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A todos, quiero darles la bienvenida a mi humilde blog, el cual está dedicado a mi vida, al animé, a los videojuegos, y especialmente, a EXA_PICO. Aquí podrán ver las traducciones de letras de canciones que he hecho, y en el dado caso que no tenga la traducción que buscan, por favor vayan al foro Ar tonelico: A Reyvateil's Melody, ya que allí están todas las traducciones que podrían necesitar, junto con una gran cantidad de información sobre el mundo de EXA_PICO y sus conlangs.

¡Espero que se la pasen bien leyendo este blog!

Everyone, welcome to my humble blog, dedicated to my life, anime, videogames, and especially, to EXA_PICO. Here you all can see the translations for song lyrics I have done thus far, and if I don't have the translations you're looking for, please go to the Ar tonelico: A Reyvateil's Melody forum, since in both of these there are all of the translations you may need, together with a great quantity of information about EXA_PICO's world and its conlangs.
I hope you all have a good time reading this blog!


jueves, 25 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos - Dragonia ~ Capítulo 18

Capítulo 18:

El Espejo de las Tinieblas

(Opening: Grip!)

Cuando regresaron a la aldea, Yuuichi y Seina contaron todo lo sucedido, obviando todo lo referente a Miko y a Yasha tal y como lo habían prometido. Gracias a eso, el jefe recibió al grupo como héroes. Se hizo un festín en su honor, además de para celebrar el compromiso de Yuuichi y Seina que tanto habían esperado que se hiciera realidad, y aunque ninguno de los héroes tenía mucho ánimo de participar, decidieron hacerlo de todos modos para no despreciar a los anfitriones.

Sin embargo, no hay mucho que decir al respecto fuera de que fue lo que Miroku se la pasó haciendo esa noche mientras los demás cenaban; para luego empezar a divertirse al modo de la era Sengoku. Esto exceptuando Gerardo y Gabriela, que decidieron nada más estar de espectadores mientras los demás bailaban.

Después de la cena, cuando ya todos se habían retirado a diferentes habitaciones a dormir…

- "Ugh…" – gruñó Gerardo desprendiéndose de las dos capas de su kimono: la capa azul externa y la blanca que llevaba debajo; y examinándose el abdomen en el punto en el que la jabalina de Inka lo había golpeado. Había pasado todo el día desde ese momento sintiendo un dolor y ardor bastante molestos; sin haber tenido ocasión de revisar que había sucedido exactamente. Ahora que por fin pudo, vió que la jabalina le había dejado unas cuantas quemaduras de segundo grado cubiertas de ampollas, además de que también le había dejado una herida circular en el centro de todas ellas. La herida ya estaba cerrada y cicatrizada gracias a la Healing Light de Gabriela, pero las quemaduras aún seguían iguales – "Maldito demonio de fuego… atacándome a traición cuando le conectamos el golpe final…" -

- "Bueno, no creo que se haya podido evitar" – dijo Kagome mientras sacaba un poco de crema humectante de su mochila y se la daba a Gerardo para que se la aplicase a las quemaduras después de que había hecho lo mismo con las manos de Inuyasha. Gerardo empezó a sisear por el ardor que eso le provocaba – "Tomando en cuenta la forma en la que ustedes cuatro realizaron ese ataque, no tenías forma de evadir esa jabalina" -

- "Aunque es extraño que mi Healing Light no haya podido curar esas…" – dijo Gabriela mientras veía como su hermano trataba de usar su Healing Water para acelerar los efectos de la crema.

- "Keh, son gajes del oficio" – dijo Inuyasha desde el otro lado del cuarto en su pose típica – "Ya deberías saber la clase de época en la que estamos, así que más te vale acostumbrarte" –

- "Heh, lo sé" – sonrió Gerardo con ironía – "Mas bien debería decir que tuve suerte que no me hubiese provocado quemaduras más graves, o me hubiese tratado de atravesar de un extremo a otro con eso…" –

- ¡Gerar!" – lo regañó Gabriela – "¡No estés tentando a la suerte! ¡No sabemos qué clase de enemigos enfrentaremos ahora!" –

- "Bueno, solo me queda decir que toco madera para que no salga nada peor que Tenebross o Naraku" – respondió Gerardo encogiéndose de hombros mientras Kagome buscaba algunas compresas y vendajes en su mochila.

- "Aunque tengo la impresión de que nos estamos acercando a nuestra última batalla…" – dijo Miko pensativamente mientras veía a Kagome remojar las compresas en el agua que Gerardo había condensado del aire – "Ya solo nos queda un demonio elemental, ¿no es así?" –

- "Sí," – confirmó Yasha mientras empezaba a contarlos: abrió su mano completamente; y cerraba un dedo por cada nombre que mencionaba – "El de Oscuridad, Ankon; el de Agua, Insui; el de Viento, Kazein; el de Tierra, Douin; y ahora, el de Fuego, Inka… sólo nos queda el de Luz…" –

- "Pero igual digo que no quiero pelear contra él…" – dijo Miko con tristeza – "Tengo la impresión de que él es… diferente a los demás demonios…" –

- "¿Por qué lo dices?" – preguntó Gabriela con interés: al igual que su hermano, le repugnaba inmensamente la idea de que esas criaturas usaran formas corruptas de sus mismos elementos – "Sé que no nos atacó ni nada, pero…" –

- "Además, no podemos estar seguros de sus intenciones si solo lo hemos visto una vez" – dijo Gerardo mientras Kagome le colocaba las compresas y las fijaba con los vendajes. Él siseó de dolor cuando las mismas hicieron contacto con las ampollas, pero luego soltó un suspiro de alivio – "Tenemos que encontrarnos primero con él de nuevo y ver que trama…" –

- "Keh, si le dan oportunidades a todo aquel que no parezca agresivo, solo conseguirán que nos maten a todos" – resopló Inuyasha.

- "Bueno, considerando la forma en la que tú y Kagome se conocieron, no sé cómo podrías decir eso" – dijo Gerardo riéndose entre dientes mientras se colocaba de nuevo ambas capas de la parte superior de su kimono para luego ocultar las partes que sobresalían sobre la hakama dentro de la misma.

- "¿Qué quieres decir con eso?" – preguntó Inuyasha con irritación.

- "Hehe, creo que se refiere a que casi me matas por quitarme la Perla de Shikon cuando nos vimos por primera vez" – dijo Kagome recordando con una sonrisa nostálgica su primer encuentro – "De hecho, podríamos decir que es gracias al collar que llevas alrededor del cuello que aún sigo viva" –

- "En realidad… nunca tuve intenciones de matarte ese día" – admitió Inuyasha – "Todos los ataques que te lancé los hice fallar a propósito porque solo quería asustarte lo suficiente para que me dieras la Perla…" –

- "Nii-san, me sorprende que pudieras admitir eso" – dijo Yasha riéndose. Tanto Inuyasha como Kagome se ruborizaron.

- "Bueno, mejor nos vamos a dormir, que mañana tenemos que regresar a la aldea de Kaede para planear que haremos ahora" – dijo Gerardo para ponerle fin al incómodo silencio que se había instalado después de esa conversación, pensando para sus adentros de que él e Inuyasha tuvieron suerte de no haber terminado comiendo tatami esa noche después de que Kagome mencionó el collar.

A la mañana siguiente, el jefe de la aldea les dedicó una despedida y del mismo modo, Yuuichi y Seina les dijeron que eran bienvenidos y que podían regresar cuando gustaran.

- "Bueno, al menos hemos sembrado una semilla de bondad en esa aldea" – dijo Gerardo con satisfacción mientras se adentraban en el bosque para que él y Gabriela pudiesen invocar sus armaduras de nuevo – "Es algo que hace mucha falta en esta era tan violenta" –

- "Cierto, de seguro Buda les sonreirá de ahora en adelante" – dijo Miroku mientras los aros de su shakujou tintineaban como campanas con cada paso que daba – "Del mismo modo, podríamos decir que la unión de ellos dos está bendita" -

- "Aunque espero que nada malo les suceda" – dijo Sango mirando hacia atrás preocupada – "A veces, ser demasiado amable puede terminar conduciendo a tu propio final, en especial sabiendo que podrían haber personas que querrían aprovechar eso para sus propios fines" –

- "¡Deberían ser más optimistas!" – dijo Gabriela mientras sonreía con orgullo – "De todas formas estoy segura de que algún día estas guerras horribles llegaran a su final y habrá paz de nuevo" –

- 'No sin un buen baño de sangre, por desgracia" – pensó Gerardo con tristeza, sabiendo que después del Período Sengoku vendrían el Período Edo, la Restauración Meiji y la Segunda Guerra Mundial, los cuales traerían sus propios saldos de matanzas y masacres.

- "Hehe, Gabu, ¡eres muy buena persona!" – le dijo Shippou – "¡Debe ser por eso que eres elemental de Luz!" –

- "Hehe, ¡gracias!" – le sonrió de vuelta.

- "Shippou, ¡más te vale que no estés intentando coquetear con ella!" – se rió Miko encima de él.

- "Ehh, no Miko, no estoy haciendo eso" – dijo Shippou mientras se ruborizaba y miraba hacia abajo.

- "Bueno, creo que este lugar estará bien para que se transformen" – dijo Yasha mientras les indicaba un claro que tenían justo delante - "Kagome-nee puede subirse a Inuyasha-nii y los demás a Kirara allí también" -

- "Solo háganlo rápido, que no quiero seguir perdiendo el tiempo" – resopló Inuyasha – "Cuanto antes regresemos a ver a Kaede, mejor" –

- "¿Huh? ¿Ya no le dices baabaa, ni vieja bruja, ni nada de eso?" – le preguntó Gerardo con extrañeza.

- "No es asunto tuyo…" – le dijo mientras le volteaba la cara para que no viera su expresión de vergüenza.

Kirara se transformó en su forma monstruosa para luego permitir que Sango, Shippou y Miroku montaran en ella, mientras que Gerardo y Gabriela invocaron sus armaduras y se elevaron de nuevo. Inuyasha continuó corriendo y saltando sobre los árboles para seguirlos mientras cargaba a Kagome en su espalda.

- "Se me acaba de ocurrir que todos tenemos algo particular" – dijo Miko mientras seguían su camino de vuelta hacia la aldea de Kaede – "Ni siquiera creo que podamos decir que nuestros nombres son muy comunes, ¿o no?" -

- "Aunque a decir verdad, Miko…" – dijo Kagome luego de suspirar brevemente – "El tuyo es bastante común… Y le tengo algo de envidia…"

-"¿Huh?" – dijo Miko mientras cerraba sus manos y se las llevaba a su pecho – "Pero si tu nombre es muy bonito también, Onee-san…"

- "Sinceramente, nunca me ha gustado mi nombre…" – dijo Kagome negando con la cabeza – "Desde que estaba en preescolar, mis compañeros siempre se burlaban de mí porque mi nombre es el mismo de la canción y juego infantil" –

- "En otras palabras, ¿se la pasaban diciéndote 'Kagome kagome Kago no naka no tori wa' todo el tiempo?" – preguntó Gerardo pensando sobre cuan molesto le debió haber resultado eso mientras se acercaba a Inuyasha para hablar con ella.

- "Sí," – confirmó ella tras un profundo suspiro – "Y como tampoco lo ví nunca escrito en kanji, no estoy segura de cómo interpretarlo… 'Chica Jaula', 'Patrón de Bambú', 'Perdida'… realmente, no me gusta ninguno de esos significados…" -

- "Aunque recuerdo que mamá dijo que también es el nombre de una formación parecida a una estrella," – dijo Miko con una sonrisa – "Y que te lo puso porque vio un destello de luz cuando naciste" –

- "En otras palabras, podríamos decir que Kagome-sama le debe su nombre a la Perla," – dijo Miroku haciéndose el entendido – "Suena extrañamente apropiado" –

- "Además, Onee-san, yo tampoco estoy del todo contenta con mi nombre…" – dijo Miko bajando sus brazos al mismo tiempo que su mirada – "Como jamás lo he visto escrito, podría significar cualquier cosa, desde 'Sacerdotisa' o 'Niña Hermosa', a 'Diosa' o 'Lago de la Verdad'…" –

- "Creo que eso fue mi culpa…" – dijo Sango mirando hacia abajo.

- "Yo no te culparía por eso," – le dijo Miroku mientras le ponía una mano sobre el hombro – "Fue una situación desesperada cuando le pusimos el nombre y no teníamos idea de que todo esto fuera a pasar…" –

- "Además, puede que sea una coincidencia," – dijo Gerardo recordando algo – "Pero sus dos nombres forman una palabra dragoniana antigua" –

- "¿Y qué palabra es esa?" – preguntó Kagome con interés.

- "Primero fíjense en esto" – dijo Gerardo señalando a los hermosos patrones tejidos que llevaban sus ropas y las de Gabriela, los cuales podían aún apreciarse debajo de sus armaduras gracias a que no estaban cerradas totalmente – "¿Ven todos los patrones y diseños que llevan nuestras ropas?" –

- "Sí; y son preciosos," – dijo Miko extrañada ante lo que hacía Gerardo – "¿Pero que tienen que ver con esto?" –

- "Tienen mucho que ver," – dijo Gerardo alegremente – "Ya que a esos patrones se les llaman 'Kagmi' en Dragonia; y los lleva gente de todas las clases" –

- "En otras palabras…" – dijo Kagome cayendo en la cuenta de a que quería llegar Gerardo – "Nuestros dos nombres combinados tienen un significado muy bonito…" –

- "Así es," – dijo Gabriela flotando alegremente alrededor de ella – "Creo que ya no deberían que preocuparse tanto por sus nombres" –

- "Hablando de eso," – empezó Yasha – "¿Tienen sus nombres algún significado especial?" –

- "Bueno, en nuestra parte del mundo, el mío significa lanza valiente" – dijo Gerardo pensativamente – "Pero en Dragoniano, proviene de la unión de las palabras 'Jeralt' y 'Arldou', las cuales significan 'Rio' y 'Sabiduría'" –

- "Y el mío es el nombre de un ángel" – dijo Gabriela con entusiasmo – "Y mi hermano me dijo que en Dragonia, viene de las palabras 'Gabri' y 'Ela', que significan 'pétalo de flor' y 'brillante'" –

- "Aunque el segundo es un sufijo común para los nombres de chicas allá, como lo es "ko" por acá" - añadió Gerardo riéndose un poco.

- "Y el mío solo es el nombre de un tipo de demonio del continente, el yaksha…" – dijo Yasha con amargura – "Sé que yo mismo lo escogí, pero tampoco tenía muchas más alternativas…" –

Su forma mayor se le quedó viendo mientras saltaba hacia otro árbol.

- "Keh, no es que importe mucho" – resopló él – "De cualquier forma, un nombre solo es una etiqueta por la que los demás pueden llamarte" –

- "En eso estoy en desacuerdo," – dijo Gerardo – "Un nombre es una pieza de tu esencia misma y forma parte irremplazable de quien eres" –

- "Bueno, eso no creo que podamos negarlo" – dijo Gabriela mientras presionaba un par de botones que tenía en su Dragtemn, ahora alojado en el peto de su armadura. Esto hizo aparecer una pequeña pantalla holográfica llena de texto frente a ella – "Además, aquí dice que un yaksha puede ser tanto un espíritu maligno como un ser semejante a las hadas" –

- "Hehe, ¡en otras palabras, Inuyasha es un hada perro!" – se rió Shippou imaginándose a Inuyasha con un aspecto parecido a las hadas que aparecían en los libros para colorear que le traía Kagome.

- "¿¡Qué acabas de decir, Shippou!" – preguntaron Inuyasha y Yasha al mismo tiempo, ambos con las caras llenas de rabia.

- "Metió la pata de nuevo" – suspiró Miko negando con la cabeza.

- "Vamos, no se molesten por eso" – dijo Kagome, aunque pensaba para sus adentros que tampoco le habría hecho gracia que hubiesen hecho bromas a costa de su nombre o el de Miko, como ya lo habían discutido momentos antes.

- "Y siguiendo con la conversación," – continuó Sango antes de que la cosa se pusiera fea – "Creo recordar que todos los exterminadores teníamos nuestros nombres basados en minerales y rocas…" –

- "Hmm, así que es por eso que Kohaku tiene el nombre del ámbar, Kirara el de la mica y tú el del coral, Sango" – dijo Miroku asintiendo para sí – "Pensé que era porque tu rostro tenía el mismo hermoso tono que los corales en el mar al amanecer"

- "Houshi-sama…" – dijo Sango ruborizándose al oír eso para luego abrazarlo. Miroku finalmente controló sus impulsos pervertidos y sólo correspondió a su abrazo.

- "Bueno, hasta que al fin no lo arruina" – le comentó Gerardo a su hermana.

- "¡Sí! Tenía que aprender en algún momento, ¿eh?" – dijo ella girando sus ojos hacia arriba.

- "Y me imagino que a Miroku le pusieron el nombre del Buda del futuro porque tenía un gran pdoer espiritual desde que nació" – dijo Gerardo con un tono de respeto en su voz.

- "Sí, algo así" – admitió Miroku con cierto orgullo. Luego cerró los ojos humildemente – "Sin embargo, he de admitir que estoy aún muy lejos de alcanzar ese nivel" –

- "En especial porque ni siquiera ha podido terminar de liberarse de sus ataduras terrenales" – dijo Shippou mientras miraba a Miroku malévolamente.

- "Shippou, por favor no hables cuando no piden tu opinión" – le dijo Miroku sentándose recto y cerrando los ojos con furia.

- "Aunque el nombre de Shippou es el que más me extraña…" – dijo Miko mientras lo miraba con la cabeza ladeada – "¿Siete Tesoros?" –

- "Sí, aunque casi todo el mundo lo confunde con 'cola' " – dijo Shippou cruzándose de brazos y retorciendo su rostro en una mueca de enojo – "Realmente no sé en qué pensaban mis padres cuando me lo pusieron" –

Los demás se rieron al ver su cara de irritación y simplemente continuaron su vuelo hasta que llegaron a la aldea. Cuando llegaron, fueron directo a la cabaña de Kaede para comprobar como estaba ella, ya que no sabían que tan bien le habría sentado el cambio de edades.

- "¡Hola, Kaede-obaasan!" – le dijo Kagome mientras entraban a la cabaña - ¿Cómo has estado desde la última vez que vinimos?

- "Buenos tardes a todos" – dijo Kaede mientras les saludaba con la mano. Había vuelto a ser una anciana y a llevar puesto su atuendo de sacerdotisa, aunque ahora tenía ambos ojos intactos – "He de decir que ha sido molesto acostumbrarme de nuevo a la vejez, pero no hay mucho que se pueda hacer al respecto" –

- "¿Eso incluye el que vuelvas a tener ambos ojos?" – preguntó Inuyasha con voz burlona y apretando sus colmillos en una mueca a juego.

- "¿De qué hablas, Inuyasha?" – preguntó Kaede pestañeando – "Siempre he tenido mis ojos en su lugar" –

- ¿¡Queeé!?" – gritaron todos a la vez.

- "Vamos, ¿qué les sucede a todos ustedes el día de hoy?" – preguntó Kaede en tono divertido – "No me digan que lucharon contra un youkai que usaba ilusiones o algo similar" –

- "Hmm… es cierto, debe ser que nos golpeamos en la cabeza o algo, Kaede-sama" – dijo Miroku mientras reía nerviosamente. Los demás lo miraron con extrañeza, pero cuando notaron la mirada de soslayo que les lanzaba, decidieron que era mejor que se mantuvieran callados.

- "Bueno, dejando eso de lado…" – dijo Gerardo para cambiar el tema de la conversación – "¿No ha habido noticias de más sucesos extraños, o de luces negras apareciendo en la zona?" –

- "Me temo que no," – suspiró Kaede con un dejo de amargura en su voz mientras negaba con la cabeza – "No he recibido noticias de sucesos extraños en los alrededores y tampoco he visto señales de Naraku o de Tenebross…" –

- "Ya veo…" – dijo Miko con un toque de decepción bastante evidente en su voz.

- "Por cierto, Miko, ¿se han encontrado bien?" – le preguntó Kaede mientras la miraba con preocupación – "Me he preocupado mucho por ti y por Yasha desde que me contaron lo que sucedió cuando se separaron por primera vez" –

- "Sí, ¡hemos estado bien!" – respondió Yasha asintiendo la cabeza mientras reía y daba saltos – "Sin embargo, sería bueno que Inuyasha-nii y Kagome-nee se comportasen algo mejor… ¡tal vez deberíamos sellarles la memoria por un par de días a ver si con eso mejoran!" –

- "¿¡Cómo!?" – dijo Inuyasha tratando de darle un golpe a su forma más joven en la cabeza. Sin embargo, como Yasha aún seguía en su forma espectral, lo único que consiguió fue atravesarlo y caer de lado al piso – "¡Demonios!" –

- "¡Eso es lo que te ganas por ser tan agresivo!" – le recriminó Kagome. Miko y los demás solo se rieron al ver esto.

- "Bueno, ¿les parece bien si les muestro algo?" – preguntó Gabriela con una gran sonrisa en su rostro.

- "¿De qué se trata?" – preguntó Kagome quitando su atención de Inuyasha.

- "Bueno, es que he estado revisando mi Dragtemn mucho desde hace unos días," – dijo ella mientras presionaba una combinación de botones en él – "¡Y esta mañana encontré esto!" –

Cuando terminó, apareció frente a ella el holograma de un cristal, el cual se transparentó para luego volver a solidificarse parcialmente. Poco después, apareció un porcentaje al lado: 85%.

- "Un segundo… ¿es eso lo que creo que es?" – preguntó Gerardo viendo el holograma con los ojos del tamaño de platos de sopa, mientras los demás, exceptuando por Kagome y Miko veían la imagen con una expresión de desconcierto.

- "Sí, así es" – confirmó Gabriela alegremente – "Esto nos permite saber cuánto del Cristal de Sombras tenemos en nuestro poder actualmente" –

- "En otras palabras, ¡realmente estamos cerca de terminar nuestra búsqueda!" – dijo Miko dando palmadas con sus manos y sonriendo.

- "¡Sí!" - dijo Kagome para luego voltearse a los demás – "¡Esto significa que ya casi tenemos todo el cristal!" –

- "En ese caso, los fragmentos que nos faltan deben ser los que están en manos de esos cretinos" – gruñó Inuyasha.

- "O mejor dicho, el demonio elemental de Luz tiene uno," – lo corrigió Yasha alzando un dedo mientras sonreía con ojos cerrados – "Mientras el Dúo Bastardico tiene los otros" –

Los demás se rieron al escuchar el nombre que les había dado a Naraku y Tenebross.

- "En ese caso, deberíamos buscarlos a ellos para derrotarlos y obtener los fragmentos" – dijo Kagome dando una palmada.

- "Sin embargo, dudo mucho que sea tan fácil hacerlos salir de su escondrijo" – intervino Sango mientras cerraba sus ojos – "Son más escurridizos que las ratas" –

- "Bueno, ya que por ahora no tenemos ningún destino en mente, tenía pensado pedirles algo" – dijo Gerardo poniéndose en pie – "¿Podemos ir al sitio donde encontraron el Agua del Reinicio?" –

- "¿El Agua del Reinicio?" – repitió Shippou sin entender a qué se refería.

- "Si, a los manantiales donde consiguieron ambos tipos de agua" – explicó Gerardo – "Recuerden que ese es el nombre que le daban los Dioses Dragón y las inscripciones que vimos en la cueva de los medallones" –

- "Ahora que recuerdo, también habían inscripciones talladas sobre ellos" – recordó Sango – "¿Crees que también estén escritas en dragoniano?" –

- "Eso es lo que estoy pensando, de hecho" – confirmó Gerardo mientras asentía con la cabeza. Luego entrecerró los ojos ligeramente – "Además, hay algo que quiero confirmar" –

- "¿Con eso te refieres a que Naraku también podría haber estado usando el agua para sus artimañas?" – preguntó Miroku, presintiendo lo que él iba a decir.

- "Muy perceptivo, Miroku" – dijo Gerardo con una sonrisa. Sin embargo, su semblante se volvió serio de nuevo al instante siguiente – "Precisamente, eso es lo que quiero verificar. Desde que le puso esas maldiciones a Kagome y a la aldea, he estado pensando que tal vez él ha estado extrayendo y contaminando esa agua…" –

- "Hablando de un ser asqueroso…" – dijo Miko con la cara llena de asco – "Estoy segura de que esa agua tiene un significado especial; y él está usándola para sus horribles trampas…" –

- "En ese caso será mejor que nos demos prisa y vayamos a revisar" – dijo Yasha – "Nii-san, ¿vamos?" –

- "Sí, no tenemos ninguna otra pista" – dijo Inuyasha a regañadientes al ver que realmente no tenían otra salida – "Además, cuanto antes encontremos y hagamos trizas a esos imbéciles mejor" –

Así que se levantaron, se despidieron de Kaede y partieron de vuelta al enigmático valle en el que se encontraba la cueva de los manantiales. Sin embargo, cuando ya se habían alejado lo bastante de la aldea para que nadie pudiera oírlos…

- "Miroku, ¿por qué nos hiciste quedar como tontos frente a Kaede?" – preguntó Inuyasha visiblemente molesto.

- "No me digan que aún no habían atado cabos" – dijo Miroku mientras dejaba de caminar y se giraba para mirarlos con seriedad – "¿Recuerdan lo que pasó durante la Compresión del Tiempo?" –

Los demás empezaron a recordar lo que pasó en ese momento y entonces recordaron el día de la invasión de la aldea…

- "¡Ah!" – saltó Miko de repente – "Ahora que recuerdo, ¿Kaede no había quedado atrapada en una explosión en ese momento?" –

- "Sí, o al menos así debió de haber sido" – dijo Gerardo mirando al suelo con el entrecejo fruncido, mientras recordaba lo que había pasado entonces – "¡Ah, y entonces yo me interpuse e involuntariamente invoqué una barrera para protegerla!" –

- "Eso es," – dijo Miroku mientras veía como los demás empezaban a entender lo que había sucedido – "Como cambiamos el pasado, Kaede nunca perdió su ojo derecho, que es por lo que estaba tan confundida cuando Inuyasha preguntó sobre eso" –

- "Aunque ella había recuperado su ojo después de que le afectó la maldición de Naraku…" – dijo Yasha mientras pensaba en el asunto con cuidado.

- "Si, pero como nunca perdió el ojo debido a lo que hicimos, para ella fue como siempre lo hubiese tenido en primer lugar" – dijo Kagome mientras miraba con cierta confusión hacia el cielo. Se tocó el rostro con el dedo índice – "Realmente estas cosas del viaje en el tiempo son confusas…" –

- "Y demos gracias a que no ocasionamos nada que anulara nuestra presencia aquí…" – dijo Gerardo mientras suspiraba – "Tomando en cuenta el período en el que caímos, pudimos haber causado desastres mucho mayores" –

- "Aun así, tenemos que seguir adelante y terminar con esto de una vez por todas" – dijo Sango, la cual ya se había cambiado a su traje de batalla antes de que hubiesen salido de la aldea.

- "Y hablando de eso," – dijo Gerardo con los brazos cruzados mientras continuaban su camino – "Recuérdenme hacer pedazos cierto espejo si nos encontramos con ese dueto de pestes de nuevo" –

Mientras tanto…

Naraku intentó darle un puñetazo a Kanna luego de que Gerardo dijo eso último, pero falló por unos centímetros.

- "Esas molestias…" – resopló él – "Me resulta absurdo pensar que se nos hayan adelantado tanto recolectando esos fragmentos, ¡y que además hayan escapado de todas las trampas que les hemos puesto hasta ahora!" –

- "Eso mismo digo" – dijo Tenebross cerrando sus malignos ojos rojos – "Sin embargo, el total que mostró esa mocosa no tiene todos los Fragmentos de Sombras registrados, ya que hay varios que no están esparcidos en este mundo, sino en Dragonia…" –

- "Pero no puedes regresar allá todavía, ¿cierto?" – se burló Naraku.

- "No, pero ese grupo de idiotas ya ha agotado mi paciencia, así que es hora de usar mi máxima trampa contra ellos" – le respondió Tenebross mientras hacía aparecer un pequeño espejo circular negro a su lado. Era idéntico al que contenía su alma.

- "¿Y para que es este espejo?" – dijo Naraku mientras lo veía con sospecha – "¿Me vas a decir que sirve para arrancar almas como lo hace el de Kanna?" –

- "Para nada," – rió Tenebross malignamente – "Este espejo es conocido como el Espejo de las Tinieblas; y una vez que absorbe a alguien, los encierra en sus peores pesadillas y temores eternamente, sin posibilidad alguna de escape" –

- "Hmph, no suena nada diferente a mi Ilusión de la Muerte" – dijo Naraku con un aire de superioridad bastante molesto.

- "Heh, tu Ilusión de la Muerte no es más que un juego de niños comparado con lo que este espejo puede hacer," – dijo mientras lo hacía flotar hacia las manos de Naraku – "Así que hazme un favor y dile a tu sierva Kagura que lo coloque en un sitio donde esos idiotas lo encuentren fácilmente. Estoy seguro de que esto acabará con ellos" –

- "Ya veremos que tal resulta este plan," – rió Naraku mientras llamaba a Kagura ante él – "Ahora ve y pon este espejo en un sitio donde ellos lo sientan. Así vendrán como mariposas a la luz" –

Kagura solo asintió con una expresión neutra y se fue volando en su pluma mientras maldecía a ambos villanos en silencio. Sin embargo, no se dio cuenta que una esfera de luz blanca la seguía…

- "Imposible… No puede ser… ¿Acaso Lord Tenebross realmente planea usar eso...?" –

Inuyasha y los demás habían llegado al valle donde se encontraba la cueva: el lugar no había sufrido cambio alguno desde la última vez que lo habían visitado; y dejando de lado el hecho de que ya no había ningún youkai o demonio en la zona, como Goukira, la gigantesca tortuga demoníaca que protegía la cueva originalmente o Naraku y su séquito, estaba exactamente igual que antes.

- "Hmm, bueno, este valle no parece tener nada particular en él" – dijo Gerardo mientras veía los alrededores con una mirada de decepción.

- "Sí. Es que lo único interesante en realidad es la cueva," – le sonrió Sango mientras continuaban caminando hacia ella – "Espera un poco más" –

Gerardo solo asintió y siguió a los demás hasta la entrada. Una vez dentro, tanto él como su hermana se sorprendieron al ver como los muros de piedra de la cueva destellaban en un hermoso color azul. Al poco rato, vieron las pilas de piedra que contenían el agua que salía de ambos manantiales: rosa y azul.

Sin embargo, la pila de agua rosa tenía una extraña raíz saliendo de ella, la cual al seguirla notaron que llegaba hasta el valle y se perdía entre los árboles que llegaban al borde del bosque.

- "Parece que tus sospechas eran correctas, Gerardo-kun" – dijo Kagome mientras veía la raíz: más que una parte de un árbol, parecía ser más bien una manguera que succionaba el agua del manantial – "Esto debe ser obra de Naraku" –

- "Keh, ¡entonces acabemos con este problema de raíz!" – dijo Inuyasha mientras sacaba a Tessaiga – "Ahora, ¡todos cúbranse con algo!" –

Todos los demás se pusieron tras una pared de roca cercana mientras Inuyasha levantaba a Tessaiga y la usaba para cortar la raíz, para luego salir corriendo hacia donde estaban los demás. El sitio donde la cortó empezó a esparcir un agua rojiza por todo el suelo de la cueva, la cual afortunadamente no llegó hasta ellos gracias al sitio en el que estaban a cubierto. Cuando dejó de soltar agua, la raíz se marchitó y se hizo polvo mientras el agua roja se evaporaba.

- "Bueno, con eso Naraku ya no podrá usar más el Agua del Reinicio para sus maldiciones" – dijo Miroku con decisión para luego voltearse a ver a Gerardo – "Ahora, Gerardo-kun, si puedes hacernos los honores" –

- "Con gusto," – sonrió Gerardo mientras caminaba hacia el lugar en el que los glifos estaban tallados y comenzaba a examinarlos – "Si, en efecto es Dragoniano Ceremonial. Permítanme un momento para traducirlo, que es un poco largo" –

A continuación, empezó a recitar todo lo que estaba escrito allí:

- "Lyacchi Lisf Iadlast Dea Viadfafse, Nakei Omsela CebaliKa Byoleka Zimelle Iadlast Il Yut, Fyer Phior Cazel Likarom Agatunecla Phaph ZuekliZil. Fils CiaZil ShiyutNal Zuekle, Cia Agatu Viadfafse Cia Biousakatse Nicaelsi Zia Ical, Fyer Simalea Kiabze CiaAael DiracalZa Lyacchi Iadlast Phaph Ytuigh CiaAael Fis Estael Ical Oli Waspiarl CiaAael Demorie Yut, Phaph Kiabze CiaAael Yiules Zilnak Oli Kiabze CiaAael Sorlee Jiale Ical Phaph Shefi CiaAael Ical. FisAael Wudia DiracalKa Lyacchi Iadlast RefalerRa Altia Coulze, Fyer Il CiaAael Altia CoulbaRa 2 Sodia: 1 Zubloe Myallade Demorie Oli Alidlac, Fyer Yall NidlispZa, Ual Kalia Clyezet Yiules Yastolia, Oli Clyezet Shiude Sodia. Ei Atiang Ytuigh Shillea Demorie CiaAael, Yiules Altia Sodia XaNal Feletei FisAael Demorie Wudia Nidlisp Sodia Zubloe Zhoi, Oli Yilnecl Alidlac. Si, IzelleKa Dorkale Il, Lisf MaltialAael EathRa Shillea 2 Altia Sodia, Si PhiorNal Cazel Yall Lisfelt SilarZil Dea Mimapalia Yut…" -

- "Esto se traduce como: Esta es el Agua del Reinicio, compuesta de un mineral conocido como Byoleka disuelto en agua, la cual solo debe usarse como pena capital para los criminales. Cuando una persona comete un pecado imperdonable, es condenado a reiniciar su vida desde la infancia; lo cual es hecho a través de darles un bebedizo de esta agua para regresarlos a esa etapa y borrarles sus memorias; para luego darles una nueva identidad y que una familia adoptiva se haga cargo de ellos. Aquellos que han bebido de esta agua sufrirán una división de almas en la cual sus almas se dividirán en dos partes: una que conservará sus memorias y personalidad totalmente, la cual será puesta a dormir para siempre, mientras que la otra será una tabla en blanco que se convertirá en la parte dominante. Si se intenta regresarle la memoria a cualquiera que haya bebido esta agua, la parte del alma que está en blanco no podrá asociar esas memorias con los recuerdos almacenados por la parte que quedó dormida; y por eso perderá la razón. Sin embargo, escondidos en otro sitio, se encuentran medallones que sirven para unir de nuevo ambas partes del alma; pero no deben ser nunca usados excepto por los elegidos por la Profecía…" -

- "En cambio, este otro dice: Lyacchi Lisf Iadlast Dea Nyarrclye, Nakei Omsela CebaliKa Naselleka Zimelle Iadlast Il Yut, Fyer Phior Cazel Phaph Nulaph Iadlast Dea Viadfafse. Nyarr Il, NyulZil Diracal Lyacchi Iadlakar Zia, Lisfelt FisAael Wudia Yafalia DiracalKa Dea Iadlast Dea Viadfafse, Oli NulaphNal Altia Coulze RefalerKa Fis Iadlast Yut Ical. Lo cual se traduce como: Esta es el Agua de la Normalización, compuesta de un mineral conocido como Naselleka disuelto en agua, la cual se usa para anular los efectos del Agua del Reinicio. Normalmente no se le permite a nadie beber de este manantial, exceptuando aquellos que hayan bebido del Agua del Reinicio por accidente; y no anula la separación de almas que dicha agua ocasiona" – dijo Gerardo mientras suspiraba y luego inspiraba profundamente para recuperarse de su largo recital – "Bueno, no hay mucho que decir, es una especie de manual de uso para ambos tipos de agua" –

- "Hmm, aunque es interesante ver el método que tienen para tratar a los criminales en Dragonia" – dijo Miroku con una mano en la barbilla mientras miraba los manantiales – "En cierto modo, puede que sea más beneficioso para la sociedad evitar que vayan a prisión y en su lugar, les hagan reiniciar sus vidas para evitar que caigan en los mismos vicios y fallos que los hicieron malvados la primera vez" –

- "Aunque también es un poco extraño" – dijo Sango con seriedad – "Después de todo, lo tratan del mismo modo que si fuese una ejecución…" –

- "No es de extrañar, Sango-chan" – dijo Kagome mientras contemplaba con interés los glifos Dragonianos que Gerardo les acababa de traducir – "Después de todo, cuando me 'volví' Miko, ustedes tuvieron que tratarnos como si fuesemos personas completamente nuevas" –

- "Hehe, ¡es una forma extraña de nacer, ahora que lo pienso bien!" – se rió Miko sobre ella.

- "Aunque lo realmente extraño es hallar esas cosas en este sitio," – dijo Inuyasha de brazos cruzados – "¿Cómo es que todo eso llego desde otro mundo al nuestro?" –

- "Creo que la respuesta a esa pregunta es la misma que a cómo llegamos nosotros…" – le respondió Gabriela mientras se quedaba mirando a los manantiales y su suave resplandor – "Pero igual es extraño… nosotros fuimos llamados aquí; mientras que los medallones, manantiales y demás… ¿Será una coincidencia?" –

- "Lo dudo… como dicen, en ningún mundo existen las coincidencias. Lo que existe es la causalidad" – dijo Gerardo – "Y a decir verdad, estoy empezando a pensar que Tenebross es la causa real de todo esto…" –

- "Y además al final menciona algo de una profecía…" – dijo Kagome mirando de nuevo los glifos a pesar de no poder leerlos – "¿Creen que en Dragonia había algún relato o leyenda sobre unos héroes que necesitarían los medallones?" –

- "Es una posibilidad" – asintió Gerardo mientras cruzaba sus brazos y cerraba sus ojos – "Sin embargo, como no tenemos acceso a nada del material histórico y folclórico de Dragonia, no hay forma de saberlo…" -

- "De cualquier modo, no averiguaremos nada si nos quedamos aquí pensando" – les dijo Yasha mostrando la misma expresión seria de su yo adulto y cruzándose de brazos – "Deberíamos regresar a la aldea y hacer otro plan por ahora" –

No hubo ninguna objeción ante esa sugerencia, así que empezaron a deshacer el camino andado. Sin embargo, cuando estaban llegando a la salida del valle, Inuyasha se detuvo repentinamente, olfateó los alrededores y empezó a gruñirle al cielo…

- "¡Es el olor de Naraku!" – gritó.

- "¿¡Qué!?¡Pero si esa gallina nunca se digna de aparecer para pelear!" – dijo Yasha sorprendido.

- "¿Estás seguro de que es él?" – le preguntó Kagome con preocupación mientras los demás miraban a su alrededor con aprensión.

- "No, no es él, pero ahora que detecto bien el olor… ¡Es Kagura!" – dijo mientras comenzaba a correr para seguir el rastro. Los demás vieron a Kagura volando a pocos metros por encima de ellos, la cual se quedó unos instantes inmóvil para luego irse volando.

- "¡Espera! ¡Podría ser una trampa!" – le gritó Sango. Inuyasha no le hizo caso, de modo que los demás tuvieron que seguirlo. Después de unos minutos, llegaron hasta un viejo templo en ruinas. Entraron con precaución por si había alguna trampa puesta por allí, pero no encontraron nada ni a nadie. Sin embargo, había un espejo negro colocado al fondo de la estancia, el cual soltaba un inquietante resplandor oscuro.

- "¿Qué será eso?" – preguntó Gabriela mientras retrocedía ligeramente y lo miraba con aprensión.

- "No lo sé, pero se parece mucho al espejo en el que está sellado Tenebross…" – dijo Miroku entrecerrando los ojos.

- "Esto me está dando un muy mal presentimiento…" – dijo Miko mientras ponía sus manos sobre su boca y miraba la oscuridad que se arremolinaba en la superficie del espejo. Un momento después de que ella se volteó, apareció un reflejo de Kagome sobre él.

- "¿Qué? ¿Qué hace un reflejo de Kagome ahí?" – preguntó Gerardo retrociendo con los ojos abiertos de par en par, pero el reflejo se desvaneció al instante siguiente. Kagome se acercó al espejo a ver, pero luego se volteó a mirar a Gerardo con una mirada de desconcierto.

- "¿Estás seguro de que había un reflejo mío en él? Yo solo veo un remolino de oscuridad…" – dijo Kagome con una ceja alzada.

- "Claro que estoy seguro, ¿si no por qué…?" – comenzó Gerardo con una cara de molestia ante su incredulidad, pero no pudo concluir la respuesta porque el reflejo había vuelto a aparecer detrás de Kagome; y eso no fue todo: el reflejo tenía los ojos completamente en blanco y miraba a su original con una sonrisa maquiavélica – "¡Kagome, cuidado!" –

- ¿¡Qué!?" – dijo Kagome mientras se volteaba de nuevo y los demás corrían hacia ella al escuchar el grito de advertencia de Gerardo, pero no sirvió de nada: el reflejo maligno salió del espejo, atrapó a Kagome por la cintura y empezó a halarla hacia el interior – "¡No!" –

En ese momento, la aguja de su Medallón del Vínculo giró por sí sola hacia la posición de Separación, regresándola a ella a su forma de niña y dándole a Miko forma física. Ella y los demás tomaron a Kagome de las manos y la halaron para intentar evitar que el reflejo maligno se llevase a Kagome hacia el interior del espejo, pero no sirvió de nada: finalmente la sombra o lo que fuese haló con tanta fuerza que los hizo soltar las manos de Kagome y la succionó en las sombras que se arremolinaban dentro. Miko y los demás cayeron con fuerza al suelo por la inercia.

- "¡No, Onee-san!" – gritó Miko mientras se levantaba, corría hacia el espejo y lo golpeaba con sus manos – "¡Devuélvemela, devuélveme a onee-san!" –

- "¡Saca a Kagome, pedazo de basura!" – le gritó Inuyasha mientras también lo golpeaba.

- "¡Miko, tranquilízate!" – le dijo Gerardo mientras ponía sus manos alrededor de los hombros de Miko a la vez que Sango iba y apartaba a Inuyasha del espejo para evitar que terminase rompiéndolo – "¡Solo debemos hallar una forma de sacarla de allí!" –

- "Pero… pero…" – dijo Miko viéndose triste. Parecía que había sentido algo sobre el espejo que no podía explicar con palabras y eso la estaba dejando al borde del llanto – "Estoy teniendo una sensación horrible… como si algo espantoso nos estuviese esperando en ese espejo…" –

- "¡Sea lo que sea, lo enfrentaremos!" – le dijo Gabriela guiñándole un ojo – "¡Solo debemos ser fuertes!" –

- "¡Vamos de una vez!" – les gritó Inuyasha: ver a Miko así le provocaba lo mismo que ver llorar a Kagome. Además, no podían perder más tiempo, ya que quién sabe qué le podría estar pasando a Kagome mientras estaba allí dentro… - "¡Solo entremos a ese espejo y busquémosla!" –

- "Muy bien, intentaré algo para abrirnos un camino" – dijo Miroku mientras sacaba un par de ofudas y se las lanzaba al espejo. Instantáneamente, el espejo reaccionó a ellas y abrió un vórtice de color negro y púrpura en frente de sí mismo.

- "Bueno, ya podemos entrar" – dijo Sango mientras desenfundaba su wakizashi y Gerardo y Gabriela invocaban sus armaduras – "Pero vayamos juntos y no nos separemos, ya que no sabemos que nos podría estar esperando en medio de esas sombras…" -

- "Entonces yo me quedaré aquí…" – empezó a decir Shippou mientras reía nerviosamente, pero en ese momento, Yasha salió por sí mismo del mismo modo que lo había hecho Miko hacía un momento y lo tomó por la cola.

- "¡Nada de eso! ¡Tú vendrás también con nosotros!" – dijo Yasha molesto.

- "Hehe, sí que soy valiente…" – dijo Shippou mientras se aguantaba las lágrimas de miedo. Inuyasha sólo suspiró con irritación ante la idea de tener que entrar a ese lugar con su edad reducida.

Así que todos saltaron hacia el vórtice y cayeron a través de un largo túnel negro. Sin embargo, cuando tocaron lo que parecía ser suelo sólido de nuevo, notaron que los demás no estaban… habían sido separados de los demás… Y estaban ahora completamente solos…

- "Y ahora también nos separaron…" – dijo Gerardo apretando los dientes con amargura mientras veía la negrura que estaba a su alrededor. Trató de usar las funciones de comunicador y radar de su Dragtemn para ubicar a los demás, pero no sirvió de nada, ya que ambas funciones le soltaron errores de comunicación y ubicación – "Maldita sea… Por lo visto caímos redondos en una trampa…" –

En ese momento su hermana, Gabriela, apareció ante él.

- "¡Gerar!" – le gritó en cuanto lo vio – "¡Estaba tan preocupada por ti!" –

- "Gaby, ¿en verdad eres tú?" – le dijo Gerardo con sospecha.

- "¡Sí, soy yo! Pero pareces estar muy agotado, ¿quieres que te cure?" – le preguntó Gabriela con dulzura mientras sonreía.

- "Gracias, pero estaré bien. No estoy herido, y puedo usar my Healing Water si llego a lastimarme. No tienes que desperdiciar tu Healing Light en mí" – le respondió Gerardo en un tono en parte aliviado, en parte entretenido mientras le dedicaba una sonrisa.

- "No… está bien…" – le dijo Gabriela mientras su mirada se volvía extrañamente apagada – "Toma... Bebe de mí y recupera tus fuerzas…" –

Y al momento siguiente se disolvió en agua, conservando una expresión de una triste sonrisa en su rostro, hasta que incluso eso se disolvió y de ella solo quedo una charca de agua cristalina…

- "No… no… no puede ser… ¡GABRIELA!" – gritó Gerardo mientras trataba de tomar esa agua entre sus dedos y derramaba sus lágrimas sobre ella.

Un momento más tarde se aparecieron sus padres, ambos con una expresión dulce y bondadosa en sus rostros.

- "Papá, mamá… Gabriela, ella… ella está…" – dijo mientras veía sus manos, las cuales estaban todavía empapadas con el agua en la que se había disuelto su hermana.

- "Lo sabemos hijo; y por eso hemos venido" – le dijo su madre amablemente – "Hemos venido a ayudarte ahora" –

- "Así es, parece que tienes mucho frío" – le dijo su padre – "Ahora te calentaremos" –

- "¿Esperen, que van a…?" – dijo Gerardo mientras los veía con horror.

En ese momento, un gran rayo púrpura cayó sobre ellos y los incineró hasta que no quedaron siquiera cenizas. Sólo quedo uno de los brazos de su madre, el cual empezó a arder y desapareció entre las llamas al poco tiempo…

- "No... ¿por qué está pasando esto...?" -dijo Gerardo espantado. Luego escuchó un sonido horrible a sus espaldas, como si alguien estuviese siendo torturado, y cuando se giró, fue testigo de una escena espantosa: frente a él estaban todos sus amigos y familiares, muertos… Tendidos sobre una charca de su propia sangre, con los ojos abiertos y vacíos; con hilos de sangre saliendo de cada orificio de sus cuerpos y cayendo por sus manos y rostros…

- "No… por favor… basta… no quiero ver más... no… ¡NO!" – gritó Gerardo destrozado entre el horror y la tristeza.

Por otra parte, Miko estaba vagando asustada en otra parte de ese extraño espacio; y de repente, vio a Kagome de vuelta a su edad normal…

- "¿Onee-san?" – preguntó Miko mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, y empezó a correr hacia ella – "¡Onee-san!" –

- "¡Vaya, miren quién es!" – dijo Kagome en un tono sarcástico – "¡Miko-chan, así que estabas por aquí!" –

- ¡Onee-san, de prisa!" – dijo Miko mientras su cara se volvía seria. Corrió hacia a ella y extendió su mano hacia Kagome – "¡Tenemos que encontrar a los demás y salir de este lugar!" –

Pero en cuanto tocó la mano de Kagome, ella apartó las manos de Miko con los mismos movimientos que habría hecho para darle una bofetada. Entonces, parte de su rostro se ensombreció, de modo que ya no podía verle los ojos...

- "¿Yo, ir contigo?" – se rió Kagome – "Por favor no me hagas reír… ¿Una sucia mocosa campesina de la Era Sengoku como tú? ¿Y que ni siquiera existe en realidad, ya que eres un trozo de mi alma que algún día reabsorberé?" –

- "Onee-san… ¿Cómo… cómo puedes decir eso…?" – le preguntó Miko mientras sus ojos se ensanchaban y su boca quedaba abierta en una expresión entristecida.

- "¡Pero si esa es la realidad!" – se burló de ella Kagome – "¿O acaso el 'nacer' en esa época atrasada también te hizo una retrasada mental, ya que no puedes comprender nada de lo que te digo? ¡Además, pregúntale a MI familia si quieres! ¡Ellos tampoco quieren tenerte por aquí!"

- "¿¡Qué!?" – gritó Miko mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos – "Pero si ellos… ellos…" –

- "¡Todo eso fue solo mera cortesía!" – dijo Kagome mientras se reía malignamente de ella, para luego voltearse a mirar detrás de ella – "Vaya, mira, ¡si justo vinieron a decirte lo que piensan de ti!" –

En ese momento aparecieron Souta, la Sra. Higurashi y el abuelo; todos con el mismo rostro ensombrecido de Kagome.

- "Yo jamás querría tener una hija como tú" – le dijo la Sra. Higurashi con un tono de voz despectivo – "Tan sucia, andrajosa y tonta; y además, sólo serías otra carga para nuestra deteriorada familia…" –

Miko se sintió algo extraña entonces, y al intentar revisarse, notó que el kosode que Kaede le había dado y del que ella había cuidado con tanto esmero estaba cubierto de tierra, rasgado en algunos sitios y parchado en otros, lo cual sólo la hizo sentir peor. Sus zouri y tabi también habían desaparecido.

- "No eres mejor que los demonios que exorcizo todos los días, niñita" – le dijo el abuelo mientras mostraba todos los dientes en una sonrisa horrible – "Hubiese sido mejor que te hubiese exorcizado aquel día que viniste a nuestra casa por primera vez…" –

- "Jamás desearía tener una hermana como tú" – le dijo Souta riendo entre dientes – "Serías una molestia; y preferiría tener tarea extra antes que tener que cuidar de ti…" –

Miko cayó de rodillas al piso y empezó a llorar incontrolablemente…

- "No… después de todo lo que me habían dicho… ¿todas esas palabras cálidas y amables fueron mentiras?" – sollozó Miko mientras alzaba la cabeza para mirar a su familia, los cuales solo se burlaban y reían de ella.

- "¡ESTA es la realidad, tonta!" – se rió Kagome de ella estruendosamente – "¡Jamás hemos querido que formases parte de nuestra familia; y jamás lo querremos!" –

- "No… ¡NO!" – gritó Miko mientras tomaba su cabeza con sus manos y empezaba sacudirla...

Miroku estaba caminando por otro pasadizo oscuro; cuando frente a él, vio una escena conocida…

- "¡Padre!" – gritó la voz de un niño frente a él.

- 'Esa voz… no puede ser… ¡es imposible!' – pensó para sus adentros mientras corría hacia el sitio de dónde provenía la voz.

Una vez allí, se vio a sí mismo de niño, junto a su maestro, el monje Mushin; y al lado de ellos, lo que parecía ser un violento tornado negro.

- "¡Miroku, quédate atrás! ¡No te acerques!" – le gritó Mushin mientras intentaba manterlo apartado del tornado.

- "Pero… ¡mi padre va…!" – gritó el joven Miroku mientras miraba hacia el tornado con los ojos llenos de lágrimas.

- "No podemos hacer nada por él… ya es muy tarde…" – dijo Mushin con profundo pesar, mientras cerraba los ojos. Al siguiente instante, la escena se desvaneció y Miroku se encontró rodeado de nuevo por una inexpugnable oscuridad.

- "Una escena de mi pasado…" – se dijo a sí mismo algo asustado para luego mirar de nuevo al sitio en el que esa reproducción de su pasado había aparecido y desaparecido – "¿Qué significará esto?" –

- "Houshi-sama…" – dijo de repente la voz de Sango – "Lo he estado buscando por todas partes…" –

- "¿¡Sango!?" – dijo Miroku sorprendido mientras se volteaba a verla – "¡Por fin te encuentro! ¡Démonos prisa, debemos hallar a los demás y salir de aquí!" –

- "Houshi-sama, eso puede esperar" – le dijo Sango mientras lo abrazaba – "Hasta ahora no le he expresado mi afecto de la forma apropiada…" –

- "Sango, ¿qué vas a hacer?" – dijo Miroku nerviosamente, pero entonces, sintió una fuerte corriente de aire a su lado – "Imposible… ¿¡acaso esto es…!?" –

- "¿Houshi-sama? ¿Sucede algo?" – le preguntó Sango, pero entonces Miroku la apartó de su lado de un empujón.

- "¡Sango! ¡Huye!" – le gritó mientras se alejaba corriendo de ella – "¡No debes acercarte a mí!" –

En ese momento vio que además de Sango, sus demás amigos se acercaban corriendo a él. Trató de alejarse de ellos, pero no pudo continuar porque de repente, las cuentas de rosario que rodeaban a su mano maldita explotaron y la misma empezó a absorber aire con bastante fuerza. Los demás estaban rodeándolo con caras de preocupación en ese momento…

- "¡No, por favor! ¡Aléjense! ¡Váyanse, no quiero que mueran también! ¡NO!" – dijo mientras sentía como él mismo era succionado. Su visión se oscureció totalmente entonces…

En otro lugar, Yasha estaba corriendo solo, tratando de hallar en vano algún rastro de los demás.

- "¡Rayos! ¿Dónde pudieron haberse metido?" – gruñó con un tono que estaba a medio camino entre el miedo y la exasperación – "Ni siquiera puedo hallar a Inuyasha-nii…" –

En ese momento, sus sentidos captaron un aroma conocido y la figura a la que le pertenecía apareció frente a él…

- "¿Huh? ¿Quién será?" – dijo mientras iba corriendo hacia la figura – "¿¡Kagome-nee!?" –

Sin embargo, se quedó boquiabierto cuando contempló a la figura de cerca: era una hermosa mujer de largo cabello negro, que vestía un magnífico y elegante juuni hitotoe. Era Izayoi, la madre de Inuyasha…

- "Hola, querido hijo" – lo saludó Izayoi – "¿Has pasado un buen día?" –

- "¿Ma… mamá?" – se preguntó mientras las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos – "No puede ser… pero si tú… tú…" –

- "Inuyasha, cálmate. Ahora estoy a tu lado…" – le dijo Izayoi mientras le daba un afectuoso abrazo.

- "Mamá, quisiera estar contigo para siempre… pero debo buscar a mis amigos…" – dijo mientras se separaba de ella y se secaba las lágrimas – "Y además, mi nombre es Yasha…" –

- "No seas tonto, hijo mío" – le dijo Izayoi entre risas – "Siempre estarás bien mientras estés a mi lado. Ahora, vayamos a casa" –

Sin embargo, cuando Yasha tomó su mano, su madre tosió sangre y cayó desvanecida al piso.

- "¡Mamá!" – gritó mientras corrió a revisarla. En ese momento, su olfato detectó que algo estaba mal; y en efecto, al poner sus dedos sobre su muñeca, notó que no tenía pulso y tampoco pudo escuchar los latidos de su corazón cuando apoyó una de sus orejas sobre su pecho – "¡No, mamá! ¡No de nuevo! ¡Por favor, no me dejes otra vez!" –

Empezó a llorar desconsoladamente, hasta que el cuerpo de su madre se desvaneció y sus amigos aparecieron a su alrededor.

- "Cierra la boca, molestia" – gruñó malignamente Inuyasha desde detrás de él – "Mamá está muerta; y no hay nada que puedas hacer para arreglar eso" –

- "¿Inuyasha…nii?" – se extrañó Yasha cuando los vio aparecer. Corrió hacia ellos, en busca del apoyo de Miko y Gabriela, las sabias palabras de Gerardo, el consuelo de Kagome, o mitigar su dolor hablando con la persona que ahora consideraba su hermano mayor. Sin embargo, Inuyasha le propinó un puntapié que lo apartó de todos ellos. Entonces, notó que todos se estaban riendo de él – "¿Qué… ¡qué es lo que les hace tanta gracia!?" –

- "Pobre hanyou idiota" – se rió Miko de él – "¿De verdad creíste que podríamos ser amigos?"

- "¿¡Qué…!? ¿¡Qué estás diciendo!" – preguntó Yasha sintiendo como si su estomágo se hubiese llenado de plomo.

- "Es que es así" – se rió Kagome – "Un hanyou como tú no tiene lugar en este mundo. No eres más que una bazofia para la sociedad" –

- "Exacto" – rió Gerardo mientras sus anteojos mostraban un desagradable resplandor blanco – "Algo como tú no es más que una aberración al orden natural de las cosas" –

- "Yo jamás querría jugar con algo como tú" – dijo Gabriela mientras se reía estruendosamente.

- "Y para un youkai de mi calibre no es más que una vergüenza el que estés a mi lado" – dijo Shippou mientras se reía de él.

- "¿¡Qué!? ¿¡Pero cómo es que Inuyasha-nii está con ustedes!? ¡Él también es un hanyou!" – gritó Yasha enfurecido percibiendo como una horrible injusticia e hipocresía el que estuvieran diciendo eso.

- "Te equivocas. Olfatea y mírame bien, mocoso estúpido" – le dijo Inuyasha mientras levantaba el rostro para que pudiera verlo bien: lo tenía surcado por líneas púrpuras, mientras que sus ojos ahora eran púrpuras con las escleróticas de un rojo sangriento. Fue entonces que Yasha notó que sus garras se habían vuelto tan largas y afiladas que ahora parecían garfios…

- "No puede ser… ¿decidiste convertirte en un youkai completo, a pesar de la promesa que le hiciste a Kagome-nee?" – dijo Yasha cayendo de rodillas horrorizado.

- "Keh, no me interesa lo que piense nada ni nadie" – dijo Inuyasha indiferente a la reacción de Yasha – "Ahora tengo todo el poder que necesito, pero aún me falta una cosa" –

- "¿Qué… cosa...?" – dijo Yasha mientras tragaba saliva, intuyendo con horror lo que pasaría a continuación.

- "Deshacerme de ti para que mi poder llegué al máximo…" – contestó Inuyasha mientras saltaba y se preparaba para atacarlo – "¡Defiéndete ahora mocoso! ¡No tendré compasión contra ti!" –

- "No… nii-san… ¡no!" – chilló Yasha mientras comenzaba a correr con las lágrimas brotando de su rostro.

Mientras tanto, Sango continuaba también caminando por otro lugar oscuro, sin saber los horrores por los que sus amigos estaban pasando, ni el que le esperaba a ella misma…

- "Esa figura… ¿Será posible…?" – dijo cuándo vio una persona enfrente de ella. Empezó a correr a toda velocidad hacia el lugar en el que la había visto.

- "Onee-san…" – dijo la voz de Kohaku desde más adelante – "Por favor, ven por mí…" –

- "¡Kohaku, ya voy!" – dijo mientras continuaba corriendo hacia el sitio de dónde provenía la voz. Cuando finalmente llegó hasta ese lugar, notó que Kohaku estaba allí, vestido con su traje de batalla.

- "¡Onee-san!" – se alegró Kohaku al verla – "¡Hasta que por fin has llegado! ¡Me hiciste esperar mucho!" –

- ¿Kohaku…? ¿Pero cómo estás aquí? ¿Qué sucedió con…?" – preguntó Sango totalmente confusa al ver a Kohaku sano y salvo en un lugar como este.

- "Hehe, eso no fue nada; y además quería mostrarte las hazañas que he logrado" – dijo mientras se volteaba para mostrarle algo. Sin embargo, Sango quedó totalmente horrorizada…

Allí estaban todos sus amigos, sin duda alguna muertos y con marcas que evidenciaban que una hoz había sido la causa de las heridas que los habían matado… Y además, había una gran cantidad de cadáveres alrededor, todos los cuales parecían pertenecer a los exterminadores y sus familias de la aldea de donde provenían ambos… incluyendo su padre…

- "Kohaku… ¿Cómo… cómo pudiste hacer algo como esto…?" – dijo mientras caía de rodillas y estallaba en llanto.

- "¿Estás feliz por mí, onee-san?" – le preguntó Kohaku mientras sonreía dementemente.

- "¡No! ¿¡Cómo pudiste matarlos a todos ellos!? ¿¡Por qué lo hiciste!?" – le gritó Sango hecha una furia.

- "Eso es porque…" – dijo Kohaku mientras tomaba una forma monstruosa: parecía una gran babosa que de su antigua figura humana solo conservaba su rostro, fijado a su parte superior como si fuera una máscara – "¡Porque ahora soy un youkai, gracias a Naraku-sama! ¡Y ahora haré mi mayor hazaña: exterminarte a ti!" –

- "No, Kohaku… ¡No!" – gritó Sango mientras se desplomaba en el piso, sobrecogida por el horror y la tristeza…

Shippou estaba lloriqueando en otro espacio de oscuridad aislado, mientras que corría desesperado, tratando de hallar a los demás…

- "¡Kagome! ¡Miroku! ¡Sango! ¡Miko! ¡Inuyasha! ¡Yasha! ¡Gerardo! ¡Gabu! ¿¡Adónde se fueron todos!?" – chilló aterrado.

Un segundo después, vio a la distancia lo que parecían ser las siluetas de los demás…

- "¡Ah, allá están!" – se le iluminó el rostro y empezó a correr hacia ellos – "¡Esperen, no me dejen atrás!" –

Sin embargo, los demás hicieron como si no hubiesen escuchado nada y continuaron caminando.

- "¡Oigan! ¿¡Acaso no pueden escucharme!?" – chilló Shippou creyendo que lo estaban ignorando y aceleró el paso para intentar alcanzarlos. No obstante, cuando llegó hasta el sitio donde los había visto, no había señal alguna de ellos: parecía que se hubiesen esfumado en el aire.

- "¿Qué… qué está pasando aquí…?" – se preguntó horrorizado. Entonces soltó un gritó de terror: frente a él se habían aparecido los Hermanos Relámpago, Naraku, Kagura, Kanna y Tenebross; y lo miraban con sonrisas terroríficas.

- "Pobre pequeño kitsune…" – se burló el Hermano Relámpago mayor, Hiten – "¿Acaso te perdiste?" –

- "Hehe, hermano, creo que hemos conseguido lo que me hacía falta…" – dijo el hermano menor, Manten – "Con esta criaturilla, ¡podré hacerme una peluca para complementar mi cinturón de piel de zorro!" –

- "¡No, Inuyasha los mató a ustedes dos hace mucho tiempo!" – chilló Shippou asustado.

- "Kukuku… yo los traje de vuelta a la vida para que se encargasen de ti, kitsune…" – rió Tenebross maléficamente.

- "Ahora que los demás tontos han sido aniquilados, tú eres el único que queda; y es hora de que desaparezcas como tus amigos…" – se rió Naraku; y acto seguido, todos se lanzaron a atacarlo.

- "¡NO! ¡ALGUIEN, AYÚDEME!" – gritó Shippou mientras corría y lloraba.

Gabriela estaba corriendo y mirando alrededor, asustada por estar separada de sus amigos y completamente sola en la oscuridad a la que tanto temía; la cual no podía penetrar ni con sus poderes de luz a su máxima intensidad…

- "¿Dónde estarán todos?" – se preguntó mientras se detenía un momento a recuperar aliento – "¿Cómo terminé aquí?" –

En ese momento, vió una figura conocida delante…

- "¿Quién será?" – dijo mientras dejaba su arco alistado para defenderse de cualquier enemigo potencial y temerosamente caminaba hacia la figura. Cuando se acercó lo suficiente, pudo apreciar que era una niña más o menos de su misma edad y altura, con el cabello castaño claro, ojos marrones y gafas, la cual iba vestida con ropas similares a las de Gabriela, pero con acentos rojos y naranjas en vez de blancos y plateados – "Imposible… ¿¡Tiffany!? ¿¡Cómo llegaste aquí!? ¿¡Y por qué llevas esas ropas!?" –

La aludida, que era la mejor amiga de Gabriela en su mundo, se dio la vuelta y la miró con una expresión que era parte odio, parte burla.

- "Vaya, vaya, pero si es la persona que yo creía era mi mejor amiga" – dijo con la voz cargada de rabia – "¿Por qué nunca me mencionaste nada de esto?" –

- "Es que yo no podía, porque…" – dijo Gabriela, pero Tiffany la cortó levantando la mano.

- "Fui una estúpida por creer que podía confiar en alguien como tú," – le dijo mientras se volteba – "Mejor amiga… si claro… eres la peor niña que pude haber conocido; ¡y no quiero volver a verte nunca más en mi vida!" –

- "No… ¡Tiff, espera!" – dijo mientras empezaba a correr hacia ella, pero en ese momento, una figura azul se interpuso en su camino y la derribó cuando chocó con ella.

- "Uhh… ¿¡Gerar!?" – preguntó Gabriela mientras veía la figura que la había tirado al suelo: era su hermano, el cual de inmediato la tomó por el brazo – "¿¡Pero qué haces!? ¡Tengo que hablar con Tiff ahora mismo!" –

- "Cierra la boca, estorbo" – le gruñó Gerardo mientras la halaba hacia la oscuridad – "¡No tendrás que hablar con nadie más ahora; y me aseguraré de que no lo hagas!" –

- "¿Qué… qué estas diciendo, Gerar?" – dijo Gabriela aterrada viendo el cambio de actitud de su hermano.

- "Estoy diciendo que ya estamos hartos de ti… todo el tiempo te la pasas chillando y llorando por cualquier cosa" – respondió Gerardo con la voz cargada de desprecio – "Así que nuestros padres y yo decidimos ponerte en adopción para que no molestes más" –

- "No… ¿¡Cómo pueden hacer eso!?" – chilló Gabriela entendiendo la situación mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos.

- "Es simple: ya no te queremos más con nosotros," – se rió Gerardo mientras sus ojos ensombrecidos mostraban un fulgor maligno – "No te amamos. Al contrario, ¡pensamos que tu existencia misma no es más que un grave error por el que todos estamos pagando!" –

- "No… ¡NOOOO!" – gritó Gabriela mientras caía al suelo y estallaba en llanto.

En otro sitio de esta oscura cámara de torturas, Inuyasha estaba caminando; y al igual que Yasha, trataba de localizar a los demás a través de su olfato y oídos. Al poco rato...

- "Inuyasha…" – dijo la voz de Kikyou desde la distancia.

- "¿¡Kikyou!?" – gritó Inuyasha sorprendido – "No, no debo dejarme llevar ahora mismo por esto… Kagome y los demás me necesitan…" –

- "Inuyasha… ¡Devuélveme la Perla ahora mismo!" – gritó la voz; y en ese momento una flecha brillando en gris salió disparada desde la oscuridad, la cual no se clavó en el pecho de Inuyasha por apenas unos centímetros.

- "¿¡Una Flecha Selladora!" – gritó Inuyasha sobrecogido ante la visión de la misma flecha que lo había condenado a cincuenta largos años de sueño. Y cuando miró hacia abajo, resolló sorprendido al ver que ahora cargaba la Perla, brillante y completa, alrededor de su cuello – "¿¡La Perla de Shikon!? ¡Imposible! ¡El bastardo de Naraku la tenía casi toda!" –

Entonces apareció Kikyou con su arco en alto, preparada para dispararle otra Flecha Selladora.

- "Kikyou, ¡deténte!" – gritó Inuyasha levantando la mano para disuadirla de que le disparase – "¡Yo no fui el causante de esto! ¡Fue Naraku!" –

- "Eso lo sé, Inuyasha" – le dijo Kikyou mientras tiraba su arco y flechas al suelo y corría a abrazarlo, a pesar de su diferencia tan notoria de alturas – "Lo sé, pero necesitaba comprobarlo…" –

- "Kikyou…" – susurró mientras se dejaba llevar por el abrazo.

- "Al menos así… podré morir felizmente…" – dijo Kikyou mientras su cuerpo y vestimentas empezaban a teñirse de rojo y a volverse líquidos…

- "Kikyou… ¿¡Qué te está pasando!?" – gritó Inuyasha al percibir el horrendo cambio y sentir con su olfato el olor a sangre.

- "Este es mi final…" – dijo Kikyou con las pocas fuerzas que le quedaban – "Al menos… me alegra poder… desaparecer en tus brazos…" –

En ese momento se disolvió por completo y de ella solo quedó un charco de sangre.

- "¡Kikyou!" – gritó Inuyasha lleno de dolor. Sin embargo, eso no fue todo, ya que al momento siguiente escuchó los gritos de una chica; y cuando llegó al sitio de dónde provenían vió a Kagome y a Miko tiradas sobre otra charca de sangre, muertas; y sobre sus cadáveres estaba él mismo en su forma adulta, pero en su forma de youkai – "No… no es posible… Tessaiga…" –

Sin embargo, cuando sacó a Tessaiga para intentar atacar a su forma de youkai y asegurarse de que el sello que la espada le ponía a su parte demoníaca aún estuviese intacto, vió que la espada estaba rota por la mitad; y en ese momento notó que además de Kagome y Miko, también estaban los demás, incluido Yasha, en esa pila de muerte que su forma de youkai había creado.

- "No… no… no puede ser… no, no pude haber sido yo quien los mató… no…" – dijo mientras se clavaba las garras en las palmas de sus manos hasta el punto en que comenzaban a sangrar, mientras soltaba lágrimas ante la desesperación, horror y tristeza que estaba sintiendo – "¡NOOOOOOO!" –

A pesar de todo esto; y de todos los horrores y pesadillas bajo los que todos estaban atrapados, Kagome era por mucho la que estaba pasándolo peor de todos… Tan pronto como la sombra, reflejo o lo que fuese la soltó y la dejó abandonada para desaparecer en medio de la oscuridad, fue asaltada por una memoria que esperaba nunca tener que volver a recordar: la muerte de su padre.

En ese momento se había visto a sí misma cuando tenía siete años, mientras su padre estaba postrado en una cama de hospital; con su madre embarazada de Souta a su lado tomándolo de las manos; y el abuelo sentado en un rincón, ofreciendo rezos para que su hijo pudiera sobreponerse a esto. Sin embargo, no sirvió de nada: a los pocos minutos el monitor de ritmo cardíaco cayó a una línea plana y a pesar de los intentos de los médicos y enfermeras, todo fue un vano: su padre se había ido y nunca regresaría de aquel sueño eterno.

Kagome cayó al suelo en llanto mientras veía aquellas memorias de cuando su madre le había explicado que le había pasado a su padre, para después ser reemplazadas por las memorias de su funeral y su entierro.

Después de que se disolvieron en la oscuridad, apareció Inuyasha…

- "Inuyasha…" – dijo Kagome con voz débil. Sus ojos estaban enrojecidos por todas las lágrimas que esas dolorosas memorias le habían hecho derramar y su voz estaba quebrada por todos los sollozos y gemidos. Se levantó y corrió a intentar abrazarlo, pero él sólo la ignoró y continuó corriendo más allá, hacia donde se encontraba otra persona: Kikyou.

- "No… Inuyasha… ¿y la promesa que nos hicimos...?" – dijo mientras veía las memorias de cuando ella e Inuyasha se besaron bajo las estrellas, a la orilla de aquél lago. Luego, aparecieron Miko y Yasha, riendo y tomados de la mano; y al igual que Inuyasha, ambos la ignoraron – "Es cierto… esa promesa no la hicimos nosotros… la hicieron ellos… así que no cuenta…" –

Se volteó para no verlos a ellos, ni tampoco a Kikyou ni a Inuyasha, los cuales parecían a punto de darse un apasionado beso.

Sin embargo, cuando levantó la mirada de nuevo, se dio cuenta de que la oscuridad había sido reemplazada por el interior de su casa, la cual estaba demasiado silenciosa. En ese momento, Miko apareció ante ella de nuevo, pero cuando Kagome se intentó acercar a ella…

- "¡Aléjate de mí!" – le gritó Miko – "¡No quiero que te acerques!" –

- "Miko, pero…" – dijo Kagome débilmente. Ya se estaba sintiendo terrible por todo lo que había visto hasta ahora, lo cual se evidenciaba fácilmente porque estaba al borde de las lágrimas de nuevo – "¿Por qué? ¿Qué te he hecho?" –

- "¿¡Qué te parece haberme creado como una extensión de tu alma solo para que pudieras jugar de nuevo con Inuyasha-nii!?" – le gritó Miko con la voz llena de odio – "¿¡Qué te parece querer nada más absorberme para que yo deje de existir y poder volver a ser la única hija de nuestra madre!?" –

- "Miko, yo jamás he querido hacer algo como eso…" – le dijo Kagome – "Yo sólo… yo sólo…" –

- "¡Cierra la boca!" – le gritó Miko mientras la miraba con desprecio – "¡Me iré hasta un lugar donde jamás volvamos a vernos! ¡Tú no eres ninguna onee-san, tú eres un monstruo! ¡La persona mas horrible y terrible que he conocido!" –

Luego se fue corriendo hacia afuera de la casa.

- "¡Miko, espera!" – dijo Kagome mientras la seguía para tratar de razonar con ella. Sin embargo, tan pronto como llegó fuera, se encontró con una vista horrible: todo estaba cubierto con el miasma de Naraku y el cielo con sombras más negras que la misma noche.

Debajo de este negro manto, vió que todos los habitantes de la ciudad habían muerto a causa del miasma y entre ellos estaban su familia, amigas, Miko; y finalmente, todos sus compañeros de viaje con los ojos abiertos y vacíos… Y encima, en el centro del negro cielo, estaban Naraku y Tenebross, sosteniendo la Perla y el Cristal de Sombras en sus formas completas, riendo triunfante y malignamente…

- "No… por favor, que esto no sea real… que sea una pesadilla… no… ¡NO!" – gritó mientras se ponía en posición fetal en el piso y lloraba desconsoladamente.

Mientras tanto, afuera de toda esa oscuridad, la luz blanca que había seguido a Kagura se detuvo frente al espejo y otra vez tomó su verdadera forma: una criatura semejante a un ángel de alas negras y agujereadas, vestido con un kimono blanco similar al de Gerardo y una armadura de samurái blanca encima, el cual llevaba su plateado cabello recogido en varias trenzas doradas. Era Kouin.

Tocó la superficie del espejo, el cual entonces reflejó lo que les estaba pasando a todos los que estaban atrapados dentro: Gerardo estaba de rodillas viendo al vacío, Miko estaba tirada en el suelo llorando, Yasha huía de un enemigo inexistente, Sango estaba arrodillada cubriéndose el rostro con las manos, Miroku se había quedado como una estatua viendo su mano maldita, Shippou huía al igual que Yasha, Gabriela estaba llorando tirada de espaldas al piso, Inuyasha estaba inmóvil de pie; mirando sus manos; y Kagome estaba llorando, acurrucada en posición fetal, todos ellos con los ojos completamente abiertos, nublados, sin parpadear…

Kouin apretó los dientes con amargura. Aparecieron unas extrañas marcas rojas sobre las delicadas facciones de su rostro mientras que sus ojos brillaban en un blanco verdoso y dió un golpe al suelo con tristeza y decepción – "Lord Tenebross... has ido demasiado lejos… juramos que nunca usaríamos esto…" –

Acto seguido, se transformó en una esfera de luz de nuevo, entró al espejo y empezó a buscar a cada uno de los miembros del grupo. Al poco tiempo los encontró y envolviéndolos con su resplandor los sacó a todos, dejándolos tendidos sobre el suelo de madera del templo abandonado.

- "Será mejor que me encargue de ellos rápido" – dijo Kouin cuando hubo retomado su forma humana. Envolvió sus manos con una luz blanca y empezó a pasarlas frente a los ojos de cada uno, los cuales aún seguían como cuando aún estaban encerrados en el espejo: como zombis. El Espejo de las Tinieblas, por otra parte, se agrietó y se hizo pedazos tan pronto como salieron, mientras que sus fragmentos se volvieron meros trozos de vidrio, perdiendo así su maligna magia.


(Ending: Come)

miércoles, 24 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 17

Capítulo 17:

Caminando Sobre Fuego

(Opening: Little Date)

Todos en el grupo continuaron siguiendo el rastro de oscuridad que el Fragmento de Sombras había dejado mientras caía por el cielo como una estrella fugaz. Gerardo y Gabriela a cada rato abrían los mapas de la región en sus Dragtemns para continuar comprobando si iban en la dirección correcta, mientras que Kagome y Miko hacían lo mismo usando sus poderes espirituales.

Sin embargo, sabían que tendrían que parar pronto, ya que habían salido muy tarde de la casa de Gerardo, y dos horas después, ya había empezado a oscurecer.

- "¿Vamos bien?" - les preguntó Inuyasha mientras se detenían por un momento a comprobar la ruta.

- "Si, hasta ahora hemos seguido bien el rastro" - dijo Gerardo indicando el punto en el que suponían había caído el fragmento - "¿Creen que sea momento de que aceleremos el paso?" -

- "Sí, de lo contrario perderemos el rastro del fragmento por completo" - dijo Sango mientras Kirara gruñía por respuesta.

- "¡Entendido!" - dijo Gerardo mientras se volteaba a mirar a Gabriela; y luego de ver como ella le asentía en respuesta, ambos y Kirara aumentaron su velocidad de vuelo, mientras que Inuyasha también corría y saltaba con más rapidez.

- "En todo caso, tratemos de no gastar mucha energía, ya que seguramente Tenebross está planeando enviar a otro de los dos demonios elementales que le quedan" - dijo Gerardo con un tono de voz muy serio. Él y Gabriela estaban planeando, aprovechando el viento que soplaba durante el ocaso para no gastar energía innecesariamente.

- "Entonces, ¿Tenebross tenía solo seis monstruos como sus sirvientes?" - preguntó Miroku.

- "De hecho tenía todo un ejército en Dragonia, pero sólo tiene seis generales: uno por cada uno de los seis elementos principales" - confirmó Gabriela.

- "Así: Ankon era Oscuridad, Insui era Agua (puag)" - dijo Gerardo mientras ponía una expresión de asco a la vez que contaba a los monstruos que ya habían vencido con la mano - "Kazein era Viento y Douin era Tierra"

- "Entonces solo nos quedan ese extraño demonio de Luz que nos atacó el otro día..." - dijo Inuyasha mientras retorcía sus garras a la vez que saltaba al siguiente árbol.

- "Y el demonio de Fuego, el cual sigue siendo desconocido para nosotros" - dijo Miroku mientras se ponía en su pose pensativa.

- "El de Luz podría ser un gran problema, viendo lo que le hizo a Kagome y el hecho de que Gabriela aun no ha desarrollado bien sus poderes" - dijo Sango mientras se volteaba a mirar a Kagome y a Miko en su forma espectral. Ambas chicas le regresaron una mirada tranquilizadora, pero del otro lado, Gabriela sólo bajó la mirada en respuesta a las palabras de Sango.

- "Pero el de Fuego debería ser pan comido" - dijo Gerardo con una sonrisa confiada - "Recuerden: el Fuego es débil contra el Agua; y ya no pienso bajar la guardia, ya que planeo utilizar todas mis habilidades al máximo en las próximas batallas que tenga" -

- "Por lo visto has aprendido de tus errores del pasado" - dijo Miroku en tono complacido.

- "Sólo espero que no metas más la pata" - le espetó Inuyasha.

- "Inuyasha ya se puso conflictivo de nuevo..." - dijo Shippou.

- "Hmm... a ver... ¿quién usó la magia de curación que nos salvó la vida a ambos?" - dijo Gerardo poniendo una sonrisa un tanto maliciosa. Shippou se salvó sólo porque Gerardo habló antes de que Inuyasha hubiese reaccionado.

- "Tú..." - dijo Inuyasha a regañadientes - "¡Pero eso no es suficiente para compensar el que no peleaste bien cuando luchamos contra Douin! ¡Y no olvidemos el desastre de la Compresión del Tiempo!" -

- "¡Ya sabes que Kazein fue el que provocó eso! ¡No tienes por qué sacárselo en cara a cada momento!" - dijo Gabriela molesta.

- "Está bien, Gaby..." - dijo Gerardo levantando una mano para que se detuviera.

- "¡Pero Gerar...!" - dijo Gabriela indignada.

- "Cálmate, lo sé;" - dijo Gerardo para luego mirar a Inuyasha con seriedad - "Sé que cometí un error entonces: ya prometí que no repetiría de nuevo un error como ese, aún si no fue a causa de mi propia voluntad... Y además, prometo también que no me confiaré más durante los combates" -

- "Eso era lo que quería escuchar" - dijo Inuyasha mientras sonreía desagradablemente.

- "Nii-san... creo que te sobrepasaste un poco..." - dijo Yasha mientras flotaba a su lado.

- "Keh, no lo creo" - le respondió Inuyasha - "Además, le hace falta aprender unas cuantas cosas sobre las batallas" -

Mientras tanto, Kagome y Miko aún seguían conversando sobre los demonios elementales.

- "Onee-san... la verdad... no quiero pelear contra el demonio de la Luz..." - dijo mientras jugaba con sus manos nerviosamente.

- "¿Huh? Pero, ¿por qué?" - le preguntó Kagome extrañada - "¿Acaso eso no fue muy doloroso para ti?" -

- "Sí, me dolió mucho... sobre todo cuando me enteré que solo era parte de tu alma... pero también... fue lo que permitió que estuviéramos juntas como lo estamos ahora, y fue lo que me permitió por fin conocer a mi verdadera familia... La verdad, quisiera darle las gracias por eso... Y por eso... no quiero luchar contra él..." - dijo mientras miraba a Kagome con una triste sonrisa.

- "Ahora que lo pienso, él fue el demonio menos agresivo de todos" - dijo Gerardo, que, al igual que los demás, había estado muy pendiente de la conversación que ambas tenían. Luego se giró y empezó a volar de espaldas para encarar a los demás - "Ni siquiera trató de atacarnos, solo se apoderó del cuerpo de Kagome y se fue como si nada" -

- "Es cierto, ¡aunque el acto de posesionarse de ella no fue bueno en absoluto!" - dijo Miroku en el tono que un guardián moral del tiempo presente usaría - "¡Ningún hombre debe tratar a una mujer de ese modo!" -

- "Mira quién habla..." - dijo Shippou mirándolo con desagrado.

- "Está conversación tomó un matiz pervertido en cuanto entró usted en ella, Houshi-sama..." - dijo Sango mirándolo con rabia.

- "Miroku no tiene remedio..." - dijo Yasha suspirando. Todos menos Sango y Miroku comenzaron a reír al momento siguiente. Sin embargo, sus risas se detuvieron en cuanto vieron como Gerardo y Gabriela se había quedado suspendidos en el aire y miraban con mucha seriedad a una aldea que tenían debajo...

- "¿Allí cayó el fragmento?" - preguntó Inuyasha deteniéndose en la copa de un árbol que estaba cerca de ellos.

- "Si, de acuerdo a la energía elemental de Sombras que detectan nuestros Dragtemns, este es el lugar" - dijo Gerardo mientras lo miraba a la cara.

- "Pero, ¿esta no es la aldea en la que...?" - dijo Miko cubriéndose la boca con las manos.

- "Sí, es la aldea que se encontraba cerca de la cueva donde hallamos los medallones" - confirmó Sango asintiendo con la cabeza.

- "¿Y qué tiene de especial?" - preguntó Inuyasha con voz aburrida - "No es como si no hubiesen visto esos fragmentos antes" -

- "No es por eso... el fragmento que acaba de caer no es el único que hay por aquí..." - dijo Gerardo mientras abría el mapa y se enfocaba en las montañas cercanas a la aldea - "Hay en total cuatro fragmentos en esta zona, incluyendo el que acaba de caer aquí" -

- "¿¡Cuatro fragmentos!?" - dijo Kagome echándose atrás por la sorpresa, en especial después de que ella misma y Miko sintieron el aura maligna que despedían a pesar de la distancia - "Es cierto... pero, ¿cómo es eso posible?" -

- "Al parecer, uno de esos fragmentos es una especie de 'sintonizador' que puede llamar a los otros fragmentos que se encuentran cerca" - explicó Gerardo - "Explicándolo resumidamente, son Fragmentos de Sombras más grandes y poderosos que los normales. La diferencia es tal que incluso tienen un término especial para ellos en Dragonia: les llaman Ityapinamsa" -

- "Entonces es aún más importante que los obtengamos nosotros primero" - dijo Miroku mientras su rostro y los de los demás se enseriaban.

- "Sí, ¡mejor nos apresuramos!" - dijo Inuyasha.

- "¡Ah!"- saltó Miko de repente - "Acabo de recordar algo. ¿Acaso no había un cristal o algo así en el templo que estaba al lado de la cueva de los medallones?" -

- "No puede ser... ¿Crees que sea posible que el fragmento grande sea el cristal de la suerte del que nos habló ese anciano?" - preguntó Kagome.

- "Sí, es probable, ahora que lo pienso," - dijo Miroku mientras su miraba se volvía aún más tiesa - "Eso explicaría porque ese lugar estaba lleno de youkai" -

- "En ese caso, hablemos menos y busquemos más" - dijo Gerardo mientras él y Gabriela bajaban al suelo para cancelar sus transformaciones y evitar llamar la atención cuando llegaran a la aldea. Los demás los siguieron.

- "Bueno, al menos no quedamos tan lejos de la aldea como para caminar hasta el cansancio" - dijo Gerardo mientras seguían el resto del camino a pie.

- "Aunque ya está oscureciendo, así que deberíamos ir buscando un lugar para acampar" - dijo Sango mientras miraba como la poca luz de día que quedaba empezaba a apagarse.

- "¿Y qué les parece si realizo un exorcismo en la mansión del jefe de esta aldea?" - sugirió Miroku.

- "Aún sigues engañando a la gente..." - le dijo Inuyasha con desagrado.

- "Bueno, solo lo sugerí para que tuviéramos un lugar cómodo para quedarnos" - dijo Miroku encogiéndose de hombros para luego esbozar una sonrisa irónica - "Además, ya tengo mucho que no realizo uno; y puede que me haga falta algo de práctica" -

Los demás solo suspiraron y decidieron aceptar la sugerencia. Así que fueron hasta la casa que se encontraba en la parte más alta de la aldea, justo donde comenzaba el camino de montaña que llevaba hacia el templo, y Miroku tocó la puerta.

- "Buenas noches" - lo saludó Miroku.

- "Buenas noches, houshi-sama" - lo saludó el dueño de la casa. Era un hombre de mediana edad de cabello negro atado hacia arriba que llevaba un kosode verde con líneas verde oscuro y una hakama marrón - "¿En qué puedo serle de ayuda?" -

- "¡Me temo que hay auras malignas contaminando este recinto; y será necesario realizar un exorcismo para despejarlas!" - dijo Miroku moviendo su shakujou con florituras drámaticas. Esto hizo que el dueño de la casa saltase hacia atrás mientras se agarraba el pecho con una mano.

- "¿¡Es en serio!? ¡Entonces, por favor pase adelante!" - le dijo mientras caminaba hacia atrás y hacia gestos para invitar a Miroku a que entrase.

- "Sin embargo, debo añadir que el exorcismo necesita una noche para prepararse, así que necesitaremos que nos acomoden hasta mañana a mí y a mis acompañantes" - dijo Miroku mientras el resto del grupo entraba tras él.

- "¡Por supuesto, houshi-sama! ¡Siéntanse con libertad de pedir cualquier cosa que necesiten!" - dijo el dueño. Luego llamó a los habitantes y criados de la casa y les pidió que atendieran a los recién llegados.

De inmediato los acomodaron en la sala principal y les sirvieron la cena que habían preparado esa noche: estofado de verduras. Empezaron a comer mientras conversaban sobre su viaje con la gente, aunque ocultando sus verdaderos propósitos; y del mismo modo, Miko y Yasha permanecieron ocultos durante toda la cena.

Sin embargo, llamó su atención que el hijo mayor del jefe y una chica que tenía al lado parecían no querer hablarse. El chico llevaba un kosode verde oscuro y llevaba su negro cabello atado en una cola de caballo, mientras que la chica tenía el cabello corto, y vestía un kosode rosa decorado con flores rojas y atado con un obi amarillo y rojo.

- "Por cierto, señor... no quisiera ser entrometido, pero..." - dijo Gerardo dirigiéndose al jefe de la aldea - "¿Qué es lo que sucede con ellos dos?" -

- "Ah... bueno, mi hijo Yuuichi está comprometido con esa chica, Seina" - le dijo el jefe - "Es un pacto que hicimos su padre y yo hace mucho tiempo para asegurar la prosperidad y bienestar de nuestras aldeas" -

- "Aunque parece que se odian..." - dijo Kagome, viendo como los dos miraban hacia lados opuestos con caras de enfado y los brazos cruzados.

- 'De hecho parecen Inuyasha y Kagome cuando no quieren hablarse' - pensó Sango mientras comía.

- "Si... ciertamente no se tienen mucho afecto... han sido así desde que eran niños... y es un gran problema para nosotros el que no se lleven bien..." - dijo el jefe con una voz llena de decepción para luego soltar un gran suspiro.

Luego de que hubieron cenado y llegaron a la habitación donde dormirían...

- "Bueno, al menos toda esa patraña de las auras malignas tiene algo de verdad dentro de sí" - dijo Gerardo mientras acomodaban los futon - "Aunque sí que es inusual toparse con algo como esto" -

- "¿Qué cosa?" - preguntó Inuyasha - "¿Los niñatos esos que se odian?" -

- "Sí, así es" - dijo Gabriela asintiendo con la cabeza.

- "Estoy de acuerdo" - dijo Gerardo mientras colocaba su futon cerca del que Gabriela usaría para dormir - "Escuché que los matrimonios arreglados eran comunes en esta era, pero no pensé que hubiera alguno en que ambas partes se odiaran mutuamente" -

- "En cualquier caso, no podemos hacer nada por ellos y tampoco es lugar para que metamos nuestras narices" - dijo Miroku cerrando los ojos algo irritado - "Será mejor que nos vayamos a dormir de una vez" -

- "Jeje, de seguro Miroku dice eso porque no consiguió a quien cortejar" - dijo Shippou entre risas.

- "Bueno, supongo que es una pequeña mejora" - dijo Gerardo mostrando una sonrisa sarcástica.

- "Sí. Es un milagro que no hubiese estado intentado cortejar a nadie" - dijo Inuyasha con una sonrisa burlona de oreja a oreja.

Miroku no respondió nada y se retiró a su habitación. Sango hizo lo mismo poco después.

- "Creo que los hicieron enfadar" - dijo Kagome pestañeando un par de veces.

- "Keh, como si hubiésemos dicho mentiras" - dijo Inuyasha cerrando los ojos.

- "Lo siento, era inevitable" - dijo Gerardo poniendo una mano detrás de su cabeza.

- "Ay, Gerar..." - dijo Gabriela suspirando y negando con la cabeza - "Parece que aún sigues cometiendo errores" -

- "¿Y desde cuando bromear cuenta como un error?" - le preguntó entrecerrando los ojos.

- "¡Porque provocaste a Inuyasha y los hiciste enfadar a los dos!" - dijo Gabriela con cara de rabia - "¡Debes dejar esos juegos!" -

- "Creo que en eso tienes razón... bueno, será mejor que dejemos la charla y nos vayamos a dormir" - dijo Gerardo, mientras se acercaba a Gabriela - "Pero primero..." -

- "¿Por qué te acercas tanto?" - dijo ella alzando una ceja.

- "¡Para hacerte cosquillas!" - dijo mientras empezaba a hacerle cosquillas en el cuello y en el estómago. Gabriela se deshizo en risas enseguida.

- "¡Jajajaja! ¡Ya... ya... déjalo ya...!" - dijo mientras se reía a carcajadas. Kagome, Miko, Yasha y Shippou se rieron gracias a que la risa de Gabriela era extremadamente contagiosa, mientras que Inuyasha solo bufó y se fue a dormir.

- "Hehe... ¡tenía mucho tiempo que no lo hacía!" - dijo Gerardo riendóse después de que la había dejado tranquila.

- "¡Argh! ¡Abajo!" - dijo Gabriela furiosa. Al instante Gerardo cayó al piso de madera, mientras que al mismo tiempo se escuchó un "¡Maldición!" y el sonido de un cuerpo cayendo al piso en una habitación contigua.

- "Al menos valió la pena..." - dijo con voz adolorida. Se levantó luego de unos pocos minutos y él y Gabriela se fueron a su habitación a dormir.

- "Son un poco extraños, ¿no?" - dijo Shippou mientras se quedaba mirando a la puerta corrediza que habían usado para salir de la habitación.

- "Un poco, pero el viaje se vuelve más divertido cuando ellos están con nosotros, además de que sus habilidades nos han ayudado mucho en batalla desde que nos conocimos" - dijo Kagome mientras también empezaba a prepararse para irse a dormir.

Y así, pasaron otra noche sin incidentes. A la mañana siguiente, Miroku hizo su pequeño exorcismo falso después del desayuno y a continuación, partieron en dirección hacia la montaña.

- "Se siente muy raro que andemos por este camino de nuevo de esta forma" - dijo Miko sonriendo mientras flotaba al lado de Kagome.

- "Pero, ¿no han pasado ya por cosas más raras?" - dijo Gabriela mientras sonreía. Ya estaban a mitad de camino de donde estaba el templo, que era el lugar donde suponían que había caído el fragmento.

- "Bueno, solo esperemos que nada raro en extremo aparezca por aquí" - dijo Gerardo suspirando.

- "En especial porque este lugar estaba habitado por youkai muy poderosos; y como en ese entonces Miko y Yasha aún no sabían bien como pelear, tuvimos grandes dificultades" - dijo Miroku mientras ponía una mano sobre su barbilla.

- "Ahora que lo mencionas, nunca he visto a Miko y a Yasha peleando..." - dijo Gerardo mientras se giraba para mirarlos.

- "Yo tampoco..." - dijo Gabriela algo triste.

- "Eh... es porque estamos casi todo el tiempo en forma espectral ahora... por no decir el tiempo que permanecimos sellados en las mentes de Kagome-nee e Inuyasha-nii..." - dijo Yasha cruzándose de brazos y piernas mientras permanecía flotando frente a ellos - "La verdad quisiera tener la oportunidad de batallar de nuevo" -

- "Yo también" - dijo Miko mirando hacia el suelo.

- "¿Y por qué no luchan todos a la vez?" - preguntó Sango sonriéndoles - "No creo que las habilidades de Inuyasha y Kagome se reduzcan con sus edades si usan los medallones" -

- "¡Sería muy divertido ver eso!" - dijo Gabriela dando una palmada con sus manos.

- "¡Sí!" - dijo Shippou saltando en el mismo sitio.

- "Aunque será mejor que nos abstengamos de experimentar en batallas serias" - dijo Gerardo con una mirada seria - "Deberíamos primero probar con youkai débiles para ver que tal luchan bajo esas condiciones" -

- "Es cierto" - dijo Kagome. Al instante siguiente, pareció que se le había ocurrido una idea, ya que sonrió brillantemente y dió una palmada - "¡Y es posible que así podamos inventar nuevas técnicas de combinación!" -

- "Ciertamente, creo que el Hallowed Saber que usó Gerardo en la pelea contra Insui podría ser posible si tenemos a Miko y a Kagome separadas" - dijo Miroku sonriendo mientras miraba a ambas - "Sería una gran ayuda el tener a nuestra disposición ataques con ese nivel de poder" -

En ese momento, un gran número de youkais de diversas clases aparecieron ante ellos.

- "Bueno, ¿que les parece si lo probamos ahora?" - preguntó Gerardo sonriendo mientras desenfundaba a Ryuuga y transformaba a Fuuinryu en su forma de escudo.

- "¡Sí! ¡Quiero ver que tanto podemos incrementar nuestras fuerzas!" - dijo Inuyasha apretando sus colmillos en una sonrisa confiada mientras desenfundaba a Tessaiga. Luego se giró para mirar a Kagome - "¡Kagome!" -

- "¡De acuerdo!" - dijo Kagome mientras ambos cambiaban sus medallones a Separación; y al instante siguiente, en medio de un destello de luz, aparecieron Miko, Yasha, Kagome e Inuyasha, todos cargando sus respectivas armas y con los dos últimos en sus formas infantiles.

- "¿¡Una segunda Tessaiga!?" – dijo Inuyasha pestañeando varias veces cuando vio a Yasha apareciendo con una copia perfecta de su espada y funda en sus manos.

- "¡Eso parece...!" – dijo Miko con los ojos abiertos al máximo, al igual que los demás – "¡Tal parece que ahora tendrán doble poder!" –

- "Bueno, hablando de sorpresas agradables" – dijo Miroku mientras veía la espada con la misma cara de sorpresa que todos los demás. Luego, se voltearon para encarar a los youkai.

- "¡Muy bien, comencemos con esto! ¡Y traten de no eliminarlos demasiado rápido!" - dijo Gerardo tratando de sobreponerse a la sorpresa. Entonces corrieron hacia los youkai.

- 'Siento... como si supiera lo que nii-san va a hacer...' - pensó Yasha a los pocos momentos; y al instante, mientras Inuyasha lanzaba un Kaze no Kizu... - "¡Kaze no Kizu!" -

Yasha lanzó otro en la misma dirección que Inuyasha, haciendo que los dos ataques se arremolinasen y juntasen en uno solo, aumentando el poder y alcance de la onda de energía y destruyendo a todos los youkai a los que alcanzaba.

- "¿Cómo supiste que iba a hacer eso?" - le preguntó Inuyasha mientras continuaban peleando.

- "No lo sé... ¡solo lo sentí!" - respondió Yasha mientras cortaba a un par de youkai que tenía enfrente.

- "Es por la Sincronía" - explicó Gerardo, el cual también estaba enfrascado bloqueando ataques con su escudo y dividido entre el asestar mandobles con su espada y lanzar rayos de agua - "Es la capacidad que tenemos todos de poder sentir las mentes de las personas más cercanas a nosotros; y claro, como ya ustedes tienen una sincronía máxima natural por ser partes de una misma alma, pueden combinar sus ataques con la mejor eficiencia posible" -

- "Keh, ¡eso es algo que podemos aprovechar!" - dijo Inuyasha sonriendo mientras ejecutaba otro Kaze no Kizu y barría a otro grupo de youkai con él.

- "¡Sí! Y además, supongo que con esto no necesitamos planear cuando usarlos, ¿verdad?" - dijo Yasha mientras hacía lo mismo.

Kagome y Miko también seguían lanzando Flechas Sagradas a los monstruos que tenían alrededor. En un momento, se miraron la una a la otra a los ojos; y... - "¡Fuego!" -

Ambas dispararon Flechas Sagradas al mismo tiempo y en la misma dirección, las cuales, al igual que los Kaze no Kizu de hace un momento, se unieron, las auras combinadas de ambas arrasando a los monstruos.

- "¡Y nosotras también tenemos esa misma Sincronía!" - dijo Kagome saltando alegremente mientras Miko sujetaba su arco con fuerza y sonreía.

- "¿Y qué tal si probamos combinando ataques entre todos?" - preguntó Gabriela después de que aniquiló a un par de monstruos usando su Brilliant Ray.

- "Es una buena idea. Me pregunto cuan fuertes serían si combinamos nuestros ataques con sus magias y técnicas" - dijo Sango mientras atrapaba su Hiraikotsu, el cual regresaba de destazar a otro grupo de monstruos.

- "De acuerdo, pero no usaremos las transformaciones aquí, ya que necesitamos ahorrar fuerzas en caso de que algo aparezca" - dijo Gerardo mientras colocaba su Dragon Barrier para tener un momento de respiro - "¡Inuyasha, Yasha! ¡Arrojen un Kongosouha hacia mí!" -

- "Supongo que será para una nueva técnica combinada" - dijo Miroku mientras arrojaba ofudas para deshacerse de los monstruos que tenía cerca y empezaba a golpearlos con su shakujou.

- "¡Está bien!" - dijo Yasha con voz emocionada.

- "¡Pero no nos culpes si esto te mata!" - le dijo Inuyasha con voz burlona.

- "¡KONGOUSOUHA!" - gritaron ambos al mismo tiempo.

- 'Perfecto' - pensó Gerardo mientras sonría.

En ese momento, disolvió la barrera, se agachó para que las lanzas no le acertaran; y acto seguido, cuando las lanzas estaban a punto de llegar a los youkai, se alzó mientras daba una palmada con las manos y las elevaba hacia el cielo. Esto alzó un pilar de agua que atrapó a las lanzas y los youkai; y luego, hizo gestos circulares con las manos para hacerlo girar gradualmente más rápido hasta transformarlo en un violento torbellino.

A los pocos segundos, no quedaba nada de los youkai y el torbellino de agua se volvió rojo. Gerardo evaporó toda la masa roja y acto seguido, regresó toda el agua al suelo de donde la había extraído.

- "Si que fue potente" - dijo Sango observando el resultado con una expresión que estaba a medio camino entre asombro y repugnancia.

- "Aunque es una técnica algo sádica..." - dijo Gabriela asustada mientras tomaba su cristal con una mano y lo sujetaba con fuerza.

- "Estoy de acuerdo. Creo que será mejor que nos olvidemos de usarla contra enemigos que tengan capacidad de raciocinio" - dijo Gerardo mirando el resultado con cierto arrepentimiento - "Me gustan los ataques fuertes, pero tampoco me gusta exterminar a mis oponentes de forma tan cruel..." -

- "¿Y qué nombre le pondrás?" - le preguntó Inuyasha cruzándose de brazos.

- "Crystalline Hydromincer" - dijo Gerardo mientras desenfundaba de nuevo su espada y escudo - "Literalmente es una moledora de agua y de cristal" -

- "Es cierto, ¡pero no creo que podamos ponernos a charlar por ahora!" - dijo Sango mientras arrojaba su Hiraikotsu de nuevo a los youkai.

- "Sí, ¡será mejor que terminemos con esto ya!" - dijo Yasha lanzando otro Kongousouha al mismo tiempo que Inuyasha.

- "Muy bien, probemos esto" - dijo Gerardo mientras se acercaba a Gabriela y ambos ponían sus manos juntas - "Gaby, ¿lista para una nueva técnica?" -

- "¡Sí!" - respondió ella con una sonrisa.

- "Bien" - luego se volteó hacia Inuyasha y Kagome - "Cuando lancemos este rayo, quiero que ambos usen el Kaze no Kizu y una Flecha Purificadora" -

- "¿Para qué?" - preguntó Inuyasha alzando una ceja.

- "Supongo que será para que se combinen con su ataque, aunque es extraño que nos haya pedido nuestras técnicas más básicas" - dijo Kagome preparando el arco.

- "¿Listos?" - preguntó Gerardo.

- "¡Sí!" - dijeron ambos al unísono. Tuvieron que esquivar a los youkai para poder ponerse en una posición segura. Miroku, Sango y los demás los protegieron mientras preparaban la técnica. Luego, Gerardo y Gabriela comenzaron a recitar el hechizo para la técnica:

- "Ikuyu poak, lay lusya iarae sos, yst pitzneal kyussaks ika ~ Hydralight Beam!" -

- "Ikuyu poak, sirla telh dat hydrast, yst noarle kyussaks ika ~ Hydralight Beam!" -

Del punto en el que sus manos estaban unidas, surgió un brillante rayo de color azul claro, el cual se agrandó a los pocos momentos y salió disparado en dirección a los youkai. Los demás se apartaron de la trayectoria del rayo para que no los alcanzara. En ese momento, Kagome e Inuyasha supieron lo que debían hacer.

- "¡Ve!" -

- "Kaze no Kizu!" -

La flecha fue absorbida por el rayo mientras que el Kaze no Kizu se arremolinaba alrededor del mismo, de modo que al final los youkai fueron golpeados por un rayo de color cian rodeado de ondas de energía amarillas. Cuando se dispersó el humo, todos vieron que no habían quedado siquiera rastros del gran número de criaturas que habían estado en ese sitio hacía unos pocos instantes.

- "Expiatory Blast... ¿eh?" - dijo Miko para darle nombre a la técnica después de que habían permanecido en silencio por un buen rato, a pesar de que todo el grupo estaba en shock por lo potente que había resultado.

- "Muy poderosa y destructora" - dijo Miroku viendo con asombro el punto sobre el que los youkai habían estado hacía instantes - "Menos mal que nos apartamos cuando pudimos, o hubiésemos muerto también" -

- "Si, perdonen por eso" - dijo Gerardo mirando la escena con los ojos ensanchados al máximo - "No esperaba que esta combinación fuese a ser tan poderosa..." -

- "Aunque estas técnicas cuádruples realmente serán una gran ayuda, viendo el gran poder que poseen" - dijo Sango con una sonrisa tranquilizadora.

- "Aunque hubiese preferido ser yo quien la hiciera" - dijo Miko mirando al suelo.

- "Yo también" - dijo Yasha frunciendo el ceño.

- "Ya tendrán su oportunidad de hacerlo" - dijo Gabriela dando saltitos hacia ellos y sonriendo para animarlos - "Después de todo, ustedes y ellos tienen las mismas técnicas" -

- "Es verdad, así que por favor no se depriman" - dijo Gerardo sonriendo mientras regresaba a Fuuinryuu a su forma de vaina y guardaba su espada en ella. Luego se giró para encarar el camino que tenían ante ellos - "Bueno, será mejor que continuemos" -

Miko y Yasha volvieron a sus formas fantasmales mientras Kagome e Inuyasha recobraban sus edades normales y siguieron su camino por la montaña. Sin embargo, al poco rato notaron el sonido de unas pisadas, así que volvieron a sacar las armas.

- "¿Quién anda allí?" - preguntó Miroku empuñando su shakujou y teniendo varias ofudas preparadas en su mano.

- "Si me atacan, entonces tendré que matarlos" - dijo el dueño de las pisadas, el cual entró en su campo de visión a los pocos instantes.

- "¿Yuuichi-san?" - preguntó Gerardo extrañado mientras volvía a guardar su espada y notaba que detrás de él venía una chica - "¿Y también Seina-san?" -

- "¿Qué hacen ustedes dos aquí?" - les preguntó Inuyasha con una cara llena de desconfianza.

- "¡Seina, te dije que no me siguieras!" - le dijo Yuuichi con rabia.

- "¡No te estoy siguiendo!" - le respondió Seina con la manos cerradas en puños, la cuales había extendido tanto como se lo permitían sus brazos - "¡Solo vine aquí porque quise!" -

- "¡No seas mentirosa! ¡Sé que me estás siguiendo!" - dijo Yuuichi apretando los dientes.

- "Oh vaya..." - dijo Gerardo con voz sarcástica - "Otra pareja problemática"

- "¡No somos pareja!" - dijeron ambos al mismo tiempo. Todos se quedaron con gotas sobre sus cabezas por como reaccionaron.

- "De cualquier forma, ¿para que vinieron? ¿No saben que es peligroso andar por este sitio?" - les dijo Sango con voz severa.

- "Mi padre me encargó que fuera a revisar el templo que está en la cima de la montaña, dado lo que dijo el bonzo sobre las energías negativas y que han habido muchos youkai por esta zona últimamente" - dijo Yuuichi con aburrimiento.

- "Yo solo voy a la cascada a recoger agua" - dijo Seina sospechosamente mientras agitaba a su alrededor un balde de madera que llevaba en las manos.

- "Idiota, ¿¡por qué no la recoges del río próximo a la aldea entonces!?" - le dijo Yuuichi irritado.

- "¡Porque el agua de la cascada es más pura!" - le contestó Seina tan enfadada como él.

- "¿¡Otra vez con esa excusa tan patética!?" - respondió Yuuichi con una mueca de rabia.

- "¿A alguien más le parece familiar esta escena?" - dijo Gerardo mientras suspiraba y negaba con la cabeza. Por lo visto, los dos estaban tan enfrascados en su discusión que ya no les estaban prestando atención.

- "Sí, aunque sus discusiones son mucho peores que las de Kagome e Inuyasha" - dijo Shippou riendo.

- "Aunque es aterrador pensar que me pongo así cuando estoy enfadada..." - dijo Kagome pestañeando a la vez que se ruborizaba.

- "Keh, al menos ese sujeto tiene suerte de que no le digan ESA palabra" - dijo Inuyasha suspirando.

- "Jijiji, aunque más que odiarse, ¡parece que se quieren!" - dijo Gabriela entre risas.

- "Aunque esto no deja de ser problemático para el padre de Yuuichi-kun" - dijo Miroku frotándose la barbilla con una mano.

- "¿Y no sería mejor que siguiéramos nuestro camino?" - preguntó Sango mientras miraba el camino que aún les quedaba - "No tenemos tiempo que perder" -

- "Es cierto" - asintió Kagome - "A este paso los demonios nos quitarán los fragmentos antes de que podamos llegar a ellos" -

- "¿Pero qué haremos con ellos dos?" - preguntó Shippou ladeando la cabeza mientras miraba como Yuuichi y Seina continuaban peleando.

- "Será mejor que los dejemos atrás y prosigamos solos" - dijo Inuyasha ocultando sus manos en las mangas de su kimono mientras miraba con rabia a la conflictiva pareja - "No necesitamos que nos siga alguien que solo servirá como un estorbo" -

- "¿Y qué hay de los youkai que hay por aquí?" - preguntó Gabriela mientras se le ensanchaban los ojos.

- "Aquí me dividieron" - dijo Gerardo mientras cruzaba los brazos y cerraba los ojos - "No podemos dejar que nos sigan porque solo serían una carga si nos encontramos con los demonios de Tenebross, pero si los dejamos solos en este lugar, podrían atacarlos los youkai... Mierda..."

- "¿¡Cómo es eso de que van a dejarnos atrás!?" - gritó Yuuichi mientras miraba en dirección al grupo - "¿No les había dicho que tengo que ir a revisar ese templo?" -

- "Y no creo que Seina se vaya a quedar atrás tampoco" - dijo Kagome mientras miraba como la muchacha caminaba hacia ellos.

- "No tenemos más opción que llevarlos con nosotros entonces" - dijo Miroku suspirando derrotado para luego caminar hacia ellos - "Bueno, supongo que entre más gente haya mejor" -

- "Houshi-sama... ¿puedo preguntar que está tratando de hacer?" - dijo Sango irritada mientras veía como se le acercaba a Seina.

- "Solamente iba a asegurarme de que Seina-san se encontraba bien" - dijo Miroku con una sonrisa nerviosa mientras se retiraba de nuevo, dejando a Seina confundida. Estaba claro que tenía otras intenciones.

- "Bien, vendrán con nosotros, pero no se atrevan a meterse en nuestras peleas" - dijo Inuyasha mientras los miraba con cara de molestia.

- "¿Y por qué?" - le preguntó Yuuichi con voz altanera mientras imitaba la cara de Inuyasha.

- "¿Acaso quieres morir, idiota?" - le preguntó Inuyasha con un gruñido grave para luego gritarle - "¡Tú y tu prometida no tendrían posibilidad alguna contra los youkai y demonios que vamos a enfrentar!" -

Yuuichi no tuvo más opción que cerrar la boca y aceptar las condiciones que les pusieron. Ya aclarado esto, todos continuaron su ascenso por la montaña. Después de poco más de media hora de caminata, llegaron hasta el templo, el cual estaba irradiando una poderosa aura oscura.

- "¿...Este es el lugar...?" - preguntó Gerardo mientras se echaba hacia atrás por la intensidad de la energía. Luego tomó el cristal que llevaba alrededor de su cuello y lo jaló ligeramente hacia abajo.

- "Así es, este es el templo..." - dijo Sango mientras giraba la cabeza para mirar el templo - "Pero es extraño... Cuando vinimos la última vez no estaba esa aura" -

- "Hay mucha energía maligna aquí..." - dijo Kagome mientras ponía una mano sobre su Dragtemn y lo apretaba un poco.

- "Parece que se estuviera tragando toda la luz que tiene cerca..." - dijo Gabriela agarrando su arco con fuerza y viendo como la luz alrededor parecía caer en espiral dentro del aura oscura para luego desaparecer.

- "Será mejor que prosigamos con cuidado, no sabemos que pueda haber allí" - dijo Miroku con una cara seria.

Yuuichi y Seina estaban aterrados viendo el vórtice de energía sombría que emanaba del templo, dado que nunca habían visto y sentido algo tan terrible.

- "¿Cómo... cómo paso algo como esto?" - dijo Seina temblando.

- "Es terrible... se siente algo horrendo proviniendo de allí..." - dijo Yuuichi viendo con temor el templo.

- "¿También ellos pueden sentir esas energías?" - preguntó Kagome mientras los miraba con sorpresa.

- "Onee-san..." - dijo la voz de Miko. Estaba temblando y su voz parecía que se quebraría en cualquier momento - "Es horrible... La cantidad de energía maligna que sale allí es mayor incluso que la de Naraku..." -

- Rayos... ¿cuantos fragmentos de ese desgraciado se supone que están reunidos allí?" - resopló Inuyasha.

- "No lo averiguaremos si nos quedamos aquí..." - dijo Gerardo tragando saliva para luego sacar a Ryuuga y transformar a Fuuinryuu en escudo - "Será mejor que entremos a investigar de una vez" -

Se acercaron hasta el templo y abrieron la puerta sólo lo suficiente para observar la situación. La energía sombría empezó a salir de allí como niebla negra a través del resquicio de la puerta; y desde adentro pudieron ver los ojos brillantes y malévolos de incontables youkai devolviéndoles la mirada. Al fondo estaba un gran cristal, el cual refulgía con una maléfica aura negra: al parecer, había incrementado mucho su tamaño al haber estado atrayendo y absorbiendo todos los Fragmentos de Sombras que caían en las cercanías.

Entonces, abrieron la puerta de una patada y entraron con las armas desenfundadas. Yuuichi y Seina terminaron esperando afuera.

- "¡Comencemos con esto! ¡Kaze no Kizu!" - dijo Inuyasha arrojando un rayo con su espada tan pronto hubieron entrado. Gerardo lo siguió ejecutando un Water's Scar mientras Gabriela y Kagome arrojaban sus flechas, Sango lanzaba su Hiraikotsu y Miroku lanzaba ofudas a su alrededor. Sin embargo, a pesar de que eliminaron a varios youkai con esto, de inmediato empezaron a salir muchos más.

- "¡Son demasiados!" - dijo Gabriela disparando otra flecha - "Gerar, ¿realmente crees que podamos contra todos ellos?" -

- "¡No tenemos más opción!" - dijo Gerardo tratando de esquivar los ataques de dos youkai para luego contraatacar con un mandoble - "¡Si no podemos contra ellos, no tendremos oportunidad contra Tenebross!" -

- "Lo sé, pero con ese gran cristal de sombras aquí, las cosas solo se harán más difíciles..." - luego guardó su arco por un momento para luego empezar a recitar - "Ochis meya, lusya, wiras sos, en cezet lay ulkiarea ika! ¡Shining Whirl!" -

Esto formó un disco de luz alrededor de su mano, el cual le arrojó a los youkai. El disco entonces voló alrededor haciendo pedazos a todo youkai que tocaba.

- "Estamos en una situación difícil" - dijo Sango mientras acuchillaba a otro youkai con su wakizashi - "Si no terminamos con ellos rápido, nos quedaremos sin fuerzas" -

- "¡En ese caso, deberían considerar el usar una técnica combinada!" - sugirió Miroku mientras golpeaba a un youkai con su shakujou.

- "¡Aunque eso también supondría un gran gasto de energía para nosotros!" - dijo Gerardo cortando con su espada a varios youkai, uno por uno.

- "¡Solo hagámoslo!" - dijo Inuyasha enfadado luego de haber arrojado otro Kongousouha a los youkai - "¡Vamos a terminar peor si continuamos así!"

Los youkai pararon de atacarlos por un momento; y pudieron ver como todos ahora estaban llenos de rasguños, moretones y golpes. Gerardo notó que Inuyasha tenía razón, así que decidió pedirles que prepararasen una técnica nueva.

- "Kaze no Kizu, Tsunami, Shining Whirl y Flecha Purificadora" - les dijo a los demás. Inuyasha, Kagome y Gabriela sólo asintieron y ejecutaron las técnicas que les pidió.

Primero, Inuyasha arrojó un Kaze no Kizu mientras Gabriela preparaba un disco de luz más grande, le cambiaba la posición para que pareciese más un anillo y lo dejaba flotando ante ellos. Cuando el Kaze no Kizu lo impactó, se arremolinó dentro y se quedó girando allí. Gerardo entonces arrojó el Tsunami, el cual fue absorbido por el anillo de luz cuando chocó contra él y se transformó en una gran burbuja de color azul claro.

Los youkai se percataron de que tramaban algo y trataron de embestirlos, pero fue demasiado tarde: Kagome ya había disparado su Flecha Purificadora.

- "¡Spreading Purification!" - gritaron Gerardo y Gabriela cuando la flecha golpeó la burbuja, haciéndola estallar y liberar una gran cantidad de energía luminosa. Todos los youkai fueron desintegrados al ser atrapados por esa energía. Yuuichi y Seina entraron poco después de que la presencia de los youkai dejó de sentirse y solo quedó el aura maligna del cristal.

- "Estos sujetos son increíbles…" – dijo Yuuichi con la quijada caída hasta el suelo ante el impresionante poder del grupo y el hecho de que ni un solo youkai había quedado.

- "Nunca se me había ocurrido pensar que hubieran personas tan fuertes como para hacerle frente a esas horrendas criaturas…" – dijo Seina con los ojos abiertos al máximo de la admiración.

- "Hehe, ¡y aún no han visto nada!" – dijo Miko apareciendo frente a ellos y riendo traviesamente.

- "¡Aagh!" – gritaron ambos al unísono mientras saltaba hacia atrás al verla, aunque luego se espantaron más cuando Yasha apareció al lado de Miko – "¡Fantasmas!" -

- "¡No son fantasmas!" – gritó Kagome indignada al ver como sus contrapartes más jóvenes se habían entristecido – "¡Ellos son parte de nosotros!" –

- "Así es" – dijo Miroku con su cara de sabihondo – "Ellos dos son como los hermanos menores de Kagome-sama e Inuyasha, así que asegúrense de tratarlos con respeto" –

- "E-está bien" – dijo Yuuichi extrañado ante la afirmación de Miroku. Vió que Seina tenía la misma expresión de confusión y simplemente se limitaron a observar como Miko y Yasha se acercaban a sus contrapartes mayores y se quedaban flotando al lado de ellos.

- "Dejando eso de lado," – dijo Gerardo relajando su postura – "Creo que ya terminamos con la limpieza aquí. Ahora sólo falta que nos llevemos el cristal" –

- "Muy bien, pero…" – dijo Sango mientras veía el tamaño del cristal: era demasiado grande para llevarlo encima y era imposible que cupiera en una Bolsa de Luz – "¿Cómo planean cargar con algo de ese tamaño?" –

- "Creo que tendremos que romperlo" – dijo Inuyasha preparando su espada y entrecerrando los ojos en dirección al cristal. Los demás lo miraron como si estuviera loco, pero Gerardo asintió.

- "Tiene razón. Además, el Cristal de Sombras tiene propiedades muy distintas a la Perla de Shikon, así que romperlo no provocará consecuencias graves. Sin embargo, no es tan sencillo como parece" –

- "¿Qué quieres decir?" – preguntó Kagome ladeando la cabeza.

- "El cristal tiene una poderosa aura de Sombras protegiéndolo y necesitamos disiparla primero antes de poder siquiera hacerle un rasguño" – explicó Gerardo para luego girarse y mirar a su hermana y a Kagome – "Así que... Gaby, Kagome, necesitaremos de su apoyo en esto" –

- "De acuerdo" – dijo Gabriela mientras cargaba una flecha en su arco y le infundía su energía de Luz y Luna – "Ist Cielba Zublia Zosph Pawatz Kouju Ical, Oli Ryupa Myalla Phinamcou!" -

El arco y la flecha inmediatamente se cubrieron de un brillo plateado. Del mismo modo, Kagome sacó una flecha en su carcaj, la cual comenzó a brillar en púrpura mientras se preparaba para dispararla – "Estoy lista" -

- "Muy bien," – dijo Gerardo sonriendo. Luego se volteó hacia Inuyasha – "Cuando grite '¡Ahora!', Gabriela y Kagome dispararán sus flechas, e inmediatamente después de que hagan contacto con el cristal, necesitaré que golpees el cristal al mismo tiempo que yo. De otra forma el aura sombría se regenerará y no lograremos nada, ya que yo no tengo suficiente poder como para destruirlo por mi propia cuenta" –

- "Keh, de acuerdo" – gruñó Inuyasha mientras ambos se alistaban. Luego Gerardo fue hasta los demás y les entregó una Bolsa de Luz a cada uno.

- "En cuanto a todos ustedes, necesitaré que recojan los fragmentos del cristal inmediatamente después de que lo hayamos roto, pues tengo el mal presentimiento de que Tenebross ya se habrá dado cuenta de esto y querrá aprovechar la oportunidad para aumentar su poder" – dijo con voz seria.

- "De acuerdo" - dijo Miroku.

- "Entendido" - dijo Sango.

- "¡Siempre listo!" - dijo Shippou dando saltos.

- "¿Listos?" – preguntó Gerardo mientras caminaba y se preparaba al lado de Inuyasha con su espada sostenida en alto.

Ellos asintieron por respuesta, así que Gerardo de nuevo encaró al cristal; y entonces…

- "¡AHORA!" - gritó él.

El sonido de las flechas disparadas resonó por un segundo por todo el templo, para luego ser reemplazado por un fuerte estallido de luz. Esto eliminó completamente toda el aura sombría que rodeaba al maligno artefacto. Inmediatamente después, Gerardo e Inuyasha saltaron hacia el cristal y lo golpearon con sus respectivas espadas.

Inicialmente, parecía que no había sucedido nada, pero a los instantes siguientes, el cristal comenzó lentamente a agrietarse y resquebrajarse. Después de unos segundos, se había convertido en una gran cantidad de fragmentos que quedaron suspendidos en el aire justo donde su forma completa había estado instantes antes. Miroku, Sango y Shippou salieron corriendo de inmediato y tomaron algunos de ellos, pero cuando los demás trataron de acercarse también para ayudar con la recolección, una llamarada se formó alrededor de los fragmentos y los repelió a todos.

- "¡ALÉJENSE DE ESOS FRAGMENTOS!" – gritó una voz desde el interior de la llamarada. Cuando miraron más detenidamente, pudieron ver que la había causado: había sido un monstruo similar a un hombre dragón, cuya piel estaba cubierta de gruesas escamas rojas oscuras y que portaba una armadura de ese mismo color. También cargaba una gran espada en su mano derecha – "¡No dejaré que basuras como ustedes toquen el cristal de Lord Tenebross!" –

- "¡Este debe ser el demonio elemental de Fuego!" – exclamó Kagome preparando otra Flecha Sagrada en su arco. Los demás se alistaron para atacar.

- "¡No lo dejen escapar!" – gritó Inuyasha mientras le lanzaba un Kaze no Kizu y todos los demás también lanzaban un ataque: Gerardo trató de dispararle un rayo de agua, Gabriela de lanzarle una flecha de luz, Miroku un puñado de ofudas y Sango su Hiraikotsu.

- "¡Lo siento tarados, pero no tengo tiempo para jugar con ustedes!" – dijo el demonio; y en el momento en que los ataques iban a golpearlo, formó otro fogonazo a su alrededor y los rechazó. Cuando las llamas se apagaron, los fragmentos del cristal habían desaparecido, al igual que la criatura.

- "¡Maldita sea! ¡Se nos escapó!" – dijo Inuyasha clavando a Tessaiga en el piso del templo con furia.

- "¡Tranquilízate, Inuyasha!" – le dijo Miroku levantando su mano frente a él – "¡Es posible que aún tengamos oportunidad de recuperarlos!" –

- "¿Cómo puede decir eso con tanta confianza, Houshi-sama?" – le preguntó Sango sorprendida.

- "¡Debe ser por eso!" – dijo Kagome mientras señalaba hacia el piso: una extraña línea curva de ceniza recorría irregularmente todo el recinto y llegaba hasta la salida.

- "Parece que ese dichoso monstruo no es muy listo" – dijo Gabriela mientras veía el rastro con una mirada curiosa.

- "En todo caso, mejor démonos prisa y sigámoslo" – dijo Gerardo mientras guardaba a Ryuuga en su funda, al igual que los demás guardaban sus armas.

En cuanto salieron del templo, vieron que el rastro de ceniza continuaba serpenteando por el suelo rocoso de la montaña y se dirigía hacia la cueva que tenía detrás.

- "Bueno, definitivamente es un tarado" – dijo Gerardo mientras continuaban siguiendo el rastro y entraban en la cueva con él al frente – "Prácticamente nos está diciendo '¡Miren, estoy por aquí!' " -

- "En parte concuerdo, pero debemos proceder con cuidado" – dijo Miroku mientras contemplaba con cautela los muros rocosos de la cueva – "Ya que podría tratarse de una trampa" –

- "Pero Houshi-sama," – le dijo Sango – "usted ya había estado en esta cueva antes" –

- "Sí, pero nunca llegué a explorarla a fondo" – contestó Miroku mientras se aseguraba de que todos estuvieran siguiendo el mismo sendero que Gerardo – "Sólo me limité a encontrar los medallones y salir de aquí" –

- "Y hablando de eso," – comenzó Shippou mientras miraba a Yuuichi y Seina con molestia, que los habían estado siguiendo todo el rato – "¿hasta cuándo planean seguirnos ustedes dos?" –

- "Ya se los dijimos," – contestó Yuuichi con antipatía – "Es mi deber como hijo del jefe de la aldea asegurarme que esas criaturas malignas se hallan ido" –

- "Y yo debo estar al lado de Yuuichi para asegurarme que nada malo le pase" – respondió Seina con una sonrisa.

- "¿Y por qué tienes tanto interés en seguirme? ¿No que me odiabas?" – le preguntó Yuuichi ladeando su cabeza en dirección a ella.

- "Bueno… es que yo…" – comenzó Seina mientras comenzaba a ruborizarse. Kagome y Miko se le acercaron por detrás para susurrarle…

- "Vamos, si tienes sentimientos por él, es el momento para decirlo" – le aconsejó Kagome con una sonrisa.

- "¡No pierdas esta oportunidad!" – le dijo Miko poniendo las manos delante de sí misma y sonriendo.

- "Bueno... Yuuichi, es que me he dado cuenta de que…" – dijo Seina mientras bajaba la mirada – "De que siento algo por ti…" –

- "¿E-es en serio, Seina?" – dijo Yuuichi repentinamente nervioso – "B-bueno, es que yo también… siento algo por ti…" –

Todos se habían quedado inmóviles mientras los miraban a ambos:

- "¿De verdad?" – preguntó ella mientras sus ojos comenzaban a brillar.

- "Si, pero… pero…" – desgraciadamente, sus nervios lo llevaron a meter la pata – "¡Eres demasiado terca para entenderlos!" –

- "¡Y tú no eres más que un sucio pervertido que me espía cada vez que voy a bañarme!" – le gritó Seina enfureciéndose.

Todos los dempas no pudieron hacer más que suspirar exasperados o poner sus caras en las palmas de sus manos cuando eso llevó al par de tórtolos a pelearse de nuevo. Por eso decidieron dejarlos atrás hasta que se hubiesen calmado un poco; y por ello Yuuichi y Seina no se dieron cuenta por un buen rato que los demás se habían adelantado, de modo que tuvieron que salir corriendo para alcanzarlos.

- "Es extraño," – comentó Miroku al poco rato. Habían llegado a una gran galería en la que había tres posibles salidas – "El rastro se desvía del sitio donde hallé los medallones" –

- "Y puede que sea una tontería pedir esto justo ahora," – dijo Gerardo pensativamente – "Pero, ¿podrías indicarnos donde los encontraste, Miroku? Hay algo que me ha estado intrigando desde que vi los medallones por primera vez" –

- "¿Por qué se te ocurre pedir eso ahora?" – preguntó Inuyasha mientras cruzaba los brazos.

- "Simplemente porque estoy empezando a pensar que no es mera casualidad que estemos aquí," – comentó Gerardo mientras miraba a su hermana, a Yasha y a Miko – "Y tampoco creo que sea una casualidad que se hayan topado con esos manantiales" –

Miroku asintió, se colocó a la cabeza del grupo y les indicó el camino. Después de un par de minutos, llegaron hasta una galería que no tenía más entradas que el camino por el que habían llegado. Sin embargo, notaron que había un gran altar en la pared al fondo de la misma, encima del cual habían dos agujeros: los lugares en los que los medallones estaban colocados originalmente. Del mismo modo, había una inscripción tallada en la pared de piedra que ninguno en el grupo pudo leer. Claro está, exceptuando…

- "Esta escritura…" – dijo Gerardo mientras se acercaba a examinarla – "No puedo creerlo… ¡Esto es Dragoniano Ceremonial!" –

- "¿Dragoniano Ceremonial?" – preguntaron todos a coro.

- "¿Qué es eso?" – preguntó Shippou extrañado.

- "Es la forma antigua del lenguaje Dragoniano, el cual es el que usamos Gabriela y yo para activar nuestros poderes y lanzar nuestras canciones y hechizos" – explicó Gerardo mientras seguía la forma de los símbolos con la punta de su dedo índice – "Ya ustedes nos han escuchado hablándolo, pero hasta ahora no lo habíamos visto escrito, exceptuando en los collares y mangas de nuestros kimonos" –

- "¿Y puedes leerlo?" – preguntó Miroku con interés. Los demás también estaban mostrando curiosidad ante este descubrimiento.

- "Si, creo que puedo" – dijo Gerardo con una sonrisa. Luego tomó aire, y empezó a recitar lo que decía la escritura mientras la iba marcando con su dedo índice – "RyealZil Ical, Lyacchi MaltialAael Lisf Phaph Yilar Demorie, Oli Phior Kaser Fa Wudia DiracalKa Iadlast Dea Viadfafse. Yastoila Oli Celilla, Visalria Dea Demorie Refical, Oli Dragonia Lisf Hilla, LyachhiAael Visalria CebaliRa Shillea Biousakatse Yaoulma Dea Mountyoudour Illcal 6 Ist Sieshu Jila… Eso es todo lo que decía" –

Luego se volteó a mirar a los demás, pero todos menos Gabriela se quedaron simplemente con caras de desconcierto.

- "Ehh, supongo que lo leí pero no lo traduje, disculpen" – dijo poniendo una sonrisa tonta. Los demás simplemente se cayeron al suelo en respuesta – "Bueno, bueno, aquí les digo la traducción: 'Para el lector, estos medallones son para restaurar la memoria y deben ser usados solo por aquellos que hayan bebido del Agua del Reinicio. Dorado y Plateado, esencias de la restauración de memoria; y cuando Dragonia sea sellada, estas esencias serán llamadas de vuelta al Eterno Ciclo de la Vida de ese mundo por las Seis Grandes Voces…'" –

Los demás se pusieron a pensar entonces en el significado de esas misteriosas palabras.

- "Bueno, supongo que tiene sentido, ya que explican la función de los medallones" – dijo Kagome pensativamente – "Sin embargo, no entiendo que significa la última parte…" –

- "¿La de las esencias siendo llamadas de vuelta?" – preguntó Sango extrañada, a lo cual Kagome asintió – "Estamos iguales, realmente suena tan extraña…" –

- "Sin embargo, no puedo negar que me da un mal presentimiento esa frase" – comentó Miroku con seriedad.

- "¿Acaso podría significar que…?" – dijo Miko tapándose la boca con las manos. Parecía horrorizada de la conclusión a la que había llegado.

- "No lo creo" – dijo Gerardo mientras dejaba de mirar la escritura y se volteaba a verla, como si hubiese adivinado sus pensamientos – "El Dragoniano es un idioma que presenta muchos matices metafóricos en sus expresiones y por ello no es precisamente seguro que signifique eso… Además, yo tampoco creo estar calificado para decir que significa esa expresión…" -

Sin embargo, tanto Gerardo como Gabriela se miraron el uno al otro seriamente, ya que ambos comprendían perfectamente que significaba esa metáfora en particular: ser llamado de vuelta por el Eterno Ciclo de la Vida en Dragonia es un eufemismo para morir, o para ser enviado de vuelta a Dragonia si se está en otro mundo.

- '¿Pero cómo podría afectarle eso a ellos?' – se preguntó Gerardo en sus pensamientos mientras cruzaba los brazos – 'Miko y Yasha son ambos esencias que nacieron en este mundo; y además me resulta absurdo pensar que siquiera pudiera pasarles algo'

Gabriela estaba pensando algo similar, así que Miko y Yasha se les acercaron.

- "Gerar-nii, Gaby-nee…" – preguntó Miko con cautela – "¿Sucede algo?" –

- "¿Pasó algo?" – les preguntó Yasha con preocupación.

- "¿Huh?" – en ese momento Gerardo salió de sus pensamientos – "Ah, ¡no se preocupen! ¡No es nada!" –

- "Sí, solo pensábamos cuan extraño era encontrar algo de Dragonia por aquí" – dijo Gabriela sonriendo.

- "En todo caso, será mejor que deshagamos el trayecto y regresemos al último lugar donde vimos el rastro de ceniza" – sugirió Miroku – "No creo que ese demonio se haya podido alejar mucho de nosotros" –

Así que regresaron hasta el punto donde el camino se dividía en tres salidas. Una vez allí, continuaron siguiendo el rastro, sin embargo, se les cayó el alma a los pies cuando vieron que la ceniza los llevaba a parar a una pared: terminaba en un camino sin salida.

- "¡No puede haberse escapado así como así!" – gritó Inuyasha dando un pisotón al suelo.

- "Tranquilízate," – suspiró Miroku – "Aún puede sentirse una presencia en este sitio, aunque débilmente" –

- "¿Creen que sea posible que esta cueva continúe más allá?" – preguntó Kagome viendo el punto en donde terminaba el rastro. Entonces notó que había algo en la pared justo encima - "Esperen... ¿no son esas letras parecidas a las que vimos en el altar de los medallones?" -

- "¡Whoa, tienes razón! Y eso debe significar que esta cueva contiene un pasadizo secreto o algo por el estilo" – dijo Gerardo mientras caminaba hacia las letras para revisarlas: estaban escritas con ceniza sobre la pared de piedra.

- "¡Ah, entonces es como los videojuegos de Souta!" – dijo Yasha con emoción.

- "Eso son buenas noticias entonces," – dijo Sango – "Así que Gerardo-kun, ¿puedes traducirnos lo que dice aquí?" –

- "Con gusto. Es Dragoniano moderno, así que no es gran problema" – dijo mientras comenzaba a leer en silencio las letras, pero solo comenzó a reírse mientras se tapaba la cara con una mano.

- "¿Y qué te causa tanta gracia ahora?" – preguntó Inuyasha de mal humor, mientras los demás miraban a Gerardo como si hubiera enloquecido.

- "Hehe…" – dijo Gerardo mientras dejaba de reír y recuperaba el aliento – "Es sólo… que nunca pensé que ese monstruo fuera tan imbécil… esas letras explican la forma de abrir el pasadizo. Dicen 'Sonlyad lusya', lo cual significa que solo alguien que pueda usar el elemento Luz puede abrirlo" –

En ese instante los demás comprendieron porque se estaba riendo: el monstruo realmente había cometido una gran estupidez no solo dejando ese rastro, sino que también les había indicado como seguirlo.

- "Muy bien, ¡entonces déjenmelo a mí!" – dijo Gabriela mientras guiñaba el ojo pícaramente. Se acercó a la pared, levantó sus manos; y se concentró – "Saf sieral sos, eiral'uk dat lusya, omedai tast ika apreio…" –

Instantáneamente, un sello de luz emergió de la pared seguido por varias líneas de luz similares a una cerradura. Enseguida, las líneas comenzaron a girar y a insertarse unas dentro de otras como si fuesen alguna clase de mecanismo para una caja fuerte; y cuando terminaron, el sello se rompió como si hubiese estado hecho de vidrio. Posteriormente, el muro y las letras que tenía escritas encima se desvanecieron.

- "¡Ahora podemos proseguir!" – dijo Miroku con una sonrisa.

- "¡Esperen! ¡Este lugar es…!" – empezó a decir Inuyasha cuando su olfato captó un olor desagradable: una fuerte mezcla de olor a quemado con sulfuro… Aunque no pudo hacer mucho para detenerlos mientras entraban.

Sin embargo, tan pronto como cruzaron el umbral, se llevaron una desagradable sorpresa: el interior de ese lugar era un volcán repleto de lava hirviente, la cual estaba fluyendo a varios cientos de metros por debajo de ellos. Enseguida, el calor empezó a azotarlos, haciéndolos sudar copiosamente. Del mismo modo, varios vapores con aromas horribles, hollín y ceniza llenaban el lugar, convirtiendo el área en una trampa mortal para cualquiera que se atreviese a entrar sin las precauciones apropiadas. Esta era la advertencia que Inuyasha había intentado darles.

- "Maldita sea..." – dijo Gerardo limpiándose el sudor de la frente con la manga de su kimono y quitándose las gafas por un momento para limpiarse los ojos, ya que le lagrimeaban por el hollín y la ceniza – "No esperaba que este sitio fuese un volcán..." –

- "¡Traté de advertírselos! ¡Aquí estamos en desventaja!" – dijo Inuyasha cruzado de brazos. El calor no lo afectaba mucho gracias a las telas especiales de su ropa mientras que los gases tampoco le hacían mucho por su gran resistencia al veneno. Sin embargo, los demás estaban sudando mucho y si continuaban así por mucho tiempo, se desmayarían por deshidratación, o peor aún, morirían sofocados.

- "No podemos permanecer aquí por mucho tiempo" – dijo Miroku evaluando la situación mientras se levantaba un poco el cuello de su ropa, el cual despidió un leve chorro de vapor. Luego se lo puso sobre la nariz y boca, al igual que los demás, mientras que Sango se ponía su máscara protectora – "Tenemos que encontrar a esa criatura y abandonar este lugar tan pronto como sea posible" –

- "Creo que puedo ayudar un poco con eso" – dijo Gerardo mientras levantaba sus manos – "Saf sieral baprou hydrast, protasec sossaks, yst hilsec sossaks biosat…" –

Enseguida, una barrera de color azul y de apariencia acuosa se formó alrededor del grupo. Con esto dejaron de sentir calor, pudieron respirar normalmente de nuevo y pudieron moverse con más facilidad.

- "Mi barrera de agua nos protegerá de ese horrendo calor y de los demás peligros que nos rodean en este lugar" – dijo Gerardo mientras mantenía sus manos en alto para mantener la barrera activa – "Sin embargo, debemos darnos prisa, ya que no sé por cuanto tiempo podré mantenerla" –

Los demás asintieron por respuesta y empezaron a correr por las cavernas del volcán, de modo que pudieran terminar con esta tarea tan pronto como fuera posible. Sin embargo, cuando ya habían cruzado dos galerías, el volcán empezó a temblar y empezó a despedir humo.

- "¿¡Qué es eso!?" – preguntó Miko asustada.

- "¡Parece que el volcán está por hacer erupción!" – dijo Kagome viendo como el lugar se estremecía y el nivel de la lava que tenían debajo comenzaba a ascender lentamente.

- "Ese desgraciado debe estar detrás de esto…" – gruñó Inuyasha mientras trataba de sacar a Tessaiga.

- "Espera, Inuyasha," – le dijo Miroku severamente – "No te apresures, o podrías ponernos a todos en peligro" –

Sin embargo, Yuuichi y Seina estaban tan molestos y furiosos que salieron corriendo, dejando detrás de sí la protección de la barrera.

- "¡Si este volcán hace erupción, la aldea será destruida y todos sus habitantes morirán!" – gritó Yuuichi – "¡No puedo permitir que eso pase!" –

- "¡Iré contigo!" – exclamó Seina – "¡Yo tampoco dejaré que pase eso!" –

- "¡Esperen!" – exclamó Sango mientras los veía perderse de vista – "¡Sigámoslos! ¡No podrán sobrevivir fuera de la barrera por mucho tiempo!" –

Los demás asintieron y apresuraron el paso, no solo para evitar la erupción, sino también para salvarlos a ellos dos. Un poco después, se encontraron con un pequeño puente de piedra que aparentemente se había derrumbado después de que Yuuichi y Seina lo habían cruzado, de modo que Miroku e Inuyasha tuvieron que derrumbar una estalactita cercana para poder usarla a modo de puente sobre la fosa de lava que estaba a varios metros por debajo de ellos.

Después de que la cruzaron, terminaron llegando a una gran galería circular ubicada algunos cientos de metros sobre una fosa de lava aún mayor, sobre la cual estaba un agujero que dejaba ver el cielo azul: habían llegado hasta el cráter del volcán. Y parado en el centro estaba el demonio de fuego, el cual aparentemente estaba concentrándose para obligar el volcán a hacer erupción.

- "Vaya… así que ustedes cretinos finalmente me han encontrado…" – dijo el demonio en cuanto se percató de la presencia del grupo.

- "¡Te ordeno que pares inmediatamente esta erupción!" – le gritó Yuuichi enfadado.

- "¡No dejaremos que destruyas la aldea!" – dijo Seina. Sin embargo, ambos empezaron a toser por todo el hollín y gases que habían aspirado en el camino; y por si fuera poco, el calor ya estaba empezando a causarles insolación.

- "Bwehehe… ¿Y quién me obligará a mí, el gran Inka, a hacer eso?" – se burló Inka al escuchar sus demandas y ver cuán debilitados estaban – "¿¡Ustedes y qué ejército!?" –

- "¡Nosotros!" – gritó Kagome mientras el grupo penetraba en la galería con Inuyasha a la cabeza. Gerardo se apresuró a llegar hasta donde estaban Yuuichi y Seina para cubrirlos con la barrera, de forma que pudieran respirar de nuevo. Sin embargo, ya el calor había hecho de las suyas: las ropas de ambos tenían algunas partes chamuscadas, sus cabellos se habían crispado y presentaban varias quemaduras de primer grado tanto en sus rostros como en sus brazos y piernas.

- "¡Idiotas!" – les gritó Inuyasha – "¿¡Cómo se les ocurre salir corriendo fuera de la protección que él puso para ustedes!? ¿¡Es que acaso quieren morir!?" –

- "¡Nii-san tiene razón, eso fue una gran tontería!" – los reprendió Yasha – "Si no fuera porque llegamos aquí, ¡probablemente ya habrían muerto calcinados!" –

Ambos tosieron y se quedaron de rodillas en el suelo de la cueva bajo la protección que la barrera de Gerardo ofrecía. Al parecer, ya no les quedaban fuerzas ni para replicar.

- "Hmph… los idiotas a los que les robé los fragmentos de Lord Tenebross" – dijo Inka – "Son aún más idiotas de lo que pensé, viniendo a pelear contra mí en mis dominios" –

- "¡Ahora juzgaremos quien es el verdadero idiota!" – dijo Gerardo sacando a Ryuuga y transformando a Fuuinryuu en escudo – "¡Pagarás el haber intentado robar esos fragmentos y destruir la aldea!" –

- "¡Algo tan bajo y vil como eso no tiene perdón!" – dijo Kagome mirando a Inka llena de rabia. Levantó su arco y le apuntó con una flecha.

- "¡Ya verás lo que te haremos por todas tus maldades, idiota!" – le dijo Gabriela con furia mientras cargaba una flecha en su arco y la imbuía con su energía de luz. Los demás también se prepararon para atacar.

- "Hehe… ¿Y de verdad piensan que podrán contra mí?" – les dijo Inka con una sonrisa maligna – "Bueno, ¡entonces dejaré que el volcán haga el trabajo de eliminarlos!" –

Se abalanzó contra la barrera que Gerardo estaba manteniendo. Sin embargo, Inuyasha fue más rápido y lo golpeó con un fuerte mandoble de Tessaiga en el abdomen.

- "¡Maldito hanyou!" – le gritó Inka mientras se agarraba con una garra el sitio donde le había golpeado – "¿¡Cómo demonios puedes estar tan tranquilo en este infierno al que los traje!?" –

Entonces se fijó en sus ropas:

- "Maldición… ropas confeccionadas con lana de las Ratas de Fuego, las cuales le dan inmunidad total al calor..." –

- "¿Hasta ahora te das cuenta de con quién te enfrentas, tarado?" – le dijo Inuyasha mientras le sonreía burlonamente.

- "¿¡Cómo te atreves, basura!?" – rugió Inka mientras trataba de embestirlo. Sin embargo, un rayo de agua lo golpeó desde el lado derecho. Inka gritó de dolor mientras veía como un vapor blanco salía del punto en donde lo había golpeado.

- "¿Quién es la basura ahora?" – le dijo Gerardo triunfantemente. Había lanzado el rayo con la mano en la que sujetaba a Ryuuga, mientras mantenía la barrera activa con la mano en la que sujetaba a Fuuinryuu.

- "Tú… ¿¡un elemental de Agua!?" – preguntó Inka con horror. En ese mismo momento, recibió en toda la cara un par de flechas disparadas por Kagome y Gabriela, las cuales lo hicieron aullar de dolor.

- "Nunca te molestas en analizar a tus enemigos antes de pelear, ¿cierto?" – se burló Miroku mientras le arrojaba un puñado de ofudas. Sin embargo, no sirvieron de mucho, ya que el calor las quemó después de que salieron de la barrera.

- "¡Y tú tampoco pareces capaz de analizar bien el ambiente, pervertido!" – le dijo Gabriela mientras lo miraba con rabia. Miroku no hizo más que reirse nerviosamente.

- "¡Hiraikotsu!" – gritó Sango mientras le arrojaba el búmerang. Sin embargo, Inka lo esquivó haciéndose a un lado.

- "Bah… eres un fracaso, exterminadora" – dijo negando con la cabeza para burlarse de ella. Sin embargo notó que Sango sonreía triunfantemente. Un segundo después…

- "¡Kaze no Kizu!" –

Inka recibió de lleno el impacto del Kaze no Kizu y cayó al suelo.

- "No parece ser la gran cosa," – comentó Shippou viendo la batalla – "Ese monstruo es muy confiado y tonto" -

- "Pero tampoco debemos confiarnos" – le dijo Miko muy seria.

- "Malditos… me las pagarán… ¡ME LAS PAGARÁN!" – gritó Inka mientras saltaba desde el borde de la galería hacia la fosa de lava que tenía debajo.

- "¿Qué hizo ese tarado ahora?" – preguntó Inuyasha viendo lo que parecía un intento de suicidio. Sin embargo, se dieron cuenta medio minuto después: Inka saltó de la lava de vuelta a la plataforma y no solo se había curado totalmente de las heridas que le habían causado, sino que también brillaba en un inquietante color rojo.

- "Mwehehe… ahora veremos si podrán contra mí…" – dijo Inka, y acto seguido escupió un aluvión de flamas sobre Inuyasha, el cual trató de bloquearlas con Tessaiga.

- "¡Maldición!" – gritó Inuyasha mientras veía como Tessaiga empezaba a ponerse al rojo vivo – "¡No podré seguir sosteniéndola así!" –

Tuvo que soltarla para no quemarse las manos. Sin embargo, esto solo empeoró la situación, ya que el calor del volcán no permitía que se enfriara y lo dejó imposibilitado para usarla.

- "Bwahaha… ahora veremos si podrán resistir ¡ESTO!" – luego alzó sus manos – "Ikuyu poak kumma piralya haleiei, yst hakisa myalla sos eols ika! ~ Cursed Flame!" –

Tan pronto como terminó de pronunciar esas palabras, apuntó hacia donde estaban Gerardo y los demás cubiertos por la barrera de agua y varias grandes bolas de fuego negro se alzaron del cuerpo de Inka para luego lanzarse contra ellos, causando explosiones cuando entraban en contacto con la barrera. Cuando se disipó el humo que esto había causado, pudieron ver que la barrera estaba llena de grietas.

- "Bwahaha… aparentemente no fue suficiente" – dijo Inka riéndose malévolamente – "Sin embargo, hasta una simple brisa podría romper esa barrera, ¡así que ahora mismo acabaré con ella!" –

- "¡No tan rápido!" – gritó Inuyasha saltando hacia él – "¡Sankontessou!" -

Logró golpearlo en la cara, anulando toda posibilidad de que usara cualquier otro hechizo temporalmente. Sin embargo, esto también le costó una buena quemadura, ya que la piel de Inka estaba siempre tan caliente como agua en ebullición.

- "¡Infeliz!" – bramó Inka mientras se acomodaba la mandíbula después del buen golpe que Inuyasha acababa de propinarle, además de los profundos surcos llenos de sangre que le había dejado en el rostro con sus garras – "¡Es hora de que mueras!" –

Entonces empezó a cargar energía en su boca: aparentemente planeaba freírlo con un rayo cuya temperatura sobrepasaría por mucho el nivel de resistencia que las ropas de Inuyasha le proporcionaban contra el calor.

- "¡Inuyasha!" – gritó Kagome.

- "¡Inuyasha-nii!" – gritaron a la vez Miko y Yasha.

- "¡Ya fue suficiente!" – gritó Gerardo mientras sacaba su Cristal Seirei y lo insertaba en su Dragtemn rápidamente, para luego pronunciar el conjuro de transformación tan velozmente como le fue posible – "Zyacc Garsse Ochmere Ialast Kabze Pwatz Zosph, Phaph Myya Zosph Phiaphz Ical! Iadlast Pawatz! Dragoon!"-

Salió disparado de su burbuja de transformación y se dirigió hacia Inka.

- "Watsa ya lay hydrast, baprou, gaivz tast pawatz sos ulkirea ika! Water Saber!" – tan pronto como terminó de pronunciar el hechizo, su espada quedó envuelta en un aura azul, la cual él uso para propinarle a Inka un buen sablazo, el cual empezó a soltar alaridos de dolor mientras salía vapor de los sitios en los que lo había golpeado.

- "¡Graaaagh!" –

Inmediatamente después Gerardo regresó a su posición original, ya que la barrera había comenzado a titilar y desaparecería si no continuaba manteniéndola.

- "Maldición…" – se dijo a sí mismo mientras contemplaba la situación actual: a este paso, la barrera terminaría por resquebrajarse; y él no podía pelear al máximo porque tenía que mantener a los demás a salvo… Sin embargo, en cuanto vio a los demás y recordó el vapor que se formó cuando golpeó a Inka con el agua, se le ocurrió una idea – "¡Gaby! ¡Transfórmate! ¡Tengo una idea!" –

- "Pero, ¿¡qué hay de los demás!?" – preguntó su hermana con preocupación, sabiendo lo que pasaría si bajaba la barrera.

- "¡Solo confía en mí!" – dijo Gerardo, luego se volteó para mirar a Kagome y Miroku – "¡Kagome, necesito que te separes de Miko por ahora y que las dos y Miroku unan sus poderes para formar una barrera! ¡Aún si no es tan efectiva contra este ambiente, debería ser suficiente para protegerlos mientras terminamos con esa alimaña!" –

Kagome asintió, así que usó su medallón para que ella y Miko se separaran y luego ambas juntaron sus manos para formar una barrera con sus poderes espirituales. Miroku se les unió inmediatamente después, formando un pequeño velo de luz plateado alrededor de ellos mismos, Seina, Yuuichi, Sango, Shippou y Kirara. Aunque no proporcionaba la misma sensación refrescante de la barrera de Gerardo, al menos atenuaba el calor lo suficiente como para que no se calcinaran.

Tan pronto como Gabriela vió esto, ella sacó su Cristal Seirei e hizo lo mismo que su hermano:

- "Ist Wasriats, Oschmere Illyusea Kiabze Pawatz Zosph, Phaph Myya Zosph Phiaphz Ical! Illyusea Pawatz! Dragoon!"

Al haber visto esto, Gerardo cerró su armadura totalmente para protegerse del calor, los gases y el hollín mientras Gabriela hacía lo mismo. Luego, Gerardo disolvió la barrera de agua, formó un látigo de agua alrededor de su mano y lo usó para sujetar a Tessaiga. Sin embargo, tan pronto como hizo contacto, el agua empezó a evaporarse, razón por la cual él voló tan rápido como pudo de vuelta a la barrera y la depositó en el suelo dentro de ella.

- 'Bien... Con esto podrá enfriarse lo suficiente como para que Inuyasha pueda usarla de nuevo' – pensó con satisfacción mientras soltaba el látigo y este se evaporaba en el aire; para luego voltearse a mirar a Sango – "¡Sango, dile a Kirara que salga del velo para ayudar a Inuyasha!" –

- "¡Entendido!" – dijo Sango mientras se volteaba hacia su pequeña compañera – "¡Kirara!" -

Kirara se transformó en su forma gigantesca y voló hacia Inuyasha.

- "Keh, tal parece que las cosas están por ponerse interesantes" – dijo Inuyasha con una sonrisa de satisfacción en el rostro mientras montaba a Kirara.

Durante todo el rato en que habían estado haciendo todo lo anterior, Inka había estado tratando de descargar su rabia en Inuyasha, escupiéndole fuego, tratando de golpearlo con su espada y dándole golpes y patadas. Sin embargo, como todavía estaba rabioso por los golpes que le habían dado, su puntería era realmente pésima y no alcanzó a tocarlo ni una sola vez.

Tan pronto como estuvieron los tres en el aire, Gerardo disparó un chorro de agua a las rocas que estaban cerca de Inka. Esto creó una gran nube de vapor alrededor del monstruo.

- "¡Malditos!" – gritó Inka enfurecido – "¿¡Dónde están!? ¡Salgan para que acabe con ustedes!" -

En ese momento, una serie de luces comenzaron a brillar dentro del vapor; e Inka, creyendo que allí se encontraban sus enemigos, comenzó a seguirlas.

- "¡YA LOS TENGO!" – bramó triunfante. Desafortunadamente para él, eso fue solo un señuelo dejado por Gabriela: al instante siguiente de que llegó a ellas, las luces se desvanecieron y recibió un flechazo de luz en el pecho.

- ¡Perfecto!" – dijo Gabriela bajando con fuerza su puño izquierdo mientras veía como Inka caía de vuelta hacia la plataforma. Gerardo e Inuyasha salieron inmediatamente después de la nube y regresaron rápidamente a la barrera para que Inuyasha pudiera tomar de nuevo a Tessaiga. La espada todavía estaba algo caliente, pero ya se había enfriado lo suficiente como para que pudiera sujetarla.

- "Hora de acabar con este bastardo" – dijo Inuyasha mientras miraba a Inka con desagrado, el cual se había levantado y se había quedado suspendido en el aire. Al parecer, ya estaba tan rabioso que ni siquiera podía decidir a quién iba a atacar primero.

- "Estoy de acuerdo," – dijo Gerardo mientras volaba a su lado – "Ya este idiota nos ha causado más problemas de los que debería" –

Entonces sacó la llave de su medallón elemental, la insertó en la parte de atrás del mismo y le dio una vuelta hacia la derecha: - "Zyacc Cielba, ah... Leiya Jewiz Iadlast, Vaplu, SatplSa Bieccelle Zosph Uira Pawatz Oli KiabzeSa Zosph Pawatz Dea Draggyach! Iadlast Pawatz! ¡Half-dragon!" –

Al igual que en la ocasión anterior, sus piernas, cintura y brazos habían sido reemplazados por los de un dragón de agua cuando emergió de su burbuja de transformación. Del mismo modo, le volvieron a crecer la cola y los cuernos.
Inuyasha se separó de Yasha en ese momento y ambos empezaron a preparar técnicas diferentes: el Kaze no Kizu y el Kongousouha. Gabriela también empezó a prepararse para lanzar un rayo de luz supercargado.

- "Watsa ya hydrast, baprou cezet gorba ika, yst gyellia tast paewat phaf protasec sos fiassessaks ika…" – dijo Gerardo mientras dibujaba los círculos que servían para la ejecución de ese hechizo. Y cuando estaba terminando de hacerlos...

- "¡Kongousouha!" -

- "¡Kaze no Kizu!" –

- "Photon Blast!" –

- "¿¡Qué demonios están haciendo, bastardos!?" – gritó Inka lanzándose hacia Gerardo.

- "¡Iadlas!" – gritó Gerardo mientras disparaba un chorro de agua a máxima presión.

Inka había cometido el grave error de colocarse justo a quemarropa del punto de disparo del hechizo, así que lo recibió de lleno. Sin embargo, igual se las arregló para lanzarle una jabalina de fuego a Gerardo, la cual él no pudo esquivar por estar inmovilizado lanzado el cañón de agua y que terminó impactándolo en el estómago, en uno de los pocos puntos en los que ni su armadura ni las escamas de dragón lo cubrían.

- "¡Aghh!" – gritó Gerardo.

Poco después llegaron los ataques que Gabriela, Yasha e Inuyasha habían lanzado, siendo bombardeado consecutivamente por un poderoso rayo de luz, un aluvión de diamantes y la energía del Kaze no Kizu, todos los cuales explotaron al final. Inka no pudo resistir más y empezó a caer hacia el suelo – "Malditos sean… al menos me los llevaré conmigo…" –

Se posicionó de una forma que asegurase que en su trayectoria cayera justo encima de los que estaban cubiertos por la barrera, razón por la cual Miko, Kagome y Miroku tuvieron que disolverla y alejarse de ese sitio para después volver a levantarla en otro lugar. Tan pronto como cayó al piso, toda la plataforma sobre la que habían estado peleando se sacudió e Inka fue consumido por llamas negras, dejando solo un grupo de Fragmentos de Sombras. Sin embargo, el temblor hizo que Seina perdiera su equilibrio, y como estaba cerca de uno de los bordes de la plataforma, se resbaló y cayó de ella.

- "¡Aaaahh!" –

- "¡Seina!" – gritó Yuuichi mientras corría y trataba de sujetarla. Logró atrapar una de sus manos, sin embargo, no tenía fuerzas suficientes para alzarla por sí solo; y si seguía así, ambos caerían hacia su muerte.

- "¡Yuuichi!" – dijo Seina mientras lo miraba como si fuera la primera vez que lo veía en realidad, mientras sus zouri se deslizaban de sus pies y caían hacia la lava – "¡Por favor, suéltame! ¡O ambos moriremos!" –

- "¡Eso nunca, no seas ridícula!" – le gritó Yuuichi haciendo acopio de todas sus fuerzas para evitar que tanto Seina como él mismo cayeran – "¡Jamás te soltaré, aún si eso me cuesta la vida!" –

- "¿¡Pero por qué!?" – le preguntó Seina confundida – "¿No qué no me amabas? ¿No que jamás podría comprender tus sentimientos?" –

- "Todo eso fue mentira…" – empezó a decir Yuuichi – "En realidad… si te amo Seina… ¡es solo que jamás fui capaz de revelarte mis verdaderos sentimientos!" –

- "¡Yuuichi!" – dijo Seina, mientras cerraba sus ojos con una sonrisa – "Está bien… ahora que sé eso…"

- "¿¡Seina!?" – se espantó Yuuichi – "¿¡Qué estás pensando hacer!?" –

- "Ahora que sé eso, no me quedan más remordimientos" – dijo mientras lágrimas de emoción empezaban a correr por su rostro – "Ahora podré dejar este mundo en paz…" –

- "¡No, no lo harás!" – dijo Sango mientras se apresuraba en ir a sujetarles las manos a ambos – "¿¡Tienes idea de cuánto dolor le causarías si murieras!?" –

- "¡Tiene razón!" – dijo Miroku mientras también corría hacia Yuuichi y lo ayudaba a subir a Seina, abandonando su puesto como creador de la barrera junto a Miko y Kagome – "¡Nunca deben dejar que su amor termine así!" -

- "¡No sean idiotas; y continúen con sus vidas ahora que saben lo que sienten el uno por el otro!" – les dijo Gerardo mientras bajaba desde el aire y regresaba a su forma de Dragoon. Luego bajó hasta el nivel de Seina y empezó a halarla por el brazo hacia arriba, en la misma dirección que Yuuichi.

- "¡Déjense de tonterías y tengan una familia feliz!" – les chilló Shippou mientras ayudaba a Miroku, tirando de sus ropas.

- "¡Keh, como dan problemas estos sujetos!" – gruñó Inuyasha mientras le señalaba a Kirara que fuese hasta ellos para ir a ayudarles.

- "Pero nii-san," – observó Yasha sarcásticamente – "Debo decir que les tienes algo de afecto, o ni te molestarías en ayudarlos" –

- "Lo hago porque si no Kagome me mataría" – negó orgullosamente mientras llegaban al suelo y desmontaban a Kirara, para luego correr y sujetar a Sango por el brazo. Yasha se rió un poco y sujetó a Inuyasha desde atrás.

- "¡Cuando diga 'Ahora', halaremos todos al mismo tiempo para subirlos!" – anunció Inuyasha, mientras los demás mostraban su conformidad con el plan – "¡Ahora!" –

De un solo jalón, todo el grupo se las arregló para subir al par de enamorados de vuelta a la plataforma. Terminaron dentro del área que estaba protegida por la barrera que Miko y Kagome estaban manteniendo a duras penas, así que de inmediato Gerardo regresó a su forma normal y puso de nuevo la barrera de agua para quitarles esa carga de encima mientras Inuyasha iba y recogía el Fragmento de Sombras que Inka había dejado tras su muerte, además de los que les había robado en el templo.

Luego, Kagome y él usaron sus medallones para regresar a sus formas normales mientras Miko y Yasha volvían a sus formas espectrales. Yuuichi y Seina entonces se abrazaron apasionadamente, mientras lloraban de felicidad, no solo por estar vivos, sino también porque por fin habían admitido sus sentimientos por el otro. Luego todos decidieron que era momento de regresar a la aldea.

- "Pero, ¿qué haremos respecto al volcán?" – preguntó Yuuichi con preocupación.

- "Miren hacia abajo," – les sonrió Kagome: el nivel de la lava estaba comenzando a bajar y los pequeños temblores que habían dominado el área hasta hacia poco estaban cesando. Aparentemente, la muerte de Inka había regresado el volcán a su estado durmiente – "Creo que la aldea estará a salvo ahora" –

- "Kagome-sama, Inuyasha-san" – se les acercó Seina – "¿Puedo preguntarles algo?" –

- "¿Qué cosa?" – inquirió Kagome.

- "¿Qué son esa especie de espíritus que los acompañan?" – preguntó con interés mientras veía a Miko y Yasha con interés – "He oído hablar sobre Shikigamis, pero no estoy segura de que ellos lo sean…" –

- "Como lo dije antes, son parte de nosotros, ya que son partes de nuestras almas que aparecieron en este mundo" – dijo Kagome mostrándole el medallón que llevaba al cuello – "Gracias a estos medallones, podemos cambiar de lugar con ellos, o hacer que tomen forma física a cambio de perder parte de nuestras edades" –

- "Kagome, no creo que haya sido buena idea que les dijeras eso" – le gruñó Inuyasha.

- "No le des tanta importancia," – le dijo Kagome. Pero cuando miró a Seina de nuevo, entrecerró los ojos y curvó los labios hacia arriba – "Sin embargo, quisiera pedirles a ti y a Yuuichi-kun que no revelen nada de esto a nadie en la aldea. Temo que podrían malinterpretarlo y pensar que somos seres malignos" –

- "De acuerdo" – le prometió Yuuichi – "Como futuro líder de la aldea, juro que nunca le diremos a nadie sobre esto mientras vivamos" –

- "Bueno, ahora que el asunto está resuelto" – dijo Miroku acercándose a ellos mientras señalaba hacia la barrera azul acuosa que estaba sobre sus cabezas – "¿Les parece bien si salimos de este infierno? No creo que a Gerardo-kun le haga mucha gracia que estemos aquí parados conversando tan a gusto mientras él gasta sus fuerzas manteniendo esta barrera después de esa batalla" –

Así era: Gerardo los estaba mirando con una cara de rabia inmensa mientras Gabriela hacía todo lo que podía para mantenerlo en pie con su Healing Light. Los demás solo se rieron mientras ellos dos suspiraban de exasperación.

Dejaron el cráter y la cueva; y se encaminaron de vuelta a la aldea, animados por su gran victoria y porque habían logrado conseguir otra pista más a un gran misterio: ¿Por qué los Dioses Dragón habían elegido precisamente a Gerardo y Gabriela? ¿Por qué los habían hecho venir al mundo de Inuyasha antes de aparecer ante ellos, en vez de enviarlos directamente a Dragonia? ¿Y cómo es que había lugares y objetos pertenecientes a Dragonia en este lugar?

Sin embargo, aún no estaban lo bastante de cerca de conseguir una respuesta a esas interrogantes…


(Ending: Fukai Mori)