- "Y, por lo tanto, confío en que todos ustedes puedan reconocer la gravedad de esta situación y actuar en consecuencia" - dijo Kaede con autoridad a los aldeanos que se habían reunido en el santuario de la aldea al ser llamados por ella.
Solo pasaron unos minutos después de que Kagome e Inuyasha, la primera ahora teniendo Miko por nombre, se convirtieron en niños y sus amigos los habían llevado de vuelta a la aldea.
- "Pero Kaede-sama... ¿Es eso cierto? ¿Que Inuyasha ahora es un niño?" - dijo un aldeano vestido con un kosode azul y una hakama beige oscuro.
- "Así es. Lo mismo le sucedió a Kagome, y como acabo de decir, no podemos permitir que vean nada que desencadene sus recuerdos o que le digan a Kagome su verdadero nombre. Todos deben recordar que ahora debemos llamarla Miko" - dijo Kaede sacudiendo la cabeza.
- "¡Pero eso significa que podríamos echar a ese hanyou de la aldea al fin!" - dijo un anciano con un kosode verde oscuro y hakama marrón.
- "¡Oye, eso es actuar ingratamente!" - dijo otro aldeano con un kosode azul con partes azul oscuro en los hombros y una hakama azul oscuro. Era el ayudante de Kaede, Rikiichi: - "¡Recuerde que Inuyasha y sus amigos han salvado nuestra aldea muchas veces!" -
- "¡Pero él fue quien causó la muerte de Kikyou-sama!" - respondió el anciano.
- "Como les he dicho hace mucho tiempo, ¡Inuyasha no fue responsable de la muerte de mi hermana!" - dijo Kaede mientras fruncía el ceño en dirección al anciano - "¡Su asesino fue el demonio Naraku, e Inuyasha y sus amigos lo han estado buscando para vengar su muerte!" -
- "¡Siempre nos divertimos mucho cuando él y Kagome-sama también están por aquí!" - dijo un niño vestido con un kosode azul oscuro y un obi blanco.
- "Sí, ¡parece que se quieren mucho!" - dijo una niña con un kosode malva.
- "¡Oye, si ahora son niños como nosotros, eso significa que también podríamos ir a jugar con ellos!" - dijo otro niño que llevaba un kosode aguamarina.
- "No me importa si lo hacen, pequeños" - dijo Kaede mientras les sonreía.
- "¿Pero eso no será peligroso, Kaede-sama?" - preguntó una mujer de mediana edad que vestía un kosode rojo con el área del hombro de color rosa, que tenía una expresión de preocupación en su rostro.
- "No lo creo. Dado que Inuyasha ahora es un niño, no pensará en dañar a otros de su misma edad" - dijo el aldeano del kosode azul con una sonrisa.
- "Exactamente. Además, Inuyasha se beneficiaría de tener amigos ahora que ha vuelto a esa edad. Tengo que agregar que no recuerda nada después del tiempo en que estuvo así y por eso teme que los humanos intentemos atacarlo o matarlo como los youkai de los que ha estado huyendo" - dijo Kaede mientras suspiraba fuertemente.
- "Eso significa... Ahora es un niño realmente solitario..." - dijo otra mujer que llevaba un kosode azul.
- "Bueno, ¡ya no se sentirá solo!" - dijo otra niña que vestía un kosode rosa con marcas negras.
- "¡Sí! ¡Seamos amigos de él y de Kagome-sama!" - dijo una niña con un kosode amarillo.
- "Confío en que ese será el caso" - dijo Kaede con una sonrisa - "Dicho eso, traten de no molestarlos demasiado y dejen que tengan un poco de tiempo a solas. Después de todo, necesitan conocerse de nuevo. Y también sería bueno que los tratasen como si siempre los hubieran conocido y que ellos simplemente los hubieran olvidado" -
Los niños de la aldea asintieron para mostrar su acuerdo con las palabras de Kaede y aunque algunos de sus padres parecían un poco preocupados por la idea, decidieron dejarlos ser.
- "También nos gustaría que participen con nosotros en lo que tenemos planeado para el festival de la cosecha de la aldea si está de acuerdo, Kaede-sama" - dijo Asagi caminando desde detrás del santuario.
- "Aunque realmente no nos gustó cómo cierta persona habló sobre Inuyasha-san" - dijo Moegi con una cara triste.
- "Eso significa... ¿Qué tendremos que irnos de la aldea ahora?" - preguntó Ai con los ojos vidriosos y a punto de comenzar a llorar.
- "No te preocupes por eso. Nadie se marchará de la aldea" - dijo Kaede con una sonrisa tranquilizadora. El anciano tuvo que tragar y mirar hacia abajo mientras los otros aldeanos y los niños lo asesinaban con la mirada.
- "De todos modos, ¿eso no arruinará nuestros planes, onee-san?" - preguntó Dai a Asagi cruzando los brazos.
- "Sí. El niño perro y su novia no son tan buenos cantantes, ¿verdad?" - preguntó Roku extendiendo sus brazos con las palmas hacia arriba.
- "Bueno... nunca los hemos escuchado, pero es posible que todo salga bien" - dijo Shion mientras sonreía tímidamente.
- "Es exactamente por eso que quiero que se unan a nosotros. Es para que sepan que tienen amigos aquí, ya sean niños o adultos, y también es una forma de pagarles por haber salvado nuestras vidas" - dijo Asagi asintiendo con entusiasmo.
- "En ese caso, niños, lo dejo en sus manos. Asagi y los demás, dejemos que primero se familiaricen con los niños de la aldea y ustedes podrán presentarse y pedirles que se unan a sus planes en unos días más, ¿de acuerdo?" - dijo Kaede asintiendo
- "¡Si!" - dijeron tanto los niños de la isla Hourai como los propios niños de la aldea.
- "En cuanto al resto, por favor ayúdennos tratando bien a ambos niños y asegurándose de que no salgan de la aldea ni se acerquen al Goshinboku" - dijo Kaede. Los aldeanos aceptaron la sugerencia y comenzaron a abandonar el santuario para regresar a sus quehaceres.
En cuanto a Miko e Inuyasha, todavía estaban jugando a las escondidas por toda la aldea, aunque Inuyasha tenía la ventaja gracias a su olfato.
- "¡Y te tengo!" - dijo Inuyasha cuando encontró a Miko escondida detrás de una cabaña y la tocó en el hombro.
- "¡Whoa! ¡Eres realmente bueno en esto, Inuyasha!" - dijo Miko riendo mientras salía de su escondite.
- "¡Gracias! ¡Nunca antes me había divertido tanto!" - dijo Inuyasha mientras se reía alegremente.
- "¿En serio? ¿Nunca has jugado con nadie ni nada más?" - preguntó Miko mientras su sonrisa cambiaba a una cara perpleja.
- "Sí... No habían realmente muchos niños que quisiesen tener a este monstruo con ellos..." - dijo Inuyasha mientras su mirada se oscurecía.
- "¡Y aquí tienes una niña que quiere estar contigo~!" - dijo Miko con voz cantarina - "¡Es genial estar contigo; y tus orejas también son muy lindas!" -
- "Umm, pero por favor no las toques ..." - dijo Inuyasha mientras retrocedía un poco mientras Miko tenía las manos cerradas frente a su cara - "Son realmente sensibles" -
- "¡Jeje, está bien! ¡Si no quieres que las toque, me aguantaré las ganas y no lo haré!" - dijo Miko riéndose - "Aun así, no estoy mintiendo cuando digo que realmente me gusta jugar contigo. ¡No me importa que seas un hanyou o lo que sea!" -
- "¡Gracias! ¿Pero no estás cansada?" - preguntó Inuyasha mientras miraba cómo sus mejillas estaban ligeramente rojas y parecía que le faltaba el aliento - "Tenemos un buen rato corriendo y demás" -
- "Bueno, me vendría bien un rato de descanso" - dijo Miko quitándose un poco de sudor de la frente - "Oye, ¿qué tal si nos sentamos debajo de ese árbol al lado del río?" -
- "¡Me parece bien!" - dijo Inuyasha
- "Ah, pero creo que primero quiero beber un poco de agua. ¡Todo lo que estuvimos jugando realmente me dio sed!" - dijo Miko con una sonrisa mientras ambos caminaban hacia el pozo de la aldea, sacaban un poco de agua y lo bebían. Luego ambos caminaron hacia el árbol que Miko había señalado y se sentaron a la sombra.
- "Entonces, ¿no recuerdas nada sobre ti misma?" - preguntó Inuyasha mientras estaba acostado a su lado, usando sus propios brazos como una almohada improvisada.
- "No... Houshi-sama y Sango-san dijeron que me llamo Miko y que vivo con Kaede-sama, pero..." - dijo Miko mientras mostraba una sonrisa triste y miraba hacia el cielo despejado - "Realmente no puedo recordar nada... Todo lo que pasó antes de que despertase en la cabaña a tu lado está en blanco... Cómo terminé en esta aldea... Quién soy en realidad... Ni siquiera puedo recordar a mi mami o papi, o si tengo hermanos..." -
- "Ya veo. Suena bastante duro, Miko" - dijo Inuyasha mientras se sentaba y la miraba con sorpresa.
- "Creo que incluso estoy... asustada de no tener padres..." - dijo Miko mientras se abrazaba las rodillas con las manos - "Y como también estamos en esta aldea y todo eso ... ¿no significa eso que soy una huérfana plebeya que Kaede-sama recogió de algún sitio...?" -
- "¡No te preocupes por eso! ¡Para mí siempre serás Miko, no importa lo que digan!" - dijo Inuyasha rodando para ponerse a cuatro patas y acercar su rostro a Miko, mientras le sonreía.
- "¡Gracias, Inuyasha!" - dijo Miko sonriendo un poco más feliz - "Pero, ¿qué hay de ti? ¿Tienes una mami o un papi?" -
- "Mi papá murió cuando yo nací... Pero en cuanto a mi mamá..." - dijo Inuyasha mientras su mirada se oscurecía. Realmente no parecía que le importara mucho su padre, pero su madre era otra historia. Sin embargo, luego sacudió la cabeza por un momento para luego levantarse y sonreír de nuevo - "Oye, ya hemos descansado mucho, ¿verdad? ¡Vamos a jugar a otra cosa!" -
- "Está bien..." - dijo Miko parpadeando ante su repentino cambio de actitud, pero luego le sonrió - "Oye, ¿qué tal si vamos a jugar a las traes ahora?" -
- "¡Por mí perfecto!" - dijo Inuyasha.
- "¡Hey!" - dijo una voz desde la distancia.
- "Ah, eres ese zorro que estaba en la cabaña de Kaede-sama" - dijo Inuyasha parpadeando cuando lo vio correr hasta que llegó a su lado.
- "Eres... Shippou, ¿verdad?" - preguntó Miko con una sonrisa.
- "¡Oigan... eso no... fue justo! Estuve... escondido todo... este tiempo... ¡y nadie fue a buscarme" - dijo Shippou jadeando y resollando del cansancio.
- "Lo siento, ¡olvidamos que también estabas jugando con nosotros!" - dijo Miko con una sonrisa avergonzada.
- "Ugh, y después de que me esforcé tanto escondiéndome..." - dijo Shippou abatido mientras miraba hacia abajo.
- "Bueno, ¡puedes jugar a las traes con nosotros ahora!" - dijo Inuyasha
- "¡Hey! ¡Miko-chan, Inuyasha!" - dijo la niña del kosode malva mientras ella y los otros niños de la aldea corrían hacia ellos.
- "¿Huh? ¿Ustedes nos conocen?" - preguntó Inuyasha un poco asustado mientras los otros niños los rodeaban.
- "¡Sí! ¿No lo recuerdas? ¡Miko ha vivido mucho tiempo en esta aldea, como tú, Inuyasha!" - dijo la niña que llevaba el kosode amarillo.
- "¿En serio...? Desearía poder recordar algo de eso..." - dijo Miko avergonzada y triste.
- "Y lo último que recuerdo antes de despertar aquí fue que estaba huyendo de algunos youkai..." - dijo Inuyasha parpadeando sin dar crédito a sus oídos.
- "¡Pero eso no importa!" - dijo el niño del kosode azul - "Somos amigos después de todo, y pensamos que les gustaría venir con nosotros mientras hacemos nuestras tareas, ¡así que todos podemos ir a jugar juntos después de haberlas hecho!" -
- "¿Somos amigos...? ¿Tareas...?" - preguntó Inuyasha parpadeando un par de veces.
- "¡Sí! ¡Mi mamá me dijo que fuese a ayudarla a cosechar en el campo, así que vamos de camino hacia allá!" - dijo la niña del kosode rosa.
- "Después de eso, tenemos que ir a alimentar a las gallinas, ayudar a cepillar los caballos de la aldea, darles un poco de heno a ellos y a las vacas, llevar agua a nuestras cabañas..." - dijo el niño del kosode azul oscuro.
- "¿Pero no deberían estar haciendo cada una de esas tareas por su cuenta para terminarlas más rápido?" - preguntó Shippou mientras se enfurruñaba, ya que quería pasar un rato a solas con Miko.
- "Bueno, escuchamos que Miko-chan e Inuyasha perdieron sus recuerdos, ¡así que pensamos que haríamos todo con ellos hoy para que empiecen a recordarnos!" - dijo la niña del kosode amarillo.
- "Pero antes de eso, tenemos que decirles nuestros nombres, ¿verdad? Ya que no nos recuerdan y demás" - dijo el niño del kosode aguamarina.
Después de un corto tiempo, los niños se presentaron ante Inuyasha, Miko y Shippou.
- "Así que ahora que nos hemos presentado, ¡vayamos a ayudar con la cosecha!" - dijo la niña del kosode malva, Chidori.
- "Ah, ¿es por eso que todos llevan esos cestos en la espalda?" - preguntó Shippou mientras miraba cómo todos los niños tenían uno.
- "¡Sip! ¡Mi mami me lo dio y les pidió a los padres de todos los otros niños que les dieran uno para que pudieran ayudar hoy!" - dijo la niña del kosode rosa, Sakura - "¡Incluso tenemos tres cestos más para que todos ustedes los usen!" -
Dijo mientras los otros niños le daban a cada uno un cesto, incluyendo incluso uno pequeño para Shippou.
- "Pero... ¿están seguros de que está bien...? Quiero decir, ¿realmente quieren que este monstruo les ayude ...?" - preguntó Inuyasha desconcertado.
- "¡Jeje! ¡Nos alegra tenerte viviendo con nosotros en esta aldea! ¿Por qué no querríamos que nos ayudes?" - dijo el niño del kosode azul, Tsurusuke. Esto instantáneamente causó que la cara de Inuyasha se iluminase con una sonrisa.
- "Y todo esto significa... ¿Qué soy realmente una niña de esta aldea...?" - preguntó Miko un poco asustada.
- "¡Sí! No conocemos a tus padres, pero por lo que Kaede-sama nos dijo, ¡has estado viviendo con ella desde que tenemos memoria! ¡Incluso ha dicho que serás la próxima miko de nuestra aldea!" - dijo el niño del kosode azul oscuro, Kinta, lo cual también hizo que Miko sonriera de alivio.
- "En todo caso, ¡vamos de una vez! ¡Cuanto más rápido terminemos, más pronto podremos ir a jugar!" - dijo la niña del kosode amarillo, Asahi.
- "¡Si!" - dijeron los niños excepto Shippou, y luego él, Miko e Inuyasha tomaron los cestos y las pusieron sobre sus espaldas. Luego siguieron a los otros niños a los campos de la aldea, que ya tenían varios aldeanos cosechando el arroz y los otros cultivos que ya estaban maduros. Los saludaron con sonrisas cuando aparecieron.
- "¡Mami, estamos aquí!" - dijo Sakura mientras se acercaba a su madre, que llevaba una bandana triangular blanca en la cabeza, un kosode rojo oscuro y una mo-bakama amarilla.
- "¡Ah, llegaron en buen momento, hija!" - dijo su madre mientras se detenía brevemente para mirar a su hija y sus amigos - "¡Veo que Miko-chan e Inuyasha también están aquí!" -
- "¡Sí! ¡Todos estamos aquí para ayudar con la cosecha!" - dijo Chidori.
- "Así que… ¿por dónde empezamos…?" - dijo Miko mientras colocaba sus manos delante de sí misma y miraba hacia abajo.
- "Jeje, ¡no estés tan nerviosa, Miko-chan!" - dijo la madre de Sakura con una sonrisa - "Está bien: tú e Inuyasha pueden ir a cosechar esa fila de allá, mientras que Sakura se quedará aquí conmigo, Chidori-chan y Tsurusuke pueden ir allí, y Asahi-chan, Kinta y Tasuke pueden encargarse de la de allá" -
- "Umm, ¿cómo lo hacemos...?" - preguntó Inuyasha un poco asustado - "Quiero decir, como nunca he cosechado nada..." -
- "Jeje, ¿no lo recuerdas? ¡Pero está bien!" - dijo el niño del kosode aguamarina, Tasuke mientras se paraba frente a su fila para mostrarles - "¡Ya que estos son daikon, no son nada difíciles! ¿Ven las hojas verdes aquí? ¡Solo agarren su base y.…!" -
Luego comenzó a jalar las hojas y después de unos segundos de esfuerzo...
- "¡Allí va!" - dijo él mientras sacaba un rábano blanco de tamaño mediano del suelo. Miko e Inuyasha quedaron asombrados por esto.
- "No entiendo por qué les parece tan increíble..." - dijo Shippou suspirando.
- "¡Vamos, Shippou! ¡He visto daikon antes, pero esta es la primera vez que veo cómo los cosechan!" - dijo Inuyasha emocionado. Luego se volvió hacia Miko: - "Está bien, ¡vamos a hacerlo, Miko!" -
- "¡Si!" - dijo Miko - "¿También vienes, Shippou?" -
- "¡Si!" - dijo Shippou mientras de repente sonreía y se dirigía a la fila que la madre de Sakura les había señalado antes que ellos. Miko e Inuyasha lo alcanzaron después de unos momentos y después de que ambos se arremangaron las mangas de sus atuendos para que las sujetaran las correas de los cestos y Miko agarró parte del dobladillo de su kosode y lo metió dentro de su obi, se pusieron en cuclillas frente a su fila y comenzaron a tratar de sacar los daikon del suelo.
- "Ugh... ¡Esto es más difícil... de lo que parece!" - dijo Shippou mientras trataba de sacar uno, pero tristemente su poca fuerza no era suficiente para arrancarlo del suelo.
- "¡Hey, esto es divertido!" - dijo Inuyasha después de sacar dos daikon del suelo y arrojarlos a su cesto para luego mirar a Shippou. Su rostro se estaba poniendo rojo por el esfuerzo que estaba haciendo - "¿Necesitas una mano?" -
- "¡No...! ¡Puedo... hacer esto... solo!" - dijo Shippou mientras seguía intentando, pero al final, tuvo que soltar el daikon que estaba intentando sacar y caer de espaldas mientras jadeaba y resollaba - "No puedo... Está demasiado pegado al suelo... " -
- "Pero yo también puedo sacarlos fácilmente..." - dijo Miko ladeando la cabeza, mostrando cómo ya había sacado dos del suelo y ahora los estaba poniendo en su cesto.
- "¿¡Incluso tú, Miko!?" - preguntó Shippou mientras sentía que sus tripas se vaciaban. Luego miró a su alrededor y vio cómo los otros niños también los sacaban fácilmente.
- "¡Parece que eres el único que tiene problemas aquí, zorro!" - dijo Inuyasha entre risas.
- "Ugh... ¿Por qué yo...?" - dijo Shippou cayendo de rodillas.
- "¡No te preocupes! ¡Podemos hacerlo por ti!" - dijo Inuyasha mientras desenterraba el daikon que Shippou tenía problemas para sacar.
- "¡Sí! ¡Hagamos esto rápido!" - dijo Miko mientras ella e Inuyasha continuaban sacando el resto del daikon de la fila que les habían asignado, dejando a Shippou estupefacto. Después de varios minutos más, habían terminado y habían dividido la cosecha entre sus cestos, con Shippou terminando deprimido porque su cesto fue el único que terminó vacío.
- "¡Oh, veo que ya han terminado!" - dijo la madre de Sakura cuando vio cómo ambos habían terminado su tarea.
- "¡Sip…!" - dijo Miko colocando sus manos detrás de sí misma - "Espero... ¡que hayamos hecho un buen trabajo!" -
- "Sí... espero que no hayamos sido un estorbo ni nada..." - dijo Inuyasha cruzando los brazos y mirando hacia abajo.
- "¡Para nada! ¡Ustedes dos fueron de gran ayuda!" - dijo la madre de Sakura.
- "¡Y también hemos terminado!" - dijo Sakura mientras ella y los otros niños se acercaban a su madre para que viera los resultados.
- "¡Hicieron un buen trabajo, niños!" - dijo ella al comprobar cómo todos tenían sus cestos llenos de rábanos - "Está bien, pueden irse ahora" -
- "¡Bien! ¡Ahora tenemos que ayudar a mi papá a alimentar a las gallinas!" - dijo Kinta
- "Tu papá también me lo contó. Debería tener las semillas y los granos que van a darles de comer listos y esperándolos. Y pueden dejar los cestos aquí. ¡Los ordenaremos y almacenaremos más tarde!" - dijo la mamá de Sakura. Los niños obedecieron y dejaron los cestos en el campo cerca de ella.
- "Está bien, Kinta, ¡llévanos allí!" - dijo Asahi con una sonrisa cuando estaban listos para partir.
- "¡Sí! ¡Quiero ver cómo alimentan a estas aves!" - dijo Inuyasha con entusiasmo.
- "¡Yo también!" - dijo Miko con una sonrisa
- "Pero primero, ¿qué tal si vamos a tomar un poco de agua? ¡Estuvimos trabajando bajo el sol un buen rato después todo!" - sugirió Chidori con una sonrisa.
Nadie tuvo problemas con la idea, por lo que todos fueron al mismo pozo que Miko e Inuyasha habían usado anteriormente y se turnaron para beber, así como usar parte de él para lavarse las manos. Luego se dirigieron al gallinero en medio de risas. Allí, encontraron al padre de Kinta: el aldeano del kosode azul, que estaba frente a la pequeña cabaña que servía como gallinero. También había varias gallinas y pollos corriendo por el lugar.
- "¡Papá, estamos aquí!" - dijo Kinta a su padre.
- "¡Ah, hola a todos!" - dijo el padre de Kinta al ver llegar al grupo de niños - "¡Es bueno ver que todos están de buen humor, y que también trajeron a Miko-chan e Inuyasha hoy!" -
- "Umm, hola, oji-san..." - dijo Miko un poco inquieta.
- "Hola..." - dijo Inuyasha bajando la cabeza.
- "¿Les fue bien a todos en la cosecha?" - preguntó el padre de Kinta.
- "¡Sip!" - dijo Chidori colocando sus manos detrás de sí y sonriendo - "¡Miko-chan e Inuyasha realmente nos ayudaron a nosotros y a mamá a cosechar los daikon!" -
- "Jeje... Aunque solo cosechamos una fila..." - dijo Miko sonrojándose, sintiendo que le estaban dando demasiado crédito.
- "Ni siquiera pude sacar uno..." - dijo Shippou apretando los dientes.
- "¡Me alegra escuchar eso!" - dijo el padre de Kinta. Luego agarró un saco que llevaba atado a su cadera por su obi - "Y bueno, aquí está el alimento que le darán a las gallinas y a los pollos" -
- "Um, oji-san ..." - preguntó Inuyasha mientras se inquietaba - "¿Tenemos que hacer algo en especial para alimentarlos?" -
- "Inuyasha, solo tenemos que esparcir la comida y vigilar a los pollos y gallinas" - dijo Tasuke con una sonrisa - "¡Y si comienzan a pelear, también tenemos que separarlos!" -
- "¿Pero podemos hacer eso ...? ¿No se enojarán con nosotros o algo así ...?" - preguntó Miko un poco asustada.
- "En ese caso, intervendré para evitar que los lastimen, niños" - dijo el padre de Kinta - "De todos modos, tengan cuidado mientras les dan de comer" -
- "¡También puedo asustarlos si se vuelven problemáticos!" - dijo Shippou poniendo sus manos en sus caderas mientras una sonrisa de satisfacción aparecía en su rostro.
- "¡Contaremos contigo si eso sucede, Shippou!" - dijo Miko con una sonrisa, lo que hizo que Shippou se sonrojara y sonriera de satisfacción al imaginarla alabándolo como si fuera un héroe.
Los otros niños solo se rieron de esto y luego comenzaron a tomar partes del alimento del saco y lo arrojaron a diferentes partes del suelo. Las gallinas y las gallinas instantáneamente rodearon las áreas donde había caído el alimento y comenzaron a picotearlo.
- "¡Pensé que sería más aburrido, pero es divertido intentar tirarlo donde no hay aves reunidas!" - dijo Inuyasha mientras saltaba de un extremo a otro del área donde se reunían los pollos y gallinas y arrojaba la comida desde el aire, tratando de no golpear a las aves.
- "¡Whoa, puedes saltar muy lejos, Inuyasha!" - dijo Miko asombrada
- "¡Oye, puedo hacerlo mejor!" - dijo Shippo mientras sacaba una hoja, la colocaba sobre su cabeza y la usaba para convertirse en un globo rosa - "¡Mira, Miko! ¡Puedo volar y arrojar la comida desde arriba!" -
Luego comenzó a rociar la comida de una manera similar a como Inuyasha lo había hecho mientras flotaba.
- "Jeje, ¡parece que tenemos una rivalidad aquí!" - dijo Asahi entre risas
- "Pero realmente no estamos compitiendo aquí..." - dijo Inuyasha parpadeando después de haber regresado de alimentar a las gallinas que no estaban directamente debajo de Shippou y ahora estaba de pie cerca de Miko.
- "¡Parece que Shippou creó toda una competencia en su cabeza entonces!" - comentó Chidori con una sonrisa.
Sin embargo, luego vieron cómo un par de pollos habían comenzado a pelear por algunas piezas de alimento y un par de gusanos que habían salido del suelo.
- "¡Hey ustedes dos, deténganse!" - dijo Miko mientras intentaba correr para detenerlos, pero luego chilló y volvió corriendo - "¡Kyah! ¡Un gusano! ¡Un gusano!" -
- "¡Vamos, Miko!" - dijo Inuyasha entre carcajadas mientras Miko corría a esconderse detrás de él - "¡Los gusanos te temen más que tú a ellos!" -
- "¡Es que no puedo soportarlos!" - dijo ella mientras temblaba y se aferraba a las mangas del haori de Inuyasha.
- "¡Jeje, está bien, Miko-chan!" - dijo Tsurusuke - "¡El padre de Kinta y nosotros podemos ocuparnos de separarlos!" -
- "¡Hey, estúpidas aves!" - dijo Shippou mientras recuperaba su forma normal y caía cerca de ambos pollos - "¡Dejen de pelear ya!" -
- "Shippou, no debiste haber hecho eso..." - dijo Kinta con un suspiro. Inmediatamente después, los pollos dejaron de pelear, miraron a Shippou de soslayo y comenzaron a chillar.
- "No me gusta esto..." - dijo Shippou tragando saliva y sudando. De inmediato, los pollos saltaron sobre él e intentaron picotearlo: - "¡Ahhh! ¡Ayúdame, Miko!" -
- "¿Eh? ¿Pero qué puedo hacer ...?" - dijo Miko parpadeando desde atrás de Inuyasha.
- "Parece que lo arruinó..." - dijo Inuyasha parpadeando de la misma manera que Miko.
Trató de huir, pero se llevó la desagradable sorpresa de que todo el gallinero iba tras él ahora, por lo que tuvo que correr a cuatro patas y saltar para alejarse. Sin embargo, los pollos no se rindieron y tuvo que volver a convertirse en un globo y alzarse en el aire para escapar de ellos.
Sin embargo, esto causó que los pollos se inquietasen y se volviese imposible alimentarlos, por lo que todos tuvieron que alejarse de ellos para evitar recibir picotazos.
- "Parece que tendremos que esperar un poco y dejar que se calmen" - dijo el padre de Kinta al ver el desastre.
- "Bueno, al menos Shippou terminó con la pelea" - dijo Sakura con una sonrisa divertida.
- "Pero hizo enojar a todos los otros pollos" - dijo Inuyasha después de un breve suspiro.
- "Al menos pudimos divertirnos un poco más al verlo huir" - dijo Kinta mientras se reía.
- "En serio, ¿es que todos me guardan rencor o qué...?" - dijo Shippou mientras respiraba por el estrés. Ahora había aterrizado detrás de Inuyasha y estaba desplomado junto a Miko.
- "Pobre Shippou..." - dijo Miko mientras le daba palmaditas en la cabeza.
- "Ah... Gracias, Miko..." - dijo Shippou a punto de empezar a llorar – 'Al menos esto hizo que pasar por ese infierno valiera la pena...' -
Pero antes de que Inuyasha pudiera responder a esto, el padre de Kinta habló.
- "Ah, parece que se han calmado. Pero no hay mucho más alimento para ellos, así que creo que pueden irse ahora. Tienen otras tareas que deben hacer, ¿verdad?" - dijo él mientras sonreía a los niños.
- "Sí. ¡Se supone que debemos ayudar a mi mami a cepillar los caballos de la aldea!" - dijo Asahi mientras agarraba sus manos y las colocaba frente a ella.
- "Está bien. En ese caso, sigan su camino" - dijo el padre de Kinta con una sonrisa - "¡Y tengan cuidado de no hacer enojar a los caballos!" -
- "¡Eso haremos!" - dijo Sakura con una sonrisa
- "¡Parece que tendremos que mantener a Shippou alejado de ellos en ese caso!" - dijo Inuyasha para luego reír un poco
- "Sí. ¡No quiero que se escapen ni nada!" - dijo Tsurusuke entre risas.
- "¡Vamos, no sean tan malos con él!" - dijo Miko con una sonrisa. Shippou estaba demasiado fascinado por ser consolado por ella para agregar algo. Sin embargo, de repente se despertó unos minutos más tarde para notar que los otros niños lo habían dejado solo.
- "¡¿Eh!? ¿A dónde fueron todos?" - dijo él notando que ahora estaba solo con el padre de Kinta.
- "Oh, fueron a ayudar a cepillar y alimentar a los caballos" - dijo el padre de Kinta.
- "¡Agh! ¡Espérenme!" - dijo Shippou mientras corría tan rápido como le permitían sus patas. Percibió los aromas de Inuyasha y Miko y los usó para encontrarlos, lo cual hizo unos minutos después cerca del centro de la aldea, donde estaban los caballos.
- "*huff... *puff*..." - jadeó Shippou tan pronto como llegó con Miko e Inuyasha - "¡Me dejaron... atrás... otra vez!" -
- "¡Lo sentimos, rata! ¡Teníamos prisa!" - dijo Kinta mientras él y los demás lo miraban divertidos. Todos tenían manojos de heno en sus manos.
- "¡Te digo que soy un zorro!" - dijo Shippou enojado - "De todos modos, ¿qué estás haciendo, Miko?" -
- "¡Ah, Shippou! ¡Estamos a punto de alimentar a los caballos!" - dijo Miko con una sonrisa - "¡Quería traerte con nosotros, pero tenía que dejarte allí hasta que despertaras porque necesitaba usar mis manos para ayudar con el heno!" -
- "¡Pero podrías haberme despertado! ¡Quiero ayudar también!" - dijo Shippou apretando sus colmillos.
- "¡Viniste en el momento correcto!" - dijo la madre de Asahi: una mujer que tenía el pelo en un pañuelo triangular y que llevaba un kosode verde con una mo-bakama marrón sobre él. Ella también llevaba un bebé en su espalda - "Los otros niños ya fueron y trajeron el heno que van usar para alimentar a los caballos" -
- "¡También fuimos y trajimos aquí los cepillos que vamos a usar para cepillarlos!" - dijo Sakura con voz alegre.
- "¡Genial! ¡Empecemos entonces!" - dijo Shippou saltando arriba y abajo.
- "Umm, pero ¿estás seguro de que puedes hacerlo? Eres un poco pequeño para el heno..." - dijo Tsurusuke mientras miraba a Shippou con una cara dudosa. Shippou solo frunció el ceño.
Por otro lado, Miko e Inuyasha ya habían comenzado a alimentar a los caballos con sus propias porciones de heno.
- "¡Está bien, aquí tienes!" - dijo Miko mientras le daba al caballo delante de ella: uno marrón claro, un bocado de heno - "¡Espero que sea sabroso!" -
- "¡Lo mismo para ti, grandote! ¡Aquí!" - dijo Inuyasha mientras alimentaba al caballo junto al de Miko, que era de un marrón más oscuro - "¡Jeje, parece que les está gustando mucho!" -
Los caballos seguían mordiendo y masticando el heno, y después de unos instantes más, bajaron la cabeza frente a los niños.
- "Umm, oba-san... ¿qué significa esto?" - preguntó Miko un poco preocupada.
- "¡Ah, eso significa que los caballos están esperando que los acaricien en el cuello!" - dijo Sakura mientras se volvía hacia ellos con un poco de heno en la mano - "¡Adelante!" -
- "Está bien... ¡Aquí voy!" - dijo Inuyasha mientras colocaba una mano sobre el cuello del caballo y comenzaba a acariciarlo. El caballo resopló un par de veces, asustando a Inuyasha, pero luego cerró los ojos con un gesto de satisfacción e inclinó la cabeza en dirección a la mano de Inuyasha: "¡Ah, parece que le gusta!" -
- ¡Jeje, es lo mismo para mí! "- dijo Miko al haber hecho los mismos movimientos con el caballo que estaba alimentando, y aunque el caballo no resopló hacia ella, parecía haberle gustado también, ya que también inclinó la cabeza en la dirección de su mano - "Jeje, ¡eres un buen chico!" -
Luego, los caballos terminaron lamiéndoles la cara, haciendo que ambos niños guiñaran un ojo y se rieran en respuesta.
- "¡Parece que ustedes dos son bastante buenos con los caballos!" - dijo Kinta mientras tomaba el lugar de Inuyasha para alimentar al caballo marrón claro.
- "Jeje, ¡pero nunca antes había alimentado a un caballo!" - dijo Inuyasha poniendo sus manos detrás de su cabeza y apartándose para que Kinta pudiera alimentar al caballo con su parte de heno.
- "¡No recuerdo haberlo hecho nunca, pero me alegro de haberlo hecho bien!" - dijo Miko sonriendo, satisfecha consigo misma mientras colocaba sus manos delante de sí.
- "Jeje, nuestros caballos también son muy amigables, ¡pero supongo que de todos modos terminaron cayéndoles bien!" - dijo Asahi con una sonrisa mientras reemplazaba a Miko para alimentar al otro caballo.
- "Está bien, ¡déjenme probarlo!" - dijo Shippou emocionado mientras trataba de agarrar un poco de heno y se lo daba al caballo que Kinta estaba alimentando después de que este último había terminado.
Sin embargo, después de que el caballo le quitó el heno de las manos, simplemente se apartó de él y se dio la vuelta para seguir masticando.
- "¿EH?" - preguntó Shippou sorprendido - "¿¡Qué pasa con este caballo!?" -
- "Um, parece que realmente no le gustaste mucho" - dijo Sakura mientras lo miraba con los ojos muy abiertos.
- "Es tan extraño. Como Asahi-chan acaba de decir, los caballos son bastante amigables..." - dijo Tsurusuke mientras alimentaba al caballo que Asahi había alimentado y ambos lo estaban frotando en el cuello.
- "¡Agh! ¡Estúpido caballo!" - dijo Shippou saltando sobre el lomo del caballo y aterrizando justo encima de la base de su cola, de la cual comenzó a tirar - "¿¡Por qué no te gusto!? ¡Oye, escúchame!" -
- "Um, Shippou..." - dijo Miko parpadeando ante lo que estaba pasando - "No creo que debas estar haciendo eso..." -
- "Sí... Parece que estás a segundos de una catástrofe..." - dijo Inuyasha retrocediendo con los codos y las rodillas parcialmente flexionados y una expresión asustada en su rostro.
- "¿Huh? ¿Qué quieres decir?" - dijo Shippou mientras se deslizaba por la cola del caballo, tirándola aún más fuerte y terminando cerca de su punta. Sin embargo, se giró para mirar a la parte trasera del caballo y su pregunta fue respondida al instante siguiente al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, causando que tragase saliva aterrorizado: el caballo relinchó ruidosamente, se paró sobre sus patas delanteras y luego le propinó una fuerte patada a Shippou con sus cuartos traseros - "¡Aaaaaaahhhh!" -
- "¡Shippou!" - gritaron los niños cuando vieron a Shippou salir disparado por el aire y seguir volando hasta que vieron un pequeño brillo en la distancia y desapareció.
- "¿Están todos bien?" - dijo Sango mientras entraba rápidamente después de ver lo que había sucedido.
- "Sango-san... Sí, estamos bien, pero Shippou..." - dijo Miko mirando hacia abajo con tristeza.
- "Lo sé. ¡Iré ahora para traerlo de vuelta aquí! ¡Kirara!" - dijo Sango mientras llamaba a su pequeña compañera, quien saltó de su hombro y se convirtió en su forma gigantesca.
- "¡Genial! ¡Que cool!" - dijo Inuyasha emocionado, emoción que todos los otros niños compartieron mientras rodeaban a Kirara y Sango.
- "Es... un poco aterradora..." - dijo Miko mientras miraba a la gran Kirara con aprensión mientras Sango la montaba.
- "¡No te preocupes! ¡Kirara es muy amable y no te hará nada malo si la tratas bien!" - dijo Sango con una sonrisa tranquilizadora - "Vamos, trata de acariciarla" -
- "Está bien..." - dijo Miko mientras extendía vacilante una mano hacia la cabeza de Kirara y trataba de rascarla detrás de las orejas. Kirara simplemente cerró los ojos, movió la cabeza al ritmo de la mano de Miko y ronroneó con fuerza - "Jeje, eras muy linda cuando eras pequeña, ¡pero incluso cuando eres grande eres una gatita muy linda y tierna!" -
- "Sí. Kirara siempre te ha querido mucho" - dijo Sango con una sonrisa.
- "Pero eso significa que... Umm... Sango-san... ¿De verdad nos has estado cuidando todo este tiempo entonces?" - preguntó Miko mientras se inquietaba un poco.
- "Sí... pero, ¿por qué preguntas eso, Miko?" - respondió Sango ladeando la cabeza confundida.
- "Bueno... me preguntaba... ¿Puedo llamarte Sango-nee...?" - preguntó Miko mientras dejaba de acariciar a Kirara y cerró las manos para luego ponerlas delante de ella - "Quiero decir, si realmente has estado cuidando de Inuyasha y de mí, ¡eso significa que eres como nuestra hermana mayor!" -
- "¡Sí! ¡También quiero llamarte de la misma manera, Sango-san!" - dijo Inuyasha mientras los ojos de ambos brillaban de emoción.
- "¡Ehehe, ya veo! ¡En ese caso, no me importa que ustedes dos me llamen así!" - dijo Sango con una sonrisa complacida - "¡Y parece que ya no me tienes miedo, Inuyasha!" -
- "¡Ehehe! ¡Ya que nos has estado cuidando a los dos, no tengo motivos para temerte, exterminadora o no!" - dijo Inuyasha con una sonrisa de alivio.
- "En cualquier caso, sigamos hablando más tarde. ¡Tengo que encontrar a Shippou antes de que algo se lo coma! ¡Volveré en un rato!" - dijo Sango mientras Kirara rugía y ambos despegaron en la dirección en la que Shippou había salido volando.
Sango lo encontró después de unos minutos y cuan no fue su sorpresa al ver que estaba mareado, con espirales en los ojos y acostado en el suelo sobre su espalda con una coz de caballo marcada en su rostro, un gran chichón en la cabeza y junto a una roca que parecía haber quedado reducida a guijarros. Por lo visto se había estrellado de cabeza contra la roca cuando aterrizó.
- "Rayos... Shippou, estarías muerto si no fueras un youkai..." - dijo Sango negando con la cabeza mientras desmontaba de Kirara y lo levantaba.
- "Ahaha... veo tantas Mikos y Kagomes... quiero estar con ellas para siempre... Y puedo seguir golpeando y haciéndole bullying a esos estúpidos Inuyashas tanto como quiero..." - dijo mientras seguía viendo estrellas.
- "Oh, bueno. No hay nada que hacer al respecto. Kirara, volvamos a la aldea" - dijo Sango después de suspirar brevemente. Volvió a montar en Kirara con Shippou en sus brazos, Kirara rugió de nuevo y surcaron los cielos para regresar a la aldea.
- "¡Ah, Sango-san está de vuelta!" - dijo Asahi cuando la vio volar sobre Kirara mientras regresaba a la aldea. Los otros niños se reunieron instantáneamente alrededor del lugar sobre el que estaba volando y esperaron a que Kirara aterrizara.
- "¡Eso fue bastante rápido, Sango-nee!" - dijo Miko con una sonrisa.
- "Sí, ¡no podía dejar que Shippou fuera comido por nada después de todo!" - dijo Sango mientras desmontaba de Kirara, quien luego se envolvió en llamas y volvió a su forma más pequeña. Luego cerró los ojos y maulló ruidosamente.
- "¿Cómo está el zorro?" - preguntó Inuyasha con los brazos cruzados.
- "Parece que todavía está fuera de combate" - dijo Sango mostrándoles el zorro inconsciente que llevaba en sus brazos.
- "Parece que eso realmente lo golpeó fuerte. ¡Oh, bueno, intentemos curarlo!" - dijo Sakura con una sonrisa y antes de que nadie pudiera responder, corrió de regreso a su casa y regresó trayendo un montón de vendas.
- "Umm, ¿estás segura de que deberíamos hacer esto, Sakura-chan?" - preguntó Miko desconcertada - "¿No deberíamos dejar que Sango-nee o cualquiera de los adultos haga esto en su lugar?" -
- "¡Está bien! ¡Mami me enseñó a vendar heridas, así que creo que podemos hacerlo!" – dijo ella mientras los otros niños, excepto Inuyasha y Miko, la ayudaban. Sin embargo, el único resultado de esto fue que Shippou terminó tan vendado como una momia.
- "Umm, creo que se excedieron un poco..." - dijo Inuyasha con una gran gota de sudor sobre la cabeza.
- "¡Agh! ¡Mghghghgh!" - gritó Shippou de la nada. Sango le quitó las vendas que cubrían su boca y nariz - "¿¡Por qué estoy vendado de pies a cabeza!?"
- "Parece que te despertaste..." - dijo Miko parpadeando un par de veces.
- "Bueno, ¡queríamos asegurarnos de que estabas bien, ya que el caballo te pateó en la cabeza y todo!" - dijo Sakura entre risitas cortas.
- "Aunque solo vendarle la cabeza hubiera sido suficiente" - dijo Sango mientras retiraba el exceso de vendajes de Shippou, dejando solo un par alrededor del chichón en su cabeza - "Listo. Esto debería ser suficiente para que el chichón sane" -
- "¡Bwaaah! ¡Graaaaciaas, Sangoooo!" - dijo Shippou mientras saltaba histéricamente sobre el pecho de Sango y comenzaba a llorar.
- "Jeje, ¡parece que está demasiado aliviado!" - dijo Miko mientras se reía, lo que también hicieron los otros niños.
- "Bueno, ¿no deberíamos continuar con nuestras próximas tareas?" - preguntó Tsurusuke después de que todos dejaron de reír.
- "Sí. Lo próximo es ir a alimentar a las vacas, ¿verdad?" - preguntó Shippou.
- "¡Sí! Usaremos el mismo heno que le dimos a los caballos, ¡así que será fácil!" - dijo Asahi mientras agarraba un montón de heno y se preparaba para irse.
- "Por cierto chicos, ¿no van a ir al bosque a recolectar setas, frutas y cosas así?" - preguntó Shippou cruzando los brazos.
- "Lamento decir esto, pero nadie debería salir de la aldea por los próximos días" - dijo Miroku mientras caminaba hacia ellos.
- "¡Ah, Houshi-sama!" - dijeron todos los niños, excepto Shippou y Sango.
- "¡Miroku! ¿Qué quieres decir con que nadie puede salir de la aldea?" - preguntó Shippou alzando una ceja.
- "Ha habido una gran cantidad de youkai devoradores de niños deambulando por las afueras últimamente, por lo que no es seguro que los niños abandonen la aldea y la barrera que Kaede-sama ha colocado para protegerla" - dijo Miroku con una cara digna. Sin embargo, le dirigió a Shippou una breve pero penetrante mirada, lo que le hizo temblar al darse cuenta de que había hecho una pregunta que no debería haber hecho.
- "Sí. Nuestros padres nos dijeron que por ahora está prohibido ir al bosque a buscar comida, así que solo estamos haciendo todas las tareas que podemos hacer aquí dentro de la aldea" - dijo Kinta con las manos detrás de la cabeza.
- "Es precisamente por eso que he estado patrullando el área alrededor de la aldea también. Como exterminadora, tengo que deshacerme de ellos si esperamos que el lugar sea seguro nuevamente" - dijo Sango con una sonrisa. Sin embargo, ella también le dio a Shippou el mismo tipo de mirada que Miroku le había dirigido anteriormente, lo que le hizo tragar y sudar profusamente.
- "¡Sí! ¡Y para que podamos terminar nuestras tareas, apurémonos y vamos a alimentar a las vacas!" - dijo Sakura alegremente. Los otros niños la ayudaron a llevar los manojos de heno a la cabaña donde estaban las vacas y se prepararon para alimentarlas.
- "Jeje, ¡son tan buenas como los caballos!" - dijo Miko con una sonrisa mientras alimentaba a una de las vacas con heno y le daba palmaditas en la cabeza.
- "No estoy de acuerdo con la parte de los caballos, pero sí, son realmente agradables" - dijo Shippou mientras le daba heno a otra vaca y se sonrojaba al ver cuán linda se veía Miko mientras cuidaba a los animales.
- "Nos gustaría decirles que también podemos ordeñarlas, Inuyasha, Miko" - dijo Kinta mientras alimentaba a otra vaca.
- "Pero aún no es hora de hacer eso" - dijo la madre de Kinta, que vestía un kosode azul con una mo-bakama gris - "Las vacas necesitan unos meses más antes de que puedan ser ordeñadas" -
- "¡Aun así, nos hemos divertido mucho con ustedes! ¡Gracias por ser nuestros amigos!" - dijo Inuyasha mientras cargaba dos manojos de heno y los dejaba en el suelo para que los demás pudieran llevar trozos de ellos a las vacas.
- "¡Ni lo menciones! ¡Realmente queríamos que ustedes dos supieran cuánto nos divertimos juntos y ver si podíamos lograr que lo recuerden todo!" - dijo Asahi mientras se sonrojaba y sonreía con los ojos cerrados.
- "Bueno, no recordamos nada... ¡Pero es genial saber que en realidad pertenezco a este lugar!" - dijo Miko con una sonrisa, a lo que la vaca que estaba alimentando respondió mugiendo - "Jeje, ¡y parece que la vaca también está de acuerdo!" -
- "¡Además, tampoco queríamos ver a Inuyasha tan solo de nuevo! Sé que otras personas te han tratado mal en el pasado, pero para nosotros, ¡siempre serás nuestro amigo!" - dijo Tsurusuke mientras sonreía y palmeaba a Inuyasha en el hombro.
- "Jeje, ¡gracias Tsurusuke!" - dijo Inuyasha devolviéndole la sonrisa.
- "Y por lo que he escuchado, ustedes dos han sido de gran ayuda con los quehaceres también" - dijo la madre de Kinta con una sonrisa - "Solo hay uno más que tienen que hacer antes de terminar, ¿verdad?" -
- "¡Sí! ¡Solo tenemos que llenar los baldes con agua y llevarlos a nuestras cabañas!" - dijo Chidori mientras alimentaba a otra vaca.
- "¡Y haremos nuestro mejor esfuerzo para ayudarlos!" - dijo Inuyasha colocando sus manos en sus caderas.
- "¡Pero sería mejor que no lo hagas, Shippou!" - dijo Tasuke mientras se reía.
- "¡Agh! ¿Por qué no?" - preguntó Shippou mientras agarraba otro montón de heno.
- "Bueno, no eres tan fuerte" - dijo Miko mientras colocaba un dedo apuntando hacia arriba cerca de su cara - "Así que es posible que termines simplemente dejando caer el balde y mojándote" -
- "¡Jeje, sí! ¡Puedo imaginarme eso!" - dijo Inuyasha mientras él y los otros niños se reían.
- "¡Ugh...!" - dijo Shippou, sabiendo que Miko no lo rescataría aquí porque ella misma había mencionado por qué no sería útil para transportar el agua.
- "Aun así, ¡podemos ir a jugar todos juntos una vez que eso este hecho!" - dijo Tasuke - "Y ya hemos terminado de alimentar a las vacas, ¡así que vamos a recoger los baldes!" -
- "¡Si!" - dijeron todos los niños mientras salían del lugar y corrían hacia donde estaban apilados los baldes de madera.
Luego fueron al pozo y comenzaron a turnarse para extraer el agua que usarían para llenar los baldes.
- "Jeje, parece que es un trabajo bastante pesado..." - comentó Miko mientras se ataba las mangas y tiraba de la cuerda a la que había atado el balde como le habían enseñado los otros niños. Los otros niños también se habían atado las mangas de sus propios kosode para que no les estorbasen mientras trabajaban.
- "Uf, entonces es por eso que ustedes no querían que yo ayude aquí ..." - dijo Shippou mientras se paraba sobre el borde del pozo.
- "Sí. Sacar el agua es bastante difícil" - dijo Asahi, quien ya tenía un balde lleno en sus manos y lo estaba colocando en el suelo mientras esperaba que los demás terminaran - "Pero llevarlo de vuelta a casa no es tan fácil tampoco "-
- "Y como la necesitamos para cocinar y lavar, ya se imaginan" - dijo Tsurusuke, quien estaba esperando que Miko terminara de sacar agua para él llenar su propio balde.
- "¿No lo necesitaban para lavar la ropa o algo así?" - preguntó Inuyasha con una ceja levantada.
- "En realidad no. Nuestras mamás se encargan de lavar la ropa y siempre lo hacen en la orilla del río de la aldea" - dijo Sakura con una sonrisa.
- "Ellas tampoco nos dijeron que necesitaban lavar la ropa, ¡así que está bien!" - dijo Yuuta cerrando los ojos.
- "¡Bien, ya terminé!" - dijo Miko mientras desataba el balde del pozo, usaba su fuerza para levantarlo y luego lo colocaba en el suelo cerca de sus pies. Luego se limpió el sudor de la frente con una mano.
- "¡Bien! ¡Es mi turno ahora!" - dijo Tsurusuke cuando Miko se hizo a un lado y subió al pozo para atar su balde a la cuerda.
- "Um, pero no hay mucho que yo pueda hacer aquí, ¿verdad?" - dijo Inuyasha luciendo abatido - "Quiero decir, Miko ya sacó el agua y tanto ella como yo vivimos en la cabaña de Kaede-sama, así que..." -
- "Jeje, la saqué, ¡pero puedes llevar el balde de vuelta a la cabaña de Kaede-sama por mí!" - dijo Miko riendo.
- "Sí, ¡tiene sentido que se dividan el trabajo!" - asintió Shippou con una sonrisa.
- "Está bien, ¡eso es lo que haré entonces!" - dijo Inuyasha sonriendo de nuevo.
- "Aun así, desearía que hubiera una forma más conveniente de hacer esto..." - dijo Miko mirando todos los esfuerzos que ella y los demás habían hecho para extraer el agua - "O sea, tener agua en nuestras casas sin tener que ir al río o pozo para buscarla y traerla de vuelta... "-
- "Sí, eso facilitaría mucho las cosas" - dijo Kinta mientras levantaba su balde del suelo mientras él y los demás se preparaban para llevar los baldes llenos de agua a sus hogares - "Pero eso suena como algo de un cuento de hadas" -
- "Siento que vi una casa con ese tipo de cosas una vez... Pero no recuerdo cuándo o dónde ..." - dijo Miko un poco triste cuando Inuyasha tomó su balde y ellos y los otros niños caminaron con sus baldes en sus manos.
- "¡No te des por vencida! ¡Estoy seguro de que recordarás todo tarde o temprano!" - dijo Inuyasha mientras le sonreía - "¡Y estaré allí cuando lo hagas!" -
- "¡Gracias, Inuyasha! Pero, aun así, también tengo algo de miedo... ¿Qué pasa si no me gusta lo que recuerde...? ¿Qué pasa si recuerdo que en realidad no tengo padres ni nada...?" - preguntó Miko
- "Bueno, Kaede-sama nos dijo que tienes padres y que te enviaron aquí con ella para que pudieras entrenar para ser una miko, ya que tienes poderes espirituales muy fuertes y cosas así" - dijo Shippou mientras saltaba sobre el hombro de Miko - "¡Así que no te preocupes por eso!" -
- "Jeje, ¡me alegra que sepas tanto! ¡Gracias, Shippou!" - dijo Miko con una amplia sonrisa, haciendo que Shippou se sonrojara y quedase en un trance.
- "Y como dije, ¡lo que termines recordando no es importante! Quiero decir, ¡eres la primera amiga que recuerdo haber hecho!" - dijo Inuyasha sonriendo - "¡Así que seguiré apoyándote, pase lo que pase!" -
- "Y si alguna vez quieren que les ayudemos, ¡siempre pueden pedírnoslo!" - dijo Sakura con una sonrisa - "Tal vez no podamos hacer mucho ya que somos niños y demás, pero, aun así, ¡pueden contar con nosotros!" -
- "¡Sí! ¡Gracias chicos!" - dijo Miko mucho más animada. Si bien esto no había disipado por completo sus temores, al menos se sintió un poco más aliviada de tener tanta gente apoyándola. Luego terminaron sus tareas entregando un balde de agua a cada una de sus cabañas, siendo la de Kaede la última.
- "¡Bien, ya terminamos con las tareas! ¡Vamos a jugar!" - dijo Chidori mientras aplaudía una y otra vez mientras todos desataban las mangas de sus respectivos kosode.
- "Bien, ¿qué tal si jugamos a las traes?" - dijo Tsurusuke, con lo que los otros niños mostraron su acuerdo entre vítores y gritos alegres.
- "¡Oye, esa es una buena idea! ¡Y también tenemos una pelota para jugar kemari en la cabaña de Kaede una vez que hayamos terminado con eso!" - dijo Shippou.
- "¡Genial! Lo intentaremos después de que terminemos de jugar a las traes. Así que ahora... ¡Tú las traes!" - dijo Asahi mientras tocaba a Kinta. Los niños comenzaron a correr en todas las direcciones mientras se reían.
- "¡Hey! ¡Espérenme! ¡Los atraparé a todos!" - dijo riéndose mientras comenzaba a correr tras Asahi.
Los niños pasaron una tarde agradable jugando en la aldea, primero terminando sus rondas de las traes para luego comenzar a jugar a las escondidas y luego terminaron trayendo la pelota de goma roja que estaba almacenada en la mochila de Miko para jugar kemari con ella.
- "Parece que es hora de que nos vayamos a casa" - dijo Sakura cuando el sol comenzó a ponerse y el cielo se había tornado de color naranja.
- "Sí. Nuestros padres se enojarán con nosotros si no estamos en casa para cuando esté lista la cena" - dijo Yuuta con una sonrisa.
- "Ya veo. Es un poco triste que no podamos seguir jugando más hoy..." - dijo Miko mientras agarraba la pelota.
- "Aun así, ¡estoy muy contento de que hubiésemos podido jugar tanto, chicos!" - dijo Inuyasha - "¡Es la primera vez que me alegro de estar jugando kemari con alguien!" -
- "¡Me alegra saber eso, Inuyasha!" - dijo Tsurusuke mientras lo palmeaba en el hombro.
- "¿No podemos ir a jugar mañana de nuevo?" - preguntó Miko con una expresión triste.
- "Kaede-sama nos dijo que te dará entrenamiento de miko y que Inuyasha tendrá práctica de esgrima con el viejo que hizo su espada" - dijo Chidori, haciendo que Inuyasha abriera los ojos sorprendido - "Parece que no tendrán mucho tiempo mañana..." -
- "También tenemos que hacer nuestros propios quehaceres también" - dijo Asahi después de dejar escapar un suspiro - "Realmente, desearía que no estuviéramos tan ocupados los próximos días..." -
- "Todavía estamos agradecidos de que nos dejasen ayudarles con ellos y también de que nos dejasen jugar con todos ustedes" - dijo Miko con una sonrisa satisfecha - "Y quién sabe, ¿tal vez tengamos otra oportunidad en unos días?" -
- "¡Sí! ¡Entonces, hagamos todo lo posible para que podamos jugar juntos de nuevo!" - dijo Shippou saltando arriba y abajo.
- "¡Sí! ¡Y ya es hora de irnos! ¡Nos vemos luego!" - dijo Tsurusuke mientras él y los otros niños se despedían y comenzaban a caminar hacia sus propias cabañas. Inuyasha, Shippou y Miko entraron en la cabaña de Kaede, Miko se lavó las manos y la cara con un poco del agua que trajeron con ellos y luego se sentaron en el piso de madera para esperar el regreso de Kaede. Finalmente regresó cuando la noche había caído con un gran manojo de hierbas en sus manos.
- "¡Ah! ¡Bienvenida a casa, Kaede-sama!" - dijeron Inuyasha y Miko felices de verla.
- "¡Hola Kaede!" - dijo Shippou alegremente.
- "Hola, niños" - dijo Kaede con una sonrisa al verlos tan felices - "¡Veo que pasaron una tarde agradable!" -
- "¡Sí! ¡Pasamos todo el día ayudando a los otros niños de la aldea con sus tareas y también jugamos mucho con ellos y entre nosotros!" - dijo Miko colocando sus manos juntas.
- "¡Sí! ¡Nunca me había divertido tanto y pensé que nunca conocería a personas que me trataran tan bien como los niños de aquí y sus padres!" - dijo Inuyasha tan feliz que apenas podía contenerse.
- "Pero... tengo algunas preguntas, Kaede-sama... ¿Tengo mami y papi? ¿No soy sólo una huérfana que encontraste en alguna parte?" - preguntó Miko, lo que causó que su felicidad se desvaneciera y parecía estar a punto de comenzar a llorar.
- "¿Los otros niños te dijeron algo?" - preguntó Kaede mientras su sonrisa y la de Inuyasha se desvanecían y ambos la miraron con preocupación. Shippou miró a Kaede como si tratara de explicar lo que le había dicho a Miko antes, pero no podía decir nada sin parecer sospechoso.
- "Simplemente me dijeron que mis padres me enviaron contigo para comenzar mi entrenamiento como miko..." - dijo Miko con la mirada baja.
- "Bueno, ahí lo tienes. Tus padres me pidieron que me ocupara de tu entrenamiento y educación hasta que aprendas a usar tus poderes espirituales y por eso estás aquí ahora" - dijo Kaede con una mirada severa.
- "Está bien... Y para mi otra pregunta..." - comenzó Miko mientras se sonrojaba, pero Inuyasha tuvo un presentimiento sobre lo que iba a decir y lo hizo primero.
- "Bueno... Nuestra otra pregunta es que ya nos estás cuidando aquí y todo... ¿Podemos llamarte Kaede-obaasan?" - preguntó Inuyasha con una sonrisa tímida.
- "¿Oh? ¿Y de dónde sacaron esa idea?" - preguntó Kaede con una sonrisa divertida.
- "P-Porque... nos estás cuidando y sirviendo como mi maestra, y porque eres como una buena abuela para nosotros... Entonces... ¿Podemos llamarte así?" - preguntó Miko, nerviosa y un poco asustada de que estuviesen actuando de forma irrespetuosa ante la miko y líder de la aldea.
- "¡Claro! No tengo nietos, pero siempre los he visto a ustedes dos como si lo fueran" - dijo Kaede sonriendo con los ojos cerrados.
- "¡Sí! ¡Inuyasha, Kaede-obaasan es realmente como nuestra abuela!" - dijo Miko cuando ella e Inuyasha se abrazaron y comenzaron a saltar de alegría, pero se sonrojaron y se separaron un poco más tarde.
- "Me alegra verlos a ambos tan contentos con todo esto. En cualquier caso, es mejor que hagamos la cena ahora para luego irnos a dormir. Saben que los niños no deberían quedarse despiertos hasta tarde y mañana deberán levantarse temprano para sus respectivos entrenamientos. Si no recuerdo mal, el herrero demonio Totosai vendrá aquí mañana para enseñarte, Inuyasha" - dijo Kaede con una sonrisa mientras comenzaba a sacar algunos vegetales de uno de los jarrones cerca del hogar y un caldero para hacer un poco de estofado.
- "Sí, ¡realmente estoy esperando ver si todo lo que nos dijiste sobre esa espada oxidada es verdad!" - dijo Inuyasha con sus ojos brillantes de emoción para luego dirigir una breve mirada a Tessaiga, la cual descansaba en su vaina reclinada contra una de las paredes traseras de la cabaña - "Y vas a enseñarle a Miko cómo usar sus poderes, ¿verdad?" -
- "Sí, pero nuestro entrenamiento también incluirá lecciones de arquería y lo básico sobre encontrar hierbas medicinales en el bosque y los prados" - dijo Kaede mientras Shippou encendía el fuego en el hogar y ella llenaba el caldero con el agua que los niños habían traído - "Así que, Miko, espero que pongas todos tus esfuerzos en ello" -
- "¡Haré lo mejor que pueda, Kaede-obaasan!" - dijo Miko en un estallido de alegría.
- "Esperaré mucho de ti entonces" - dijo Kaede mientras asentía.
- "¡Yo también! ¡Espero ver tus poderes, Miko!" - dijo Inuyasha emocionado.
- "Jeje, ¡también quiero ver los poderes que puedes usar con esa espada, Inuyasha!" - rió Miko mientras sonreía con los ojos cerrados.
Miroku y Sango regresaron y se unieron a ellos para cenar poco después y luego de que todos habían comido, habían guardado los tazones y el caldero, y habían preparado sus futones, todos se fueron a dormir.
- 'No estoy completamente segura de las cosas que los otros niños y Kaede-obaasan me contaron acerca de mis padres... Pero me alegro de tener gente a mi alrededor que es tan amable con una niña como yo... Una plebeya sin recuerdos ni nada...' - pensó Miko mientras se daba la vuelta para dormir en su futón - 'Espero que podamos hacer algo para pagarles todo lo que han hecho por nosotros cuando recuerde todo...' -
- 'Esta es la primera vez que los humanos han sido tan amables conmigo... Un hanyou que todos rechazan y quieren muerto... Pensé que nadie, excepto mamá, sería así conmigo...' - pensó Inuyasha mientras temblaba brevemente - 'Y también estamos tan cerca de una noche de luna nueva... Pero al menos podré pasarla en un lugar seguro... Gracias, Kaede-obaasan... Y a todos en esta aldea que han sido tan amables... ¡haré lo mejor que pueda en mi práctica de esgrima mañana para poder proteger este lugar!' -
Y con estos pensamientos en sus cabezas, ambos se quedaron dormidos ...
{El Fin}