Capítulo 5:
Buscando una Cura y Encontrando Problemas
{Opening: One Day, One Dream}
Después de pasar un día en el presente, Kagome e Inuyasha regresaron a la época antigua para ver si sus amigos habían hallado una forma de curarlos de los efectos del agua. Poco después de que volvieron, se sentaron a conversar sobre los planes del viaje.
- "Bueno, ¿tuvieron alguna idea de cómo regresarnos a la normalidad?" - preguntó Kagome esperanzada.
- "Podría ser. Kaede-sama nos dijo que el agua del otro manantial de la cueva podría ser la cura para ustedes dos" - respondió Miroku sonriéndole.
- "¿En serio?" - preguntó Kagome mientras se le iluminaba el rostro.
- "¡Sí, solo tenemos que ir hasta allá de nuevo!" - dijo Sango sonriéndole a su amiga.
- "¡Genial! ¡Entonces vayamos de una buena vez!" - dijo Inuyasha mientras se ponía en pie, pero no pudo dar más que dos pasos, porque Miroku lo golpeó con su cetro.
- "Cálmate, pequeña bestia. Deberías saber que la prisa no ayuda en nada" - dijo mientras hacía como si rezara.
Inuyasha terminó quitándose el cetro de Miroku de la cabeza y mirándolo como si quisiera matarlo.
- "Miroku, me vuelves a hacer eso o a decirme así; y me las pagarás" – refunfuñó.
- "Él tiene razón, Houshi-sama. No debería molestarlo así" - le susurró Sango.
- "¡No puedo esperar para volver a mi edad normal!" - dijo Kagome con sus manos juntas y sus ojos resplandeciendo, como si la situación con Miroku e Inuyasha no estuviese sucediendo justo a su lado.
- "Por cierto, Kagome... Te ves un poco distinta de la última vez que te vimos" - le dijo Sango con interés.
- "Oh, debe ser por las zouri que llevo puestas y porque ahora tengo una cinta blanca sujetándome el pelo" - dijo mientras se señalaba los pies y giraba para mostrarle la cinta a Sango.
- "Puede ser. Aun así se te ven muy bien- ¡Aaaagghhh!" - gritó de repente mientras su cara se volvía roja, asustando a Kagome. De inmediato se volteó hacia Miroku y lo abofeteó con todas sus fuerzas - "¡Houshi-sama! ¿¡Cómo se atreve usted!?" -
- "Es cierto, Miroku-sama" - dijo Kagome moviendo su dedo índice con una sonrisa traviesa en el rostro: estaba comportándose tal y como se esperaría de una niña - "Parece que usted nunca aprende la lección" -
- "Lo siento mucho, Sango. No pude evitarlo" - dijo Miroku con toda la seriedad que le fue posible.
- "Y cuidado si te atreves a hacerle algo así a Kagome, porque si lo haces, puedes darte por muerto" - dijo Inuyasha mostrando de nuevo su lado sobreprotector, pero por desgracia sólo avivó la furia de Sango, lo cual la esparció hacia los demás.
- "¡Sí es que todavía vive después de que yo termine con él!" - dijo Sango.
- "¡O yo!" - agregó Kagome encendida.
- "¡Y después sigo yo!" - dijo Shippou enojado.
- "Eh... hehe... muchachos..." - dijo Miroku riéndose nerviosamente mientras se frotaba la marca que la mano de Sango había dejado en su cara. Para su suerte, Sango se calmó al poco rato.
- "En todo caso, partiremos mañana temprano, que ya es algo tarde" - dijo Sango mirando hacia el horizonte: ya el sol se estaba poniendo y oscurecería pronto. Así que sin más que decir, fueron hasta la aldea y se hospedaron de nuevo en casa de Kaede.
La mañana siguiente fue muy agitada, todo porque Inuyasha se despertó con mucha energía y no podía esperar a que los demás se despertaran.
- "¡Ya, despierten todos! ¡El sol ya salió!" – dijo saltando por todas partes para tratar de despertarlos.
- "Uhhh... Deberías dejarnos dormir un poco más..." - le respondió Kagome con una cara llena de sueño.
- "¿No era que querías volver a la normalidad?" - le preguntó Inuyasha mientras la miraba confundido.
- "¡Sí, pero también quería descansar!" - le respondió enojada.
- "A veces no te entiendo..." - dijo Inuyasha viendo hacia una de las paredes.
- "Eres un necio…" - dijo Kagome.
- "¡Y tú eres una tonta!" - le gritó Inuyasha tan molesto como ella.
- "¡Abajo!" - gritó Kagome; y con la caída de Inuyasha al suelo, la discusión llegó a su fin.
- "¡¿Siempre tienes que hacer eso!?" - le preguntó Inuyasha enfadado mientras intentaba ponerse en pie.
- "Deberías esperar a que nos levantemos..." - dijo Sango soñolienta, pero enseguida gritó y le dio una bofetada a Miroku, el cual aparentemente aún estaba dormido a su lado.
- "¿¡Había necesidad de que me despertaras de esa forma, Sango!?" - dijo Miroku despertándose asustado.
- "¡No se haga el inocente, Houshi-sama! ¡Usted estaba siendo el depravado que siempre ha sido!" - le respondió una Sango furiosa mientras señalaba la mano de Miroku que estaba justo detrás de ella: al parecer Miroku ya estaba despierto desde hacía rato, pero se hizo el dormido por un poco más de tiempo para meter la mano sigilosamente.
- "Vaya, pero no tengo idea de que hablas, Sango" - dijo Miroku con una voz falsamente dignificada y sorprendida.
- 'Vaya mentiroso...' - pensó Shippou poco después que se levantó desperezándose y estirándose.
El desayuno fue igual de tenso, ya que Sango le estaba lanzando miradas asesinas a Miroku a cada rato, mientras que Kagome e Inuyasha parecían estar compitiendo en un concurso de miradas. Por suerte, ya los ánimos se habían calmado para cuando salieron de camino hacia el valle.
- "Vaya mañana más agitada que tuvimos" - comentó Kagome mientras caminaban por colinas llenas de rocas en camino hacia su destino.
- "¿Todavía sigues diciendo que es por mi culpa?" - replicó Inuyasha molesto, Kagome estaba empeñada en que él era el causante de esa riña.
- "¿Otra vez quieres que repita la palabra que empieza por 'a'?" - lo amenazó Kagome; y a Inuyasha no le quedó de otra que quedarse tranquilo.
- "Argh... Está bien" -
- "Houshi-sama, debería aprender de Inuyasha sobre cómo comportarse" - dijo Sango mientras observaba a ambos niños.
- "Pero Sango, recuerda la maldición de mi familia..." - empezó a excusarse Miroku.
- "La cual no se va a quitar ni aunque eliminemos a Naraku" - lo interrumpió Shippou con voz seria.
- "Mejor mantén tu boca cerrada, Shippou" - dijo Miroku irritado.
En ese momento, Inuyasha se detuvo a olfatear el aire: había captado un olor desagradable que también le resultaba conocido...
- "Esperen, siento un mal olor acercándose" - dijo retorciendo la cara a causa de la repugnancia que le causaba ese olor.
- "¿Qué clase de olor es?" - preguntó Kagome.
- "Huele a... ese lobo rabioso" - resopló Inuyasha con rabia.
- "¿Qué lobo? Un momento... ¿te refieres a Kouga?" - preguntó Kagome alarmada.
- "Sí... Pero..." - Inuyasha no continuó la frase. Pensaba en deshacerse de Kouga de una vez por todas para que dejara de molestarlos a él y a Kagome.
- "¡Esperen! ¡No podemos permitir que los vea así!" - dijo Sango mientras miraba alrededor en busca de un escondite para sus amigos.
- "¡Keh!" - resopló Inuyasha, mostrando su clásica mala actitud - "¡No me importa! ¡Es más, creo que así tendré más ventaja para eliminarlo!" -
- "No importa lo que pienses ahora, Inuyasha" - lo regañó Miroku - "Deberías ocultarte junto con Kagome"
- "Es verdad" - asintió Kagome. Inuyasha resopló en protesta pero no le quedó más que aceptar lo que le decían.
Escondieron a Kagome y a Inuyasha detrás de una gran roca que tenían cerca. Terminaron justo a tiempo, porque inmediatamente después apareció un remolino azul desde la distancia y Kouga emergió de él.
- "Hola" - los saludó sin prestarles importancia y se puso a olfatear el aire - "¿Kagome y la bestia están con ustedes?" -
- "Uhh... No, ellos no están aquí" - dijo Sango, a lo cual asintieron Miroku y Shippou. Sin embargo, vio que esa pequeña mentira no sirvió nada.
- "¡No me mientan! ¡Puedo oler a esos dos cerca de aquí!" - le gritó Kouga, pero luego puso una cara de suspicacia - "Aunque sus olores son un poco distintos..." -
- "¡Maldición! ¡No soporto a ese estúpido lobo!" - gruñó Inuyasha desde su escondite.
- "¡No te atrevas a salir!" - le dijo Kagome en cuanto lo vio desenfundar y transformar a Tessaiga.
- "¡Eso ya no importa!" - dijo Inuyasha mientras saltaba desde atrás de la roca hacia Kouga - "¿¡Me buscabas, lobo rabioso!" -
- "¡No!" - gritó Kagome.
- "¿Qué rayos...?" - dijo Kouga, pero reaccionó rápidamente y esquivó el ataque de Inuyasha - "Bestia, ¿qué fue lo que te pasó? ¿Acaso te metiste a bañar en agua caliente y te encogiste?" -
- "¡Eso no es asunto tuyo, basura!" - le gritó Inuyasha mientras corría para atacarlo, irritado por haberlo hecho quedar como un tonto.
- "¡ABAJO!" - gritó Kagome desde su escondite, haciendo que Inuyasha se cayera contra el suelo y su espada se saliera de sus manos, clavándose en el suelo justo enfrente de él y casi cayéndole en la cabeza. Sin embargo, Kouga pudo verla cuando hizo esto, ya que se había asomado desde detrás de la roca para gritarle a Inuyasha.
- "¿¡Kagome!?" - dijo Kouga en cuanto la vio. Podría decirse que la reconoció por su aroma, ya que a través de su apariencia no la habría reconocido nunca a pesar de que no se veía muy diferente de cómo sería cuando tuviese siete años más.
- "¡Uy, no!" - dijo Kagome tratando de escaparse, pero Kouga fue muy rápido para ella. Corrió justo hacia donde estaba ella.
- "¿Qué te ocurrió? ¿¡Esa bestia repugnante tuvo la culpa!?" - le preguntó en cuanto llegó a su lado; y se quedó mirándola con los ojos del tamaño de platos.
- "No, Kouga... Es que..." - trató de empezar a explicarse Kagome mientras se sonrojaba.
- "¡Aléjate de Kagome, maldito lobo!" - exclamó Inuyasha furioso.
- "¡Tú no eres nadie para darme órdenes, bestia!" - le gritó Kouga. Se volteó hacia Kagome, se inclinó un poco en dirección a ella y la sujetó de las manos - "Kagome, sólo quiero que sepas que no me importa que apariencia tengas, siempre serás mi mujer" -
Por lo general, Kagome sólo le sonreía a Kouga o no le daba importancia a sus comentarios, pero en esta ocasión terminó ofendiéndose.
- "¿¡Estás loco!? ¿¡Cómo puedes siquiera pensar el decirme eso mientras soy una niña!?" – dijo ella sonrojándose aún más y pensando que él tenía que haber perdido el juicio para decir eso. Muy para la sorpresa de Kouga, se soltó de su agarre haciendo acopio de todas sus fuerzas.
Un viento frío empezó a soplar a través de las colinas, ya que todos los presentes se habían quedado mudos cuando escucharon lo que Kouga y Kagome se habían dicho.
- "Y tú pensabas que yo era malo. ¿No, Sango?" - le preguntó Miroku tan pronto como recuperó el habla.
- "Realmente no sé quién es peor, Houshi-sama" - dijo Sango; y Miroku se quedó de piedra.
- "¡Debería darte vergüenza, Kouga!" - gritó una voz a lo lejos; y poco después, otro remolino apareció y del emergió una muchacha vestida con pieles plateadas y de cabello rojo. Era Ayame, la prometida de Kouga.
- "Eres Kagome, ¿verdad?" - preguntó tan pronto como llegó al lado de Kagome y Kouga.
- "Ehh... Sí, soy yo" - respondió Kagome algo avergonzada.
- "Veo que tuviste un cambio de apariencia... ¿Qué edad tienes ahora?" - preguntó Ayame inclinándose enfrente de ella para que sus rostros estuvieran a la misma altura mientras le dedicaba una sonrisa.
- "Creo… Creo que ahora tengo como ocho años…" - respondió Kagome mirando al piso.
Al oír eso, Ayame se levantó y miró a Kouga con furia.
- "¿¡Cómo se te ocurre decirle esas cosas a una niña como ella, Kouga!?" - le gritó Ayame.
- "¡No hables de eso, Ayame!" - dijo Kouga de mal humor - "¿No recuerdas que yo te hice esa promesa cuando tenías su misma edad?" -
Eso último se le escapó a Kouga, así que se cubrió la boca con las manos espantado cuando terminó de decirlo, pero era demasiado tarde porque todos los demás lo habían oído. Todos se quedaron de piedra mientras soplaba otra brisa fría a través de las colinas.
- "Lobo... Acabas de cavar tu propia tumba" - comentó Inuyasha con voz neutra - "¿No decías que no recordabas eso?" -
- "Sí; y ahora tendrá que cumplirla. Después de todo, esa promesa tiene mucha más antigüedad que el compromiso al que quiere obligar a Kagome" - dijo Miroku, y al oír estas palabras, Kouga cómicamente se volvió de piedra y se resquebrajó.
- "¿Ahora cumplirás con tu promesa?" - le preguntó Ayame ilusionada mientras tomaba de las manos a su prometido espantado - "¿Ahora que sabemos que en verdad nunca la olvidaste?" -
- "¡Olvídalo!" - dijo Kouga empecinado - "¡Kagome será mi mujer!" -
Tanto Kagome como Ayame ya estaban molestas por este asunto, pues nadie se esperaba que Kouga fuera tan obstinado.
- "Lástima que el rosario y su hechizo sólo afectan a Inuyasha, porque si pudiera, ¡lo estaría usando en ti, Kouga!" - le gritó Kagome furiosa.
- "¡No puedes decirle a una niña que será tu mujer, sobre todo después de que prometiste que te casarías conmigo! ¡Tonto!" - gritó Ayame. Golpeó a Kouga en la cabeza tan fuerte que lo dejó inconsciente al instante. En cuanto Ayame se calmó, lo recogió y se lo subió a la espalda.
- "Es tan fuerte que asusta…" – dijo Shippou asustado.
- "Eso es lo que pasa cuando haces enojar a una chica" – dijo Sango con una mirada seria, dejando a Miroku con una mueca de miedo.
- "Bueno, nos veremos después" - se despidió Ayame mientras se alejaba caminando de ellos y se giraba para decirles adiós. Movió la cabeza en dirección a Kagome e Inuyasha - "Kagome, Inuyasha, cuídense mucho hasta que regresen a la normalidad, ¿de acuerdo?" -
- "¡Sí, gracias!" - dijo Kagome sonriendo.
- "¡Keh!" - resopló Inuyasha mientras Ayame se envolvía de en un remolino con Kouga en su espalda y se alejaba a gran velocidad de ellos.
- "Bueno, será mejor que continuemos nuestro camino" - dijo Sango; y después de que asintieron en respuesta, continuaron caminando.
Al mediodía, decidieron parar a comer, así que Sango sacó un mantel y algo de comida de la mochila de Kagome y lo colocaron sobre la hierba. Realmente parecía que estuviesen teniendo un día de campo.
- "Así que; ¿qué quieren comer?" - les preguntó Kagome.
- "¡Quiero algo de esa sopa con ramen instantánea!" - respondió Inuyasha con emoción.
- "¿Y no te aburres de comer eso todo el tiempo?" - le preguntó Kagome asombrada.
- "No, ¿por qué?" - dijo Inuyasha mientras la miraba desconcertado.
Pero Kagome sólo suspiró mientras iba hacia su mochila, la cual estaba en el suelo cerca del mantel sobre el que estaban sentados.
- "No, por nada," - respondió al fin - "Sólo era que había traído otras cosas para variar un poco lo que comemos" -
- "¿Cómo qué?" - preguntó Shippou con interés.
- "Algunas frutas y cereales. Fueron todos ideas que me dio mamá, asi que pueden revisar a ver si quieren" - dijo Kagome señalando hacia su mochila.
Disfrutaron de un almuerzo muy agradable, en especial por los jugos de frutas que Kagome había preparado con la ayuda de su madre y traído para todos. Sin embargo, poco después de que terminaron de comer y estaban sentados digiriendo la comida antes de continuar su travesía hacia el valle, se sintió una presencia muy extraña...
- "Siento una presencia. ¡Y se está acercando!" - anunció Miroku, lo cual los puso a todos en alerta.
- "¿Es alguna clase de monstruo?" - preguntó Sango mientras se preparaba para pelear.
- "No, yo también puedo sentirla," - dijo Kagome - "Me es familiar, pero no puedo identificar quién o qué es".
- "Creo que sé quién es..." - dijo Inuyasha con una expresión indescifrable.
- "¿Hablas en serio?" - le preguntó Shippou sorprendido.
- "Sí, pero éste no es un buen momento para que aparezca..." - dijo Inuyasha mientras apretaba los dientes y pensaba - 'Maldición, ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué tuvo que venir aquí justo ahora!?' -
- "¿Por qué? ¿De quién se trata?" - le preguntó Kagome, lo cual lo sacó de sus pensamientos.
- "Sólo puedo decirte que huele a tierra y cadáveres..." - dijo Inuyasha con una expresión que decía claramente que era mejor que no lo supieran. Pero los demás se espantaron en cuanto Inuyasha terminó de pronunciar esas palabras.
- "Espera un momento... Te refieres a..." - empezó Kagome, pero Sango y Miroku terminaron la frase por ella:
- "¿¡Kikyou!?" -
- "¡Sí! ¡Así es!" - les dijo Inuyasha muy alterado - "¡Tenemos que ocultarnos de inmediato!" -
Kagome se enfadó en cuanto vio como reaccionaba Inuyasha...
- "¿Por qué?" - le dijo en un tono agrio - "¿Acaso te da vergüenza ver a tu amada Kikyou así?" -
- "¡Deja los celos por un momento, tonta!" - le dijo Inuyasha enfadado - "¡Lo que ocurre es que me preocupa lo que ella pueda hacerte mientras estamos así! ¿¡O ya no piensas correctamente!?" -
- '¿Acaso Inuyasha se preocupa por mí ahora más de lo que le importa ver a Kikyou?' - pensó Kagome sorprendida.
- "¡Hay una cueva justo debajo de nosotros!" - dijo Sango señalando hacia el suelo - "¡Apresúrense y escóndanse allí!" -
Kagome e Inuyasha salieron corriendo y entraron a la cueva. Afortunadamente lo hicieron rápido, porque casi inmediatamente después apareció Kikyou caminando junto con sus dos shikigami, Kochou y Asuka. Sin embargo, estaba envuelta por una extraña aura oscura, algo completamente antinatural a su aspecto habitual.
- "Los amigos de Inuyasha..." - dijo Kikyou en cuanto estuvo cerca de ellos lo suficiente para hablarles.
- "¿Que has venido a hacer aquí, Kikyou?" - le preguntó Sango con cautela. El aura negra los había puesto a todos en guardia.
- "Solamente nos cruzamos en el camino, aunque noté que Inuyasha estaba por los alrededores y quise venir a verlo..." - miró alrededor; y al notar que no faltaban dos personas, se giró de nuevo hacia los tres - "¿Y cómo es que ni él ni Kagome están con ustedes en este momento?" -
- "Es que fueron a investigar un rumor que escuchamos sobre Naraku..." - dijo Miroku sudando, pero Kikyou notó que no era cierto.
- "Monje, puedo notar me estás mintiendo por el modo en que me miras. Ahora, díganme dónde están, o tendré que llamarlos hasta aquí" – dijo ella irritada.
- "Kikyou-sama, puedo sentir sus presencias muy cerca de nosotros" - dijo Kochou con una voz tan leve que apenas se oía.
- "¡No puede ser cierto!" - dijo Sango - "¡Ellos se alejaron mucho de nosotros!" -
Pero era obvio que Kikyou sentía que ellos estaban muy cerca de donde se encontraban, así que era imposible que siguieran engañándola para que no encontrara a Inuyasha y Kagome.
- "Como no quieren ser honestos, no me dejan otra opción..." - se volteó hacia uno de sus shikigami - "¡Asuka!" -
- "Sí, Kikyou-sama..." - dijo mientras ella y Kochou se acercaban a Kikyou.
- "¿¡Qué van a hacer!?" - dijo Shippou, pero Kikyou no se molestó en responder: había empezado a recitar un conjuro junto con sus shikigami; y cuando terminó de pronunciarlo, unas esferas de luz blancas salieron de ella y fueron hasta la cueva donde estaban ocultos Kagome e Inuyasha.
- "¿¡Qué es esto!?" – dijo Inuyasha en shock.
- "¡Creo que Kikyou lo hizo!" – dijo Kagome al notar que emitían grandes cantidades de energía espiritual. Las luces los rodearon y empezaron a halarlos hacia afuera.
- "¡Maldición! ¡No quiero ir!" - dijo Inuyasha, sujetándose tan fuerte como podía de una de las rocas de la cueva con una mano.
- "¡Ni yo tampoco!" - dijo Kagome mientras se aferraba a la otra mano de Inuyasha, pero la fuerza del conjuro fue mayor a lo que ella pudo soportar y la terminó halando hacia afuera - "¡Inuyasha!" -
- "¡Kagome!" - gritó Inuyasha tratando de alcanzarla, pero no lo logró porque también tenía que mantenerse sujeto para que el conjuro no lo llevara.
Mientras tanto, Kagome fue arrastrada hasta Kikyou por el conjuro.
- "¿Quién se supone que es esta niña?" - dijo mirando a Kagome con desagrado - "¿Acaso fallé ejecutando este conjuro?" -
Los ojos de Kikyou se fijaron en el arco y el carcaj con flechas que cargaba Kagome en su espalda; y cuando ella pudo levantarse después de que el conjuro se deshizo, Kikyou la sujetó de la cara y se puso a examinarle el rostro cuidadosamente.
- '¿¡Kaede!? No, no puede ser...' - pensó Kikyou, pero se dio cuenta de quién era cuando empezó a sentir su energía - "Esta energía… es inconfundible, pero… ¿Cómo puede ser esta niña Kagome?" -
- "¡Maldición, se dio cuenta!" - dijo Miroku espantado. Él y los demás se habían quedado inmóviles con expresiones neutras mientras Kikyou examinaba a Kagome, para que no pareciera sospechoso el hecho de que fueran a ayudarla. Pero tan pronto como Kikyou se dio cuenta de que tenía a Kagome en sus manos, ellos salieron corriendo hacia donde estaban ellas dos para intentar rescatar a Kagome, pero fueron repelidos poco antes de que pudieran llegar a ellas.
- "¿¡Una barrera!?" - preguntó Miroku mientras golpeaba la translúcida pantalla púrpura con su shakujou.
- "¡Así no podremos ayudar Kagome!" - dijo Sango clavando su Hiraikotsu en el suelo con rabia.
- "¡Kagome!" - gritó Shippou. El interior de la barrera se rodeó de una niebla blanca el instante siguiente, impidiendo que vieran lo que ocurría dentro.
Allí, Kikyou mantenía a Kagome inmovilizada con sus shinidamachuu para evitar que intentara usar sus poderes o escapar.
- "Esto es muy interesante..." - dijo Kikyou mientras paseaba delante de Kagome para luego encararla - "Mi estimada Kagome, ya eras muy joven y entrometida cuando nos vimos por primera vez; y resulta que ahora has sido reducida a la mitad de tu edad real" -
- "¡Déjame en paz, Kikyou!" - le gritó Kagome mientras forcejeaba con las criaturas, pero no pudo hacer mucho contra ellas.
- "Creo que será mejor que me deshaga de ti de una vez por todas ahora que tengo la oportunidad..." - le dijo Kikyou con una sonrisa malévola, ignorando los gruñidos y forcejeos que hacía Kagome intentando liberarse - "Así no habrá estorbos entre Inuyasha y yo... y podré al fin llevármelo al infierno conmigo..." -
- "¿¡Cómo puedes ser tan ingrata!?" - dijo Kagome mirando al suelo: se arrepentía por haberle salvado la vida a Kikyou después de lo ocurrido en el Monte Hakurei - "Después de lo que hice por ti en esa ocasión..."
- "¡Cierra la boca!" - le gritó Kikyou, interrumpiendo lo que Kagome lo que estaba diciendo - "¡Yo nunca te pedí que me ayudaras en ese momento! ¡Tú fuiste quién decidió ayudarme...! Y de cualquier modo, ¡ya te lo había pagado con la flecha que le di a Inuyasha para ti!" -
En ese mismo momento, la barrera se abrió brevemente para dejar entrar a Inuyasha mientras estaba siendo arrastrado hacia Kikyou por el conjuro, justo cuando Kikyou estaba levantado su arco y preparando una flecha.
- "Kikyou, ¿qué crees que le haces a Kagome?" - dijo mirándola con ojos llenos de amargura y tristeza.
- "¿Inuyasha? ¿Tú también...?" - dijo Kikyou sorprendida, pero su sorpresa se volvió una sonrisa a los pocos instantes. Apoyó su mejilla en su mano - "Te ves muy tierno así..." -
- "No sé qué te ocurre ahora, Kikyou, pero si sigues tratando de matar a una niña indefensa como ella, tendré que destruirte..." - dijo Inuyasha mientras sacaba a Tessaiga y la transformaba para que Kikyou comprendiera que hablaba en serio. En ese momento, el aura extraña que rodeaba a Kikyou se desvaneció; y como si hubiera recobrado el sentido, las pupilas de sus ojos se dilataron: parecía que había estado bajo el control de alguien más, pero siendo consciente de todo lo que había hecho.
- "Inuyasha, así que Kagome te importa más que yo…" - dijo Kikyou tristemente mientras se volteaba para ordenarle a sus shinidamachuu que liberaran a Kagome y que la bajaran con suavidad sobre la hierba. Se giró para verlo una última vez - "Inuyasha, esperaré hasta que regreses a la normalidad y termines todo lo que tengas pendiente..." –
Se giró para ver a Kagome: - "Kagome… lamento mucho todo lo sucedido hoy… creo que mis emociones negativas se apoderaron de mí; y actúe sin usar la razón… lo siento…" –
Disolvió la barrera y se alejó en silencio.
- 'Esto es increíble, Inuyasha me escogió a mí… ¡hasta amenazó con eliminar a Kikyou si no me dejaba en paz!' – pensó Kagome alegre. Sin embargo, su felicidad se volvió pensamientos oscuros a los pocos momentos – 'Pero… ¿Qué pudo haber sido tan poderoso como para que obligara a alguien con una voluntad tan fuerte a actuar de ese modo…?' -
- "Vamos, retomemos lo que hacíamos y continuemos nuestro camino hasta el valle" - dijo Inuyasha mientras guardaba su espada de nuevo en su funda y comenzaba a caminar.
- "¡Sí!" - respondió Kagome llena de felicidad mientras seguía a Inuyasha dando saltitos.
- "¿Alguna idea de que habrá pasado allí dentro?" - le susurró Miroku a Sango sorprendido.
- "Ninguna, Houshi-sama..." - le respondió Sango tan sorprendida como él.
- "Y ustedes creen que no los estoy escuchando, ¿verdad?" - les preguntó Inuyasha con amargura.
- "Discúlpanos..." - dijo Sango un tanto avergonzada.
- "Perdonanos…" – dijo Miroku con una sonrisa nerviosa.
Mientras tanto, Kikyou continuó caminando por las colinas, hacia un destino conocido solo por ella.
- 'Esa niña no sólo se parece a mí, sino también a Kaede cuando era niña… ¿cómo es eso posible?' - pensó Kikyou extrañada.
- "¿Se encuentra bien, Kikyou-sama?" - le preguntó Kochou.
- "Parece preocupada por algo..." - dijo Asuka. Ambas shikigami aún tenían sus expresiones neutrales.
- "No se preocupen, estoy bien" - les respondió Kikyou en una voz neutral. A pesar de ello, en realidad estaba sumida en sus pensamientos – 'Sin embargo, esa extraña aura que se apoderó de mis emociones… ¿Qué pudo haber sido? …Tengo la sensación de que algo ominoso está por suceder en este mundo… y ni yo misma sé que pasará de ahora en adelante'
Respecto a Inuyasha y los demás, ellos siguieron su camino; y cuando llegaron a un punto en el que las colinas terminaban para dar paso a una amplia explanada, vieron que alguien se acercaba a lo lejos.
- "¿Quién creen que será?" - preguntó Kagome cubriendo sus ojos del sol con la mano tratando de ver quién era.
- "No lo sé, no puedo distinguir bien su olor ni su apariencia desde aquí" - dijo Inuyasha tratando de obtener el olor de la persona desconocida, pero fue en vano.
- "Bueno, lo sabremos si usamos esto" - dijo Miroku mientras sacaba los binoculares de la mochila de Kagome.
- "¡Buena idea, Miroku-sama!" - dijo Kagome aplaudiendo emocionada.
- "Es raro que se le ocurran ideas buenas que no incluyan estafar a la gente o buscar mujeres" - dijo Inuyasha cruzándose de brazos y poniendo una cara de asombro.
- "Eso si fue un comentario innecesario, Inuyasha' - pensó Miroku con amargura mientras miraba por los binoculares, pero se espantó tanto cuando vio a la persona que casi se desmayó.
- "Houshi-sama, ¿qué ocurre?" - dijo Sango cuando vio la cara de susto de Miroku.
- "Es..." - dijo Miroku, tan pálido que parecía un fantasma - "Es... ¡Sesshoumaru!" -
- "¿¡Qué!? ¿¡Acaso es posible que tengamos peor suerte!?" - preguntó Kagome asustada.
- "¡Esto ya es ridículo! ¡Primero el lobo sarnoso, luego Kikyou y ahora esto!" - dijo Inuyasha mientras cerraba una de sus manos en un puño - "¡Bueno, ésta vez no me pienso ocultar!" -
Y salió corriendo hacia donde se encontraba Sesshoumaru.
- "¡Espera, Inuyasha!" - le dijo Sango tratando de detenerlo en vano.
- "¡Es el mayor de los tontos!" - dijo Shippou mientras todos corrían tras él.
Sesshoumaru estaba de pie en el borde de un bosque cercano mirando hacia el cielo, mientras Rin jugaba con las flores que había en el suelo y Jaken vigilaba a Rin y a Ah-Un, el segundo durmiendo pacíficamente sobre la hierba.
- 'El aire apesta a ese inútil de Inuyasha, pero... huele diferente a su esencia de siempre' - pensó Sesshoumaru.
- "Uy, ¿qué sucede, Sesshoumaru-sama?" - preguntó Jaken al ver la conducta de Sesshoumaru.
- "Sesshoumaru-sama, ¿se encuentra bien?" - le preguntó Rin preocupada.
- "Jaken, apártate y aleja a Rin de aquí..." - dijo Sesshoumaru en su típica voz sin emociones.
Jaken se puso a olfatear el aire y de inmediato comprendió la razón por la que le habían dado esa orden.
- "Oh, sí, ya veo, amo..."
Mientras tanto, Inuyasha corría al encuentro de Sesshoumaru.
- '¡Este será el día! ¡Hoy por fin le quitaré a ese idiota de Sesshoumaru ese complejo de superioridad que tiene!'- pensó Inuyasha emocionad. Cuando sintió que estaba lo bastante cerca, desenfundó y transformó a Tessaiga y saltó para golpear a Sesshoumaru desde arriba.
- "¡Sesshoumaru! ¡Vine por ti!" - gritó Inuyasha mientras caía.
- "Huh?" – musitó Sesshoumaru mirando hacia arriba - '¿Inuyasha?' –
Para desgracia de Inuyasha, su ataque falló porque de inmediato Sesshoumaru desenfundó a Toukijin y bloqueó el golpe.
- "Siempre pensé que eras un estúpido..." - le dijo Sesshoumaru mientras ambos tenían sus espadas cruzadas - "Pero no creí que fueras a serlo tanto como para atacarme en esa forma..." -
- "¡Cierra la boca!" - le gritó Inuyasha mientras se apartaba un poco y trataba de asestarle otro mandoble con la espada, pero Sesshoumaru lo bloqueó de nuevo.
- "¡Ahora no sólo eres un hanyou insignificante, sino también un simple niño! ¡Eres aún más patético que antes! ¡Ni creas que te tendré compasión sólo por ese cambio de apariencia!" - dijo Sesshoumaru mientras ambos se separaban y se preparaban para atacarse de nuevo.
- "¡Me parece bien! ¡Kaze no Kizu!" - gritó mientras le arrojaba las ondas de energía, pero Sesshoumaru las esquivó sin esfuerzo alguno.
- "Así que viniste preparado para morir... Cumpliré tu deseo en ese caso..." - dijo Sesshoumaru mientras le apuntaba con su espada. Le arrojó a Inuyasha una onda de energía con Toukijin, la cual lo golpeó directamente en el pecho. Inuyasha cayó al suelo, pero se recuperó y se puso en pie rápidamente.
- "¡Maldición! ¡Ya verás!" - le gritó Inuyasha mientras cristalizaba su espada - "¡Kongousouha!" -
Le arrojó un aluvión de diamantes a Sesshoumaru; y aunque fue un golpe directo, no mostró señas de haberle causado daños, porque Sesshoumaru se sacudió los diamantes de encima como si fueran polvo.
- "Veo que has progresado desde nuestro último encuentro, ¡pero este será tu fin!" - dijo mientras ponía su espada en posición horizontal y una corriente eléctrica la recorría - "¡Souryuuha!" -
Le arrojó a Inuyasha un rayo azul, el cual tomó la forma de un gran dragón, pero Inuyasha sólo sonrió como respuesta a ese ataque.
- "¡Gracias, Sesshoumaru! ¡Nunca pensé que me ayudarías a hacerte trizas!" - dijo Inuyasha mientras agitaba su espada con fuerza - "¡Bakuryuuha!"-
Arrojó una onda de energía que se mezcló con parte del rayo con forma de dragón, formando un remolino que chocó con el resto del Souryuuha hasta que ambos se desvanecieron. Se habían anulado entre sí.
- "Creo que estamos muy parejos. ¿No te parece, Sesshoumaru?" - comentó Inuyasha mientras sonreía sarcásticamente.
- "¡Nunca te atrevas a compararte conmigo! ¡Admito que tus poderes se han incrementado, a pesar de que ahora eres un insignificante mocoso, pero nunca serás más que un hanyou! ¡Nada te da el derecho de compararte conmigo o con mi padre!" - dijo Sesshoumaru furioso. El hecho de que Inuyasha hubiera dicho esa simple frase lo puso furioso como rara vez se ha visto, porque sus ojos mostraban una sombra roja, como si se fuera a transformar.
El resto del grupo de Inuyasha, con Kagome al frente, llegó poco después.
- "¡Inuyasha! ¡Detente!" - le gritó a lo lejos, haciendo que Sesshoumaru se fijara en ella.
- "Así que a esa mujer le pasó lo mismo que a ti," - dijo sonriendo malévolamente mientras un aura negra lo rodeaba - "Esto será interesante..." -
Mientras Inuyasha ponía una cara de espanto, Sesshoumaru clavó a Toukijin en el suelo, fue corriendo hacia Kagome; y antes de que alguien pudiera hacer algo... la tomó del cuello y empezó a estrangularla.
- "¡Suéltame, no... puedo... respirar!" - gritó Kagome mientras se movía en la mano de Sesshoumaru tratando de liberarse.
Al ver esto, Inuyasha fue corriendo hacia Sesshoumaru para salvar a Kagome, pero...
- "¡Déjala en paz, infeliz!" - le gritó Inuyasha.
- "Eres un tonto inútil…" - dijo Sesshoumaru en tono de burla, ya que sacó una garra de monstruo donde tenía el brazo izquierdo y agarró a Inuyasha por el cuello con ella, haciendo que Tessaiga se cayera de sus manos. Trató de liberarse de la garra de Sesshoumaru, incluso trató hundiéndole sus garras y colmillos, pero le fue imposible.
- "Suéltame... ¡Maldito! ¡Sankontessou!" - gritó mientras golpeaba con sus garras cubiertas de un aura dorada la garra con la que Sesshoumaru lo sujetaba, pero no le hizo ningún efecto: la garra con la que lo sujetaba era de dragón y sus ataques ni siquiera podían rasguñar sus gruesas escamas.
- "Kagome..." - murmuró Inuyasha amargamente. El color en el rostro de Kagome empezaba a desvanecerse y ella empezaba a desmayarse por la falta de aire, así que Inuyasha clavó sus garras en las palmas de sus manos, manchándolas con su propia sangre.
- "¡Hijinkessou!" - gritó acuchillando el aire en dirección a la mano con la que Sesshoumaru sujetaba a Kagome, lanzándole un aluvión de ondas carmesí, pero no sirvió de nada: Sesshoumaru ni siquiera se inmutó. - "Infeliz... déjala en paz..." -
- "No los soltaré hasta que ambos mueran" - dijo Sesshoumaru - "Me parece de lo más apropiado que los dos terminen sus días juntos..." -
En eso llegaron Sango, Miroku y Shippou finalmente y se quedaron horrorizados al ver la escena.
- "¡Sesshoumaru, déjalos en paz!" - le gritó Sango, preparando su Hiraikotsu.
- "¿¡Cómo te atreves!?" - dijo Shippou.
- "¡Suéltalos!" - le ordenó Miroku.
Sesshoumaru sólo ignoró todo lo que le dijeron. Sin embargo, cuando los tres salieron corriendo para ver que podían hacer, Sesshoumaru los miró y les dijo:
- "¡Ni se atrevan a dar un paso más! Si me retan, les apretaré el cuello con tanta fuerza que sus cabezas saldrán volando" -
- "¡Maldición!" – dijo Sango mientras clavaba su Hiraikotsu en el suelo. Nada pudieron hacer ella ni los demás para evitarlo, así que Sesshoumaru siguió disfrutando de la visión de sus víctimas mientras trataban de liberarse y de respirar, al igual que los intentos de Inuyasha de atacarlo. Pero entonces, se fijó en Kagome:
- 'Ésta mocosa... ¡se ve idéntica a Rin! ¿Cómo puede ser?' - pensó Sesshoumaru sorprendido mientras la veía asfixiarse en su mano, pero volteó la cara hacia atrás y vio que Rin estaba observándolo todo desde detrás de un árbol con una expresión de terror en el rostro.
- 'Sesshoumaru-sama, ¿cómo puede tratar a dos niños así?' - pensó Rin mientras veía lo que hacía Sesshoumaru con lágrimas en los ojos.
- 'Rin...' - pensó cuando la vio; y enseguida el aura negra a su alrededor se disolvió; y soltó a Inuyasha y Kagome, dejándolos caer al suelo.
- "Tuvieron suerte. Sino fuera porque me deshonraría a mí mismo y a mi padre si los mato como niños, ya estarían muertos" - dijo Sesshoumaru. Simplemente se negaba a admitir que se hubiese dejado llevar por su ira y por eso habría hecho algo a lo que nunca se habría atrevido después de que Rin comenzó a viajar con él.
Inuyasha y Kagome comenzaron a masajearse el cuello para eliminar el dolor y dejaron que el aire volviera a sus pulmones. Después de unos instantes, Inuyasha fue hasta donde quedó Tessaiga y la puso de vuelta en su funda, pero cuando cuando regresó con Kagome para ver como estaba, la encontró mirando vacíamente al infinito; y antes de que pudiera preguntarle que le pasaba…
- "¿Dónde estoy; y quién es ese hombre?" – preguntó de un modo mucho más inocente y curioso en comparación a su actitud normal mientras señalaba a Sesshomaru.
- "¿Qué?" - dijo Inuyasha confundido como los demás. Sin embargo, pronto se percataron de que su medallón de memoria no estaba alrededor de su cuello: el medallón plateado estaba en el suelo cerca de sus pies.
- "Ka..." - empezó a decir Inuyasha, pero Sango le puso una mano en el hombro.
- "Inuyasha, recuerda como debes llamarle mientras no lleva el medallón puesto" - le susurró Sango preocupada.
- "Muy bien..." - Inuyasha respiró profundamente y suspiró antes de preguntarle con voz preocupada - "¿Miko, te encuentras bien?" -
- "Sí, Inuyasha. Me duele un poco el cuello, pero estoy bien" – dijo con una sonrisa al ver a Inuyasha. Luego señaló de nuevo a Sesshoumaru mientras le preguntaba a Inuyasha con voz dubitativa y asustada – "Pero... ¿quién es ese hombre?" -
- "Es Sesshomaru: es mi medio-hermano mayor; y a diferencia de mí, él es un youkai de verdad" - le explicó Inuyasha con voz amargada - "Es mejor que no te le acerques: detesta a los humanos" -
- "Te entiendo" - le dijo Miko preocupada - "Pero, ¿quién es esa niña que está con él?" -
Inuyasha vio que se refería a Rin porque miraba en dirección a ella.
- "Lo averiguarás tu misma" - respondió Inuyasha mientras Rin caminaba había ellos.
- "Por cierto, Inuyasha, ¿de dónde salieron esas zouri?" – preguntó Miko mirando sus pies asombrada, ya que no recordaba habérselas puesto – "Soy solo una aldeana; y además una niña, así que no debería…" –
- "Nah, no te preocupes por eso" – dijo Inuyasha sonriendo mientras trataba de inventar una excusa – "Kaede-obaasan logró conseguirlas y te las compró porque estabas haciendo las cosas tan bien en tu entrenamiento de miko" –
- "Hehe, es vergonzoso, pero quiero darle las gracias por cuidarme tanto" – dijo Miko ruborizándose y sonriendo.
- "Rin, quédate aquí, que debo ir a atender otros asuntos..." - le ordenó Sesshoumaru.
- "Está bien..." - asintió Rin mientras Sesshoumaru se alejaba de ellos.
Por otra parte, Miroku y Sango habían recogido el medallón mientras Miko hablaba con los demás; y lo examinaron.
- "Tal parece que las garras de Sesshoumaru cortaron el hilo que mantenía el medallón alrededor del cuello de Kagome" - le susurró Miroku a Sango mostrándole un punto en que el hilo parecía haber sido cortado de modo poco delicado.
- Pero creo que podemos arreglarlo. Hay muchas piezas de hilo y cuerda que podemos usar para repararlo en su mochila" - le respondió Sango.
Y mientras discutían esto y comenzaban a trabajar en arreglar el hilo, Rin estaba sentada en la hierba conversando con Miko e Inuyasha...
- "¿Tú eres Rin; y acompañas a Sesshoumaru?" - le preguntó Miko con curiosidad.
- "Sí;" - respondió Rin con una sonrisa - "¿Y tú eres Miko?" -
- "Sí. Al menos ese es el nombre que me dijeron que tenía" - respondió Miko un poco avergonzada.
- "Y tú eres Inuyasha, ¿el hermano menor de Sesshomaru-sama?" - le preguntó Rin.
- "Sí, así es" - respondió Inuyasha, para luego quedarse pensando - '¿Como pude ser tan estúpido como para no darme cuenta de esto antes? Esta niña es muy parecida a Kagome: el cabello, el rostro... ¡Si hasta sus personalidades son similares! Aunque tiene algunas diferencias con ella en la apariencia...'
- "Qué extraño... Recuerdo que eras..." - empezó Rin, pero Inuyasha le tapó la boca con la mano y la alejó, dejando a Miko sola y mirándolos extrañada. La soltó cuando estuvieron lo bastante lejos para que Miko no los escuchara.
- "Mira, Rin, deberías saber que si era mayor de lo que parezco, pero hasta que Kagome no tenga su medallón puesto de nuevo, no podemos hacer nada que despierte su memoria; y eso incluye decirle nada sobre sí misma o sobre mí, porque si no se va a volver loca" - le explicó Inuyasha con preocupación.
- "Está bien..." - le dijo Rin con voz comprensiva. Sonrió emocionada inmediatamente después - "¿Entonces Miko-chan es en realidad Kagome-sama?" -
- "Sí, pero debemos llamarla Miko hasta que tenga el medallón puesto de nuevo" - le dijo Inuyasha. Ahora que esas cosas estaban en claro, solamente tuvieron que volver con Miko.
- "¿Y qué estaban haciendo?" - les preguntó Miko haciendo pucheros – "¡No fue bueno que me dejaran sola de ese modo!" -
- "No es nada, Miko" - respondió Inuyasha algo asustado. Su rostro se iluminó porque tuvo una idea: - "Por cierto, ¿quieres que juguemos?" -
- "¡Sí!" - respondió Miko mientras se ponía de pie llena de energía - "¡Ahora quiero jugar con una pelota!" -
- "¡Shippou, pásanos la pelota que está en la mochila!" - le gritó Inuyasha.
- "¡Sí, ya voy!" - le respondió Shippou, así que fue hasta la mochila de Miko, sacó la pelota; y luego él, Inuyasha, Miko y Rin empezaron a jugar a pasarse la pelota. Pasaron un buen rato así juntos, riendo y disfrutando, hasta que…
- "Creo que ya terminamos..." - dijo Miroku después de un rato mientras se limpiaba el sudor que tenía en la frente - "¡Miko! ¡Ven aquí, por favor!" -
- "Awww... ¡Ya voy, Houshi-sama!" - dijo Miko decepcionada. Era obvio que no quería parar el juego, pero como quería ser una buena niña, fue hasta Miroku y Sango mientras los demás esperaban para ver para que la llamaban.
- "Bueno, aquí tienes. Pontelo" - le dijo Sango con una sonrisa mientras le mostraba el medallón cuando Miko llegó a donde estaban - "¿Lo recuerdas? Es tu medallón" -
- "Sí, es lo que tengo que ponerme para recuperar mi memoria. No sé como pude haberlo perdido" – dijo confundida mientras se lo ponía de nuevo, pero su expresión cambió a una sonrisa complacida cuando lo tomó de manos de Sango y se lo puso de nuevo. Sus ojos titilaron por un momento y su sonrisa solo se volvió más amplia después de ello.
- "Y estoy de vuelta" - dijo Miko con voz complacida.
- "¿Kagome?" - le preguntó Sango confundida.
- "Sí. Bueno, si me disculpan, ¡creo que regresaré a jugar con ellos por ahora!" - les dijo mientras regresaba corriendo alegremente con los demás.
- "Bueno, eso sí fue inesperado" - dijo Miroku sorprendido mientras veían a Kagome regresar con los demás.
- "Estoy de acuerdo, Excelencia" - dijo Sango tan sorprendida como él.
Ellos sólo se quedaron observando mientras los niños jugaban; y después de un rato, Kagome les enseñó a los demás a jugar voleibol. Siguieron jugando hasta que Sesshoumaru regresó, lo cual hizo que dejaran de jugar y lo mirasen con aprensión.
- "Rin... Es hora de irnos" - dijo sin siquiera mirar a los demás
- "¡Sí!" - dijo Rin, luego se volteó hacia los demás para despedirse - "¡Nos vemos después, chicos! ¡Buena suerte!" -
Corrió hacia el lado de Sesshoumaru. Sesshoumaru notó que Jaken se había quedado dormido al pie de los árboles al borde del bosque, sin darle importancia a lo que le pasase a Rin, así que lo golpeó en la cabeza por un cumplir sus deberes. Los tres siguieron su camino mientras el grupo de Inuyasha fue en dirección opuesta para continuar dirigiéndose hacia el valle.
- "Bueno, ¿se divirtieron?" - les preguntó Miroku sonriendo.
- "Sí, a pesar de que tuve que actuar para que Kagome no se diera cuenta de nada mientras no tenía su medallón" – respondió Inuyasha mientras recostaba su cabeza sobre sus brazos, los cuales estaban cruzados sobre su espalda.
- "Eso supuse; y te lo agradezco mucho, Inuyasha" - le dijo Kagome sonriendo agradecida, haciendo que Inuyasha se ruborizara.
- "Y no pensé que seguirías jugando después de recuperar tu memoria" - le dijo Shippou a Kagome.
- "Bueno, es que tenía mucho tiempo que no jugaba así. Además, mi mamá me dijo que sería mejor para mí si disfrutara esto en vez de considerarlo un tormento" - explicó Kagome entre risitas - "Tenía que empezar a comportarme acorde a la edad que tengo ahora en vez de mi edad real" -
- "Buena decisión" - la felicitó Sango.
- "Sí, ¡suenas más como una niña y todo ahora!" – dijo Shippou sonriendo – "Aunque sonabas aún más aniñada como Miko…" –
- "¡Basta, Shippou! ¡Me estás haciendo pensar que es malo!" – dijo Kagome sonrojándose. Miró hacia abajo avergonzada – "Aunque no es tan malo, ahora que lo pienso…" -
- "¿Y quién diría que mi cruel y desalmado medio-hermano tiene corazón?" - comentó Inuyasha viendo hacia el despejado cielo. Kagome sonrió por el cambio de tema.
- "Sí, hace de cuenta que no ella es nada para él, pero nos dejó vivir sólo para que Rin no se asustara por él; y para que ella tuviese con quien jugar por un rato..." – dijo ella mientras pensaba que motivos tendría Sesshoumaru para perdonarles la vida – "Pero… ¿No notaron que también tenía como un aura negra a su alrededor?" –
- "Ahora que lo mencionas…" – dijo Inuyasha pensativamente – "Tienes razón. Kikyou también tenía un aura similar alrededor de ella…"
- "¿Creen que haya alguna conexión entre eso y la forma tan cruel en la que ambos se comportaban?" – les preguntó Kagome a los demás.
- "Es una posibilidad, pero me temo que no hay una forma real de saberlo" – respondió Miroku cerrando los ojos – "Sin embargo, debo decir que esas auras extrañas también despedían, aunque levemente, una clase de maldad que nunca he sentido antes" –
- "¿Entonces esto no fue obra de Naraku, Houshi-sama?" – preguntó Sango extrañada.
- "No. Los olores de Kikyou y Sesshomaru estaban igual que siempre, excepto que también podía sentirse una horrible energía demoníaca alrededor de ellos" – contestó Inuyasha mientras cruzaba sus brazos y guardaba sus manos en sus mangas.
- "Me pregunto que significará eso para nosotros…" – se preguntó Kagome con preocupación.
- "Será mejor que nos preocupemos por eso luego," – contestó Sango poniéndole una mano en el hombro a su amiga – "Por ahora, debemos concentrarnos en regresarlos a la normalidad"
Todos asintieron y siguieron su camino. Después de unos minutos, llegaron al valle; y cuando ya estaban a punto de entrar a la cueva...
- "¡Y solo estamos a unos pasos de volver a la normalidad!" - dijo Inuyasha mirando a la entrada de la cueva.
- "¡Sí! ¡Disfruté mucho el volver a ser niña, pero no puedo esperar a tener mi verdadera edad otra vez!" - dijo Kagome juntando sus manos y sonriendo.
- "¡Lástima que no vivirán para llegar hasta los manantiales!" - gritó una voz desagradable. Enseguida, el cielo se tornó oscuro y Naraku apareció rodeado de su barrera y acompañado de sus saimyoshou, Hakudoushi, Kagura, Kanna y Kohaku...
- "¡Vaya, que maravilla! ¡No es otra marioneta, sino Naraku en persona!" – dijo Miroku con evidente sarcasmo y desdén en su voz mientras miraba a Naraku con rabia y repugnancia – "¿Acaso perdiste esa costumbre desde lo ocurrido en el Monte Hakurei?" -
- "¿Acaso quieres morir con más rapidez, bonzo?" - le dijo Naraku con furia, tomándose como un insulto las palabras de Miroku.
- "¡Naraku! ¡Eres una maldita peste!" - le gritó Inuyasha - "¡Siempre atacando cuando tus enemigos están en las peores condiciones!" -
- "Tsk, tsk, tsk. Inuyasha, si fuera tú cuidaría esa lengua" - le dijo Naraku burlándose de él - "No querrás que te castiguen y te den nalgadas por eso, ¿verdad?" -
- "¡Cierra tu maldita boca! ¡El que tenga este aspecto no significa nada, te destruiré igual!" - resopló mientras sacaba a Tessaiga.
- "¡No eres más que un cobarde!" - le gritó Kagome mientras preparaba su arco y flechas.
- "Qué extraño... Pensé que no podías recordar nada" - le dijo Naraku extrañado.
- "¡Pues pensaste mal! ¡Y me aseguraré de que nunca olvides tu error!" - gritó Kagome mientras le disparaba una Flecha Sagrada, la cual fue bloqueada por la barrera de Naraku.
- "Esto sí que es una sorpresa. Todavía puedes usar tus poderes" - dijo Naraku entre dientes – "Y tal parece que ese fragmento del espejo de Kanna que les envié no sirvió tanto como esperaba" –
- "¡Así que fuiste tú! ¡Tú trataste de enloquecerlos a ambos!" – gritó Miroku enfadado, lo cual también los enfureció a todos.
- "Kukuku, exactamente" – asintió Naraku con una sonrisa malévola – "Aunque no importa que no haya funcionado, ¡ya que haré de este lugar su tumba!" -
Mientras tanto... Sango estaba peleando con Kohaku, el cual estaba obligándose a pelear para que Naraku no se diera cuenta de que ya tenía sus recuerdos de nuevo.
- "¡Kohaku! ¡Por favor despierta!" - lo llamaba Sango desesperada.
- 'Onee-san, perdóname... Pero debo seguir fingiendo por un tiempo más...' - pensaba Kohaku con tristeza, mientras esquivaba los ataques desenfocados que le lanzaba su hermana.
- "¡Kohaku, por favor! ¡No quiero herirte!" - dijo Sango.
De vuelta con los demás, la batalla no parecía estar a su favor...
- "¡Aaaah! ¡Vamos a morir!" - gritaba Shippou.
- "¡Tranquilízate, Shippou! ¡Ya hemos salido de situaciones peores!" - le dijo Miroku.
- "Pero ninguna tan grave como ésta" - dijo Hakudoushi mientras los atacaba con su naginata, así que Miroku tuvo que bloquear sus mandobles con su shakujou.
- "¡Peleas tan sucio como tu creador!" - le dijo Miroku apretando los dientes.
- "Eso es un cumplido para mí" - le respondió Hakudoushi sonriendo malignamente.
- "Miroku, ¿qué crees que haces?" - le gritó Inuyasha - "¡Deja que me encargue de él! ¡Apártate!" -
- "¡Bien!" - dijo Miroku mientras se hacía a un lado.
- "¡Kongousouha!" - gritó Inuyasha mientras arrojaba una tormenta de diamantes a Hakudoushi. Trató de poner una barrera para bloquear el ataque, pero como sus barreras no eran tan fuertes como las de Naraku, las lanzas de diamante la rompieron y lo hirieron gravemente, así que no tuvo más opción que retirarse.
- "Que sorpresa. Quién diría que derrotarían a Hakudoushi" - dijo Kagura sorprendida.
- "¡Y él no es el único al que derrotaremos, Kagura!" - dijo Kagome mientras se preparaba para dispararle una flecha, pero... - "¿Qué… me… ocurre? Me siento… débil..." -
Sintió algo extraño detrás de sí y fue entonces que se dio cuenta de que era: Kanna estaba tratando de extraer su alma con su espejo.
- "Ahora morirás..." - le dijo Kanna en un susurro carente de emociones.
- "¡No lo creo!" - gritó Kagome mientras usaba la poca fuerza que le quedaba para dispararle una Flecha Sagrada al espejo, el cual la absorbió. Pero dada la gran cantidad de poder espiritual que ella ponía en sus flechas, el espejo no pudo continuar soportando la energía y se agrietó, expulsando todas las parte del alma de Kagome que había absorbido. Regresaron a su cuerpo y ella recuperó sus fuerzas.
- "Será mejor que me retire..." - dijo Kanna mientras miraba vacíamente a su espejo.
- "¡No te escaparás!" - le gritó Kagome mientras le disparaba otra flecha, pero Kanna ya se había desvanecido antes de que la hubiese golpeado.
- "¡Esto apesta!" - dijo Kagome enfadada.
- "¡Olvídate de ella! ¡Tenemos problemas más graves!" - le gritó Inuyasha y con muy buena razón: él tenía que esquivar los tentáculos y rayos de energía que Naraku usaba para atacarlo al igual que los ataques de viento de Kagura; y si no fuera por su tamaño pequeño, probablemente no lo hubiera logrado.
- "¡Espera! ¡Allá voy!" - dijo Kagome mientras corría hacia él.
- "¿Acaso estás practicando movimientos de baile, Inuyasha?" - se burló Naraku al ver las acrobacias que Inuyasha se veía obligado a hacer para esquivar sus ataques.
- "¡Cierra tu asquerosa boca!" - le gritó Inuyasha.
- "Esto será divertido, acabaré con ustedes lenta y dolorosamente" - les dijo Kagura con voz deleitada.
- "¡Eso ya lo veremos!" - dijo Kagome mientras le disparaba una Flecha Sagrada a Kagura; y a pesar de que no le pegó, al menos anuló los vientos que ella estaba a creando.
- "¿Otra vez la vieja estrategia de anular el viento?" - dijo Kagura aburrida mientras veía lo que hizo Kagome - "¿Para qué se molestan en hacerlo ahora?" -
- "¡Para esto! ¡Bakuryuuha!" - gritó Inuyasha mientras agitaba su espada contra el suelo, fusionando el Kaze no Kizu con la energía de los restos del viento de Kagura y la flecha de Kagome, formando un remolino que le lanzó a ella.
- "¿¡Qué!?" - musitó Kagura sorprendida.
- "Estás acabada" - dijo Inuyasha con voz satisfecha mientras el Bakuryuuhaa la golpeaba repetidamente. Sin embargo, Kagura logró escapar y se llevó a Hakudoushi - "¡Maldición!" -
Luego Naraku se puso enfrente de él.
- "Parece que ahora somos sólo tú y yo, Inuyasha" - le dijo Naraku muy confiado.
- "¡Ya verás!" - le dijo Inuyasha mientras blandía su espada en dirección a Naraku - "¡Pagarás por lo que nos hiciste a Kikyou y a mí!" -
- "¡Y por toda la gente a la que has hecho sufrir!" - le dijo Kagome preparando su arco y flechas.
- "¡Cierto! ¡Es hora de terminar esto!" – dijo Miroku enfadado. Naraku comenzó a sudar al ver como aún tendría que enfrentarse a ellos tres; y antes de que pudiera hacer nada, Miroku le arrojó varias ofudas para distraerlo.
- "¡Es hora! ¡Inuyasha, hagamos ya tu sabes qué!" – dijo Kagome emocionada.
- "¡Adelante! ¡Kongousouha!" - dijo Inuyasha mientras le arrojaba el aluvión de diamantes. Naraku aún estaba distraído burlándose de Miroku por la inefectividad de sus ofudas, así que no vio venir el ataque y recibió el impacto completo, terminando con su barrera destruida y recibiendo un gran daño.
- "¡Kagome! ¡Ahora!" - le dijo Inuyasha
- "¡Sí!" - dijo Kagome mientras disparaba una Flecha Sagrada. Entretanto, Inuyasha transformaba a Tessaiga de nuevo en su forma cristalina.
- "¡Allá va! ¡Bakuryuuha!" - gritó arrojando un remolino cristalizado. Con la combinación de esos ataques, Naraku quedó completamente destruido hasta el punto en que solo quedó uno de sus ojos, pero el solo se teletransportó fuera del área antes de que hubiesen podido hacer nada más.
- "¡Maldición! ¡Escapó de nuevo! ¡Aaarghh!" - gritó Inuyasha furioso mientras clavaba su espada en el suelo con fuerza, mientras que Kagome arrojaba su arco al piso.
- "¿Por qué? ¿¡Por qué cuando estamos a punto de ganar, siempre tiene que escaparse!?" - dijo Kagome furiosa.
- "Ya, cálmense. Por lo menos todavía estamos vivos. Recuerden que aún no podemos vencerlo porque no hemos encontrado su punto débil" - les recordó Miroku.
- "¡Rayos! ¡Como odio a ese desgraciado!" - dijo Inuyasha, mientras golpeaba el suelo rocoso.
Mientras tanto, Sango ya había terminado su pelea, aunque sin resultado alguno porque Kohaku se había ido con Hakudoushi y Kagura. Caminó hasta ellos, sabiendo que estaban tan alterados en parte porque sus mentes eran ahora más infantiles.
- "No se preocupen tanto por ello. Y ahora será mejor que entremos a la cueva antes de que algo más pase" - dijo ella con calma, aunque estaba triste porque no pudo hacer que Kohaku volviese con ella.
- "Sí..." - asintieron Kagome e Inuyasha entristecidos.
Mientras tanto, Kohaku, Hakudoushi y Kagura estaban volando de vuelta al escondite de Naraku en algún lugar distante...
- "Es tan inesperado que fuesen tan fuertes, aún después de que se convirtieron en niños" - comentó Kagura.
- "Eres una tonta, Kagura. Deberías recordar que las apariencias engañan" - le dijo Hakudoushi.
- "Dices eso porque también eres un niño" - dijo Kagura burlándose de él.
- "Cierra la boca" - le respondió Hakudoushi.
- 'Sólo espero poder librarme de esta servidumbre algún día…' - pensó Kagura amargamente.
- 'Onee-san, cuando llegue el momento, te lo diré todo... Pero por ahora, debo averiguar cómo deshacerme de ese bebé...' - pensó Kohaku.
- "¿En qué estás pensando, Kohaku?" - le preguntó Hakudoushi.
- "En... nada en especial" - respondió Kohaku mientras se esforzaba por mantener su mente en blanco.
De vuelta con Inuyasha y los demás, ellos entraron a la cueva, viendo que seguía igual que la primera vez que habían venido.
- "Bueno, ya es la hora" - dijo Inuyasha mientras se acercaba al manantial de agua azul, tomaba un poco de ella entre sus manos y la bebía.
- "Qué extraño, no siento nada..." - dijo Inuyasha. Pero después de unos segundos, él empezó a brillar con una luz blanca, cegando a todos. Cuando la luz se atenuó, vieron que ahí estaba Inuyasha de pie con su apariencia normal, con su ropa ajustada perfectamente a su tamaño.
- "¡Aaaah! ¡Qué bien se siente volver a ser normal!" - dijo mientras se estiraba - "¡Kagome, ven! ¡Es tu turno!" –
- "Er… Inuyasha" - dijo Kagome titubeando – "Creo que debería hacerlo en otra parte…" –
- "¿Eh? ¿Por qué?" – preguntó Inuyasha confundido.
- "Mi ropa no puede ajustarse a mi cuerpo cuando cambio de edad, ¿cierto?" – dijo mientras se sonrojaba – "¡Así que mi kosode podría terminar rompiéndose si intento volver a la normalidad así!" –
- "Está bien, está bien" –dijo Inuyasha algo molesto, aunque entendió lo que Kagome intentaba decirle – "¿Qué harás entonces?" –
- "Solo guarda un poco de esa agua en una botella y bébela en un sitio donde nadie más pueda verte" – le sugirió Sango con amabilidad – "Hay un bosque con un claro muy cerca de este lugar, así que podrías beberla allí. También iré contigo en caso de que pase cualquier cosa" –
- "¡Está bien! ¡Gracias, Sango-chan!" – dijo Kagome mientras corría hacia ella y la abrazaba. Sacó una pequeña botella de su mochila y la llenó con el agua del manantial.
- "Muy bien, espérennos aquí. Volveremos en un momento" –dijo Sango mientras ella y Kagome dejaban la cueva.
- "¿Les parece bien si las acompaño?" – preguntó Miroku con una sonrisa traviesa, pero esto solo le granjeó una bofetada de parte de Sango.
- "Te lo mereces" – dijo Inuyasha mientras lo miraba con asco.
Después de un rato, Sango y Kagome regresaron, la segunda de vuelta a su edad normal y vistiendo su uniforme escolar de siempre.
- "¡Qué bien! ¡Otra vez soy yo!" – dijo ella con alegría, lo cual hizo también sonreír a los demás. Ella e Inuyasha se quitaron sus medallones y los guardaron en la mochila.
- "¿Y todavía pueden recordarlo todo?" - les preguntó Miroku intrigado.
- "Sí, cada detalle de ello" - le respondió Inuyasha sonriendo al igual que Kagome.
- "Bueno, ya no tenemos nada más que hacer aquí, ¿cierto? Deberíamos regresar ya a la aldea" - dijo Sango sonriendo.
- "Tienes razón, Sango-chan. Sólo dame un momento" - dijo Kagome mientras guiñaba un ojo.
Todos dejaron la cueva, aunque Kagome fue la última en salir. Por eso, Inuyasha se quedó esperándola en la entrada hasta que salió.
- "¡Ya era tiempo! ¿Por qué tardaste tanto?" - le preguntó Inuyasha irritado.
- "¡Por esto!" - le respondió Kagome al tiempo que le mostraba dos botellas llenas hasta el tope: una de agua rosada y otra de agua azul.
- "¿Para qué te traes eso? ¿Acaso quieres repetir todo eso que nos pasó?" - le pregunto Inuyasha.
- "Sí, pensé que sería divertido que lo volviéramos a hacer en algún otro momento" - le respondió Kagome sonriendo - "Mientras tengamos los medallones, no nos pasará nada malo. Y además, ahora si tengo ropas que puedo usar cuando volvamos a convertirnos en niños" -
- "En eso tienes razón. Espero que lo podamos hacer de nuevo cuando haya más tranquilidad por aquí" - dijo Inuyasha cruzándose de brazos.
- "Déjame adivinar, ¿te gustó la idea de tenerme como amiga cuando eras niño, verdad?" - le preguntó Kagome mientras se sonrojaba un poco.
- "Sí. En esos tiempos no tuve amigos…" - le respondió con una triste sonrisa.
- "Pero ahora nos tienes a todos nosotros" - le recordó Kagome.
- "Es verdad. Puede que sean un dolor de cabeza a veces, pero… Es mejor que estar solo" - dijo Inuyasha mientras miraba hacia el cielo. Kagome estaba a punto de enfadarse cuando escuchó la prime parte, pero sonrió al oír el resto.
- "Por cierto… sabes que tenemos algo así como personalidades alternas cuando tenemos las memorias selladas, ¿verdad? Estoy pensando que sería buena idea que los dejáramos salir y que jueguen en algunas ocasiones…" - dijo Kagome, sintiendo como si otra presencia estuviese durmiendo en las profundidades de su alma.
- "En otras palabras, ¿beber el agua sin llevar el medallón encima?" - le preguntó Inuyasha.
- "¡Exacto!" - le respondió Kagome
Ambos enfocaron sus miradas en las botellas, cuyos contenidos resplandecían brillantemente bajo la luz del sol; y después de que Kagome las guardó, comenzaron a caminar y aumentaron el paso para alcanzar a sus amigos. Comenzaron a caminar de vuelta a la aldea mientras el crepúsculo comenzaba a aparecer.
Sin embargo… no sabían que esto era solo el comienzo. Poco después, algo diferente a todo lo conocido por ellos llegaría… Algo que pondría el destino no solo de su mundo, sino también el de todos los mundos, a pender de un hilo…
{Fin del Episodio}
{Endings: Shinjitsu no Uta}
{FIN}