mamá y el abuelo no se parecían en nada a estas" – se rió Kagome – "Más que todo eran cosas como la princesa que había nacido en un bambú y regresaba a la luna; o la de los amantes que se encuentran entre las estrellas" –

- "Y hablando de eso, ¿qué les parece si vamos a mirar las estrellas ahora?" – sugirió Yasha para evitar que la conversación tomase un rumbo peligroso.

- "¡De acuerdo! ¡Ya debe haber oscurecido lo suficiente como para verlas!" – dijo Inuyasha mientras veía como Kaede removía la olla que estaba en el centro de la cabaña para preparar el estofado que cenarían.

- "Solo no se alejen demasiado de la cabaña, ¿de acuerdo?" – les dijo Kaede con un dejo de seriedad en la voz.

- "¡De acuerdo!" – dijeron todos los niños, y salieron caminando de la cabaña mientras conversaban animadamente entre sí acerca de la historia.

- "Así que esa era la historia que nos querías contar entonces, ¿no Gerardo-kun?" – le preguntó Kaede con una sonrisa mientras seguía removiendo la olla.

- "Sí, esa misma era" – dijo Gerardo con una ligera expresión de tristeza – "De hecho, estaba pensando que me da cierta lástima que Rin y Kikyou no hubiesen podido oírla" –

- "De cualquier modo a mi hermana no le gustan mucho ese tipo de relatos" – dijo Kaede como para que no se preocupara – "Y fue muy bueno de tu parte que les hubieses relatado eso para entretenerlos" –

- "Sí, es que pensé que poner a reproducir algo de música no sería suficiente para esta ocasión; y además no creo que puedan entender ninguno de los libros que Kagome y yo nos trajimos" –

En ese momento, entraron Sango y Miroku. Parecía que habían estando pasándola bien dondequiera que hubiesen estado hasta ese momento.

- "Buenas noches a ambos" – los saludó Gerardo con una sonrisa – "Parece que tuvieron una buena velada" –

- "Algo así," – coincidió Sango – "De hecho estuvimos surcando los cielos cercanos a ver si encontrábamos algo extraño, pero no vimos nada fuera de lo común" –

- "¿No que iban a tomarse el día de hoy para descansar?" – preguntó Gerardo con la extrañeza impresa en el rostro.

- "Bueno, nuestro pequeño vuelo también pudo haberse considerado como un descanso en sí mismo" – dijo Miroku sonriente – "Hay veces que el mejor modo de relajarse es simplemente volar entre las nubes y meditar en la tranquilidad de las alturas" –

- "Como digan" – suspiró Gerardo. Tan pronto como la cena estuvo lista, llamaron a los niños y les dijeron que vinieran a comer para luego irse a dormir.

Durante esa noche, Kagome tuvo un sueño muy extraño: estaba ella sola flotando sobre un vacío de oscuridad; y frente a ella estaba una niña idéntica a ella, acurrucada en posición fetal y llorando desconsoladamente…

- "¡Hola!" – saludó Kagome a la niña mientras flotaba hacia ella con preocupación – "¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?" –

- "Porque…" – sollozó haciendo grandes esfuerzos: parecía que había estado llorando por largo tiempo porque su voz se escuchaba ronca y seca – "Porque… mi hermana me odia… la persona a la que amo quiere a alguien más… y mis amigos y familia están muertos…" –

- "¿Huh?" – se extrañó Kagome – "¿De verdad? ¿Estás segura de eso?" –

- "Sí…" – dijo la niña todavía sollozando – "Vi todo… eso… y no pude hacer nada para evitarlo…" –

Luego empezó a llorar con todas sus fuerzas. Kagome sólo la tomo de una de sus manos, la hizo flotar a su altura y le dió un abrazo para intentar consolarla.

- "Ya, ya, vamos, vamos" – dijo mientras le daba palmadas suavemente en la espalda – "Seguro que todo eso fue sólo una pesadilla. Un mal sueño" –

- "Pero… pero…" – dijo la niña, aunque sus sollozos habían empezado a disminuir en intensidad. Kagome se separó un poco de ella y la miró al rostro: fue como si se estuviera mirando en un espejo.

- "Todas esas cosas malas no pudieron haber pasado así, al mismo tiempo, ¿no?" – le dijo amablemente mientras le sonreía. Luego se separó de ella y le extendió una mano – "Es por eso que debe ser sólo una pesadilla. Así que vamos, levántate y vayamos a verlos. ¡Estoy segura de que están bien!" –

- "Sí… puede que… no, estoy segura de que tienes razón…" – dijo la niña mientras tomaba la mano que Kagome le había ofrecido y la usaba como apoyo para levantarse – "Gracias… Kagome…" –

- "¿Huh?" – se extrañó Kagome al ver como la niña sabía su nombre – "¿Cómo me conoces?" –

- "Eso no es importante…" – dijo la otra niña mientras se secaba las lágrimas que aún corrían por su rostro y le mostraba una sonrisa sincera. Luego, empezó a brillar intensamente – "Gracias por salvarme… de todo ese dolor…" –

Luego se desvaneció.

Por otra parte, Inuyasha estaba teniendo un sueño bastante similar en el que se había encontrado flotando en medio de la oscuridad, frente a frente con un niño idéntico a sí mismo. Por un momento pensó que se trataba de Yasha, pero el niño no respondió cuando lo llamó por ese nombre y simplemente se quedó mirándose las manos mientras lloraba con una mirada llena de horror.

- "Yo los maté… yo los maté…" – se repetía incesantemente mientras no paraba de mirarse las manos.

- "Vamos, ¿qué te pasa?" – preguntó Inuyasha con irritación mientras veía al otro niño actuando como un zombi – "¡Deja de actuar como un idiota y levántate!" –

El otro instantáneamente reaccionó y se levantó de golpe.

- "¿¡A quién le llamas idiota, estúpido!?" – le gritó el otro niño – "¡Tú no sabes nada sobre lo que es perder a todos los que estimas por haberlos matado con tus propias manos!" –

Inuyasha en ese momento le soltó un buen golpe en la cara:

- "¡Déjate de ridiculeces!" – le rugió – "¡Ya tuve suficiente con perder a mi madre como para que alguien como tú venga a darme excusas por comportarse como un idiota! ¡Además, ¿cómo estás tan seguro de que de verdad están muertos y no fue solo un mal sueño!?" –

El otro niño en ese momento abrió los ojos de golpe, como si hubiese entendido algo; y se giró para mirar hacia la oscuridad…

- "Un… mal sueño… si, eso debió haber sido…" – dijo mientras comenzaba a reírse, pero no como un lunático: más bien era una risa de alegría y alivio – "Si, creo que tienes razón…" –

- "¡Claro que la tengo!" – dijo Inuyasha colocándose las manos en la cintura y sonriendo con satisfacción – "Ahora deberías ir y regresar con tus amigos, seguro que te extrañan mucho" –

- "Si, creo que te debería dar las gracias… Hasta luego" – y en ese momento, el niño desapareció en medio de un destello de luz.

Tan pronto como sus contrapartes hubieron desaparecido en sus sueños, Kagome e Inuyasha se despertaron al mismo tiempo; y después de mirar sus alrededores en total confusión, se miraron el uno al otro.

- "¿Kagome, sucede algo?" – le preguntó Inuyasha con preocupación al notar que él y ella eran los únicos que estaban despiertos: afuera aún estaba oscuro y los demás seguían profundamente dormidos.

- "Sí, acabo de tener un sueño muy extraño…" – dijo Kagome recordando lo que había visto antes de despertarse – "Vi a una niña que era idéntica a mí y que estaba llorando porque había visto cosas horribles…" –

- "Yo soñé algo parecido…" – dijo Inuyasha mirándola con extrañeza – "Un niño igual a mí estaba de rodillas en el piso mientras lloraba y se miraba sus manos…" –

- "¿Huh? ¿De verdad?" – le preguntó Kagome – "¿Y qué hiciste al respecto?" –

- "Lo único que se me ocurrió," – dijo Inuyasha encogiéndose de hombros – "Hacerlo enfadar para que saliera de ese estado y luego darle un golpe para que reaccionase" –

- "¿No crees que eso fue algo brusco?" – le preguntó Kagome mientras se tapaba la boca con ambas manos – "Yo por otra parte abracé a la niña y la consolé" –

- "Es que eres muy amable, Kagome" – dijo Inuyasha mientras se ruborizaba – "Recuerda que yo no tengo mucho tacto que digamos para tratar con los demás" –

- "Está bien, no te preocupes" – dijo Kagome riéndose al ver la cara de vergüenza de Inuyasha – "Aunque me extraña mucho que hayamos tenido sueños tan parecidos… ¿Qué podría significar?" –

- "Será mejor que le preguntemos a Gerar-nii, Miroku-sama y Kaede-obaasan mañana" – sugirió Inuyasha sonriendo – "Estoy seguro de que ellos sabrán de que se trata" –

- "De acuerdo" – coincidió Kagome para luego acomodarse de nuevo en el futon sobre el que había estado sentada – "Que tengas buenas noches, Inuyasha" –

- "Tu también, Kagome" – le deseó mientras se metía de nuevo en su futon; y al cabo de un rato, ambos habían vuelto a dormirse profundamente.

A la mañana siguiente, después del desayuno, Inuyasha y Kagome se acercaron a Kaede, Miroku y Gerardo, los cuales estaban haciendo algunas tareas: Kaede estaba recogiendo los tazones y cuencos que habían usado para comer mientras que Gerardo estaba ultimando el equipaje que pensaba que él y Gabriela tendrían que utilizar dentro de poco tiempo y Miroku estaba limpiando su shakujou. Por otro lado, Gabriela, Miko y Yasha estaban conversando algunas cosas sobre sus respectivas habilidades especiales, mientras que Sango estaba ocupada revisando su Hiraikotsu y sus otras armas de exterminador.

- "Gerar-nii, Kaede-obaasan," – se dirigió Kagome a ambos tímidamente – "Hay algo que Inuyasha y yo queremos preguntarles" –

- "Hmm, ¿Qué cosa?" – preguntó Gerardo mientras quitaba la mirada de los objetos que estaba revisando en su Dragtemn para mirar a ambos niños.

- "Es que anoche tuvimos un sueño muy extraño…" – dijo Inuyasha ladeando la cabeza.

- "Hmm, ¿qué clase de sueños tuvieron?" - preguntó Miroku algo intrigado. Entonces, tanto él como Kagome les relataron los sueños que habían tenido la noche anterior.

- "Ya veo," – dijo Kaede pensativamente después de que habían terminado de escuchar el relato - "Realmente suena como un sueño inusual" -

- "Hmm, creo que tiene que ver con sus poderes" - dijo Miroku pensativamente, y fue entonces que los tres notaron que las gemas en los medallones de ambos ahora resplandecían brillantemente de nuevo: estaban listos.

- "¿Con nuestros poderes?" - preguntó Inuyasha ladeando la cabeza.

- "Sí," - dijo Kaede con una sonrisa - "Ya que los tienen parcialmente sellados por los medallones que llevan al cuello. ¿Ven la posición en la que están?" -

- "¿Huh? ¿Esto?" – preguntó Kagome sacándolo del cuello de su kosode y examinándolo, dándose cuenta de que tenía una aguja que apuntaba hacia una posición que decía 'Sellado'. Inuyasha se dio cuenta de lo mismo inmediatamente después.

- "Así es" – dijo Gerardo con una sonrisa – "Traten de ponerlos donde dice 'Remover Sello'. Eso romperá el sello" –

- "¡Muy bien, Gerar-nii!" – dijo Inuyasha mientras él y Kagome sonreían. Así pues, ambos movieron los diales de sus respectivos medallones de vuelta a la posición de 'Remover Sello'. Sus ojos titilaron por un momento y sus sonrisas fueron remplazadas por caras de tristeza mientras los medallones cambiaban por sí solos a la posición de 'Separación'.

- "Puede que estemos preguntándoles esto demasiado seguido," – dijo Gabriela mientras ella, Miko y Yasha se acercaban a ellos. Habían notado que pasaba cuando Kagome e Inuyasha comenzaron a hablar sobre los sueños – "¿Pero están bien?" –

- "Sí, sí lo estamos," – dijo Kagome con una leve sonrisa en su rostro – "Es solo que me siento algo rara después del día que estuvimos con la memoria sellada y de haber hablado con nosotros mismos en nuestros sueños de ese modo. Por no decir que aún estoy algo sacudida por lo que vimos en ese horrendo espejo..." –

- "Aún no puedo creer que hubiese caído tan fácilmente en una ilusión como esa…" – dijo Inuyasha enojado consigo mismo.

- "Tampoco es que hubiese sido culpa tuya" – le dijo Miroku comprensivamente – "De acuerdo a lo que Kouin nos dijo, es imposible no caer en esas pesadillas" –

- "Y ahora que a sus amigos les han desellado sus recuerdos, creo es un buen momento para explicar todo" – dijo Kouin adelantándose y poniéndose en el centro de la cabaña para que todos pudiesen verlo y escucharlo – "Ustedes me conocen como Kouin, pero ese es sólo el nombre que tomé al venir a este mundo: en Dragonia mi nombre era Yallusyert; y cuando aún era un dragoniano, mi nombre era Feltes Lysfelt" –

- "¿Qué quieres decir con eso de cuando aún eras Dragoniano?" – preguntó Gerardo con interés.

- "Sería "cuando era humano" si ustedes lo dijeran. Actualmente soy solo una criatura que se mantiene viva por una versión corrupta de la esencia del Núcleo de la Luz, o en otras palabras, de Illyusea" –explicó Kouin.

- "Entonces, ¿tú no eres un mero monstruo como los demás a los que hemos vencido?" – preguntó Yasha atónito.

- "Así es: los otros cinco generales que Tenebross creó eran solo esencias corrompidas de cada uno de los elementos a los cuales el creó y dio forma" – explicó Kouin con tristeza – "Cuando yo aún era dragoniano, yo solía trabajar con Tenebross; y éramos los mejores amigos" –

- "¿¡Tenebross también fue dragoniano!?" – preguntó Gabriela espantada de que un ser tan maligno hubiese podido haber sido un dragoniano, o dicho de otro modo, la versión de Dragonia de los humanos. Todos se miraron los unos a los otros al oír esto.

- "Así es: su nombre original era Tenebross Lusyabrirt; y en su tiempo fue considerado como uno de los más grandes Investigadores que Dragonia haya tenido el orgullo de haber engendrado" – dijo Kouin con arrepentimiento – "Inicialmente, sus investigaciones estaban enfocadas a mejorar la vida de todos aquellos que vivían en Dragonia; y gracias a él, las teorías de muchas de las cosas que los Dragonianos disfrutan actualmente, como los Dragtemn y los Cristales Seirei fueron producidos" –

Luego señaló a los cristales que llevaban Gabriela y Gerardo alrededor de sus cuellos; y a los relojes que todos ellos llevaban en sus muñecas.

- "Pero si él solía ser una persona tan bondadosa, ¿qué le hizo volverse un ser tan maligno?" – preguntó Kaede anonadada.

- "Voy a llegar a eso en un momento" – le dijo Kouin mientras hacía gestos con la mano para que esperase un poco – "Durante varios años, Tenebross y yo trabajamos juntos en esas teorías y en muchas otras cosas en el Instituto Real de Investigación para mejorar la vida de los Dragonianos. Sin embargo, esos años de felicidad y paz llegaron a un horrendo final cuando el rey Krelios Pyraze Drackma asumió el trono. Krelios terminó siendo un verdadero tirano; y bajo su despótico gobierno, el lideró guerras para arrebatarle a todas las demás tierras de Dragonia su autonomía y gobernarlas bajo su cetro desde la vieja capital de Seleila. De hecho, el también instauró las crueles políticas de esclavizar a aquellos que habían nacido sin el don de usar magia y de tratar a aquellos nacidos bajo el elemento de la Oscuridad como si fuesen animales" -

Kouin tomó aire por un momento para luego proseguir su narración.

- "Ahora bien, en esos tiempos, Krelios nos contrató a Tenebross y a mí para investigar y desarrollar artefactos, pero terminaron siendo totalmente lo contrario para lo que nos volvimos Investigador y Erudito: nos ordenó desarrollar armas, artefactos de tortura; e instrumentos de exterminio, todo para eliminar a todos aquellos que se opusieran a su poder" – dijo mientras su mirada se hundía hacia el piso de madera.

- "La Era Oscura de Dragonia, definitivamente…" – dijo Gerardo viendo al suelo con espanto, escuchando como el hermoso mundo que había visto en sus sueños y que había vislumbrado gracias a los Dioses Dragón durante un tiempo fue un verdadero infierno. Los demás estaban aterrados de forma similar.

- "Supongo que eso debió haberles afectado profundamente a ambos, ¿correcto?" – preguntó Miroku cortés pero seriamente.

- "Así es," – dijo Kouin mostrando una cara de profunda tristeza y decepción – "A ambos nos pesó horriblemente el tener que crear esos horribles artefactos; y no teníamos más opción porque tenía a nuestras familias de rehenes: si nos rehusábamos, nos mataría a todos" -

- "Malditos bastardos..." - gruñó Inuyasha por lo bajo.

- "Finalmente, cuando creamos la más terrible de nuestras invenciones: el Espejo de las Tinieblas," – todos temblaron ante la mención de ese diabólico artefacto – "Tenebross finalmente alcanzó el punto del colapso; y cayó en llanto preguntándose porque el mundo tenía que ser tan horrendo; porque la gente tenía que ser tal grupo de bestias malditas… Traté de ir hasta él para consolarlo, pero en ese entonces, fuimos envueltos por una aura negra… y él nos habló…" –

- "¿Él?" – preguntó Shippou extrañado.

- "Sí… aquél que pensábamos que solo existía en leyendas y mitos… el ser del que siempre nos habían advertido que nos cuidáramos porque quería destruirlo todo… la encarnación de la Nada… Caellicauts…" –

A pesar de que nunca antes habían escuchado ese nombre, todos sintieron un escalofrío y temblaron cuando Kouin terminó de pronunciarlo.

- "¿Ese es... el nombre del Núcleo de la Nada...?" – preguntó Gerardo con temor, ante lo cual Kouin le asintió con una expresión de seriedad en el rostro.

- "¿Y qué... sucedió entonces?" – preguntó Sango. Tanto ella como todos los demás estaban a la expectativa del resto del relato.

- "Bueno… Caellicauts nos dijo que había simpatizado con nuestros sentimientos de tristeza y desesperación; y que quería ayudarnos… Nos dijo que a cambio de servirles de contenedor a su voluntad, nos daría el poder que necesitábamos para cambiar el mundo a nuestro antojo, inclusive deponer al rey y restaurar la paz a Dragonia" - dijo Kouin.

- "¿Y que... hicieron?" - preguntó Kagome presintiendo como había terminado todo.

- "Yo me rehusé, diciendo que no seguiría nunca a nadie que no fuese Tenebross. Sin embargo, Tenebross aceptó y entregó su alma y su cuerpo a Caellicauts, convirtiéndose en la criatura cruel y despiadada que todos ustedes conocen ahora. Sin embargo, todo eso fue para nada," - dijo Kouin entristecido - "Ya que el rey murió poco después: la Sacerdotisa del Dragón de entonces, Lilia Illyusa Drackma, que también resultó ser su primera hija, estaba horriblemente decepcionada y entristecida con las obras de su padre. Finalmente había llegado el punto en que se volvió imperdonable para ella luego de descubrir todo lo que su padre había hecho; y usando sus poderes, le pidió a los Dioses Dragón le pusiesen fin a esta pesadilla. Los Dioses Dragón también estaban enfurecidos al ver la burla que Krelios había hecho de su mundo; y por ello, decidieron mostrarle a los Dragonianos las consecuencias de desobedecer las leyes bajo las que fuimos creados: ocasionaron un gran terremoto que destruyó la capital real de ese entonces, Seleila; junto con muchas de las áreas en las que Krelios había posicionado a sus tropas y causó la pérdida de millones de vidas" –

- "En otras palabras... Vendieron sus almas para nada…" – dijo Miko en tono de lástima.

- "Así es; y peor aún, nos terminamos convirtiendo en una amenaza. Tenebross quedó totalmente poseído por la voluntad de Caellicauts; y ambos comenzamos a sembrar caos, destrucción y ruina por toda Dragonia; y allí fue cuando los Dioses Dragón decidieron intervenir. Lucharon fieramente contra nosotros en la cima de la montaña más alta del planeta; y aunque yo caí al poco rato de iniciada la lucha, no pudieron derrotar a Tenebross por estar consumido por una voluntad mucho más poderosa que todos ellos. Por ello, decidieron sellarlo dentro de un cristal y luego esparcir sus piezas por todas partes a fin de que nadie pudiera resucitarlo. Sin embargo, no pudieron evitar que yo guardase su alma dentro de un espejo para evitar que lo sellasen totalmente, así que en cierto modo, yo también soy responsable de todo esto; y lo lamento profundamente…" –

- "Y a todas estas, ¿por qué decidiste abandonar a Tenebross y quieres unirte a nosotros?" – preguntó Inuyasha lleno de sospechas después de haber escuchado ese relato.

- "Bueno, como acaban de escuchar, por muchos años serví a Tenebross fielmente, inclusive hasta el punto de ser el responsable directo de su regreso a Dragonia y de su llegada a este mundo. Sin embargo, cuando Caellicauts se apoderó de su cuerpo y alma, hicimos la solemne promesa de que jamás usaríamos el Espejo de las Tinieblas contra nadie por ningún motivo; pasase lo que pasase" - dijo Kouin apretando los dientes - "Sin embargo, él rompió esa confianza al haber utilizado ese espejo maldito contra ustedes. Cuando vi lo que él les había hecho; y la forma tan horrible en la que hizo morir a aquellos que se le opusieron en Dragonia, me di cuenta de hasta que punto había caído; y decidí rebelarme contra él y servirles de ayuda, no solo para derrotarlo; sino también para expiarme del gran pecado que he cometido" –

- "Entiendo... Llevas una gran carga sobre tus hombros" – dijo Gerardo comprensivamente – "Pero, ¿qué sucedió con sus familias? Al fin y al cabo, ellos fueron parte de la razón por la que tuvieron que crear ese artefacto maldito que llevó a Tenebross a caer en las tentaciones de Caellicauts" –

- "Ellos sobrevivieron, afortunadamente; y pudieron reubicarse en Soleila junto con los otros refugiados del desastre" – suspiró Kouin – "Sin embargo, Tenebross y yo fuimos considerados como si estuviésemos muertos desde ese momento; y no me sorprende, a decir verdad. Realmente las personas que éramos antes de esa transformación murieron entonces. A pesar de todo, me alegré mucho de que estuvieran a salvo, aunque tuviésemos que eliminarlos luego con el resto de Dragonia..." –

- "Hablando de una existencia difícil…" – suspiró Gabriela con tristeza.

- "Dejando eso de lado, ¿sabes en que lugar se encuentran escondidos Naraku y Tenebross actualmente?" – preguntó Miroku para interrumpir esa deprimente conversación y ver si Kouin podía darles información de utilidad.

- "¿Pero no rompería eso el pacto que tenías con la persona que me dijiste ayer?" – preguntó Gerardo escandalizado. Los demás se sorprendieron al verlo así.

- "No, ya que ese pacto murió con esa persona" – dijo Kouin con un tono de voz para tranquilizarlo. Luego, se volteó a mirar a Miroku para responder a la pregunta que le había hecho – "Y respecto a su pregunta, Houshi-sama, sí, lo sé. De hecho, puedo llevarlos allí cuando quieran. Sin embargo, debo advertirles que es mejor que se preparen antes, ya que lo más probable es que les espere una lucha a muerte; y una vez que estemos allá ya no podrán regresar hasta que lo derroten; si es que logran vencerlo" –

- "Entendido," – dijo Sango con decisión – "Danos un par de horas; y haremos todos los preparativos necesarios" –

- "De acuerdo" – asintió Kouin al ver como todos mostraban su conformidad con el tiempo que Sango había propuesto.

Kagome e Inuyasha primero usaron los medallones para volver a juntarse con Miko y Yasha para regresar a sus edades normales; y luego, empezaron con los preparativos.

Este pequeño período de tiempo lo usaron para darle preparativos de último minuto a sus armamentos; para preparar algunas estrategias de batalla; y finalmente, para rezar por su victoria en la batalla contra Tenebross y Naraku, mientras le pedían a sus seres queridos que les dieran fuerza en esta hora crucial.
A pesar de que Kagome, Miko, Gerardo y Gabriela deseaban mucho ver a sus respectivas familias; se abstuvieron de ir a verlos; ya que podría resultar altamente posible que no quisieran que ellos resultaran lastimados y les hicieran imposible que participaran en esta batalla.

Gerardo también les dio las explicaciones de porque se había escandalizado tanto y los demás comprendieron en cuanto les comentó sobre la tregua que había entre él y los antiguos enemigos de Tenebross, aunque Inuyasha estuvo a punto de reñirle porque pensó que podría haber echado a perder sus oportunidades de dar con Tenebross y Naraku.

Una vez que terminaron con todos sus preparativos, ellos y Kouin se encontraron enfrente del Pozo Devorador de Huesos; y allí, Kouin les dio una última advertencia:

- "Ya que están listos, permítanme preguntarles algo: es muy posible que esta sea su última batalla; y es altamente probable también que terminen gravemente heridos o inclusive mueran" – les dijo en tono de gravedad – "Aun así, ¿están dispuestos a continuar?" -

- "¡No estaríamos aquí de lo contrario!" – dijo Kagome decidida.

- "¡Así es, onee-san!" – dijo Miko igual de decidida.

- "Exacto, no llegamos tan lejos para echarnos atrás al final" – dijo Gerardo cerrando el puño y llevándolo hacia su pecho.

- "¡Sí! ¡Derrotaremos a esos seres malignos y le llevaremos la paz a nuestros mundos!" – dijo Gabriela con entusiasmo.

- "Como servidor de Buda, es mi deber asegurarme de que estas criaturas malignas reciban el castigo que merecen" – dijo Miroku haciendo alarde de su rango como monje.

- "Solo lo dices para ocultar tus intenciones" – le dijo Shippou en tono de burla.

- "En este caso te equivocas, Shippou" – le dijo Sango muy seria – "Puedo percibir que está diciéndolo con sinceridad" –

- "¡Vamos! ¿Verdad, Nii-san?" – le preguntó Yasha con entusiasmo.

- "Si, es hora de que ajustemos cuentas con Naraku; y también con el bastardo de Tenebross…" – dijo mientras cerraba una mano con fuerza.

Kouin vió la determinación que todos estaban emanando; y les sonrió:

- "No esperaba menos de ustedes. Puede que realmente sean los Seirei presagiados por el Epitafio de las Profecías" – dijo mientras se volteaba y alzaba una mano.

- "¿Por qué nos llamó espíritus?" - preguntó Shippou confundido. Gerardo se golpeó la frente con la mano ante ese falló de interpretación.

- "Lo dijo en Dragoniano Ceremonial. "Seirei" significa "Elegido de los Elementos" en esa lengua" – explicó con irritación.

- "Entonces, ¿somos los elegidos?" – preguntó Kagome sorprendida.

- "No estoy del todo seguro," – dijo Gerardo pensativamente – "Por lo que tengo entendido, los Seirei tienen mucho más poder del que Gabriela y yo hemos manifestado hasta ahora. Incluso se les permite guardar los Núcleos Elementales dentro de sus cuerpos, pero como pudieron ver, aunque nos encontramos el Núcleo del Agua, Iadlast no nos permitió llevárnoslo, ni los Dioses Dragón tampoco han mencionado nada al respecto" -

Antes de que pudieran decir algún otro comentario, escucharon que Kouin estaba entonando un suave cántico en Dragoniano:

- "Alt tok apreio iula purkan dat lusya, paf gaivz kiesba mondour ika" –

En ese momento, una línea de luz blanca grisácea apareció de la mano que había levantado, la cual empezó a retorcerse hasta formar un cuadro de luz del tamaño de una gran puerta, la cual se llenó completamente de oscuridad tan pronto como estuvo lista. Kouin luego se volteó hacia los demás.

- "El portal está abierto. Podemos entrar tan pronto como ustedes deseen; y personalmente los conduciré hasta el escondite de Tenebross" – les dijo con seriedad.

- "Estamos listos, ¡así que llévanos dentro de una buena vez!" – gritó Inuyasha.

Los demás sólo corearon un "¡Sí!", así que Kouin asintió en silencio y los condujo hacia el interior de la oscuridad. Por unos momentos no vieron más que la negrura, pero al cabo de unos segundos, se encontraron en un sitio que parecía una gran celda: era una enorme cámara de piedra oscura, aunque se encontraba lo bastante iluminada como para permitir una visibilidad decente.

Dentro de este lugar, parados sobre un altar que parecía más bien una pequeña torre con almenas se encontraban Naraku y Tenebross. Ambos sonrieron malignamente al ver a los recién llegados.

- "Vaya, vaya, miren a quienes tenemos por aquí" – dijo Tenebross entrecerrando sus malignos ojos rojos con desprecio – "Son el grupo de tarados feudales, el par de pseudo-rei ineptos; y finalmente, el maldito traidor" –

- "¡Cierra la boca, bazofia de sombra!" – le gritó Inuyasha con furia mientras desenvainaba a Tessaiga. Los demás hicieron lo mismo.

- "¡Lord Tenebross…! No… ¡Tenebross…!" – le dijo Kouin mientras miraba directamente a los ojos de su antiguo jefe, mientras desenvainaba sus propias armas: un par de largas katanas gemelas – "¡Has ido demasiado lejos! ¡Habíamos jurado que nunca usaríamos ese espejo maldito; y ya hemos causado demasiado dolor y sufrimiento! ¡Para de una vez!" –

Kouin parecía que estaba queriendo hacer reflexionar a Tenebross, dada la larga amistad que ambos habían compartido antes de su maligna transformación; y que incluso él había mantenido fielmente hasta hacía poco. Sin embargo, Tenebross simplemente se rio de él.

- "Mwahaha... Eres un iluso estúpido. ¿¡Realmente crees que el mundo perfecto puede conseguirse sin derramar nada de sangre!? ¿¡Realmente crees que este pútrido mundo y todos los demás que existen pueden realmente tener una posibilidad de salvación!? ¡Eres patético!" – dijo mientras reía como un maníaco.

- "Hmmhmhmhm…" – se río Naraku – "Parece que esas palabras que dijiste fueron en vano, idiota de la luz" –

Kouin cerró sus manos con más fuerza alrededor de sus espadas mientras apretaba sus dientes. Todos en el grupo se enfurecieron al escuchar las palabras que Naraku y Tenebross le habían dicho.

- "Si alguien es un traidor aquí, ese eres tú Tenebross" – le dijo Gerardo apuntándole con sus espada – "¿Así es como le pagas a Feltes toda la lealtad que te demostró por tantos años?

- "¡Cierto, e incluso intentó hacer que recapacitaras porque te aprecia!" - dijo Kagome con furia mientras le apuntaba con una flecha.

- "¡Un idiota como tú no merece amigos!" - dijo Inuyasha apuntándole con Tessaiga.

- "¡Eres incluso más patético que Naraku!" - dijo Yasha enfurecido.

- "¡Eres igual a todos los otros seres malignos!" - dijo Miko.

- "¡Traicionar la confianza de un amigo es lo peor de lo peor!" - dijo Miroku.

- "¡Como también lo es faltar al juramento que tu mismo hiciste!" - dijo Sango.

- "¡Sí! ¡Feltes te traicionó porque tu mismo rompiste tu propia promesa!" – le gritó Gabriela mientras preparaba una flecha de luz en su arco y apuntaba hacia él – "¡Eso es imperdonable!" –

- "Eres un verdadero asco... ¡Y te haremos pagar por ello!" - dijo Gerardo.

- "¡Cierren sus mugrientas bocas!" – les gritó Tenebross mientras hacía que se alzaran ondas de sombras desde el piso sobre el que estaban parados, haciéndolos saltar a todos para esquivarlas – "¡No toleraré más estupideces de parte suya! ¡Es hora de que mueran!" –

Y acto seguido, la cabeza de su sombra salió del espejo y comenzó a lanzar flechas de sombras desde el techo. Gerardo las bloqueó con el escudo para protegerse a sí mismo y a Gabriela mientras Inuyasha hizo lo propio con su espada para sí y para Kagome. Kouin las cortaba y bloqueaba con sus propias espadas, pero los demás tuvieron que esquivarlas para que no fuesen golpeados.

- "Hehe, bonita forma de comenzar una pelea, ¿eh, Inuyasha?" – dijo Naraku mientras flotaba en frente de él, encerrado en su barrera de modo que nada pudiese golpearlo.

- "¡Ya veremos que te parece esto!" – dijo Inuyasha mientras cambiaba a Separación Especial su medallón, haciendo salir a Yasha con su propia Tessaiga. Ambos usaron la Tessaiga roja al mismo tiempo, creando una onda de energía azul que destruyó la barrera de Naraku.

- "¿¡Qué demonios!?" – gritó en shock.

- "¡Estás muy equivocado si crees que no nos hemos vuelto más fuertes!" – gritó Yasha.

- "¡Maldito mocoso insolente!" – gritó mientras se abalanzaba contra él, pero en ese momento recibió una serie de ataques en toda la cara: un par de ofudas, el Hiraikotsu de Sango y un par de flechas sagradas cortesía de Kagome y Miko. Por lo visto, habían tenido la misma idea que Inuyasha de separarse para tener más poder de fuego.

- "¿Qué sucede Naraku?" – se burló Miko – "¿No tienes intenciones de invocar a tus extensiones hoy?" –

- "¡No necesito a esas estúpidas para librarme de ustedes, mocosa!" – le gritó enfurecido.

Por otra parte, después de que esquivaron la lluvia de flechas de sombras, Gerardo elementalizó su espada con el poder del agua, mientras que Gabriela había elementalizado su arco para que sus flechas se cargaran con el poder de la luz y la luna. Kouin no hizo lo mismo porque la luz corrupta simplemente habría curado a Tenebross.

- "Tenebross… espero que algún día me perdones por esto…" – dijo mientras corría hacia él dejando una estela grisácea para lanzarle una cuchillada tan rápida como el resplandor de un relámpago – "Lightning!"

Tenebross no pudo reaccionar lo bastante rápido como para esquivar ese ataque y terminó recibiendo la cuchillada en la mitad de su "cuerpo", mientras que Kouin solo susurraba "¡Hyu!" mientras realizaba su ataque. Empezó a gruñir de dolor.

- "¡MALDITO TRAIDOR!" – le gritó mientras usaba su ataque Shadow Claw, el cual Kouin se apresuró a esquivar. Al momento siguiente, recibió un Water's Scar de parte de Gerardo y una Light Arrow de parte de Gabriela.

- "¡No creas que esta pelea es solo entre ustedes dos!" – le dijo Gerardo triunfante después de que lo impactaron la onda de agua y la flecha de luz – "¡Todos aquí vinimos expresamente con el propósito de derrotarlos!" –

- "Malditos elementales del infierno…" – dijo mientras apretaba sus sombríos colmillos.

Volviendo con Inuyasha y compañía, aparentemente las cosas ya no estaban yendo tan bien como al principio: Naraku aparentemente había dejado ya los juegos y había comenzado a pelear en serio, demostrado por el hecho de que empezó a liberar a los miles de youkai que formaban su cuerpo para que atacaran por todas direcciones y no dejarles ningún resquicio por donde escapar a sus enemigos.

Miroku, Yasha, Sango e Inuyasha tenían las manos llenas cortando a los monstruos en pedazos con sus armas, mientras que Kagome y Miko tenían que turnarse entre disparar flechas y colocar barreras para tener si quiera una oportunidad de mantenerse con vida. Ni siquiera el Kaze no Kizu les estaba ayudando porque Naraku liberaba más youkai entre más eliminaban.

- "Supongo que tendré que acelerar un poco las cosas" – dijo Miroku mientras ponía su mano sobre el rosario que mantenía sellada su mano maldita y luego se volteaba a mirar a Sango – "Perdóname, Sango, pero prefiero hacer esto antes que dejar que nos maten" –

- "¿Qué?" – preguntó Sango extrañada mientras cortaba las cabezas de dos youkai con su katana y lanzaba el Hiraikotsu por el aire para destazar a varios más. Sin embargo, su cara cambió a una expresión de terror y palideció al ver lo que Miroku estaba por hacer – "¡Houshi-sama, no!" –

En ese instante, Miroku removió el rosario y apuntó su mano maldita hacia Naraku:

- "¡Kazaana!" –

- "¡Eres un imbécil, monje!" – dijo Naraku con una sonrisa demente mientras lanzaba un panal de sus saimyosho al aire y los insectos que contenía se dirigían en enjambre hacia Miroku. Miroku logró absorber una gran parte de los youkai que estaban rodeando al grupo, pero al hacerlo, también absorbió muchos de los saimyosho, lo cual lo obligó a cerrar el agujero.

- "¡Miroku, no seas imbécil!" – le gritó Inuyasha mientras corría hacia él para revisar como estaba y le tomaba por la mano maldita mientras que los demás continuaban defendiéndose de los youkai restantes. Naraku decidió dejar de atacarlos para saborear la desesperación que sentían ante la sola idea de perder a Miroku.

Miroku había caído al piso de rodillas, su rostro estaba empapado en sudor y su piel había tomado un tono pálido: aparentemente había absorbido demasiado veneno y no le quedaba mucho tiempo de vida. Sango lo abrazó y comenzó a llorar en su hombro.

- "No… Houshi-sama… no debió haber hecho eso…" – dijo ella entristecida.

- "¡Maldita sea!" – gritó Inuyasha mientras corría a encarar de nuevo a Naraku.

- "¡Eso pasó por su propia estupidez!" – se burló Naraku – "¡Y todo porque tienes miedo de matar a todos aquí con tus técnicas, Inuyasha!" –

Inuyasha en ese momento se dio cuenta de a qué se refería, al igual que Yasha cuando ambos se miraron el uno al otro a los ojos: habían cometido el mismo error que Gerardo había cometido en la batalla contra Douin de no usar todas sus habilidades al maáximo; y debido a eso, ahora Miroku estaba en peligro de muerte.

- "Nii-san…" – le dijo Yasha consternado – "Debemos terminar con esto rápido, o Miroku-sama va a…" –

- ¡Ni te atrevas a terminar esa frase!" – le gritó Inuyasha, a pesar de que estaba pensando exactamente lo mismo que Yasha.

Sin embargo, a Miko se le ocurrió una idea en ese momento:

- "¡Ah! ¿Por qué no llamamos a Gerar-nii o a Gaby-nee para que lo curen?" – dijo ella mientras daba una palmada – "¡Estoy segura de que sus poderes podrían quitarle ese veneno, al menos lo suficiente para que sobreviva!" –

- "Están ocupados luchando con Tenebross" – dijo Shippou mientras apuntaba hacia ellos: en ese momento Gerardo y Gabriela estaban empuñando espadas de luz del color de sus elementos para atacar a Tenebross, mientras que Kouin parecía haber usado alguna clase de magia para acelerar sus movimientos – "Aunque si quieren, podría ir y avisarles" –

- "¡Por favor, Shippou-chan!" – le dijo Kagome mientras sacaba su arco y le apuntaba de nuevo a Naraku, el cual ahora estaba recibiendo furiosos embates del Kongousouha combinado de Yasha e Inuyasha. Shippou asintió y salió corriendo hacia la otra punta del campo de batalla.

- "Yo intentaré mantenerlo vivo…" – dijo Miko mientras se concentraba y ponía sus pequeñas manos sobre el cuerpo de Miroku, haciendo aparecer un resplandor blanco azulado sobre él – "Puedo hacer que el veneno tarde más en hacer efecto, pero no podré retrasarlo por siempre… espero que se den prisa…" –

- 'Es posible... que seas incluso una mejor miko que yo misma, hermanita...' – pensó Kagome con orgullo al ver lo mucho que se estaba concentrando por mantener a Miroku con vida.

Respecto a los demás, Gerardo, Gabriela y Kouin habían retrocedido luego de propinarle unos buenos sablazos a Tenebross, aunque la batalla ya estaba dejando sus marcas en ellos: Gerardo tenía unos cuantos rasguños y cortes en sus manos y rostro, además de que tenía las mangas de su haori hechas jirones, mientras que las ropas de Gabriela estaban cubiertas de tierras y suciedad; y la parte inferior de sus mangas y falda estaban rotas y dañadas. Por otra parte, Kouin ya estaba mostrando signos de fatiga: estaba quedando claro que su técnica de aumento de velocidad no era para usarse por períodos largos de tiempo.

En ese momento, Shippou vino corriendo hacia ellos.

- "¡Gerardo! ¡Gabu!" – dijo con un tono de voz que retumbó por toda la zona – "¡Necesitamos que alguien cure a Miroku! ¡Se nos está muriendo!" -

- "¿¡Qué!?" – preguntó Gabriela horrorizada.

- "¿¡Cómo pasó eso!?" – preguntó Gerardo sorprendido desagradablemente.

- "Tuvo que usar su Kazaana para librarnos de los miles de youkai que Naraku había liberado, pero…" – el pequeño kitsune parecía muy consternado ante la situación – "Pero también absorbió muchos de los saimyosho que Naraku tenía preparados para él…" –

Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero en ese momento tuvieron que interrumpirse porque Tenebross hizo que salieran varias horribles manos negras del suelo y tuvieron que apartarse para evitar que los arrastrasen hacia el interior de las sombras que tenían debajo.

- "¡Maldita sea!" – gruñó Gerardo – "¿¡Acaso intentas mandarnos al Yomiji o algo!?" –

- "Puede ser" – se rió Tenebross malignamente – "¡Pero en todo caso, no permitiré que curen a ese monje de tercera!"

Gerardo se volteó hacia los demás y los miró seriamente:

- "Sé que estamos ocupados con Tenebross, pero no podemos abandonar a un compañero que nos necesita. ¿Estarían de acuerdo con que vayamos a ayudarlos?" –

Todos le asintieron y luego salieron corriendo en dirección hacia donde estaban los demás, aunque tuvieron que hacerlo esquivando los estallidos de sombras que Tenebross les estaba arrojando. No les iba a permitir que se escaparan tan fácilmente.

Inuyasha y los demás parecían tener la situación controlada, y la pelea con Naraku estaba más o menos pareja, ya que no estaban más los miles de youkai que él había liberado y ya le habían cortado buena parte de los huesos y tentáculos con los que habían intentado atacarlos.

Sin embargo, tampoco estaban en muy buena forma: sus ropas mostraban el daño que habían recibido y tenían heridas en todas las partes del cuerpo que tenían al descubierto.

- "¡Hemos venido a ayudar!" – anunció Gabriela tan pronto como estuvieron ante ellos.

- "¡Al fin una buena noticia!" – gritó Inuyasha mientras esquivaba los rayos de energía que Naraku le estaba arrojando. En ese momento Gabriela corrió hacia Miroku y empezó a cantar. Miko dejó de intentar mantenerlo vivo en ese momento.

- "Ist Altyyaok ShuxuaraRa Illyusea Phaph Zyoskz Biousakatse Ical, Ist Altyyaok ShuxuaraRa Phaph Kluceia Biousakatse... Healing Light!" – sus manos se envolvieron en un fulgor blanco perlado y empezó a pasarlas por encima del cuerpo de Miroku, el cual estaba respirando a duras penas. Poco a poco, su respiración fue retomando su ritmo normal y su rostro recuperó su color. Sin embargo, antes de que hubiesen podido terminar, Tenebross le lanzó una flecha de sombras…

- "¡Gaby!" – gritó Gerardo, transformándose en Dragoon para salir disparado y bloquear la flecha con su escudo, lo cual logró en el último segundo – "Estuvo cerca… maldita sombra traidora…" –

Estaba furioso ante lo que le había hecho a su hermana; y los demás también estaban indignados por ello. Por suerte, Miroku ya estaba fuera de peligro, así que Sango lo apartó del campo de batalla para luego regresar a pelear, mientras que Gabriela se transformaba también en Dragoon. Sobra decir que también estaba furiosa por ese ataque a traición.

- "¡Esto es un campo de batalla!" – gritó Tenebross mientras se reía de sus expresiones – "¡Aquí no hay leyes ni reglas, sólo importa exterminar a los enemigos!" –

- "¡No me salgas ahora con la lógica del pragmatista de combate!" – le gritó Gerardo con furia - ¡Haré que pagues por eso!" –

A su lado, Kouin, el cual también mostraba una cara de rabia y repulsión increíbles, haciendo aparecer unas marcas verdes en su rostro. Juntó las hojas de sus dos espadas y dijo una sola frase: - "ZielarZa!" –

Acto seguido, ambas hojas empezaron a vibrar como un diapasón después de recibir un golpe. Sin embargo, la vibración empezó a intensificarse con cada segundo que pasaba; y cuando ya estaban vibrando lo suficiente como para que incluso los brazos de Kouin temblasen, las sostuvo en alto y apuntó a Tenebross:

- "¡Thundering Sword! ¡Ahora te otorgaré el descanso eterno!" – dijo mientras separaba las hojas de sus espadas con un movimiento que parecía una X, formando una onda de choque que le causó gran daño a Tenebross y agrietó el espejo en que estaba encerrado.

Tenebross soltó un gritó desgarrador de dolor, lo que agarró por sorpresa a todos y el cual Naraku aprovechó para tratar de matar a Kagome y a Miko con un rayo de energía. Sin embargo, Kouin notó lo que estaba pasando y corrió hacia el lugar al que Naraku estaba apuntando para sacar a ambas chicas del camino.

- "Gracias… ¡Ah!" – dijo Kagome, pero luego tuvo que poner una barrera inmediatamente para que Tenebross no les golpease con sus garras de sombras.

Por lo visto, su batalla, que al principio estaba dividida en dos partes, ahora se había reducido a una sola. Naraku había perdido a muchas de las abominaciones que lo formaban, mientras que Tenebross había recibido muchas heridas gracias a los ataques de Gerardo, Gabriela y Kouin.

Sin embargo, Inuyasha, Gerardo y los demás tampoco estaban muy bien que digamos: además de los golpes y heridas que habían recibido, ya estaban empezando a agotarse físicamente.

- 'A esto paso vamos a perder' – pensó Gerardo con amargura al ver el estado de sus compañeros y el suyo mismo.

En ese momento, Kouin se lanzó de nuevo para atacar a ambos villanos a la vez: acuchilló el aire en frente de él con una de sus katanas; y luego…

- "¡Hyuuu!" - corrió a una velocidad impresionante, desapareciendo de la vista y reapareciendo detrás de Naraku y Tenebross.

- "¡Shattering Slash!" – dijo, y al instante siguiente una triada de cuchilladas y puñaladas cayó sobre ellos: por lo visto los había atacado a una velocidad tal que ni siquiera Gabriela había podido seguirlo con sus ojos.

Esto le dio una oportunidad a Gerardo y a Gabriela: Gabriela empezó a entonar su Healing Light, mientras Gerardo lanzaba su Healing Rain para hacer que todos recuperasen sus fuerzas. Obviamente, Miroku aún estaba débil por el veneno, así que tuvo que quedarse apartado junto a Shippou.

- "Ahora estás pagando por haber roto nuestra promesa, Tenebross" – le dijo Kouin severamente al ver como los demás se habían recuperado tras la ejecución de la canción y el hechizo – "A este paso dudo que puedas vencernos, pero como precaución… ¿Crees que serás capaz de seguir mi ritmo? ¡Divine Speed!" –

Al momento siguiente, desapareció de enfrente de ellos dos, pero por desgracia, ya Naraku y Tenebross se habían anticipado a esto: cuando reapareció lo hizo en el medio de dos rayos de energía que ambos villanos le habían preparado.

- "¡No!" – gritó Kouin, pero en ese momento, Gerardo y Gabriela aparecieron volando a su lado mientras que Inuyasha y Yasha estaban al otro lado cabalgando sobre Kirara. Ambos hermanos encontraron el punto para cortar los rayos de energía y contratacar a ambos villanos, mientras Kagome y Miko prepararon dos Flechas Sagradas a rebosar de sus poderes espirituales y Gerardo y Gabriela preparaban los mejores hechizos que tenían reservados para la ocasión.

- "Ist Ikuak, HalkeizaRa ThafzAael Beteat Uasfryat Dea Iadlast Iens! ¡Tsunami!" – dijo Gerardo

- "Ist Ochsmere, Filaria Dea Zosph Phiala Phiaphz Lay Illyusea oli Lay Saetsulia Iens! ¡Twilight Arrow!" – dijo Gabriela.

- ¡Ve!" - dijo Kagome.

- "¡Vuela!" – dijo Miko

Tres flechas silbaron por los aires: dos púrpuras y una de un color similar al del atardecer, las cuales purgaron el aura maligna de ambos villanos y se clavaron en Tenebross, causando una pequeña explosión naranja. Éstas fueron seguidas por la ola de agua y las ondas de energía invertidas que usaron Gerardo, Yasha e Inuyasha.

Naraku cayó de rodillas al piso, inconsciente e incapaz de continuar moviéndose, lo cual Gerardo aprovechó para lanzarle un rayo de agua y luego tronar sus dedos para congelarlo: fue encerrado en una prisión de hielo que dejaba sólo su cabeza al descubierto. Tenebross, por otra parte, levitó de nuevo: aún no habían terminado con él.

- "Malditos cretinos… ¿Realmente creen que algo tan patético como esto acabará conmigo?" – dijo Tenebrsos confiadamente, pero en ese momento, Kouin corrió hacia él con sus dos espadas delante.

- "¡Twin Slash!" – gritó con energía. Cuando llegó hasta Tenebross, le hizo un profundo corte en X en donde se supone que estaría su torso.

Luego se dio la vuelta y corrió de nuevo, con las marcas verdes apareciendo en su rostro de nuevo, dejando detrás de sí una estela de cristal transparente la cual encerró a Tenebross.

- "¡Delusory Destroyer! Sigue el Yaoulma..." – dijo mientras soltaba una cuchillada en el aire, la cual destrozó la prisión de cristal e hirió a Tenebross tan severamente que volvió su espejo añicos e hizo que su sombría forma colapsase sobre el piso de la estancia.

- "Al fin… esto ha terminado…" – dijo Kouin con alivio mientras guardaba sus espadas en sus fundas. Todo estaban sorprendidos… había terminado… realmente su viaje había llegado su final… y habían resultado victoriosos…

Todos se reunieron y comenzaron a festejar su gran victoria, felicitándose mutuamente; y riendo alegremente ante la perspectiva de que finalmente todos sus esfuerzos habían dado frutos.

Sin embargo, le dieron la espalda a Tenebross; y no se dieron cuenta que el maligno monstruo estaba preparando un ataque: materializó una flecha de sombras y la apuntó directamente hacia Gerardo y Gabriela…

- "¡Mueran, infelices!" – gritó mientras disparaba la flecha; y a pesar de haber escuchado el estruendoso grito, ninguno de ellos dos logró moverse a tiempo para salir del camino de la flecha. Todos en el grupo se quedaron viendo la escena horrorizados… hasta que Kouin saltó en el camino de la flecha y recibió el golpe por ambos hermanos…

- "¡FELTES!" – gritaron todos mientras corrían a ver que había sucedido. Kouin cayó al suelo, pero antes de que hubiese llegado hasta el fondo, Gerardo lo sostuvo y trató de mantenerle la cabeza en alto.

- "¡No! ¡No puede ser!" – gritó Miko horrorizada y entristecida.

- "Tenebross… ¡maldito bastardo del demonio!" - gritó Inuyasha mientras golpeaba el suelo con rabia, al escuchar como Tenebross se estaba riendo de ellos.

- "No… no puede morirse ahora… no" – dijo Yasha mientras sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas. Sango estaba haciendo todo lo que podía para contenerse, mientras que Miroku se había acercado hasta ellos a duras penas y la abrazó con las pocas fuerzas que le quedaban. Shippou, por su parte estaba llorando desconsolado.

Gerardo y Gabriela estaban con Kouin, habiéndose destranformado y utilizando las canciones de sanación y curación más poderosas que conocían, pero no tenían resultado. Kagome y Miko intentaron ayudarles en sus esfuerzos, la segunda con lágrimas en los ojos, pero de nada sirvió: la flecha estaba maldita; y provocaba heridas que no podían sanarse. Kouin estaba condenado…

- "¡Maldición, no! ¡Healing Water! ¡Healing Water!" – gritaba Gerardo con rabia y desesperación, con los ojos llenos de lágrimas, haciendo todo lo que podía para evitar que Kuoin muriera. Gabriela estaba a su lado poniendo todos sus sentimientos en su canción Healing Light mientras que Miko y Kagome concentraban todo su poder espiritual en intentar mantenerlo con vida.

- "¡No te mueras, por favor!" – chilló Gabriela al comprobar que su canción no estaba teniendo efecto.

- "¡Esto no puede terminar asi!" – gritó Miko ya al borde de la desesperación. Al momento siguiente, Kagome dejó de usar sus poderes y se dio por vencida… realmente no había nada que pudieran hacer…

- "¡No, Feltes!" – gritó Gerardo mientras él y Gabriela le tomaban una mano. Kouin abrió los ojos levemente y les sonrió con amabilidad:

- "Aghh… Gerardo… Gabriela… Kagome... Miko..." – dijo con las pocas fuerzas que aún le quedaban – "Me alegra… haber podido conocerlos… y a todos… ustedes… fue grato… haber podido tener amigos… como ustedes… así hubiese sido… por tan poco tiempo…" –

- "¡C-Claro que lo somos!" – dijo Yasha corriendo hacia él – "¡Y lo seguiremos siendo! ¡Por favor, tienes que vivir!" –

- "S-sí… tienes que… tienes que ponerte bien…" – dijo Miko entre sollozos.

- "Por favor, debes seguir adelante…" – dijo Gabriela, preparándose para cantar su Healing Light una vez más. Sin embargo, Kouin levantó su mano libre para detenerla.

- "Esta bien así… este es mi castigo… mi expiación por todos los pecados que he cometido…" – dijo él con satisfacción – "Ahora podré… regresar al ciclo eterno… de nuestra madre… Dragonia… y rencontrarme con él; y ellos…" –

- "¡NO! ¡Aún es demasiado pronto para eso! ¡Quédate con nosotros! ¡Te necesitamos!" – le gritó Gerardo, que ya había perdido por completo el control de sus emociones y sus lágrimas empezaban a desbordarse.

- "Gracias… por considerarme así… como un amigo… fue bueno tener a alguien que pudiera creer en mi después de tantos años…" – luego se volteó para mirar a Miko y a Yasha una vez más – "De nuevo… por favor perdónenme… por el sufrimiento que les causé… Espero que de ahora en adelante… sus vidas sean felices… Les encomiendo a todos… la felicidad… y el bienestar de mi mundo…" –

Al momento siguiente, sus ojos se cerraron y su respiración cesó por completo… La mano que Gerardo y Gabriela estaban sosteniendo se quedó lívida; y se meció hasta que llegó al suelo…

- "No… no… no… ¡NOOOOOO!" – gritó Gerardo mientras sus lágrimas salían a montones, y Gabriela y los demás niños empezaron a llorar con todas sus fuerzas.

Gabriela y Gerardo se abrazaron el uno al otro; Miko se abrazó a Kagome, mientras que Yasha se abrazó a Inuyasha, cuyo cabello había quedado de modo que tapara sus ojos para que nadie viera que estaba llorando. Miroku y Sango no pudieron hacer otra cosa que aguantarse las lágrimas.

El cadáver de Kouin, o mejor dicho, Feltes, se volvió un montón de chispas de luz, y luego después de emitir un brillante resplandor, salieron disparadas hacie el techo para salir de la estancia.

Gerardo cayó al piso, pero después de un par de segundos sollozando abrazado a su hermana, levantó la mirada hacia Tenebross y le dedicó una mirada llena de odio:

- "Tú… ¡TÚ! ¿¡Cómo pudiste haberlo matado!?" – dijo mientras se alzaba de nuevo con su espada y escudo en las manos.

- "¡Eso fue por tu culpa y la de tu hermana, imbécil!" – se burló Tenebross – "¡Si hubiesen muerto, él no tendría por qué haberse marchado al otro mundo!" –

- "¡Maldito desgraciado! ¡Aaaaaaarrrrrghhh!" – dijo mientras alzaba su espada y corría hacia Tenebross gritando como un desaforado. Sin embargo, Tenebross lo repelió con una onda de sombras, haciendo que cayera de espaldas hacia donde estaban los demás, causándose gran daño con el suelo de piedra.

- "¡Gerar!" – gritó Gabriela mientras corría hacia él. Los demás la siguieron, llenos de sorpresa y terror, mientras Gabriela se apresuraba a sanarle las heridas.

- "Pero no se preocupen" – dijo Tenebross mientras continuaba riendo. Luego hizo levitar un pequeño trozo de cristal negro: un Fragmento de Sombras, delante de sí – "¡Que ahora mismo se reunirán con ese maldito traidor!" -


(Ending: Come)

jueves, 25 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos - Dragonia ~ Capítulo 18

Capítulo 18:

El Espejo de las Tinieblas

(Opening: Grip!)

Cuando regresaron a la aldea, Yuuichi y Seina contaron todo lo sucedido, obviando todo lo referente a Miko y a Yasha tal y como lo habían prometido. Gracias a eso, el jefe recibió al grupo como héroes. Se hizo un festín en su honor, además de para celebrar el compromiso de Yuuichi y Seina que tanto habían esperado que se hiciera realidad, y aunque ninguno de los héroes tenía mucho ánimo de participar, decidieron hacerlo de todos modos para no despreciar a los anfitriones.

Sin embargo, no hay mucho que decir al respecto fuera de que fue lo que Miroku se la pasó haciendo esa noche mientras los demás cenaban; para luego empezar a divertirse al modo de la era Sengoku. Esto exceptuando Gerardo y Gabriela, que decidieron nada más estar de espectadores mientras los demás bailaban.

Después de la cena, cuando ya todos se habían retirado a diferentes habitaciones a dormir…

- "Ugh…" – gruñó Gerardo desprendiéndose de las dos capas de su kimono: la capa azul externa y la blanca que llevaba debajo; y examinándose el abdomen en el punto en el que la jabalina de Inka lo había golpeado. Había pasado todo el día desde ese momento sintiendo un dolor y ardor bastante molestos; sin haber tenido ocasión de revisar que había sucedido exactamente. Ahora que por fin pudo, vió que la jabalina le había dejado unas cuantas quemaduras de segundo grado cubiertas de ampollas, además de que también le había dejado una herida circular en el centro de todas ellas. La herida ya estaba cerrada y cicatrizada gracias a la Healing Light de Gabriela, pero las quemaduras aún seguían iguales – "Maldito demonio de fuego… atacándome a traición cuando le conectamos el golpe final…" -

- "Bueno, no creo que se haya podido evitar" – dijo Kagome mientras sacaba un poco de crema humectante de su mochila y se la daba a Gerardo para que se la aplicase a las quemaduras después de que había hecho lo mismo con las manos de Inuyasha. Gerardo empezó a sisear por el ardor que eso le provocaba – "Tomando en cuenta la forma en la que ustedes cuatro realizaron ese ataque, no tenías forma de evadir esa jabalina" -

- "Aunque es extraño que mi Healing Light no haya podido curar esas…" – dijo Gabriela mientras veía como su hermano trataba de usar su Healing Water para acelerar los efectos de la crema.

- "Keh, son gajes del oficio" – dijo Inuyasha desde el otro lado del cuarto en su pose típica – "Ya deberías saber la clase de época en la que estamos, así que más te vale acostumbrarte" –

- "Heh, lo sé" – sonrió Gerardo con ironía – "Mas bien debería decir que tuve suerte que no me hubiese provocado quemaduras más graves, o me hubiese tratado de atravesar de un extremo a otro con eso…" –

- ¡Gerar!" – lo regañó Gabriela – "¡No estés tentando a la suerte! ¡No sabemos qué clase de enemigos enfrentaremos ahora!" –

- "Bueno, solo me queda decir que toco madera para que no salga nada peor que Tenebross o Naraku" – respondió Gerardo encogiéndose de hombros mientras Kagome buscaba algunas compresas y vendajes en su mochila.

- "Aunque tengo la impresión de que nos estamos acercando a nuestra última batalla…" – dijo Miko pensativamente mientras veía a Kagome remojar las compresas en el agua que Gerardo había condensado del aire – "Ya solo nos queda un demonio elemental, ¿no es así?" –

- "Sí," – confirmó Yasha mientras empezaba a contarlos: abrió su mano completamente; y cerraba un dedo por cada nombre que mencionaba – "El de Oscuridad, Ankon; el de Agua, Insui; el de Viento, Kazein; el de Tierra, Douin; y ahora, el de Fuego, Inka… sólo nos queda el de Luz…" –

- "Pero igual digo que no quiero pelear contra él…" – dijo Miko con tristeza – "Tengo la impresión de que él es… diferente a los demás demonios…" –

- "¿Por qué lo dices?" – preguntó Gabriela con interés: al igual que su hermano, le repugnaba inmensamente la idea de que esas criaturas usaran formas corruptas de sus mismos elementos – "Sé que no nos atacó ni nada, pero…" –

- "Además, no podemos estar seguros de sus intenciones si solo lo hemos visto una vez" – dijo Gerardo mientras Kagome le colocaba las compresas y las fijaba con los vendajes. Él siseó de dolor cuando las mismas hicieron contacto con las ampollas, pero luego soltó un suspiro de alivio – "Tenemos que encontrarnos primero con él de nuevo y ver que trama…" –

- "Keh, si le dan oportunidades a todo aquel que no parezca agresivo, solo conseguirán que nos maten a todos" – resopló Inuyasha.

- "Bueno, considerando la forma en la que tú y Kagome se conocieron, no sé cómo podrías decir eso" – dijo Gerardo riéndose entre dientes mientras se colocaba de nuevo ambas capas de la parte superior de su kimono para luego ocultar las partes que sobresalían sobre la hakama dentro de la misma.

- "¿Qué quieres decir con eso?" – preguntó Inuyasha con irritación.

- "Hehe, creo que se refiere a que casi me matas por quitarme la Perla de Shikon cuando nos vimos por primera vez" – dijo Kagome recordando con una sonrisa nostálgica su primer encuentro – "De hecho, podríamos decir que es gracias al collar que llevas alrededor del cuello que aún sigo viva" –

- "En realidad… nunca tuve intenciones de matarte ese día" – admitió Inuyasha – "Todos los ataques que te lancé los hice fallar a propósito porque solo quería asustarte lo suficiente para que me dieras la Perla…" –

- "Nii-san, me sorprende que pudieras admitir eso" – dijo Yasha riéndose. Tanto Inuyasha como Kagome se ruborizaron.

- "Bueno, mejor nos vamos a dormir, que mañana tenemos que regresar a la aldea de Kaede para planear que haremos ahora" – dijo Gerardo para ponerle fin al incómodo silencio que se había instalado después de esa conversación, pensando para sus adentros de que él e Inuyasha tuvieron suerte de no haber terminado comiendo tatami esa noche después de que Kagome mencionó el collar.

A la mañana siguiente, el jefe de la aldea les dedicó una despedida y del mismo modo, Yuuichi y Seina les dijeron que eran bienvenidos y que podían regresar cuando gustaran.

- "Bueno, al menos hemos sembrado una semilla de bondad en esa aldea" – dijo Gerardo con satisfacción mientras se adentraban en el bosque para que él y Gabriela pudiesen invocar sus armaduras de nuevo – "Es algo que hace mucha falta en esta era tan violenta" –

- "Cierto, de seguro Buda les sonreirá de ahora en adelante" – dijo Miroku mientras los aros de su shakujou tintineaban como campanas con cada paso que daba – "Del mismo modo, podríamos decir que la unión de ellos dos está bendita" -

- "Aunque espero que nada malo les suceda" – dijo Sango mirando hacia atrás preocupada – "A veces, ser demasiado amable puede terminar conduciendo a tu propio final, en especial sabiendo que podrían haber personas que querrían aprovechar eso para sus propios fines" –

- "¡Deberían ser más optimistas!" – dijo Gabriela mientras sonreía con orgullo – "De todas formas estoy segura de que algún día estas guerras horribles llegaran a su final y habrá paz de nuevo" –

- 'No sin un buen baño de sangre, por desgracia" – pensó Gerardo con tristeza, sabiendo que después del Período Sengoku vendrían el Período Edo, la Restauración Meiji y la Segunda Guerra Mundial, los cuales traerían sus propios saldos de matanzas y masacres.

- "Hehe, Gabu, ¡eres muy buena persona!" – le dijo Shippou – "¡Debe ser por eso que eres elemental de Luz!" –

- "Hehe, ¡gracias!" – le sonrió de vuelta.

- "Shippou, ¡más te vale que no estés intentando coquetear con ella!" – se rió Miko encima de él.

- "Ehh, no Miko, no estoy haciendo eso" – dijo Shippou mientras se ruborizaba y miraba hacia abajo.

- "Bueno, creo que este lugar estará bien para que se transformen" – dijo Yasha mientras les indicaba un claro que tenían justo delante - "Kagome-nee puede subirse a Inuyasha-nii y los demás a Kirara allí también" -

- "Solo háganlo rápido, que no quiero seguir perdiendo el tiempo" – resopló Inuyasha – "Cuanto antes regresemos a ver a Kaede, mejor" –

- "¿Huh? ¿Ya no le dices baabaa, ni vieja bruja, ni nada de eso?" – le preguntó Gerardo con extrañeza.

- "No es asunto tuyo…" – le dijo mientras le volteaba la cara para que no viera su expresión de vergüenza.

Kirara se transformó en su forma monstruosa para luego permitir que Sango, Shippou y Miroku montaran en ella, mientras que Gerardo y Gabriela invocaron sus armaduras y se elevaron de nuevo. Inuyasha continuó corriendo y saltando sobre los árboles para seguirlos mientras cargaba a Kagome en su espalda.

- "Se me acaba de ocurrir que todos tenemos algo particular" – dijo Miko mientras seguían su camino de vuelta hacia la aldea de Kaede – "Ni siquiera creo que podamos decir que nuestros nombres son muy comunes, ¿o no?" -

- "Aunque a decir verdad, Miko…" – dijo Kagome luego de suspirar brevemente – "El tuyo es bastante común… Y le tengo algo de envidia…"

-"¿Huh?" – dijo Miko mientras cerraba sus manos y se las llevaba a su pecho – "Pero si tu nombre es muy bonito también, Onee-san…"

- "Sinceramente, nunca me ha gustado mi nombre…" – dijo Kagome negando con la cabeza – "Desde que estaba en preescolar, mis compañeros siempre se burlaban de mí porque mi nombre es el mismo de la canción y juego infantil" –

- "En otras palabras, ¿se la pasaban diciéndote 'Kagome kagome Kago no naka no tori wa' todo el tiempo?" – preguntó Gerardo pensando sobre cuan molesto le debió haber resultado eso mientras se acercaba a Inuyasha para hablar con ella.

- "Sí," – confirmó ella tras un profundo suspiro – "Y como tampoco lo ví nunca escrito en kanji, no estoy segura de cómo interpretarlo… 'Chica Jaula', 'Patrón de Bambú', 'Perdida'… realmente, no me gusta ninguno de esos significados…" -

- "Aunque recuerdo que mamá dijo que también es el nombre de una formación parecida a una estrella," – dijo Miko con una sonrisa – "Y que te lo puso porque vio un destello de luz cuando naciste" –

- "En otras palabras, podríamos decir que Kagome-sama le debe su nombre a la Perla," – dijo Miroku haciéndose el entendido – "Suena extrañamente apropiado" –

- "Además, Onee-san, yo tampoco estoy del todo contenta con mi nombre…" – dijo Miko bajando sus brazos al mismo tiempo que su mirada – "Como jamás lo he visto escrito, podría significar cualquier cosa, desde 'Sacerdotisa' o 'Niña Hermosa', a 'Diosa' o 'Lago de la Verdad'…" –

- "Creo que eso fue mi culpa…" – dijo Sango mirando hacia abajo.

- "Yo no te culparía por eso," – le dijo Miroku mientras le ponía una mano sobre el hombro – "Fue una situación desesperada cuando le pusimos el nombre y no teníamos idea de que todo esto fuera a pasar…" –

- "Además, puede que sea una coincidencia," – dijo Gerardo recordando algo – "Pero sus dos nombres forman una palabra dragoniana antigua" –

- "¿Y qué palabra es esa?" – preguntó Kagome con interés.

- "Primero fíjense en esto" – dijo Gerardo señalando a los hermosos patrones tejidos que llevaban sus ropas y las de Gabriela, los cuales podían aún apreciarse debajo de sus armaduras gracias a que no estaban cerradas totalmente – "¿Ven todos los patrones y diseños que llevan nuestras ropas?" –

- "Sí; y son preciosos," – dijo Miko extrañada ante lo que hacía Gerardo – "¿Pero que tienen que ver con esto?" –

- "Tienen mucho que ver," – dijo Gerardo alegremente – "Ya que a esos patrones se les llaman 'Kagmi' en Dragonia; y los lleva gente de todas las clases" –

- "En otras palabras…" – dijo Kagome cayendo en la cuenta de a que quería llegar Gerardo – "Nuestros dos nombres combinados tienen un significado muy bonito…" –

- "Así es," – dijo Gabriela flotando alegremente alrededor de ella – "Creo que ya no deberían que preocuparse tanto por sus nombres" –

- "Hablando de eso," – empezó Yasha – "¿Tienen sus nombres algún significado especial?" –

- "Bueno, en nuestra parte del mundo, el mío significa lanza valiente" – dijo Gerardo pensativamente – "Pero en Dragoniano, proviene de la unión de las palabras 'Jeralt' y 'Arldou', las cuales significan 'Rio' y 'Sabiduría'" –

- "Y el mío es el nombre de un ángel" – dijo Gabriela con entusiasmo – "Y mi hermano me dijo que en Dragonia, viene de las palabras 'Gabri' y 'Ela', que significan 'pétalo de flor' y 'brillante'" –

- "Aunque el segundo es un sufijo común para los nombres de chicas allá, como lo es "ko" por acá" - añadió Gerardo riéndose un poco.

- "Y el mío solo es el nombre de un tipo de demonio del continente, el yaksha…" – dijo Yasha con amargura – "Sé que yo mismo lo escogí, pero tampoco tenía muchas más alternativas…" –

Su forma mayor se le quedó viendo mientras saltaba hacia otro árbol.

- "Keh, no es que importe mucho" – resopló él – "De cualquier forma, un nombre solo es una etiqueta por la que los demás pueden llamarte" –

- "En eso estoy en desacuerdo," – dijo Gerardo – "Un nombre es una pieza de tu esencia misma y forma parte irremplazable de quien eres" –

- "Bueno, eso no creo que podamos negarlo" – dijo Gabriela mientras presionaba un par de botones que tenía en su Dragtemn, ahora alojado en el peto de su armadura. Esto hizo aparecer una pequeña pantalla holográfica llena de texto frente a ella – "Además, aquí dice que un yaksha puede ser tanto un espíritu maligno como un ser semejante a las hadas" –

- "Hehe, ¡en otras palabras, Inuyasha es un hada perro!" – se rió Shippou imaginándose a Inuyasha con un aspecto parecido a las hadas que aparecían en los libros para colorear que le traía Kagome.

- "¿¡Qué acabas de decir, Shippou!" – preguntaron Inuyasha y Yasha al mismo tiempo, ambos con las caras llenas de rabia.

- "Metió la pata de nuevo" – suspiró Miko negando con la cabeza.

- "Vamos, no se molesten por eso" – dijo Kagome, aunque pensaba para sus adentros que tampoco le habría hecho gracia que hubiesen hecho bromas a costa de su nombre o el de Miko, como ya lo habían discutido momentos antes.

- "Y siguiendo con la conversación," – continuó Sango antes de que la cosa se pusiera fea – "Creo recordar que todos los exterminadores teníamos nuestros nombres basados en minerales y rocas…" –

- "Hmm, así que es por eso que Kohaku tiene el nombre del ámbar, Kirara el de la mica y tú el del coral, Sango" – dijo Miroku asintiendo para sí – "Pensé que era porque tu rostro tenía el mismo hermoso tono que los corales en el mar al amanecer"

- "Houshi-sama…" – dijo Sango ruborizándose al oír eso para luego abrazarlo. Miroku finalmente controló sus impulsos pervertidos y sólo correspondió a su abrazo.

- "Bueno, hasta que al fin no lo arruina" – le comentó Gerardo a su hermana.

- "¡Sí! Tenía que aprender en algún momento, ¿eh?" – dijo ella girando sus ojos hacia arriba.

- "Y me imagino que a Miroku le pusieron el nombre del Buda del futuro porque tenía un gran pdoer espiritual desde que nació" – dijo Gerardo con un tono de respeto en su voz.

- "Sí, algo así" – admitió Miroku con cierto orgullo. Luego cerró los ojos humildemente – "Sin embargo, he de admitir que estoy aún muy lejos de alcanzar ese nivel" –

- "En especial porque ni siquiera ha podido terminar de liberarse de sus ataduras terrenales" – dijo Shippou mientras miraba a Miroku malévolamente.

- "Shippou, por favor no hables cuando no piden tu opinión" – le dijo Miroku sentándose recto y cerrando los ojos con furia.

- "Aunque el nombre de Shippou es el que más me extraña…" – dijo Miko mientras lo miraba con la cabeza ladeada – "¿Siete Tesoros?" –

- "Sí, aunque casi todo el mundo lo confunde con 'cola' " – dijo Shippou cruzándose de brazos y retorciendo su rostro en una mueca de enojo – "Realmente no sé en qué pensaban mis padres cuando me lo pusieron" –

Los demás se rieron al ver su cara de irritación y simplemente continuaron su vuelo hasta que llegaron a la aldea. Cuando llegaron, fueron directo a la cabaña de Kaede para comprobar como estaba ella, ya que no sabían que tan bien le habría sentado el cambio de edades.

- "¡Hola, Kaede-obaasan!" – le dijo Kagome mientras entraban a la cabaña - ¿Cómo has estado desde la última vez que vinimos?

- "Buenos tardes a todos" – dijo Kaede mientras les saludaba con la mano. Había vuelto a ser una anciana y a llevar puesto su atuendo de sacerdotisa, aunque ahora tenía ambos ojos intactos – "He de decir que ha sido molesto acostumbrarme de nuevo a la vejez, pero no hay mucho que se pueda hacer al respecto" –

- "¿Eso incluye el que vuelvas a tener ambos ojos?" – preguntó Inuyasha con voz burlona y apretando sus colmillos en una mueca a juego.

- "¿De qué hablas, Inuyasha?" – preguntó Kaede pestañeando – "Siempre he tenido mis ojos en su lugar" –

- ¿¡Queeé!?" – gritaron todos a la vez.

- "Vamos, ¿qué les sucede a todos ustedes el día de hoy?" – preguntó Kaede en tono divertido – "No me digan que lucharon contra un youkai que usaba ilusiones o algo similar" –

- "Hmm… es cierto, debe ser que nos golpeamos en la cabeza o algo, Kaede-sama" – dijo Miroku mientras reía nerviosamente. Los demás lo miraron con extrañeza, pero cuando notaron la mirada de soslayo que les lanzaba, decidieron que era mejor que se mantuvieran callados.

- "Bueno, dejando eso de lado…" – dijo Gerardo para cambiar el tema de la conversación – "¿No ha habido noticias de más sucesos extraños, o de luces negras apareciendo en la zona?" –

- "Me temo que no," – suspiró Kaede con un dejo de amargura en su voz mientras negaba con la cabeza – "No he recibido noticias de sucesos extraños en los alrededores y tampoco he visto señales de Naraku o de Tenebross…" –

- "Ya veo…" – dijo Miko con un toque de decepción bastante evidente en su voz.

- "Por cierto, Miko, ¿se han encontrado bien?" – le preguntó Kaede mientras la miraba con preocupación – "Me he preocupado mucho por ti y por Yasha desde que me contaron lo que sucedió cuando se separaron por primera vez" –

- "Sí, ¡hemos estado bien!" – respondió Yasha asintiendo la cabeza mientras reía y daba saltos – "Sin embargo, sería bueno que Inuyasha-nii y Kagome-nee se comportasen algo mejor… ¡tal vez deberíamos sellarles la memoria por un par de días a ver si con eso mejoran!" –

- "¿¡Cómo!?" – dijo Inuyasha tratando de darle un golpe a su forma más joven en la cabeza. Sin embargo, como Yasha aún seguía en su forma espectral, lo único que consiguió fue atravesarlo y caer de lado al piso – "¡Demonios!" –

- "¡Eso es lo que te ganas por ser tan agresivo!" – le recriminó Kagome. Miko y los demás solo se rieron al ver esto.

- "Bueno, ¿les parece bien si les muestro algo?" – preguntó Gabriela con una gran sonrisa en su rostro.

- "¿De qué se trata?" – preguntó Kagome quitando su atención de Inuyasha.

- "Bueno, es que he estado revisando mi Dragtemn mucho desde hace unos días," – dijo ella mientras presionaba una combinación de botones en él – "¡Y esta mañana encontré esto!" –

Cuando terminó, apareció frente a ella el holograma de un cristal, el cual se transparentó para luego volver a solidificarse parcialmente. Poco después, apareció un porcentaje al lado: 85%.

- "Un segundo… ¿es eso lo que creo que es?" – preguntó Gerardo viendo el holograma con los ojos del tamaño de platos de sopa, mientras los demás, exceptuando por Kagome y Miko veían la imagen con una expresión de desconcierto.

- "Sí, así es" – confirmó Gabriela alegremente – "Esto nos permite saber cuánto del Cristal de Sombras tenemos en nuestro poder actualmente" –

- "En otras palabras, ¡realmente estamos cerca de terminar nuestra búsqueda!" – dijo Miko dando palmadas con sus manos y sonriendo.

- "¡Sí!" - dijo Kagome para luego voltearse a los demás – "¡Esto significa que ya casi tenemos todo el cristal!" –

- "En ese caso, los fragmentos que nos faltan deben ser los que están en manos de esos cretinos" – gruñó Inuyasha.

- "O mejor dicho, el demonio elemental de Luz tiene uno," – lo corrigió Yasha alzando un dedo mientras sonreía con ojos cerrados – "Mientras el Dúo Bastardico tiene los otros" –

Los demás se rieron al escuchar el nombre que les había dado a Naraku y Tenebross.

- "En ese caso, deberíamos buscarlos a ellos para derrotarlos y obtener los fragmentos" – dijo Kagome dando una palmada.

- "Sin embargo, dudo mucho que sea tan fácil hacerlos salir de su escondrijo" – intervino Sango mientras cerraba sus ojos – "Son más escurridizos que las ratas" –

- "Bueno, ya que por ahora no tenemos ningún destino en mente, tenía pensado pedirles algo" – dijo Gerardo poniéndose en pie – "¿Podemos ir al sitio donde encontraron el Agua del Reinicio?" –

- "¿El Agua del Reinicio?" – repitió Shippou sin entender a qué se refería.

- "Si, a los manantiales donde consiguieron ambos tipos de agua" – explicó Gerardo – "Recuerden que ese es el nombre que le daban los Dioses Dragón y las inscripciones que vimos en la cueva de los medallones" –

- "Ahora que recuerdo, también habían inscripciones talladas sobre ellos" – recordó Sango – "¿Crees que también estén escritas en dragoniano?" –

- "Eso es lo que estoy pensando, de hecho" – confirmó Gerardo mientras asentía con la cabeza. Luego entrecerró los ojos ligeramente – "Además, hay algo que quiero confirmar" –

- "¿Con eso te refieres a que Naraku también podría haber estado usando el agua para sus artimañas?" – preguntó Miroku, presintiendo lo que él iba a decir.

- "Muy perceptivo, Miroku" – dijo Gerardo con una sonrisa. Sin embargo, su semblante se volvió serio de nuevo al instante siguiente – "Precisamente, eso es lo que quiero verificar. Desde que le puso esas maldiciones a Kagome y a la aldea, he estado pensando que tal vez él ha estado extrayendo y contaminando esa agua…" –

- "Hablando de un ser asqueroso…" – dijo Miko con la cara llena de asco – "Estoy segura de que esa agua tiene un significado especial; y él está usándola para sus horribles trampas…" –

- "En ese caso será mejor que nos demos prisa y vayamos a revisar" – dijo Yasha – "Nii-san, ¿vamos?" –

- "Sí, no tenemos ninguna otra pista" – dijo Inuyasha a regañadientes al ver que realmente no tenían otra salida – "Además, cuanto antes encontremos y hagamos trizas a esos imbéciles mejor" –

Así que se levantaron, se despidieron de Kaede y partieron de vuelta al enigmático valle en el que se encontraba la cueva de los manantiales. Sin embargo, cuando ya se habían alejado lo bastante de la aldea para que nadie pudiera oírlos…

- "Miroku, ¿por qué nos hiciste quedar como tontos frente a Kaede?" – preguntó Inuyasha visiblemente molesto.

- "No me digan que aún no habían atado cabos" – dijo Miroku mientras dejaba de caminar y se giraba para mirarlos con seriedad – "¿Recuerdan lo que pasó durante la Compresión del Tiempo?" –

Los demás empezaron a recordar lo que pasó en ese momento y entonces recordaron el día de la invasión de la aldea…

- "¡Ah!" – saltó Miko de repente – "Ahora que recuerdo, ¿Kaede no había quedado atrapada en una explosión en ese momento?" –

- "Sí, o al menos así debió de haber sido" – dijo Gerardo mirando al suelo con el entrecejo fruncido, mientras recordaba lo que había pasado entonces – "¡Ah, y entonces yo me interpuse e involuntariamente invoqué una barrera para protegerla!" –

- "Eso es," – dijo Miroku mientras veía como los demás empezaban a entender lo que había sucedido – "Como cambiamos el pasado, Kaede nunca perdió su ojo derecho, que es por lo que estaba tan confundida cuando Inuyasha preguntó sobre eso" –

- "Aunque ella había recuperado su ojo después de que le afectó la maldición de Naraku…" – dijo Yasha mientras pensaba en el asunto con cuidado.

- "Si, pero como nunca perdió el ojo debido a lo que hicimos, para ella fue como siempre lo hubiese tenido en primer lugar" – dijo Kagome mientras miraba con cierta confusión hacia el cielo. Se tocó el rostro con el dedo índice – "Realmente estas cosas del viaje en el tiempo son confusas…" –

- "Y demos gracias a que no ocasionamos nada que anulara nuestra presencia aquí…" – dijo Gerardo mientras suspiraba – "Tomando en cuenta el período en el que caímos, pudimos haber causado desastres mucho mayores" –

- "Aun así, tenemos que seguir adelante y terminar con esto de una vez por todas" – dijo Sango, la cual ya se había cambiado a su traje de batalla antes de que hubiesen salido de la aldea.

- "Y hablando de eso," – dijo Gerardo con los brazos cruzados mientras continuaban su camino – "Recuérdenme hacer pedazos cierto espejo si nos encontramos con ese dueto de pestes de nuevo" –

Mientras tanto…

Naraku intentó darle un puñetazo a Kanna luego de que Gerardo dijo eso último, pero falló por unos centímetros.

- "Esas molestias…" – resopló él – "Me resulta absurdo pensar que se nos hayan adelantado tanto recolectando esos fragmentos, ¡y que además hayan escapado de todas las trampas que les hemos puesto hasta ahora!" –

- "Eso mismo digo" – dijo Tenebross cerrando sus malignos ojos rojos – "Sin embargo, el total que mostró esa mocosa no tiene todos los Fragmentos de Sombras registrados, ya que hay varios que no están esparcidos en este mundo, sino en Dragonia…" –

- "Pero no puedes regresar allá todavía, ¿cierto?" – se burló Naraku.

- "No, pero ese grupo de idiotas ya ha agotado mi paciencia, así que es hora de usar mi máxima trampa contra ellos" – le respondió Tenebross mientras hacía aparecer un pequeño espejo circular negro a su lado. Era idéntico al que contenía su alma.

- "¿Y para que es este espejo?" – dijo Naraku mientras lo veía con sospecha – "¿Me vas a decir que sirve para arrancar almas como lo hace el de Kanna?" –

- "Para nada," – rió Tenebross malignamente – "Este espejo es conocido como el Espejo de las Tinieblas; y una vez que absorbe a alguien, los encierra en sus peores pesadillas y temores eternamente, sin posibilidad alguna de escape" –

- "Hmph, no suena nada diferente a mi Ilusión de la Muerte" – dijo Naraku con un aire de superioridad bastante molesto.

- "Heh, tu Ilusión de la Muerte no es más que un juego de niños comparado con lo que este espejo puede hacer," – dijo mientras lo hacía flotar hacia las manos de Naraku – "Así que hazme un favor y dile a tu sierva Kagura que lo coloque en un sitio donde esos idiotas lo encuentren fácilmente. Estoy seguro de que esto acabará con ellos" –

- "Ya veremos que tal resulta este plan," – rió Naraku mientras llamaba a Kagura ante él – "Ahora ve y pon este espejo en un sitio donde ellos lo sientan. Así vendrán como mariposas a la luz" –

Kagura solo asintió con una expresión neutra y se fue volando en su pluma mientras maldecía a ambos villanos en silencio. Sin embargo, no se dio cuenta que una esfera de luz blanca la seguía…

- "Imposible… No puede ser… ¿Acaso Lord Tenebross realmente planea usar eso...?" –

Inuyasha y los demás habían llegado al valle donde se encontraba la cueva: el lugar no había sufrido cambio alguno desde la última vez que lo habían visitado; y dejando de lado el hecho de que ya no había ningún youkai o demonio en la zona, como Goukira, la gigantesca tortuga demoníaca que protegía la cueva originalmente o Naraku y su séquito, estaba exactamente igual que antes.

- "Hmm, bueno, este valle no parece tener nada particular en él" – dijo Gerardo mientras veía los alrededores con una mirada de decepción.

- "Sí. Es que lo único interesante en realidad es la cueva," – le sonrió Sango mientras continuaban caminando hacia ella – "Espera un poco más" –

Gerardo solo asintió y siguió a los demás hasta la entrada. Una vez dentro, tanto él como su hermana se sorprendieron al ver como los muros de piedra de la cueva destellaban en un hermoso color azul. Al poco rato, vieron las pilas de piedra que contenían el agua que salía de ambos manantiales: rosa y azul.

Sin embargo, la pila de agua rosa tenía una extraña raíz saliendo de ella, la cual al seguirla notaron que llegaba hasta el valle y se perdía entre los árboles que llegaban al borde del bosque.

- "Parece que tus sospechas eran correctas, Gerardo-kun" – dijo Kagome mientras veía la raíz: más que una parte de un árbol, parecía ser más bien una manguera que succionaba el agua del manantial – "Esto debe ser obra de Naraku" –

- "Keh, ¡entonces acabemos con este problema de raíz!" – dijo Inuyasha mientras sacaba a Tessaiga – "Ahora, ¡todos cúbranse con algo!" –

Todos los demás se pusieron tras una pared de roca cercana mientras Inuyasha levantaba a Tessaiga y la usaba para cortar la raíz, para luego salir corriendo hacia donde estaban los demás. El sitio donde la cortó empezó a esparcir un agua rojiza por todo el suelo de la cueva, la cual afortunadamente no llegó hasta ellos gracias al sitio en el que estaban a cubierto. Cuando dejó de soltar agua, la raíz se marchitó y se hizo polvo mientras el agua roja se evaporaba.

- "Bueno, con eso Naraku ya no podrá usar más el Agua del Reinicio para sus maldiciones" – dijo Miroku con decisión para luego voltearse a ver a Gerardo – "Ahora, Gerardo-kun, si puedes hacernos los honores" –

- "Con gusto," – sonrió Gerardo mientras caminaba hacia el lugar en el que los glifos estaban tallados y comenzaba a examinarlos – "Si, en efecto es Dragoniano Ceremonial. Permítanme un momento para traducirlo, que es un poco largo" –

A continuación, empezó a recitar todo lo que estaba escrito allí:

- "Lyacchi Lisf Iadlast Dea Viadfafse, Nakei Omsela CebaliKa Byoleka Zimelle Iadlast Il Yut, Fyer Phior Cazel Likarom Agatunecla Phaph ZuekliZil. Fils CiaZil ShiyutNal Zuekle, Cia Agatu Viadfafse Cia Biousakatse Nicaelsi Zia Ical, Fyer Simalea Kiabze CiaAael DiracalZa Lyacchi Iadlast Phaph Ytuigh CiaAael Fis Estael Ical Oli Waspiarl CiaAael Demorie Yut, Phaph Kiabze CiaAael Yiules Zilnak Oli Kiabze CiaAael Sorlee Jiale Ical Phaph Shefi CiaAael Ical. FisAael Wudia DiracalKa Lyacchi Iadlast RefalerRa Altia Coulze, Fyer Il CiaAael Altia CoulbaRa 2 Sodia: 1 Zubloe Myallade Demorie Oli Alidlac, Fyer Yall NidlispZa, Ual Kalia Clyezet Yiules Yastolia, Oli Clyezet Shiude Sodia. Ei Atiang Ytuigh Shillea Demorie CiaAael, Yiules Altia Sodia XaNal Feletei FisAael Demorie Wudia Nidlisp Sodia Zubloe Zhoi, Oli Yilnecl Alidlac. Si, IzelleKa Dorkale Il, Lisf MaltialAael EathRa Shillea 2 Altia Sodia, Si PhiorNal Cazel Yall Lisfelt SilarZil Dea Mimapalia Yut…" -

- "Esto se traduce como: Esta es el Agua del Reinicio, compuesta de un mineral conocido como Byoleka disuelto en agua, la cual solo debe usarse como pena capital para los criminales. Cuando una persona comete un pecado imperdonable, es condenado a reiniciar su vida desde la infancia; lo cual es hecho a través de darles un bebedizo de esta agua para regresarlos a esa etapa y borrarles sus memorias; para luego darles una nueva identidad y que una familia adoptiva se haga cargo de ellos. Aquellos que han bebido de esta agua sufrirán una división de almas en la cual sus almas se dividirán en dos partes: una que conservará sus memorias y personalidad totalmente, la cual será puesta a dormir para siempre, mientras que la otra será una tabla en blanco que se convertirá en la parte dominante. Si se intenta regresarle la memoria a cualquiera que haya bebido esta agua, la parte del alma que está en blanco no podrá asociar esas memorias con los recuerdos almacenados por la parte que quedó dormida; y por eso perderá la razón. Sin embargo, escondidos en otro sitio, se encuentran medallones que sirven para unir de nuevo ambas partes del alma; pero no deben ser nunca usados excepto por los elegidos por la Profecía…" -

- "En cambio, este otro dice: Lyacchi Lisf Iadlast Dea Nyarrclye, Nakei Omsela CebaliKa Naselleka Zimelle Iadlast Il Yut, Fyer Phior Cazel Phaph Nulaph Iadlast Dea Viadfafse. Nyarr Il, NyulZil Diracal Lyacchi Iadlakar Zia, Lisfelt FisAael Wudia Yafalia DiracalKa Dea Iadlast Dea Viadfafse, Oli NulaphNal Altia Coulze RefalerKa Fis Iadlast Yut Ical. Lo cual se traduce como: Esta es el Agua de la Normalización, compuesta de un mineral conocido como Naselleka disuelto en agua, la cual se usa para anular los efectos del Agua del Reinicio. Normalmente no se le permite a nadie beber de este manantial, exceptuando aquellos que hayan bebido del Agua del Reinicio por accidente; y no anula la separación de almas que dicha agua ocasiona" – dijo Gerardo mientras suspiraba y luego inspiraba profundamente para recuperarse de su largo recital – "Bueno, no hay mucho que decir, es una especie de manual de uso para ambos tipos de agua" –

- "Hmm, aunque es interesante ver el método que tienen para tratar a los criminales en Dragonia" – dijo Miroku con una mano en la barbilla mientras miraba los manantiales – "En cierto modo, puede que sea más beneficioso para la sociedad evitar que vayan a prisión y en su lugar, les hagan reiniciar sus vidas para evitar que caigan en los mismos vicios y fallos que los hicieron malvados la primera vez" –

- "Aunque también es un poco extraño" – dijo Sango con seriedad – "Después de todo, lo tratan del mismo modo que si fuese una ejecución…" –

- "No es de extrañar, Sango-chan" – dijo Kagome mientras contemplaba con interés los glifos Dragonianos que Gerardo les acababa de traducir – "Después de todo, cuando me 'volví' Miko, ustedes tuvieron que tratarnos como si fuesemos personas completamente nuevas" –

- "Hehe, ¡es una forma extraña de nacer, ahora que lo pienso bien!" – se rió Miko sobre ella.

- "Aunque lo realmente extraño es hallar esas cosas en este sitio," – dijo Inuyasha de brazos cruzados – "¿Cómo es que todo eso llego desde otro mundo al nuestro?" –

- "Creo que la respuesta a esa pregunta es la misma que a cómo llegamos nosotros…" – le respondió Gabriela mientras se quedaba mirando a los manantiales y su suave resplandor – "Pero igual es extraño… nosotros fuimos llamados aquí; mientras que los medallones, manantiales y demás… ¿Será una coincidencia?" –

- "Lo dudo… como dicen, en ningún mundo existen las coincidencias. Lo que existe es la causalidad" – dijo Gerardo – "Y a decir verdad, estoy empezando a pensar que Tenebross es la causa real de todo esto…" –

- "Y además al final menciona algo de una profecía…" – dijo Kagome mirando de nuevo los glifos a pesar de no poder leerlos – "¿Creen que en Dragonia había algún relato o leyenda sobre unos héroes que necesitarían los medallones?" –

- "Es una posibilidad" – asintió Gerardo mientras cruzaba sus brazos y cerraba sus ojos – "Sin embargo, como no tenemos acceso a nada del material histórico y folclórico de Dragonia, no hay forma de saberlo…" -

- "De cualquier modo, no averiguaremos nada si nos quedamos aquí pensando" – les dijo Yasha mostrando la misma expresión seria de su yo adulto y cruzándose de brazos – "Deberíamos regresar a la aldea y hacer otro plan por ahora" –

No hubo ninguna objeción ante esa sugerencia, así que empezaron a deshacer el camino andado. Sin embargo, cuando estaban llegando a la salida del valle, Inuyasha se detuvo repentinamente, olfateó los alrededores y empezó a gruñirle al cielo…

- "¡Es el olor de Naraku!" – gritó.

- "¿¡Qué!?¡Pero si esa gallina nunca se digna de aparecer para pelear!" – dijo Yasha sorprendido.

- "¿Estás seguro de que es él?" – le preguntó Kagome con preocupación mientras los demás miraban a su alrededor con aprensión.

- "No, no es él, pero ahora que detecto bien el olor… ¡Es Kagura!" – dijo mientras comenzaba a correr para seguir el rastro. Los demás vieron a Kagura volando a pocos metros por encima de ellos, la cual se quedó unos instantes inmóvil para luego irse volando.

- "¡Espera! ¡Podría ser una trampa!" – le gritó Sango. Inuyasha no le hizo caso, de modo que los demás tuvieron que seguirlo. Después de unos minutos, llegaron hasta un viejo templo en ruinas. Entraron con precaución por si había alguna trampa puesta por allí, pero no encontraron nada ni a nadie. Sin embargo, había un espejo negro colocado al fondo de la estancia, el cual soltaba un inquietante resplandor oscuro.

- "¿Qué será eso?" – preguntó Gabriela mientras retrocedía ligeramente y lo miraba con aprensión.

- "No lo sé, pero se parece mucho al espejo en el que está sellado Tenebross…" – dijo Miroku entrecerrando los ojos.

- "Esto me está dando un muy mal presentimiento…" – dijo Miko mientras ponía sus manos sobre su boca y miraba la oscuridad que se arremolinaba en la superficie del espejo. Un momento después de que ella se volteó, apareció un reflejo de Kagome sobre él.

- "¿Qué? ¿Qué hace un reflejo de Kagome ahí?" – preguntó Gerardo retrociendo con los ojos abiertos de par en par, pero el reflejo se desvaneció al instante siguiente. Kagome se acercó al espejo a ver, pero luego se volteó a mirar a Gerardo con una mirada de desconcierto.

- "¿Estás seguro de que había un reflejo mío en él? Yo solo veo un remolino de oscuridad…" – dijo Kagome con una ceja alzada.

- "Claro que estoy seguro, ¿si no por qué…?" – comenzó Gerardo con una cara de molestia ante su incredulidad, pero no pudo concluir la respuesta porque el reflejo había vuelto a aparecer detrás de Kagome; y eso no fue todo: el reflejo tenía los ojos completamente en blanco y miraba a su original con una sonrisa maquiavélica – "¡Kagome, cuidado!" –

- ¿¡Qué!?" – dijo Kagome mientras se volteaba de nuevo y los demás corrían hacia ella al escuchar el grito de advertencia de Gerardo, pero no sirvió de nada: el reflejo maligno salió del espejo, atrapó a Kagome por la cintura y empezó a halarla hacia el interior – "¡No!" –

En ese momento, la aguja de su Medallón del Vínculo giró por sí sola hacia la posición de Separación, regresándola a ella a su forma de niña y dándole a Miko forma física. Ella y los demás tomaron a Kagome de las manos y la halaron para intentar evitar que el reflejo maligno se llevase a Kagome hacia el interior del espejo, pero no sirvió de nada: finalmente la sombra o lo que fuese haló con tanta fuerza que los hizo soltar las manos de Kagome y la succionó en las sombras que se arremolinaban dentro. Miko y los demás cayeron con fuerza al suelo por la inercia.

- "¡No, Onee-san!" – gritó Miko mientras se levantaba, corría hacia el espejo y lo golpeaba con sus manos – "¡Devuélvemela, devuélveme a onee-san!" –

- "¡Saca a Kagome, pedazo de basura!" – le gritó Inuyasha mientras también lo golpeaba.

- "¡Miko, tranquilízate!" – le dijo Gerardo mientras ponía sus manos alrededor de los hombros de Miko a la vez que Sango iba y apartaba a Inuyasha del espejo para evitar que terminase rompiéndolo – "¡Solo debemos hallar una forma de sacarla de allí!" –

- "Pero… pero…" – dijo Miko viéndose triste. Parecía que había sentido algo sobre el espejo que no podía explicar con palabras y eso la estaba dejando al borde del llanto – "Estoy teniendo una sensación horrible… como si algo espantoso nos estuviese esperando en ese espejo…" –

- "¡Sea lo que sea, lo enfrentaremos!" – le dijo Gabriela guiñándole un ojo – "¡Solo debemos ser fuertes!" –

- "¡Vamos de una vez!" – les gritó Inuyasha: ver a Miko así le provocaba lo mismo que ver llorar a Kagome. Además, no podían perder más tiempo, ya que quién sabe qué le podría estar pasando a Kagome mientras estaba allí dentro… - "¡Solo entremos a ese espejo y busquémosla!" –

- "Muy bien, intentaré algo para abrirnos un camino" – dijo Miroku mientras sacaba un par de ofudas y se las lanzaba al espejo. Instantáneamente, el espejo reaccionó a ellas y abrió un vórtice de color negro y púrpura en frente de sí mismo.

- "Bueno, ya podemos entrar" – dijo Sango mientras desenfundaba su wakizashi y Gerardo y Gabriela invocaban sus armaduras – "Pero vayamos juntos y no nos separemos, ya que no sabemos que nos podría estar esperando en medio de esas sombras…" -

- "Entonces yo me quedaré aquí…" – empezó a decir Shippou mientras reía nerviosamente, pero en ese momento, Yasha salió por sí mismo del mismo modo que lo había hecho Miko hacía un momento y lo tomó por la cola.

- "¡Nada de eso! ¡Tú vendrás también con nosotros!" – dijo Yasha molesto.

- "Hehe, sí que soy valiente…" – dijo Shippou mientras se aguantaba las lágrimas de miedo. Inuyasha sólo suspiró con irritación ante la idea de tener que entrar a ese lugar con su edad reducida.

Así que todos saltaron hacia el vórtice y cayeron a través de un largo túnel negro. Sin embargo, cuando tocaron lo que parecía ser suelo sólido de nuevo, notaron que los demás no estaban… habían sido separados de los demás… Y estaban ahora completamente solos…

- "Y ahora también nos separaron…" – dijo Gerardo apretando los dientes con amargura mientras veía la negrura que estaba a su alrededor. Trató de usar las funciones de comunicador y radar de su Dragtemn para ubicar a los demás, pero no sirvió de nada, ya que ambas funciones le soltaron errores de comunicación y ubicación – "Maldita sea… Por lo visto caímos redondos en una trampa…" –

En ese momento su hermana, Gabriela, apareció ante él.

- "¡Gerar!" – le gritó en cuanto lo vio – "¡Estaba tan preocupada por ti!" –

- "Gaby, ¿en verdad eres tú?" – le dijo Gerardo con sospecha.

- "¡Sí, soy yo! Pero pareces estar muy agotado, ¿quieres que te cure?" – le preguntó Gabriela con dulzura mientras sonreía.

- "Gracias, pero estaré bien. No estoy herido, y puedo usar my Healing Water si llego a lastimarme. No tienes que desperdiciar tu Healing Light en mí" – le respondió Gerardo en un tono en parte aliviado, en parte entretenido mientras le dedicaba una sonrisa.

- "No… está bien…" – le dijo Gabriela mientras su mirada se volvía extrañamente apagada – "Toma... Bebe de mí y recupera tus fuerzas…" –

Y al momento siguiente se disolvió en agua, conservando una expresión de una triste sonrisa en su rostro, hasta que incluso eso se disolvió y de ella solo quedo una charca de agua cristalina…

- "No… no… no puede ser… ¡GABRIELA!" – gritó Gerardo mientras trataba de tomar esa agua entre sus dedos y derramaba sus lágrimas sobre ella.

Un momento más tarde se aparecieron sus padres, ambos con una expresión dulce y bondadosa en sus rostros.

- "Papá, mamá… Gabriela, ella… ella está…" – dijo mientras veía sus manos, las cuales estaban todavía empapadas con el agua en la que se había disuelto su hermana.

- "Lo sabemos hijo; y por eso hemos venido" – le dijo su madre amablemente – "Hemos venido a ayudarte ahora" –

- "Así es, parece que tienes mucho frío" – le dijo su padre – "Ahora te calentaremos" –

- "¿Esperen, que van a…?" – dijo Gerardo mientras los veía con horror.

En ese momento, un gran rayo púrpura cayó sobre ellos y los incineró hasta que no quedaron siquiera cenizas. Sólo quedo uno de los brazos de su madre, el cual empezó a arder y desapareció entre las llamas al poco tiempo…

- "No... ¿por qué está pasando esto...?" -dijo Gerardo espantado. Luego escuchó un sonido horrible a sus espaldas, como si alguien estuviese siendo torturado, y cuando se giró, fue testigo de una escena espantosa: frente a él estaban todos sus amigos y familiares, muertos… Tendidos sobre una charca de su propia sangre, con los ojos abiertos y vacíos; con hilos de sangre saliendo de cada orificio de sus cuerpos y cayendo por sus manos y rostros…

- "No… por favor… basta… no quiero ver más... no… ¡NO!" – gritó Gerardo destrozado entre el horror y la tristeza.

Por otra parte, Miko estaba vagando asustada en otra parte de ese extraño espacio; y de repente, vio a Kagome de vuelta a su edad normal…

- "¿Onee-san?" – preguntó Miko mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, y empezó a correr hacia ella – "¡Onee-san!" –

- "¡Vaya, miren quién es!" – dijo Kagome en un tono sarcástico – "¡Miko-chan, así que estabas por aquí!" –

- ¡Onee-san, de prisa!" – dijo Miko mientras su cara se volvía seria. Corrió hacia a ella y extendió su mano hacia Kagome – "¡Tenemos que encontrar a los demás y salir de este lugar!" –

Pero en cuanto tocó la mano de Kagome, ella apartó las manos de Miko con los mismos movimientos que habría hecho para darle una bofetada. Entonces, parte de su rostro se ensombreció, de modo que ya no podía verle los ojos...

- "¿Yo, ir contigo?" – se rió Kagome – "Por favor no me hagas reír… ¿Una sucia mocosa campesina de la Era Sengoku como tú? ¿Y que ni siquiera existe en realidad, ya que eres un trozo de mi alma que algún día reabsorberé?" –

- "Onee-san… ¿Cómo… cómo puedes decir eso…?" – le preguntó Miko mientras sus ojos se ensanchaban y su boca quedaba abierta en una expresión entristecida.

- "¡Pero si esa es la realidad!" – se burló de ella Kagome – "¿O acaso el 'nacer' en esa época atrasada también te hizo una retrasada mental, ya que no puedes comprender nada de lo que te digo? ¡Además, pregúntale a MI familia si quieres! ¡Ellos tampoco quieren tenerte por aquí!"

- "¿¡Qué!?" – gritó Miko mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos – "Pero si ellos… ellos…" –

- "¡Todo eso fue solo mera cortesía!" – dijo Kagome mientras se reía malignamente de ella, para luego voltearse a mirar detrás de ella – "Vaya, mira, ¡si justo vinieron a decirte lo que piensan de ti!" –

En ese momento aparecieron Souta, la Sra. Higurashi y el abuelo; todos con el mismo rostro ensombrecido de Kagome.

- "Yo jamás querría tener una hija como tú" – le dijo la Sra. Higurashi con un tono de voz despectivo – "Tan sucia, andrajosa y tonta; y además, sólo serías otra carga para nuestra deteriorada familia…" –

Miko se sintió algo extraña entonces, y al intentar revisarse, notó que el kosode que Kaede le había dado y del que ella había cuidado con tanto esmero estaba cubierto de tierra, rasgado en algunos sitios y parchado en otros, lo cual sólo la hizo sentir peor. Sus zouri y tabi también habían desaparecido.

- "No eres mejor que los demonios que exorcizo todos los días, niñita" – le dijo el abuelo mientras mostraba todos los dientes en una sonrisa horrible – "Hubiese sido mejor que te hubiese exorcizado aquel día que viniste a nuestra casa por primera vez…" –

- "Jamás desearía tener una hermana como tú" – le dijo Souta riendo entre dientes – "Serías una molestia; y preferiría tener tarea extra antes que tener que cuidar de ti…" –

Miko cayó de rodillas al piso y empezó a llorar incontrolablemente…

- "No… después de todo lo que me habían dicho… ¿todas esas palabras cálidas y amables fueron mentiras?" – sollozó Miko mientras alzaba la cabeza para mirar a su familia, los cuales solo se burlaban y reían de ella.

- "¡ESTA es la realidad, tonta!" – se rió Kagome de ella estruendosamente – "¡Jamás hemos querido que formases parte de nuestra familia; y jamás lo querremos!" –

- "No… ¡NO!" – gritó Miko mientras tomaba su cabeza con sus manos y empezaba sacudirla...

Miroku estaba caminando por otro pasadizo oscuro; cuando frente a él, vio una escena conocida…

- "¡Padre!" – gritó la voz de un niño frente a él.

- 'Esa voz… no puede ser… ¡es imposible!' – pensó para sus adentros mientras corría hacia el sitio de dónde provenía la voz.

Una vez allí, se vio a sí mismo de niño, junto a su maestro, el monje Mushin; y al lado de ellos, lo que parecía ser un violento tornado negro.

- "¡Miroku, quédate atrás! ¡No te acerques!" – le gritó Mushin mientras intentaba manterlo apartado del tornado.

- "Pero… ¡mi padre va…!" – gritó el joven Miroku mientras miraba hacia el tornado con los ojos llenos de lágrimas.

- "No podemos hacer nada por él… ya es muy tarde…" – dijo Mushin con profundo pesar, mientras cerraba los ojos. Al siguiente instante, la escena se desvaneció y Miroku se encontró rodeado de nuevo por una inexpugnable oscuridad.

- "Una escena de mi pasado…" – se dijo a sí mismo algo asustado para luego mirar de nuevo al sitio en el que esa reproducción de su pasado había aparecido y desaparecido – "¿Qué significará esto?" –

- "Houshi-sama…" – dijo de repente la voz de Sango – "Lo he estado buscando por todas partes…" –

- "¿¡Sango!?" – dijo Miroku sorprendido mientras se volteaba a verla – "¡Por fin te encuentro! ¡Démonos prisa, debemos hallar a los demás y salir de aquí!" –

- "Houshi-sama, eso puede esperar" – le dijo Sango mientras lo abrazaba – "Hasta ahora no le he expresado mi afecto de la forma apropiada…" –

- "Sango, ¿qué vas a hacer?" – dijo Miroku nerviosamente, pero entonces, sintió una fuerte corriente de aire a su lado – "Imposible… ¿¡acaso esto es…!?" –

- "¿Houshi-sama? ¿Sucede algo?" – le preguntó Sango, pero entonces Miroku la apartó de su lado de un empujón.

- "¡Sango! ¡Huye!" – le gritó mientras se alejaba corriendo de ella – "¡No debes acercarte a mí!" –

En ese momento vio que además de Sango, sus demás amigos se acercaban corriendo a él. Trató de alejarse de ellos, pero no pudo continuar porque de repente, las cuentas de rosario que rodeaban a su mano maldita explotaron y la misma empezó a absorber aire con bastante fuerza. Los demás estaban rodeándolo con caras de preocupación en ese momento…

- "¡No, por favor! ¡Aléjense! ¡Váyanse, no quiero que mueran también! ¡NO!" – dijo mientras sentía como él mismo era succionado. Su visión se oscureció totalmente entonces…

En otro lugar, Yasha estaba corriendo solo, tratando de hallar en vano algún rastro de los demás.

- "¡Rayos! ¿Dónde pudieron haberse metido?" – gruñó con un tono que estaba a medio camino entre el miedo y la exasperación – "Ni siquiera puedo hallar a Inuyasha-nii…" –

En ese momento, sus sentidos captaron un aroma conocido y la figura a la que le pertenecía apareció frente a él…

- "¿Huh? ¿Quién será?" – dijo mientras iba corriendo hacia la figura – "¿¡Kagome-nee!?" –

Sin embargo, se quedó boquiabierto cuando contempló a la figura de cerca: era una hermosa mujer de largo cabello negro, que vestía un magnífico y elegante juuni hitotoe. Era Izayoi, la madre de Inuyasha…

- "Hola, querido hijo" – lo saludó Izayoi – "¿Has pasado un buen día?" –

- "¿Ma… mamá?" – se preguntó mientras las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos – "No puede ser… pero si tú… tú…" –

- "Inuyasha, cálmate. Ahora estoy a tu lado…" – le dijo Izayoi mientras le daba un afectuoso abrazo.

- "Mamá, quisiera estar contigo para siempre… pero debo buscar a mis amigos…" – dijo mientras se separaba de ella y se secaba las lágrimas – "Y además, mi nombre es Yasha…" –

- "No seas tonto, hijo mío" – le dijo Izayoi entre risas – "Siempre estarás bien mientras estés a mi lado. Ahora, vayamos a casa" –

Sin embargo, cuando Yasha tomó su mano, su madre tosió sangre y cayó desvanecida al piso.

- "¡Mamá!" – gritó mientras corrió a revisarla. En ese momento, su olfato detectó que algo estaba mal; y en efecto, al poner sus dedos sobre su muñeca, notó que no tenía pulso y tampoco pudo escuchar los latidos de su corazón cuando apoyó una de sus orejas sobre su pecho – "¡No, mamá! ¡No de nuevo! ¡Por favor, no me dejes otra vez!" –

Empezó a llorar desconsoladamente, hasta que el cuerpo de su madre se desvaneció y sus amigos aparecieron a su alrededor.

- "Cierra la boca, molestia" – gruñó malignamente Inuyasha desde detrás de él – "Mamá está muerta; y no hay nada que puedas hacer para arreglar eso" –

- "¿Inuyasha…nii?" – se extrañó Yasha cuando los vio aparecer. Corrió hacia ellos, en busca del apoyo de Miko y Gabriela, las sabias palabras de Gerardo, el consuelo de Kagome, o mitigar su dolor hablando con la persona que ahora consideraba su hermano mayor. Sin embargo, Inuyasha le propinó un puntapié que lo apartó de todos ellos. Entonces, notó que todos se estaban riendo de él – "¿Qué… ¡qué es lo que les hace tanta gracia!?" –

- "Pobre hanyou idiota" – se rió Miko de él – "¿De verdad creíste que podríamos ser amigos?"

- "¿¡Qué…!? ¿¡Qué estás diciendo!" – preguntó Yasha sintiendo como si su estomágo se hubiese llenado de plomo.

- "Es que es así" – se rió Kagome – "Un hanyou como tú no tiene lugar en este mundo. No eres más que una bazofia para la sociedad" –

- "Exacto" – rió Gerardo mientras sus anteojos mostraban un desagradable resplandor blanco – "Algo como tú no es más que una aberración al orden natural de las cosas" –

- "Yo jamás querría jugar con algo como tú" – dijo Gabriela mientras se reía estruendosamente.

- "Y para un youkai de mi calibre no es más que una vergüenza el que estés a mi lado" – dijo Shippou mientras se reía de él.

- "¿¡Qué!? ¿¡Pero cómo es que Inuyasha-nii está con ustedes!? ¡Él también es un hanyou!" – gritó Yasha enfurecido percibiendo como una horrible injusticia e hipocresía el que estuvieran diciendo eso.

- "Te equivocas. Olfatea y mírame bien, mocoso estúpido" – le dijo Inuyasha mientras levantaba el rostro para que pudiera verlo bien: lo tenía surcado por líneas púrpuras, mientras que sus ojos ahora eran púrpuras con las escleróticas de un rojo sangriento. Fue entonces que Yasha notó que sus garras se habían vuelto tan largas y afiladas que ahora parecían garfios…

- "No puede ser… ¿decidiste convertirte en un youkai completo, a pesar de la promesa que le hiciste a Kagome-nee?" – dijo Yasha cayendo de rodillas horrorizado.

- "Keh, no me interesa lo que piense nada ni nadie" – dijo Inuyasha indiferente a la reacción de Yasha – "Ahora tengo todo el poder que necesito, pero aún me falta una cosa" –

- "¿Qué… cosa...?" – dijo Yasha mientras tragaba saliva, intuyendo con horror lo que pasaría a continuación.

- "Deshacerme de ti para que mi poder llegué al máximo…" – contestó Inuyasha mientras saltaba y se preparaba para atacarlo – "¡Defiéndete ahora mocoso! ¡No tendré compasión contra ti!" –

- "No… nii-san… ¡no!" – chilló Yasha mientras comenzaba a correr con las lágrimas brotando de su rostro.

Mientras tanto, Sango continuaba también caminando por otro lugar oscuro, sin saber los horrores por los que sus amigos estaban pasando, ni el que le esperaba a ella misma…

- "Esa figura… ¿Será posible…?" – dijo cuándo vio una persona enfrente de ella. Empezó a correr a toda velocidad hacia el lugar en el que la había visto.

- "Onee-san…" – dijo la voz de Kohaku desde más adelante – "Por favor, ven por mí…" –

- "¡Kohaku, ya voy!" – dijo mientras continuaba corriendo hacia el sitio de dónde provenía la voz. Cuando finalmente llegó hasta ese lugar, notó que Kohaku estaba allí, vestido con su traje de batalla.

- "¡Onee-san!" – se alegró Kohaku al verla – "¡Hasta que por fin has llegado! ¡Me hiciste esperar mucho!" –

- ¿Kohaku…? ¿Pero cómo estás aquí? ¿Qué sucedió con…?" – preguntó Sango totalmente confusa al ver a Kohaku sano y salvo en un lugar como este.

- "Hehe, eso no fue nada; y además quería mostrarte las hazañas que he logrado" – dijo mientras se volteaba para mostrarle algo. Sin embargo, Sango quedó totalmente horrorizada…

Allí estaban todos sus amigos, sin duda alguna muertos y con marcas que evidenciaban que una hoz había sido la causa de las heridas que los habían matado… Y además, había una gran cantidad de cadáveres alrededor, todos los cuales parecían pertenecer a los exterminadores y sus familias de la aldea de donde provenían ambos… incluyendo su padre…

- "Kohaku… ¿Cómo… cómo pudiste hacer algo como esto…?" – dijo mientras caía de rodillas y estallaba en llanto.

- "¿Estás feliz por mí, onee-san?" – le preguntó Kohaku mientras sonreía dementemente.

- "¡No! ¿¡Cómo pudiste matarlos a todos ellos!? ¿¡Por qué lo hiciste!?" – le gritó Sango hecha una furia.

- "Eso es porque…" – dijo Kohaku mientras tomaba una forma monstruosa: parecía una gran babosa que de su antigua figura humana solo conservaba su rostro, fijado a su parte superior como si fuera una máscara – "¡Porque ahora soy un youkai, gracias a Naraku-sama! ¡Y ahora haré mi mayor hazaña: exterminarte a ti!" –

- "No, Kohaku… ¡No!" – gritó Sango mientras se desplomaba en el piso, sobrecogida por el horror y la tristeza…

Shippou estaba lloriqueando en otro espacio de oscuridad aislado, mientras que corría desesperado, tratando de hallar a los demás…

- "¡Kagome! ¡Miroku! ¡Sango! ¡Miko! ¡Inuyasha! ¡Yasha! ¡Gerardo! ¡Gabu! ¿¡Adónde se fueron todos!?" – chilló aterrado.

Un segundo después, vio a la distancia lo que parecían ser las siluetas de los demás…

- "¡Ah, allá están!" – se le iluminó el rostro y empezó a correr hacia ellos – "¡Esperen, no me dejen atrás!" –

Sin embargo, los demás hicieron como si no hubiesen escuchado nada y continuaron caminando.

- "¡Oigan! ¿¡Acaso no pueden escucharme!?" – chilló Shippou creyendo que lo estaban ignorando y aceleró el paso para intentar alcanzarlos. No obstante, cuando llegó hasta el sitio donde los había visto, no había señal alguna de ellos: parecía que se hubiesen esfumado en el aire.

- "¿Qué… qué está pasando aquí…?" – se preguntó horrorizado. Entonces soltó un gritó de terror: frente a él se habían aparecido los Hermanos Relámpago, Naraku, Kagura, Kanna y Tenebross; y lo miraban con sonrisas terroríficas.

- "Pobre pequeño kitsune…" – se burló el Hermano Relámpago mayor, Hiten – "¿Acaso te perdiste?" –

- "Hehe, hermano, creo que hemos conseguido lo que me hacía falta…" – dijo el hermano menor, Manten – "Con esta criaturilla, ¡podré hacerme una peluca para complementar mi cinturón de piel de zorro!" –

- "¡No, Inuyasha los mató a ustedes dos hace mucho tiempo!" – chilló Shippou asustado.

- "Kukuku… yo los traje de vuelta a la vida para que se encargasen de ti, kitsune…" – rió Tenebross maléficamente.

- "Ahora que los demás tontos han sido aniquilados, tú eres el único que queda; y es hora de que desaparezcas como tus amigos…" – se rió Naraku; y acto seguido, todos se lanzaron a atacarlo.

- "¡NO! ¡ALGUIEN, AYÚDEME!" – gritó Shippou mientras corría y lloraba.

Gabriela estaba corriendo y mirando alrededor, asustada por estar separada de sus amigos y completamente sola en la oscuridad a la que tanto temía; la cual no podía penetrar ni con sus poderes de luz a su máxima intensidad…

- "¿Dónde estarán todos?" – se preguntó mientras se detenía un momento a recuperar aliento – "¿Cómo terminé aquí?" –

En ese momento, vió una figura conocida delante…

- "¿Quién será?" – dijo mientras dejaba su arco alistado para defenderse de cualquier enemigo potencial y temerosamente caminaba hacia la figura. Cuando se acercó lo suficiente, pudo apreciar que era una niña más o menos de su misma edad y altura, con el cabello castaño claro, ojos marrones y gafas, la cual iba vestida con ropas similares a las de Gabriela, pero con acentos rojos y naranjas en vez de blancos y plateados – "Imposible… ¿¡Tiffany!? ¿¡Cómo llegaste aquí!? ¿¡Y por qué llevas esas ropas!?" –

La aludida, que era la mejor amiga de Gabriela en su mundo, se dio la vuelta y la miró con una expresión que era parte odio, parte burla.

- "Vaya, vaya, pero si es la persona que yo creía era mi mejor amiga" – dijo con la voz cargada de rabia – "¿Por qué nunca me mencionaste nada de esto?" –

- "Es que yo no podía, porque…" – dijo Gabriela, pero Tiffany la cortó levantando la mano.

- "Fui una estúpida por creer que podía confiar en alguien como tú," – le dijo mientras se volteba – "Mejor amiga… si claro… eres la peor niña que pude haber conocido; ¡y no quiero volver a verte nunca más en mi vida!" –

- "No… ¡Tiff, espera!" – dijo mientras empezaba a correr hacia ella, pero en ese momento, una figura azul se interpuso en su camino y la derribó cuando chocó con ella.

- "Uhh… ¿¡Gerar!?" – preguntó Gabriela mientras veía la figura que la había tirado al suelo: era su hermano, el cual de inmediato la tomó por el brazo – "¿¡Pero qué haces!? ¡Tengo que hablar con Tiff ahora mismo!" –

- "Cierra la boca, estorbo" – le gruñó Gerardo mientras la halaba hacia la oscuridad – "¡No tendrás que hablar con nadie más ahora; y me aseguraré de que no lo hagas!" –

- "¿Qué… qué estas diciendo, Gerar?" – dijo Gabriela aterrada viendo el cambio de actitud de su hermano.

- "Estoy diciendo que ya estamos hartos de ti… todo el tiempo te la pasas chillando y llorando por cualquier cosa" – respondió Gerardo con la voz cargada de desprecio – "Así que nuestros padres y yo decidimos ponerte en adopción para que no molestes más" –

- "No… ¿¡Cómo pueden hacer eso!?" – chilló Gabriela entendiendo la situación mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos.

- "Es simple: ya no te queremos más con nosotros," – se rió Gerardo mientras sus ojos ensombrecidos mostraban un fulgor maligno – "No te amamos. Al contrario, ¡pensamos que tu existencia misma no es más que un grave error por el que todos estamos pagando!" –

- "No… ¡NOOOO!" – gritó Gabriela mientras caía al suelo y estallaba en llanto.

En otro sitio de esta oscura cámara de torturas, Inuyasha estaba caminando; y al igual que Yasha, trataba de localizar a los demás a través de su olfato y oídos. Al poco rato...

- "Inuyasha…" – dijo la voz de Kikyou desde la distancia.

- "¿¡Kikyou!?" – gritó Inuyasha sorprendido – "No, no debo dejarme llevar ahora mismo por esto… Kagome y los demás me necesitan…" –

- "Inuyasha… ¡Devuélveme la Perla ahora mismo!" – gritó la voz; y en ese momento una flecha brillando en gris salió disparada desde la oscuridad, la cual no se clavó en el pecho de Inuyasha por apenas unos centímetros.

- "¿¡Una Flecha Selladora!" – gritó Inuyasha sobrecogido ante la visión de la misma flecha que lo había condenado a cincuenta largos años de sueño. Y cuando miró hacia abajo, resolló sorprendido al ver que ahora cargaba la Perla, brillante y completa, alrededor de su cuello – "¿¡La Perla de Shikon!? ¡Imposible! ¡El bastardo de Naraku la tenía casi toda!" –

Entonces apareció Kikyou con su arco en alto, preparada para dispararle otra Flecha Selladora.

- "Kikyou, ¡deténte!" – gritó Inuyasha levantando la mano para disuadirla de que le disparase – "¡Yo no fui el causante de esto! ¡Fue Naraku!" –

- "Eso lo sé, Inuyasha" – le dijo Kikyou mientras tiraba su arco y flechas al suelo y corría a abrazarlo, a pesar de su diferencia tan notoria de alturas – "Lo sé, pero necesitaba comprobarlo…" –

- "Kikyou…" – susurró mientras se dejaba llevar por el abrazo.

- "Al menos así… podré morir felizmente…" – dijo Kikyou mientras su cuerpo y vestimentas empezaban a teñirse de rojo y a volverse líquidos…

- "Kikyou… ¿¡Qué te está pasando!?" – gritó Inuyasha al percibir el horrendo cambio y sentir con su olfato el olor a sangre.

- "Este es mi final…" – dijo Kikyou con las pocas fuerzas que le quedaban – "Al menos… me alegra poder… desaparecer en tus brazos…" –

En ese momento se disolvió por completo y de ella solo quedó un charco de sangre.

- "¡Kikyou!" – gritó Inuyasha lleno de dolor. Sin embargo, eso no fue todo, ya que al momento siguiente escuchó los gritos de una chica; y cuando llegó al sitio de dónde provenían vió a Kagome y a Miko tiradas sobre otra charca de sangre, muertas; y sobre sus cadáveres estaba él mismo en su forma adulta, pero en su forma de youkai – "No… no es posible… Tessaiga…" –

Sin embargo, cuando sacó a Tessaiga para intentar atacar a su forma de youkai y asegurarse de que el sello que la espada le ponía a su parte demoníaca aún estuviese intacto, vió que la espada estaba rota por la mitad; y en ese momento notó que además de Kagome y Miko, también estaban los demás, incluido Yasha, en esa pila de muerte que su forma de youkai había creado.

- "No… no… no puede ser… no, no pude haber sido yo quien los mató… no…" – dijo mientras se clavaba las garras en las palmas de sus manos hasta el punto en que comenzaban a sangrar, mientras soltaba lágrimas ante la desesperación, horror y tristeza que estaba sintiendo – "¡NOOOOOOO!" –

A pesar de todo esto; y de todos los horrores y pesadillas bajo los que todos estaban atrapados, Kagome era por mucho la que estaba pasándolo peor de todos… Tan pronto como la sombra, reflejo o lo que fuese la soltó y la dejó abandonada para desaparecer en medio de la oscuridad, fue asaltada por una memoria que esperaba nunca tener que volver a recordar: la muerte de su padre.

En ese momento se había visto a sí misma cuando tenía siete años, mientras su padre estaba postrado en una cama de hospital; con su madre embarazada de Souta a su lado tomándolo de las manos; y el abuelo sentado en un rincón, ofreciendo rezos para que su hijo pudiera sobreponerse a esto. Sin embargo, no sirvió de nada: a los pocos minutos el monitor de ritmo cardíaco cayó a una línea plana y a pesar de los intentos de los médicos y enfermeras, todo fue un vano: su padre se había ido y nunca regresaría de aquel sueño eterno.

Kagome cayó al suelo en llanto mientras veía aquellas memorias de cuando su madre le había explicado que le había pasado a su padre, para después ser reemplazadas por las memorias de su funeral y su entierro.

Después de que se disolvieron en la oscuridad, apareció Inuyasha…

- "Inuyasha…" – dijo Kagome con voz débil. Sus ojos estaban enrojecidos por todas las lágrimas que esas dolorosas memorias le habían hecho derramar y su voz estaba quebrada por todos los sollozos y gemidos. Se levantó y corrió a intentar abrazarlo, pero él sólo la ignoró y continuó corriendo más allá, hacia donde se encontraba otra persona: Kikyou.

- "No… Inuyasha… ¿y la promesa que nos hicimos...?" – dijo mientras veía las memorias de cuando ella e Inuyasha se besaron bajo las estrellas, a la orilla de aquél lago. Luego, aparecieron Miko y Yasha, riendo y tomados de la mano; y al igual que Inuyasha, ambos la ignoraron – "Es cierto… esa promesa no la hicimos nosotros… la hicieron ellos… así que no cuenta…" –

Se volteó para no verlos a ellos, ni tampoco a Kikyou ni a Inuyasha, los cuales parecían a punto de darse un apasionado beso.

Sin embargo, cuando levantó la mirada de nuevo, se dio cuenta de que la oscuridad había sido reemplazada por el interior de su casa, la cual estaba demasiado silenciosa. En ese momento, Miko apareció ante ella de nuevo, pero cuando Kagome se intentó acercar a ella…

- "¡Aléjate de mí!" – le gritó Miko – "¡No quiero que te acerques!" –

- "Miko, pero…" – dijo Kagome débilmente. Ya se estaba sintiendo terrible por todo lo que había visto hasta ahora, lo cual se evidenciaba fácilmente porque estaba al borde de las lágrimas de nuevo – "¿Por qué? ¿Qué te he hecho?" –

- "¿¡Qué te parece haberme creado como una extensión de tu alma solo para que pudieras jugar de nuevo con Inuyasha-nii!?" – le gritó Miko con la voz llena de odio – "¿¡Qué te parece querer nada más absorberme para que yo deje de existir y poder volver a ser la única hija de nuestra madre!?" –

- "Miko, yo jamás he querido hacer algo como eso…" – le dijo Kagome – "Yo sólo… yo sólo…" –

- "¡Cierra la boca!" – le gritó Miko mientras la miraba con desprecio – "¡Me iré hasta un lugar donde jamás volvamos a vernos! ¡Tú no eres ninguna onee-san, tú eres un monstruo! ¡La persona mas horrible y terrible que he conocido!" –

Luego se fue corriendo hacia afuera de la casa.

- "¡Miko, espera!" – dijo Kagome mientras la seguía para tratar de razonar con ella. Sin embargo, tan pronto como llegó fuera, se encontró con una vista horrible: todo estaba cubierto con el miasma de Naraku y el cielo con sombras más negras que la misma noche.

Debajo de este negro manto, vió que todos los habitantes de la ciudad habían muerto a causa del miasma y entre ellos estaban su familia, amigas, Miko; y finalmente, todos sus compañeros de viaje con los ojos abiertos y vacíos… Y encima, en el centro del negro cielo, estaban Naraku y Tenebross, sosteniendo la Perla y el Cristal de Sombras en sus formas completas, riendo triunfante y malignamente…

- "No… por favor, que esto no sea real… que sea una pesadilla… no… ¡NO!" – gritó mientras se ponía en posición fetal en el piso y lloraba desconsoladamente.

Mientras tanto, afuera de toda esa oscuridad, la luz blanca que había seguido a Kagura se detuvo frente al espejo y otra vez tomó su verdadera forma: una criatura semejante a un ángel de alas negras y agujereadas, vestido con un kimono blanco similar al de Gerardo y una armadura de samurái blanca encima, el cual llevaba su plateado cabello recogido en varias trenzas doradas. Era Kouin.

Tocó la superficie del espejo, el cual entonces reflejó lo que les estaba pasando a todos los que estaban atrapados dentro: Gerardo estaba de rodillas viendo al vacío, Miko estaba tirada en el suelo llorando, Yasha huía de un enemigo inexistente, Sango estaba arrodillada cubriéndose el rostro con las manos, Miroku se había quedado como una estatua viendo su mano maldita, Shippou huía al igual que Yasha, Gabriela estaba llorando tirada de espaldas al piso, Inuyasha estaba inmóvil de pie; mirando sus manos; y Kagome estaba llorando, acurrucada en posición fetal, todos ellos con los ojos completamente abiertos, nublados, sin parpadear…

Kouin apretó los dientes con amargura. Aparecieron unas extrañas marcas rojas sobre las delicadas facciones de su rostro mientras que sus ojos brillaban en un blanco verdoso y dió un golpe al suelo con tristeza y decepción – "Lord Tenebross... has ido demasiado lejos… juramos que nunca usaríamos esto…" –

Acto seguido, se transformó en una esfera de luz de nuevo, entró al espejo y empezó a buscar a cada uno de los miembros del grupo. Al poco tiempo los encontró y envolviéndolos con su resplandor los sacó a todos, dejándolos tendidos sobre el suelo de madera del templo abandonado.

- "Será mejor que me encargue de ellos rápido" – dijo Kouin cuando hubo retomado su forma humana. Envolvió sus manos con una luz blanca y empezó a pasarlas frente a los ojos de cada uno, los cuales aún seguían como cuando aún estaban encerrados en el espejo: como zombis. El Espejo de las Tinieblas, por otra parte, se agrietó y se hizo pedazos tan pronto como salieron, mientras que sus fragmentos se volvieron meros trozos de vidrio, perdiendo así su maligna magia.


(Ending: Come)