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A todos, quiero darles la bienvenida a mi humilde blog, el cual está dedicado a mi vida, al animé, a los videojuegos, y especialmente, a EXA_PICO. Aquí podrán ver las traducciones de letras de canciones que he hecho, y en el dado caso que no tenga la traducción que buscan, por favor vayan al foro Ar tonelico: A Reyvateil's Melody, ya que allí están todas las traducciones que podrían necesitar, junto con una gran cantidad de información sobre el mundo de EXA_PICO y sus conlangs.

¡Espero que se la pasen bien leyendo este blog!

Everyone, welcome to my humble blog, dedicated to my life, anime, videogames, and especially, to EXA_PICO. Here you all can see the translations for song lyrics I have done thus far, and if I don't have the translations you're looking for, please go to the Ar tonelico: A Reyvateil's Melody forum, since in both of these there are all of the translations you may need, together with a great quantity of information about EXA_PICO's world and its conlangs.
I hope you all have a good time reading this blog!


domingo, 21 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 14

Capítulo 14:

La Compresión del Tiempo

(Opening: Omoide ga Ippai - CoCo)

Al regresar a la aldea, Gerardo les pidió a todos que se alejaran por un rato y que sacaran a todos los niños que no habían sido rejuvenecidos por la maldición que Naraku y Kagura lanzaron sobre la aldea. Una vez completada la tarea, invocó su armadura de dragón…

- "Creo que será mejor que dejemos a Kaede así hasta que haya asimilado todo lo que le dijo Kikyou" - dijo Gerardo.

- "¿Tienes alguna idea de cómo regresar a todos los demás a la normalidad?" - le preguntó Miroku.

- "Sí, aunque de momento es sólo una teoría que no ha sido probada y que no estoy seguro de que funcione. Necesitaré un poco del agua que usan para regresar a la normalidad para probarla, pero creo que tiene buenas probabilidades de funcionar" - respondió Gerardo mientras Kagome sacaba la botella que contenía el brillante líquido azul de su mochila. Gerardo sacó una pequeña parte del agua de la botella y la enrolló en una burbuja que mantuvo levitando frente a sí mismo.

- "¡Ah! ¿Planeas usar tu hechizo Healing Rain?" - le preguntó Kagome con una sonrisa.

- "Adivinaste. Como la maldición que Naraku le puso a la aldea no es tan fuerte como la que te puso a ti, debería ser fácil deshacerla de este modo" – respondió Gerardo mientras comenzaba a elevarse en el aire - "Ahora, todos aléjense para que no los atrape la lluvia y pongan un par de barreras por si las dudas" -

Los demás obedecieron sus indicaciones, alejándose de los límites de la aldea. Luego, Miroku y Gabriela pusieron una barrera cada uno alrededor del grupo.

- "Bueno, hora de poner a prueba mi teoría" – se dijo Gerardo mientras cambiaba el modo de su armadura a placa completa cerrada, de modo que el agua no se filtrase a través de ella.

Al instante siguiente, empezó a agitar la espada en circulos para acumular agua y formar una gran esfera azul oscura sobre él para luego fundir la burbuja de agua mágica con la esfera, cambiándole el color a un azul brillante - "Ist Garrse, ah... Leiya Iadlast, VulualwaeSa Zosph Wihatslag Oli Zosph Uklyaar, Oli Quieralm Ealzet Zosph Phiapz Ical... Healing Rain!" -

Cortó la burbuja en dos y batió las alas para esparcir más el agua de la lluvia, de modo que alcanzase todos los rincones de la aldea. Los aldeanos comenzaron a regresar a la normalidad conforme los bañaba la lluvia, atravesando los techos como lo hizo la maldición de Naraku, y para el momento en que la llovizna había cesado, todos habían regresado a sus edades reales.

- "¿Qué pasó aquí?" -

- "Me sentí como si hubiese dormido durante días" -

- "Soñé que era niña de nuevo" -

Tales eran los comentarios de los aldeanos confundidos que se escuchaban por todas partes. Al final, los niños de la aldea se reencontraron con sus familiares en abrazos llenos de lágrimas alegremente, haciendo que todo finalmente recuperara su estado de siempre. Excepto…

- "Ya veo, así que eso fue lo que ocurrió estos últimos días... Lamentamos haberles causado tantos problemas..." - dijo el jefe de la aldea, Rikiichi, luego de que el grupo le hubo explicado todos los eventos que tuvieron lugar recientmente - "Pero... ¿Dónde está Kaede-sama?" -

- "Se encuentra con nosotros, pero decidimos dejarla como se encuentra actualmente por un poco más de tiempo para que su personalidad no desestabilice" - dijo Miroku mientras le mostraba a la pequeña Kaede que dormía en los brazos de Kagome. Su cara todavía mostraba la gran tristeza que recibió por lo que le dijo Kikyou.

- "Muy bien, Houshi-sama" - le dijo Rikiichi en un tono comprensivo - "Asumiré el liderazgo de la aldea hasta que Kaede-sama esté en condiciones de asumir sus responsabilidades de nuevo" -

- "Y espero que no les importe si ayudamos a Kaede-sama a que se recupere" - dijo Asagi con una sonrisa, la cual era compartida por los otros niños de Hourai.

- "Sería un honor dejarla a su cuidado, chicos" - les dijo Gerardo con una sonrisa, el cual ya había quitado su armadura. Los demás miembros del grupo estaban de acuerdo con el plan también - "Como hicieron tan buen trabajo uniendo fuerzas con los niños de la aldea para cuidar a sus parientes durante el tiempo que estuvimos fuera, podemos confiarles su seguridad. Gracias de antemano" -

- "¡Por nada!" - dijo Ai esbozando una gran sonrisa.

Kagome, Gerardo, Gabriela e Inuyasha luego se despidieron de todos y fueron hasta el pozo para regresar a la época actual, para darle las buenas noticias a la familia de Kagome de que ella había regresado a la normalidad…

Pasaron tres días; y así... Gerardo y Gabriela fueron por un día a su casa a descansar, le informaron a sus padres sobre la entrevista que Gerardo tendría y le informaron a las escuelas a las que asistían, así como a sus familiares y amigos que se irían a estudiar a Japón.

A la entrevista lo acompañaron la familia de Kagome, su propia familia y también Inuyasha. Gracias al apoyo extra, no tuvo problemas en pasar la entrevista, y entre sus conocimientos, el tiempo que paso estudiando y la sabiduría extra que recibió de Iadlast, no tuvo mucho problema con los exámenes. Gracias a esto, fue aceptado en la escuela de Kagome como estudiante de último año de secundaria. Todos se regocijaron con la noticia. Del mismo modo, aprovecharon la ocasión para inscribir a Gabriela en la misma primaria en la que estudiaba Souta, a fin de evitar problemas posteriores.

Un día después de todos esos sucesos, Gerardo, Kagome y Gabriela estaban en la sala de la casa de Kagome, preparando el equipaje para continuar su travesía…

- "Estos últimos días fueron estresantes, pero al menos logré entrar. ¡Y la mejor parte es que no tendré que ir a clases hasta septiembre!" - dijo Gerardo mientras se estiraba. En ese momento vestía una camisa azul y un pantalón blue jean.

- "¡Sabes que pienso que es genial también! Pero ya va siendo hora de que regresemos a la era Sengoku, ¿no?" - dijo Kagome mientras terminaba de preparar su mochila y la cerraba.

- "Es cierto. Mejor nos vamos antes de que…" - dijo Gerardo riéndose, pero no tuvo tiempo de terminar la frase.

- "¡Oigan! ¿Piensan volver algún día?" - dijo Inuyasha mientras entraba a la sala para ver que estaban haciendo. La madre de Kagome estaba de compras, el abuelo estaba limpiando el templo; y Souta y Gabriela estaban jugando videojuegos en su cuarto.

- "Ya íbamos de regreso cuando llegaste" - dijo Kagome suspirando.

- "Bueno, déjenme un segundo para que Gabriela y yo nos cambiemos de ropa antes de regresar" - dijo Gerardo sacando su kimono de su Dragtenm para luego ir al baño. Cuando regresó, Souta y Gabriela también estaban esperándolo en la sala, la segunda ya vestida con su kimono blanco.

- "¿Y cómo ha estado Kaede desde que nos fuimos?" - preguntó Kagome.

- "Ha estado algo deprimida desde que se despertó. Sus memorias parecen estar despertando, pero aún tiene problemas aceptándolas" - respondió con una expresión algo apesadumbrada.

- "No me extraña. En vista de cuan shockeada estaba, eso no es algo alguien pudiese superar en unos cuantos días" - comentó Gerardo mientras ataba su espada a su cintura.

- "Bueno… ¿Les parece bien si nos vamos ya?" - preguntó Gabriela con una sonrisa.

- "Volverán pronto, ¿verdad?" - les preguntó Souta alegremente.

- "Por supuesto, no podemos estar todo el tiempo peleando contra monstruos" - dijo Gerardo mientras salían de la casa. Al poco rato cruzaron el pozo y se encontraron de nuevo la era Sengoku.

- "¡Bienvenidos de vuelta!" - los saludó Miroku cuando los vio salir. Aparentemente, tanto él como Sango y Shippou los habían estado esperando desde que Inuyasha había ido por ellos.

- "Hola a todos" – los saludó Gerardo mientras agitaba la mano en dirección a ellos - "¿Y cómo ha estado todo desde que nos fuimos?" -

- "No ha habido nada digno de mención. Solo que ahora la aldea ya no tiene más la protección de Kaede y perdió parte de su sabiduría… pero es mejor que se quede como niña por ahora. Pensamos que sería peligroso regresarla a su edad real mientras todavía sigue confundida" - dijo Sango con una expresión preocupada.

- "¿Y qué hay de Sesshomaru, Rin, Jaken, Kouga y Ayame?" - preguntó Kagome cuando notó que no estaban por ninguna parte.

- "Mejor olvídalos, Kagome" - dijo Inuyasha cruzándose de brazos - "Sesshomaru y sus acompañantes decidieron continuar viajando lejos de nosotros, mientras que el tonto de Kouga y su novia regresaron a sus madrigueras cuando regresé de acompañarlos en el viaje de vuelta" -

- "Creo que eso significa que nosotros seremos los únicos en seguir el viaje para vencer a Naraku y a Tenebross, ¿eh?" - dijo Gabriela suspirando decepcionada.

- "Ni modo. Ese es nuestro deber" - dijo Shippou negando con la cabeza y encogiéndose de hombros con una expresión seria.

- "¿Continuamos nuestro viaje ahora mismo, entonces?" - preguntó Gerardo con una sonrisa.

- "¡Claro que sí! ¡Ese par de imbéciles deben haber estado aprovechando los cuatro días que estuvieron resolviendo asuntos en la otra época!" - dijo Inuyasha resoplando.

Mientras tanto…

- "Por lo que veo nuestros planes no han sido más que un rotundo fracaso uno tras otro" - dijo Naraku mientras observaba a sus enemigos salir de viaje.

- "Sí, no tramamos con suficiente cuidado nuestras artimañas. Por ahora deberíamos dejar a Kagome para después y enfocarnos en aniquilar al núcleo de su grupo" - dijo Tenebross siniestramente.

- "La clásica estrategia de ¨matas a los más fuertes y el grupo se desmorona¨," - dijo Naraku entre sus clásicas risas malévolas - "Te refieres a matar a Inuyasha y a Gerardo, ¿no es así?" -

- "Exacto. Así los demás serán presa fácil para nosotros; y se me acaba de ocurrir la forma perfecta de deshacerme de esos tontos…" - respondió para después hacer aparecer un círculo verde enfrente de él - "Ist Ukuak Chelkre Kiols Ilg Ical, Oli Couma Cust Phaph FaleaRe Necla Ical!" -

Del círculo salió una brisa negra que luego tomó forma de un demonio alto, cubierto totalmente por una túnica con capucha de color verde, detrás de la cual brillaban siniestramente dos ojos rojos.

- "Amo, espero sus órdenes" - dijo el demonio con voz grave.

- "Kazein, te ordeno que manipules la mente de Gerardo para que haga una tontería que le cueste la vida a él y a Inuyasha; y si con eso te deshaces también de todo su grupo, mejor aún…" - le ordenó Tenebross.

- "Entendido, Lord Tenebross…" - dijo Kazein inclinándose - "Le juro que cumpliré a cabalidad sus órdenes" -

- "Sin embargo, te doy una condición para este trabajo: asegúrate de que no muera la muchacha de los poderes sagrados. La necesitamos con vida" - dijo Tenebross mientras sus ojos malignos se ensanchaban.

Kazein asintió para indicar su aceptación y luego se desvaneció en una débil ráfaga de viento.

- 'Que patético...' - pensó Kagura - 'Es similar a mí en que es una criatura del viento, pero él no conoce lo que significa la libertad y en su lugar sigue atado a su amo como si fuera un perro con correa' -

Inuyasha, Gerardo y los demás estaban en ese momento cruzando una explanada que estaba entre dos bosques, pero luego empezó a soplar un viento ominoso.

- "Algo me está dando un mal presentimiento…" - dijo Inuyasha preparándose para la batalla - "Todo este viento apesta a Naraku…" -

- "¿Crees que sea Kagura?" - le preguntó Kagome con aprensión.

- "No, también tiene mezclado el olor de Tenebross y huele diferente a la esencia de Kagura" - respondió Inuyasha mientras apretaba sus colmillos.

- "Pero no cabe duda de que es un monstruo de viento" - dijo Gerardo mirando al horizonte con una expresión seria. Sin embargo, en ese momento fue abofeateado por una ráfaga de viento que le atravesó la cabeza. No tuvo heridas visibles, pero se veía como si estuviese bajo hipnosis, con la mirada perdida y los ojos nublados.

- "Gerar… ¿Te encuentras bien?" - le preguntó Gabriela preocupada, lo cual atrajo también la atención de los demás.

- "Si, Gaby… Me encuentro bien…" - dijo Gerardo sonando extrañamente distante - "Y se me acaba de ocurrir una idea para ponerle fin a esto de inmediato…" -

- "¿De qué locura estás hablando?" - preguntó Inuyasha, ya que las palabras de Gerardo le habían dado curiosidad a todos.

- "Ya les mencioné previamente cuáles son los seis elementos básicos, ¿verdad? Pero no he dicho nada sobre el resto de la escala elemental" - dijo Gerardo burlonamente.

- "Gerar... de verdad, ¿estás bien? Estás actuando... raro..." - dijo Gabriela preocupada.

- "Sí... ese tipo de actitud no es propia de él..." - dijo Sango con una mirada de angustia.

- "De cualquier modo, escuchemos lo que tiene que decir" - dijo Inuyasha con una sonrisa - "Si podemos acabar con esos bastardos ahora, mejor aún" -

- "Ya veremos que hacer con esa actitud tuya luego. Así que por favor, explícanos con más claridad eso de los elementos" - le pidió Miroku.

- "Muy bien. Aparte de los seis elementos principales, están tres elementos secundarios: Naturaleza, Trueno y Hielo, los cuales nacen de los seis principales; tres atributos: Sol, Luna y Estrellas, los cuales son elementos nacidos de Voluntades de otros planetas y estrellas aparte del nuestro, dos elementos prohibidos: Sombra y Veneno, que ningún ser vivo debe manejar jamás; y por último, tenemos el Elemento Definitivo: el Tiempo" - explicó Gerardo.

- "Hmm, eso de los atributos me intriga un poco... ¿Voluntades de otros planetas?" - preguntó Miroku.

- "Bueno, sí... En nuestra era, se descubrió hace mucho tiempo que hay otros planetas allá afuera aparte del nuestro. Sin embargo, nadie sabe si hay vida en ellos o no" - explicó Kagome con una sonrisa.

- "Ya veo... Y entonces, ¿qué hay con el Elemento Definitivo?" - preguntó Sango.

- "Es el elemento que se crea de la unión de todos los demás, a excepción de los prohibidos; y solo puede ser manipulado por los dioses dado su inmenso poder, o por el dragón supremo… Infiny" - dijo Gerardo mientras exhibía una sonrisa demente.

- "¿Y cómo podemos llamarlo?" - preguntó Kagome dando una palmada de la emoción - "¡Si el elemento Tiempo es tan poderoso, entonces podríamos ganar esta batalla fácilmente!" -

- "He, he, he, he… no podemos llamarlo, porque no existe…" - dijo Gerardo, pero antes de que pudieran decirle algo, añadió: - "Y eso es porque nosotros debemos crearlo al fusionar los elementos sobre los que tenemos poder en un solo ser" -

- "¿Quieres decir que nos fusionamos también o algo así?" - preguntó Shippou.

- "Eso mismo. Si quieren, podemos intentar la fusión ahora mismo" - dijo Gerardo.

- "Bueno, no perdemos nada con probarlo" - dijo Miroku encogiéndose de hombros. Los demás asintieron, sin sospechar que ya habían caído directo en la trampa de Tenebross.

Luego de unos pocos minutos, Gerardo había dibujado una réplica perfecta del Sello Elemental con hielo sobre la hierba y les había pedido a todos que se pararan sobre una parte determinada del emblema de acuerdo a los elementos marcados por los colores de sus Dragtemn.

- "Err… ¿Seguro que es seguro?" - preguntó Shippou empezando a asustarse.

- "Si, no creo que vaya a pasar nada malo" - respondió Gerardo.

- "¡Pero nos faltan varios elementos!" - dijo Gabriela alarmada, mostrando que también sabía bastante sobre esto a pesar de ser tan joven - "¡Tenemos a los seis elementos principales y la Luna, pero nos faltan los tres elementos secundarios, y los elementos Sol y Estrellas!" -

- "No importa. Lo que ya tenemos es suficiente para hacer aparecer a Infiny" - dijo Gerardo mientras se colocaba en el lugar que correspondía al Agua en el emblema.

- "¿Y ahora qué?" - preguntó Inuyasha con los brazos cruzados.

- "Levanten el brazo en el que llevan sus Dragtenms…" - respondió Gerardo. Todos levantaron el brazo mientras que Gerardo y Gabriela se quitaban sus Cristales Seirei del cuello y los sostenían en alto.

- "Zyacc Alttyaok, ah, Leiya Faarsaszyattsei… Jewizdau Dea Iadlast, Efstrian Dea Pirazsyec, Aghihal Dea Kiols, Jedivile Dea Tiarrashe, Ripushial Dea Illyusea, Qafumya Dea Phinambrea, Naseanlia Dea Iadlicae, Wimelia Dea Tiargualh, Rakileim Dea Uzakamre, Vurtfetclee Dea Saetsulia, Wairogir Dea Syohylyou Oli Purofaseith Dea Yastolia, EathSa, Phaph Kyuluphe Razaium Pawatz Dea Myallade Ical… Dragyacch, EathZa! VasamweZa, Infini!" - dijo Gerardo con voz monótona.

(BGM: Kaze no Ryojin – Kow Ohtani)

Tan pronto como terminó, el círculo entero empezó a brillar en varios colores, incluídas las marcas sobre las que estaban parados.

- "Por ahora todo bien…" - dijo Gabriela preocupada, pensando que esto no iba resultar bien.

El brillo de cada marca elemental empezó a aumentar y se escuchó el llanto de un dragón. Luego, todos empezaron a brillar en el color de sus elementos correspondientes mientras el círculo ubicado más al centro del emblema se volvía un vórtice multicolor y empezaba a absorber energía.

Pero entonces, el cielo se oscureció, una descarga eléctrica empezó a recorrer todo el sello y la absorción de energía en su centro empezó a incrementar su fuerza.

- "¿Qué está pasando?" - dijo Inuyasha al ver que una barrera multicolor transparente había rodeado el círculo, haciéndoles imposible el salir de él.

- "¿¡Es esto normal!?" - dijo Kagome asustada mientras se arrodillaba para soportar mejor la succión del centro del sello.

- "¿¡Qué rayos…!? ¡NO!" - dijo Gerardo, como si repentinamente hubiese despertado de lo que hacía. Sus ojos habían recuperado su aspecto normal y él parecía estar aterrorizado - "¡La fusión se salió de control!" -

- "¿¡Qué fue lo que provocó esto!?" - preguntó Miroku mientras clavaba su shakujou en el suelo y lo usaba para mantenerse en su lugar - "¡Esta absorción esta llegando al mismo nivel que la de mi Kazaana!" -

- "¡Como faltan elementos y no poseemos el Corazón de Dragón, la fusión para crear la esencia de Infiny no pudo realizarse correctamente!" - dijo Gerardo espantado.

- "¿¡Y qué sucederá ahora!?" - preguntó Sango asustada, sosteniéndose del Hiraikotsu que tenía clavado en el suelo, al igual que Inuyasha con su Tessaiga.

- "¡No podemos hacer nada! ¡No sé qué irá a pasar!" - respondió Gerardo tan impotente como aterrorizado.

Un gran rayo blanco cayó de un remolino que se había formado en el oscuro cielo, exactamente sobre el centro del sello, rompiendo la barrera y haciendo que todos salieran volando por el impacto mientras gritaban. El impacto también los dejó inconscientes…

(Fin BGM)

Inuyasha se despertó bajo la sombra de varios árboles, un poco cegado por la luz del sol que se filtraba entre las hojas. Lo primero que hizo fue incorporarse, y cuando miró alrededor, vio que a su lado se encontraban varias personas inconscientes: a su lado estaba niña vestida como Miko, descalza y peinada como Sango, con una mochila a su lado y varias cosas apiladas a su alrededor.

También estaban una niña vestida con un kosode rosado y blanco, un anciano que parecía un sacerdote de alto rango ataviado con las mismas ropas que llevaba Miroku, un niño vestido con un kosode azul, una muchacha muy parecida a Kikyou debido a que tenía una apariencia similar y llevaba las mismas ropas, y una criatura parecida a un zorro gigante…

- "¿Dónde demonios estoy ahora?" - se preguntó Inuyasha. Luego se fijó en la niña que tenía más cerca y empezó a zarandearla para que se despertara - "¡Kagome! ¡Despierta, por favor! ¡Vamos, sal de eso de una vez!" -

De tantas agitadas, la niña abrió los ojos y luego…

- "¡ABAJO!" - dijo de inmediato, haciendo que Inuyasha se estrellase contra el suelo. Fue entonces que ella se puso en pie y se cubrió la boca con las manos, dándose cuenta de lo que había hecho - "¿Eh? Inuyasha… ¿te encuentras bien?" -

- "Dime tu qué crees…" - le respondió Inuyasha desde el suelo.

- "Perdóname, es que fue un reflejo, pero… ¿Cómo te convertiste en niño de nuevo?" - preguntó Kagome confundida mientras Inuyasha se ponía en pie de nuevo.

- "¿De qué estas hablando?" - le preguntó Inuyasha espantado - "Tu eres la que…" -

Para no empezar a pelearse, Kagome sacó un espejo de su mochila de inmediato y cuando vieron sus reflejos, ambos soltaron un fuerte grito.

- "¡Maldición! ¡No de nuevo!" - dijo Inuyasha irritado mientras se examinaba a sí mismo.

- "Esto es muy extraño... No recuerdo que nos hayamos tomado el agua, ¡y aún tenemos nuestros recuerdos aunque no llevamos los medallones puestos!" - dijo Kagome mientras se revisaba a sí misma y sus pertenencias. Claro está, sus medallones estaban aún guardados en su mochila - "¡Y mi ropa y peinado se cambiaron por si solos!" -

- "¡Creo que eso tuvo que ver con la estúpida prueba que hizo ese Gerardo!" - dijo Inuyasha tronándose los nudillos - "Cuando lo vea, ¡lo voy a…!" -

- "Contrólate, recuerda que estaba actuando raro, como si estuviese poseído. Pero, ¿quiénes serán estas personas?" - preguntó Kagome mientras miraba a las otras personas inconscientes desparramadas por el claro - "¿No serán…?" -

- "Si, ésta se parece a Sango lo suficiente como para ser ella" - dijo Inuyasha examinando a la otra niña - "Y creo que este viejo feo es Miroku..." -

- "Y esta muchacha…" - dijo Kagome mirándola - "Parece Kikyou, pero su aura…" -

- "¿Qué tiene ella de especial?" - dijo Inuyasha mientras miraba más de cerca a la muchacha, haciéndolo sonrojar. Ya había notado que no se trataba de Kikyou por su aroma y aunque tenía un aroma familiar, su mente no terminaba de acertar respecto a quién era.

- "Su aura no esta hecha de poder espiritual, ¡sino poder sagrado!" - dijo Kagome - "¡Es Gabriela!" -

- "¿¡Qué!?" - dijo Inuyasha espantado.

- "Ugh... Creo que ambos acertaron..." - dijo el niño, el cual acaba de despertarse y se había puesto en pie.

- "Eres Gerardo-kun, ¿verdad?" - le preguntó Kagome para estar segura. El niño era prácticamente igual a Jousui, pero su kosode, el cual era sólo lo suficientemente largo para llegarle hasta poco más allá de las rodillas, parecía estar hecho de telas de menor calidad, no tenía mangas, no llevaba ningún tipo de emblemas o decoraciones y además estaba remendado y parchado en varias partes, además de que no llevaba ninguna clase de calzado. Su aspecto resultaba extremadamente contrastante con la apariencia general de Gerardo, y aunque sus ojos mostraban inteligencia, no era tan notable porque no llevaba sus gafas.

- "Si, soy yo" - dijo el niño con una voz que denotaba una gran vergüenza y tristeza - "Y vaya desgracia en la que hice que cayéramos..." -

Inuyasha fue de inmediato hasta él, lo agarró de la pechera del kosode y lo levantó.

- "¡Inuyasha!" - gritó Kagome asustada.

- "¡Idiota! ¡Tienes que explicarnos porque terminamos así!" - soltó Inuyasha furioso.

Inuyasha esperaba verle por lo menos la mirada desafiante, o su tranquilidad inmutable, como la vez que lo había agarrado de la pechera de su propio kimono cuando se conocieron.

- "¡Te lo explicaré todo!" - le dijo mientras se cubría la cara con las manos y sus ojos empezaban a soltar lágrimas - "¡Pero no me lastimes!" -

Inuyasha se había sorprendido tanto por esto, que lo soltó de inmediato, mientras que Kagome fue hasta él para tranquilizarlo.

- "Creo que te excediste, Inuyasha" - lo reprendió Kagome mientras sobaba a Gerardo en el hombro - "Ya, ya... está todo bien..." -

- "No pensé que reaccionaría tan… patéticamente" - dijo Inuyasha encogiéndose de hombros.

- "Bueno, ¿nos puedes explicar que sucedió?" - le pidió Kagome cuando Gerardo se hubo calmado lo suficiente.

- "Esta bien…" - dijo Gerardo para luego inspirar profundamente - "Debido a que la fusión falló, terminamos causando una Compresión del Tiempo; y bueno… eso nos terminó tragando a todos" -

Inuyasha y Kagome se quedaron confundidos, primero porque Inuyasha no entendía muy bien lo que Gerardo decía; y ambos porque aunque ahora Gerardo no parecía más que un niño llorón, aún era tan inteligente como siempre.

- "¿Qué es eso de la Compresión de Tiempo?" - preguntó Inuyasha.

- "Significa que los tres estados del tiempo: pasado, presente y futuro, se unen en uno solo dentro del sello en el que realizamos la fusión fallida para luego separarse violentamente. Para ponerlo de modo simple, es como si todas las eras se fusionasen en una bomba que explota inmediatamente después de formarse" - dijo Gerardo.

- "Pero, ¿qué tiene eso que ver con que nosotros nos veamos así ahora o haber terminado quién sabe dónde?" - preguntó Kagome.

- "Es porque la Compresión nos envía a una época y lugar al azar, nos cambia la apariencia y las edades, y también puede añadir o borrar recuerdos" - dijo Gerardo.

- "Supongo que eso significa que ahora estamos en otra época…" - dijo Kagome pensativamente.

- "Y por lo que veo tanto sus memorias como las mías siguen intactas" - dijo Gerardo suspirando de alivio.

- "Sí, no hemos olvidado nada" - dijo Inuyasha con una sonrisa arrogante.

- "¿Y aún cargan todas sus pertenencias?" - preguntó Gerardo. Se pusieron a revisarse de nuevo; y al final, pudieron ver que aún tenían todos sus objetos, la única diferencia estando en sus edades y ropas actuales.

- "Y... ¿Hay alguna forma de salir de esto?" - preguntó Kagome temiendo la respuesta.

- "Tenemos que esperar a que los efectos de la Compresión se deshagan por sí solos y nos envíe de vuelta a nuestra época" - dijo Gerardo.

- "Espera, pero eso no significa que nos vamos a quedar así, ¿no?" - preguntó Inuyasha espantado.

- "No, ya que todos los cambios que la Compresión nos causó se anularán por sí mismos cuando cese" - dijo Gerardo con una sonrisa.

- "¿Y cuánto tardará esa estúpida Compresión en desaparecer?" - dijo Inuyasha con una cara de irritación e impaciencia.

- "Puede tardarse unos minutos…" - comenzó Gerardo.

- "O varios años" - dijo Gabriela mientras se incorporaba. Ya llevaba un buen rato despierta, pero se había mantenido inmóvil para escuchar la conversación.

- "¿¡Hermana!?" - preguntó Gerardo al ver a la doble de Kikyou de cabellos claros que tenía enfrente de él.

- "Parece que se cambiaron nuestros papeles, ¿no es así? ¿Hermanito menor?" - le preguntó Gabriela con una sonrisa maliciosa.

- "¡Sigo siendo tu hermano mayor!" - estalló Gerardo en cólera cuando Gabriela le dijo así - "¡Y prefiero caer muerto antes que decirte hermana mayor!" -

Inuyasha y Kagome se quedaron con una gota cada uno: aunque sus personalidades habían cambiado, era evidente que los rasgos esenciales de ambos seguían iguales, en particular el modo en que se trataban el uno al otro.

- "Si que son escandalosos, ¿no es así?" - preguntó el anciano mientras se levantaba y caminaba hasta ellos. Como fue por sorpresa, todos se alejaron un poco de él.

- "Por lo que veo Miroku ya se despertó" - dijo Gerardo.

- "Sí; y por desgracia jamás podré conseguir una esposa ahora que tengo esta apariencia" - dijo suspirando de la decepción. Luego, se acercó hasta Gabriela y le tomó las manos - "¿Quisieras tener un hijo conmigo?" -

- "¿¡Qué!?" - gritaron todos al mismo tiempo. Y para colmo, le hizo a ella lo mismo que le hacía siempre a Sango.

- "¿¡Cómo se atreve!" - dijo Gabriela mientras lo golpeaba en la cabeza con su arco; y como extra, recibió una patada en el trasero de parte de Gerardo.

- "¡No toques a mi hermana, viejo verde!" - le dijo mostrando una expresión de repugnancia inmensa. Miroku sólo gruñó de dolor mientras caía al suelo.

Inuyasha y Kagome empezaron a reírse con la escena, hasta que notaron que las otras dos personas que habían estado inconscientes ya no estaban en ninguna parte de su campo visual.

- "¿Eh? ¿A dónde habrán ido?" - se preguntó Kagome en voz alta, llamando la atención de los demás.

- "No lo sé…" - dijo Inuyasha mientras veía a Gabriela de reojo, pero cuando ella se dio cuenta, Inuyasha le apartó la mirada de inmediato.

- "¿Qué? ¿Acaso parezco tu amor perdido?" - le preguntó Gabriela mientras se reía.

- "¡No es eso!" - dijo Inuyasha ruborizándose hasta el punto que su rostro tomó el color de su kimono, pero luego sintió como si algo caliente le hubiera golpeado en la espalda. Se dio la vuelta y notó que su ropa estaba siendo chamuscada por flamas azules - "¿¡Qué es esto!?" -

Gerardo dio una palmada y sacó algo de agua de las plantas y árboles que tenía cerca para apagarle las llamas, tratando de no mojar demasiado a Inuyasha. Luego regresó el agua a su sitio.

- "Debe ser Shippou, ya que no lo hemos visto desde que hicimos esa fusión fallida" - dijo Kagome extrañada mientras chequeaba las marcas que habían dejado las flamas.

Escucharon a algo moverse entre los arbustos que tenían cerca. Gerardo formó algo de agua, en esta ocasión a partir de la humedad que había en el aire, y se la arrojó a los arbustos. Escucharon un chillido y el zorro al que habían visto antes salió de ellos sacudiéndose el agua.

- "Ya me empezabas a extrañar, ¿verdad Kagome?" - dijo el zorro con una voz algo avergonzada, aunque después la cambió a un tono más grave y se dirigió a Inuyasha - "Y espero que estés listo para mi venganza, perrito…" -

- "¡No me digas así!" - le espetó Inuyasha - "¿Y qué? ¿Acaso ahora tienes demasiada vergüenza de tomar apariencia humana, Shippou?" -

- "Perdona, ¿te refieres a esto?" - le preguntó Shippou para luego desaparecer en una nube de humo. Cuando el humo se disipó, el había tomado una forma bastante similar a la de Inuyasha a su verdadera edad, excepto porque tenía los rasgos de zorro que siempre había tenido, y aunque llevaba la misma ropa que llevaba de niño, ahora era de una talla que se adecuaba a su tamaño. Sus ojos y cabello también seguían teniendo sus mismos colores.

- "¿¡Por qué rayos te pareces tanto a mí!?" - dijo Inuyasha algo ofendido cuando lo vio.

- "Porque esta es mi apariencia adulta" - le dijo Shippou desagradablemente, como si lo estuviera regañando - "Y veo que esa extraña magia también los cambió a ustedes" -

- "Tres envejecidos y cuatro rejuvenecidos" - masculló Gerardo - "Por lo que veo la Compresión nos causó una pseudo-inversión de edades" -

- "¿Quieres decir que los más jóvenes envejecieron y los mayores rejuvenecieron?" - preguntó Kagome.

- "Sí, aunque parece que Miroku fue la excepción, extrañamente" - dijo Gerardo.

- "Keh, debe ser karma por ser un libidinoso" - dijo Inuyasha con una sonrisa burlona, pero luego se golpeó la frente - "¡Pero eso significa entonces que la otra niña que vimos era realmente Sango!" -

- "Err... Disculpen... ¿pero ustedes me conocen?" - dijo Sango mientras salía de detrás de un árbol temblando, con Kirara en su forma pequeña en sus brazos.

- "Eh… sí, Sango" - dijo Miroku - "¿No nos recuerdas?" -

- "Lo siento... No... Lo último que recuerdo es que estaba jugando con mi hermano en el bosque cercano a mi aldea, y luego desperté aquí" - dijo ella asustada.

- "Parece que ella fue la única cuyas memorias fueron arruinadas por la Compresión" - dijo Gabriela en tono comprensivo.

- "¿Compresión? De cualquier modo, Houshi-sama... ¿por qué anda con esas criaturas y esos niños?" - preguntó Sango.

- "Porque son mis siervos" - dijo Miroku con arrogancia, lo cual ocasionó que todos lo mirasen con espanto y rabia - "La miko aquí presente es mi prometida, de paso sea dicho" -

- "¿¡Perdón!?" - gritó Gabriela escandalizada mientras le propinaba otro golpe en la cabeza con el arco y Gerardo le daba una segunda patada por detrás.

- "Y respecto a los niños, son mis aprendices" - dijo Miroku ignorando dolorosamente el chichón que Gabriela le acababa de dejar y el dolor en su parte posterior.

- "¿También el hanyou?" - preguntó Sango con una sonrisa.

- "Sí. Necesitaba un hogar, al igual que los otros y yo se lo brindé" - respondió Miroku con una sonrisa.

- "Alguien sujéteme, porque voy a matar a ese monje..." - dijo Inuyasha entre gruñidos.

- "¡Cálmate, Inuyasha!" - dijo Kagome para regañarlo, lo cual hizo que Inuyasha mirase al suelo con tristeza - "Por cierto, Miroku-sama... ¿está todo bien con su Kazaana?" -

- "Sí. Aunque aumentó un poco de tamaño después de este desastre, afortunadamente no se ensanchó lo suficiente como para que pasara algo grave" - respondió Miroku tranquilamente.

- "Tuvimos suerte. Si la Compresión lo hubiese hecho aumentar más de tamaño, probablemente hubiésemos desaparecido todos dentro" - dijo Gerardo gravemente.

- "Veo que has mantenido tu sabiduría a pesar de haberte vuelto más joven, Gerardo-kun" - dijo Miroku con una sonrisa.

- "Tal vez, pero su apariencia muestra todo lo contrario" - dijo Shippou en tono de burla. Gerardo sólo miró al suelo mientras se ruborizaba, lo cual hizo que Gabriela fuese hasta él y lo abrazase. Kagome sólo suspiró y usó su Dragtemn para volver a guardar su mochila y los otros objetos que estaban caídos cerca.

Sin embargo, no pudieron seguir conversando porque una flecha voló por los aires y se clavó en un árbol que estaba a unos centímetros de Shippou. Mientras todos se preguntaban quién la pudo haber lanzado, vieron a una mujer entrar al bosque donde ellos estaban y quedarse de pie apuntándole a Shippou. Todos estaban íncredulos al ver quién era...

- "¿¡Kikyou!?" - dijeron todos espantados. Sin embargo, ella pareció no darles ninguna importancia.

- "¿Eres un youkai...?" - preguntó Kikyou con la desconfianza impresa en el rostro.

- "Sí, pero... ¿por qué me ataca, Kikyou-san?" - preguntó Shippou espantado.

- "¿Cómo sabes mi nombre, criatura?" - le preguntó Kikyou de inmediato.

- "Kikyou... ¿no sabes quiénes somos?" - le preguntó Inuyasha con tristeza mientra caminaba hacia ella. Kikyou se volteó para mirarlo y su expresión se suavizó.

- "No, no lo sé... Pero te pareces mucho a un hanyou que está siempre cerca de mí… Como si fueses una versión más pequeña de él" - le dijo arrodillándose para poner su rostro a la misma altura que el de Inuyasha. Por lo visto, Inuyasha hizo que dejase de considerar a Shippou como una amenaza. Él suspiró y cayó al suelo aliviado.

- "¡Kikyou! ¿¡Sucede algo!?" - preguntó una voz conocida desde la entrada del bosque.

- "No, Inuyasha. No sucede nada" - le respondió Kikyou tranquilamente, lo cual dejó con la boca abierta a todos. Cuando el dueño de la voz llegó al claro, a Inuyasha sintió que se le iba el alma: era él mismo en su forma adulta y sin el rosario encima.

- "¿Eh? ¿Y quiénes son estos?" - preguntó el otro Inuyasha; y al ver a su versión más joven, gruñó: - "Oye, enano, ¿por qué te me pareces tanto?" -

- "¿¡A QUIÉN DEMONIOS LE LLAMAS UN ENANO MICRÓSCOPICO QUE SÓLO PUEDES VER CON UNA MALDITA LUPA!?" - le gritó y antes que el otro Inuyasha le contestara, Kagome, Gabriela y Gerardo lo tomaron del cuello de su kimono y se lo llevaron a rastras, escondiéndolo de la vista de los demás y llevándolo tan lejos como pudieron para que no pudieran escucharlos.

- "¿¡Qué crees que haces!?" - le reprimió Gabriela.

- "¿¡Qué crees!? ¡No soporto que me digan así, ni siquiera viniendo de mí mismo!" - dijo Inuyasha mientras hacía un puchero.

- "Pero eso es una gran tontería…" - dijo Gerardo - "¿Y no te has dado cuenta?" -

- "¿De qué?" - preguntó Inuyasha extrañado.

- "De que estamos en el pasado..." - dijo Kagome preocupada - "Estamos 50 años en el pasado, justo antes de que todo comenzara..." -

- "Eso significa…" - dijo Inuyasha mientras se le iluminaba el rostro.

- "Espero que no estés planeando interferir en los sucesos que ocurrieron en este tiempo" - dijo Gabriela con severidad, ya que intuía porque se alegraba tanto.

- "¿¡Por qué!? ¿Es tan malo que quiera salvar a Kikyou de Naraku!?" - preguntó Inuyasha con rabia.

- "¡Es peor que malo! ¡Si cambias cualquier cosa aquí, alterarás toda la línea de historia! ¡Eso significa que nunca conocerás a Kagome y ninguno de nosotros estará aquí porque sus aventuras jamás habrían comenzado!" - le gritó Gabriela para que comprendiera la gravedad del asunto - "¡Trata de no pensar en tu antiguo amor todo el tiempo!" -

- "Está bien, entiendo… No interferiré…" - dijo Inuyasha irritado después de un rato.

- "Eso queríamos escuchar" - le dijo Gerardo mientras él y los otros se preparaban para regresar - "Por cierto, no interferir significa que no podemos hacer nada que cambie la historia; y eso significa que no podemos hablarles del futuro o dejarles averiguar quiénes somos. Y asegúrante de no pelear contra tu yo del pasado, ¿entendido?" -

Inuyasha solo gruñó como respuesta. Después de una corta caminata, encontraron a Kikyou, el Inuyasha del pasado, a Shippou, a Sango y a Miroku sentados sobre la hierba hablando tranquilamente. Por lo visto, ya Miroku sospechaba sobre la situación actual y sólo les había comentado que él tenía una mano maldita y de que todos ellos tenían poderes, pero les dijo que el motivo de su viaje era matar y exorcizar seres malignos; y no les había comentado una sola palabra acerca de Naraku o Tenebross.

- "Ryoku-sama, ¿y usted deja que estos niños peleen contra youkai?" - preguntó Kikyou con gran preocupación - "¿No es muy peligroso para ellos?" -

- "No, para nada" - dijo Miroku entre risas, aunque todos se cayeron para atrás cuando escucharon el nombre que Miroku se había puesto y se preguntaron aprensivamente qué nombre les habría puesto él a ellos - "Como ya dije, todos ellos tienen poderes especiales y si las cosas se salen de su control, Kitsune-san, Hikari-san y yo podemos manejarlo" -

Miroku continuó riéndose, aunque Inuyasha y los demás empezaron a tener ganas de matarlo por sugerir que eran débiles.

- "Disculpen, pequeños... ¿me podrían decir sus nombres y las habilidades que poseen?" - les preguntó Kikyou. Después de lo que dijo Miroku, tenía mucho interés en saber sobre sus poderes.

- "Ni siquiera pienses en sacar a Tessaiga" - le susurró Kagome a Inuyasha.

- "Está bien…" - dijo Inuyasha con obstinación mientras pensaba que esta situación no podría ser más rara.

- "Bueno… nosotros somos Sui, Hikari, Inu, Fuuka, y San..." - dijo Gerardo inventando los nombres tan pronto como le fue posible. No podía decirle sus nombres reales a Kikyou, ni tampoco podía usar los alias que habían usado durante su estadía en Ryuusei - "Y preferiríamos no mostrar nuestras habilidades... Es importante que se mantengan en secreto…" -

- "Comprendo" - dijo Kikyou para luego voltearse hacia Gabriela – "Aunque encuentro curioso que Hikari-san tenga tanto parecido conmigo, al igual que el hecho de que Fuuka se parezca tanto a mi hermana menor…" -

Gabriela solo empezó a jugar con sus manos mientras se ruborizaba. Gerardo y Kagome sólo se rieron ante esto, mientras que Inuyasha suspiró de exasperación.

- "Cobardes…" - gruñó el Inuyasha del pasado - "Primero este viejo nos presume que tienen 'grandes' habilidades; ¿y ahora nos salen con que tienen que mantenerlas en secreto? Creo que están mintiendo" -

- "El uso de nuestras habilidades sólo nos concierne a nosotros. No es asunto tuyo" - dijo Gabriela severamente; y aunque su parecido con Kikyou calmó a todos los de su grupo, que ya habían comenzado a sujetar sus armas aunque no las habían desenfundado, eso no calmó al Inuyasha del pasado.

- "Qué lástima. Realmente quería ver que tenían, en especial ese niño tonto" - dijo señalando a su contraparte del futuro, lo cual fue un grave error. Enfureció al pequeño hanyou tanto, que se abalanzó contra él y empezaron a pelear.

- "¡Idiota!" - gruño Inuyasha.

- "¡No, espera!" - dijo Kagome asustada.

- "¡Inuyasha, detente! ¡Ese niño no te ha hecho nada!" - le dijo Kikyou con voz.

- "¡No importa, esto es justo lo que quería!" - respondió el Inuyasha del pasado emocionado.

- "¡Sankontessou!" - dijeron ambos cuando ejecutaron el ataque al mismo tiempo, pero como Inuyasha tenía el cuerpo más pequeño y los brazos más cortos, recibió el golpe sin que su ataque alcanzase a su oponente.

- "¡Rayos!" - dijo Inuyasha mientras se frotaba el hombro que le había golpeado - "¡No recordé que ahora tengo los brazos y las piernas más cortos! Detesto tener este tamaño…" -

- "Como lo pensé, eres patético" - dijo el Inuyasha del pasado sonriendo arrogantemente.

- "¡No me subestimes!" - dijo Inuyasha mientras clavaba sus garras en las palmas de sus manos para cubrirlas de su propia sangre - "¡Hijinkessou!" -

La oleada de ondas rojas golpeó al Inuyasha del pasado, pero no le hizo casi nada de daño.

- "No sé cómo aprendiste esa técnica, pero ¡no tienes la fuerza necesaria para usarla bien!" - dijo mientras se clavaba las garras en su hombro - "¡Hijinkessou!"

Inuyasha apenas pudo esquivar la oleada, ya que aún estaba lastimado en su hombro. Esto hizo que se acabase el poco autocontrol que le quedaba…

- "¡Maldito, ya verás!" - gritó mientras tomaba a Tessaiga.

- "¡No!" - gritó Kagome mientras que Gabriela daba una palmada y susurraba tan suave y rápidamente como podía un conjuro.

- "Ochis meya, ah... lay lusya... cruba syayul ulkiarea ika yst cezet syayul giolamu ika..." - musitó mientras mantenía las manos unidas y los ojos cerrados.

Cuando Tessaiga brilló para transformarse, no tenía su apariencia de siempre, sino que ahora tenía un aspecto idéntico al de la Tenseiga de Sesshomaru.

- "Así que una espada…" - dijo el Inuyasha del pasado pensando cuán interesante se había vuelto esto - "¡Veamos como la usas!" -

- "¡No vayas a matarlo!" - dijo Kagome.

- "¡No tienes que recordármelo!" – gruñó Inuyasha mientras continuaba la pelea con su yo del pasado, aunque ahora estaba algo más pareja.

- "Un velo ilusorio hecho a través de refracción de luz" - le susurró Gerardo a Gabriela mientras le sonreía - "Eso si fue pensar rápido, Gaby" -

- "Tenía que usar mi manipulación de luz de un modo útil, ¿o no?" - dijo mientras los dos se reían. Después de un rato, los dos Inuyasha se cansaron y decidieron dejar su pelea en empate.

- "Al parecer no hubo necesidad de que nos preocupáramos de que las cosas empeoraran" - dijo Shippou mientras tomaba un poco del té que Miroku había preparado mientras conversaba con Kikyou.

- "Sí, pensamos que terminarían matándose el uno al otro" - dijo Miroku calmadamente - "Pero al parecer, esos dos ya están muy cansados para seguir" -

- "Por cierto, Kikyou-sama... ¿Puedo preguntar que hacían usted e Inuyasha-san antes de que nos encontraran?" - dijo Gerardo con una pequeña sonrisa. Esto tuvo justo la reacción que él esperaba.

- "Eh… bueno… creo que deberíamos irnos ya" - dijo Kikyou poniéndose nerviosa. Se levantó y comenzó a caminar hacia la entrada del bosque - "Espero que nos volvamos a ver pronto" -

- "Keh… como sea" - dijo Inuyasha mientras se levantaba y seguía a Kikyou.

Esperaron un poco y cuando sintieron que ya era seguro, todos menos Sango se dejaron caer al suelo y suspiraron de alivio.

- "Al menos no terminamos alterando el pasado" - dijo Kagome, aunque Sango tenía una cara de que no entendía nada de lo que estaba pasando.

- "Por lo que veo nos arrojaron 50 años al pasado, pero ¿podrían explicarme exactamente que ha ocurrido?" - dijo Miroku.

Tomó unos pocos minutos para que Gabriela y Gerardo dieran todas las explicaciones pertinentes sobre la Compresión del Tiempo y la fusión fallida…

- "¿Y cómo podremos regresar a nuestra época y a nuestras formas normales?" - preguntó Shippou.

- "Sólo podemos esperar a que la Compresión cese. Eso nos enviará a nuestra época y nos regresará a la normalidad" - respondió Gabriela.

- "¿Y eso tardará mucho?" - preguntó Miroku, ya que aparentemente aún no se había acostumbrado a ser viejo.

- "Ellos dijeron que no sabían, ya que el que la Compresión se deshaga a sí misma podría tardar unos instantes, o todo el tiempo hacia atrás al que nos lanzó" - dijo Kagome preocupada.

- "Que si no lo entendieron, eso significa que vamos a terminar esperando por 50 años" - dijo Inuyasha amargado.

- "De cualquier modo, lo mejor que podemos hacer es disfrutar del espectáculo por ahora; intentando no interferir para que la línea de tiempo no se dañe" - dijo Gerardo suspirando.

- "No suenas tan convincente, ya que no pareces tan sabio ahora con ese aspecto de niño aldeano" - dijo Shippou en tono de burla.

- "Lo sé…" - dijo mirando hacia abajo mientras se ruborizaba.

- "Y te recuerdo que aún no te hemos perdonado por el desastre que hiciste..." - le gruñó Inuyasha. Gerardo solo asintió para luego bajar la cabeza y cerrar los ojos en señal de arrepentimiento. Gabriela miró con rabia a Inuyasha, pero como realmente no podía decir nada para defender a su hermano, permaneció callada.

- "Disculpen, pero… No entiendo bien que sucede, ¿pero significa esto que se supone que somos amigos y que nos pasó algo?" - preguntó Sango un poco acobardada.

- "Sí, pero no te preocupes" - le dijo Kagome sonriendo mientras ponía su mano sobre su hombro - "Con el tiempo, recordarás y entenderás todo, Sango-chan" -

- "No te esfuerces demasiado con ello por ahora" - le aconsejó Miroku amablemente.

Mientras tanto, Inuyasha ya se había adelantado y estaba viendo a Kikyou y al Inuyasha del pasado, los cuales se miraban fijamente el uno al otro.

- "¿Qué miras?" - le preguntó Kagome llena de curiosidad para luego acercarse a él para ver. Los demás hicieron lo mismo a los pocos instantes.

- "¿Qué? ¿Añorando los momentos que vamos a atestiguar?" - preguntó Gabriela en tono de burla cuando vio de que se trataba.

- "¡Oye! ¡Esa era mi línea!" - le gruñó Gerardo.

- "¡Lo siento!" - dijo Gabriela entre risas.

- "¡Ya hagan silencio! ¡Queremos escuchar también!" - dijo Shippou mientras él y los demás se quedaban observando a los dos antiguos enamorados escondidos detrás de unos arbustos.

- "Kikyou… quiero que tengas esto…" - dijo el Inuyasha del pasado mientras le entregaba una pequeña concha.

- "Inuyasha, ¿qué es?" - preguntó Kikyou intrigada.

- "Es algo que he llevado conmigo, pero no me sirve de nada. Tómalo" - dijo el Inuyasha del pasado sonrojándose.

En cuanto lo abrió, Kikyou vio que era un contenedor para un poco de maquillaje rojo para los labios.

- "Eso y el kimono de las ratas de fuego son los únicos recuerdos que me quedan de mi madre" - dijo el Inuyasha del pasado con tristeza.

- "Tu madre era humana, ¿verdad?" - preguntó Kikyou.

- "Sí, así era…" - respondió él.

- "Pero… ¿Estás seguro de querer darme algo tan valioso?" - le preguntó Kikyou preocupada.

- "No importa, todavía tengo de recuerdo el kimono de las ratas de fuego que llevo puesto; y además me resulta más útil" - dijo el Inuyasha del pasado sonriendo.

Kikyou se acercó a él y tomó una de las mangas del kimono entre sus manos.

- "Perdóname. Sin saberlo, lo atravesé tantas veces con mis flechas" - le dijo mientras lo miraba con tristeza.

- "Oh, vamos. Eso ya no importa" - le dijo el Inuyasha del pasado alegremente - "¿Y qué era eso que me ibas a dar?" -

Kikyou levantó la manga izquierda de su kimono y metió su mano dentro. Tomó el rosario que llevaba en el bolsillo interior, pero casi inmediatamente después lo soltó.

- "Ah, perdóname. Parece que lo he olvidado" - le dijo Kikyou con una sonrisa.

- "¿Y por qué?" - dijo el Inuyasha del pasado decepcionado - "¡Yo que esperaba eso tan ansiosamente!" -

- "¿De verdad está bien que yo tenga esto?" - le preguntó Kikyou después de haber mirado la pequeña concha de nuevo.

- "¡Claro!" - respondió el Inuyasha del pasado con una sonrisa.

- "Estuve ansioso por nada entonces" - dijo Inuyasha desde su escondite mientras entrecerraba sus ojos con molestia - "No me esperaba eso de Kikyou... Parece más propio de algo que Kagome haría..." -

- "Perdona, ¿pero qué fue lo que dijiste...?" - dijo Kagome, la cual estaba tan molesta que estaba echando chispas por los ojos.

- "Err… no dije nada…" - dijo Inuyasha asustado.

- "Esto si es interesante. Vamos a enterarnos de muchas cosas que no sabíamos" - dijo Gerardo emocionado.

- "Sí, pero se hará aburrido después de un tiempo" - dijo Gabriela algo exasperada.

- "Es cierto, pero al menos ni Naraku ni Tenebross podrán aprovecharse de que estemos aquí" - dijo Miroku con una sonrisa - "Y de cualquier modo, estaba interesado en saber un poco más sobre el pasado de nuestro querido hanyou" -

En ese momento, todo se desvaneció alrededor de ellos y se quedaron flotando en medio de la oscuridad. Luego, alguna luces rojizas empezaron a brillar a lo lejos.

- "¿Qué sucedió?" - preguntó Inuyasa asustado. Se giró hacia Gerardo para gritarle - "¡No me digas que hiciste alguna otra estupidez!" -

- "¡Te equivocas! ¡Esta vez no hice nada…!" - dijo Gerardo asustado.

- "¡Ya deja de tratarlo así!" - dijo Gabriela irritada, lo que hizo a Inuyasha retrodecer del espanto - "Y en todo caso, esto es la Compresión deshaciéndose..." -

- "¿Finalmente está cesando?" - dijo Kagome con voz esperanzada.

- "¿Podremos volver?" - preguntó Shippou.

- "No estoy segura, tendremos que esperar a ver" - respondió Gabriela.

Todos comenzaron a brillar en los colores de sus elementos, pero cuando se miraron los unos a los otros de nuevo, solo habían sufrido pequeños cambios. Gerardo ya se veía un poco más alto, al igual que Inuyasha, Kagome y Sango, mientras que Gabriela y Shippou se habían encogido un poco y Miroku se veía algo más joven porque se le habían desvanecido algunas arrugas y su escaso cabello había pasado de blanco a gris claro.

Luego, las luces dejaron de brillar y reaparecieron en un camino cubierto de nieve. Todos menos Inuyasha empezaron a temblar porque no llevaban ropas apropiadas para ese gélido clima, por no decir que varios de ellos ni siquieran llevaban zori y estaban pisando la nieve directamente.

- "Urghh… q-q-que frío…" - dijo Gerardo tiritando, con sus dientes sonando como castañuelas, su aliento condensándose en el aire debido al frío y él rodeándose con sus brazos, lo cual Kagome, Sango y Miroku también hicieron.

- "¿Y no pueden hacer nada con sus poderes?" - preguntó Inuyasha confundido.

- "¡Por supuesto que no! ¡Podemos controlar los elementos, pero no podemos cambiar el clima si no está alguien que pueda manipular el fuego, hielo o viento!" - dijo Gabriela mientras rodeaba su cuerpo con sus brazos y se frotaba para calentarse un poco.

- "¡Shh!" - los calló Shippou - "Alguien se acerca" -

De inmediato, Gabriela dio una palmada - "Ochis meya lay lusya, cruba sossaks yst eshille sossaks giolamu..." - lo cual los envolvió con una cortina de luz para que nadie pudiese verlos.

- "¿Otra vez empleando la refracción de luz?" - preguntó Kagome mientras se frotaba las manos.

- "Sí; y me temo que tendré que hacerlo con mucha frecuencia hasta que esto termine" - dijo Gabriela con un tono de voz que mostraba lo poco dispuesta que estaba a seguir haciéndolo, además del frío.

Luego, vieron de cerca a la persona que habían avistado a lo lejos antes: era Kikyou; y llevaba un sombrero de paja y estaba envuelta en un traje de paja para protegerse del helado clima, mientras que el Inuyasha del pasado la seguía desde la distancia.

- "Que envidia, no soporto este frío…" - dijo Gerardo mientras se frotaba todo el cuerpo.

- "Si que son quejumbrosos, ¿eh?" - dijo Inuyasha mientras los veía tiritando.

- "Kagome, ¿puedes intentar colocar una barrera para que el otro Inuyasha no nos escuche o detecte nuestros olores?" - le preguntó Miroku mientras se soplaba las manos.

- "Bueno… lo intentaré... aunque no sé si me vaya a salir bien... la única vez que hice una barrera fue cuando Naraku me hizo eso…" - dijo mientras se concentraba y levantaba las manos. A los pocos instantes, se había formado un campo de fuerza azul un poco antes de donde Gabriela había creado la cortina de luz.

- "¡Vaya, me quedó muy bien para ser el primer intento!" - dijo Kagome ante el asombro de los demás y de sí misma.

- "Y podemos verlos y oírlos, pero ellos a nosotros no" - dijo Miroku complacido.

- "Kagome, ¿eres una miko?" - le preguntó Sango sorprendida.

- "Sí, pero hay cosas que no puedo explicarte por ahora. Lo sabrás a su momento" -

Se pusieron a espiar a los amantes del pasado desde la barrera; y cada vez que se alejaban demasiado, movían tanto la cortina como el campo de fuerza para seguirlos. Al poco tiempo, un lobo de nieve youkai apareció y atacó a Kikyou y al Inuyasha del pasado.

- "¡Kikyou, cuidado!" - le dijo el Inuyasha del pasado mientras apartaba al youkai de ella - "¡Sankontessou!" -

Esto alejó un poco al monstruo de ellos. Kikyou sacó una flecha y le disparó al youkai. Cuando la flecha dio en el blanco, el youkai se había desintegrado.

- "¿Inuyasha, te encuentras bien?" - le preguntó Kikyou.

- "Si, no te preocupes, no alcanzó a atacarme" - le dijo el Inuyasha del pasado para tranquilizarla.

Kikyou luego miró hacia el cielo, como si presintiera algo; y luego miró al Inuyasha del pasado.

- "Será mejor que hallemos un refugio antes de que empiece a nevar con más fuerza" -

- "Estoy de acuerdo" - respondió el Inuyasha del pasado mientras ambos seguían su camino. Sin embargo, luego se volteó hacia donde los demás estaban escondidos, como si hubiese sentido su presencia; y empezó a caminar hacia ellos.

- "¿Cómo se dio cuenta de que estamos aquí?" - preguntó Shippou espantado, pero no hubo necesidad de que le respondieran: notaron que Kagome estaba arrodillada en el piso, jadeando; mientras que la barrera azul que los ocultaba empezaba a titilar.

- "A Kagome ya no le queda suficiente energía para seguir manteniendo la barrera; así que no es de extrañar que nuestra presencia esté empezando a sentirse afuera" - dijo Miroku mientras se arrodillaba a verla con preocupación.

- "Oye, Gerardo... ¿no puedes usar tus poderes de agua para sacarnos de aquí o algo?" - preguntó Inuyasha resignadamente.

- "No estoy seguro de que pueda…" - dijo mirando al suelo asustado.

- "¿Y por qué no?" - le dijo Gabriela para darle algo de confianza - "Ya te hemos visto manipulando el agua y el hielo; y manipular la nieve que está debajo de nosotros debería ser fácil para ti" -

- "Está bien, déjenme intentar algo" - dijo el sonriendo mientras daba una palmada - "Qia set dsiale crioast chimecale, yst cryseyualia eshille sossaks..." - los envolvió a todos en una masa de nieve y abrió un túnel debajo de ellos para que pudieran escapar. Luego, cuando vió que todos estaban a salvo, lo volvió a cerrar.

- "Eso estuvo cerca" - dijo Inuyasha irritado - "¡Pero ya estoy empezando a hartarme de esto de esconderme de mí mismo!" -

- "Pero no tenemos otra alternativa" - dijo Kagome entristecida mientras comenzaba a recuperar el aliento. Tan pronto como pronunció esas palabras, el túnel en el que estaban se desvaneció y otra vez quedaron flotando en la oscuridad.

- "La Compresión continúa deshaciendose de nuevo…" - dijo Miroku.

- "Esperemos que esta vez sí se deshaga por completo..." - dijo Gabriela seriamente. Brillaron y cambiaron de nuevo, más no fue suficiente para que regresaran a la normalidad. Luego vieron como unas imágenes difusas y borrosas pasaban frente a ellos… y terminaron a la orilla de un bosque en medio de un día nublado.

- "Al menos ya estamos fuera de ese horrible frío..." - dijo Gerardo con voz complacida, pero Inuyasha estaba de todo menos feliz al respecto.

- "Y aquí vamos de nuevo" - dijo molesto - "Esa porquería no quiere deshacerse por completo" -

- "Tal vez, pero por lo menos estamos avanzando" - dijo Kagome con una sonrisa - "Puede que esta espera no se alargue mucho más" -

- "Eso espero" - dijo Sango, la cual a pesar de aún tener un aspecto infantil ahora había recobrado su mirada seria - "Me siento como si no estuviera haciendo nada mientras Kohaku me necesita..." -

- "Tal parece que ese último cambio te devolvió la memoria, Sango" - dijo Miroku con una sonrisa.

- "Solo espero que usted no quiera propasarse, Houshi-sama" - le dijo Sango volteando la cara con desagrado - "Eso lo haría aún más desagradable de lo que ya es" -

- "Y para variar, ¿alguien sabe en qué lugar estamos?" - preguntó Shippou mientras Miroku se veía abatido.

- "¡Si, y deberíamos ir a la aldea de inmediato!" - dijo Inuyasha espantado al reconocer el tiempo y el sitio al que habían llegado.

- "¿¡Por qué!?" - preguntó Kagome alarmada - "¡Recuerda que no podemos interferir!" -

- "¡Esta vez es necesario! ¡Vayamos de una vez!" - le dijo Inuyasha mientras salía corriendo.

- "¿Qué sucede con él?" - preguntó Shippou confundido mientras lo seguían.

- "Yo sé: ¡Es porque el día de hoy fue la primera aparición de Naraku!" - contestó Gerardo asustado - "¡La aldea va a ser atacada!" -

- "Pero… ¿los poderes de Kikyou y su fuerza no fueron suficientes para protegerla?" - preguntó Sango.

- "Sí, pero creo que se siente obligado a ir a ayudarlos" - respondió Miroku con una expresión seria.

- "O tal vez sea solo está aburrido de estar tanto tiempo sin pelear" - dijo Gabriela con una sonrisa.

Tan pronto como llegaron a la aldea, vieron como estaba hecha un caos: la gente huyendo o buscando cobijo en sus cabañas, habían trozos y cadáveres de monstruos desperdigados por todas partes; y al fondo, el Inuyasha del pasado, Kikyou y Kaede estaban haciendo lo mejor que podrían para controlar la situación.

- "¿¡Ahora ven lo que les dije!?" - rugió Inuyasha - "¡Tenemos ayudarlos!" -

Acto seguido, sacó a Tessaiga, la cual seguía cubierta por el velo de refracción de luz que Gabriela le había puesto; y fue directo a pelear.

- "¡Rayos, es tan impulsivo como siempre!" - dijo Shippou molesto mientras todos se alistaban para pelear.

- "Solo espero que nuestras habilidades y poderes no se hayan disminuido por esto..." - dijo Gerardo algo nervioso mientras sacaba su espada y escudo.

Fueron a ayudar de inmediato, pero Gerardo no pudo hacer mucho que digamos:

- "¡No puede ser! ¡Mi espada no está siquiera rasguñando a los monstruos y pesa demasiado!" - dijo él tratando de lidiar con el nuevo peso que la espada tenía en sus manos más jóvenes. Bloqueó un par de golpes con su escudo que habían provenido de un par de youkai ciempiés, pero casi perdió el equilibrio debido a que el escudo también le resultaba más pesado - "Ochis meya hydrast viartra sos eols ika!" -

Recitó para usar sus hechizos Water Sphere y Water Ray, sin embargo, las esferas y rayos que arrojaba eran tan débiles que hasta un globo de agua habría hecho más daño.

- "Creo que la Compresión si nos afectó" - dijo Gabriela mientras les disparaba flechas de luz a los monstruos, aunque a diferencia de su hermano, sus poderes se habían fortalecido tanto que ahora equiparaban fácilmente a los de Kikyou.

Exceptuando Gerardo, ninguno de ellos estaba utilizando sus poderes a toda su capacidad para evitar que se revelaran sus secretos. Sin embargo, después de un rato…

- "¡Ya me harté de estas basuras!" - dijo Inuyasha mientras sostenía en alto su espada - "¡Kaze no Kizu!" -

Agitó su espada en sentido descedente, arrojando una onda de energía que destruyó a todos los monstruos que todavía seguían llegando del cielo.

- "Esos tipos otra vez, pero ese mocoso y esa chica…" - dijo el Inuyasha del pasado cuando notó su presencia. Se había quedado asombrado al ver el Kaze no Kizu que su yo futuro acababa de usar, al igual que la fuerza de las flechas de luz que Gabriela estaba disparando.

- "¡Onee-sama!" - gritó Kaede cuando un monstruo cerca de ella estaba por tomar represalias por una flecha que le acababa de disparar.

- "¡Kaede!" - gritó Kikyou mientras preparaba una flecha.

- "¡No! ¡Maldición, no lo hagas!" - gritó Gerardo poniéndose entre Kaede y el monstruo cuando Kikyou le arrojó una flecha al monstruo y lo hizo estallar.

- "¡NO!" - gritaron todos cuando pensaron que habían perecido en la explosión, pero cuando se disipó el humo, vieron que ambos estaban envueltos en una barrera azul claro con el emblema del dragón delineado encima, y estaban a salvo. Sin embargo, tan pronto como la barrera se disipó Gerardo cayó al suelo desmayado.

- "Es increíble, ¿como pudo hacer eso ese niño…?" - preguntó Kikyou, pero antes de que nadie pudiera hacer nada más, Inuyasha había recogido a Gerardo y Gabriela había hecho un estallido de luz para que tuvieran tiempo de escapar sin ser vistos.

Cruzaron el bosque y se quedaron a descansar en el borde de un lago. Gerardo no despertó hasta el anochecer y cuando abrió los ojos fue un verdadero alivio para todos.

- "¡Gerar!" - dijo Gabriela abrazándolo - "¡Me alegro tanto que estés bien!" -

- "Ugh... ¿Qué me pasó...? ¿Me desmayé de nuevo?" - dijo él algo confundido.

- "Sí, te desvaneciste mientras estábamos luchando. Y es bueno que estés bien, pero ¿por qué te desmayaste solo por poner esa barrera?" - preguntó Kagome un tanto desconcertada.

- "Es que realmente nunca me ha gustado el entrenamiento físico y parece que ahora tengo mucha menos energía porque soy más joven, así que hasta el más simple de mis poderes me agota terriblemente" - le respondió Gerardo - "A propósito, ¿dónde estamos?" -

- "Yo lo sé..." - dijo Inuyasha asustado y reconociendo el lugar y la hora - "Pero no creo que les vaya a gustar saberlo…" -

Al poco rato, un bote entró en su campo de visión, a bordo del cual estaban Kikyou y el Inuyasha del pasado. Después de navegar por algunos minutos sobre el lago, ellos dos desembarcaron en un pequeño muelle que estaba en una de las orillas. Kikyou se tropezó y tuvo que recargarse en el Inuyasha del pasado para evitar caerse. Los dos se miraron por un momento; y luego se abrazaron, con sus rostros cubiertos por las mangas de la ropa de Inuyasha.

- "Lo he decidido, mañana traeré la Perla para convertirte en humano" - le dijo Kikyou avergonzada y feliz.

- "¿Estás segura de esto?" - le preguntó el Inuyasha del pasado nerviosamente - "¿No te arrepentirás después?" -

- "No. Mañana nos encontraremos al atardecer frente al Goshinboku; y allí, por fin cumpliremos nuestros deseos" - le dijo Kikyou con una sonrisa. Luego, sellaron su promesa con un beso.

- "Nunca nos dijiste nada sobre esto, Inuyasha…" - dijo Sango mientras miraba la escena con los ojos del tamaño de platos de sopa.

- "Es increíble que le hayas ocultado eso por tanto tiempo a Kagome..." - dijo Shippou asombrado.

- "Aunque deberían recordar que ellos dos hicieron también una escena similar cuando perdieron la memoria" - dijo Miroku para recordarles ese evento, pero Kagome e Inuyasha se habían quedado callados y no parecían tener ganas de decir nada.

- "De cualquier forma, este no es un buen momento para discutir sobre eso" - dijo Gabriela con seriedad - "Si la Compresión no cesa pronto, tendremos que pasar la noche aquí" -

- "Y parece que no tendremos otra opción, así que será mejor que vayamos armando el campamento" - asintió Sango.

Decidieron armar el campamento en lo profundo del bosque para evitar que los encontraran y terminaron de hacerlo para cuando hubo oscurecido. Durante todo ese tiempo, tanto Kagome como Inuyasha estuvieron mirando el suelo en silencio, con caras llenas de tristeza.

- "¿No deberíamos intentar animarlos?" - preguntó Gerardo mientras estaban todos sentados alrededor de una fogata mientras Inuyasha y Kagome se mantenían alejados de los demás. Ya le empezaba a parecer insoportable que no intentasen hacer nada mientras ellos dos estaban así.

- "No creo. Kagome debe estar sufriendo mucho por esto; y mañana es el momento más doloroso de la vida de Inuyasha" - dijo Gabriela entristecida.

- "Eso es cierto, pero creo que deberíamos hacer algo. Nadie puede lidiar con un sufrimiento tan grande solo" - dijo Shippou para luego levantarse e ir hasta Kagome - "¿Kagome, te encuentras bien?" -

- "No quiero hablar ahora, Shippou…" - le dijo Kagome con voz trémula.

- "¿Por qué tienes dudas aún?" - le dijo Gerardo mientras Gabriela soltaba un suspiro de resignación y se acercaba a ellos para ver la situación - "Recuerda que estas son escenas del pasado distante, además, Inuyasha ya sabe reconocer las diferencias que hay entre ustedes y sus sentimientos por ti se han fortalecido mucho" -

- "Pero no puede olvidarse de Kikyou; y ahora que vi su pasado juntos, entiendo porque..." - dijo Kagome entristecida.

- "Deberías dejar de ser tan autocompasiva" - le dijo Gabriela con seriedad - "Puede que la continúe recordando, pero no por eso eres menos importante para él. Nunca olvides eso" -

Dejaron a Kagome con Sango y Shippou para que pensara que significaban esas palabras; y fueron a ver a Inuyasha. Lo encontraron observando las estrellas y la luna nostálgicamente bajo la sombra de un árbol.

- "¿Estás bien?" - le preguntó Gerardo preocupado.

- "No tengo ganas de hablar con ustedes ahora…" - respondió Inuyasha con irritación.

- "¿Por qué? ¿Acaso sufres de exceso de nostalgia?" - le preguntó Gabriela molesta.

- "Eso no es asunto de ustedes…" - les respondió mientras volteaba la cara a otro lado.

- "Solo tratábamos de animarte, pero recuerda que mañana va a ser peor para ti" - le dijo Gabriela mientras comenzaban a alejarse.

- "Lo sé. Y estoy preparado para afrontarlo..." - dijo Inuyasha mientras bajaba la mirada.

Al ver que no iban a poder hacer nada más, Gerardo y Gabriela solo se fueron a dormir, mientras que Miroku pensaba sobre lo que harían al día siguiente y Shippou y Sango intentaban consolar a Kagome. Luego la dejaron y se acercaron a Miroku.

- "¿Alguien sabe cuánto tiempo más permaneceremos así?" - preguntó Shippou molesto.

- "Ninguno de nosotros lo sabe, pero ojalá esto terminara ahora mismo" - dijo Miroku con voz triste - "Así no tendríamos que verlos sufrir por lo que sucederá mañana..." -

- "Realmente desearía que pudiésemos apartarlos de esos eventos tanto como nos fuese posible" - dijo Sango suspirando en derrota mientras sus ojos mostraban tristeza - "Pero Inuyasha es tan necio que iría quisiéramos o no..." -

La conversación no iba a parar a ningún lado, así que sólo se fueron a dormir. Pero no sospechaban que alguien los observaba... Alguien que los había seguido desde que habían sido tragados por la Compresión…

A la mañana siguiente, desayunaron en silencio y luego fueron directo hasta el Goshinboku. Ya estaba decidido que no iban a interferir de ningún modo, pero querían observar con sus propios ojos que había sucedido. Empezaron por buscar a Kikyou; y después de unos minutos la encontraron en un prado cercano. Aparentemente se estaba preparando para su encuentro con Inuyasha porque se estaba maquillando con la pintura para los labios que le había regalado. Luego, una sombra saltó desde la alta hierba y…

- "¿Qué...?" - gimió Kikyou débilmente mientras caía al suelo con la manga derecha de su kimono cubierta de sangre. Trató de recuperar la Perla que momentos antes llevaba en las manos, pero algo le pisó la mano… era Inuyasha.

Todos estaban inmóviles viendo esa escena con miedo y espanto, pero Inuyasha estaba temblando, tratando de contener las lágrimas…

- "¡Tonta! ¡No creas que tengo intención de convertirme en humano!" - dijo el Inuyasha impostor mientras tomaba la concha con el maquillaje y la trituraba dentro de su mano - "La verdad este rojo carmesí no te queda para nada, pero el color de la sangre si te va bien, hehehehe…" -

- "¿Eh?" - gimió Kikyou enfadada y espantada. Todos los que observaban la escena ocultos se habían tapado la boca o estaban estupefactos observando lo que estaba sucediendo.

- "Te agradezco que me hayas traído la Perla de Shikon…" - siguió el Inuyasha falso mientras se giraba en dirección contrario y se iba - "Pero esta joya aún no ha absorbido suficiente sangre y odio, ¡así que mataré a todos en la aldea! ¡Mwahahaha!" -

- "Maldito… ¡ERES UN MALDITO!" - gritó Kikyou después de que el Inuyasha falso se hubo ido.

- "¡NO!" - gimió Inuyasha mientras caía de rodillas con la cara tapada con sus manos - "¡Ese no fui yo! ¡Ese fue Naraku! ¿¡Por qué no entendiste que ese era Naraku!?" -

Y a continuación empezó a llorar mientras le daba golpes al suelo con rabia.

- "Inuyasha…" - empezó Kagome, pero no encontró nada que decir que pudiera animarle en esta situación, así que solo puso sus manos en sus hombros mientras también derramaba lágrimas en silencio. Gabriela caminó hasta ellos.

- "Inuyasha…" - le dijo Gabriela mientras limpiaba algunas lágrimas que estaban brotando de sus ojos - "¿Estás seguro de que deseas seguir con esto? Es seguro que sufrirás mucho más si seguimos…" -

"Sí... claro que vamos a continuar... debo saber exactamente qué sucedió después…" - dijo Inuyasha mientras se secaba las lágrimas con las mangas de su kimono y se ponía en pie.

- "En ese caso…" – dijo Gerardo, el cual también tenía los ojos llenos de lágrimas y la voz quebrada – "Debemos buscar a tú yo del pasado ahora... si no mal recuerdo... debería estar llegando al Goshinboku dentro de unos minutos" -

- "Entonces vayamos allá…" – dijo mientras se adelantaba a los demás. Llegaron al árbol y se ocultaron lo mejor que pudieron en las cercanías.

Y así al poco rato, llegó el Inuyasha del pasado buscando a Kikyou…

- "¿Kikyou?" – preguntó mientras miraba los alrededores – "Parece que aún no ha llegado aquí…" -

- "Así que te dignaste de venir ¿eh? ¿Hanyou?" – dijo la Kikyou falsa mientras aparecía ante él con una flecha preparada en el arco para dispararle.

- "Kikyou… ¿¡Como acabas de llamarme!?" – preguntó Inuyasha estupefacto.

- "Como lo escuchaste, hanyou" – repitió la Kikyou falsa en tono de burla – "¿O es que acaso tus espantosas orejas de perro son incapaces de oír lo que dije?" –

- ¡Tú… tú!" – gruñó el Inuyasha del pasado tan decepcionado como molesto.

- "Jamás permitiré que un hanyou como tú tenga la Perla en sus manos, ¡así que acabaré contigo aquí y ahora!" – dijo la Kikyou falsa.

Se miraron por una fracción de segundo; y entonces, se escuchó el silbido de una flecha volando por el bosque.

- "¡Muere, Inuyasha!" - se escuchó la voz de la Kikyou falsa resonando por todo el bosque - ¡Muere, hanyou!" -

El Inuyasha del pasado miró a Kikyou con una cara que era mezcla de sorpresa y decepción; y se fue corriendo, para luego empezar a saltar sobre las copas de los árboles.

Inmediatamente el grupo salio corriendo hacia la aldea y llegaron justo a tiempo para ver como el Inuyasha del pasado destruía el techo del templo mientras saltaba fuera de él con la Perla en sus manos.

- "Keh, por fin tengo la Perla de Shikon en mis manos… ¡Ahora podré convertirme en un verdadero monstruo!" - dijo él sonreindo triunfantemente.

- "Maldito idiota…" - dijo Inuyasha mirando con rabia a su yo del pasado - "No puedo creer que haya sido tan estúpido en ese entonces…" -

- "La desesperación te obliga a hacer hasta las idioteces más grandes…" - sentenció Gerardo solemnemente.

- "¡Ya cállense y miren!" - dijo Shippou para acallarlos.

Tan pronto como el Inuyasha del pasado estaba saltando enfrente del Goshinboku…

- "¡Inuyasha!" - exclamó Kikyou mientras disparaba una Flecha Selladora.

Todo pasó frente a los ojos de Inuyasha como si fuera una película a cámara lenta: la flecha de Kikyou salió disparada desde su arco y golpeó a su yo pasado directo en el corazón. La Perla saltó de sus manos por el impacto y cayó al suelo frente a él.

- "Kikyou… miserable… como pudi-s-te…" - dijo el Inuyasha del pasado antes de caer en su sueño de cincuenta años.

Kaede se acercó a Kikyou y se arrodilló ante ella, la cual estaba arrodillada en el suelo por toda la sangre que había perdido. Sin embargo, había una pequeña diferencia con como Gerardo y Gabriela recordaban la escena: Kaede no tenía el ojo derecho vendado y estaba igual que siempre.

- "Kaede, esto me sucedió por no tener cuidado cuando ataqué…" - dijo Kikyou mientras gruñía por todo el dolor que estaba sintiendo.

- "¡Onee-sama, tenemos que curarte pronto!" - dijo Kaede preocupada por ella.

- "No, ya es muy tarde para eso, así que por favor... escúchame… Quiero que quemes la Perla junto con mi cadáver después de mi muerte... para que jamás caiga en manos malignas…" - dijo Kikyou mientras sujetaba la Perla con fuerza, pero luego, sus últimas fuerzas se agotaron y cayó sin vida al suelo.

- "¡ONEE-SAMA!" - gritó Kaede.

Mientras tanto, el grupo continuó observando desde su escondite detrás del templo. Todos estaban impactados o entristecidos por la escena que acababan de presenciar, pero Inuyasha... él simplemente estaba destrozado...

- "No… ¡KIKYOU!" - gritó mientras comenzaba a llorar: no pudo seguir conteniendo su tristeza al haber visto como murió Kikyou. Por desgracia, ese grito comenzó a atraer la atención de la gente que estaba alrededor de ellos.

- "¡Debemos irnos de inmediato!" - dijo Miroku asustado.

- "¡Yo me encargo de eso! Olpla siat hydrast, cezetea geahydra ika, yst cruba sossaks..." - dijo Gerardo mientras creaba niebla alrededor de ellos para que pudieran escapar sin que los vieran. Se alejaron de la aldea en dirección al bosque; y en cuanto sintieron que fue seguro, se dejaron caer al suelo exhaustos. Sin embargo, Inuyasha cayó al suelo gimiendo mientras que Gerardo y Gabriela se abrazaron el uno al otro y empezaron a llorar.

- "Maldito Naraku… ¡juro que te mataré! ¡Te destrozaré miembro por miembro!" - dijo mientras soltaba lágrimas tanto de tristeza como de rabia y golpeaba sin cesar el suelo. Por otra parte, Kagome estaba siendo abrazada por Sango mientras temblaba y lloraba en silencio. Los otros pensaron que sería mejor que les dejasen soltar todo eso, ya que no había modo de subirles el ánimo en ese momento.

- "¿Y ahora qué haremos?" - preguntó Sango con una cara triste luego de un rato, cuando ambos hermanos hubieron dejado de llorar, aunque ella siguió acariciando la espalda de Kagome mientras ésta sollozaba.

- "No lo sé... Y la verdad es que si no empieza a cesar la Compresión pronto, es muy probable que nos quedemos atrapados aquí..." - dijo Gabriela preocupada. Tan pronto como lo dijo, se abrió un agujero púrpura oscuro en la montaña que estaba en frente de ellos.

- "¡Ese portal indica que la Compresión está finalmente desapareciendo por completo!" - exclamó Gerardo pestañeando - "¡Debemos entar antes de que se cierre, o no podremos volver!" -

- "Pero, ¿por qué no cesó como las otras veces?" - preguntó Sango extrañada ante el cambio de funcionamiento de la Compresión mientras Kagome alzaba la cabeza para ver el portal.

- "Ni idea. Nadie en este mundo o ningún otro podría explicar algo tan complicado como el funcionamiento de la corriente del espacio y tiempo" - dijo Gerardo encogiéndose de hombros.

- "De cualquier modo, será mejor que nos vayamos de una vez" - dijo Shippou, a lo cual los demás asintieron. Fueron a buscar a Inuyasha, el cual seguía deprimido como Kagome, y se dirigieron hacia el portal. Pero cuando estaban a unos pasos de alcanzarlo...

- "¡ALTO!" - dijo una voz maligna. De la cima de la montaña descendió el mismo monstruo que Tenebross había enviado en el presente, y se puso entre ellos y el portal - "Según las órdenes de Lord Tenebross, ¡no puedo permitirles regresar al presente!" -

- "¿Eres uno de los monstruos de Tenebross?" - preguntó Kagome con la furia impresa en el rostro.

- "Así es, soy Kazein; y soy la causa de que ustedes estén atrapados aquí" - dijo el monstruo en tono presuntuoso.

- "¡Pero eso no tiene sentido! ¡Si Gerardo fue el que hizo la invocación fallida!" - dijo Sango.

- "Sí, yo..." - dijo Gerardo extrañado.

- "Ehehe, ¿así que son lo bastante estúpidos como para culpar a sus compañeros o a sí mismos?" - interrumpió Kazein con voz burlona - "Es mejor para mí, ¡pero la realidad es que lo estuve manipulando como a un títere desde que ese viento extraño lo abofeteó!" -

- "¡Maldición…!" - dijo Gerardo mientras sus ojos se ensachaban y su rostro se contorsionaba de la rabia.

- "¿¡Cuán estúpido eres!?" - dijo Gabriela extremadamente furiosa ante una bajeza de tal nivel - "¿¡Y qué habrías hecho si la fusión hubiese sido exitosa!?" -

- "Lo hubiese pensado en ese momento, huhuhu" - dijo Kazein riendo malignamente - "Pero en vez de preocuparse por eso, ¿no tienen asuntos más urgentes que tratar, como un cierto límite de tiempo sobre sus cabezas? Y ya se los dije: ¡sólo volverán al presente sobre mi cádaver!" -

- "¡Por mí perfecto! ¡Pagarás por esto, maldito bastardo!" - gritó Inuyasha mientras desenvainaba a Tessaiga y la agitaba en dirección al demonio - "¡Kaze no Kizu!" -

- "Patético…" - dijo Kazein mientras levantaba una mano; y cuando las ondas estaban por golpearlo, éstas temblaron un poco y se desvanecieron, reduciéndose a una simple brisa - "Ese ataque de viento es inútil contra…" -

Pero antes de que pudiera continuar parloteando, tuvo que hacerse a un lado para esquivar una flecha que Gabriela le acababa de disparar. Ahora que se le había caído la capucha, podían ver que era un hombre pájaro cubierto de plumas verde oscuro y que portaba una espada del color del moho.

- "¡Esto apesta!" - dijo mientras ella preparaba otra flecha - "¡Es demasiado rápido!" -

Aunque tuvieron un atisbo de esto con la batalla de la aldea, fue en esta donde quedó patente como se había destruido el equilibrio en habilidades de batalla del grupo: Gerardo había perdido buena parte de su fortaleza y su espada había perdido su filo, Sango no podía usar su Hiraikotsu, Miroku había perdido mucha de su fuerza física y la fuerza de los poderes espirituales de Kagome había disminuido. Pero Inuyasha seguía igual que siempre, mientras que los poderes de Gabriela se habían incrementado considerablemente y la fuerza de Shippou también había aumentado lo suficiente como para ser de ayuda en batalla.

- "¡Kitsune-baku!" - dijo Shippou mientras lanzaba un estallido de fuego azul contra Kazein.

- "Ikuyu poak lay lusya wiras sos couyuu, yst sos royawfle hakaisa tast ika! Light Arrow!" - gritó Gabriela.

Kazein logró esquivar la flecha, pero las flamas azules le impactaron y lo hirieron.

- "¡Ve!" - gritó Kagome disparando una Flecha Sagrada. A pesar de ello, tenía un brillo más debíl y un aura púrpura más tenue que las flechas que solía lanzar. Sin embargo, aún así golpeó a Kazein y le causó algo de daño extra.

- "Malditos, por lo que veo saben combinar bien sus fuerzas…" - dijo molesto mientras levantaba una mano - "Pero ya es hora de terminar con estos juegos… Watsa ya qeriat iolois, zialea, wirasea yst koulltamea kyussaks ika! Evil Typhoon!" -

Se formó un gran tifón negro frente a él, y aunque todos hicieron lo que pudieron para esquivarlo, vieron que les sería imposible.

- "¡Necesitamos una barrera!" - dijo Gerardo asustado - "¡Si no podemos evadirlo, al menos deberíamos poder disminuir el daño!" -

Así que él, Kagome y Gabriela unieron sus poderes y crearon una gran barrera plateada. Sin embargo, no fue suficiente, ya que aunque pudo soportar el choque del tifón contra ella, se rompió a los pocos segundos y el tifón los mandó a volar para luego azotarlos contra el suelo.

- "Rayos…" - dijo Gerardo a duras penas por el dolor que le había causado la caída - "Gabriela, Shippou y Miroku deben haber sido los únicos que hubiesen podido resistir ese impacto…" -

En efecto así fue: todos los demás estaban inconscientes o incapaces de moverse debido al dolor. Gabriela y Shippou resistieron la caída y el tifón en sí gracias a su nueva fuerza física y su resistencia a la magia, mientras que Miroku pudo resistir el impacto del tifón pero también resultó herido por la caída.

- "Será mejor que terminemos con esto de una vez…" - dijo Gabriela mientras miraba como todos estaban heridos - "Ist Wasriats OschmeRe Illyusea Kiabze Pawatz Zosph, Phaph Myya Zosph Phiaphz ical! Illyusea Pawatz… Dragoon!" -

La armadura que invocó era exactamente igual a la que solía llevar de niña, solo que ajustada a su tamaño.

- "Gaby… yo también les ayudaré…" - dijo Gerardo mientras se levantaba de nuevo apoyándose en su espada. Tenía el cuerpo cubierto de moretones.

- "¡Gerardo-kun! ¡No te muevas, estás herido!" - le dijo Miroku mientras lanzaba algunas ofudas a Kazein, las cuales explotaron al hacer contacto, lo cual lo hizo gritar de dolor.

- "Lo siento… pero no puedo quedarme quieto en una situación como esta…" - dijo entre jadeos. Luego sacó su Cristal Seirei de su soporte, lo colocó dentro de su Dragtemn y cerró los ojos mientras empezaba a recitar - "Ist Wasriats OschmeRe Iadlast Kiabze Pawatz Zosph, Phaph Myya Zosph Phiaphz ical! Iadlast Pawatz... Dragoon!" -

A diferencia de la armadura de Gabriela, la de Gerardo si fue distinta: era más liviana, mucho más abierta en comparación con la armadura que llevaba normalmente y su casco había sido reemplazado por una banda para la cabeza metálica con un adorno en forma de dragón.

- "¿¡Qué… qué le sucedió a mi armadura!?" - dijo con horror al notar los cambios.

- "Huhuhu… parece que los cambios de la Compresión revirtieron tu armadura a una de las versiones prototipo que existieron hace tanto tiempo…" - dijo Kazein mientras se reía siniestramente.

- "Rayos… ¡igual así te destrozaré! ¡AAAHHH!" - gritó mientras volaba hacia contra Kazein con la espada en alto, pero no pudo hacerle más que un par de arañazos, gracias a que su espada ahora estaba desafilada.

- "Idiota…" - dijo Kazein mientras lo abofeteaba, tirándolo al suelo inconsciente. La armadura se desvaneció poco después de que cayó.

- "¡Urghh!" - gruñó Inuyasha poniéndose en pie de nuevo. Ya se había recuperado levemente de la caída y estaba furioso porque Kagome había quedado inconsciente por el tifón, al igual que triste e irritado por la muerte de Kikyou - "¡Ya fue suficiente! ¡Acabaré contigo ahora mismo!" -

Se enfocó en las energías demoníacas que Kazein estaba emitiendo y encontró un punto donde podía cortarlas, así que le lanzó el Kaze no Kizu.

- "¡BAKURYUUHA!" - gritó Inuyasha. Los remolinos del Bakuryuuha atraparon a Kazein y además de golpearlo repetidas veces también lo tiraron al suelo con fuerza, haciéndole un gran daño. Afortunadamente, él no pudo anularlo porque el Kaze no Kizu llegó al punto de corte antes de que pudiese hacer nada para evitarlo.

- "Mierda… no pensé que en esa forma de mocoso pudieras hacerme tanto daño…" - le dijo furioso al jadeante Inuyasha - "¡Pero esto se acaba aquí y ahora! Zyacc Wasryats wasrya Kiols, JiallZa Oli CoullZa Myallade! Tempest of Destruction!" -

Unió sus manos sobre su cabeza, haciendo que el cielo se tornara negro con nubes de tormenta. Dos tornados luego salieron de esas nubes y se unieron en una tempestad masiva que los arrastró a todos con una fuerza tan tremenda que todos volaron aún más alto que la última vez y cayeron con mucha más fuerza al suelo. Todos quedaron tan heridos que ahora ya no podían moverse.

- "Maldición… Kagome…" - dijo Inuyasha alzando su cabeza ligeramente para después golpear el suelo con su puño, ya que su cuerpo estaba ahora demasiado golpeado para moverse.

- "Están acabados, ya sólo tengo que darles el golpe final ahora… Pero antes…" - dijo Kazein mientras caminaba hacia Gerardo, el cual estaba boca abajo en suelo con una herida sangrante en su frente y lágrimas saliendo de sus ojos. Kazein lo tomó de la parte frontal de su cabello y lo elevó. Gerardo comenzí a gritar del dolor - "Me encargaré de ti personalmente" -

- "¡Suéltame…!" - dijo Gerardo jadeando mientras Kazein lo tomaba del cuello con su otra mano y empezaba a estrangularlo.

- "No puedo, órdenes de Lord Tenebross…" - dijo Kazein con voz maligna para luego suspirar decepcionado - "Hmph, oí que en tu edad normal eras muy fuerte, dado que tu fuiste uno de los que mataron a Ankon e Insui... pero en esa forma de mocoso no eres nada..." -

- "¡Aghh!" - gruñó Gerardo mientras la presión sobre su garganta aumentaba.

- "¡Gerar! ¡Suéltalo!" - le dijo Gabriela mientras con mucha dificultad se levantaba, materializaba una flecha de luz en su arco y le apuntaba con ella a Kazein.

- "Baja ese arco…" - le dijo Kazein con voz fría - "Si intentas alguna otra cosa, le arrancaré la cabeza a tu querido hermano en el acto" -

- "Maldición…" - dijo mientras tragaba saliva. Bajó el arco, haciendo desaparecer la flecha y cayó de rodillas al suelo. Todos los que estaban conscientes se quedaron inmóviles viendo el horrendo espectáculo mientras Kazein gradualmente aprentaba el cuello de Gerardo con más fuerza, todos impotentes para hacer nada.

- "Bueno, creo que ya me estoy aburriendo de esto. Terminaré contigo de una vez" - dijo Kazein con una voz burlona y maléfica mientras aumentaba aún más la presión sobre su víctima.

- 'No quiero morir aquí... No puedo morir aquí... No puedo dejar a Gaby sola... y todos aún me necesitan' - pensó Gerardo asustado, triste, furioso y frustrado mientras las lágrimas se derramaban con más intensidad de sus ojos, sintiendo que se acercaba su final, hasta el punto en que salió de su boca como un grito - "¡NO PUEDO PERMITIRME MORIR AQUÍ!" -

En ese momento, una pequeña luz azul comenzó a salir de su cuerpo y comenzó a recitar en monótono mientras su ojos se ponían en blanco: - "Zyacc Zattyac... ah... Leiya Jewiz Iadlast... Vaplu... SatplSa Bieccelle Zosph Uira Pawatz... Oli... KiabzeSa Zosph... Pawatz Dea Draggyach!" -

(BGM: Ryuu no Chikara)

La pequeña luz se volvió una oleada que comenzó a desbordarse de su cuerpo y que forzó a que Kazein lo soltara debido a que lo cegó y le quemó las manos. Al instante siguiente, Gerardo estaba flotando en el aire con su Cristal Seirei insertado en su Dragtemn y la llave que solía estar en su medallón elemental ahora estaba insertada en el agujero de la parte de atrás, girando lentamente hacia la derecha hasta que se detuvo con un click.

Seguidamente, Gerardo quedó encerrado en una esfera azul; y cuando la esfera se rompió y él salió de ella a los pocos instantes, no podía ser más distinto: había regresado a su edad real, pero su cabello se había vuelto plateado, sus ojos azules y le habían crecido pequeños cuernos de dragón sobre las orejas; las cuales se habían vuelto puntiagudas. Tenía tres rayas azules en diagonal en cada mejilla y una marca con forma de gota agua azul en la frente. Sus brazos y antebrazos, al igual que sus piernas desde las caderas hasta los pies habían sido reemplazados por los de un dragón azul. Llevaba sobre el torso el peto y las hombreras de su armadura, mientras que brotaban alas y una cola de dragón de su espalda. También se habían cerrado todas las heridas que había recibido.

Todos miraron con asombro su nueva apariencia, y luego, él y Kazein se elevaron hacia el cielo.

(BGM: Tobikera Fight! – Kow Ohtani)

- "¡Maldición!" - dijo Kazein - "¡No esperaba que ya pudiera transformarse hasta ese nivel!" -

- "Parece que tanto tus cálculos como los míos fallaron" - dijo Gerardo sonriendo confiadamente - "Y mis golpes ya no serán tan suaves como los de una espada sin filo… Alt tok lay hydrast, baprou, gaivz tast pawatz sos oira ika… Water Claw!" -

Se acercó a Kazein a toda velocidad y lo acuchilló con sus garras, las cuales le dejaron profundos surcos azules. Kazein gritó de dolor, pero se desquitó golpeándolo en la cara con un sable de viento, y luego ambos empezaron a volar por el cielo, lanzándose ataques el uno al otro hasta que finalmente, Kazein hizo que Gerardo se estrellase en el suelo con una fuerte ráfaga de viento. Gerardo se puso en pie de inmediato y se volvió a elevar en el aire para luego quedarse planeando. Luego dibujó un círculo enfrente de sí mismo con su garra izquierda para después atravesarlo con su garra derecha.

- "Watsa ya... hydrast, baprou cezet liera ika, phaf protasec sos fiassessaks ika... Iadl!" -

Una gran esfera de agua brotó del punto donde atravesó el círculo, la cual salió disparada contra Kazein con la fuerza de una bala y le dió de lleno en el pecho.

- "¡Maldito semidragón!" - gritó Kazein sujetándose el pecho - "Zyacc Wasryats Wasrya Kiols, JiallZa Oli CoullZa Myallade! Tempest of Destruction!" -

La fuerza combinada de los tornados atrapó a Gerardo a pesar de sus mejores esfuerzos para evitarlos y lo azotaron contra el suelo. A pesar de que recibió algunas cuantas heridas, todavía tenía suficiente fuerza para continuar luchando, y además, Gabriela empezó a cantar su canción Healing Light para sanar sus heridas y las del resto del grupo.

- "Ist Altyyaok, ShuxuaraRa..." -

- "¡No harás eso, perra!" - gritó Kazein cayendo en picado hacia ella, pero fue repelido cuando Gerardo voló frente a ella y lo acuchilló con sus garras.

- "¡No permitiré que toques a mi hermana! ¡Y pagarás por haberla insultado!" - rugió Gerardo mientras se mantenía frente a ella.

Para ese momento, la canción ya había surtido efecto y las heridas que todos tenían habían sido sanadas, a pesar de que Kagome y Sango aún seguían inconscientes.

Gerardo luego se elevó de nuevo hasta la altura de Kazein y dibujó otro círculo usando ambas garras. En cuanto lo hizo, una pequeña esfera azul comenzó a cargar energía en su centro y él luego puso sus garras frente a sí mismo.

- "Watsa ya... hydrast, baprou cezet gorba ika, yst gyellia tast paewat phaf protasec sos fiassessaks ika! Iadlas!" - dijo mientras aplastaba la esfera con sus garras, liberando la energía dentro de ella. Luego le apuntó a Kazein y unos segundos después, le disparó un chorro de agua con una gran presión. Kazein cayó al suelo gravemente herido y, a sabiendas de que ya estaba acabado, trató de hacer una embestida final contra Gerardo, el cual no vió venir al ataque mientras bajaba hacia el suelo. Cuando Kazein estaba por cortarle la cabeza con un sable de viento, fue derribado por dos flechas: una blanca que fue disparada por Gabriela y una púrpura que pareció haber salido de la nada.

- "Los maldigo… a ti dragón… de agua... y a tu maldita hermana…" - dijo Kazein mientras Inuyasha le lanzaba un Kaze no Kizu que no pudo anular para rematarlo. Esto sólo dejó unos retazos de tela como restos de él, los cuales se desvanecieron en el viento y que luego fue succionado por el portal. Un pequeño pequeño Fragmento de Sombras cayó al suelo, el cual Gabriela se apresuró a poner a buen recaudo dentro de una Bolsa de Luz. Kagome y Sango se despertaron al poco tiempo.

- "¿Quién… o mejor dicho… qué eres?" – preguntó Kagome asombrada mientras miraba a Gerardo en su forma de semidragón.

- "Soy yo, Gerardo… aunque puede que no me reconozcas ahora por mi apariencia…" - dijo Gerardo con una sonrisa calmada - "Por ahora, estoy en forma de semidragón" - respondió tranquilamente.

- "Whoa, asombroso..." - le dijo Shippou impresionado.

- "Sí, por eso dije antes que la forma de armadura es nada comparada con este nivel y el siguiente" - dijo Gerardo, pero luego empezó a brillar en azul y a encogerse. Cuando la luz desapareció, él había, muy para su disgusto regresado a su apariencia de niño aldeano.

- "¿Qué sucedió?" - preguntó Sango.

- "Se le acabó la energía" - dijo Gabriela en tono comprensivo - "Es mucho más agotador permanecer en esa forma que el sólo llevar la armadura" -

- "Exactamente, pero me hubiese gustado quedarme así hasta que hubiéramos pasado el portal..." - dijo mientras se sonrojaba y suspiraba resignadamente. Luego le sonrió a su hermana - "Y eso estuvo cerca, gracias Gaby. Si no fuera por esas flechas, ahora ya no estaría aquí" -

- "Hehe, no fue nada" - dijo Gabriela mientras se reía traviesamente, pero luego una expresión intrigada apareció en su rostro - "Pero me pregunto quién habrá disparado la otra..." -

- "Fue una Flecha Sagrada..." - dijo Inuyasha - "Pero Kaede no está por aquí, Kagome estaba inconsciente y Kikyou..." -

- "Lo sabemos, lo sabemos..." - dijo Kagome entristecida.

- "Nos preocuparemos por ello luego. De momento, será mejor que regresemos a nuestro tiempo" - dijo Miroku con voz severa - "No queremos quedarnos atorados en esta época, ¿cierto?" -

Todos asintieron y cruzaron el portal. A medida que iban avanzando, lentamente iban volviendo a la normalidad, mientras veían escenas del pasado: el primer encuentro entre cada uno de ellos, el nacimiento de Kagome; y cuando el pozo se abrió por primera vez.

Cuando llegaron al otro lado, se encontraron en el prado en frente del Pozo Devorador de Huesos y notaron que habían vuelto a sus apariencias y edades de siempre, además de que de nuevo llevaban sus ropas típicas. El portal se cerró y desvaneció tras ellos tan pronto como todos estuvieron fuera.

- "Bueno, eso sí que fue toda una experiencia, ¿no es así?" - preguntó Shippou con una sonrisa poco convincente. Pero solo recibió miradas de rabia como respuesta, mientras que Inuyasha y Kagome tenían expresiones que parecerían más propias de un funeral.

(BGM: Ushinawareta Mirai – Kow Ohtani)

- "Realmente no sé cómo considerar esto... Dado que que vimos un futuro perdido..." - dijo Gerardo con tristeza.

- "¿A qué te refieres con eso...?" - le preguntó Sango.

- "Básicamente, que vimos como una persona pierde todo lo que les esperaba tras la muerte..." - dijo Gerardo entristecido - "Mientras sus lazos con los demás se rompen permanentemente y sus esperanzas y sueños mueren con ellos..." -

- "Eso es cierto, pero... yo..." - empezó a decir Kagome, pero no encontró que más podría decir al respecto, mientras que Inuyasha no quitaba la vista del suelo.

- "En resumen, aquellos que han muerto perdieron su futuro para siempre, al igual que todo lo demás que tenían..." - dijo Miroku con una expresión de tristeza en el rostro.

- "¿Y qué queda después de eso?" - preguntó Shippou tristemente - "Yo solo sentí un gran vacío y después odio cuando asesinaron a mi padre…" -

- "Una sola cosa… el deseo de que aquellos por quienes murieron sigan viviendo y sean felices" - dijo Gerardo, a lo cual los demás asintieron - "Por eso es que no podemos permitir que las muertes y sacrificios de otros sean en vano, debemos seguir adelante para que puedan descansar en paz…" -

- "Y tantas personas han perdido sus vidas por culpa de Naraku, no sólo Kikyou, Kohaku y toda mi aldea…" - dijo Sango.

- "Al igual que mi padre y mi abuelo…" - dijo Miroku mientras empezaba a rezar por sus almas.

- "Y por culpa de Tenebross, Dragonia está muriendo y nuestros mundos también están en peligro… Por ello debemos detenerlos" - dijo Gabriela enjugándose los ojos.

- "¡Y haremos eso...! ¡Nadie más debe volver a sufrir de ese modo!" - dijo Inuyasha gruñendo.

Y con esa nueva determinación, al igual que esa tremenda tristeza en sus corazones regresaron a la aldea de Kaede para hacer planes para su viaje.

(Ending: Life Goes On – Type 2 – Mika Arisaka)

Sin embargo, mientras se alejaban, había una figura observándolos desde detrás de unos árboles cercanos: era una niña de una edad cercana a la que Kagome tenía como Miko, vestida con un kosode verde decorado con flores rosadas, un obi rosado claro, estaba descalza y llevaba el pelo atado en un moño blanco del mismo modo que Kaede. Tenía el rostro surcado de lágrimas y una expresión llena de tristeza en el rostro.

- "Inuyasha…" – dijo la niña, la cual un momento después brilló intensamente en blanco y regresó a su verdadera forma: era Kiyou – "Ahora he visto la verdad… Debo continuar con esto sola, para evitar que nos lastimemos entre nosotros de un modo como ese de nuevo… y hacer que aquel que nos ha causado tanto sufrimiento pague con su vida…" –

Luego, se alejó en dirección opuesta al grupo.

sábado, 20 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 13

Capítulo 13:

Las Lágrimas de Kikyou


(Opening: One Day, One Dream)

(BGM: Underworld Eldy Rue – Chikayo Fukuda)

- "¡Whoa! ¡Esto es igual a la cueva de los manantiales!" - dijo Sango mientras miraba a los muros de cristal azul.

- "¡Es realmente bonito!" - dijo Kagome emocionada.

Todos estaban tan maravillados al ver la belleza de la cueva combinado con el suave fulgor que emitían los muros de cristal a pesar de la ausencia de luz del exterior. Sin embargo, esto les hacía díficil la tarea de seguir a Takurou sin perderse en los túneles que formaban la cueva.

- "¡Yo pensaba que el Templo del Dragón era una belleza, pero esta cueva lo supera miles de veces!" - dijo Gerardo mirando a su alrededor, el cual era el que se perdía más fácilmente al distraerse con los muros de cristal.

- "¡Quisiera poder llevarme algunos de estos a casa!" – dijo Gabriela con los ojos brillantes.

- "¡Yo también!" – exclamó Kagome.

- "¡Mejor no se queden mirando mucho si no quieren perderse!" - les gritó Inuyasha mientras jalaba a Kagome del brazo y seguían avanzando con los demás.

- "¡Oigan, no nos dejen atrás!" - dijo Gerardo enfadado.

- "¡Espérennos!" – gritó Gabriela irritada mientras apuraban el paso para no quedarse atrás.

Continuaron siguiendo a Takurou por el serpenteante camino de la cueva, tratando de no distraerse demasiado con los cristales de la cueva. Esta tarea sólo se les hizo más díficil conforme avanzaban, ya que habían empezado a variar en color y aparte de azules, también eran verdes, rosados, púrpuras y de toda la gama de colores imaginables.

(Fin BGM)

(BGM: Crystal Palace – Dennis Martin)

Al final, la cueva dejó de ser un pasaje estrecho y se abrió en forma de un gran domo. Las paredes de la estancia tenían pedestales alrededor, cada uno de los cuales tenía sobre sí un cristal de diferente color, los cuales brillaban con más fuerza que cualquier otra joya que hubieran visto hasta ese entonces. Al fondo se encontraba un pequeño río que cual salía de la estancia a través de un gran agujero en la pared; y en el centro se encontraba la atracción principal de todo el lugar: un gran cristal azul flotando sobre un altar circular de cristal blanco. Dentro del cristal, se encontraba una esfera azul que tenía marcas con forma de gotas de agua esparcidas por toda su extensión.

- "Esta cueva es realmente espectacular" - dijo Miroku sin aliento - "Es imposible que la naturaleza sola haya hecho algo así" -

- "Podríamos decir lo mismo de la cueva de los manantiales" - dijo Inuyasha - "Ambos lugares se parecen bastante" -

- "Ese cristal…" - dijo Gerardo mientras lo observaba fijamente.

- "¿Qué tiene de especial?" - preguntó Inuyasha cruzándose de brazos.

- "Ese cristal… ¡Es el Cristal Elemental del Agua!" - exclamó Gerardo con ojos del tamaño de platos soperos - "¡Ese cristal es el origen de mis poderes; y el punto de origen de toda el agua que corre por Dragonia!" -

- "¿¡QUUUUEEEÉ!?" - exclamaron todos menos Takurou y Kikyou.

- "Es verdad" - dijo Takurou mientras suspiraba - "Cuando la aldea fue edificada en este lugar hace alrededor de 70 años, un dragón azul se apareció ante nosotros y nos dijo que siempre tendríamos paz y prosperidad mientras este cristal estuviera a salvo. Nosotros llamamos a ese dragón Suijinryuu-sama" -

- "Eso explica porque tienen una estatua de un dragón en el interior de su templo" - dijo Kikyou mientras observaba el cristal y a Gerardo con interés.

- "Nosotros lo conocemos como Iadlast-sama; y él fue quién me otorgó a mí el poder sobre el agua" - dijo Gerardo mientras sacaba su cristal de dragón del interior de sus ropas y lo levantaba en alto - "Lay... hydragyuu, sos, hydrast eiralme, himiarea paf crillial tast layhallialia ika! ¡Oh, Iadlast, pido tu permiso para ingresar a tus sagrados dominios!" -

(BGM: Garden of God – Yasunori Mitsuda)

- "Joven portador del poder del agua, tú y tus amigos son bienvenidos en mis recintos" - dijo una voz conocida. Todos se preguntaron de dónde provenía la voz; y antes de que pudieran precisar cuál era su punto de origen, una explosión de agua surgió del cristal e Iadlast apareció de ella.

- "¡Iadlast-sama!" - dijeron todos a la vez menos Gerardo, Takurou y Gabriela.

- "¡Lord Iadlast!" - dijeron ambos hermanos.

- "¡Suijinryuu-sama!" - dijo Takurou al mismo tiempo que los demás.

Nadie se imaginaba que Iadlast fuera a aparecer en un lugar como este, a pesar de que el Cristal Elemental del Agua estuviera allí.

- "Iadlast-sama" - dijo Miroku arrodillándose junto a los demás - "No esperábamos estar ante su presencia en este remoto lugar…" -

- "Este lugar es mi Layhallialia, o Recinto Sagrado" - explicó Iadlast - "Y debo permanecer aquí para evitar que el mal contamine el Cristal del Agua" -

- "¿Eso significa que todos los Dioses Dragón también tienen un Recinto Sagrado y están custodiando un cristal elemental?" - preguntó Sango.

- "Así es, joven exterminadora" - respondió Iadlast - "También deseo decirles esto: ¿ven esa esfera que se encuentra adentro del cristal?" -

Todos se fijaron en la esfera azul con marcas de agua que estaba adentro del cristal.

- "Esa esfera es la que realmente le da el carácter especial a este cristal…" - dijo Iadlast con una sonrisa - "Ya que se trata del Núcleo Elemental del Agua" -

- "¿Y qué significa eso exactamente?" - preguntó Kikyou intrigada.

- "Significa que no es de importancia si el cristal es destruido, ya que su función es simplemente servir de protección al Núcleo" - dijo Iadlast cerrando los ojos - "Sin embargo, si el Núcleo es destruido, yo desapareceré, al igual que toda el agua y líquidos que existen en Dragonia…" -

- "Sabiendo esto, no sería raro que Tenebross estuviera cazando este lugar…" - dijo Gerardo mientras su expresión se volvía tensa.

- "Creo que ahora es mi turno de hacerles una pregunta… ¿Qué razón los hizo venir hasta aquí?" - preguntó Iadlast con un tono gentil mientras abría los ojos de nuevo.

- "Hemos venido por un cristal que podamos usar para el medallón de memoria de Kagome" - explicó Inuyasha flexionando ambos brazos y cerrando ambas manos en puños.

- "Hmm, recuerdo que esa niña fue una de las personas que tomaron nuestra prueba hace algunos días. Bien, permítanme ver qué puedo hacer por ella…" - dijo Iadlast, y luego de examinar a Kagome y su medallón por un momento, levitó hacia los pedestales coronados por cristales que estaban esparcidos por la galería.

Examinó los cristales uno por uno, pero aparentemente, ninguno de ellos parecía tener lo que necesitaba a juzgar por las reacciones que podían ver de Iadlast. Finalmente, se acercó al cristal más oscuro de la galería, y en cuanto lo tocó con su nariz, comenzó a brillar en verde: era una esmeralda.

- "Si, esta es" - dijo Iadlast mientras la tomaba suavemente con una de sus patas delanteras y se la llevaba a Gerardo - "Esta esmeralda les servirá para sus propósitos. Sin embargo, deben esperar a que la ilumine la luz del sol. Eso la activará y permitirá que cumpla la función que debería tener" -

- "Entendido, ¡y muchas gracias!" - dijo Gerardo inclinándose ante el para luego guardar la esmeralda en su Dragtemn.

- "¡Entonces solo tenemos que esperar hasta mañana y Kagome volverá a la normalidad!" - dijo Inuyasha mientras saltaba de alegría, emoción que todos estaban compartiendo en ese momento. Kagome aún no entendía que estaba pasando, pero aún así se alegró al ver como todos le tenían tanto aprecio.

(Fin BGM)

- "¡Pero primero veamos si sobreviven a esta noche!" - dijo una voz que aparentemente provenía de la nada, lo cual los congeló a todos cuando se disponían a irse.

- "¿¡Quién dijo eso!?" - preguntó Miroku de inmediato, mirando en todas direcciones. Un chorro de agua oscura salió del río que provenía del cristal y se materializó en forma de un demonio: parecía ser un hombre pulpo, el cual llevaba una armadura azul oscuro y portaba una gran lanza.

- "¡Insui!" - dijo Iadlast indignado - "¿¡Cómo te atreves a profanar estos sagrados territorios!?" -

- "No tengo ningún interés en pelear contigo o con tus lacayos, Iadlast" - dijo Insui mientras se reía maliciosamente de la deidad - "Sólo vine a destruir el Núcleo y a llevarme a esa niña" -

- "¡Ni creas que te permitiremos eso!" - dijo Gerardo mientras él y los demás desenfundaban sus armas.

- "Yo también les ayudaré en lo que pueda" - dijo Iadlast levitando sobre ellos.

- "Como el sacerdote de más alto rango en Ryuusei, esto también es mi responsabilidad" - dijo Takurou con una mirada seria mientras se colocaba al lado de Gerardo.

- "Que divertido. Veamos que tienen para ofrecer entonces…" - dijo Insui haciendo como si la sola idea de una batalla lo aburriera.

- "¡Ya veremos si te sigues creyendo la gran cosa ! ¡KAZE NO KIZU!" - gritó Inuyasha mientras agitaba su espada para lanzar las ondas de energía, pero no sirvió de gran cosa porque Insui se volvió agua, esperó a que pasara la onda y se solidificó de nuevo.

- "Tsk, tsk, tsk. ¿Es eso lo mejor que puedes hacer, niño perro?" - dijo Insui meneando un dedo a modo de burla mientras negaba con la cabeza. Inuyasha estalló en cólera.

- "¡NO ME LLAMES ASÍ!" - gritó mientras iba hacia Insui agitando a Tessaiga como un loco, pero Insui sólo se liquidizaba cada vez que intentaba conectarle un mandoble.

- "¡Eres muy lento!" - dijo y luego lo propinó un puñetazo en la cara con tanta fuerza que lo mandó volando de vuelta con los demás.

- "¡Maldito bastardo! ¡Me las pagarás!" - dijo mientras se ponía en pie a la vez que se sobaba el sitio donde lo había golpeado.

- "¡ABAJO!" - gritó Gabriela. Esto hizo que tanto Inuyasha como Gerardo cayesen de bruces al suelo; y por poco no se cortaron a sí mismos con sus propias espadas.

- "¿¡Por qué demonios hiciste eso!? ¡Casi nos matas!" - gritaron ambos al mismo tiempo y con tanta fuerza que toda la galería tembló. Los demás, incluso Iadlast e Insui, se les quedaron viendo con una gran gota encima cada uno; y los tres no pudieron hacer más que ponerse de un rojo brillante.

- "¡Si terminaron con sus estupideces, es hora de que los haga papilla! Olpla siat, yallal hydrast toi, sos koulltam yst shadlial tastssaks ika! Black Water!" - gritó Insui mientras les lanzaba una ola de agua negra.

Gerardo invocó su armadura de dragón y de inmediato dio una palmada:

- "Olpla siat, lay hydrast toi, protasec sos fias ika! Tidal Current!" - dijo mientras movía sus manos hacia el frente, lanzando una ola de agua igual de grande que la de Insui, aunque ambas palidecían en comparación con el Tsunami que había empleado en ocasiones anteriores. Ambas olas se anularon entre sí cuando hicieron contacto.

- "Seiryuu, no debes atacarlo con ataques elementales de Agua" - le dijo Iadlast. La mayor parte del grupo inicialmente mostró miradas de asombro al escuchar como Iadlast llamaba a Gerardo por su alias, pero al recordar quién era, el asombro desapareció de sus mentes.

- "¿Esa cosa puede absorber mis ataques y curarse con ellos?" - preguntó Gerardo sintiendo como el alma se le caía a los pies, lo cual significa que iba a resultar inútil en esta batalla.

- "Solamente los ataques elementales de Agua, como el Tsunami o el Water Saber. Sin embargo, ataques no-elementales como los mandobles normales de espada, la Dragon Wave e incluso algunos ataques combinados si pueden dañarlo" - explicó Iadlast con una sonrisa - "Así que no pienses que eres un inútil" -

- "¡Sólo destrocémoslo de una vez!" - gritó Inuyasha - "¡Kaze no Kizu!" -

- "¡Entendido! Watsa ya, hydrast xyaza cezet paewat ika, yst hakisa tastsaks ika! Water's Wound!" - gritó Gerardo mientras ambos lanzaban sus ondas de energía, la cuales se fusionaron de nuevo en un vórtice verde claro.

- "Destruction Vortex!" - gritaron ambos al mismo tiempo mientras el vórtice se dirigía hacia Insui, el cual no se liquidizó a tiempo para evitarlo.

- "¡Y no nos dejen fuera a nosotros!" - dijo Miroku mientras él y Takurou le arrojaban varias ofudas a Insui y Sango le lanzaba una bola de gas venenoso.

- "Esto… no acabará… conmigo" - dijo Insui jadeando luego de los múltiples impactos que había recibido.

- "No parece ser tan díficil para ser un demonio elemental…" - dijo Gerardo. Sin embargo, antes de que pudieran reaccionar, Insui se liquidizó y rodeó el cristal en su forma acuosa.

- "Por confiados, ¡van morir todos ustedes!" - dijo él mientras el cristal y el Núcleo que contenía empezaban a atenuarse.

- "¿¡Qué está haciendo esa cosa!?" - preguntó Kikyou teniendo un terrible presentimiento respecto a las acciones del demonio.

- "¡Esta curándose al absorber el poder del Núcleo y a la vez está intentando corromperlo!" - dijo Iadlast espantado mientras intentaba atacarlo con sus garras para apartarlo del cristal, pero ni siquiera él podía dañarlo mientras Insui estaba en su forma líquida.

- "¿¡No puedes obligarlo a tomar forma sólida o algo!?" - preguntó Inuyasha irritado.

- "Desafortunadamente, su esencia es una forma distorsionada de la que yo domino. Por tanto, ¡no puedo manipular su naturaleza!" - dijo Iadlast angustiado.

- "¡Kazaana!" - gritó Miroku mientras trataba de absorber a Insui, pero se había fijado de tal forma al cristal que ni siquiera el jalón de la maldición de Miroku podía separarlo. Iadlast tuvo que mantenerse pegado al techo de la caverna con sus garras hasta que Miroku desistió de sus intentos de absorberlo. Luego, continuó tratando de atacarlo.

- "¡Iadlast-sama, apártese!" - le gritó Kikyou mientras dos Flechas Sagradas: una lanzada por ella y otra lanzada por Kaede, volaban por los aires y golpeaban en el cristal. Esto hizo que el cristal y el Núcleo comenzasen a brillar más intensamente y la luz que liberaron obligó a Insui a separarse.

- "¡Malditas mikos! No pude corromper el Núcleo, ¡pero al menos logré absorber suficiente energía para recuperarme y destruirlos a todos!" - dijo mientras se liquidizaba y se dirigía hacia Gabriela a toda velocidad.

- "¡Yumeko, haz algo antes de que te ataque!" - dijo Gerardo volando hacia ella tan rápido como le era posible para intentar protegerla, pero no llegaría a tiempo: Insui era mucho más veloz.

- "Ist wasriats oschmere illyusea kiabze pawatz zosph, phaph myya zosph phiaphz cai... Illyusea Pawatz! ¡Dragoon!" - gritó Gabriela cuando Insui estaba por llegar a ella. Empezó a brillar en luz blanca, se encerró en una esfera también blanca; y cuando emergió de ella, llevaba su armadura de dragón blanca y a su arco le habían aparecido diamantes cerca de los culatines y el resto de la flecha.

- "¡No pensé que esta mocosa también pudiera utilizar sus poderes!" - dijo Insui mientras ponía algo de distancia entre sí y ella, atemorizado de la luz que ella estaba emitiendo - "Pero no importa: ¡ella es el eslabón más débil de su grupo!" -

- "¿¡A quién llamas débil!?" - preguntó Gabriela furiosa mientras cargaba una flecha en su arco, la cual empezó a brillar con una luz plateada tan pronto como empezó a tensar la cuerda para dispararla - "Watsa ya briyauik seleila, lusellsya sossaks, yst gaivz pawat sos royawfle ika, soif protasec sos fias ika! Fullmoon Arrow!" -

La flecha impactó directamente a Insui y la magia que contenía lo obligó a tomar de nuevo su forma sólida.

- "¡Maldita! ¡Así que eres elemental de la Luna!" - dijo Insui furioso mientras apretaba sus colmillos.

- "Ah, ¡ya veo! ¡Como la luna puede controlar las mareas, también puede ejercer cierto control sobre las criaturas elementales de Agua!" - dijo Gerardo con una sonrisa en su rostro - "¡Yumeko, es hora de una técnica cuádruple!" -

- "¿Pero cuál?" - dijo Gabriela con una expresión de desconcierto igual a la que todos los demás reflejaban en sus rostros.

- "¡Lanza una Light Arrow a mi espada al mismo tiempo que Kikyou y Kaede lanzan una Flecha Sagrada cada una!" - dijo Gerardo mientras empezaba a recitar el hechizo para su Water Saber.

- "¡De acuerdo!" - respondió ella mientras comenzaba a cargar su próxima flecha con energía.

- "¿No es eso un poco riesgoso, onee-sama?" - preguntó Kaede mientras se alistaba.

- "Si tienes confianza en él, todo saldrá bien" - dijo Kikyou sonriendo extrañamente mientras preparaba una Flecha Sagrada - "Que estoy segura de que así es como han triunfado en las batallas en las que han participado" -

- "¡AHORA!" - gritó Gerardo mientras su espada comenzaba a brillar en azul.

Las tres flechas se dispararon al mismo tiempo, volando por los aires cubiertas de energía blanca y púrpura, y cuando golpearon la hoja de la Ryuuga, la espada empezó a brillar en un azul platinado.

- "¡Hallowed Saber!" - gritó mientras corría hacia Insui y lo golpeaba con la Ryuuga energizada. Insui terminó gravemente herido, pero aparentemente los efectos de la Fullmoon Arrow de Gabriela ya habían expirado, ya que trató de escaparse tomando forma líquida de nuevo.

- "¡Kaede! ¡Dispárale la flecha de hielo!" - dijo Miroku cuando lo acometió una repentina corriente de inspiración - "¡Si no estoy equivocado, esa flecha debería congelarlo!" -

Kaede sólo asintió, y mientras sacaba la flecha azul claro de su carcaj y se preparaba para dispararle, recitó las palabras que estaban escritas en ella: -"Ist cielba clyezet iadlicae ilical thafz ical!"-

Tan pronto como la flecha tocó a Insui, lo convirtió en una masa de hielo sólido.

- "Hehe, me alegro que Miroku hubiese recordado la flecha, y que hubieses confiado en mi lo suficiente para recitar lo que las letras grabadas en ella decían aunque no supieras que era un hechizo similar a los que nosotros empleamos" - dijo Gerardo con una sonrisa de satisfacción.

- "Y veo que a esto es a lo que te referías cuando dijiste que "congelaría en el acto cualquier problema", ¿eh?" - dijo Kaede entre risitas.

- "¡Hablaremos después! ¡Ahora, acabemóslo!" - gritó Inuyasha mientras corría con la Tessaiga en alto para golpear a Insui. Miroku, Sango y Gerardo también fueron y empezaron a golpear el hielo con todas sus fuerzas.

- "¡No podemos destruirlo! ¡Este hielo está demasiado duro!" - dijo Sango mientras seguían golpeando el hielo, el cual no se había agrietado siquiera a pesar de la fuerza con la que estaba golpeándolo.

- "¡Maldición! ¡No esperaba que esta masa terminase resultando tan sólida!" - dijo Gerardo irritado - "No debí haberle puesto tanto poder al hechizo de la flecha..." -

- "Aunque lograsen quebrar ese hielo, no sería suficiente para acabar con Insui, así que les otorgaré esto…" - dijo Iadlast y de inmediato empezó a cantar - "Zyacc alttyaok zosph, Iadlast, quarlart dea iadlast, jila oalmia zosph yiliab gull iadlast, gyalaz zosph pawatz zosph narrazil cai" -

Luego dio un aletazo en dirección a ellos, y la corriente de aire resultante hizo que sus armas comenzasen a resplandecer en un azul brillante.

- "He encantado sus armas con mi poder, pero me aseguré de no poner mi energía elemental en ellas para que no lo curen. ¡Ahora, expúlsenlo de este terreno sagrado!" - dijo Iadlast enérgicamente.

De inmediato reanudaron el ataque, y esta vez sus golpes si lograron abrir agujeros y grietas en el hielo. Esto finalmente culminó cuando Gerardo e Inuyasha saltaron y golpearon al congelado Insui con sus espadas desde arriba al mismo tiempo. La fuerza del ataque fue tal que completamente quebró la masa de hielo.

- "Finalmente, hemos ganado" - dijo Gerardo mientras él y Gabriela anulaban sus transformaciones y se sentaban jadeando en el suelo.

- "Si, al fin lo hemos derrotado" - dijo Miroku muy suavemente mientras sonreía. Todos comenzaron a celebrar su victoria de inmediato. Sin embargo, no se dieron cuenta de que una esfera de agua negra se arrastraba por el suelo y se acercaba a Kagome…

- "¡AAAAHHHHH!" - gritó ella asustada.

- "¡Kagome!" - gritaron todos mientras corrían hacia ella. Kagome estaba ahora envuelta en una burbuja de agua negra y parecía estarse asfixiando.

- "Aún si muero, ¡por lo menos me llevaré a la niña de los poderes sagrados conmigo!" - dijo Insui. Aunque no podían ver más su cara, podían escuchar su voz claramente.

- "¡Suéltala, maldito esperpento!" - grito Inuyasha furioso.

- "¿Y cómo planeas obligarme a hacer eso?" - preguntó Insui burlonamente - "Si tratan de atacarme, podrían terminar matándome... ¡Pero no me hago responsable de lo que le pase a ella!" -

- "¡Eres un maldito cobarde!" - dijo Gerardo enfurecido ante el demonio recurriendo a un acto tan sucio y bajo - "¡De todas formas no puedes matarla! ¡Tenebross la necesita viva para extraer sus poderes!" -

- "Coff… Coff… ¿Por qué siempre me están llamando la niña de los poderes sagrados?" - preguntó Kagome irritada, pero con gran esfuerzo porque Insui la estaba constriñendo, dificultándole más la respiración con cada segundo - "Y Seiryuu-nii tiene razón: escuche que esos monstruos me necesitan viva para sacar eso de mí, ¡y no podrán si muero!" -

- "¡Ambos están tristemente equivocados! ¡Si mueres, podré extraer los poderes de tu cadáver mucho más fácilmente y se los enviaré a Lord Tenebross antes de dejar este mundo!" - dijo Insui con una voz demente - "¡Mwahahahaha!" -

- "¡Maldita sea...!" - dijo Inuyasha mirándolo con furia.

Todos estaban de manos atadas; furiosos y frustrados por no poder hacer nada para salvar a Kagome. Ni siquiera Iadlast podía hacer algo para ayudarlos, y aunque estaba enviándole oxígeno a Kagome para mantenerla con vida por algo más de tiempo mientras intentaban hallar una solución, Kagome empezaba a desmayarse por la falta de aire y su visión comenzaba a oscurecerse.

- "¿Es… este... mi fin…?" - pensó tristemente mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, pensando que jamás volvería a ver a su familia. Pero entonces, empezó a surgir una luz brillante de enmedio de la oscuridad. Comenzó como sólo una pequeña esfera, pero entonces comenzó a crecer hasta que tomó la forma de una joven: era la misma Kagome pero en su verdadera edad.

- "¿Quién... eres?" - preguntó la pequeña.

- "Sería muy complicado explicártelo por ahora. Te enterarás cuando pase el tiempo necesario" - le respondió la Kagome mayor mientras le sonreía.

- "No creo que vaya a vivir lo suficiente para descubrirlo... *sollozo*" - dijo la pequeña Kagome mientras empezaba a llorar - "Ese monstruo está a punto de matarme... *sollozo* y mis amigos no pueden hacer nada para ayudarme..." -

- "Solo debes confiar en ellos, así como tener más confianza en ti misma. Tú también tienes un poder especial durmiendo dentro de ti, ¿recuerdas? Sólo debes encontrar la forma de dejarlo salir" - le dijo la Kagome mayor mientras comenzaba a desvanecerse.

- "¿Pero cómo lo hago?" - preguntó la pequeña Kagome.

- "¡Sé que lo descubrirás por ti misma!" - le dijo la Kagome mayor mientras la iluminaba un estallido de luz y se desvanecía en una lluvia de polvo brillante.

Kagome entonces despertó y regresó a la realidad: ella aún estaba asfixiándose dentro de la repugnante agua negra en que se había convertido Insui y sus amigos y compañeros seguían mirándola con preocupación, impotentes ante la situación.

- "Suél… tame" - dijo Kagome suave, pero claramente.

- "¿Qué dijiste, mocosa?" - preguntó Insui, pensando que había oído mal lo que ella dijo.

- "¡He dicho… que me sueltes!" - gritó Kagome.

- "¡Oh, qué miedo! ¡Si quieres que te suelte, tendrás que destruirme; y eso es imposible para una bebita que ni siquiera puede usar sus poderes!" - dijo Insui burlándose de su víctima y riendo. Pero su risa llegó a su final cuando el cuerpo de Kagome empezó a brillar con una intensa luz blanca.

- "¡Kagome está liberando su poder espiritual!" - dijo Kikyou mientras abría sus ojos al máximo de la sorpresa - "¡Nunca hubiese esperado que ella fuese capaz de liberar una cantidad de energía tan grande en esa forma de una niña de cinco años!" -

- "Onee-sama, ¿es posible que alguien pueda tener tanto poder como tú?" - preguntó Kaede sorprendida ante las palabras de Kikyou.

- "Sus poderes están al mismo nivel que los míos, pero los tenía bloqueados al igual que sus memorias" - dijo Kikyou apretando los dientes.

Todos empezaron a acercarse a Kagome e Insui, el cual estaba inmovilizado. Aunque aún estaba en su forma acuosa, podían escuchar sus gemidos de terror por lo que Kagome estaba haciendo.

- "Este es su final" - sentenció Iadlast mientras cerraba sus ojos solemnemente - "Puedo sentir el poder que Kagome está por desatar, y en ese estado debilitado, Insui no podrá resistir un choque de energía tan poderoso" -

- "Por última vez… ¡SUÉLTAMEEEE!" - gritó Kagome mientras liberaba una explosión de luz tan fuerte que Insui se vaporizó y dejó de existir por completo mientras gritaba de terror. Kagome cayó al suelo de pie, pero se desmayó a los pocos segundos, aunque Inuyasha se las arregló para atraparla antes de que tocara el suelo.

Al instante siguiente, un pequeño trozo de cristal negro cayó a su lado: era el Fragmento de Sombras que Insui cargaba consigo, así que Gabriela se apresuró y lo guardó en la Bolsa de Luz que cargaba.

- "Por lo visto el kosode que Orimi le entregó sirvió bien para desbloquear sus poderes" - dijo Gerardo mientras miraba a Kagome y le acariciaba las mejillas suavemente. Luego escucharon algunas pisadas acercándose a ellos, pero sólo se trataba de Sesshomaru.

- "Si viniste buscando una pelea, llegas tarde, querido hermano" - le dijo Inuyasha burlonamente - "Ya hemos vencido al demonio que Tenebross envió esta vez" -

- "Cállate, Inuyasha" - replicó Sesshomaru. Aunque su expresión era la misma de siempre, su voz reveló que estaba enfadado, lo cual hizo reír a todos.

- "Bueno, deberíamos marcharnos. Ya no tenemos asuntos pendientes aquí" - dijo Gerardo con una sonrisa.

(BGM: Kaze no Teema – Kouchirou Kameyama)

- "Esperen un momento, Seiryuu, Yumeko" - les dijo Iadlast mientras levitaba frente a ellos - "Ambos han demostrado sus cualidades como dragoons; y por ello, es hora de que les otorgue más de nuestro poder" -

Luego, hizo aparecer un par de medallones delante de él y los dejó flotando en el aire frente a cada uno de los hermanos: uno era azul con el símbolo del Agua y el otro era blanco con los símbolos de la Luz y la Luna. Ambos medallones llevaban una pequeña llave de su mismo color dentro del símbolo del elemento; y por detrás, tenían un cerrojo.

- "Estos medallones son para desbloquear el nivel siguiente del poder de dragón, ¿correcto?" - preguntó Gerardo mientras él y su hermana tomaban su medallón respectivo.

- "Si. Y creo que no necesito explicarles cómo usarlos, ya que ambos lo saben muy bien" - dijo Iadlast mientras comenzaba a desvanecerse - "Bueno, es tiempo de que salgan. Me despido y les deseo buena suerte en sus viajes" -

El suelo de la cueva empezó a brillar intensamente con una luz azul mientras un emblema de dragón hecho de esa misma luz aparecía debajo de ellos. La luz se volvió tan brillante que los cegó y sintieron que eran arrastrados suavemente hacia arriba para luego bajar suavemente. Cuando la luz se atenuó lo suficiente como para que pudieran ver donde estaban de nuevo, se encontraron aún dentro de la cueva pero cerca de la salida.

- "Tal parece Iadlast-sama nos teletransportó a la entrada de la cueva" - dijo Takurou lleno de asombro - "Por favor discúlpenme, debo relatarles todo lo sucedido a los demás sacerdotes" -

Luego comenzó a caminar en dirección a la salida, pero se detuvo cuando apenas había dado unos pasos.

- "¿Qué pasó?" - dijo Kagome. Ya se había despertado y estaba moviéndose hacia arriba y abajo, como estuviese intentando decirle a Inuyasha que quería estar en el suelo.

- "Kagome, ¿estás bien?" - le preguntó Inuyasha mientras la ponía en el suelo.

- "Sí, Inuyasha-nii" - dijo para después dejar salir un gran bostezo - "Pero estoy muy cansada y tengo sueño..." -

- "Y nosotros también" - dijo Gerardo estirándose mientras Gabriela bostezaba - "La batalla con Insui fue muy agotadora..." -

- "¿Pero que pudo haber sucedido para que Takurou-sama se detuviese en ese lugar?" - preguntó Sango. Los demás también tenían curiosidad al respecto, y luego de mirarse las caras, caminaron hacia la salida. El motivo se hizo evidente cuando se acercaron lo suficiente.

- "Kouga, ¿por qué eres tan terco con lo de buscar a Kagome?" - gemía la voz de una chica, que sonaba familiar - "¿No entiendes que yo te amo más?" -

- "¡Ayame, ya déjame en paz!" - contestó la voz de Kouga - "¡Solo quiero ver si Kagome está a salvo, ya que su olor cambió de nuevo!" -

- "Creo que ya puedo hacerme una idea de porque es la discusión…" - dijo Gerardo con una mirada desagradable en sus ojos, ya que le tenía cierta antipatía a Kouga. Luego caminó hasta que estuvo delante de ellos.

- "Oh vaya, Kouga, el gran jefe de los lobos nos complace con su presencia" - dijo Gerardo sarcásticamente.

- "No me gusta tu tono de voz. ¿Y quién diablos eres?" - preguntó Kouga irritado.

- "Es un nuevo compañero nuestro Kouga, su nombre es Seiryuu" - dijo Sango - "Y nos ha ayudado mucho" -

- "Hmph, tiene un aire similar al bestia aquél. Y hablando de él, ¿adónde se fue ahora?'" - preguntó antes de comenzar a olfatear el aire - "Huelo su repugnante olor cerca de aquí, pero también se siente un poco diferente" -

- "¿Me buscabas, lobo sarnoso?" - preguntó Inuyasha arrogantemente mientras salía de detrás de los demás.

- "¿¡Qué…!?" - dijo Kouga sorprendido, pero luego empezó a reírse con tanta fuerza que parecía que se iba a asfixiar - "No… puedo… creer que… seas… tan… ¡ESTÚPIDO! ¿¡Han pasado dos semanas desde eso y aún no regresas a la normalidad!? ¡Eres patético!" -

- "¿¡A quién llamas estúpido, idiota!?" - gritó Inuyasha furioso. Obviamente no le hacía ninguna gracia la situación - "¡Te haré pedazos!" -

Gerardo inicialmente consideró inmiscuirse en esto, pero pensó que sería mejor que Inuyasha lo arreglara sólo y decidió que intervendría solo si era realmente necesario.

- "¡Si, claro! ¡Y aún así sigues siendo un mocoso!" - dijo Kouga burlándose y riéndose de él - "¡No puedo creer que aún no hayas encontrado la cura!" -

- "Aah..." - suspiró triste y solitariamente Ayame - "Kouga sigue siendo tan molesto como siempre, por no decir que actúa tan infantil que la forma de niño de Inuyasha le quedaría mejor a él, la verdad" -

- "Hola, Ayame" - dijo Miroku casualmente - "¿Que han estado haciendo desde la última vez que nos vimos?" -

- "Explorando la región en busca de Naraku, pero últimamente se ha hecho más difícil encontrar pistas de su paradero" - respondió Ayame con una sonrisa - "Pero... ¿no estaban buscando la cura para ellos dos?" -

- "Sí; y la habíamos encontrado" - respondió Sango - "Pero… Naraku lo arruinó todo cuando le puso una maldición a Kagome hace unos días y…" -

- "¿Kagome?" - la interrumpió Kouga emocionado - "¿Y dónde está ella?" -

- "Está por aquí, pero no creo que te reconozca" - respondió Shippou mostrándole a las dos niñas tras él. Kouga corrió hacia ellas.

- "Kagome, todavía sabes quién soy, ¿verdad?" - le preguntó a Gabriela mientras le sostenía las manos. Gabriela solo se irritó, soltó sus manos de la presa de Kouga, sacó su arco y lo usó para propinarle un buen golpe en la cabeza.

- "¿¡Eres estúpido o tu olfato ya no sirve!?" - preguntó enfadada para luego señalar a Kagome mientras Kouga se sujetaba la cabeza con ambas manos por el dolor - "¡Ella es Kagome!" -

- "Me encargaré de ti después" - le dijo Kouga en un tono amenazante para luego girarse en dirección a Kagome. Gabriela sólo le sacó la lengua - "¿Kagome, eres tú? ¿Aún me recuerdas?" -

- "Err... Lo siento, onii-san…" - dijo Kagome tímidamente - "Pero no sé quién es usted..." -

Kouga se quedó paralizado de la impresión.

- "De… verdad… ¿no sabes quién soy?" - preguntó de nuevo.

- "No, no tengo idea" - respondió Kagome algo asustada. Como respuesta, Kouga se quedó con un grito mudo en la boca, como si se hubiese quedado petrificado.

- "¡Jejejeje! ¡Eso le enseñará a dejar de ser una molestia por un rato!" - dijo Gerardo partiéndose de risa al igual que los demás al observar la expresión de Kouga.

- "Bueno, haríamos bien en irnos a dormir" - dijo Miroku después de que las risas cesaron para luego girarse en dirección a la aldea - "Mañana nos espera un largo viaje" -

- "Estoy de acuerdo, Houshi-sama" - dijo Sango tras un pequeño bostezo mientras ella y los demás lo seguían.

- "Esperen un momento" - dijo Kouga apresuradamente. Al parecer, ya se había recuperado de su pequeño shock.

- "¿Y ahora qué quieres?" - preguntó Shippou algo molesto.

- "¡Cállate enano!" - respondió Kouga - "Los acompañaré hasta que Kagome vuelva a ser ella misma, pero no see confundan: lo hago por Kagome, no por ustedes" -

- "¡Y yo me quedaré también para asegurarme que él no haga nada malo!" - dijo Ayame sonriendo traviesamente.

- "¿Siempre tienes que molestarme, Ayame?" - preguntó Kouga molesto.

- "¡Es un placer para mí!" - respondió Ayame sonriente.

- "Haz lo que quieras, lobo de pacotilla" - dijo Gerardo mientras seguía de camino hacia la cabaña de Jousui con Gabriela, a la vez que los demás se dirigían a las cabañas en las que iban a dormir y Sesshomaru salía de nuevo de la aldea.

Sin embargo, antes de que se hubiesen ido a dormir…

- "Takurou-sama, discúlpeme. Deseo preguntarle algo que me ha dado curiosidad desde que nos enteramos de la existencia de este lugar" - le dijo Miroku mientras se acercaba a él.

- "¿Qué sucede, Houshi-san?" - le preguntó Takurou algo intrigado.

- "¿Por qué esta aldea tiene Ryuusei como su nombre?" - preguntó Miroku con una expresión interesada.

(BGM: Hajimete no Riku – Kouchirou Kameyama)

- "Por favor mire hacia arriba" - dijo Takurou mientras le sonreía a él y a los demás. Hicieron como se les dijo y se encontraron con la agradable sorpresa de que no solo el cielo estaba cuajado de estrellas y la Vía Láctea era perfectamente visible: también habían multitud de estrellas fugaces y cometas cruzando el negro firmamento, formando una vista tan espectacular como hermosa.

- "Creo que esto lo explica todo, ¿no es así?" - le preguntó Takurou amablemente - "Nuestra aldea tiene este nombre porque en este lugar, pueden verse estrellas fugaces con mucha más frecuencia que en otros lugares" -

- "Es hermoso…" - dijo Gabriela con una sonrisa.

- "Qué bonito..." - dijeron Kagome y Rin. Continuaron observando la hermosa vista por un rato más antes de irse a dormir.

A la mañana siguiente, comieron el desayuno y se prepararon para irse de vuelta a la Aldea de Kaede. Los niños de Ryuusei se volvieron a encontrar con ellos frente a las puertas de la aldea.

- "Bueno, ya es hora de irnos" - dijo Gerardo con una sonrisa en el rostro.

- "¿Volverán a visitarnos algún día?" - preguntó Akiko mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

- "Por supuesto. Nos aseguraremos de regresar aquí algún día, así que por favor, espérennos, ¿de acuerdo?" - dijo Gerardo mientras se arrodillaba y abrazaba a Akiko, la cual le abrazó de vuelta. Jousui luego le chocó los cinco. Gabriela luego abrazó también a Akiko.

Todos los niños comenzaron a despedirse de los demás miembros del grupo, y con sonrisas que mostraban la esperanza de volverse a ver, así como la tristeza de tener que despedirse, continuaron mirándolos mientras salían por las puertas de la aldea.

- "Bien, creo que ya es hora" - dijo Inuyasha mientras Sesshomaru y Jaken se acercaban a ellos - "Gerardo, dame la esmeralda que nos dio Iadlast ayer" -

- "Entendido. Aquí tienes" - le dijo Gerardo asintiendo mientras sacaba la esmeralda de su Dragtemn y se la entregaba.

- "¿No era Seiryuu el nombre de este tipo?" - preguntó Kouga confundido mientras Inuyasha tomaba la esmeralda y la ponía bajo un rayo de sol de los que se filtraban entre las ramas de los árboles.

- "Es sólo un alias. Su verdadero nombre es Gerardo, y el de su hermana es Gabriela" - explicó Sango mientras continuaban observando como, tras unos segundos, la esmeralda empezó a brillar con un poco más de fuerza, indicando que ya estaba lista para cumplir sus funciones.

- "Kagome, entenderás todo lo que está pasando muy pronto" - dijo Inuyasha con una sonrisa mientras le colocaba la esmeralda en el agujero vacío del medallón que Kagome llevaba alrededor de su cuello, mientras ella sonreía. Luego de que Inuyasha hubo terminado y se hubo separado de Kagome, el medallón comenzó a brillar, al igual que Kagome, y cuando la luz se apagó, ella estaba sonriendo con los ojos cerrados.

- "Así que, ¿has vuelto a ser tu misma?" - le preguntó Shippou mientras jugueteaba con sus dedos.

- "Podrías decir que sí, Shippou" - respondió Kagome entre risitas. Aunque su voz sonaba tan infantil y aguda como siempre, su forma de hablar mostraba más madurez que en días previos.

- "Bueno, entonces… ¿te parece bien si intentamos algo para asegurarnos de que el medallón funciona correctamente? ¿Podrías nombrarnos a todos?" - le preguntó Gerardo.

- "Con gusto" - dijo Kagome con una sonrisa mientras comenzaba a señalar a todos y decir sus nombres correctamente, hasta que al final… - "Y mis dos amigos más recientes son Seiryuu, cuyo verdadero nombre es Gerardo; y Yumeko, ¡cuyo verdadero nombre es Gabriela!" -

- "¡Es definitivo! Kagome… ¡bienvenida de vuelta!" - exclamó Gerardo mientras él y todos los demás corrieron hacia ella y la abrazaron. Los únicos que no se unieron a esto fueron Sesshomaru, Jaken, Kaede y Kikyou.

- "¡No! ¡Vamos!" - decía Kagome entre risas - "¡Ya es suficiente!" -

- "Lo sentimos, es que sentíamos que habíamos estado mucho tiempo sin verte" - dijo Sango luego de que se separaron un poco de ella.

- "La verdad es que traté de salir varias veces, pero la maldición que me puso Naraku me dejó prisionera dentro de mi propia mente" - dijo Kagome entristecida - "Sólo pude ayudarlos en la batalla con Insui porque en ese momento, como estaba en peligro de muerte, el sello sobre mí se debilitó lo suficiente para que pudiera usar mis poderes... Lamento haberles causado todos estos problemas..." -

- "No le des importancia. Lo que que importa aquí es que estás de vuelta" - dijo Miroku mientras le daba palmadas en el hombro.

- "Es cierto. Como tus amigos, iríamos hasta los confines del mundo para ayudarte" - dijo Gerardo con una sonrisa.

- "¡Y fue muy divertido jugar contigo!" - dijo Rin sonriendo; y Gabriela asintió con una sonrisa para confirmarlo.

- "Y se vería muy mal que estuviera con una niña que ni me recordara" - dijo Kouga, pero su comentario fue completamente ignorado por todos los demás.

- "Chicos… gracias" - dijo Kagome con los ojos llorosos por la emoción.

- "Kagome…" - empezó a decir Inuyasha.

- "Inuyasha…" - dijo Kagome. Ambos no hicieron más que pararse en frente del otro y mirarse directamente a los ojos. No podían decir nada, pero no hacían falta palabras en ese momento. Comenzaron a acercarse, y cuando estaban a solo unos milímetros el uno del otro…

- "¡Oh… vamos! ¡Ya déjense de cursilerías!" - dijo Kouga mientras se ponía entre ellos, interrumpiendo la escena. Kikyou se había girado para no continuar viendo la escenita antes de que Kouga hubiese entrado.

- "¡Bien hecho, idiota!" - dijo Gabriela molesta dándole de nuevo un golpe en la cabeza con el arco. Koga cayó al piso y empezó a sobarse en el sitio donde lo había golpeado - "¡Gracias por arruinar una bonita escena!" -

- "Y lástima que no traje mi cámara..." - dijo Gerardo amargado, sin saber que los Dragtemn tenían funciones que les permiten actuar como cámaras fotográficas y de video.

- "Como sea. Toda esa basura llamada emociones humanas no es más que una molestia" - dijo Sesshomaru mirando hacia arriba.

- "Como si nos fuéramos a creer eso" - dijo Inuyasha con una cara que mostraba que no estaba nada impresionado.

- "¿Podemos dejar de discutir y continuar nuestro camino?" - preguntó Kagome, que ya se había puesto roja de la vergüenza.

No hubo más que decir, así que solo deshicieron todo el trecho que habían andado los dos días anteriores. El descenso de la montaña y la primera mitad del viaje por las llanuras fueron fáciles comparados con la subida, ya que Miroku, Sango, Shippou y Kagome estaban montados sobre Kirara; Sesshomaru volaba por su propia cuenta; Rin, Kaede, Kikyou y Jaken iban sobre Ah-Un, Kouga, Ayame e Inuyasha iban corriendo; y Gerardo y Gabriela estaban sacando ventaja de las alas de sus armaduras e iban volando.

- "Por cierto, Kagome" - preguntó Sango - "Dejando de lado que eres una niña de cinco años pero con tus memorias de vuelta, ¿hay alguna otra cosa diferente de lo normal?" -

- "Déjame pensar..." - dijo Kagome mientras cerraba sus ojos por un momento - "No, nada. Mi mente parece estar funcionando del modo que debería, y también puedo sentir la presencia de Miko aún durmiendo dentro de mí" -

- "Hmm, parece que la maldición que te pusieron no le afectó" - dijo Miroku mientras asentía - "Es también un alivio saber eso" -

- "Sí" - dijo Kagome - "Sé que debería preocuparme más por mí misma, pero aún así... En cierto modo, me alegra que fuí la única a la que afectó la maldición" -

- "¿Te has encariñado con tu especie de personalidad alterna?" - preguntó Gerardo mientras volaba un poco más cerca de ella.

- "Podrías decir eso, Gerardo-kun" - sonrió Kagome - "Podríamos decir que pienso en ella como si fuese una especie de hermana menor para mí, como tu ves a Gaby-chan" -

- "¡Eso es genial!" - sonrió Gabriela - "Pero... ¿no te hace sentir sola el saber que nunca podrás hablar con ella o compartir tiempo con ella de ningún modo?" -

- "Sí, eso es cierto..." - dijo Kagome bajando la mirada - "Desearía que pudiésemos estar juntas, pero no parece que pueda hacer más por ella que dejarla salir para que pueda jugar cada tanto..." -

- "De cualquier modo, deberías sólo preocuparte por tí misma, Kagome" - dijo Inuyasha - "Tendrás tiempo para preocuparte por Miko luego" -

- "¿No consideras a tu forma de niño un hermano menor también, Inuyasha?" - preguntó Gabriela entre risitas.

- "¡Hnng...! ¡No responderé eso!" - gruñó Inuyasha mientras se ruborizaba y corría con más rapidez hacia adelante.

- "Realmente le es díficil ser honesto consigo mismo, ¿eh?" - dijo Sango mientras los otros lo seguían aún sorprendidos por su reacción.

Un poco después de que se las arreglaron para alcanzar a Inuyasha y dejado que su vergüenza se evaporase, Kouga decidió comentar sobre los recién llegados del grupo...

- "¿Y qué hay con esas ridículas armaduras?" - preguntó Kouga cuando estaban llegando a los límites del bosque que estaba después de las llanuras, donde habían decidido parar un momento para descansar.

- "Ah, ¿así que ridículas…?" - dijo Gerardo calmadamente, pero se notaba en su voz que estaba furioso, ya que sonaba más parecida a un gruñido de dragón que a su voz habitual. Dio una palmada - "Ya veremos eso…" -

Un pilar de agua brotó de donde Kouga había puesto el pie, poniéndolo a volar hasta que cayó de cabeza al suelo con un ruido sordo.

- "¿Qué fue eso?" - preguntó Kagome mirando a Gerardo de reojo.

- "¿Qué?" - dijo Gerardo con una voz falsamente inocente mientras se encogía de hombros cuando notó la mirada de Kagome. Kagome solo suspiró como respuesta mientras Ayame iba a revisar si Kouga estaba lastimado.

- "Rayos, ¿de dónde salió ese montón de agua?" - dijo mientras se rascaba la cabeza. De heridas sólo tuvo un par de moretones.

- "¡Creo que ya sabes con quién te metiste, lobo tonto!" - dijo Inuyasha comportándose aterradoramente similar a Shippou: tenía una sonrisa burlona, los ojos cerrados y había puesto sus manos en sus caderas.

- "¿Eh? ¿Y esa pose, Inuyasha?" - le preguntó Shippou dividido entre la preocupación y la burla - "¿El ser un niño por tanto tiempo te empezó a afectar el cerebro?" -

Inuyasha primero no entendió lo que le había dicho Shippou, pero cuando se dio cuenta de su cambio de actitud un momento después, se quedó horrorizado.

- "¡Ahahahaha!" - se rió Kouga - "¡Ahora ese bestia está empezando a actuar como el niño que es en realidad!" -

Esto empezó otra pelea entre ambos... Kagome desistió de intentar calmarlos después de un rato y le pidió a Gerardo que sacara su mochila para tomar un pequeño refrigerio. Gerardo simplemente asintió y canceló su transformación, al igual que Gabriela, para ahorrar energías.

Al poco rato, Kagome y Sango comenzaron a preparar la comida mientras Ayame y Rin las observaban. Los demás estaban sentados sobre un mantel a cuadros esperando la comida mientras que Inuyasha y Kouga seguían con su pequeña pelea, en cambio que Kikyou, a petición de Gabriela, les estaba enseñando tanto a ella como a Kaede algunos de los puntos básicos sobre arquería y sobre el manejo de poder espiritual. Aunque no es que lo último fuese a resultarle muy útil a Gabriela.

- "Por cierto, he tenido curiosidad sobre algo desde que obtuvieron sus poderes" - dijo Miroku después de un rato de ver a Inuyasha y Kouga peleando. Sesshomaru también estaba viendo esto y lo estaba disfrutando debido a que lo estaba tomando como confirmación de los pensamientos que tenía sobre su hermano.

- "Hmmm. ¿Qué cosa?" - dijo Gerardo intrigado mientras le pasaba a Sango algunas de las frutas de la mochila de Kagome.

- "¿Por qué es que sus poderes no pueden permanecer activos por mucho tiempo en batalla, mientras que cuando viajamos o estamos en calma duran hasta que ustedes los anulan?" - preguntó Miroku con una mano sobre su barbilla.

- "La verdad, todos nos hemos preguntado lo mismo" - dijo Sango mientras sacaba un cuchillo de la mochila y lo usaba para comenzar a cortar las frutas. Todos estaban mirándo a ambos hermanos con interés de nuevo.

- "Bueno, es que las batallas nos exigen mucha más energía porque estamos bajo más presión, por no decir el tener que usarla también para hechizos y técnicas," - explicó Gerardo - "Mientras que cuando estamos viajando, solo nos limitamos a volar…" -

- "Así que básicamente, gastan más energía cuando están en una situación peligrosa que cuando están en calma. Tiene sentido para mí" - dijo Kagome después de que hubieron sacado algo de agua para hervir algunas de las verduras que habían recibido de los habitantes de Ryuusei como regalo de despedida.

Pero luego, escucharon unos pasos amortiguados por la hierba. Esto finalmente le puso fin a la pelea de Inuyasha y Kouga, y del mismo modo, Kikyou, Kaede y Gabriela tuvieron que interrumpir la pequeña lección que estaban teniendo. Ahora miraban atentamente en dirección al lugar de donde habían creído escuchar las pisadas.

- "No hagan ruido" - dijo Inuyasha gruñendo al poco rato - "No sabemos que podrá ser" -

- "Mientras no sea otra de las horribles cosas de Tenebross…" - dijo Gabriela viéndose tensa.

- "¿Quién es ese?" - preguntó Kouga confundido - "¿Acaso ya no persigues a Naraku, bestia?" -

- "¡Ya cállate!" - dijo Inuyasha tratando de controlar su furia. Empezó a olfatear el aire; y al poco rato…

- "No es un youkai, pero huele mucho a tela fina y a perfume..." - dijo Inuyasha con la cara retorcida como si el olor le resultase desagradable.

- "¿Huele mucho a perfume?" - preguntó Gerardo - "Me pregunto si será una princesa o algo así…" -

Al poco rato salió de los arbustos un chico que por su apariencia tendría la misma edad de Gerardo. Sin embargo, no podía ser más diferente de él: llevaba un kimono verde oscuro con diversos emblemas bordados en el pecho y los hombros, tenía un largo y sedoso cabello negro atado en una gran cola de caballo y llevaba una katana enfundada y atada al lado derecho de su cintura. Llevaba zori y tabi, pero tenía una expresión un tanto desagradable en el rostro y estaba de pie con una postura un tanto arrogante.

- "Buenos… días…" - dijo Gerardo mirando al recién llegado de asombro en asombro: ya había visto pinturas de nobles del Japón feudal antes, pero ver a uno en persona ya era otra cosa.

- "Buenos días" - contestó el joven haciéndole escrutinio con los ojos a Gerardo, Gabriela y al resto del grupo.

- "Err… disculpe. Estamos en medio de un viaje y paramos un momento para comer. Me pregunto si querría acompañarnos…" - dijo Gerardo sólo para ser cortés, ya que aunque no quería parecer irrespestuoso, el chico le daba un mal presentimiento.

- "Y esa comida, ¿la trajeron de sus palacios, o la obtuvieron de alguna aldea?" - preguntó el joven con una mirada un tanto antipática.

- "Un tanto de las dos" - contestó Gabriela siguiéndole el juego, aunque entrecerró los ojos poco después de dar esa respuesta. El joven solo se acercó, pero no se molestó en quitarse el calzado o en sentarse en el mantel con los demás.

- "Disculpe, ¿cuál es su nombre?" - le preguntó Gerardo.

- "¿Yo? Soy Tahara Ookami" - le contestó el joven en un tono presuntuoso - "Y ustedes son…" -

- "Mizuboshi Seiryuu y Mizuboshi Yumeko" - dijo Gerardo, teniendo la sensación de que sería mejor que usasen los alias de nuevo.

- "Que interesante. ¿Y quiénes son esas personas?" - les preguntó Ookami viendo a Inuyasha y a los demás con desprecio, y aunque Gerardo notó esto de inmediato, comenzó a hacer esfuerzos para no estallar - "¿Son sus siervos?" -

- "¡Nada de eso!" - dijo Gabriela en un tono ofendido - "¡Ellos son nuestros amigos!" -

- "Qué patético…" - dijo para luego soltar una risa estruendosa - "¡Ahahaha! ¿Y se hacen llamar nobles teniendo amigos como estos? ¿Campesinos y youkais?" -

Todos comenzaron a enfadarse. La sangre de Gerardo empezó a hervir de inmediato, pero antes de que pudiera hacer algo…

- "Sin embargo, también hay mikos, sacerdotes y exterminadores por aquí. Preferiría que no se refiriese a nosotros de una forma tan horrible" - le dijo Kagome con la voz tranquila y tratando de sonar tan educada como le fuese posible, pero tenía la cara crispada por el enojo.

- "¡Cierra la boca, niña campesina!" - le espetó Ookami odiosamente mientras la abofeteaba con el dorso de la mano - "Siempre he pensado que aquellos que se relacionan con la gente de clase baja, con extranjeros o con miembros del clero de poco nivel no merecen estar entre nosotros" -

- "¿¡Y tú que se supone que te crees!?" - le dijo Inuyasha también harto mientras tomaba del hombro a Kagome para que no cayera al suelo. Ella aún estaba sobándose la mejilla en la que fue abofeteada - "¡Mi madre fue una princesa y jamás me educó de esa manera tan estúpida! -

- "Oh, ¿un niño hanyou?" - se burló Ookami. Luego le dió un golpe en el estómago, haciendo a Inuyasha escupir saliva y que cayese de rodillas al suelo, sujetándose el lugar donde lo había golpeado - "Esto es lo que te mereces. Tu madre debió estar desesperada para haberse casado con un perro tonto, como creo que lo habría sido tu padre" -

Sesshomaru estaba tratando de controlarse para no romper el trato que había hecho con Gerardo, aunque sus ojos se habían vuelto rojos: no le faltaban ganas de ir y cortarle la cabeza a Ookami. Kikyou y Kaede también tenían sus rostros llenos de ira...

- "¡El ser un noble no significa actuar como un pedazo de escoria, Tahara!" - le gritó Gerardo. Esta fue la primera vez que llamó a Ookami por nombre, pero ya estaba tan enfurecido que ni siquiera se molestaba en usar los honoríficos - '¡Primero muerto que usar honoríficos con un pedazo de mierda como este!' -

- "¡Qué tonto!" - dijo Ookami mirando al cielo dementemente - "Nosotros, los nobles… ¡Somos similares a los dioses! ¡Nosotros ponemos a trabajar a los campesinos, obtenemos todas nuestras riquezas y lujos a costa de ellos; y matamos a aquellos que ya no nos sirven! ¡Los que no son nobles no son más que simples herramientas desechables!" -

Todos quedaron como si una onda de choque les hubiera pasado por encima. Ookami se divirtió por un momento con las caras de espanto que habían puesto, pero para su desgracia el primero que se recuperó fue Gerardo. Ya había tenido suficiente… su cara estaba llena de furia, tanto que ahora parecía una persona completamente diferente... Luego caminó hasta Ookami, y cuando lo tuvo frente a él, le dio un puñetazo tan fuerte en la cara que lo tiró al suelo y lo hizo escupir sangre.

- "¿Q-q-q-q-qué acabas de hacer?" - dijo Ookami mientras se ponía en pie aparatosamente, espantado de que alguien se hubiese atrevido a golpeado así.

- "Te di lo que te merecías…" - dijo Gerardo. De nuevo, estaba tan furioso que su voz sonaba más bien similar al gruñido de un dragón.

- "Y-y-ya verás… ¡Te mataré por esta ofensa!" - dijo desenfundando su espada.

- "Ya veremos eso..." - dijo Gerardo mientras sacaba a Ryuuga. Ookami se asustó cuando vio la empuñadura de la espada: más específicamente sus decoraciones basadas en dragones. Guardó su espada mientras temblaba.

- "No… no… te mataré… hoy..." - dijo mientras temblaba.

- "¿Y qué harás entonces?" - lo desafió Gerardo - "Y antes de que tengas la rídicula idea de mandarnos a hacer el seppuku, te recuerdo que no soy un siervo tuyo, y mis amigos están bajo mi protección y la de mi hermana" -

- "Volveré y te mataré. ¡Los mataré a todos la próxima vez!" - dijo Ookami mientras se daba la vuelta y salía corriendo.

- "Inuyasha, dale un empujón a ese bastardo" - le dijo Gerardo en voz baja. Inuyasha ya se había recuperado algo del golpe, pero aún estaba furioso por ello y por el modo en que había abofeteado a Kagome, así que ni siquiera asintió por respuesta.

Desenfundó su Tessaiga y la agitó para hacer salir un chorro de viento, el cual agarró a Ookami y lo hizo volar hasta que se estrelló de cabeza contra una roca que estaba aproximadamente a dos metros de donde había estado. Se dio la vuelta, se espantó aún más al ver la enorme espada de Inuyasha y empezó a correr más rápidamente, dando alaridos de terror.

- "Maldita imitación de un noble" - dijo Gerardo mientras se sentaba de nuevo. Todavía estaba lo bastante molesto como para echar vapor, pero su furia comenzó a disminuir poco a poco. Fue hasta Kagome e Inuyasha y comenzó a usar su canción Healing Water para borrar las marcas de los golpes que habían recibido.

- "Gerardo-kun…" - lo llamó Sango con cautela - "¿Te encuentras bien?" -

- "Si… estoy bien…" - dijo Gerardo dando un resoplido. Su voz empezaba a recuperar su timbre normal.

Luego, todos empezaron a comer bajo un silencio bastante incómodo, hasta que…

- "Bueno, ¿que fue toda esa actuación?" - dijo Kouga mirando a Gerardo con desagrado.

- "¡De actuación nada!" - estalló Gerardo ante la acusación: de inmediato se puso de pie y extendió sus brazos por completo mientras le gritaba a Kouga - "¡Todo eso lo dije muy en serio! ¡No soporto a aquellos que se creen superiores a los demás, o se creen dioses, o que son tan arrogantes y prepotentes que creen que son el centro del universo!" -

- "No te preocupes" - le dijo Kagome mientras lo tomaba de un brazo - "Recuerda que en nuestra era ese tipo de personas son muy impopulares… y gracias por defendernos…" -

- "No… no hay problema…" - dijo Gerardo poniéndose rojo. Ya su furia se había disipado por completo y comenzó a mirar a Kagome con preocupación - "Por cierto, ¿no deberías regresar a tu forma normal?" -

- "Eh… sí, ¡solo denme un momento!" - dijo Kagome mientras sacaba un uniforme y el frasco de agua envejecedora de su mochila.

- "Esta vez iré contigo. No podemos arriesgarnos a perderte de nuevo" - dijo Sango sonriendo. Kagome sonrió mientras asentía por respuesta, y ambas se levantaron y fueron a unos arbustos cercanos. Hubo un destello de luz blanca; y a los pocos instantes, Kagome y Sango regresaron. Kagome llevaba puesto su uniforme escolar y cargaba la ropa que había llevado en su forma de niña doblada en sus brazos. La guardó en su mochila luego de que hubieron vuelto.

- "Ahora es mi turno" - dijo Inuyasha emocionado. El sólo bebió el agua en ese mismo lugar y al instante siguiente volvió a ser el mismo de siempre.

- "Keh, ¿viste eso, lobo tonto?" - le dijo a Kouga - "¡No soy tan estúpido como pensabas!" -

- "¡Te equivocas, eres aún más estúpido de lo que pensé!" - le dijo Kouga para retarlo - "¡Pudiste regresar a la normalidad en cualquier momento, pero no lo hiciste!" -

- "¡Lo hice solo para que Kagome no se asustara, descerebrado!" - le respondió mientras saltaba hacia él.

- "¡Abajo!" - dijo Kagome. Se escucharon dos cuerpos azotarse contra el suelo, así como dos "Maldición..." dichos al mismo tiempo.

- "Eso es algo que no extrañaba de ti…" - le dijo Inuyasha débilmente.

- "Igual aquí..." - dijo Gerardo.

- "Perdonen, pero no creo que este sea un buen momento para pelearse…" - les dijo Kagome con algo de tristeza mientras Kouga sólo pestañeaba ante la escena.

Luego se giró para ver a Kikyou y a Kaede, la segunda mirándola algo asustada. Ninguna de las dos había dicho una palabra desde que las lecciones que Kikyou les estaba dando a Kaede y a Gabriela habían sido interrumpidas.

- "¿Ocurre algo malo?" - les preguntó Kagome con preocupación.

- "A mí no, pero Kaede…" - le dijo Kikyou mientras se giraba en dirección a su hermana.

- "¿Esa es tu verdadera apariencia?" - le preguntó Kaede con los ojos abiertos hasta el máximo.

- "Ehm… Sí, así soy en realidad" - le dijo Kagome algo abochornada - "No solo me sellaron la memoria, también me hicieron diez años más joven…" -

- "Te pareces mucho a mi hermana; y ahora que tus poderes ya no están sellados, diría que se equiparan perfectamente a los de ella" - dijo Kaede sorprendida, pero luego agachó la mirada - "Pero no entiendo... Las cosas de repente se ven tan distintas de como son siempre... Y mi hermana no parece tan llena de vida como antes…" -

- "Querida hermana, eso es por…" - le empezó a decir Kikyou. Las demás hicieron gestos para tratar de disuadirla de que le dijera a Kaede sobre como eran las cosas ahora, pero no pudieron hacer nada - "…porque ya no soy de este mundo…" -

Sopló una brisa helada a través de la explanada en la que estaban mientras el cielo se cubría de nubes oscuras.

(BGM: Hyuu no Kanashimi – Kow Ohtani)

- "¿Qué…? ¿Cómo…? ¿Qué quieres decir con eso, onee-sama?" - le preguntó Kaede temblando de terror.

- "Kikyou... Por favor, para..." - le suplicó Inuyasha. Él era el primero que estaba en contra de guardar secretos, pero pensó que algo de esta naturaleza sería demasiado díficil de soportar para Kaede. Los demás se asombraron al ver la dura frialdad con la que estaba tratando a su hermana, como si la muerte realmente le hubiese arrebatado la mayoría de sus emociones. Pero Kikyou solo continuó impasible, ignorando completamente las palabras de Inuyasha.

- "Yo morí hace 50 años, llevándome conmigo la Perla de Shikon a la otra vida y dejando a Inuyasha sellado en el Goshinboku" - dijo Kikyou tomando aire antes de proseguir su narración, vacía y carente de emociones al igual que su mirada - "Hasta hace poco, cuando Kagome llegó aquí a través del Pozo Devorador de Huesos, liberó a Inuyasha e hizo reaparecer la Perla, para después romperla en cientos de fragmentos. Poco después, una bruja me resucitó usando barro y huesos, junto con algunas almas extraídas de Kagome, para usarme como su sirviente. Sin embargo, su plan falló porque no tomó en cuenta mi fuerza de voluntad" -

- "Entonces… ¿Por qué no he… envejecido ni un poco desde ese día… onee-sama?" - le preguntó Kaede tan aterrada que ya estaba llorando. Los demás no podían hacer más que observar, y Kagome solo pudo poner sus manos sobre los hombros de Kaede para intentar consolarla. Ninguno de ellos podía siquiera imaginar cuan mal ella se estaba sintiendo al escuchar esta revelación.

- "¡Has vuelto a ser tan inocente que no te has dado cuenta!" - le dijo Kikyou mientras la señalaba - "¡No tienes en realidad diez años, sino sesenta! ¡La única razón por la que no recuerdas nada de eso y por la que eres una niña de nuevo es debido a una de las maldiciones de Naraku! ¡Esa apariencia que tienes ahora no es más que una mera ilusión!" -

- "No… no puede ser… ¡NOOO!" - gritó Kaede mientras se agarraba la cabeza con las manos. Parecía que iba a enloquecer a causa de esto, hasta que se desmayó en los brazos de Kagome, con los ojos llenos de lágrimas.

- "Kikyou, ¿¡por qué tuviste que hacer algo tan cruel como esto!?" - le dijo Gerardo lleno de furia - "¡Nadie sería capaz de soportar una revelación como esa!" -

- "Ella debía saber la verdad, por muy dura y cruel que fuera. Es lo mejor para ella…" - les dijo Kikyou dándose la vuelta - "Ahora que Kagome ha vuelto a ustedes y Kaede sabe la verdad, no puedo seguir con ustedes" -

(BGM: Mune no Himeta Omoi – Kaoru Wada)

- "¿Te vas a marchar?" - le preguntó Inuyasha en un tono de voz triste.

- "Perdóname, Inuyasha... pero es cierto: los vivos y los muertos no pueden permanecer juntos" - le dijo Kikyou mientras se elevaba en el aire con sus Shinidamachuu, y cuando se giró de nuevo para verlos a todos una última vez antes de partir, todos vieron con mucha claridad que estaba llorando y su tono frío de voz estaba quebrándose como un cristal - "Solo permaneceré en este mundo para ayudarte en tu batalla con Naraku... Y por favor, no mueras hasta que hayas cumplido tus metas... No soportaría verte en la otra vida lamentándote por haber dejado algo pendiente... Y por favor... dile a Kaede... que lamento mucho todo esto…" -

A los pocos instantes, se alejó tanto que desapareció de sus ojos.

(Fin del Capítulo)


(Ending: Every Heart - BoA)