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A todos, quiero darles la bienvenida a mi humilde blog, el cual está dedicado a mi vida, al animé, a los videojuegos, y especialmente, a EXA_PICO. Aquí podrán ver las traducciones de letras de canciones que he hecho, y en el dado caso que no tenga la traducción que buscan, por favor vayan al foro Ar tonelico: A Reyvateil's Melody, ya que allí están todas las traducciones que podrían necesitar, junto con una gran cantidad de información sobre el mundo de EXA_PICO y sus conlangs.

¡Espero que se la pasen bien leyendo este blog!

Everyone, welcome to my humble blog, dedicated to my life, anime, videogames, and especially, to EXA_PICO. Here you all can see the translations for song lyrics I have done thus far, and if I don't have the translations you're looking for, please go to the Ar tonelico: A Reyvateil's Melody forum, since in both of these there are all of the translations you may need, together with a great quantity of information about EXA_PICO's world and its conlangs.
I hope you all have a good time reading this blog!


jueves, 11 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 4

Capítulo 4:

El Regreso de Dos Viejos Amigos


(Opening: Change the World)

Cuando Inuyasha y Kagome llegaron al otro lado del portal, se cerró tras ellos, pero ambos se encontraron con la agradable sorpresa de que habían llegado al lugar donde todos estaban almorzando. Miroku, Sango y Shippou se acercaron de inmediato a recibirlos, pero Gerardo y Gabriela se quedaron un poco apartados, aunque trataron de verlos de lejos. Desde luego, estaban con los ojos como platos por las vestimentas que cargaban Inuyasha y Kagome; y porque Kagome era una niña.

- "¡Inuyasha! ¡Kagome!" - gritó Shippou acercándose a ellos con Sango y Miroku, pero entonces se detuvieron al verlos, sorprendidos porque Kagome estaba rejuvenecida de nuevo y tanto ella como Inuyasha llevaban ropas que eran muy extrañas para ellos.

- "Kagome, ¿qué te pasó?" - le preguntó Sango - "¿Y por qué llevan esas ropas tan raras?" -

- "Bueno, es una larga historia..." - comenzó Kagome, pero Inuyasha la interrumpió.

- "¿Y quiénes son esos dos?" - dijo acercándose a Gerardo y Gabriela, pero se enfureció de inmediato debido a que Gerardo llevaba puesta su ropa y cargaba su preciada espada - "¿Qué crees que haces con mi espada y mi ropa, chico?"-

- "¡Oye, esto lo llevaba puesto cuando llegamos a este mundo!" - le dijo Gerardo - "Y de todas formas pensaba devolvértelos, pero... ¿Por qué llevas puesto mi uniforme de escuela?" -

- "¡Porque tuve que ir a esa escuela tuya; y tus amigos intentaron hacerme algo desagradable allí!" - gritó Inuyasha.

Gerardo sólo suspiró con irritación y decepción:

- "Qué bien... tanto que quería conocerte a ti y a los demás; y resulta que eres más desagradable en persona. Y antes de que digas nada, no estoy hablando de lo que tú crees" - añadió viendo la cara que Inuyasha acababa de poner y como abría la boca para replicar - "Me refiero a tu pésimo carácter" -

- "¡Inuyasha... ABAJO!" - gritó Kagome furiosa por su falta de modales, pero eso le terminó pegando al blanco equivocado, porque fue Gerardo el que cayó al suelo - "¿Q-Qué pasó aquí?" -

- "Es porque yo soy el que tiene el rosario ahora; y mi hermana ha estado abusando de esa palabrita..." - dijo Gerardo enfadado mientras se levantaba y se sacudía el polvo de la ropa.

- "Perdona... Es que se me había olvidado que Inuyasha ya no lo llevaba" - le dijo Kagome algo entristecida.

- "No, no te preocupes"- dijo Gerardo, luego se volteó hacia Inuyasha - "Inuyasha, ¿será que podemos ir un momento a otro sitio para cambiarnos de ropa? Y así aprovecho para devolverte a Tessaiga" -

- "¡Keh! ¡Como sea!"- dijo mientras lo seguía hacia unos matorrales cercanos.

Volvieron al cabo de unos minutos, con Inuyasha de nuevo cargando a Tessaiga en la cintura y llevando puesto su kimono rojo; y Gerardo llevando puesto su uniforme de escuela normal. Sin embargo, Gerardo seguía cargando el rosario encima; y sin importar cuanto halase, sus intentos de quitárselo eran en vano.

- "Qué bien: ahora estoy atascado con esta cosa; y sufriré las consecuencias si Kagome o Gabriela dicen 'Abajo'" - dijo con desagrado cuando volvieron con los demás.

- "Hmm, creo que podría intentar quitártelo" - dijo Kagome.

- ¡Por favor! ¡Realmente no quiero seguir llevándolo!" - dijo Gerardo, lo cual hizo reír a Inuyasha.

- "Y no creas que vas a seguir andando por allí sin él por mucho tiempo, Inuyasha" - dijo Kagome con una cara nada impresionada, lo cual le puso fin a su risa y lo hizo mostrar una expresión aterrorizada. Kagome luego se acercó hasta Gerardo, el cual se inclinó para que ella pudiera alcanzar su cuello, pero en cuanto las manos de Kagome tocaron el rosario, empezó a brillar y soltó varias luces, las cuales fueron hasta el cuello de Inuyasha y se colocaron a su alrededor, formando un segundo rosario.

- "¡No, maldición!" - dijo Gerardo tratando de quitárselo, pero el rosario aún tenía su poder; y por lo visto, Inuyasha estaba en el mismo predicamento: el otro rosario también tenía los mismos poderes y no salía de su cuello por más que intentase arrancárselo - "Rayos... Y para empeorar las cosas, estoy seguro de que aún funciona..." -

- "¡Abajo!" - gritó Gabriela, lo cual hizo que tanto Inuyasha como Gerardo cayeran al suelo.

- "¿¡POR QUÉ HICISTE ESO!?" - gritaron ambos con furia al mismo tiempo.

- "Es solo que quería saber si Gerar tenía razón..."- dijo Gabriela con una cara que mostraba que estaba a punto de empezar a llorar.

- "Ya, ya, no le griten" - dijo Kagome con voz severa -"Pero esto es raro... No soy la única que puede hacer funcionar el rosario ahora... Pero, ¿todavía funcionará conmigo?" -

- "¡Ni lo intentes, por favor!" - dijo Gerardo con voz trágica, pero no sirvió de nada.

- "¡Abajo!" - dijo Kagome; y otra vez ambos cayeron al suelo - "Uh... lo siento, parece que aún me responden..." -

- "Bueno, por lo menos hay alguien más aquí que sabe lo que sufro"- dijo Inuyasha mirando desagradablemente a Gerardo mientras ambos se ponían en pie.

- "Sí... Y alguien que también logró derrotar a Sesshomaru sin ayuda de nadie..." - dijo Gerardo en voz baja mientras le lanzaba una mirada gélida, pero los oídos hipersensibles de Inuyasha captaron lo que dijo.

-"¡No pudiste haber vencido a Sesshomaru! ¡Mentiroso!" - dijo Inuyasha mientras caminaba hacia él y lo sujetaba de la camisa.

- "Inuyasha, es verdad..." - dijo Sango mientra iba e intentaba calmarlo.

- "¿¡Qué!" - dijo Inuyasha espantado mientras soltaba a Gerardo y miraba hacia Sango.

- "Sango tiene razón,"- dijo Miroku - "Gerardo peleó contra Sesshomaru para proteger a su hermana: él usó unos extraños poderes que nunca antes habíamos visto; y además de que derrotó a Sesshomaru, casi lo mató" -

- "¿Sesshomaru está muerto?" - preguntó Kagome con preocupación.

- "No," - dijo Shippou - "después de que lo venció, Gerardo le tuvo lástima; y su hermana usó una extraña pero muy bonita canción para sanarlo por completo" -

- "¿¡Qué dijiste!?" - gritó Inuyasha; y luego se volteó hacia Gerardo -"¡Idiota! ¿¡Por qué no lo dejaste morir! ? ¿¡Por qué no evitaste que ella lo curara!? ¿¡Olvidaste que trató de matarlos a los dos!?" -

- "Sí... lo sé muy bien..." - dijo Gerardo mirando a Inuyasha directo a los ojos, mostrando una gran determinación - "Pero no lo maté porque no me gustan las muertes innecesarias, porque aún tienes una cuenta pendiente con él... Y porque sentí pena por Rin, ya que no quiero pensar en que le pasaría si Sesshomaru muriera" -

Todo esto hizo que Inuyasha se callase; y sólo se volteó resoplando como un niño malcriado.

- "Em..." - dijo Kagome - "¿Creo que no nos hemos presentado verdad?" -

- "Eh, cierto... Disculpa mis malos modales..." - dijo Gerardo avergonzado mientras caminaba hacia el lado de Gabriela - "Yo soy Gerardo y ella es mi hermana Gabriela" -

Entonces ambos se inclinaron ante ella.

- "¡Hehe, eres bastante linda!"- dijo Kagome mientras miraba a Gabriela, lo cual la hizo sonrojarse y sonreírle - "Creo que me habría gustado tener una hermana pequeña como tú" -

- "Hihi, gracias, ¡pero es bastante raro ver a alguien que se ve de mi misma edad actuando como una hermana mayor!" - dijo Gabriela entre risitas - "¿Y no deberíamos irnos a cambiar de ropas también? Estoy algo cansada de ir por ahí sin zapatos..." -

- "Ah, está bien, sé como te sientes. Vayamos a los matorrales entonces"- le respondió Kagome, pero antes de continuar, se volteó hacia los demás - "¡Y no vayan a espiarnos!" -

- "Por mí no hay problema, pero cuida bien de ella mientras tanto" - le dijo Gerardo a Kagome mientras sacaba de su mochila otro de sus uniformes y una botella llena de un líquido azul. Luego se fue con Gabriela hacia el mismo matorral donde se habían metido Inuyasha y Gerardo minutos antes.

Todos los demás se se quedaron sentados observando hacia donde ellas se habían metido y en ese tiempo no ocurrió nada importante, a menos que se cuente como tal que Miroku iba a ir hacia el matorral con la excusa de "ver si estaban bien", pero unas miradas asesinas de parte de Gerardo, Sango e Inuyasha lo hicieron cambiar de parecer. Finalmente vieron un destello de luz blanca; y unos minutos después, Gabriela y Kagome regresaron con ellos, ambas vestidas con sus respectivos uniformes y con Kagome de regreso a su edad real.

-"Así que, ¿ustedes son los hijos de la Sra. Gallucci?"- les preguntó Kagome cuando ella y Gabriela habían llegado hasta donde estaban los demás y se habían sentado.

- "¿Conoces a nuestra madre?" - le preguntó Gerardo mientras él y Gabriela mostraba la sorpresa en sus rostros.

- "Sí, ella fue quien nos ofreció el que nos quedáramos en su casa," - respondió Kagome con una sonrisa -"Es una gran persona" -

- "¿Y mi padre no se opuso a ello?" - preguntó Gerardo sorprendido, pues su padre no era nada permisivo con los extraños.

- "Bueno... Realmente tuvimos dificultades con ello..." - dijo Kagome mientras trataba de explicarse, pero Inuyasha decidió interrumpirla y continuar él mismo la explicación.

- "Una cartas raras aparecieron de la nada que nos hicieron "estudiantes de intercambio" en su mundo; y aunque tu papá estuvo gritando por un buen rato porque se fueron sin decirle nada, lo aceptó a la final" - dijo Inuyasha.

- "Un segundo... ¿estudiantes de intercambio? ¿¡Así qué estuviste en mi escuela!?" - preguntó Gerardo espantado -"¿Y no hubo ningún examen ese día? ¿Cómo hiciste con mis compañeros de clase? ¿Y con mis amigos?"-

- "¡Whoa, cálmate!" - dijo Inuyasha, anonadado por el aluvión de preguntas - "No hubo ninguna de esas pruebas, a tus compañeros los tuve que soportar; y tus amigos, se enteraron de quien era yo pero no pasó nada grave" -

- "¡Uf! Por lo menos eso es un alivio" - dijo Gerardo mientras cerraba los ojos con una sonrisa.

- "¿Te preocupas mucho por tus calificaciones?" - le preguntó Kagome con interés.

-"Sí, pero no tanto como en años anteriores: estoy en último año de preparatoria y en mi país, las calificaciones no importan para entrar a la universidad cuando llegas a ese nivel"- respondió Gerardo.

- "¡Keh! No sé porque se preocupan tanto por eso..."- dijo Inuyasha, consiguiendo miradas de enfado de parte de ambos.

- "Más bien, mi mayor problema es que tengo mucha dificultad para socializar; y todo porque desde que mudé de mi pueblo natal, siempre me han molestado en las escuelas donde estuvé..." - dijo Gerardo con tristeza.

- "P-Pero... ¿Por qué?" - le preguntó Kagome extrañada.

- "Por mis gustos y porque venía de otra ciudad"- dijo Gerardo mirando al suelo.

- "Discriminado por ser diferente, ¿verdad?" - dijo Kagome pensativamente -"He visto algo de eso en mi propia escuela... Al igual que también es lo mismo que le pasó a Inuyasha..."-

-"¡Keh! ¡No creo que él sepa de esa clase de sufrimiento!"- dijo Inuyasha mordazmente.

- "Mientras no lo entiendo al mismo nivel que tú por no haber experimentado tu vida, he pasado por algo similar, así que sí siento ese dolor. Por eso me identifiqué con tus problemas cuando me enteré de tu pasado" - dijo Gerardo - "Pero como ya dije, mi sufrimiento no es nada comparado con el tuyo" -

- "Y eso me recuerda... Fue toda una sorpresa para nosotros que somos personajes de una serie de animé en tu mundo"- dijo Kagome sonriendo para cambiar el tema de la conversación a algo menos deprimente.

- "Eh... sí..." - dijo Gerardo sonrojándose - "Me imagino que habrán visto todas las cosas que tengo relacionadas al animé, ¿no?" -

- "Sí. Nuestras aventuras te parecen muy interesantes según veo" - dijo Kagome mientras cerraba los ojos.

- "Y no sólo a mí: a muchas personas también les encanta su serie" - contestó Gerardo.

- "Sí, con los romances y peleas, y partes cómicas" - dijo Gabriela haciendo que ambas parejas-en-progreso se sonrojasen al escuchar lo primero que dijo - "¡También me gusta mucho!" -

- "Y por cierto... ¿De qué país son ustedes?" - preguntó Kagome - "Nuestros mundos parecen ser casi iguales, así que..."-

- "Nosotros somos de un país de Sudamérica llamado Venezuela" - contestó Gerardo.

- "Ah, ¡cierto, como estaba escrito en las cartas! Ahora veo porque sus costumbres son tan diferentes de las nuestras," - respondió Kagome emocionada mientras daba una palmada - "La verdad es que siempre había querido viajar al extranjero..." -

- "Y yo siempre había soñado con viajar a Japón," - dijo Gerardo sonriendo - "Creo que a ambos se nos cumplieron nuestros deseos, aunque de un modo un tanto inusual..." -

- "Por cierto, Kagome, ¿cómo estuvo mi escuela?" - preguntó Gabriela con una sonrisa - "Como eres mucho más grande que yo y me llevas tantos años, pienso que fue muy aburrido para ti" -

- "No te equivocas con eso, Gabriela" - dijo Kagome sonriendo.

- "Hehe, llámame Gaby o Gabu, o como prefieras" - dijo Gabriela entre risitas - "Es sólo que no me gustan que otros me llamen por mi nombre completo... Me hace pensar que me van a regañar..." -

- "Sí, es porque eso es lo que mis padres y yo hacemos cuando necesitamos que se comporte..." - dijo Gerardo mirando hacia abajo.

- "Está bien, Gaby-chan" - dijo Kagome, ante lo cual Gabriela sonrió - "Sí, fue muy aburrido, ya que terminar lanzada siete años hacia atrás en la escuela no tiene nada de divertido cuando ya sabes todo lo que están enseñando" -

- "¿Mi maestra no dijo nada sobre eso?" - preguntó Gabriela alzando una ceja.

- "No. Aunque tuve que fingir que no sabía lo que la maestra estaba enseñando para no llamar la atención" - dijo Kagome - "Pero sí tuve algunas sorpresas y algo de diversión con tus amigos durante el recreo, jugando a nuestras aventuras" -

- "Ehehe, ¡creo que Maria fue la que te llamó para que jugases con ellos!" - dijo Gabriela entre risitas.

- "Debió ser toda una experiencia jugar a que eras tú misma" - dijo Gerardo riendo ante cuan raro sonaba todo esto.

- "Tú lo has dicho, Gerardo-kun," - asintió Kagome antes de dirigirse de nuevo a Gabriela - "Aunque dicho esto, ¿acaso... es Kikyou tu personaje favorito?" -

- "¡Sí, si lo es!" - dijo Gabriela mientras Inuyasha parpadeaba ante su respuesta y los otros tres quedaban lívidos ante esto - "Realmente la admiro por ser una miko, y por lo calmada y racional que es... y... y..." -

- "Ya veo. Creo es por eso que Maria-chan me ofreció su rol" - dijo Kagome con una sonrisa entristecida.

- "Perdona que Gaby la prefiera a ella, Kagome" - dijo Gerardo suspirando con algo de tristeza.

- "No te preocupes. Todos tienen sus propios gustos, ¿no?" - djo Kagome animándose un poco.

- "Aún así, ¡también eres una protagonista cool! Pero..." - comenzó Gabriela.

Sin embargo, su conversación se vió interrumpida debido a algo: una fuerte luz brilló enfrente de ellos, cegándolos por unos segundos; y cuando sus ojos se habían ajustado a la luz lo suficiente, notaron que un enorme edificio estaba emergiendo ante ellos. Estaba totalmente construido en mármol blanco, tenía forma hexagonal, con una piedra de color en cada una de las puntas del hexágono, y a cada lado de la entrada, estaban dos enormes estatuas con forma de dragón, la cual era una gran abertura cuadrada con puertas dobles. Encima de la entrada y sobre las puertas, estaba inscrito un símbolo: un hexágono rodeado por dos círculos, el cual tenía todas sus puntas interconectadas, tenía tres puntos interconectados entre los dos círculos exteriores formando un triángulo y tenía otro triángulo formado por tres puntos cerca de su centro.

Todo el grupo se quedó maravillado y continuó observando la impresionante estructura.

- "¡Vaya edificio, nunca había visto nada así!" - dijo Miroku.

- "¡Es cierto, es realmente hermoso!" - dijo Sango.

- "¡Es increíble! ¡Ni en mi época tenemos edificios así!"- dijo Kagome.

- "Me pregunto para que será..."- dijo Shippou.

- "Hmm, que edificio tan raro..." - dijo Inuyasha.

- "¡Es tan bonito!" - dijo Gabriela.

- "Realmente es una estructura hermosa... Pero tengo la sensación de que sé que es..." - dijo Gerardo, mostrando una rara sonrisa.

- "¿Hablas en serio?" - dijo Inuyasha extrañado mientras todos se giraban para mirar a Gerardo.

- "Sí, pero no estoy del todo seguro..." - dijo el cruzándose de brazos.

Una esfera de luz azul salió del edificio y se dirigió a ellos. Cuando estuvo lo bastante cerca, tomó la forma de un dragón azul brillante, el cual tenía un aspecto calmado y sabio.

- "Bienvenidos sean todos" - dijo el dragón - "Ahora, entren al templo, por favor" -

- "¿Nos estas invitando a pasar?" - preguntó Kagome.

- "Sí. Todos ustedes, entren por favor" - dijo el dragón antes de desvanecerse en el aire.

- "Creo que será mejor que le hagamos caso" - dijo Gabriela.

- "¿Están seguros de que podemos confiar en él?" - preguntó Inuyasha con voz cautelosa, e incluso había puesto una mano sobre el pomo de Tessaiga.

- "Sí, tengo un buen presentimiento de este lugar" - dijo Gerardo sonriendo - "Además, creo que la voz que me dijo lo que debía hacer para usar esos poderes era la de ese dragón..." -

- "¿¡Hablas en serio!?" - preguntó Miroku. Gerardo sólo asintió ante las miradas de todos.

Y luego entraron al templo.

(Fin del Capítulo)


(Ending: Fukai Mori)

miércoles, 10 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 3

Capítulo 3:
Una Dura Batalla

(Opening: Owaranai Yume)

El extraño resultó ser ni más ni menos que Sesshomaru.

- "¡Urgh, que bien! ¡Justo lo que nos faltaba!" - gritó Gerardo enfadado -"¡Que Lord Fluffy viniera hasta donde estamos nosotros!"-

Todos se quedaron confundidos cuando dijo eso, excepto por Gabriela, la cual estaba revolcándose en el suelo mientras se partía de risa.

- "¿Quién es Fluffy?" - preguntó Shippou.

- "Es como le llaman a Sesshomaru algunas personas en mi mundo. Significa 'peludín' en otro idioma; y digamos que realmente tiene muchos seguidores, en especial chicas" - dijo Gerardo con una mueca que mostraba que también quería reírse.

Los demás comprendieron con esto que pasaba y empezaron a reírse a carcajadas. Sin embargo, su diversión llegó a su fin cuando Sesshomaru llegó hasta donde estaban.

- 'Maldita sea' - pensó Sesshomaru mientras miraba a la cosa peluda que cargaba sobre su hombro; y le habló a Gerardo - "Humano, ¿cómo me acabas de llamar? ¿Y por qué cargas tú a Tessaiga y las ropas de ese tonto inútil de Inuyasha?"-

- "¡Eso no es asunto tuyo!" - dijo Gerardo con mucho más valor del que sentía en realidad: comenzó a temblar porque sabía perfectamente que Sesshomaru era capaz de matarlos a todos si quisiese - "Y de todas formas, ¿¡para qué quieres a Tessaiga, si ni siquiera puedes sujetarla!? ¿¡No tienes ya suficiente con Tokijin!?" -

- "Eso no es de tu incumbencia, humano... ¡Ahora entrégame esa espada!" - dijo Sesshomaru.

- "¡Tendrás que quitármela por la fuerza!" - gritó Gerardo, lo cual fue un grave error.

-"Cumpliré con tus deseos entonces. Eres tan idiota como Inuyasha..."- dijo mientras corría hacia él envuelto en un aura negra.

Gerardo desenfundó a Tessaiga y la clavó en el suelo mientras la sujetaba con tanta fuerza como podía.

- '¡Vamos, por favor! ¡Si no te vas a transformar, al menos crea una barrera o algo así!' - pensó asustado.

A los pocos segundos, Sesshomaru fue repelido por una barrera transparente que se había formado hacía solo un instante.

- "Hmph, así que usando la barrera de la espada para protegerte..."- dijo Sesshomaru para luego comenzar a atacar la barrera con su espada.

- '¡Mierda! La barrera no aguantará mucho tiempo así... ¿¡Qué se supone que haga!?' - pensó Gerardo desesperado; y con el próximo golpe de la espada de Sesshomaru, la barrera se rompió.

- "Este es tu fin" - dijo Sesshomaru mientras usaba sus garras para soltarle un chorro de veneno verde a Gerardo mientras éste ponía sus brazos delante de sí para protegerse. Sin embargo, aunque esto mató y marchitó a todas las plantas a su alrededor al punto de que las redujo a cenizas, no tuvo efecto alguno en Gerardo.

- "Vaya que tengo suerte..." - dijo respirando aceleradamente mientras veía que la ropa que llevaba puesta meramente despedía algo de veneno pero no tenía ningún daño visible - "Si no fuera por la tela de estas ropas, ahora mismo estaría muerto" -

- "Si mis garras y veneno no pueden acabar contigo," - empezó a decir Sesshomaru mientras desenfundaba a Tokijin -"¡entonces será mi espada la que te elimine!"-

Luego empezó a atacarlo. Gerardo tomó a Tessaiga de nuevo y comenzó a usarla para bloquear los ataques de Sesshomaru, aunque a duras penas, porque entre Tessaiga atascada en su forma oxidada y la velocidad a la que Sesshomaru lo atacaba, no podía hacer mucho más que eso. Al final, Sesshomaru lo golpeó en la mano con la que sujetaba a Tessaiga, desarmándolo mientras la espada salía volando de sus manos y se clavaba en el suelo detrás de él. Luego, Sesshomaru golpeó a Gerardo con el puño en la cara, haciéndolo caer sobre su espalda al lado de donde la espada se había clavado al caer.

-"Sí no me entregas esa espada ahora,"- dijo Sesshomaru mientras se acercaba al resto del grupo - "entonces los mataré a todos" -

-"¡No te atreverías!"- gritó Gerardo mientras comenzaba a sudar.

- "Mira por ti mismo" - le dijo Sesshomaru; apuntándole a Gabriela, la cual se había quedado inmóvil por el miedo.

- 'No me importa que esta mocosa sea como Rin. Sólo tengo la sensación de que si no la elimino ahora, lo lamentaré mucho después. Además, como Rin no está cerca, no habrá razón para que empiece a temerme' - pensó Sesshomaru para luego dirigirle una sonrisa malévola a Gerardo -"Creo que esta niña significa mucho para ti..."-

- "¡No te atrevas a tocarla!"- dijo Sango mientras ella, Miroku y Shippou se ponían entre él y Gabriela.

- "¡Estás loco! ¿¡Como puedes pensar siquiera en matarla!?" - chilló Shippou.

- "¿¡Has perdido el juicio, Sesshomaru!?" - dijo Miroku agarrando su shakujou fuertemente con ambas manos.

- "No interfieran..."- dijo Sesshomaru. Luego se movió tan rápidamente que parecía estarse teletransportando y los golpeó de un modo que los dejo inconscientes. Luego comenzó a caminar lentamente hacia Gabriela, como si quisiese saborear cada segundo de la atrocidad que estaba por cometer.

-"¡No! ¡Sango! ¡Shippou! ¡Miroku!"- gritó Gerardo espantad -"Sesshomaru, ¡deja a mi hermana menor fuera de esto!"-

-"Ah, ¿así que es tu hermana?"- dijo Sesshomaru girando la cabeza para mirarlo con repulsión -"Esto lo hace aún mejor. Será entonces más satisfactorio para mí el matarla..."-

-"¡Maldición!"- dijo Gerardo mirando hacia el suelo mientras se agarraba la cabeza con las manos desesperado -"No puedo hacer nada... No puedo hacer que Tessaiga se transforme... Y no tengo ningún poder que pueda usar para salvarla..." -

Golpeó el suelo con el puño. Trató de ponerle una mano encima a la espada a ver si algo ocurría, pero no hubo efecto alguno. Sin embargo, después de que lo hizo, Gerardo escuchó una extraña voz resonando en su cabeza...

- "Finalmente te he hallado..." -

- "¿Qué?" - le respondió a la voz - "¿Quién es?" -

- "Eres uno de los Elegidos... Úsalo..." -

- "'¿Elegidos...? ¿Qué se supone que use...?"-

- "Hazlo ahora... o ella morirá, al igual que tú..." - dijo la voz. Entonces, Gerardo sintió como si algo estuviese entrando en su mente, se puso en pie, puso sus manos sobre su pecho, cerró los ojos; y empezó a pronunciar palabras en un idioma que nunca antes había hablado o siquiera escuchado.

-"Zyacc Zattyac Oschmere Iadlast Kiabze Pawatz Zosph, Phaph Myya Zosph Phiaphz Ical!" -

Su cuerpo comenzó a brillar en un azul brillante, y cuando la luz desapareció, se encontró vestido con una armadura de caballero metálica azul brillante con bordes grises, cuyo casco tenía forma de cabeza de dragón y tenía un par de alas saliéndole de la espalda. El peto estaba decorado con una placa circular que llevaba grabada una gota de agua azul. Además, una espada y un escudo hechos de hierro también habían aparecido en sus manos.

-"No... no puedo... creerlo..."- dijo mientras miraba hacia abajo para contemplarse a sí mismo.

-"Hmph, parece que tienes algunas habilidades que no conocía, pero eso no cambiará el resultado final de esto" - dijo Sesshomaru mientras le daba la espalda a Gabriela y corría a toda velocidad hacia Gerardo para atacarlo con Tokijin. Gerardo lo bloqueó con el escudo para luego devolverle el golpe, el cual Sesshomaru esquivó. Y así continuaron por un buen rato: ambos esquivando los mandobles del contrario mientras esperaban un descuido por parte del otro para atacar. En eso, Gerardo bloqueó con el escudo dos mandobles que Sesshomaru le había dado, pero resultó ser una treta...

- "Es hora de ponerle fin a esto..."- dijo Sesshomaru en tono de burla mientras aparecía detrás de él, arrojándole un rayo de energía con Tokijin en la espalda. Gerardo gritó por el dolor y puso la mano sobre el lugar donde lo había golpeado.

- "Hmph, tal parece que esa extraña armadura tuya no ofrece mucha protección" - le dijo Sesshomaru en tono de burla mientras levantaba su espada para dar el golpe final, pero entonces...

- "Nyarr Nyulase Biellecce Zosph Uira Pawatz, Oli Kialrazz Zosph Eoulzz Ical! Water Cannon!" - gritó Gerardo abriendo las alas de su armadura para alzar vuelo, distrayendo a Sesshomaru brevemente con la sacudida de viento que eso provocó. Luego, clavo la espada que él llevaba en el centro de la parte trasera del escudo. Ambos comenzaron a absorber energía, y pocos segundos después, le arrojó un rayo azul con forma de cabeza de dragón a Sesshomaru.

Sesshomaru recibió algunos daños por ese ataque, pero lo peor para él fue que Gerardo vino siguiendo la trayectoria del rayo; y aprovechando que él había estado distraído por su luminosidad, lo desarmó golpeándole la mano y lo apuñaló con su propia espada en el abdomen: aparentemente la espada seguía cargada de energía y por eso pudo atravesar su armadura fácilmente. Sesshomaru cayó al suelo de espaldas, ya sin el aura negra, mientras que Gerardo retiró la espada, se apartó de él un poco para bajar al suelo de nuevo y cayó de rodillas.

- "Tal parece... que he ganado" - dijo mientras jadeaba de cansancio y miraba lo que había hecho. Gabriela vino caminando hasta él algo asustada.

-"¿Gaby, te encuentras bien?"- le preguntó a su hermana.

-"Sí, Gerar, pero... ¡estuviste increíble!"- le dijo Gabriela sonriendo con emoción.

En eso se despertaron los demás; y cuando vieron la situación actual: Gabriela a salvo, Sesshomaru inconsciente con una gran herida sangrante y Gerardo portando la armadura de dragón, se quedaron con la boca abierta por el asombro.

- ¿Están todos bien?" - preguntó Gerardo.

-"Sí, pero... ¿Cómo hiciste eso?"- le preguntó Miroku, el cual aún no daba crédito a sus ojos.

- "Realmente no tengo idea" - contestó Gerardo. Al instante siguiete, la espada y el escudo empezaron a agrietarse ante el asombro de todos y se quebraron como si fueran de vidrio. Luego, la armadura completa que él llevaba también se agrietó y rompió, y los fragmentos de todos esos objetos se desvanecieron, como si nunca hubiesen existido. Sin embargo, esto también hizo que la herida y los moretones que le hizo Sesshomaru desaparecieran: aparentemente este evento se los había curado.

- "Sea lo que sea que hayas hecho, no duró mucho tiempo" - dijo Shippou mientras lo miraba con curiosidad.

- "Parece que tienes algún poder oculto en tu interior" - dijo Sango mientras lo veía con interés. - "Aunque es muy extraño..." -

- "Lo sé, y al parecer lo hice hablando en un idioma que ni siquiera conozco, ya que no recuerdo que fue lo que dije cuando invoqué esa armadura y usé un ataque de energía contra él" - dijo Gerardo mientras se sentaba en el suelo para descansar un poco - "Solo sé que escuche una voz en mi cabeza diciéndome que pronunciase esas palabras..." -

- "De cualquier modo, no parece que vayamos a saber más sobre ello de momento. ¿Y qué deberíamos hacer con él?"- interrumpió Miroku mientras examinaba a Sesshomaru.

- "Creo que deberíamos ayudarle"- dijo Gerardo, mirándolo con lástima -"Si no hacemos algo, seguramente morirá..."-

- "¡Pero él es un youkai; y además, estuvo a punto de matarnos!"- protestó Sango.

- "Y muchas veces si recuerdo correctamente... pero de todas formas, nunca me ha gustado ver morir a alguien, sin importar cual sea su especie. Además estoy seguro que esto sería terrible para Rin.." - contestó Gerardo con una cara de tristeza mientras se levantaba y caminaba hacia Sesshomaru - "Hmm... pero me pregunto que podemos hacer... no soy el dueño de Tenseiga y no tenemos un medio para sanar a alguien al borde de la muerte..." -

- "Gerar..."- dijo Gabriela acercándose a ellos -"Quiero... debo cantar..."-

- "¿Cómo se te ocurre hacer algo así en un momento como este?" - le dijo en un tono que indicaba que este no era el momento para estar cantando.

Sin embargo, Gabriela juntó sus manos en frente de su corazón, cerró los ojos y abrió la boca...

-"Ist Altyyaok Shuxuarara Illyusea Phaph Zyoskz Biousakatse Ical. Ist Altyyaok Shuxuarara Phaph Kluceia Biousakatse Ical... Healing Light..." - mientras cantaba, la ropa de Gabriela fue reemplazada con un hermoso atuendo blanco y plateado similar a un kimono, lleno de bordados plateados en el cuello y las mangas, mientras aparecían zapatillas blancas en sus pies y mallas blancas en sus piernas. Una suave luz blanca empezó a irradiar de ella y se esparció por todo el cuerpo de Sesshomaru, sanando sus heridas. Cuando terminó de cantar, la luz y la ropa se desvanecieron, dejándola vestida de nuevo con el kosode que Kaede le había dado, también quedando descalza por la desaparición de las mallas y las zapatillas.

Cuando vieron que Sesshomaru estaba despertando, le dieron la espalda y se alejaron de él.

- "Espera un momento, humano..." - dijo Sesshomaru después de que ya se había puesto en pie y había metido a Tokijin en su cinto.

- "¿Qué quieres ahora?" - le preguntó Gerardo, copiando el tono de voz y la mirada de Sesshomaru.

- "¿Qué razón tuviste para perdonarme la vida?" - le preguntó Sesshomaru inmutable.

- "Mi única razón es que no me gustan las muertes innecesarias" - le dijo Gerardo.

- "Ya veo... Sólo puedo decir que estoy en deuda contigo"- dijo Sesshomaru dándose la vuelta. -"Tal vez nos volvamos a ver en otro momento... Pero antes de irme, dime tu nombre..."-

- "Yo soy Gerardo" - le dijo Gerardo.

- "Muy bien... lo recordaré" - dijo Sesshomaru mientras empezaba a caminar en dirección contraria a ellos.

Un rato más tarde, todo el grupo estaba sentado sobre el pasto preparándose para almorzar.

- "Bueno, debo admitir que estoy impresionada" - dijo Sango cuando Gerardo les terminó de relatar su batalla con Sesshomaru, pues ellos querían saber que había pasado exactamente - "Nunca has tenido entrenamiento de ninguna clase; ¡y aun así lograste derrotar a Sesshomaru!" -

- "En realidad, si tomé clases de karate hace tiempo" - dijo Gerardo ruborizándose - "Además, sólo tuve suerte... si no fuera por esos extraños poderes..." -

- "Tal vez, pero aún así mostraste suficiente astucia para tomarlo por sorpresa" - lo interrumpió Miroku - "Inuyasha podría aprender una o dos cosas sobre estrategias de combate de ti" -

- "Vamos, no es para tanto" - dijo Gerardo con una cara tan roja como un tomate maduro - "Así que, ¿qué comeremos?" -

- "Bueno, yo tengo algo de comida por aquí..." - dijo Miroku mientras sacaba algo de comida de una bolsa - "Aquí tienen, espero que les guste" -

- 'Y ya me imagino de donde la sacaste' - pensó Gerardo girando los ojos.

Sacó cinco platos llenos de arroz hasta el borde y un par de ohashi para cada uno de ellos.

- "Bueno, no tengo problemas con el arroz, pero..." - dijo Gerardo mientras trataba de usar los ohashi para comer, pero no pudo agarrar ni un solo grano. Suspiró exasperado - "Como pueden ver, soy decente con el manejo de la espada, pero soy un fracaso cuando se trata de usar los ohashi para comer" -

- "Ah, supongo que no los usan mucho en occidente, ¿cierto? Está bien, dejénme ayudarles un poco"- dijo Sango yendo a enseñarle a él como se usaban. Hizo lo propio con Gabriela, la cual se las arregló para aprender más rápidamente que su hermano; y aunque se demoraron un rato antes de poder comer, finalmente pudieron hacerlo.

- "¿Por cierto, que fue todo eso con Sesshomaru?" - preguntó Miroku un poco confundido.

- "¿Qué cosa?" - preguntó Gerardo mientras metía un bocado de arroz en su boca.

- "Eso de que no quiso seguir peleando después de que Gabriela lo salvó" - dijo Miroku.

- "Bueno, parece que no quiere deshonrarse a sí mismo tratando de matar a quiénes le salvaron la vida"- respondió Gerardo tranquilamente, como si no le importara.

- "Pero vaya que tienes una personalidad complicada" - dijo Sango - "En ocasiones te estabas comportando tal y como se comporta Inuyasha en una batalla, pero cuando estabas hablando con Sesshomaru se iba, te estabas comportando como él" -

- "Hehe, bueno, me han dicho que mi personalidad tiene trazas de ambos"- dijo Gerardo riendo un poco mientras se llevaba otro poco de arroz a la boca.

- "Ah, ya veo... Pero también tienes otros rasgos que ninguno de los dos tienen" - dijo Miroku

- "Bueno, ¿no es eso esperable de cualquier persona?"- dijo Gerardo con una sonrisa misteriosa en la cara.

- "Bueno, también eres bastante gentil y amable" - dijo Sango - "¿Eres así siempre?" -

- "Honestamente, sí. Siempre le doy una segunda oportunidad a todo el mundo..."- dijo Gerardo mientras los miraba con una sonrisa, pero luego la cambió por una mirada de amargura - "Los únicos a los que no les doy esa posibilidad es a los traidores... para darles un ejemplo, si estuviésemos peleando con un youkai y tuviese la oportunidad de darle el golpe final, podría simplemente perdonarle la vida e irme. Pero si tratan de atacarme después de que me he dado la vuelta, simplemente acabo con él sin ningún miramiento" -

- "En otras palabras, le puedes perdonar la vida a lo que sea y a quién sea, pero si traicionan tu confianza, los aniquilarás. ¿Es cierto lo que digo?"- dijo Miroku mientras continuaban comiendo.

- "Sip," - dijo Gabriela con una mirada entristecida - "Mi hermano no soporta que le hagan esa clase de cosas, pues algunos que actuaron como si fuesen sus amigos terminaron traicionándolo" -

- "Veo que eso te ha lastimado mucho" - dijo Sango, a lo cual Gerardo asintió - "Y no me extraña para nada que tengas esa actitud" -

- "Pero es bastante raro encontrarse con alguien así en esta era tan violenta..." - dijo Shippou mirándolo con los ojos muy abiertos.

- "Por cierto, Gaby también es bastante compasiva y amable, como Kagome, pero no la halaguen mucho: ya han visto cuan malcriada puede ponerse y no quiero que se vuelva más presumida y arrogante de lo que ya es. Y por irónico que suene, ella admira a Kikyou más que a Kagome" - dijo Gerardo mirando a su hermana con amargura. Esto terminó saliéndole caro...

- "¡Abajo!" - gritó Gabriela, tirando a su hermano al piso.

- "¡Sé que me lo merezco, pero igual dije la verdad!" - dijo Gerardo desde el piso, levantando una mano con el dedo índice extendido. Esto los hizo reírse a todos menos a Gabriela, la cual seguía furiosa y haciendo pucheros.

- "¡Sólo esperemos que Kagome nunca se entere de eso si llega a conocerlos!" - dijo Sango riéndose.

- "Por cierto, regresando al tema de los poderes…" – comenzó Miroku una vez que pararon de reír – "¿No les parece sorprendente que la pequeña Gabriela hubiese podido sanar a alguien que estaba al borde de la muerte así no más?" –

- "Ahora que lo menciona, Houshi-sama," – dijo Sango – "Ese tipo de sanación no se compara con nada que haya visto antes, ni siquiera con algunos tipos de youkai que tienen una gran capacidad de regeneración" –

- "Bueno, realmente me dejó impresionado" – dijo Gerardo sentándose de nuevo y mirando a su hermana, la cual ya se había calmado y estaba ruborizándose – "Aunque fue bastante extrañó... La forma en que lo usó fue similar a la forma en que yo invoqué esa armadura…" -

Luego continuaron con el almuerzo sin decir nada más acerca de esos misteriosos sucesos.
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Mientras tanto, en el otro mundo, Kagome e Inuyasha se habían pasado el resto de la tarde viendo los episodios en las cintas, los cuales los habían llevado al borde de las lágrimas por las escenas más emocionales, así como les había traído risas y vergüenza por los más cómicos. La Sra. Gallucci estaba fuera de la casa en ese momento por su trabajo, al igual que el Sr. Gallucci.

- "De verdad no estuvo nada mal. Con esto ya veo porque somos tan populares en este mundo"- dijo Kagome sonriendo mientras usaba el control remoto para parar el reproductor de VHS y apagar el televisor.

- "Es cierto, pero preferiría que intentásemos regresar a nuestro mundo" - dijo Inuyasha resoplando - "¿Alguna idea?" -

- "Bueno, veamos qué podemos hacer con el fragmento de Shikon que tenemos..." - dijo Kagome mientras lo sacaba del frasco.

Empezaron a intentar toda clase de cosas con el fragmento, tales como sostenerlo en alto, rezarle, e incluso usar algunos de los poderes espirituales de Kagome en él, pero no ocurrió nada.

- "¡Maldición, no podemos volver!" - dijo Inuyasha desesperado después de ver como todos sus  intentos habían fallado.

- "Pero... mamá, Souta, abuelo... y todos nuestros amigos..." - dijo Kagome mientras empezaba a derramar lágrimas. Se cubrió los ojos con las manos y comenzó a llorar.

- "Kagome..." - dijo Inuyasha mientras la abrazaba - "No te preocupes, estoy seguro de que volveremos de algún modo..." -

En ese momento, el fragmento empezó a brillar y creó una especie de túnel hecho de luz púrpura en la ventana de la habitación.

- "¡Es un portal como el del pozo!" - dijo Inuyasha - "¡Perfecto! ¡Vámonos ya de aquí!" -

-"¡Sí! ¡Al fin podemos irnos a casa!" - dijo Kagome alegremente mientras se secaba las lágrimas - "Pero... Creo que deberíamos dejarle una carta a la Sra. Gallucci para explicarle todo. No podemos sólo desaparecer después de que cuidó de nosotros" -

- "Como quieras..." - dijo Inuyasha molesto.

Después de que Kagome escribió la carta y la dejó sobre la mesa del comedor, ambos tomaron sus pertenencias... o mejor dicho única pertenencia: la mochila de Kagome, y saltaron dentro del portal para volver a su mundo.
(Fin del Capítulo)

(Ending: My Will)

martes, 9 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 2

Capítulo 2:

Un Día muy Peculiar:

(Opening: I Am)

Gerardo estaba de pie sobre el prado cubierto de hierba al cual él y su hermana habían llegado hace pocos minutos, con Sango, Miroku y Shippou detrás de sí. Había desenfundado a Tessaiga y trató de blandirla, pero...

- "¿Qué ocurre con esta espada?" - dijo mientras la agitaba molesto, pero la espada no cambió para nada y permaneció en su estado oxidado y dañado - "¡Vamos! ¡No me digas que no quieres transformarte porque no soy tu propietario real!" -

- "Probablemente esa sea la causa. También debo añadir que no tienes sangre de youkai en tus venas, ¿correcto?" - dijo Miroku mientras se acercaba a él.

- "Te dije que no me lo dijeras..." - dijo Gerardo desanimado.

- "Pero eso significa que también sabes sobre los poderes de esa espada, ¿verdad?" - le preguntó Sango con curiosidad.

- "Sí, el Kaze no Kizu, el Bakuryuuha, el Kongosouha y la Tessaiga Roja" - dijo él contando con los dedos y recordando todas las veces que había visto a Inuyasha usando esos ataques. Entonces notó que los demás lo estaban viendo extrañamente debido a como estaba contando, ya que en Japón la gente cuenta de forma inversa a como se hace en Occidente: para ellos, dedos cerrados son un número más, mientras que dedos abiertos son un número menos.

- "Supongo entonces que es cierto que ni tú ni tu hermana son de este mundo..." - dijo Miroku poniendo una mano sobre su barbilla.

- "Gerar, quisiera conseguirme otra ropa" - dijo Gabriela jalándole las mangas del haori que ahora llevaba con una mano mientras que con la otra hacía esfuerzos para mantener la ropa que era tan grande para ella en su sitio con una cara avergonzada. Esto le granjeó miradas de lástima de todos.

- "Nos gustaría ayudarte, pero no podemos porque la mochila de Kagome desapareció con ellos dos" - dijo Sango mientras se arrodillaba frente a ella y le sonreía, para luego mirar por encima de su hombro el punto en la hierba donde ambos hermanos habían aparecido - "Sin embargo, creo que puedo hacer algo para remediar esto por ahora" -

Sango sacó un par de pedazos tela que había preparado para usar como vendas en caso de que resultasen heridos en batalla y los ató tan firmemente como le fue posible alrededor de la blusa y la falda del uniforme, manteniéndolos en su sitio.

- "Puede que no sea muy cómodo, pero al menos eso evitará que la ropa haga algo que no debería" - dijo Sango con una sonrisa.

- "Está bien. ¡Gracias, Sango!" - dijo Gabriela con una sonrisa.

- "Pero si queremos una solución más permanente para esto, deberíamos ir y hacerle una visita a Kaede" - sugirió Gerardo - "Y tal vez sepa de algo que nos ayude a volver a nuestro mundo" -

- "Hmm, bien pensado. Diría que eres una mejoría sobre Inuyasha en ese aspecto" - dijo Miroku mientras le palmeaba el hombro algo fuertemente.

- "Je, vamos. No es para tanto" - le respondió Gerardo avergonzado.

Comenzaron a caminar de vuelta a la aldea de Kaede, la cual afortunadamente no estaba muy lejos del claro con el pozo. Sin embargo, luego de que habían caminado por unos minutos...

- "¡Augh, duele!" - dijo Gabriela mientras caía al suelo.

- "¿¡Estás bien, Gaby!?" - dijo Gerardo mientras corría al lado de su hermana. Los otros hicieron lo mismo.

- "Sí, sólo me lastimé un poco. Es porque no puedo caminar bien con estos calcetines y zapatos tan grandes..." - dijo ella señalando sus pies.

- "Si te molestan tanto, ¿por qué no te los quitas?" - preguntó Shippou.

- "¿Eh? Pero mamá y papá dicen que nunca debo salir de casa sin llevar puestos zapatos o sandalias" - dijo Gabriela asustada, temiendo que sus padres pudiesen regañarla por ello.

- "Bueno, no están nada cerca de nosotros, así que no deberías preocuparte tanto por ello" - dijo Gerardo para calmarla.

- "Además, es muy normal que los niños de tu edad anden por ahí descalzos en esta era. No te preocupes tanto" - le dijo Sango.

- "Umm... Está bien, si ustedes lo dicen..." - dijo ella mientras se quitaba los zapatos y calcetines y se los daba a Sango para luego ponerse en pie de nuevo. Empezó a sentir un cosquilleo en las plantas de sus pies debido a la hierba que estaba pisando - "Hehe, me hace cosquillas y pica un poco..." -

- "Pero se siente mejor ahora, ¿verdad?" - preguntó Sango.

- "¡Sí! ¡Creo que puedo seguir así!" - dijo Gabriela alegremente.

- "En todo caso, trataremos de conseguirte un par de zouri de tu talla tan pronto podamos" - dijo Gerardo. Luego continuaron caminando hasta que llegaron a la aldea de Kaede. Recibieron algunas miradas curiosas de los aldeanos debido a Gerardo y Gabriela, pero nada importante o serio ocurrió hasta que llegaron a la cabaña de Kaede.

- "Hola a todos. ¿A qué debo su visita en esta ocasión?" - les preguntó Kaede.

- "Bueno, Kaede-sama, es que..." - comenzó Sango, pero Kaede la interrumpió.

- "¿Y quiénes son ellos dos?" - dijo fijándose en Gerardo y Gabriela.

- "A eso veníamos... Ellos dos vinieron de otro mundo a través de algún tipo de extraña burbuja; y al parecer Inuyasha y Kagome fueron enviados al mundo del que ellos provienen..." - dijo Sango.

- "Kaede-sama... Si nos permite presentarnos, mi nombre es Gerardo y ella es mi hermana pequeña, Gabriela" - dijo Gerardo inclinándose ante ella mientras Gabriela hacia lo mismo.

- "Hmm, al menos puedo ver que ambos son muy educados" - dijo Kaede con una sonrisa - "Es un buen cambio respecto a lo grosero que es Inuyasha y sus constantes peleas con Kagome" -

- "Respecto a por qué estamos aquí, Kaede-sama, es porque queríamos preguntarle si conoce de algún modo para enviarlos de vuelta a su mundo de origen, para que podamos hallar un modo de traer a Inuyasha y Kagome de vuelta" - explicó Miroku.

- "Ya veo. Sin embargo, esta es la primera vez que escucho sobre tal ocurrencia, así que me temo que no sé como podríamos hacer eso" - dijo Kaede mientras miraba solemnemente hacia el piso con su ojo cerrado. Esto entristeció a todos.

- "Entiendo. Tendremos que averiguarlo de otra manera entonces" - dijo Sango mientras miraba a ambos hermanos con tristeza y Gerardo tomaba a Gaby de los hombros desde atrás - "Dejando eso de lado, hay otra cosa que necesitabámos preguntarle" -

- "Hmm, ¿y eso sería?" - preguntó Kaede mientras volvía a abrir su único ojo.

- "Bueno, Gaby, pregúntale tú misma..." - dijo Gerardo mientras le palmeaba la espalda.

- "Está bien... Kaede-sama... Me preguntaba... ¿Tiene algo de ropa que pueda ponerme?" - preguntó Gabriela algo inquieta mientras se ruborizaba - "Como puede ver, esta ropa no me queda exactamente bien..." -

- "Oh, entiendo. Espera aquí, pequeña. Iré a ver si tengo algo que te quede..." - se levantó y fue hasta la parte trasera de la cabaña para revisar. Después de unos minutos, regresó con otro kosode que había hallado: era rosado decorado con flores rojas, con un obi rojo. Gabriela lo tomó de las manos de Kaede mientras inclinaba la cabeza en señal de agradecimiento.

- "¡Muchas gracias, Kaede-sama!" - dijo Gabriela alegremente.

- "Y puede que sea algo descortés preguntar esto, pero ¿tendrá por allí algo de calzado que ella pueda usar?" - preguntó Gerardo con una mirada suplicante.

- "Desafortunadamente, no tengo. Las zouri para niños se han vuelto bastante raras y díficiles de conseguir en esta época debido a las constantes guerras, así que no he tenido ninguna en bastante tiempo" - dijo Kaede entristecida por el hecho de que no pudiese ayudarles más.

- "Está bien, nos las arreglaremos de algún modo" - dijo Gerardo - "De cualquier modo, muchas gracias por haberle dado ese kosode" -

- "¡Sip! Aunque realmente no sé como ponermelo..." - dijo Gabriela mientras miraba a la ropa que llevaba en brazos - "Er... Sango, ¿podrías ayudarme?" -

- "Por supuesto" - le dijo sonriendo para luego girarse a mirar a Miroku y a Shippou - "Houshi-sama, Shippou, por favor esperen afuera mientras la ayudo a cambiarse" -

- "¿Y por qué su hermano si puede quedarse?" - preguntó Shippou con una expresión irritada que no habría estado fuera de lugar en Inuyasha.

- "Él es su hermano mayor, ¿no? Eso es razón más que suficiente" - dijo Sango como si fuera lo más obvio del mundo.

Así que Miroku y Shippou salieron de la cabaña para darle un poco de privacidad a Gabriela mientras Sango la ayudaba a cambiarse, aunque Shippou necesitó de algo de... persuasión por parte de Miroku para acceder a salir. Kaede sólo regresó a preparse para hacer la cena; mientras que Gerardo se sentó en el piso de madera y se quedó allí mirando hacia una pared.

- "Por cierto, acabo de recordar algo... ¿Gaby, no tienes ahí el fragmento de Shikon que tenía Kagome?" - le preguntó Gerardo.

- "No, Gerar. Parece que desapareció" - dijo la voz de Gabriela detrás de él.

- "¡Oh, no! Si el fragmento está en nuestro mundo, entonces los youkai podrían ir hasta allá a buscarlo... ¡y no quiero ni imaginarme a Naraku allí!" - dijo Gerardo mientras se levantaba de un salto por el susto, pero sin atreverse a girarse.

- "¡Será mejor que encontremos como traer a Inuyasha y a Kagome de vuelta pronto!" - exclamó Kaede alarmada.

Mientras tanto, Inuyasha y Kagome ya habían llegado a la casa de Gerardo y Gabriela en el otro mundo y estaban entrando a la habitación que ambos hermanos compartían. La habitación estaba pintada toda de azul cielo y en la pared de la que estaba pegada la cabecera de la cama se encontraban tres posters: uno de todo el grupo de Inuyasha posando frente a un bosque con el cielo azul sobre ellos, otro que mostraba a un niño de largo cabello rubio vestido de verde con una capa marrón, una niña vestida de rojo con un gorro bastante curioso y una niña vestida con una túnica turquesa que llevaba un emblema amarillo y marrón claro cerca del cuello, todos ellos parados sobre un prado verde mirando hacia el cielo con melancolía; y el mostraba a dos robots alados con que blandían sables de energía púrpura y parecían estar trabados en combate mortal. En frente de la cama estaba un escritorio con una computadora, a lado del cual estaban un stand en el cual habían un televisor enorme, un reproductor de VHS y uno de DVD, y varias consolas de videojuegos, mientras que a los lados de la cama habían dos estanterías llenas de libros hasta el tope. El muro a la izquierda de la entrada tenía un armario.

- "Deberían irse a dormir, que mañana tendrán que ir a la escuela temprano" - dijo la Sra. Gallucci.

- "Así haremos. Que tenga buenas noches" - dijo Kagome exhausta después del largo rato que Inuyasha, la Sra. Gallucci y ella tuvieron que pasar explicándole al Sr. Gallucci sobre su supuesto estado de estudiantes de intercambio, ya que él se había enfadado bastante por el hecho de que Gerardo y Gabriela se hubiesen desaparecido de ese modo, pero algo en las cartas pareció haberlo calmado. La Sra. Gallucci les sonrió y cerró la puerta detrás de sí.

- "Esto es rídiculo... Mañana tendré que ir a ese lugar; y además ¡esta casa es mucho más pequeña que la tuya!" -dijo Inuyasha irritado.

- "No te quejes tanto, mira que esto es mejor que tener que dormir en la calle. Pero aún tenemos el problema de que haremos cuando te vean con tu verdadera apariencia..." - dijo Kagome preocupada.

- "No quiero ni pensarlo..." - le respondió Inuyasha resoplando ante la idea.

- "Bueno, será mejor que sigamos interpretando nuestros roles de estudiantes de intercambio... No hay nada más que podamos hacer" - le dijo Kagome tratando de tranquilizarlo.

- "Aunque me gustaría saber donde se metieron sus hijos. ¿Y qué estará pasando ahora en nuestro mundo?" - dijo Inuyasha mientras miraba al techo de madera.

- "Hehe, es raro verte preocupado por los demás..." - le dijo Kagome entre risitas.

- "¡Es que sólo quiero pagarle por su amabilidad! ¡Sabes que odio estar en deuda con la gente!" - exclamó Inuyasha.

- "¡Bueno, bueno, ya cálmate! Deberíamos prepararnos para descansar..." - dijo Kagome para luego soltar un gran bostezo.

Entonces notó algo... sintió un pequeño frasco de vidrio moviéndose dentro de la blusa que llevaba puesta.

- "¡Oye, mira! ¡Tenemos aquí el fragmento de Shikon!" - dijo emocionada mientras se lo sacaba de la blusa y le mostraba el pequeño fragmento de cristal rosa a Inuyasha.

- "¿De verdad?" - dijo Inuyasha mientras veía el pequeño frasco donde estaba el fragmento - "¡Podríamos usarlo para volver a nuestro mundo!"

- "Sí, pero será mejor que pensemos en eso mañana... Err... ¿Podrías girarte por un momento?" -preguntó Kagome.

- "¿Eh? Ah, entiendo" - dijo Inuyasha comprendiendo lo que Kagome iba a hacer para luego voltearse a mirar uno de los muros.

- "¡Bien, estoy lista!" - dijo Kagome. Cuando Inuyasha se giró, vio que ahora Kagome llevaba puesto un camisón para dormir de color blanco decorado con pájaros azules.

- "¿Que hay con ese atuendo?" -preguntó Inuyasha confundido.

- "Es un camisón para dormir del tipo que usan las niñas en mi era. Ya que se supone que la hija de la Sra. Gallucci es una niña de la misma edad que tengo ahora, no tiene nada de raro" - dijo Kagome poniendo sus manos en sus caderas mientras una expresión ácida aparecía en su rostro.

- "Está bien, está bien" - dijo Inuyasha girando los ojos. Kagome sólo se subió a la cama y se acomodó bajo las sábanas.

- "Buenas noches, Inuyasha..." - dijo ella mientras cerraba los ojos.

- "Buenas noches, Kagome..." - dijo Inuyasha mientras apagaba las luces y se reclinaba contra una pared para dormirse.

Mientras tanto, en la cabaña de Kaede, todos habían terminado de cenar y estaban preparándose para irse a dormir.

- "Por cierto, ¿por qué sus nombres son tan extraños?" - les preguntó Miroku.

- "Ah, debe ser porque nosotros venimos de un país de occidente" - respondió Gerardo mientras ayudaba a preparar los futons.

- "Ah, ya veo" - dijo Kaede - "Y aunque ambos tienen una piel más pálida de lo usual, no veo mucha diferencia entre ustedes y nosotros en lo que se refiere a los rostros" -

- "Si, frecuentemente escuchamos cosas parecidas en nuestro mundo" - dijo Gerardo un poco avergonzado, ya que aunque los ojos de ambos hermanos eran ligeramente más rasgados que los de otras personas que conocían, no llegaba al mismo nivel de los japoneses.

- "Bueno, ya es bastante tarde. Será mejor que nos vayamos a dormir y empecemos a buscar un modo de traer de vuelta a Kagome e Inuyasha mañana" - dijo Sango mientras se estiraba y soltaba un bostezo. Ya habían terminado de preparar los futons y estaban listos para irse a dormir.

- "Cierto, y será mejor que lo hagamos tan pronto como podamos" - dijo Gerardo mientras acomodaba a Gabriela en un futon para luego acostarse a su lado - "Buenas noches" -

- "Buenas noches" - dijeron todos al unísono mientras Kaede apagaba el fuego en el hogar.

A la mañana siguiente en el mundo de Gabriela y Gerardo...

- "¡Aaahhh!" - fue lo primero que se escuchó en el día.

- "¿¡Qué sucede!? ¿¡Hay algún youkai aquí!?" - dijo Inuyasha, quién se había levantado inmediatamente al escuchar el grito.

- "¿¡Q-Qué te ocurrió!?" - dijo la Sra. Gallucci asustada al ver el pelo plateado y las orejas de Inuyasha, por no mencionar también sus ojos dorados, sus garras y sus colmillos.

- "Pensamos que sus hijos se lo habrían dicho..." - dijo Kagome medio dormida.

- "¿Q-Qué...?" - preguntó la Sra. Gallucci todavía asustada.

- "Que Inuyasha es mitad youkai... Err, medio demonio; y sólo tenía esa apariencia porque en las noches de luna nueva pierde sus poderes y su aspecto de demonio" - explicó Kagome, para luego estirarse y soltar un bostezo. La Sra. Gallucci entonces recordó el poster que estaba sobre la cama y fue entonces que notó que Inuyasha se veía idéntico a como aparecía en la imagen.

- "Ah, ya veo... Lamento haber formado tanto escándalo" - dijo la Sra. Gallucci tranquilizándose y sonrojándose por toda la situación - "¿Pero cómo podríamos enviarte a la escuela de Gerardo así?" -

- "¡Keh, no importa! ¡No creo que les importe!" - dijo Inuyasha con su típica mala actitud.

- "Bueno, la verdad es que vas a llamar mucho la atención..." - dijo Kagome pensativamente - "Te recuerdo que tener esa apariencia no es nada común, en especial tus rasgos de demonio" -

- "Y deberías tomar en cuenta que aquí no existen los monstruos o la magia" - agregó la Sra. Gallucci.

- "¿Y no podemos inventar alguna excusa?" - dijo Inuyasha ya molesto.

- "Bueno, podríamos decir que eres alguna clase de cosplayer y que el pegamento que usas para tu disfraz fue tan potente que no pudiste quitarte partes de él a tiempo para ir a la escuela" - dijo Kagome mientras se reía.

- "No es la mejor de la excusas, pero no tenemos mucho margen de maniobra aquí. Además, aún si terminan creyendo esa historia, creo que los amigos de mi hijo sospecharían de ti..." -

- "¿Por qué?" - preguntó Inuyasha.

- "Según Gerardo, ellos son muy fanáticos de la serie donde aparecen ustedes" - explicó la Sra. Gallucci

- "Ah, bueno, no importa" - dijo Inuyasha resoplando.

Se cambiaron de ropa para ponerse los uniformes de las escuelas a las que irían: el de Inuyasha consistía en una camisa beige manga corta, un pantalón azul marino y zapatos negros, mientras que el de Kagome consistía en una camisa blanca manga corta y una falda azul marina que llegaba hasta sus rodillas y zapatos negros. Naturalmente, Inuyasha salió de la habitación mientras Kagome se cambiaba.

Más tarde, era la hora del receso en la escuela de Gerardo, e Inuyasha estaba de pésimo humor por lo difíciles que eran las clases y el hecho de que nunca había asistido a la escuela antes en su vida. Esto último solo era empeorado por el hecho de que estaba más que harto de que las chicas quisieran tocarle las orejas o todos se le quedaran viendo.

- 'Todo esto es una verdadera molestia... como también lo es estar en este sitio, siendo el blanco de todas las miradas' - pensó Inuyasha.

-"¡Hey!" - se escuchó una voz. Entonces se quedó de piedra como una estatua cuando vio a dos chicos y una chica acercarse: uno era dos años más joven que Gerardo, tenía cabello corto y negro y ojos negros; el otro era tres años más joven, tenía piel ligeramente morena, era bajito, de pelo y ojos negros y llevaba gafas; y ambos llevaban uniformes similares al de Inuyasha, con la salvedad que la camisa era azul en vez de beige. En cuanto a la chica, era morena, tenía el cabello largo, rizado y de color marrón y ojos marrones y llevaba un uniforme similar al de los chicos.

- 'Ellos deben ser los amigos de los que me habló la Sra. Gallucci, será mejor que tenga cuidado...' - pensó Inuyasha con aprensión.

-"¿Qué tal? ¿Eres el estudiante de intercambio del que todos en la escuela están hablando?" - preguntó el primer chico - "Es un placer conocerte, soy Henry. Y por tu aspecto supongo también te gusta el animé, ¿verdad?" -

- "Sí, algo así..." - musitó Inuyasha.

- "¿Qué hay? ¡Roger aquí!" - dijo el segundo de los chicos - "Es un poco extraño tener a alguien tomando el lugar de nuestro mejor amigo, ¡pero espero que podamos ser amigos también!" -

- "¡Hola, soy Gisely!" - dijo la chica saludándolo con alegría - "Es realmente raro tener a alguien llevando puestas piezas de cosplay en la escuela, ¡pero es genial también!" -

-"Y puede que sea una pregunta estúpida, pero... ¿Por qué te pareces tanto a Inuyasha? Esas piezas de cosplay se ven demasiado reales como para ser solo utilería" - le dijo Roger mientras lo miraba más de cerca.

-"¿O acaso eres Inuyasha de verdad?" - le preguntó Gizelle suspicazmente.

- "¡No, claro que no soy él!" - exclamó Inuyasha irritado, pensando para sus adentros sobre que era una molestia fingir que no era él mismo - "¡Sólo es que me disfracé de él y el pegamento... estaba tan duro que no me pude quitar estas partes del disfraz!" -

- "La forma en que lo dices suena tan rara y mal hecha..." - dijo Henry con sospecha.

- "¿Estás seguro?" le preguntó Gizelle mientras tocaba su cabello, lo cual hizo que Inuyasha girase su cabeza hacia un lado para apartarlo de sus manos - "¿Entonces por qué tu cabello se siente tan real? Esto no puede ser una peluca"-

- "Bueno, sólo hay una manera de asegurarse"- dijo Roger con una sonris traviesa - "¿Quién quiere hacer los honores?" -

-"¿Qué están tramando?"- dijo Inuyasha algo espantado.

Entonces Gizelle se aclaró la garganta y dijo: -"¡Abajo! ¡Siéntate! ¡Osuwari!"-

Inuyasha terminó espantándose tanto que hizo un salto mortal hacia atrás y cayo de espaldas, delatándose a si mismo sin querer. Claro está que no ocurrió nada porque no llevaba el rosario y aún si lo llevase puesto, el hechizo sólo funcionaría si Kagome lo decía, pero estaba tan traumatizado por ello que no pudo evitarlo.

-"¡Ajá, si ERES Inuyasha!" - dijo Roger mientras se reía del fracaso de acrobacias mientras Inuyasha apretaba los dientes y se sonrojaba.

-"Si, ¡supimos que reaccionarias así cuando alguien dijera eso!"- dijo Henry mientras se reía como loco.

-"¡Maldita sea! ¡No tiene nada de gracioso!"- dijo Inuyasha de mal humor mientras volvía a ponerse en pie.

-"Tuviste suerte de que nadie más hubiese visto esto, ¡o te habrías metido en problemas!"- dijo Roger con una sonrisa.

-"Y aquí hay algo que siempre quise hacer"- dijo Gizelle; y luego empezó a tocarle las orejas -"¡Ay, qué lindo y suave!"-

-"¡Ya deja de hacer eso!"- replicó Inuyasha enfurecido mientras halaba para liberarse de sus manos, pues él odiaba que cualquiera que no fuera Kagome le tocara las orejas.

-"¿Y cómo es qué estas aquí en vez de nuestro amigo?"- le preguntó Henry pensando que él podría saber la razón - "Es demasiada coincidencia que hayas venido como estudiante de intercambio en su lugar" -

-"Aunque podría estar enfermo" - sugirió Roger.

-"Para nada. Nos lo habría dicho por un mensaje de texto" - le respondió Henry con una mirada seria.

- "Bueno, llegué aquí a través de una magia rara o algo así. No sé dónde estará su amigo, pero sospecho que está en mi mundo..." - dijo Inuyasha cruzándose de brazos.

- "¿Y qué pasó con tu espada, el rosario y tu ropa?" - le preguntó Roger confundido.

-"Están en mi mundo. No cruzaron hasta este lugar conmigo..." - dijo Inuyasha poniendo una cara horrible: no le gustaba que le recordaran el rosario; y su espada y su kimono eran sus posesiones más preciadas.

-"Vaya; ¿y tienes alguna idea de cómo regresar?" - le preguntó Gizelle.

-"Tal vez podríamos volver si usamos el fragmento de la Perla que tenemos..." - le respondió Inuyasha

- "¿Alguien más vino contigo?" - le preguntó Henry con él más vivo interés, sobre todo porque notó como Inuyasha hablaba en plural.

- "Sí, Kagome vino conmigo, pero ella está en otra escuela ahora..." - le dijo Inuyasha

- "Ya veo..." - dijo Gizelle.

- "¡Ahora ya déjenme en paz! ¡Tengo mucho en que pensar!" - dijo Inuyasha mientras se alejaba de ellos dando pisotones..

- "Vaya, Inuyasha en persona" - se dijeron los tres mirándose entre sí.

Mientras tanto, en el mundo de Inuyasha, el grupo ya había salido de viaje de nuevo para buscar como enviar a los dos recién llegados de vuelta a casa; y traer de vuelta a Inuyasha y Kagome. Poco después de que habían dejado la aldea, mientras caminaban por un bosque...

- "*suspiro*...Bueno, si nos llegamos a encontrar con Naraku o con algún otro youkai, no serviremos de nada" - dijo Gerardo deprimido.

- "Pero yo puedo pelear con mi arco..." - dijo Gabriela, señalando el arco y carcaj que cargaba desde esa mañana: Kaede se lo había dado después de que soltó un berrinche tal que ni Gerardo fue capaz de calmarla. Gerardo seguía avergonzado por ello a pesar de que se había disculpado infinidad de veces por el comportamiento de su hermana.

- "¡No seas tonta!" - la reprimió Sango - "¡Tú no tienes poderes de miko, así que olvídalo!" -

Gabriela se puso a llorar.

-"¡Oh, no! ¡Ya deja de ser así de caprichosa, Gabriela!" - la reprimió su hermano mientras iba y le palmeaba la espaada - "¿No entiendes que sólo serías una carga en batalla?" -

Los demás lo estaban viendo con los ojos abiertos.

- "¿Y ahora que nos están viendo de esa forma?" - preguntó Gerardo asustado mientras Gabriela dejaba de llorar.

- "Es que acabamos de notar el parecido que tienen ustedes dos con nuestros amigos" - dijo Sango.

- "Sí, ya sabemos que siempre están en ese eterno plan de pelearse entre sí y amarse" - dijo Gerardo girando los ojos.

Entonces apareció un youkai desde el bosque, el cual tenía aspecto de un oni con cuernos.

-"¡Vaya, un grupo de humanos! ¡Es hora de comer!"- dijo y se abalanzó sobre ellos.

-"¡Espera allí! ¡Hiraikotsu!"- dijo Sango mientras le arrojaba su bumerang, pero el monstruo lo esquivó - "¡No!" -

-"¡Sango, deja que me encargue de él!" - gritó Miroku para luego remover el rosario alrededor de su mano derecha y abrir el agujero que llevaba en ella - "¡Kazaana!"-

Empezó a absorberlo todo en frente de sí mientras apuntaba su mano en dirección del oni. Éste fue atrapado por los fieros vientos del agujero instántaneamente y gritó mientras desparecía en su interior. Miroku lo volvió a cerrar tan pronto terminó de encargarse del youkai.

- "Bueno, otra batalla que se termina..." - dijo Sango mientras ponía su Hiraikotsu sobre su espalda de nuevo.

En el otro mundo, Kagome estaba sentada en el banco del patio de la escuela en la que estaba. Era la hora de receso; y todos los niños estaban comiendo o jugando.

- 'Esto es algo que no extrañé cuando me convertí en niña la última vez...' - pensó de mal humor - 'Bueno, al menos no me preguntan cosas raras ni nada. me imagino como estará sufriendo Inuyasha en estos momentos' -

-"¡Kagome!"- la llamó una de las amigas de Gabriela: una niña de largo cabello negro y ojos marrones.

-"¿Sí?"- dijo Kagome tímidamente.

-"¿Quieres que vayamos a jugar?"- le preguntó la niña.

-"Bueno... sí quieres"- dijo con la voz un poco apagada -"¿Qué jugaremos?"-

-"¡Inuyasha!"- dijo; y el corazón de Kagome estuvo a punto de detenerse de la impresión - "¿Quién vas a ser?"

-"¿Quién más? La chica con mi mismo nombre..."- dijo Kagome - '¿Acaso puede ponerse esto más raro?' -

-"¿Eh? Pero pareces tanto te quedaría más ser Kikyou... Y ese es el personaje como el que Gaby siempre jugaba..." - le dijo la niña confundida.

-"No, me gusta más ser esa Kagome..."- dijo Kagome con una cara de pésimo humor.

Más tarde ese día, cuando Inuyasha y Kagome habían salido de la escuela y regresado a la casa de Gerardo y Gabriela...

-"¿Y cómo te fue en la escuela?"- le preguntó Kagome a Inuyasha.

-"¡Fue una pesadilla, no podía entender nada; y para colmo siempre se quedaban viéndome cada jodido segundo; y los amigos de ese chico trataron de decirme esa condenada palabra que tú siempre dices!"- dijo Inuyasha molesto, pero después de suspirar brevemente, parecía haberse calmado un poco -"¿Y a ti como te fue?"-

-"Fue muy aburridor... Ya sabía todo lo que tenía que hacer de antemano en clase; pero hubo algo interesante..." - dijo ella algo entristecida, pero luego se alegró - "¡Los niños aquí juegan a que son nosotros, como si fuéramos personaje famosos de una serie de televisión!" -

-"Bueno; y es que así es aquí" - dijo la Sra. Gallucci mientras les servía la comida: picadillo de carne con arroz - "Mi hijo tiene allí algunos capítulos de su serie grabados en cintas, así que si quieren verlos..."-

-"¡No tiene que decírnoslo!"- dijo Inuyasha emocionado -"¿Cómo hacemos para verlos?"-

-"Yo me encargaré de eso"- dijo Kagome para calmarlo.

Un poco después, estaban sentados en la cama frente al televisor del cuarto de Gerardo y Gabriela; y Kagome acababa de presionar el botón de reproducir en el control remoto del reproductor de VHS...

-"¡Wow! ¡No me imaginaba nuestras aventuras con acompañamiento musical!"- dijo Kagome, que se había quedado con la boca abierta mientras veía la primera secuencia de opening de la serie -"¡Esta canción no está nada mal!"-

-"¡Me muero por ver como nos ponen en una aventura reall!"- dijo Inuyasha, que ya estaba impresionado sobre como lucía en televisión.

Media hora después, luego de que habían terminado de ver el episodio y la secuencia de créditos de ending...

-"Increíble... ¡es tal cual como lo vivimos, excepto por la música que acompaña todo!"- dijo Kagome, que ya estaba al borde del colapso nervioso, porque el capítulo que vieron fue el final de la segunda batalla entre Sesshomaru e Inuyasha y cuando éste último la obligó a regresar a su época.

-"Espero que no estés molesta conmigo..."- dijo Inuyasha, porque en la televisión también estaban proyectados sus pensamientos para beneficio de la audiencia.

-"No, claro que no... Sólo que... me da gusto que hicieras eso sólo para protegerme..."- dijo Kagome sonrojada - "Incluso después de que pensé que hiciste eso sólo para robarme los fragmentos de la Perla que tenía en ese momento..." -

-"¿No prometí que te protegería sin importar lo que pasara?"- dijo abrazándola, luego se quedaron así por un rato.

-"¿Vemos otro episodio?"- le preguntó Kagome después de que se habían separado.

-"Sí, hagámoslo"- respondió Inuyasha.

Sin embargo, Gerardo los había grabado fuera de orden, así que les tocó un desagradable despertar de su atmósfera romántica debido a que el siguiente episodio fue en el que Inuyasha redujo la bicicleta de Kagome a chatarra, al igual que fue donde conoció por vez primera a las amigas de Kagome. Ambos quedaron shockeados y sin habla al terminar de verlo entre que Inuyasha se moría de la vergüenza por lo que había sucedido allí y Kagome incapaz de procesar sus emociones respecto a esos eventos.

De vuelta al mundo de Inuyasha, el grupo había dejado el bosque atrás y estaba descansando brevemente sobre una colina que les permitía ver gran explanada delante de ellos.

-"Gerar, me debes algo..."- dijo Gabriela mientras lo miraba enfadada.

-"Uhnn... ¿qué cosa, Gaby?"- le preguntó Gerardo tragando saliva mientras se quitaba las gafas y se las daba a Sango.

-"¡Abajo!"- le dijo Gabriela.

Gerardo cayó al suelo con fuerza..

-"¿¡Por qué me hiciste eso!?"- le preguntó Gerardo furioso.

-"¡Porque me dijiste malcriada!"- le respondió Gabriela.

- "Qué bien, ya no tengo nada de autoridad sobre ella..." - murmuró Gerardo amargamente desde el suelo, para después pensar con desagrado - 'Me hubiese encantado decirle ''¡Porque eso es lo que eres!" pero eso me habría terminado enterrando en un cráter...' -

Luego Gabriela se giró y se alejó un poco del grupo para empezar a jugar a las traes con Shippou.

-"Por cierto, Gerardo... ¿Eres miembro de la nobleza en tu mundo?"- preguntó Sango después de que Gerardo se había levantado de nuevo y se estaba sacudiendo el polvo de la ropa.

-"¡No, nada de eso! ¿Solamente piensas eso por las gafas?"- preguntó Gerardo avergonzado mientras Sango se las devolvía para que pudiese ponérselas de nuevo.

-"Sí. Hasta ahora, sólo he visto a nobles usando esas cosas"- dijo Miroku observándolo detenidamente.

-"Pero en mi mundo y en la época de Kagome, los usan personas de todas las clases sociales; y es signo de inteligencia y sabiduría"- explicó Gerardo -"Además, solo las uso porque mejoran mi visión, ya que mi sentido de la vista es pésimo"-

-"Bueno, de verdad que me cuesta creer que no eres de la nobleza, pero no puedo decir que no eres inteligente"- dijo Sango pensativamente.

Luego Gerardo se volteó a ver a Shippou y a Gabriela, los cuales estaban jugando en el prado a pocos metros de ellos.

- "¡A que no me atrapas!" - dijo Gabriela riendo.

- "¡Vamos, eres más grande que yo! ¡No es justo!" - dijo Shippou algo molestó.

- "Vaya, primera vez que la veo vestida así. Parece que fuese una niña propia de ésta época" - dijo Gerardo sonriendo al verlos.

- "Eso mismo pensamos cuando vimos a Kagome convertida en una niña como ella"- dijo Miroku.

- "¿Eh? ¿Cuándo pasó eso? Yo sé todo sobre sus aventuras; y jamás vi nada como eso"- dijo Gerardo poniendo sus ojos como platos.

Sango y Miroku comenzaron a relatarle todo sobre lo que pasó en ese entonces: Goukira, los manantiales, los medallones y los cambios de personalidad que ambos tuvieron cuando se volvieron niños.

- "Hmm, así que eso fue lo que ocurrió"- dijo Gerardo pensativamente cuando terminaron de contarle sobre esos eventos -"Vaya; y no me extraña nada que Inuyasha tuviese esa personalidad y se volviese más tímido. Yo entiendo perfectamente cómo se siente él"-

- "¿Por qué?"- le preguntó Sango -"No irás a decirnos que los hanyou también existen en tu mundo, ¿cierto?"-

- "No, no es eso"- dijo Gerardo mientras su rostro se llenaba de tristeza, aunque sus ojos también tenían una pizca de ira y odio en ellos -"Es que en mi mundo, es costumbre ridiculizar, maltratar, molestar y humillar a aquellos que tienen gustos o hobbies inusuales, o tienen especial talento para algo... y ese es el tipo de cosas que me ocurrieron... así que sé como se siente ser el marginado..." -

- "Así que es algo que ocurre frecuentemente entre los humanos de tu mundo, ¿correcto?"- preguntó Miroku.

- "Si, desafortunadamente..."- replicó Gerardo amargado.

En ese momento, vieron que alguien se acercaba a ellos, así que Gerardo llamó a Gabriela y a Shippou para que regresaran hasta el borde del bosque. Luego, cuando ellos habían regresado hasta ellos...

- "¿Quién será?"- dijo Gerardo. No podían distinguirla porque la figura se movía por las parte donde la luz del sol estaba siendo bloqueada por las nubes.

- "¿Alguna idea, Houshi-sama?"- le preguntó Sango.

- "Ninguna. Sólo esperó que no sea quién creo que es..." - dijo Miroku con aprensión.

Al instante siguiente, las nubes se movieron y la luz del sol iluminó al extraño, espántandolos a todos.

-"¡No puede ser! ¡No en este momento!"- gritó Miroku.

(Fin del Capítulo)

(Ending: Shinjitsu no Uta)

lunes, 8 de junio de 2020

Entrelazado de Destinos ~ Dragonia - Capítulo 1


Capítulo 1:

Un Viaje Sorpresivo

(Opening: Butterfly - Kouji Wada)

No era la primera vez que estallaba una discusión en la residencia Gallucci; y todo siempre por la misma razón: desacuerdos entre padre e hijo.

- "¿¡Ah, rayos, por qué tenemos que ir!?" - preguntó Gerardo muy molesto. - "¡Ya saben muy bien que detesto ir a ese tipo de fiestas!" -

El que hablaba era un muchacho que tenía el cabello corto en forma de casco y de un castaño tan oscuro que parecía negro; y tenía los ojos de un castaño brillante. También era alto, delgado, llevaba gafas y vestía una camisa azul y un pantalón blue-jean.

-"Porque nuestros amigos nos invitaron a todos; y es una buena oportunidad para que tu madre y yo hagamos negocios" - lo reprimió su padre, el cual cuando se enfadaba se volvía básicamente un ogro - "Se supone que estemos todos, ya que de otro modo, vamos a quedar mal". -

Su padre tenía un poco menos de altura que él; cabello negro corto, y ambos tenían rasgos muy similares; y vestía una camisa a cuadros naranjas y azules y un pantalón blue-jean.

- "Lo siento, hijo" - le dijo su madre, quién era más baja que él; y tenía el cabello rubio oscuro y los ojos azules y vestía un largo vestido de color aguamarina de una sola pieza - "Pero esta vez, tu padre tiene razón" -

- "Sí, Gerar" - dijo su hermana menor, Gabriela. Era una niña de ocho años que le llegaba a su hermano a la altura de los hombros y tenía su mismo color de ojos, pero el cabello le llegaba hasta la cintura; y lo tenía en un tono de castaño más claro. Vestía una blusa blanca y una falda rosa - "Y quién sabe, ¡tal vez nos divirtamos o comamos algo sabroso!" -

- "*suspiro*... Está bien, de acuerdo..." - dijo él mientras suspiraba con amargura - "Visto que no me queda otra opción..." -

Gerardo entonces regresó a su habitación, se cambió la camisa por una similar a la que llevaba su padre, solo que verde en vez de naranja, y regresó con su familia para irse a la fiesta.

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Mientras tanto, en otro mundo...

- "¿¡Por qué siempre me tienes que impedir el regreso a casa!?" - le gritó Kagome. Todos estaban en el claro del Pozo Devorador de Huesos y se estaba alistando para ir a casa.

- "¡Porque te necesito para que busquemos los fragmentos de la Perla que tiene Naraku, so tonta!" - le gritó Inuyasha de vuelta.

- "¡A ver si te enteras que tengo una vida al otro lado del pozo, Inuyasha!" - dijo Kagome mientras daba un pisotón en la hierba.

- "¡Cómo si eso mi importara! ¡Además, perdimos mucho tiempo con lo que nos ocurrió cuando bebimos esa agua extraña!" - dijo Inuyasha como si no quisiera recordarlo.

- "¡Pero dijiste que lo habías disfrutado; y que te gustaría repetirlo en otra ocasión! ¡Y no cambies el tema!" - dijo Kagome con una mirada asesina.

- "Parece que no dejarán de pelear nunca" - dijo Miroku en tono de resignación.

- "Es cierto, Houshi-sama. Pero es bueno saber que todavía se aman" - dijo Sango mientras suspiraba, pero luego sonrió y le dio un tono más alegre a las palabras mientras las decía.

- "Sí, pero Inuyasha aún sigue siendo un tonto" - dijo Shippou.

- "¿¡Cómo me dijiste, enano del demonio!?" - gritó Inuyasha furioso mientras corría hacia él.

- "¡Aaaah! ¡Kagome, ayúdame! ¡Inuyasha me va a matar!" - gritó Shippou mientras derramaba lágrimas de cocodrilo.

- "Inuyasha... ¡ABAJO!" - dijo Kagome; y enseguida el rosario de Inuyasha lo arrojó al piso.

- "¿¡Por qué hiciste eso, bruja!? ¡Ni siquiera llegué a tocarlo!" - dijo Inuyasha enfadado mientras alzaba su cara del suelo, la cual ahora estaba amoratada y cubierta de tierra.

- "¡Porque ibas a golpear a Shippou!" - dijo Kagome igualmente furiosa.

- "Bien hecho, Shippou, ahora empeoraste la situación" - dijo Miroku, mientras su mano se acercaba a la parte posterior de Sango.

¡BOFETADA!

- "¡Y usted también, Excelencia!" - dijo Sango ruborizada y enfadada.

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De vuelta al otro mundo...

- "Vaya, esta fiesta está fatal..." - dijo Gerardo después de una aburrida hora en la fiesta, ya que estaba sentado en una mesa en un gran salón lleno de molesta música. Gabriela estaba sentada a su lado mientras sus padres conversaban con otras personas - "¿¡Por que tuvieron que obligarme a venir aquí!?" -

- "Gerar, también estoy fastidiada" - dijo Gabriela con una voz aburrida - "¿Podemos escuchar música?" -

- "Bueno, no veo porque no, por suerte me traje mi MP3, pero mejor vamos afuera. Aquí hay tanto ruido no podremos escuchar nada" - dijo Gerardo mientras ambos se ponían en pie y salían. El salón estaba ubicado en una colina cubierta de hierba, de modo que se sentaron sobre la hierba y miraron a los cielos que tenían encima.

- "Bueno, al menos tenemos una noche estrellada" - dijo Gerardo un poco más animado mientras él y su hermana escuchaban música mientras miraban las estrellas en esa noche tenuemente iluminada por su luz, ya que era una noche de luna nueva. De acuerdo a la pantalla del reproductor de MP3, la canción que estaban escuchando se titulaba "Ubawareta Chikara".

- "Sí, es una noche hermosa" - dijo Gabriela - "Pero me gustaría más estar jugando o viendo televisión..." -

- "Sí. Preferiría estar haciendo cosas en mi PC, jugando videojuegos... O incluso poder viajar a ese mundo que he estado viendo en mis sueños... O a cualquier otro que tenga cosas más emocionantes que nuestro aburrido mundo..." - dijo Gerardo con los ojos brillantes de emoción - "Lástima que eso sea imposible..." -

- "Hehe, ¿qué mundos tienes en mente, Gerar?" - preguntó Gabriela entre risitas.

- "Hmm... hay unos cuantos... Como dije, uno sería el que siempre estoy viendo en mis sueños..." - dijo Gerardo pensativamente.

- "Dragonia, ¿verdad? Así es como dijiste que se llama" - dijo Gabriela con curiosidad.

- "Sí, así es. Y otro sería..." - dijo Gerardo mientras giraba su cabeza hacia las estrellas en el cielo.

- "¿Al mundo de Inuyasha?" - preguntó Gabriela mientras soltaba risitas de nuevo.

- "Sí, a veces envidio a Kagome por la suerte que tiene de poder vivir aventuras en otra época. El lado malo sería que se me volvería un infierno estar al corriente con la escuela" - respondió riéndose.

- "Yo pienso lo mismo, onii-chan" - dijo Gabriela. Ambos sabían algo de japonés, pues Gerardo tenía cierta fascinación por la cultura japonesa y había estado aprendiendo el lenguaje durante ese último año. En cuanto a Gabriela, tenía cierta curiosidad por él y por ello había aprendido algunas palabras y frases, pero a diferencia de su hermano, ella no sabía nada sobre la escritura fuera de como se veía y que la hacía distinta de la escritura del chino y del coreano - "De verdad sería divertido viajar de un sitio a otro, ¡peleando con monstruos y haciendo otras cosas" -

- "Lástima que eso sea un sueño imposible, Gaby-chan" - dijo Gerardo con una voz triste.

Entonces, el cielo se oscureció como si todas las estrellas se hubiesen apagado a la vez y todo alrededor de ellos dos se disolvió en un remolino de luz púrpura.

- "¿¡Que está pasando!?" - dijo Gerardo mientras miraba alrededor.

- "Gerar, tengo miedo..." - dijo Gabriela mientras se aferraba a su hermano.

- "No te preocupes, Gaby. Te protegeré sin importar lo que ocurra" - dijo mientras la abrazaba para tranquilizarla. Ambos sintieron que los halaban hacia abajo, y quedaron inconscientes.

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En el otro mundo...

- "¡Ya dejen de pelear ustedes dos!" - dijo Sango al fin, harta ya de la interminable discusión.

- "¡No se metan en esto!" - gritaron Inuyasha y Kagome.

- "Sango, tratar de detenerlos mientras pelean es como querer detener la marea" - dijo Miroku pensativamente

- "Lo sé, pero es molesto que todavía sigan en esto..." - dijo Sango exasperada.

Luego, una burbuja púrpura y negra rodeó a Kagome e Inuyasha, sorprendiéndolos a todos.

- "¿¡Que está pasando aquí!?" - gritó Inuyasha.

- "¡Inuyasha, ten cuidado! ¡Siento un gran poder proviniendo de esta cosa!" - dijo Kagome, mientras sentía como ambos eran halados hacia abajo.

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En medio de la nada...

- 'Qué extraño... siento como si estuviéramos volando a toda velocidad a través de un túnel o algo así' - pensó Gerardo.

Abrió los ojos; y además de Gabriela, la cual estaba inconsciente y rodeada por sus brazos, también vio un torrente de luz púrpura a su alrededor. Entonces, vio una larga y nebulosa figura plateada acompañada de una de color negro pasando delante de ellos a gran velocidad - "¿Qué fue eso? No pude distinguir qué o quiénes eran, pero creo que los conozco..." -

Poco después todo se volvió oscuro…

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- '¿Dónde... dónde estoy?' - pensó Gerardo. Estaba recuperando la conciencia y podía sentir hierba debajo de sí y un aire más limpio que el que estaba acostumbrado a respirar, pero sentía su cuerpo muy pesado como para siquiera abrir los ojos.

- '¿Dónde está Gaby? ¿Cómo estará?' - pensó preocupado.

- "Despierta" - escuchó la voz de un hombre - "Por favor, despierta" -

- '¿Quién... quién me estará llamando?' - pensó confundido.

- "¡Despierta, por favor!" - escuchó otra voz, en esta ocasión la de una mujer.

- 'Por favor, déjenme descansar... Mi cuerpo se siente muy pesado...' - pensó Gerardo.

- "¡Levántate!" - escuchó la voz de un niño; y en esta ocasión, sintió que algo pesado y peludo le caía en la cara.

- "¡YA BASTA!" - gritó Gerardo mientras abría los ojos y se levantaba de golpe. Y empezó a mirar alrededor extrañado.

- "¿Dónde estoy? ¿Qué ocurrió?" - dijo él para luego girarse en dirección de quienes lo estaban llamando para que se despertase: eran Sango, Miroku y Shippou. El corazón de Gerardo empezó a acelerarse de la emoción al notar esto, tanto que casi se desmayó de nuevo.

- "¿Mi... Miroku? ¿San... go? ¿Shippou?" - dijo lentamente - "¿Cómo puede ser esto posible?" -

Los demás se sorprendieron cuando lo escucharon pronunciando sus nombres.

- "¿Cómo nos conoces?" - preguntó Miroku.

- "Bueno... es un poco difícil de explicar..." - pensando en qué clase de respuesta les daría Kagome si le preguntaran lo mismo.

- "Y más importantemente," - interrumpió Sango - "¿Qué pasó con Inuyasha y Kagome? ¿Y por qué tú y esa niña llevan las ropas de ellos?" -

- "¿De qué hablan?" - preguntó Gerardo confundido. Pero cuando alzó su manos hacia su cara, se dió cuenta que estaban cubiertas por dos mangas rojas y largas en vez de las verdes y blancas cortas de la camisa. Luego se miró hacia abajo y vio que cargaba el kimono completo de Inuyasha, el rosario en el cuello; y además a Tessaiga en la cintura, guardada en su funda. Su hermana estaba profundamente dormida a su lado, envuelta en un bulto de telas que serían un uniforme escolar si Kagome lo llevase puesto.

- "¿Qué fue lo que pasó aquí? ¿Cómo es que llevo puesto el kimono de Inuyasha y además tengo sus cosas?" - dijo mientras se tocaba la frente; y sintió un par de lentes en frente de sus ojos - "Bien, al menos aún tengo mis gafas" -

- "Pareces estar tan confundido como nosotros" - dijo Miroku descifrando la expresión en su rostro - "¿Podrías presentarte y decirnos de donde vienes?" -

- "Bueno, mi nombre es Gerardo; y mi hermana pequeña es Gabriela... aunque esto me extraña tanto como a ustedes... no sé dónde podrían estar ellos ahora..." - dijo para presentarse a sí mismo y a Gabriela, así como responder a la pregunta de Sango

- "Esto es tan raro... Y tenemos forma de saber adonde fueron Inuyasha y Kagome, ya que desaparecieron en el mismo lugar en el que aparecieron ustedes. Aunque tu hermana es bastante linda..." - dijo Shippou entre risitas, pero Gerardo le lanzó una mirada aterradora, haciendolo que se callase al instante. Gerardo luego la alzó con cuidado en su brazos.

- "Al menos... puedo seguir protegiéndola..." - dijo mientras su expresión se tornaba en una sonrisa gentil.

- "Veo que le tienes mucho afecto a tu hermana..." - dijo Sango complacida mientras se les acercaba.

- "La misma clase de afecto que le tienes a Kohaku" - dijo Gerardo con una sonrisa.

- "Veo que sabes mucho sobre nosotros" - dijo Miroku en su típica pose de sabihondo - "A ver, ¿Que sabes sobre mí?" -

- "De acuerdo. Que Naraku le puso una maldición a tu abuelo que consiste en un agujero en la mano derecha que crece hasta tragarse a su portador, la cual se ha transmitido desde su generación hasta la tuya; y por supuesto que eres un mujeriego y depravado de clase mundial" - dijo Gerardo sonriendo inicialmente, pero poniendo una cara desagradable al final.

- 'Vaya que sabe...' - pensó Miroku con la cara que pondría cualquiera si le pasase una desgracia.

- "Y créeme que no saldrás vivo si le pones un dedo encima a mi hermana" - dijo mientras le mostraba una mirada amenazante, tan filosa como una daga, a la cual se unieron Sango y Shippou. Miroku sólo se puso a reír nerviosamente.

- "No te preocupes, me aseguraré de que no intente nada" - dijo Sango.

En ese momento, Gabriela empezó a despertarse...

- "¡Gaby! ¿Estás bien?" - dijo su hermano mayor.

- "¿¡Uh! ¿Gerar?" - lo miró al rostro; y lo abrazó - "¡Gerar! ¡Estás bien!" -

- "Si, Gaby. No te preocupes, estás a salvo" - dijo acariciándole la cabeza para tranquilizarla.

- "Pero... ¿Por qué estás vestido como Inuyasha?" - le preguntó Gabriela extrañada.

- "Más bien, debería preguntarte yo por qué estás vestida como Kagome..." - le dijo Gerardo para hacerle notar algo a la niña de lo que todavía no se había dado cuenta.

- "¿Qué?" - entonces se miró a sí misma y se llevó un susto, porque el uniforme de Kagome no le quedaba para nada. - "¿¡Qué le pasó a mi ropa!?" -

- "No te preocupes por ello, pero ten cuidado para que no se caiga hasta que podamos encontrar algo que te quede bien" - dijo mientras la bajaba para que se sostuviese por si misma. Luego se volvió hacia los demás - "Sé que es muy descortés pedir esto cuando apenas nos conocemos, pero... ¿Nos ayudarían a buscar una forma de volver a nuestro mundo, por favor?" -

- "No tengo problema con ayudarles. Tal vez así incluso es posible que hallemos a Inuyasha y a Kagome también..." - dijo Sango con una sonrisa.

- "Además, sin ellos perderíamos buena parte de nuestra fuerza" - asintió Miroku.

- "Pero, ¿han pensado que pudieron haber terminado en el lugar del que vinieron Gerardo y Gabriela?" - sugirió Shippou. Esto hizo que Gerardo y Gabriela se mirasen el uno al otro con espanto.

- "¡Oh, no!" - se espantó Gerardo - "¡Si ellos dos terminaron en nuestro mundo, esto podría terminar siendo un desastre!" -

- "Gerar..." - dijo Gabriela mientras se agitaba un poco nerviosamente.

- "¿Qué sucede?" - le preguntó Gerardo intrigado.

- "Eh, bueno... ¡Abajo!" - le dijo mientras se reía traviesamente.

Enseguida el rosario brilló y tiró a Gerardo al piso.

- "¡Maldición, siempre era cómico ver eso, pero no tiene nada gracioso experimentarlo! ¿¡Por qué me lo hiciste!?" - dijo después de escupir un poco de tierra; y por suerte, las gafas no se le rompieron.

- "Quise ver si funcionaría" - dijo ella riéndose.

- "Esto es lo peor... Espera un segundo..." - se puso a pensar y tuvo una idea que le levantó el ánimo - "Si el rosario aún funciona, entonces... ¡Tessaiga podría funcionar conmigo también!" -

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Mientras tanto, de regreso en el otro mundo...

- "Ughh... ¿Dónde estoy?" - dijo Inuyasha cuando por fin estaba despertando. - "¿Kagome?" -

Se fijó en la figura inconsciente que tenía al lado: cabello negro y llevaba puestos una blusa blanca y una falda rosa.

- "Kagome, ¿eres tú?" - preguntó él - "¡Vamos, despierta ya!" -

- "¿Uh... Inuyasha?" - preguntó Kagome adormilada mientras se despertaba, para luego mirar a su alrededor espantada - "¿Dónde estamos? ¿¡Y por qué vas vestido así!?" -

- "¿De qué rayos hablas? Tú eres la que viste extraño..." - dijo él, pero luego se dio cuenta de que ya no llevaba su kimono y en su lugar llevaba ropas que serían más bien propias de la época de Kagome: una camisa manga larga a cuadros verdes y blancos y un pantalón blue-jean - "¿¡Qué pasó con mi ropa; y dónde está mi espada!?" -

- "Y ahora que me doy cuenta... ¡Ya no llevas el rosario!" - dijo Kagome asustada.

- "¡Keh! ¡Perfecto! ¡Así no podrás seguir diciéndome 'Abajo'!" - dijo con una sonrisa desagradable.

- "Bueno, ¿pero dónde estamos? ¿Y por qué se cambiaron nuestras ropas?" - luego notó que su descomunal mochila estaba a su lado - "Todavía tengo aquí mis cosas, pero no creo que sean muy útiles aquí..." -

- "¡Gerar! ¡Gaby! ¡Hora de irnos!" - gritó una voz a lo lejos.

- "Me preguntó a quién estarán llamando..." - dijo Kagome, luego se volvió hacia Inuyasha - "¿No sería mejor que nos escondiéramos?" -

- "Sí. Lo último que quiero es que se me queden viendo" - dijo Inuyasha con una cara de mal humor. Pero entonces Inuyasha gritó, porque notó que sus garras y colmillos estaban desapareciendo, al igual que sus orejas; y su cabello y ojos se volvieron oscuros. - "¡Maldición, teníamos que llegar a este extraño lugar cuando es luna nueva!" -

- "¡Mejor haz silencio!" - le dijo Kagome; y luego se ocultó tras un árbol porque alguien ya había visto y escuchado a Inuyasha.

- "¿Gerar?" - se escuchó la voz de una mujer; y luego la madre de Gerardo y Gabriela, la señora Gallucci, se acercó - "Espera, no eres mi hijo, pero llevas puesto el mismo atuendo que llevaba él, así que..." -

- "Escuche señora, no sé de quién está hablando, ni sé quién es usted, pero yo no soy esa persona..." - replicó Inuyasha de mal humor.

- "Sí, eso supuse. Como dije, pensé que eras él cuanto te vía a lo lejos por la ropa... De cualquier modo, ¿puedes decirme tu nombre, por favor?" - le preguntó la Sra. Gallucci.

- "Bueno, mi nombre es Inuyasha" - le dijo con un tono de voz más calmado.

La señora Gallucci casi se cayó de la impresión; y cuando recuperó la compostura, dijo muy agitada - "¿¡Inuyasha!? ¿Como el protagonista del programa del televisión que tanto le gusta a mis hijos!?" -

- "¡Imposible! ¿¡Dice que aquí me muestran como uno de esos dibujos que se mueven en esa caja mágica!?" - preguntó Inuyasha atónito.

- "Bueno, si esa es tu forma de decirlo... Ah; perdona mi falta de modales. Soy Janet Gallucci, es un placer" - le dijo mientras miraba alrededor - "Pero volviendo al tema, no has visto a ninguno de mis dos hijos por aquí, ¿cierto?"-

- "No, lo siento. Las únicas personas que conozco aquí somos Kagome y yo..." - le dijo Inuyasha algo confundido.

- "Hmm, ¿es tu novia? Es lo que he escuchado de mis hijos" - le preguntó en un tono suspicaz y medio burlón.

- "¡N-NO! ¡Sólo somos amigos!" - dijo Inuyasha azorado mientras se ruborizaba. Pensó irritado - 'Lo último que necesito es que también se enteren en este extraño lugar de lo que hay entre nosotros' -

- '¿¡Por qué Inuyasha tiene que ser un tonto tan grande!?' - pensó Kagome enfurecida, hasta el punto en que no pudo seguir controlándose a sí misma, luego gritó - "¡ABAJO!" -

Inuyasha saltó por el espanto que sintió cuando oyó esa palabra, pero como ya no tenía el rosario, no le hizo efecto.

- "¿Quién anda allí?" - preguntó la señora Gallucci algo espantada por lo repentino que fue el grito.

- "Solamente soy yo. Perdón por asustarle..." - dijo Kagome mientras salía de su escondite.

- "¿Tú eres Kagome?" - le preguntó la señora Gallucci, a lo cual Kagome asintió como respuesta - "Hmm, pareces una joven bastante amable. Quisiera que mi hija creciese para ser una buena mujer algún día también..." -

- "¡Eso no importa! ¿Qué se supone que hagamos ahora!?" - dijo un Inuyasha ya muy enfadado.

- "Deberías aprender un poco más de modales, Inuyasha" - dijo Kagome molesta - "Pero es verdad... No tenemos donde quedarnos aquí, no conocemos a nadie y no sabemos como regresar a nuestro mundo..." -

En ese momento, Kagome notó que había algo brillando en uno de los bolsillo de la falda que llevaba puesta en ese momento. Cuando lo sacó, se dio cuenta de que era un par de sobres.

- "¿Qué podrían ser estos?" - preguntó ella sorprendida. Al abrirlos, se llevó la sorpresa de que eran cartas otorgando una petición de intercambio estudiantil entre dos escuelas en Japón de las que ella nunca había oído hablar; y dos escuelas en Venezuela. Los nombres de los estudiantes eran Inuyasha, Kagome Higurashi, Gerardo Gallucci y Gabriela Gallucci; y las cartas tenían las firmas y sellos del personal de los Ministerios de Educación y Asuntos Exteriores de ambos países.

- "Hmm, ahora que las leo, creo que ahora tenemos la excusa perfecta: ustedes fueron traídos hoy hasta aquí como estudiantes de intercambio mientras que mis hijos fueron llevados al aeropuerto para ir a Japón y comenzar a estudiar allá" - dijo la Sra. Gallucci después de que leyeron las cartas - "De seguro mi esposo va a enfadarse por esto, pero como sabe cuanto querían irse a estudiar a Japón, lo entenderá" -

- "Sí, pero hay un problema," - dijo Inuyasha mientras él y Kagome releían una de las cartas - "¿Qué edad tiene su hija?" -

- "¡Inuyasha, no deberías preguntar eso sobre una chica!" - dijo Kagome avergonzada y molesta.

- "No le des importancia, Kagome. Mi hija aún es una niña: cumplió los ocho años hace un par de meses" - dijo la Sra. Gallucci - "Pero realmente es un problema... No hay forma de que una escuela primaria acepte a una adolescente como tú..." -

- "Esperen... Creo que tengo una idea" - dijo Kagome mientras iba hacia su mochila y empezaba a escarbar en ella.

- "¿Ella siempre lleva consigo una mochila tan grande?" - preguntó la Sra. Gallucci espantada.

- "Sí, pero siempre le ayudo con ella" - dijo Inuyasha con una sonrisa.

- "Ah, está bien. Es muy amable de tu parte el ayudar a tu novia con algo tan pesado" - sonrió la Sra. Gallucci.

Inuyasha se ruborizó, pero antes de que tuviese tiempo de replicar...

- "¡Ah, aquí están!" - dijo mientras sacaba de la mochila un medallón plateado con un zafiro en el centro y una botella llena de un líquido rosado brillante.

- "¿Qué son esas cosas?" - preguntó la señora Gallucci mientras las miraba con interés.

- "Kagome, no pensarás..." - dijo Inuyasha con cautela.

- "Inuyasha, sabes tan bien como yo que no tenemos otra salida y necesitamos donde quedarnos hasta que encontremos como regresar" - dijo Kagome algo triste. Luego ella se puso el medallón sobre el cuello, destapó la botella y bebió un poco del líquido rosa.

- "¡Kagome, no!" - gritó Inuyasha.

En ese instante, Kagome empezó a brillar con una luz blanca que cegó a los dos; y cuando pudieron mirar de nuevo, una niña de alrededor de ocho años se encontraba donde Kagome había estado hacía un instante. Sorprendentemente, la ropa que llevaba puesta se había reajustado sola para quedarle perfectamente.

- "Todavía recuerdas todo, ¿verdad?" - le preguntó Inuyasha con cautela.

- "Sí. Mientras lleve el medallón puesto, no se borrarán mis recuerdos" - le dijo Kagome con una sonrisa - "Aunque estoy algo sorprendida... ¿Cómo es que esta ropa cambió de talla conmigo?" -

- "Es una buena pregunta... Pero no creo que vayamos a hallar respuestas al respecto" - dijo la señora Gallucci, pero luego empezó a mirar a Kagome con interés.

- "Hehe... Lo sé... Es un poco raro ver a una adolescente volverse una niña, ¿cierto?" - dijo Kagome algo avergonzada de que se le quedasen viendo tanto.

- "Sí, es que es la primera vez que veo algo como esto pasar ante mis ojos" - dijo la Sra. Gallucci mientras sonreía algo avergonzada por molestar a Kagome - "Pero, ¿una medicina rejuvenecedora? Eso es algo que mucha gente querría tener" -

- "Hehe, supongo" - dijo Kagome entre risitas, pero luego su expresión se volvió severa - "Pero no es todo bueno: beber esa agua sin llevar puesto el medallón que llevo alrededor de mi cuello borra completamente la memoria de quien lo haga" -

- "En todo caso, esto resuelve el problema que teníamos con sus cartas de intercambio estudiantil, ¿correcto?" - dijo la Sra. Gallucci con una sonrisa. Entonces escucharon la bocina de un auto - "Debe ser mi esposo, así que deberíamos ponernos en camino antes de que se enfade por esperar demasiado" -

- "De todas formas, debemos hacer lo mejor que podamos para fingir mientras hagamos este acto de los estudiante extranjeros, ¿cierto?" - dijo Kagome mientras se giraba a mirar a Inuyasha por un momento.

- "Sí, está bien" - dijo Inuyasha mientras resoplaba con resignación, mientras pensaba - 'Esto no va salir nada bien' -

{Fin del Capítulo}

(Ending: Honey - chihiro)