Tenebross se había quedado impactado y no pudo reaccionar en absoluto a lo que 
ocurrió a continuación: mientras la canción seguía su curso, una gran 
onda de luz recorrió la estancia, revitalizando a todos sus amigos y 
haciéndolos recuperar la conciencia instantáneamente. Por otra parte, 
esto también invocó una serie de rayos y flechas de luz blanca que 
cayeron repetidamente sobre Tenebross y le causaron grandes daños. Éstos
 también derrumbaron parte del techo y las paredes, sepultándolo bajo 
una gran cantidad de escombros.
- "Uhh… ¿¡qué pasó!?" – se preguntaron todos al despertarse.
- "¡Miren todos!" – dijo Shippou al ver a Kagome y a Miko en postura de canto dentro del círculo mágico.
- "Imposible…" – dijo Gerardo asombrado – "¿Están cantando en Dragoniano?" –
- "Magias de Luz… pero se supone que yo soy la única que podía…" – dijo Gabriela shockeada al ver esto.
- "Y no solo de Luz… también se puede sentir un fuerte poder de Agua 
viniendo de ellas…" – dijo Gerardo mientras ambos se miraban el uno al 
otro con los ojos como platos.
Concentrate en esos sentimientos y deseos...
Para que nos guien al otro lado de la puerta.Phiaphz E, Yall PhaelleRa Phiellar ThafzAael Ical.
Zelek E, Yall ZosphAael Vlasial CoulziaNal.
Como amigos, siempre les enviaré mi amor.
Como hermanas (gemelas), nuestros lazos jamás se romperán.
Inuyasha
 y los demás no podían darle crédito a lo que sus ojos y oídos les 
mostraban. El círculo mágico finalmente desapareció cuando los ecos de 
la canción dejaron de oírse y las dos niñas cayeron al suelo jadeando, 
extremadamente agotadas. Todos fueron de inmediato a revisar como 
estaban.
- "¡Miko, Kagome!" – gritaron Inuyasha y Yasha – "¿Están bien?" –
-
 "Sí, pero estoy muy agotada" – dijo Miko, con la cara aún empapada de 
sudor, para luego voltearse a mirar a Kagome – "Onee-san, ¿Cómo estás?" –
- "Bien," – dijo haciendo un esfuerzo para sonreír – "Pero también estoy cansada…" –
-
 "¿Creen que eso habrá sido suficiente para acabar con Tenebross?" – 
preguntó Sango al ver como el maligno monstruo ahora estaba enterrado 
bajo la pila de escombros gracias a la magia que Kagome y Miko habían 
invocado.
- "No lo creo… ya hemos visto que ese horror es más 
resistente que un tanque" – dijo Gerardo con amargura, para luego 
voltearse a mirar a Kagome y Miko impresionado – "Estuvieron increíbles,
 pero... ¿Cómo se las arreglaron para hacer eso? Que yo sepa, ninguna de
 ustedes tiene relación alguna con Dragonia" –
- "No lo sé," – 
dijo Miko tan confundida como todos ellos – "Empecé a sentir que 
estábamos perdidos y de repente sentí impulsos de cantar eso. Las 
palabras salieron por sí solas de mi boca, como si supiera su 
significado desde siempre" –
- "Igual yo…" – dijo Kagome, cuyo 
rostro reflejaba la misma confusión de todos los demás – "Cuando Miko 
empezó a cantar, empecé a sentir lo mismo y terminé haciendo dueto con 
ella" –
- "Es posible que tenga que ver con el agua y los medallones" – comentó Sango.
-
 "Bueno, es cierto que provienen de Dragonia y podrían ser la causa…" – 
dijo Gerardo pensativamente – "Lo que no me explico es como pudieron 
hacer esto sin un Cristal Seirei ni ningún otro modo de acceso a los 
Núcleos" –
- "Aunque nosotros hicimos algo similar cuando llegamos por primera vez a este mundo, Gerar" – le recordó Gabriela.
Y
 en ese momento, tanto Gerardo como Miroku, Sango y Shippou se dieron 
cuenta: Cierto… la batalla que tuvieron con Sesshomaru poco después de 
su llegada al mundo de Inuyasha, poco antes de que Inuyasha y Kagome 
hubiesen vuelto del mundo de ellos
– "Lo que dicen Miko y Kagome es parecido a lo que me pasó a mí" – dijo Gabriela con una voz seria.
-
 "Eso significa que fui el único que escuchó esa voz…" – dijo en voz 
alta. ¿Acaso esto era algún tipo de simpatía o compasión de parte de los
 Dioses Dragón debido a que estaban a punto de morir?
Sin embargo,
 no pudieron continuar pensando en esto y tuvieron que alejarse de la 
pila de escombros, ya que a los pocos segundos Tenebross se alzó y puso a
 volar las rocas por los aires. Ahora recuperados, Gabriela, Gerardo y 
Miroku alzaron una barrera para proteger a todos de la caída de los 
escombros. La maligna sombra estaba hecha toda una fiera…
- "Tú… 
No… ustedes…" – gruñó conteniendo el aliento con toda la rabia del mundo
 – "Malditas mocosas… esos poderes… esa luz… ¿¡Acaso una de ustedes es 
la Sacerdotisa del Dragón!?" -
- "¿Huh?" – respondieron Miko y Kagome confundidas.
- "¿¡Qué!?" – gritaron Gerardo y Gabriela espantados.
- "¿Qué significa eso?" – preguntó Yasha extrañado.
-
 "¡La Sacerdotisa del Dragón es la persona más importante en la sociedad
 Dragoniana; y es capaz de utilizar hechizos, magias y canciones con 
poderes mucho más allá de los nuestros!" – dijo Gerardo espantado. Todos
 los demás reaccionaron de la misma forma que él y su hermana cuando les
 dijo esto.
- "Si de verdad una de ustedes es esa impertinente 
molestia luminosa..." – gruñó Tenebross, y se alzó en el aire – "¡La 
exterminaré ahora mismo!" –
Luego intentó abalanzarse sobre ellas,
 pero fue repelido por las espadas de Yasha, Inuyasha y Gerardo. Gritó 
de dolor después de que recibió los sablazos de cada uno.
- 
"¡Nunca les pondrás tus garras encima!" – gritaron los tres a la vez. 
Gabriela fue tan rápido como pudo hasta las "gemelas" y empezó a usar su
 propio canto de curación para sanarles las heridas y el cansancio:
- "Ist Altyyaok, ShuxuaraRa Illyusea Phaph Zyoskz Biousakatse Ical, Ist Altyyaok, ShuxuaraRa Phaph Kluceia Biousakatse...
 ¡Healing Light!" – tan pronto como terminó de cantar y las ondas de luz
 las hubieron envuelto a ambas, tanto Miko como Kagome se pusieron en 
pie sintiéndose como nuevas.
Kagome volvió a poner su medallón en 
Separación Especial para poder tener de nuevo su edad normal, ya que 
pensaba que necesitaría su estatura de siempre en esta batalla. Inuyasha
 notó esto e hizo lo mismo.
- "Estos malditos idiotas están 
resultando una molestia mayor de lo que pensaba…" – gruñó Tenebross al 
ver como le estaban dando la vuelta a la batalla que él casi había 
ganado momentos antes.
En ese momento, todos estaban de pie con 
sus armas desenfundadas: Kagome y Miko preparaban dos flechas cargadas 
hasta el borde con sus poderes espirituales, Inuyasha y Yasha se 
preparaban para usar el Bakuryuuha y el Kongousouha, y Gerardo y 
Gabriela ya habían invocado sus armaduras de nuevo y estaban comenzando a
 cantar los mejores hechizos de los que disponían.
– "Pero no servirá de nada: es hora de terminar con esto… Zyacc Ikuak… ah... Pabut Dea Zosph, Cebali ThafzAael… DoneZa Nyouhma!" - recitó Tenebross.
En
 ese momento, todos los Fragmentos de Sombras que estaban desparramados 
por el suelo de la estancia se elevaron; y tan pronto como el aluvión de
 ataques que Inuyasha y compañía estaban preparando fueron lanzados, los
 fragmentos se quedaron flotando delante de Tenebross, formando una 
barrera que bloqueó completamente todas las ondas de energía, flechas y 
magia que lanzaron.
- "¿¡Qué demonios!?" – gritó Inuyasha al ver como los fragmentos habían absorbido completamente sus ataques.
- "Hmph, anulé completamente toda esa parafernalia que planeaban usar contra mí" – se rió malignamente – "Y eso no es todo…" –
A
 continuación, la masa de fragmentos brilló de un inquietante color 
negro; y al momento siguiente, les arrojó un rayo de sombras aún más 
fuerte que el que Tenebross habia usado contra ellos previamente.
-
 "¡Dragon Barrier!" – gritó Gerardo mientras ensartaba su espada en su 
escudo y clavaba ambos en el piso, formando de nuevo el domo de energía 
con el emblema del dragón delineado encima. Esto logró anular el 
poderoso ataque de Tenebross, sin embargo, Tenebross vino detrás del 
rayo y golpeó con sus garras de sombras la barrera, haciendo que se 
resquebrajase y que todos salieran volando por la fuerza del impacto.
- "¡Aghhh!" – gritaron todos.
Afortunadamente
 se las arreglaron para aterrizar de un modo que no les causase mucho 
daño, pero ahora que veían a lo que se enfrentaban, la situación no 
podía ponerse peor.
- "Maldición…" – dijo Gerardo analizando la 
situación de la batalla – "Como estamos ahora, no podremos causarle daño
 con los fragmentos atravesados en el camino de nuestros ataques. La 
única forma de quitarlos de en medio sería con una flecha de luz muy 
poderosa, pero si hacemos eso… Gaby podría caer inconsciente por el 
cansancio… y el usar tanta energía podría incluso matarla…" –
Los 
demás escucharon lo que había dicho horrorizados y se desanimaron 
rápidamente. No podían permitir que Gabriela quemase su vida para un 
solo ataque. Tenebross se rió de su predicamento.
- "Hahahaha, 
¿¡Qué harán entonces!?" – les gritó – "¿¡Sacrificarán a esa mocosa de la
 luz, o se rendirán y permitirán que los extermine!?" –
Sin 
embargo, antes de que pudieran contestar o hacer cualquier otra cosa, 
una extraña sombra salió de detrás de ellos; y sobrepasando la barrera 
de fragmentos, se las arregló para asestarle un golpe a Tenebross, 
dejando una estela verdosa detrás de sí.
- "No puede ser…" – dijo Miko sorprendida.
- "Debes estar bromeando…" – dijo Yasha mientras él y los demás reconocían a la sombra.
- "¡Es Sesshomaru!" – gritaron todos a la vez.
Sesshomaru
 se veía tan calmado y altivo como siempre; e impresionantemente, se las
 había arreglado para atravesar la defensa impenetrable de Tenebross y 
atacarlo directamente con sus garras venenosas. Tenebross gritó de dolor
 por el escozor que esto le provocó y usó la energía maligna de uno de 
los fragmentos para curarse.
- "Si crees que con esos trucos te salvarás, patética sombra, te equivocas…" – dijo Sesshomaru calmadamente.
Unos
 instantes después, apareció una flecha envuelta en energía púrpura, la 
cual chocó con los fragmentos y los hizo caer de nuevo al suelo 
totalmente inertes. Luego una ofuda salió volando desde la misma 
dirección de la flecha y se fijó en la cabeza de Tenebross, creando una 
jaula de energía a su alrededor que luego lo apresó, dejándolo incapaz 
de atacar o moverse.
- "Increíble… solo Kikyou podría haber hecho algo como esto…" – dijo Inuyasha asombrado.
-
 "Me alegra saber que tienes mi poder en tan alta estima, Inuyasha" – 
dijo la voz de Kikyou desde detrás de ellos mientras entraba a la 
estancia – "Vi a Sesshomaru entrando a este portal; e intuyendo que 
Naraku podría estar dentro, decidí seguirlo" –
- "Sólo entré 
porque sentí el repugnante olor de Naraku por aquí" – comentó Sesshomaru
 inexpresivamente – "No esperaba encontrarme contigo en este lugar, 
miko, ni tampoco con ustedes" –
- "Aun así, su llegada es muy 
oportuna" – dijo Gerardo alegremente – "Gracias a lo que acaban de 
hacer, ahora tenemos una oportunidad de nuevo" –
- "Hmm, aunque 
debo decir que me resulta bastante extraño el ver a sus formas 
infantiles al lado de ustedes ahora" – comentó Kikyou, refiriéndose a 
Yasha y a Miko – "Por lo que veo, ahora podrían considerarse más como 
personas reales que como trozos de sus almas" –
- "Aunque el niño 
hanyou no parece nada diferente de su forma mayor: ambos tienen la misma
 expresión de tonto" – dijo Sesshomaru mientras mostraba una sonrisa 
sarcástica.
- "¡Cierra la boca, Sesshomaru!" – gritó Inuyasha 
mientras que Yasha solo bajaba su mirada. Kikyou fue hacia él y se 
inclinó para que sus ojos estuviesen a su altura.
- "No deberías 
prestarle atención a sus palabras" – le dijo mientras le sonreía – 
"Aunque eres similar a Inuyasha en apariencia, por lo que veo tu 
personalidad es muy distinta" –
- "Ki-kikyou…" – tartamudeó 
Inuyasha al escuchar como le daba ánimos a Yasha, el cual abrió la boca 
sorprendido pero no supo como responderle. Luego, se volteó a mirar a 
Miko…
- "Por lo que siento, tus poderes son muy similares no solo a
 los de Kagome, sino también a los míos…" – dijo mientras la examinaba 
con curiosidad – "Sin embargo, parece que también tienes acceso a otro 
tipo de poder: uno mucho más similar al que tienen ellos dos…" –
Dijo esto mientras miraba en dirección a Gerardo y Gabriela.
-
 "¿Qué significa eso… Kikyou…?" – le preguntó Miko con desconfianza 
mientras le fruncía el ceño. Al haber visto lo que le había hecho a 
Kagome dentro de sus memorias, le costaba trabajo poder creer en sus 
palabras.
- "Significa que es posible que seas capaz de cosas más 
grandiosas que nosotras…" – dijo Kikyou mientras le sonreía con 
amabilidad – "Es posible que si tú y Kagome unen sus fuerzas, desaten un
 poder que nunca se haya visto sobre este mundo" –
- "¿Se referirá a la canción que cantaron hace poco?" – se preguntó Gabriela intrigada.
- "Ah, conque eso fue esa extraña energía que pude sentir desde lejos" – asintió Kikyou al escuchar lo que dijo Gabriela. Le
 hizo señas para que se acercase a ellas dos, luego cerró los ojos y 
puso sus manos delante de ella, con las palmas en dirección a las dos 
niñas. Al momento siguiente, abrió los ojos con una gran sonrisa – 
"Ahora que he examinado mejor sus auras, parece que ambas tienen un tipo
 de poder que complementa a la otra. Si… de seguro ustedes y Kagome 
tienen algo que ninguna miko de este mundo tiene, ni siquiera yo misma…"
 –
- "Kikyou… ¿por qué nos dices esto?" – preguntó Kagome mientras se acercaba a ella.
-
 "Estoy de su lado, a pesar de las diferencias que hayamos podido tener 
en el pasado" – le dijo con una mirada severa – "Mi mayor interés en 
este momento es destruir a Naraku y a ese ser que llaman Tenebross" –
-
 "Naraku está congelado por allá, así que si quieren darle el golpe 
final, siéntanse libres" – dijo Gerardo mientras señalaba el lugar en el
 que lo habían dejado congelado.
- "Eso puede esperar hasta que 
nos libremos de la amenaza que supone esta sombra" – dijo Sesshomaru 
pasando a un lado de ellos y tronando sus garras con un simple 
movimiento de los nudillos – "Ahora que esa basura no puede moverse, 
será un juego de niños el hacerlo desaparecer de este mundo" –
- 
"Además, aún tengo que saldar cuentas con él, dada la forma tan sucia en
 que empezó a contaminar mi mente con su aura maldita, amplificando mis 
emociones negativas para que intentara eliminar a Kagome" – dijo Kikyou 
mientras una expresión de furia aparecía en su rostro.
- "Hmph, lo
 mismo digo" – dijo Sesshomaru mientras sus ojos mostraban un fugaz 
resplandor rojo – "Intentó hacer que me deshonrara a mi mismo y a mi 
padre tratando de hacerme matar a una niña humana dos veces; y al idiota
 de Inuyasha cuando no podía defenderse bien. Eso es algo que me resulta
 imperdonable..." –
- "Así que eso fue lo que ocurrió en ese 
entonces…" – dijo Sango cuando escuchó eso. Luego se volteó a mirar a 
Miroku – "Houshi-sama, ¿se encuentra bien?" –
- "Me encuentro 
mejor ahora, Sango" – le respondió Miroku con una sonrisa algo torcida 
por el dolor – "Es solo que en este momento no me encuentro en 
condiciones de unirme a la batalla… Es una lástima… la más importante de
 nuestras batallas y no puedo siquiera ayudar en ella…" –
- "Usted
 ya hizo mucho…" – le dijo Sango mientras le sonreía gentilmente – "Si 
no fuera por ese gran riesgo al que se expuso, probablemente ahora 
estaríamos muertos" –
- "Es por eso que quiero que me dejes aquí y
 te unas a ellos" – dijo Miroku cerrando los ojos – "Ve y pelea en 
nombre de nosotros dos" –
Sin embargo, Sango le dio una bofetada.
- "Sango…" – Miroku se quedó impactado – "¿Por qué…?" –
-
 "¿¡Cómo se le ocurre pedirme eso ahora mismo!?" – dijo mientras sus 
ojos se llenaban de lágrimas – "Esta batalla es importante, ¿¡pero que 
pasaría si un ataque desviado terminase matándolo!? ¿¡Cree que podría 
vivir con eso si algo así pasara!?" –
- "Sango…" – dijo Miroku.
-
 "Me quedaré con usted hasta el final, para asegurarme de que nada le 
pase" – dijo mientras mostraba una mirada de decisión; y luego alzó el 
rostro para ver a los demás, los cuales estaban empezando a alistarse 
para continuar peleando – "Tengamos fe en ellos: estoy segura de que 
saldrán victoriosos" –
- "Tienes razón… Sango…" – respondió Miroku
 animado. Luego, comenzó a rezar en silencio para pedirle a Buda que los
 iluminase con el resplandor de la victoria. En ese momento, la ofuda 
que Kikyou le había puesto a Tenebross comenzó a rasgarse.
- "Ese 
sello esta llegando a su límite: en cuanto se rompa, esa jaula de 
energía se desvanecerá y podrá moverse de nuevo" - les advirtió Kikyou.
-
 "En ese caso, será mejor que nos preparemos de una vez para ello" – 
dijo Gerardo para luego voltearse a mirar a todos – "Sé que no soy nadie
 para darles órdenes ni nada, pero necesitamos hacer que el siguiente 
ataque sea el último: usemos nuestras mejores técnicas y magias; ¡y 
acabemos con él!" –
Casi todos respondieron con un resonante 
"¡Sí!" Inuyasha solo se limitó a decir "¡Keh!", mientras que Sesshomaru 
soltó un suspiro casi inaudible y Kikyou puso una mirada de 
concentración.
Luego se alistaron para atacar: Gabriela y Gerardo 
tomaron sus formas de Semidragón y empezaron a emitir sus auras 
elementales con más fuerza para permitir que Yasha e Inuyasha tuvieran 
donde cortarlas y ejecutar el Bakuryuuha. Kagome y Miko, por otra parte,
 se concentraron en poner todo su poder en sus siguientes flechas, para 
que sirvieran como golpe final para esta dura batalla.
- "Estos malditos imbéciels… y esos estúpidos entrometidos…" – gruñó Tenebross extremadamente furioso.
Al
 momento siguiente, la ofuda y la jaula de energía se hicieron pedazos; y
 todos lanzaron sus ataques: Gabriela y Gerardo invocaron sus magias 
finales: una serie de rayos de luz blancos y plateados y un gran 
torrente de agua; mientras Yasha e Inuyasha lanzaban un Bakuryuuha doble
 y Kagome y Miko lanzaban dos flechas sagradas, las cuales se unieron en
 una espiral con los otros ataques.
- "¡Filaria-nova!" – gritaron 
Gerardo mientras todos los ataques formaban una gran esfera de luz 
blanca, la cual hizo explosión poco después. Tenebross soltó un gritó 
desgarrador; pero luego, Sesshomaru aprovechó para lanzarle un Souryuuha
 y Kikyou una Flecha Sagrada aún más potente. Estos ataques hirieron 
gravemente a Tenebross, el cual terminó colapsando de nuevo sobre el 
piso de la estancia.
Todos contuvieron la respiración en el 
silencio que siguió a esto. Todos menos Sesshomaru,se encontraban a la 
expectativa del resultado de esta batalla…
- "¿Creen que ahora si hemos terminado...?" – preguntó Kagome con cautela a los pocos minutos.
- "Aún no estamos del todo seguros de ello" – dijo Gerardo mientras él y Gabriela regresaban a sus formas normales.
-
 "Si, recuerden lo que pasó con Feltes…" – dijo Gabriela mirando el 
cuerpo de Tenebross con amargura. Por desgracia, sus sospechas 
resultaron ciertas: los Fragmentos de Sombras se alzaron de nuevo y esta
 vez fueron directo hacia Tenebross…
- "¡No! ¡No podemos dejar que
 se fusionen con él!" – gritó Gerardo espantado. Todos trataron de 
intentar atrapar los fragmentos que salían disparados como balas desde 
debajo de sus pies, pero era inútil, ya que iban demasiado rápido.
Gabriela
 intentó inutilizarlos poniendo un campo de fuerza de luz, pero tampoco 
sirvió de mucho: como nunca había puesto barreras antes y sus poderes 
aún no estaban lo suficientemente desarrollados, el campo de fuerza se 
quebró cuando lo tocaron los fragmentos.
Del mismo modo, Miko, 
Kagome y Kikyou trataron de poner barreras para parar el avance de los 
fragmentos, pero no servía de nada: los malignos cristales las 
atravesaban como si fueran de mantequilla.
Los fragmentos 
finalmente llegaron a Tenebross; y soltando un horrible brillo negro, 
comenzaron a fusionarse con él… Todos menos Sesshomaru miraron aterrados
 e impotentes como una burbuja negra envolvía a Tenebross. Intentaron 
atacarla, pero todas las ocasiones en que lo hicieron terminaron 
repelidos por una onda negra, así que no pudieron hacer más que seguir 
mirándola con impotencia...
La burbuja reventó a los pocos minutos
 y Tenebross se había alzado de nuevo en el aire desde ella. En vez de 
una sombra, ahora parecía de nuevo la monstruosa criatura de las 
leyendas: un gran dragón negro de aspecto maligno, cuyas escamas 
absorbían la luz en vez de reflejarla, el cual emitía una potente y 
maligna aura negra y cuyos ojos rojo sangre reflejaban solo odio y 
deseos de destrucción… Sin embargo, parte de sus cuernos, alas, garras y
 cola seguían siendo transparentes.
- "Al fin, he recuperado una 
gran parte de mi cuerpo y de mi poder…" – dijo como si despertase de un 
largo sueño – "Ahora es momento de que todo llegue a su final…" –
En ese momento, los alrededores comenzaron a temblar…
- "¿¡Qué está pasando!?" – gritó Yasha.
-
 "Por lo que estoy sintiendo, ese desgraciado esta intentando usar su 
magia para disolver esta dimensión…" – dijo Gerardo apretando los 
dientes – "¡Si no lo detenemos ahora, no solo destruirá este mundo: 
luego seguirá con Dragonia y todas las demás dimensiones!" –
Luego
 tomó su medallón e hizo algo que nunca había hecho antes: insertó la 
llave, la giró tres veces a la derecha y luego una a la izquierda…
- "Iadlast Pawatz,
 ¡Dragón!" – gritó Gerardo. Sin embargo, en vez de que aparecieran los 
círculos mágicos o alguna otra demostración de poder, empezó a sonar una
 alarma en su Dragtemn – "¿¡Qué demonios sucede!?" –
Los demás 
corrieron hacia él y cual no fue su sorpresa al ver que su Dragtemn 
tenía una advertencia de "Comando de Transformación Rechazado" escrita 
en grandes letras rojas sobre su pantalla holográfica.
- "¿¡Por 
qué pasó esto!?" – gritó mientras presionaba la advertencia para ver la 
explicación. Ésta apareció de inmediato: "Como no has recibido el 
Bautismo Elemental, tienes prohibido accesar al máximo nivel del Poder 
del Dragón y a los Mahazzats".
- "¡Pero Lord Iadlast y los demás 
no nos dijeron nada de esto!" – gritó Gabriela. Intentó ejecutar la 
misma transformación que Gerardo, pero sólo obtuvo el mismo resultado: 
la alarma y el mensaje de error. Se volteó a ver a su hermano 
horrorizada – "¿Qué se supone que hagamos ahora?" –
- "Su turno ya
 ha terminado" – dijo la voz de Illyusea, el cual luego apareció cerca 
del techo con los otros Dioses Dragón. Todos se alegraron inicialmente, 
pero al sentir las ondas de sentimientos que ellos emitían, notaron que 
algo no estaba bien – "No les dimos el Bautismo Elemental porque 
estimábamos que con ese nivel de poder habría sido suficiente para que 
vencieran a Tenebross; además de que no teníamos una sacerdotisa de 
Dragonia presente en este mundo para que llevase a cabo esa ceremonia. 
Sobra decir que nos equivocamos gravemente en nuestros pronósticos" -
-
 "Por lo tanto, hemos decidido poner en marcha nuestro último recurso" –
 dijo Phinambrea con una voz amarga – "Sellaremos Dragonia" –
- 
"Un momento, ¿Qué se supone que significa eso?" – preguntó Gerardo 
abismado. No solo habían fallado en su misión, ¿sino que también le 
esperaba algo horrible a Dragonia?
- "El mundo de Dragonia será 
sellado y aislado del resto de las dimensiones" – explicó Kiols – "Todo 
lo que sea de Dragonia regresará hacia allá, al igual que todo lo de su 
mundo volverá a él; mientras que todo lo de este mundo permanecerá aquí"
 –
- "Del mismo modo, eso significa que todos los recuerdos que 
ustedes y que todos los habitantes de estos tres mundos hicieron desde 
que ellos bebieron el Agua del Reinicio hasta este momento, serán 
borrados" – explicó Tiarrashe.
- "¿¡QUÉ!? ¡No pueden hacer eso!" –
 gritó Gabriela con tristeza y rabia – "¿¡No podremos recordar todo lo 
que vivimos hasta ahora!?" –
- "¡Eso es injusto!" – gritó Kagome 
espantada – "Todos aquí nos hemos esforzado hasta el máximo no solo para
 cumplir con esta misión; sino también para que nuestra amistad 
perdurara todo lo que fuese posible… ¿¡Acaso eso no vale de nada!?" –
Miko
 y Yasha habían caído al suelo y habían comenzado a llorar al escuchar 
esto. Gabriela y Miko se abrazaron la una a la otra, la primera también 
comenzando a derramar lágrimas. Yasha fue y se abrazó a Inuyasha, el 
cual solo se había quedado mirando el suelo en silencio.
Al verlo 
así, Kikyou sintió la tristeza y desesperación que esto le estaba 
provocando; y empezó a derramar lágrimas también. Sango ayudó a Miroku a
 caminar hacia ellos, mientras que Shippou fue por su cuenta, los tres 
mirándolos con caras llenas de tristeza.
Gerardo luego fue hasta 
Miko y Gabriela; y las abrazó a ambas. Kagome se les unió poco después. 
Sentían que nunca jamás volverían a verse; y que además, ni siquiera 
podrían recordar los tiempos que habían pasado juntos.
- 
"Realmente quisiera que las cosas no hubiesen tenido que terminar así" –
 dijo Iadlast a modo de disculpa mientras de sus ojos brotaban grandes 
lágrimas – "Pero la seguridad de Dragonia y de los otros mundos es 
nuestra máxima prioridad. Es por ello que tuvimos que tomar estas 
medidas tan drásticas. Espero que puedan perdonar esto algún día… Si es 
que logran recordarlo…" –
- "¡Que el sellado dé comienzo ahora!" –
 gritó Pyrazsyec. Luego, los seis dragones comenzaron a cantar una 
canción que sonaba similar a un canto gregoriano:
- "Ist 
Khallhialmyu, ZosphAael CletphRa Malkeia Dea ZosphAael Mountyoudour 
Ical. Ist Ciella, ShuxuaraRa Phaph KiarraTes Myallade Dragonia Zia, 
Oli Cletph Cia Burkei Myallade Zia. Ist Khallhialmyu, WaspiarlRa Myalla 
Demorie Dea Ilg, Oli Phaelle Shillea Myallade CiaAael Felal Mountyoudour
 Ical…" -
Al momento siguiente, una gran abertura de color 
púrpura y negro se abrió detrás de ellos y comenzó a absorber todo lo 
que había en la estancia como si fuese una gran aspiradora. Los únicos 
que no parecían ser afectados por esto eran los habitantes nativos del 
mundo de Inuyasha, pero a los demás: a Gabriela, Gerardo, Miko, Yasha y 
Tenebross empezó a halarlos con mucha fuerza, como diciendo que era hora
 de desprenderse de este mundo.
- "¡NO! ¡Malditos seis! ¡Nunca me 
llevarán de vuelta hacia allá!" – gritó Tenebross con temor y furia 
mientras se aferraba al suelo de la estancia.
- "¿¡Qué!? ¡No!" – gritaron Kagome e Inuyasha mientras sujetaban a sus contrapartes más jóvenes de las manos.
Gerardo
 había clavado a Ryuuga en el suelo y se sujetaba de ella, mientras que 
con su otra mano sostenía a Gabriela. Cuando vio que el portal también 
estaba intentando llevarse a Miko y a Yasha, recordó el final de la 
inscripción que había leído en la cueva de los medallones…
- 
"…cuando Dragonia sea sellada, estas esencias serán llamadas de vuelta 
al Eterno Ciclo de la Vida de ese mundo por las Seis Grandes Voces…" - 
repitió él, y cuando se dió cuenta de que estaba pasando, les gritó a 
los Dioses Dragón con rabia - "¡No! ¿¡Por qué se los llevan también a 
ellos!? ¡Miko y Yasha son esencias nacidas en este mundo y por lo tanto 
pertenecen a él! ¡A lo que se refería la tableta que estaba en la cueva 
de los medallones era a los medallones en sí, no a quienes los usasen!" –
-
 "Gerardo-kun…" – dijo Kagome mientras lo veía como trataba de 
enfrentarse a los Dioses Dragón, aún cuando estaba por ser succionado 
por ese vórtice y enviado de vuelta a su mundo.
- "Me duele decir 
esto, pero hemos decidido que ellos dos ahora son esencias 
pertenecientes a Dragonia debido a que Miko puede usar poderes que 
llegan al nivel de una Sacerdotisa Asistente y Yasha tiene aptitudes 
para el Poder del Dragón" – respondió Illyusea – "Además, debido al uso 
extensivo que le dieron a los Medallones del Vínculo, hemos deliberado 
esto con la Voluntad de este mundo y nos ha dado permiso de 
llevárnoslos" –
- "¡No tienen derecho a hacer eso!" – gritó 
Gabriela con rabia – "¡Ellos deben quedarse aquí con sus hermanos y 
familia! ¡No pueden separarlos!" –
- "¡Nunca dejaré que se lleven a Miko!" – dijo Kagome mientras la sujetaba con todas sus fuerzas.
- "¡Lo mismo digo!" – gritó Inuyasha con rabia – "¡Si quieren llevarse a Yasha, será solo sobre mi cadáver!" –
-
 "Están muy decididos a no dejar que se los lleven… que patético…" – 
dijo Sesshomaru mientras veía la escena con una expresión inmutable.
-
 "¿Dirías lo mismo si intentasen llevarse a la niña que siempre te 
acompaña, Sesshomaru?" – preguntó Kikyou con una sonrisa sarcástica. 
Sesshomaru le lanzó una mirada asesina – "Y siendo honestos, siento pena
 por ellos, pero es un esfuerzo que está destinado a fracasar: esas 
criaturas son entes divinos del más alto nivel; y oponerse a sus 
designios es imposible" –
Al instante siguiente, el vórtice empezó a absorber con más fuerza; y lo primero que se llevó fue a Tenebross.
- "¡Aghhh! ¡NOOOOOOOO!" – gritó la maligna entidad mientras desaparecía dentro del vórtice.
Al
 momento siguiente, el Dragtemn de Kagome expulsó su equipaje, al igual 
que los de Gerardo y Gabriela. Las botellas que contenían el Agua del 
Reinicio y el Agua de la Normalización fueron extraídas de la mochila de
 Kagome y los Dragtemn que todos llevaban en sus muñecas, al igual que 
los Cristales Seirei y los Medallones Elementales que Gerardo y Gabriela
 llevaban alrededor de sus cuellos, se desprendieron de ellos y 
desaparecieron igual que Tenebross. El equipaje de Gerardo y Gabriela 
también fue absorbido por el vórtice.
- "Aún no quiero irme…" – 
dijo Miko entre lágrimas mientras sentía como las fuerzas se le agotaban
 – "¡Quiero estar mucho más contigo, onee-san! ¡Quiero estar con mi 
familia, ir a la escuela con Souta, jugar con todos ustedes; y visitar a
 Kaede-obaa-san! ¡No quiero irme!" –
- "¡Yo tampoco quiero que te 
vayas, Miko!" – gritó Kagome haciendo acopio de todas sus fuerzas para 
que no se la llevaran – "¡Tu eres ahora mi querida hermana menor! ¡Por 
eso no puedo dejar que te lleven!" –
- "Nii-san…" – dijo Yasha al 
sentir como sus fuerzas se iban acabando – "Aún si fue por poco tiempo… 
me alegra haber podido pelear a tu lado y conocer amigos tan buenos. 
¡Pero tampoco quiero irme de aquí todavía! ¡Quiero seguir aprendiendo 
cosas de Totosai-sensei, Kaede-obaa-san, Gerar-nii y de ti! ¡Quiero que 
los tres practiquemos esgrima juntos; y jugar con Miko y Gaby-nee, y 
estar con Kagome-nee!" –
- "¿¡Quién dijo que permitiré que te 
lleven, Yasha!?" – gritó Inuyasha – "¡Tendrán que matarme si quieren 
hacer eso! ¡Al igual que Miko y Kagome, tu eres una parte importante de 
mí!" –
- "¿…Cómo un trozo de tu alma…?" – preguntó Yasha 
entristeciéndose. Inuyasha chocó su frente con la suya para castigarlo 
por decir eso.
- "¡Ouch! ¿…Por qué…?" – preguntó, pero luego se dio cuenta de que Inuyasha tenía lágrimas en los ojos.
-
 "¿¡Cómo se te ocurre decir eso!?" – le gritó – "¡Eres la única familia 
de verdad que tengo ahora! ¿¡Cómo podría dejar que te lleven!?" –
- "Nii-san…" – dijo Yasha mientras sonreía.
- "Si han terminado de decir sus despedidas, es momento de que terminemos con esto" – dijo la voz de Phinambrea.
Al
 momento siguiente, los Medallones del Vínculo que Inuyasha, Yasha, Miko
 y Kagome llevaban se rompieron por la mitad: la mitad izquierda de los 
que Inuyasha y Kagome llevaban se desvaneció en el aire; mientras que la
 mitad derecha de los que llevaban Yasha y Miko desapareció también.
Luego,
 ellos dos fueron soltados del agarre de sus "hermanos mayores" y 
arrastrados hacia el vórtice. Ambos hicieron movimientos para intentar 
alejarse del vórtice y regresar a ellos; y del mismo modo Kagome e 
Inuyasha corrieron para intentar sujetarlos de nuevo, pero fue en vano.
- "¡NO! ¡ONEE-SAN!" – gritó Miko mientras desaparecía dentro.
- "¡INUYASHA-NII!" – gritó Yasha. Al cabo de unos segundos, sus figuras se habían perdido en el interior del vórtice.
- "¡NOOO!" – gritaron ambos cayendo al suelo.
- "¡Malditos dragones del demonio!" – gritó Inuyasha con tanta fuerza que resonó por toda la cámara.
-
 "¡Maldita sea con todo!" – gritó Gerardo al ver esto mientras lágrimas 
de tristeza, rabia e impotencia corrían por sus ojos. Y al momento 
siguiente, la mano de Gabriela se resbaló de la suya – "¡No! ¡Gaby!" –
-
 "¡GERAR!" – gritó ella mientras era arrastrada hacia el vórtice y 
desaparecía dentro. Gerardo soltó su espada y fue corriendo hacia ella, 
terminando succionado por el vórtice también. Ryuuga fue succionada 
inmediatamente después de que ambos habían desaparecido.
- "¡NO!" – gritaron todos menos Sesshomaru al ver esto. El vórtice se cerró inmediatamente después…
- "Se han ido…" – dijo Kagome incrédula mientras las lágrimas aún brotaban de sus ojos – "Realmente… se han ido…" –
- "Es momento de que nosotros también nos vayamos…" – anunció Tiarrashe.
-
 "Sólo falta una cosa más…" – dijo Illyusea. Al momento siguiente el 
comenzó a brillar con una fuerte luz, cegándolos a todos y dejándolos 
inconscientes…
Cuando despertaron, se encontraron en medio de un prado recubierto de hierba, con varios bosques al fondo.
-
 "Umm… ¿dónde estoy?" – dijo Kagome mientras se levantaba, teniendo su 
mochila al lado; y luego vio a Inuyasha y los demás tirados alrededor. 
Notó que tanto ella misma como los demás tenían lágrimas en los ojos, 
pero no le dio importancia y solo se limpió con la manga de su blusa – 
"Uh, ¿Inuyasha? ¡Todos despierten!" –
Cuando despertaron, se 
sorprendieron al ver como estaban cubiertos de rasguños y cortes; y el 
estado en que estaban sus ropas. También de que Kikyou, Sesshomaru y 
Naraku estuvieran presentes aquí. Todos menos Sesshomaru y Naraku se 
limpiaron la cara al notar que tenían lágrimas en los ojos.
- "¿Qué nos habrá pasado?" – preguntó Shippou al ver esto.
- "No lo sé…" – dijo Kagome confundida – "Siento como si hubiese olvidado algo importante; pero no sé que será…" –
- "¡Houshi-sama!" – gritó Sango al ver lo débil que estaba Miroku – "¿Qué le sucede? ¿Por qué está en tan malas condiciones?" –
-
 "Yo tampoco lo entiendo, Sango…" – dijo Miroku débilmente – "Al igual 
que ustedes, me encontré aquí y en este estado cuando desperté…" –
-
 "Lo último que recuerdo es que había ido a recoger a Kagome a su casa y
 que íbamos rumbo a la aldea de Kaede de nuevo" – dijo Inuyasha 
extrañado, luego se fijó en lo que Kagome llevaba alrededor del cuello –
 "¿De dónde sacaste eso, Kagome?" –
- "¿Huh?" – en ese momento, 
Kagome notó que llevaba lo que parecía la mitad de un medallón alrededor
 de su cuello: era de color plateado, pero parecía que había sido roto 
de algún modo y tenía un agujero de forma romboidal justo en el borde 
del mismo – "No lo sé… ya lo tenía encima cuando desperté… y además, tu 
también llevas uno parecido…" –
- "¿¡Qué rayos!?" – dijo Inuyasha 
al notar que llevaba la mitad de un medallón dorado alrededor del 
cuello. Cuando se pusieron a examinarlos, notaron que el de Kagome tenía
 las siguientes inscripciones: Kago-, Separación Especial y Dese-, 
mientras que el de Inuyasha tenía: Inuya-, Separación Especial y Dese-… 
las inscripciones estaban incompletas y por ello no podían leerlas.
-
 "¿Para que servirán estas cosas?" – se preguntó Kagome. Sin embargo, en
 ese momento Naraku se liberó de la prisión de hielo en la que estaba 
encerrado.
- "No sé porque motivo, pero me siento débil en este 
momento…" – dijo con su antipática voz de confiado – "Regresaré a 
eliminarlos a todos ustedes luego…" –
- "¡Espera!" – gritó 
Inuyasha sacando a Tessaiga antes de que se fuese y lanzándole un Kaze 
no Kizu, pero no sirvió de nada: Naraku lo rechazó con su barrera y se 
fue. Kikyou y Sesshomaru corrieron tras él mientras le lanzaban flechas y
 rayos de energía.
- "Déjenlo así, miren que ahora no estamos en 
condiciones de pelear contra él" – dijo Kagome para que notasen como 
estaban todos apaleados – "Por ahora será mejor que vayamos de vuelta a 
la aldea y descansemos un poco" –
- "Estoy de acuerdo" – dijo 
Sango mientras ayudaba a Miroku a levantarse – "Houshi-sama necesita que
 lo revisen tan pronto como sea posible" –
- "Lamento mucho causarte tantos problemas, Sango…" – dijo Miroku mientras se levantaba con dificultad y se apoyaba en Sango.
Sin
 embargo, antes de que Kagome se subiese a la espalda de Inuyasha para 
partir hacia la aldea, trató de colocarse su mochila de nuevo...
-
 "Hmm, mi mochila se siente algo más pesada que de costumbre…" – dijo 
Kagome mientras la ponía un momento en el suelo para revisarla.
Cuando
 la abrió, se encontró con la sorpresa de que habían otros tres atuendos
 que ella no recordaba haber puesto allí: una blusa azul claro con un 
chal amarillo sujetado por un broche de esmeralda con una falda azul 
claro que hacía juego, una blusa blanca con una falda rosa; y 
finalmente, un kosode verde con el obi azul y adornado con flores 
blancas. Lo que le extrañó realmente era que todos eran del tamaño para 
una niña de alrededor de ocho años – "¿Qué hacen todas estas ropas 
aquí…? No tenemos aquí niñas tan pequeñas; y…" –
Sin embargo, se quedó paralizada al ver que todas tenían notas pegadas a ellas.
El primer juego tenía escrito:
Para mí amada hija Kagome.
Espero
 que disfrutes tu segunda infancia mientras dure. No te esfuerces 
demasiado; y deja que las cosas ocurran como tienen que pasar.
Con amor,
Mamá
La segunda ponía:
Para mi nueva amiga Gaby-chan.
Espero
 que tú y tú hermano se la pasen bien con nosotros en este mundo; y que 
podamos compartir tantos momentos juntos como nos sea posible.
Kagome
Y finalmente, el kosode ponía:
Para Kagome.
Espero
 que hayas disfrutado mucho tu visita a nuestra aldea y que te guste el 
atuendo que te he regalado. Estaré rezando para que pronto regreses a tu
 forma normal. Oh; y espero que vuelvas a visitarnos algún día.
Orimi
- "¿Qué… qué significa esto…?" – preguntó anonadada al ver lo que ponían las notas.
No
 tenían sentido… ¿a quienes estaba dedicada la segunda, que había sido 
escrita con su puño y letra; y además estaba firmada con su nombre? ¿Y 
que significaban las otras dos? ¿'Segunda infancia'? ¿'Forma normal'? ¿Y
 quien era Orimi-san…?
Sin embargo, cuando intentó pensar y recordar esas cosas, le empezó a doler fuertemente la cabeza…
- "¡Ugh!" – gruñó mientras se frotaba la frente.
-
 "¡Kagome!" – Inuyasha fue corriendo hasta ella y la sujetó por los 
hombros. Todos los demás la miraban con preocupación – "¿Estás bien…?" –
-
 "Sí… es solo que vi unas notas extrañas en estos atuendos…" – dijo con 
dificultad, aunque ya el dolor de cabeza le había comenzado a aminorar. 
Inuyasha fue a revisarlas, pero solo tuvo la misma reacción que Kagome 
cuando las leyó…
- "¡Ah, Inuyasha! ¿Estás bien?" – le preguntó Kagome alarmada.
- "Sí… es solo que parece que no deberíamos pensar en lo que dicen por ahora…" – dijo Inuyasha con amargura.
-
 "Sí… creo que será mejor hacerle caso solamente a la que mamá me 
escribió, aparentemente; y dejar que las cosas pasen por sí solas" – 
dijo más animada. Sin embargo, sintió que los atuendos podrían resultar 
importantes de algún modo más adelante y por ello decidió conservarlos. 
Luego cerró la mochila y todos se pusieron en camino de regreso a la 
aldea.
Sin embargo, durante el trayecto…
Kagome escuchó la 
voz de una niña, bastante similar a la suya propia: - "Está bien… 
onee-san…" – y le empezó a dar un fuerte dolor de cabeza.
Inuyasha
 tuvo una experiencia similar, pero fue la voz de un niño que decía - 
"Inuyasha-nii… La verdad esto es muy extraño, pero también es muy 
divertido…" – y también le dió el mismo dolor de cabeza.
- "¿Qué sucede?" – preguntó Sango en cuanto notó sus expresiones – "¿Se encuentran bien?" –
- "No te preocupes, Sango-chan" – dijo Kagome para tranquilizarla – "No es nada" –
Sin
 embargo, ambos empezaron a preguntarse… ¿De quién eran esas voces? ¿Por
 qué les había dado semejante migraña? ¿Por qué habían aparecido así de 
repente en este lugar? ¿Y que eran esos atuendos que habían aparecido 
repentinamente en la mochila de Kagome? ¿Por qué eran de tallas tan 
pequeñas? ¿Y que significan las notas que tenían pegadas? 
Desgraciadamente, no tenían forma de saber nada de lo que les había 
pasado…
Mientras tanto, Miko y 
Yasha estaban tirados inconscientes sobre una explanada en la cima de 
una colina, desde la cual se podía divisar un gran lago al este, en el 
centro del cual había una gran isla, la cual estaba unida a tierra firme
 por puentes ubicados en cada uno de los puntos cardinales.
En la 
isla, se encontraba una gran ciudad: tenía dos murallas rodeándola, una 
de forma circular y otra de forma hexagonal. Este última estaba dividida
 en seis partes, dentro de las cuales se encontraban edificaciones que 
parecían ser casas y edificios rodeando a una plaza circular. Una plaza 
aún mayor se encontraba justo en el centro del hexágono; y al norte, 
podía verse un gran y magnífico castillo. Los vértices del hexágono 
estaban rematados por torres.
El primero que se despertó fue Yasha, el cual abrió los ojos totalmente confundido:
- "¿Dónde estoy? ¿Quién soy?" – en ese momento, le llegó una palabra a su mente: Yasha – "Si, así es… mi nombre es… Yasha" –
Luego se puso a mirar sus alrededores y vió a Miko.
-
 "Ella es…" – en ese momento recordó su nombre; y sintiendo que era 
alguien importante para él, corrió a su lado y comenzó a zarandearla 
suavemente para despertarla – "¡Miko! ¡Vamos, despierta! ¡No me dejes 
solo!" –
Miko comenzó a reaccionar; y luego de abrir los ojos, miró a Yasha con una mirada tan confusa como somnolienta:
-
 "Yo… mi nombre… me llamo Miko…" – dijo como si no estuviera segura de 
lo que decía. Sin embargo, luego su mirada se enfocó y miró fiajmente a 
Yasha - "¿Ya… Yasha?" –
- "¡Sí, soy yo, Miko!" – dijo él mientras la abrazaba aliviado – "¡Me alegra que estés bien!" –
Miko
 le sonrió inicialmente y Yasha se separó de ella mientras también le 
sonreía. Sin embargo, al momento siguiente pareció caer en la cuenta de 
algo, y no se trataba de algo bueno: su mirada se llenó de terror y cayó
 al suelo mientras comenzaba a llorar.
- "¡No… no puedo recordar 
nada!" – chilló mientras Yasha corría a abrazarla de nuevo – "¡No sé de 
donde venimos ni quienes somos! ¡Sólo recuerdo nuestros nombres!" –
-
 "Lo sé… yo tampoco puedo recordar nada…" – dijo Yasha mientras él 
también derramaba algunas lágrimas – "Pero no podemos quedarnos pensando
 en eso… Debemos buscar como mantenernos vivos por ahora…" –
- 
"Pero…" – Miko comenzó a hipar y se puso aún más triste, como si 
sintiese la importancia que tenían aquellas memorias perdidas – "¡Estoy 
segura de que hay alguien o algo importante en esos recuerdos…! ¡No 
quiero quedarme así!" –
- "Calma… tranquilízate…" – dijo Yasha para intentar calmarla – "Ya buscaremos una forma de resolver esto…" –
En ese momento, Yasha notó la mitad del medallón que Miko llevaba en el cuello:
-
 "¿Huh? ¿De dónde sacaste eso?" – Miko se empezó a calmar y empezó a ver
 a que se refería Yasha. ¿Tendría esto alguna conexión con sus memorias 
perdidas?
- "¿Esto?" – dijo mientras se secaba las lágrimas para 
luego tomarlo en su mano y quedarse mirándolo – "Ya lo tenía cuando 
desperté… Y tú también llevas uno parecido"
Yasha vio que Miko 
tenía razón y también se puso a examinarlo. Al cabo de un rato, vieron 
que ambos tenían inscripciones en la cara frontal; pero como los 
medallones parecían estar rotos por la mitad, partes de ellas no podían 
leerse. El de Miko tenía: -me, Miko, Separación, Sellado y -ado, 
mientras que el de Yasha tenía: -sha, Yasha, Separación, Sellado y 
-llado.
Mientras miraban los medallones, Miko tuvo una sensación 
extraña y creyó haber escuchado a una voz similar a la suya, aunque más 
madura, gritando con tristeza y rabia: - "¡Tu eres ahora mi querida 
hermana menor!" –
- "¿Onee-san…?" – dijo en cuanto escuchó eso 
retumbando desde el fondo de su mente. Sin embargo, cuando intentó 
recordar más, le empezó a doler la cabeza.
A Yasha le pasó algo 
similar, con la diferencia de que la voz parecida a la suya había dicho:
 -"¡Eres la única familia de verdad que tengo ahora!" –
El dolor de cabeza aminoró a los pocos instantes y al haber notado que ambos habían tenido experiencias parecidas…
- "¿Tú también lo escuchaste?" – preguntó Miko.
- "¿Una vez parecida a la tuya pero más madura diciendo algo?" – preguntó Yasha.
Ambos se asintieron el uno al otro.
- "¿Serán familiares nuestros?" – se preguntó Miko.
- "Quien sabe…" – respondió Yasha entristecido.
- "Oye, ¿y si tratamos de unir nuestras dos mitades a ver si pasa algo?" – preguntó Miko esperanzada.
-
 "Bueno, no perdemos nada con intentarlo" – dijo Yasha encogiéndose de 
hombros. Sin embargo, no sirvió de nada: los puntos en los que ambas 
mitades estaban rotas no coincidían en absoluto, por no decir que ni 
siquiera estaban hechas del mismo material. Sin embargo, antes de que 
hubiesen podido entristecerse ante esto, escucharon unas voces viniendo 
desde la distancia…
- "Yujio mhaku, tast ieler, felanso?" – dijo la voz de un hombre, la cual sonaba dudosa.
- "Poil plia ieler, Elaer. Kelarga une lusya fissare hag xi!" – dijo la voz de una mujer, la cual sonaba tan segura como irritada.
- "¿Quiénes serán?" – se preguntó Yasha.
-
 "No lo sé; y no entiendo nada de lo que dicen…" – dijo Miko con 
tristeza. Sin embargo, tenía la sensación de que había escuchado esa 
lengua antes; e incluso la había hablado… Yasha también tuvo la 
sensación de haberla escuchado antes…
Yasha notó que llevaba una 
espada en su cinto y la sacó como precaución en contra de los 
desconocidos. Aunque se sorprendió un poco al ver su gran tamaño, se 
sintió aliviado al ver que tenía un modo de defenderse.
- "Te…ssaiga…" – dijo al ver la espada, como si siempre hubiese sabido el nombre – "Sí, ese es el nombre de esta espada…" –
Miko
 se asustó un poco, pero al recordar que Yasha era quien la cargaba, se 
calmó. También notó que había un carcaj lleno de flechas y un arco cerca
 del lugar donde se habían despertado. Fue hasta ellos y los tomó. Luego
 puso una flecha en el arco y se quedó preparada para recibir a 
quienquiera que fuese.
A los pocos momentos, aparecieron los extraños caminando por la explanada: eran un hombre y una mujer.
La
 mujer tenía los ojos verdes y el cabello dorado; mientras que vestía 
una ropa extraña, tan similar como disimilar al kosode de Miko: la parte
 de arriba parecía un kimono verde y azul, el cual estaba decorado con 
gotas de agua y hojas; mientras que la parte de abajo era una falda 
decorada del mismo modo y del mismo color que la parte superior que le 
llegaba hasta los tobillos. Llevaba zapatos elegantes de color azul 
claro y cargaba una espada y un escudo en sus manos.
Por otra 
parte, el hombre era alto y delgado; de cabello negro y corto, ojos 
azules; y vestía ropas más parecidas a las de Yasha: la parte de arriba 
era verde con algunos toques púrpuras y estaba decorado con torbellinos 
de viento y figuras de rayos. La parte de abajo era un pantalón largo 
con los mismos colores y adornos que la parte superior. Llevaba zapatos 
marrones y cargaba una lanza en sus manos.
- "Yujio mhaku, itnya bido nyelsaks risph ilg hallialia xi?" – preguntó el hombre.
- "Kahial miu, ablia kustsaks… kustsaks finae refalka mya kaialmyu… thelf, ualg sos thar kyustsaks ika…"
 – dijo la mujer mientras veía a ambos niños con lástima. Luego dejó su 
espada y escudo en el suelo; se arrodilló para ponerse a la misma altura
 de ellos, y les habló – "Iuji utahe, mior tastsaks oullasaks?" -
Sin embargo, Miko y Yasha no hicieron más que mirarse confundidos el uno al otro…
- "Eh… lo sentimos… no podemos entender lo que dice…" – dijo Miko avergonzada.
La
 mujer tampoco parecía entenderlos, ya que los miró extrañada después de
 que Miko dijo eso. Sin embargo, aparentemente se le ocurrió algo 
después de que se puso a pensar por unos instantes. Se levantó; se 
señaló a sí misma; y dijo:
- "Fileia" -
Miko pareció haber captado que estaba presentándose; y repitiendo el gesto que ella hizo, dijo su propio nombre – "Miko" –
Fileia asintió con una sonrisa, luego señaló al hombre y dijo: - "Elaer" –
Luego Yasha hizo el mismo gesto que Miko; y se presentó – "Yasha" –
Fileia les sonrió de nuevo.
- "Alt tok, tast finae jaullware kustsaks, felanso" – dijo Elaer tras ella. También había guardado su lanza y se había acercado a ellos.
- "Kahial myu, nasez. Jaullwanasez, tiu silea kosfialga kustsaks oullasaks" – dijo Fileia alegremente. Yasha y Miko ya no sentían que fuesen malos o peligrosos y guardaron sus armas.
- "No puedo entender lo que dicen en absoluto, pero no parecen malas personas" – dijo Miko algo más aliviada.
- "Si… no creo que tengamos necesidad de pelear por ahora" – dijo Yasha ya más tranquilo.
Fileia
 les hizo señas para que se les acercaran y cuando pudieron ver la 
ciudad desde el sitio en que estaban, ella hizo lo siguiente: señaló a 
la ciudad, luego a sí misma y a Elaer; y por último a ellos. Luego los 
miró de forma interrogativa mientras les extendía la mano.
- "Creo que nos pregunta si queremos ir a esa ciudad con ellos" – le dijo Miko a Yasha.
-
 "Bueno… no creo que tengamos muchas opciones…" – dijo Yasha cruzando 
los brazos – "No recordamos de donde venimos… no sabemos quienes somos… 
no sabemos ni dónde estamos… y no tenemos dinero, comida ni donde 
quedarnos…" –
- "Tienes razón…" – asintió Miko. Se acercaron a 
Fileia, le asintieron con una sonrisa, hicieron una pequeña inclinación a
 modo de agradecimiento y tomaron la mano de ella. Fileia sonrió 
gentilmente…
- "Alt tok, quia nyelsaks… nasez, Miko yst Yasha vakrus'ra sossaks yien" – se volteó para decirle a Elaer.
- "Iuji utahe, yuse idefae… quia ablia nyelsaks necraisra e uknasez felcial kustsaks" – dijo él mientras cruzaba los brazos y les sonreía.
Fileia
 recogió su espada y escudo del suelo y los guardó. Luego los cuatro se 
tomaron las manos; y fueron caminando hacia el borde de la explanada. 
Una vez allí, dos grandes dragones: uno verde azulado y el otro purpureo
 con marcas verdes, aparecieron en el cielo y aterrizaron delante de 
ellos.
Yasha y Miko se asustaron y estuvieron a punto de sacar sus
 armas de nuevo, pero cuando vieron como Elaer y Fileia los acariciaron,
 se dieron cuenta de que no eran criaturas malignas.
Luego, los 
invitaron a montar con ellos: Miko se subió a la espalda del dragón 
verde azulado de Fileia, mientras que Yasha cabalgó sobre el dragón 
púrpura con verde de Elaer. Cuando estuvieron bien sujetos, una pequeña 
burbuja transparente del mismo color de cada dragón se formó alrededor 
de ellos y despegaron a toda velocidad rumbo a la ciudad en el lago.
-
 'Puede que no sepamos quienes somos o de dónde venimos… pero al menos… 
me alegra saber que tenemos adonde ir hasta que lo descubramos…' – pensó
 Yasha mientras iban a ese lugar.
- 'Onee-san… quienquiera que seas… o dondequiera que estés… te prometo que te encontraré algún día…' – pensó Miko.
Tanto
 ella como Yasha podían sentir que Fileia y Elaer irradiaban una gran 
bondad; y que sus palabras, a pesar de que no podían entenderlas, 
estaban llenas de compasión y gentileza…
Al menos, fuese lo que 
fuese lo que les deparara el futuro, había alguien que cuidaría de ellos
 hasta el momento en que la verdad fuese revelada y encontrasen una 
forma de recuperar sus memorias…
Finalmente, en el mundo restante…
-
 "¡GABY!" – gritó Gerardo mientras se despertaba de golpe en su cama, en
 su habitación. Ahora vestía un pijama azul y rojo – "¿Huh? ¿Qué pasa 
aquí?" –
Empezó a mirar los alrededores, completamente confundido.
 Luego, empezó a rememorar los acontecimientos: la muerte de Feltes, la 
batalla final con Tenebross, la repentina aparición de los Dioses 
Dragón; y finalmente… el sellado de Dragonia…
- "Un momento... 
¿cómo es que puedo recordar todo eso si se supone que los recuerdos que 
Gaby y yo hicimos desde que llegamos allá debieron borrarse?" – se 
preguntó extrañado. Luego se rió – "Hmph, parece que sus borradores de 
memoria no son tan eficaces como pensábamos…" –
Sin embargo, luego
 recordó con terror la imagen de su hermana siendo absorbida por el 
vórtice y se giró a un lado aarmado. La vió completamente tapada por las
 sábanas de la cama y luego de quitar las que la ocultaban de la vista, 
vió que vestía una bata para dormir rosa y estaba dormida, pero ya a 
punto de despertarse…
- "Que alivio…" – dijo suspirando suavemente – "Al menos ella se encuentra bien…" –
Gabriela
 se despertó aterrorizada, como si hubiese estado teniendo una 
pesadilla. Luego vió a su hermano y lo abrazó – "Gerar, estaba muy 
asustada… Pensé que desaparecería dentro de ese remolino…" –
- "¿O sea que tu también recuerdas todo lo que pasó?" – se preguntó Gerardo confundido.
- "¿Tú también?" – respondió Gabriela asombrada – "¿No que nos iban a borrar todos esos recuerdos?" –
-
 "Lo mismo dije cuando desperté… parece que no hicieron un buen trabajo 
con nosotros…" – dijo él sonriendo. Sin embargo, al momento siguiente se
 le cayó el alma a los pies cuando notó que sí había olvidado algo – 
"No… si olvidé algo… ya no recuerdo como se hablaban los dos tipos de 
Dragoniano, ni como se veían sus glifos…" –
- "¿Eh?" – Gabriela se
 dió cuenta de que tampoco podía recordarlas. Acto seguido trató de 
concentrarse para recordar la canción que había usado hasta ahora para 
usar su magia Healing Light, pero no lo logró… Las palabras que hilaban 
esa canción habían desaparecido completamente de su mente… - "Yo 
tampoco… ya no puedo usar mi canción de curación…" –
Luego miraron
 el reloj que estaba en la pared… eran las 5:30 am: el sol ya estaba por
 salir y ambos tenían que empezar a alistarse para la escuela.
Con
 un gran sentimiento de tristeza y pesar, no solo por haber perdido toda
 conexión que tenían con el mundo de Inuyasha y Dragonia, sino también 
por saber que habían fallado en la misión que les había sido 
encomendada, ambos hicieron turnos para entrar al baño y ponerse sus 
uniformes.
¿Qué estarían haciendo ahora Inuyasha, Kagome y los 
demás? ¿Recordarían algo de lo que había pasado, o sus recuerdos habrían
 sido borrados realmente? ¿Y que les habría sucedido a Miko y Yasha? 
¿Estarían bien en un mundo totalmente desconocido para todos ellos?
Al
 cabo de un rato, su madre fue a despertarlos y cual no fue su sorpresa 
al ver que ya estaban vestidos y todo. Sólo se saludaron con un buenos 
días los unos a los otros.
- "Vaya, es raro verlos a ambos 
despiertos tan temprano; y arreglados y listos además" – dijo mientras 
les sonreía – "Está bien, iré a prepararles el desayuno" –
- "De acuerdo, iremos en un momento" – dijo Gerardo mientras veía la figura de su madre saliendo hacia la cocina.
Al
 cabo de un rato, trajo un plato con dos grandes sándwiches de jamón. 
Luego les trajo una jarra de vidrio llena de agua y dos vasos también de
 vidrio. Cada uno se sirvió y empezaron a comer en silencio.
Después
 de que hubieron terminado y se hubieron lavado los dientes, los tres se
 subieron al auto de la madre de Gerardo y Gabriela; y partieron rumbo a
 sus respectivas escuelas.
- "Por cierto, ¿sucede algo?" – preguntó su madre – "He notado que se ven algo decaídos desde que despertaron hoy" –
- "No, no es nada mamá" – dijo Gerardo mientras forzaba una sonrisa.
- "Si, estamos bien, mami" – dijo Gaby – "¿Y no hemos tenido visitas en estos días?" –
Gerardo
 se asombró al escucharle preguntar eso, pero supuso que sería una buena
 forma de saber si a ella también le habría afectado el borrado de 
memoria.
- "Hmm… déjenme ver…" – dijo ella – "No, realmente no hemos tenido visitas desde el mes pasado" –
-
 "¿Y no sucedió nada inusual durante la fiesta?" – preguntó Gerardo 
tratando de ocultar la angustia que esa respuesta le provocó.
- 
"No, solo fuimos allá, ustedes salieron a ver las estrellas y luego 
regresamos a casa" – dijo ella tranquilamente – "Realmente no hubo nada 
fuera de lo común" –
Ambos hermanos se quedaron abismados ante esa respuesta e intentaron disimular su reacción lo mejor que pudieron.
Primero
 dejaron a Gabriela en su escuela, que les quedaba a menos de dos 
manzanas de la casa; y luego fue el turno de Gerardo, cuya escuela 
estaba a cuatro manzanas.
Como ya estaba acostumbrado a los viajes
 y a los continuos enfrentamientos con los monstruos, se le hizo un 
tedio horrible volver al aula de clases.
- 'Detesto los números; y
 tengo que seguir calándome inglés a pesar de que ya puedo leer y 
escribir decentemente en ese idioma…" – pensó con amargura – 'Si tan 
solo pudiese haber continuado aprendiendo las cosas de Dragonia que 
Feltes me estaba enseñado… Bueno, al menos podré ver de nuevo a Henry y 
Roger cuando sea hora del receso… Necesito saber si al menos ellos…' –
Cuando
 por fin la primera larga hora y media llegó a su final y sonó la 
campana del colegio anunciando la hora del receso, él fue el primero que
 salió del aula de clases. Luego se quedó en el pasillo que daba a las 
aulas donde sus dos amigos estudiaban para esperar a que salieran.
- "Muy bien, solo será cuestión de esperar un poco" – dijo con entusiasmo.
Al
 poco rato aparecieron sus dos amigos; y al verlo, lo saludaron con las 
manos. Se apartaron de la multitud de alumnos ansiosos que iban a 
desayunar y se sentaron en un banco del patio a conversar.
- "Oye,
 viejo, ¿Cómo está todo?" – le preguntó Henry cuando por fin comenzaron a
 hablar – "Deberíamos ir pensando en cuadrar otra reunión, ya que 
tenemos tiempo que no hacemos una" –
- "Una en mi casa estaría 
bien, ya que como sigo siendo el único de nosotros con un PS2, tengo 
todavía algunas cosas nuevas que mostrarles" – dijo Roger con 
entusiasmo.
- "Ah claro, a seguir presumiendo de .hack" – le dijo 
Henry mientras se reía – "Bueno, al menos yo también tendré uno dentro 
de poco" –
- "Hehe, yo también tengo planes de comprarme uno en 
algún momento" – dijo Gerardo. Aunque estar con Kagome y los demás había
 sido agradable, extrañaba estos momentos en compañía de sus amigos, 
solamente charlando sin tener que hacer planes para buscar algo o 
derrotar enemigos fuera de hacerlo en los videojuegos. Sin embargo, 
estos pensamientos lo forzaron a hacer una pregunta sin pensarlo – "Por 
cierto, ¿no han tenido encuentros extraños o algo por el estilo estos 
últimos días?" –
- "Hmm, ¿a qué te refieres exactamente?" – le preguntó Roger extrañado.
- "Sí, sé que Gisely puede ser algo extraña en ocasiones, pero no es realmente mala" – se rió Henry.
- "Entonces, ¿no ha sucedido nada inusual?" – preguntó tratando de ocultar la desesperación que estaba sintiendo.
-
 "No, realmente no ha sucedido nada" – dijo Henry extrañado al ver como 
Gerardo estaba actuando – "¿Te sucede algo? Te estas comportando algo 
raro el día de hoy" –
- "Es solo que… bueno…" – trató de buscar la
 forma más apropiada de explicar lo que estaba sintiendo sin que 
pareciera un loco – "Tuve un sueño en el que me encontraba con varios 
personajes de anime… y ustedes me habían comentado que habían conocido a
 uno también… se veía tan real que pensaba que debía preguntarles para 
ver si había sido un sueño o había sido real…" –
- "Hmm, ya veo…" – dijo Henry – "Pero como puedes ver, sólo fue un sueño" –
- "Y a todas estas, ¿qué personaje soñaste que conocimos?" – preguntó Roger intrigado al escuchar eso.
-
 "A Inuyasha…" – les dijo Gerardo de inmediato. Al escuchar eso, a ambos
 pareció darles dolor de cabeza, pero desapareció a los pocos segundos –
 "¿Están bien? ¿Necesitan una aspirina o algo?" –
- "No estamos 
bien…" – le dijo Henry como para que no se preocupara – "Es solo que 
cuando dijiste eso, sentí como si intentara recordar algo, pero no 
pudiera" –
- "¿Tú también?" – le preguntó Roger – "Hmm, esto si que es raro" –
-
 "De acuerdo..." – Gerardo se levantó del banco – "Bueno, seguiremos 
hablando en el próximo receso, ya que quisiera estar solo por un rato… 
Tengo algunas cosas en las que debo pensar…" –
Luego se fue 
corriendo; y cuando estuvo lejos del alcance de las miradas de sus 
amigos, tomó el camino que llevaba a las escaleras que daban hacia el 
techo de la escuela. Cayó de rodillas cuando se acercaba al centro de la
 azotea y se quedó mirando el cielo mientras las lágrimas comenzaban a 
llenar sus ojos…
- "Maldición… ¡Maldita sea!" – gritó con rabia y 
desesperación. Aunque recordaba los nombres de los Dioses Dragón, ya no 
sabía que significan como palabras en Dragoniano y empezó a 
pronunciarlos con rabia – "Illyusea… Iadlast… Tiarrashe… Phinambrea… 
Kiols… Pyrazsyec… ¿¡Por qué demonios tenían que hacer esto!? No les 
bastó con quitarnos nuestros poderes y enviarnos de vuelta a aquí… ¿¡si 
no que también tuvieron que separar a Kagome e Inuyasha de Miko y Yasha;
 y hacer que todos exceptuando Gabriela y yo perdieran sus recuerdos de 
todo esto!? Que cruel... No es justo… no es… justo" –
Luego
 cayó al suelo, golpeándolo con furia mientras empezaba a derramar 
lágrimas de tristeza. Nunca se había sentido tan inútil e impotente como
 en ese momento. Sin embargo, en ese momento, apareció una niña idéntica
 a Gabriela, llevando ropas muy similares a las que ella había llevado 
en el mundo de Inuyasha, aunque con algunas diferencias: en vez de una 
hakama, llevaba una falda que tenía arcos dorados en sus bordes, no 
tenía las cuerdas que servían para cerrar las mangas, llevaba un obi 
blanco y plateado en la cintura y tenía en sus pies zapatillas blancas y
 mallas blancas en vez de tabi y zouri.
- "No puede ser… ¿Gaby?" –
 dijo mientras se secaba las lágrimas. Cuando se acercó a ella, vio que 
no era sólida... Era como una proyección o un holograma… Sin embargo, 
ella le habló.
- "Jiji, no soy ella. Sin embargo, te he traído un 
mensaje de tu hermana" – dijo ella mientras se reía del mismo modo que 
Gabriela solía hacerlo – "Te dice que sus amigos tampoco le creen nada 
de lo que dice; y que se siente muy triste y sola por esto. Pero también
 te dice que no te rindas a la tristeza y desesperación" –
- "¿Quién eres y por qué me dices esto?" – le preguntó extrañado.
-
 "Podríamos decir que soy lo último que verás de Dragonia por ahora" – 
le dijo la niña entre risitas – "Pero descuida… en algún momento esa 
puerta volverá a abrirse… tú y tu hermana son los elegidos; y eso 
significa que en algún momento volverán a cruzar la barrera que separa 
los mundos, sin importar que clase de alegría o dolor les espere al otro
 lado. Así que... Hasta que nos volvamos a ver… Gerar…" –
- 
"¡Espera!" – la niña fantasmal brilló por unos instantes y desapareció. 
Sin embargo, Gerardo continuó pensando en sus palabras… son los 
elegidos… y en algún momento el portal que conectaba los mundos les 
daría la bienvenida de nuevo…
- "Tantos encuentros como memorias… 
historias que se conectan entre sí… mundos conectados más allá de la 
luz… supongo que esta es la verdadera magia que todos presenciamos…" – 
dijo mientras miraba al cielo más animado. Luego, extendió su mano, como
 si intentase alcanzar a los amigos que había dejado en el otro mundo, y
 sintió como si hubiese visto sus caras transparentes sobre el cielo 
azul que tenía encima – "Sí… les juro que nos volveremos a encontrar 
algún día… y completaremos esa misión que nos quedó pendiente… pero 
hasta entonces… por favor cuídense mucho, Kagome, Inuyasha, Miko, Yasha,
 Miroku, Sango y Shippou… Nosotros haremos lo mismo aquí..." -
(El Fin)